J.
VILELLA, «Las cartas del epistolario de Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania»,
Cassiodorus 2 (1996), pp. 51-72. |
JOSEP VILELLA MASANA
Las cartas del epistolario de Q. Aurelio Símaco
enviadas a Hispania *
En homenaje al prof. P. De Palol
Nam
scriptorem ingenii tam pauperis pauci certe lecturi sunt, sed multi
hic illic inspicient, ut singulas res excerpant1. Con estas palabras el gran
editor crítico de Símaco aludía, hace más de un siglo, tanto a la mono-
tonía y vacuidad del princeps senatus como al cúmulo de datos que pro-
porciona la producción simaquiana para el conocimiento del fenómeno
histórico. Buen ejemplo de ello es la espléndida introducción que el
mismo Seeck realizó de las obras de Símaco, con la cual se inicia, de
hecho, la investigación prosopográfica del Bajo Imperio. Aceptando o
no el poco talento de Símaco como escritor2, es indiscutible que su pro-
ducción conservada es de obligada referencia para el conocimiento del
Imperio Romano durante la segunda mitad del s. IV. Cualquier estudio
de cierta amplitud acerca de los aspectos sociales, políticos, económi-
cos, religiosos y culturales de la época necesariamente debe contemplar
sus obras3.
* Este estudio se ha realizado
gracias a la concesión de los proyectos de investiga-
ción PB90-0018 y PS94-0242 subvencionados por la DGICYT.
1 O. Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae
supersunt, MGH AA 6,1, Berlin 1883, p. LXXIII.
Esta edición sigue siendo la única crítica existente para la totalidad de la
producción
simaquiana. Para los ocho primeros libros del epistolario debe añadirse la
edición de
J.P. Callu, Symmaque, Lettres, I-II, Paris 1972, III-V, Paris
1982 y VI-VIII, Paris 1995.
2 Menos severo es el juicio de
Callu, Symmaque, cit., I, pp. 25-29.
3
La bibliografía dedicada a este personaje y al mundo que encarna es ingente.
Además de los trabajos de O. Seeck -también autor de la noticia en RE 6, A, 1,
coll.
1146-1158- y de J.P. Callu, y sin ánimo de ser exhaustivos, cf.: S. Dill, Roman
Society in
the Last Century of the Western Empire, London 18992; M. Schanz-C.
Hosius-G. Krüger,
Geschichte der römischen Literatur, biz zum Gesetzgebungswerk des Kaisers
Justinians,
51
Josep Vilella Masana
En estas páginas, nuestro propósito es exponer la producción
episto-
lar de Símaco dirigida a personajes que se hallan en Hispania y comen-
tar singulae res que evidencian estas cartas. De este modo queremos ren-
dir homenaje a un profesor e investigador en cuya docencia e investiga-
ción han ocupado un lugar destacado distintos aspectos de la aristocra-
cia hispanorromana bajo imperial, el ámbito de los corresponsales
hispanos de Símaco4.
Las primeras cartas del epistolario de Símaco dirigidas a Hispania
son las escritas a Mariniano. Como ya indicó Seeck, este corresponsal es
el mismo personaje que su homónimo atestiguado como uicarius
München
1907-1920, IV, 1, pp. 119-129; J.R. Palanque, Saint Ambroise et l'Empire
romain
Contribution à l'histoire des rapports de l'Eglise et de l'Etat à la fin du
quatrième siècle, Paris
1933; J.A. McGeachy, Quintus Aurelius Symmachus and the Senatorial Aristocracy
of the
West, Chicago 1942; S. Mazzarino, La propaganda senatoriale nel Tardo
Impero, «Doxa» 4,
1951, pp. 145-166; Id., Aspetti sociali del IV secolo, Roma 1951; A.
Alföldy, A Conflict of
Ideas in the Late Roman Empire. The Clash between the Senate and Valentinian I,
Oxford
1952; A. Chastagnol, La préfecture urbaine à Rome sous le Bas-Empire,
Paris 1960; Id., Les
Fastes de la préfecture urbaine à Rome sous le Bas-Empire, Paris 1960; L.
Ruggini, Economia e
società nell'Italia Annonaria. Rapporti tra agricoltura e commercio dal IV al
VI secolo d.C.,
Milano 1961; A.H.M. Jones, The Later Roman Empire 284-602. A Social,
Economic and
Administrative Survey, Oxford 1964; A. Momigliano (ed.), The Conflict
between Paganism
and Christianity in the Fourth Century, Oxford 1964; F. Paschoud, Roma
Aeterna. Études
sur le patriotisme romain dans l'Occident latin à l'époque des grandes
invasions, Neuchâtel
1967; F. Canfora, Simmaco e Ambrogio, o di un'antica controversia sulla
tolleranza e sull'intol-
leranza, Bari 1970; R. Klein, Symmachus. Eine tragische Gestalt des
ausgehenden Heidentums,
Darmstadt 1971; M.T.W. Arnheim, The Senatorial Aristocracy in the Later
Roman Empire,
Oxford 1972; S Roda, Simmaco nel gioco politico del suo tempo, «St. et
doc. hist. et iur.» 39,
1973, pp. 53-114; J. Matthews, Western Aristocracies and Imperial Court. a.
d. 364-425,
Oxford 1975; Ch. Pietri, Roma Christiana. Recherches sur l'Eglise de Rome,
son organisa-
tion, sa politique, son idéologie de Miltiade à Sixte III (311-440), Roma
1976; L. Cracco
Ruggini, I1 paganesimo romano tra religione e politica. Per una
reinterpretazione del 'Carmen
contra paganos', Roma 1979; S. Roda, Commento storico al libro IX
dell'epistolario di Q.
Aurelio Simmaco, Pisa 1981; D. Vera, Commento storico alle 'Relationes'
di Quinto Aurelio
Simmaco, Pisa 1981; A. Marcone, Commento storico al libro VI
dell'epistolario di Q. Aurelio
Simmaco, Pisa 1983; F. Paschoud (ed.), Colloque genevois sur Symmaque à
l'occasion du mille
six centième anniversaire du conflit de l'autel de la Victoire, Paris 1986;
A. Marcone,
Commento storico al libro IV dell'epistolario di Q. Aurelio Simmaco,
Pisa 1987; P. Rivolta,
Commento storico al libro V dell'epistolario di Q. Aurelio Simmaco, Pisa
1992.
4
Para la prosopografía de la aristocracia hispana sigue siendo fundamental K.F.
Stroheker, Spanischen Senatoren der spätrömischen und westgotischen Zeit,
en Germanentum
und Spätantike, Zürich 1965, pp. 54-87. Cf. también las importantes
contribuciones de: A.
Chastagnol, Les espagnols dans l'aristocratie gouvernementale à l'époque de
Théodose, en Les
empereurs romains d'Espagne, Paris 1965, pp. 269-292; R. Teja, Economía
y sociedad en el
Bajo Imperio, en Historia de España, II, Madrid 1978, pp. 529-575;
L.A. García Moreno,
España y el Imperio en época teodosiana. A la espera del bárbaro, en I
Concilio Caesaraugustano,
Zaragoza 1980, pp. 26-63. Otro trabajo al respecto es A. Balil, Aspectos
sociales del Bajo
Imperio, «Latomus» 24,1965, pp. 886-904.
52
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Simaco enviadas a Hispania
Hispaniae el 27 de mayo del 3835. En esta identificación se
apoya
además Seeck para fechar, con mayor o menor precisión, estas cartas6.
Así se obtiene también el nombre del uicarius Hispaniarum que favorece
al grupo de Prisciliano ya que, a través de la actuación-soborno del
magister officiorum Macedonio, los priscilianistas consiguen que sea
Mariniano quien realice los pertinentes interrogatorios y no el praefectus
praetorio Gregorio7.
Ello indica que el spectabilis Mariniano no era católi-
co, sino probablemente pagano. Respecto a la origo de Mariniano, nues-
tra única información es la proporcionada por la ep. III, 25 del
epistola-
rio, pero en este punto la tradición manuscrita no es unánime ya que
aparece tanto Galatia como Gallaecia8. Si bien Seeck prefiere Galatia,
creemos que está en lo cierto Callu cuando ubica Galatia en el aparato
crítico y Gallaecia en su texto9. Las discrepancias de los
manuscritos al
respecto quedan en buena medida resueltas al considerar que después
de las reformas realizadas en el ordo senatorius por Constantino y
Constancio II se establece una división geográfica entre los senadores
de Occidente y Oriente; la existencia de los dos Senados comporta que
5 Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae
supersunt, cit., p. CXXVII. Cf. C. Th. 9,1,14.
Después
de la unificación de los dos ordines principales del Imperio que
acontece bajo Constantino
y que prosigue, aunque a menor escala, durante su dinastía, desde los años
sesenta del s.
IV se empiezan a establecer distinciones jurídicas en el interior del ordo
senatorius, ya
pletórico. Como ha señalado Chastagnol, la división de los senadores en clarissimi,
specta-
biles e illustres se basa en los cargos ocupados. Esta tripartición
ya se documenta a finales
de los años sesenta y es elevada a la categoría de ley en el 372 por
Valentiniano I y
Valente - C. Th. 6, 7,1 y sgg. -. El título de clarissimus era el
de nivel inferior, el de specta-
bilis correspondía a las funciones de vicario y procónsul y el de illustris
al prefecto de la
ciudad, prefecto del pretorio y cónsul ordinario. Por su parte, los jefes de
oficina son cla-
rissimi y los condes del consistorio spectabiles. Esta estructuración
del 372 - levemente
modificada bajo Teodosio - se mantiene en época posterior. A partir de Teodosio
los illus-
tres van a ser los únicos que asistan, de modo regular, a las sesiones del
Senado, asam-
blea que ya está únicamente compuesta por illustres desde Valentiniano
III y ello se man-
tiene en época posterior, como ha señalado Chastagnol al estudiar las
inscripciones de las
gradas del Coliseo. Cf. A. Chastagnol, L'évolution de l'ordre sénatorial aux
IIIe et IVe siècles de
notre ère, «Rev. historique» 490,1970, pp. 305-314
e Id., La carrière sénatoriale du Bas-Empire
(depuis Dioclétien), en Epigrafia e Ordine Senatorio, I, Roma 1982,
pp. 167-194.
6 Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae
supersunt, cit., pp. CXXVII-CXXVIII.
7 Ibid., p. CXXVII. Cf. Sulp. Seu., Chron.,
2, 49, 2-4, ed. C. Halm, CSEL 1, Wien 1866.
Para Mariniano, cf., actualmente, PLRE I, pp. 559-560. Para Macedonio y
Gregorio,
PLRE I, pp. 526 y 404. Respecto a las rivalidades entre los miembros de la alta
adminis-
tración imperial de Occidente que evidencia el asunto priscilianista, cf.
Matthews,
Western Aristocracies, cit., p. 161 y A. Rousselle, Quelques aspects
politiques de l'affaire pris-
cillianiste, «Rev. des Étud. Anc.» 83,1981, pp.
85-96.
8 Cf. el aparato crítico de las
ediciones de O. Seeck y J.P. Callu, p. 79 y p. 38, respec-
tivamente.
9
En la noticia que la PLRE dedica a Mariniano se sigue prefiriendo Galatia,
cf.,
supra, n. 7.
53
Josep Vilella Masana
los senadores ejerzan,
normalmente - una excepción es la constituída
por los occidentales que ocupan altos cargos en el Oriente teodosiano -,
sus funciones sólo en su respectiva pars10. Por lo demás, son los sena-
dores itálicos o vinculados a Roma quienes ocupan los puestos de
gobernador y vicario en Hispania durante el s. IV11.
En
el corpus epistolar de Símaco hay un total de siete cartas escri-
tas a Mariniano - III, 23-29 -. A excepción de la 23 - recibida por
Mariniano cuando ejercía como profesor de derecho en Roma, antes
de ocupar el vicariato -, todas las restantes parecen haberse dirigido a
Hispania hacia el 383, como proponen Seeck y Callu12. En nuestra opi-
nión, de estas seis cartas, la primera escrita es la 26 - año 383?, según
Callu -, en la cual Símaco se queja de que Mariniano no le escriba
- scribendi ad me uices neglegis - y le amenaza con el mismo silencio.
De
esta falta de noticias Símaco parece retractarse en la 24 - año 383,
según Seeck -, después de comunicarle Mariniano su matrimonio y el
nacimiento de su hija: iam non queror, quod epistulae tuae serae sunt.
En
la 24 Símaco alude también a la nuptialis sportula13 que le acababa de
enviar Mariniano. En la 25 - años 382-383, según Seeck - Símaco con-
testa una carta de Mariniano en la cual este último le formulaba una
amica uindicatio, esto es, que le procurara la indumentaria necesaria
para un viaje que debía hacer en invierno y le decía que se la pagaría
desde Galicia. Junto con esta carta, Mariniano había enviado a Símaco
una detallada descripción de los vestidos que quería, vestidos que
Símaco le dice que se los va a enviar pronto. Sobre estas prendas trata
también la carta 29 - años 382-383, según Seeck -. Esta carta parece lle-
vada a Mariniano, junto con los vestidos, por un servidor de Símaco, el
mismo personaje que, de regreso, llevaría a Símaco una carta de
Mariniano, contestada por Símaco con la breve carta 27 - hacia el 383?,
según Callu -. Con la carta 28 - del año 384, según Seeck -, probable-
10 Cf. Chastagnol, L'évolution,
cit., p. 311.
11 Cf. J. Vilella, Rang i
procedència geogràfica dels vicaris i governadors de la Diocesis
Hispaniarum (300-409), «Fonaments» 8, 1992, pp. 79-97.
12 Supra, n. 6 y Callu, Symmaque,
cit., II, pp. 36-40. Callu sigue la cronología propuesta
por Seeck en las cartas que este último fecha y
también sugiere el año 383 para las cartas
26 y 27. Como es sabido, las cartas del epistolario de Símaco aparecen
agrupadas, por
los menos hasta el libro VII, según los destinatarios pero sin seguir un orden
cronológi-
co estricto, cf. Callu, Symmaque, cit., I, p. 23 y Roda, Simmaco nel
gioco politico, cit., pp 54-55, n.2.
13
En el epistolario de Símaco también se menciona una sportula enviada a
Estilicón
cuando tiene lugar el matrimonio de Memio - PLRE II, pp. 1046-1047 -,
matrimonio
que Símaco había consultado al magister utriusque militiae. Cf. Roda, Simmaco
nel gioco
politico, cit., p. 103, n. 160.
54
Las cartas del epistolario de Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
mente algo posterior, Símaco contesta a Mariniano y se
disculpa por la
dilación en su respuesta.
Aunque no es posible precisar la duración de la estancia de
Mariniano en Hispania - donde pudo haber permanecido algún tiempo
después del vicariato -, parece segura su estancia habitual en Roma, ya
que en el 409 su hijo Maximiliano14 es capturado por Alarico y
rescata-
do por el propio Mariniano con 30.000 solidi15. Si bien esta cantidad,
por sí sola, es de difícil valoración, pone claramente de manifiesto el
gran patrimonio de las familias senatoriales romanas16.
En
el corpus epistolar de Símaco existen ocho cartas dirigidas a
Eupraxio, ya que, en nuestra opinión, las cartas 58-65 del libro IV tienen
el mismo destinatario. La existencia, en la tradición manuscrita, de las
variantes ortográficas Euphrasius, Eufrasius, Eupraxius y Euprasius17 en
estas cartas dispuestas de modo continuo no permite distinguir dos
personajes bajo estas variantes. A partir de tales grafías y, sobre todo,
del contenido, Seeck - a pesar de mantener siempre Euphrasius en su
edición - postuló una distinción entre el destinatario de las cartas 58-63
y el de las 64-65. El investigador alemán creía que las 58-63 iban desti-
nadas al corresponsal hispano que colabora con Símaco en el asunto de
los caballos y, en cambio, las 64-65 al praefectus urbis Romae del 374
- Flavio Eupraxio -, así se identificaba el destinatario de las oratiunculae
- 64 - con el personaje que es mencionado en la Relatio 3218. La identifi-
cación de Flavio Eupraxio con el destinatario de las cartas 64-65 del
libro IV se ha mantenido, con mayor o menor convencimiento, después
14 Cf. PLRE II, p. 741, Tarrutenius
Maximilianus, 3.
15 Zosim., Hist. noua 5, 45, 4, ed. L. Mendelssohn, Leipzig 1887.
16 D. Vera ha estudiado este grupo
de rentistas que obtenían, básicamente, sus
ganancias mediante los cánones pagados por los arrendatarios - solo los
pequeños pro-
pietarios podían realizar una gestión directa en todas sus propiedades, por
ejemplo
mediante actores - y, en menor medida, a través de actividades
comerciales. Son signifi-
cativas al respecto las tres categorías de rentas que facilita Olimpiodoro. Cf.
D. Vera,
Strutture agrarie e strutture patrimoniali nella tarda antichità: l'
aristocrazia romana fra agricol-
tura e commercio, «Opus» 2, 1983, pp. 489-533 e Id., Forme e funzioni
della rendita fondiaria
nella tarda antichità, en Società romana e impero tardoantico, I,
Bari-Roma 1986, pp. 367-447
y 723-760. Este patrimonio no era sólo mantenido y aumentado mediante una
interesa-
da política matrimonial sino que, incluso, se prohibe por ley - C. Th.
6, 2, 8 - que las
propiedades del ordo senatorius salgan de este estamento. Respecto a la
legislación que
custodiaba estos patrimonios, cf. D. Daube, The Defence of Superior Order in
Roman Law,
Oxford 1956.
17 Cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., pp. 118-121 y Callu, cit., II, pp.
137-146, especialmente p. 137.
18
Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., pp. CXLVI-CXLVII. Cf.
también,
Id., Regesten der Kaiser und Päpste für die Jahre 311 bis 476 n. Chr.
Vorarbeit zu einer
Prosopographie der christlichen Kaiserzeit, Stuttgart 1919, p. 244.
55
Josep Vilella Masana
de Seeck. Chastagnol le considera
el receptor de las cartas 64-6519,
fechadas hacia el 384-385 a partir de la supuesta mención del mismo
personaje en la Relatio 3220. Por su parte, la PLRE
también considera
que Flavio Eupraxio recibe algunas de estas ocho cartas de Símaco aun-
que sin especificar al respecto21; esta indecisión vuelve a
constatarse en
la noticia que la PLRE dedica a Euphrasius 1, en la cual, en cambio, no
se
menciona a Flavio Eupraxio y se dice que Eupraxio recibe con seguri-
dad las 58-63 y posiblemente las 64-6522. La insegura aceptación de
la
solución propuesta por Seeck aparece de nuevo en Callu, autor que pre-
fiere Euphrasius para las cartas 58-63 y, con interrogación, Eupraxius
para las 64-65; para Callu este último personaje también sería Flavio
Eupraxio23. En su comentario al libro
IV, Marcone piensa igualmente en
la existencia de dos destinatarios en estas cartas a partir del contenido
y, aunque con prudencia, también identifica a Eupraxius con el defensor
de Valentiniano I24.
A
nuestro entender, existen cuatro datos que permiten atribuir las
cartas 58-65 a un único personaje, al senador denominado Eupraxio que
vivía en Hispania y que sólo se documenta en estas cartas simaquianas.
En primer lugar debe considerarse que, como hemos dicho, la tradición
manuscrita no permite justificar la existencia de dos personajes25. Otro
hecho relevante es que, al igual que ocurre con las otras cartas dirigidas
a los mismos corresponsales, estas cartas aparecen agrupadas dentro
del libro IV, probablemente por el mismo Símaco o su hijo26. Debe tam-
bién tenerse en cuenta que la identificación de Flavio Eupraxio con el
receptor de las cartas 64-65 es totalmente hipotética, ya que, además de
lo dicho, no hay ningún indicio sólido al respecto y, por otra parte, no
es seguro que Flavio Eupraxio - documentado como quaestor sacri palatii
de Valentiniano I en el 367 - todavía viva en el 384, fecha de la Relatio
32
que se ha usado para fechar las cartas 64-6527. Finalmente, la diferencia-
ción temática no implica la existencia de dos corresponsales distintos. Si
19 Chastagnol, Les Fastes,
cit., p. 191.
20 Cf. Vera, Commento storico
alle 'Relationes', cit., p. 245.
21 PLRE I, pp. 299-300. Debe
añadirse la carta 61: ad q(uem) s(supra).
22 Ibid., II, p. 425.
23 Callu, Symmaque, cit., II,
pp. 137-146.
24 Marcone, Commento storico al
libro IV, cit., pp. 93 y 98. En su comentario y reepílo-
go cronológico atribuye a Eupraxius las cartas 63, 64 y 65.
25 Supra, n. 17.
26 Supra, n. 12.
27
Seeck., Q. Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., p. CXLVII y Callu, Symmaque,
cit.,
II, p. 145, n. 1.
56
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
bien es verdad que cinco de las cartas atribuídas
desde Seeck con segu-
ridad al hispano Eupraxio aluden a los caballos -58-60 y 62-63-, la 61
se refiere al caso de Tuentio28. Además, en una de estas
cinco -60-,
Símaco se refiere a la admiración que Eupraxio sentía por Cicerón -hoc
etiam Tullius tuus praecipit luxum in priuatis negotiis arguens, in publicis
magnificentiam probans-. Ello evidencia que el severo y riguroso
Eupraxio -así le califica Símaco en la carta 58- podía perfectamente
comentar y juzgar los discursos pronunciados por Símaco que el orador
le envía junto con la carta 6429, tradicionalmente atribuída
a Flavio
Eupraxio. Es decir, Eupraxio sería un culto senador hispano, probable-
mente pagano, cuya amistad y correspondencia con Símaco trasciende
la cría y comercio de caballos que comentaremos. Si bien, desgraciada-
mente, y a diferencia de las cartas 58-63, no es posible fechar con cierta
precisión las 64-65, estamos convencidos de que estas cartas tienen por
destinatario el mismo personaje que las anteriores. Ello se desprende,
como hemos visto, de la propia exégesis de estas cartas a la vez que
proporciona una mejor comprensión de este corresponsal de Símaco y
de la actuación de este senador en la preparación de los ludi organiza-
dos por Símaco.
Como decimos, las cartas que no se refieren a los caballos
son las 64,
65 y 61. Las 64-65 parecen ser anteriores a las otras, aunque, como
hemos expuesto, no deben ser fechadas hacia el 384-385 en base a la
identificación del destinatario con Flavio Eupraxio. En la 64 Símaco
contesta a Eupraxio aludiendo a los reproches de este último por no
escribirle y, también, a su petición de oratiunculae -discursos pronun-
ciados por Símaco en el Senado-, de las cuales Símaco le envía -como
ya había hecho antes- ahora cinco30. En la 65 Símaco contesta, de
manera efusiva y breve, una carta de Eupraxio.
En
la carta 61 Símaco explica a Eupraxio que el praefectus urbis
Romae Félix31
ha actuado a favor de Tuentius tuus, es decir de un sena-
dor hispano vinculado a Eupraxio; ello permite fechar esta carta en el
398. Símaco expone que Félix ha ordenado que los quaesitores glebae
senatoriae vayan inmediatamente a Hispania para comprobar la
imposi-
bilidad, alegada por Tuentio, de pagar la gleba senatoria que gravaba
las
28 PLRE II, p. 1130.
29 Cf. Marcone, Commento storico
al libro IV, cit., p. 99. El epistolario simaquiano
pone de manifiesto que Símaco escribe las cartas teniendo presente la
personalidad de
sus destinatarios, cf. A. Garzya, L'epistolografia letteraria tardoantica, en
Il mandarino e il
quotidiano, Napoli 1983, pp. 115-148, p. 127.
30 Cf. Marcone, Commento storico
al libro IV, cit., p. 99.
31
PLRE II, pp. 458-459.
57
Josep Vilella Masana
propiedades de los clarissimi desde
Constantino, hecho que podía com-
portar la exclusión del ordo senatorius. Símaco especifica que si bien
Tuentio disfrutaba de los privilegios que comportaba su condición de
sacerdote provincial, esta función no era suficiente para proteger a
Tuentio del fisco y que la exención fiscal la proporciona, ante todo, la
simple pobreza que, una vez corroborada por los quaesitores, proporcio-
naría la inmunidad a Tuentio de este impuesto anual y pagado en oro32.
Es probable, además, que el mismo Eupraxio hubiera hecho gestiones
para solucionar el caso de Tuentio. La estancia de Eupraxio en Italia que
menciona Símaco en esta carta puede estar relacionada con el asunto de
Tuentio. ¿Se dirigió Eupraxio, quizás acompañado de Tuentio, a la ofici-
na central del comes sacrarum largitionum en el 397 o inicios del 398?
Símaco, quien estaba al corriente de este asunto y conocía la amistad
existente entre los dos senadores hispanos, da estas buenas noticias a
Eupraxio en un momento en el que le era muy necesaria, como vere-
mos, la amistad de Eupraxio.
En
efecto, Eupraxio parece ser el principal hombre de confianza de
Símaco en Hispania para la adquisición de los caballos que precisaba
para la editio de la pretura de su hijo33. La consecución de estos
caballos
32 Además de la iugatio-capitatio,
los senadores debían pagar la gleba senatoria o follis
senatorius. Su recaudación corría a cargo de los censuales -para
los senadores residentes
en Roma- y de los censitores glebae senatoriae para los que tenían su
domicilio en las pro-
vincias. Hasta el 397 el officium censuale, dependiente del prefecto
urbano, concedía la
exención de este impuesto senatorial en Occidente, después de esta fecha,
cuando estas
atribuciones corresponden al comes sacrarum largitionum, en esta oficina
romana seguía
confeccionándose y actualizándose el elenco de estos impuestos. A las tres
tasas esta-
blecidas por Constantino - en función del patrimonio - se añade una más en el
393,
hecho que evidencia las dificultades económicas de algunas familias
senatoriales, sobre
todo en las provincias. Otra familia senatorial hispana arruinada en esta época
y que
también documenta Símaco es la de Valerio Fortunato, en Mérida; cf. PLRE I, pp.
370-
371. Como ha señalado Chastagnol, es posible que la ley del 29 marzo del 398 -
C. Th. 6,
2, 21 - concerniente a la gleba senatoria y a su aplicación en Hispania
esté relacionada
con el caso de Tuentio, cf. Chastagnol, Les Fastes, cit., p. 251. La
bibliografía al respecto
se halla recogida en Marcone, Commento storico al libro IV, cit., pp.
96-97.
33
A finales del siglo IV existían tres pretores en Roma: el praetor urbanus,
el praetor
tutelaris y el praetor triumphalis. La pretura sigue siendo un
cargo obligatorio y la más
importante de las magistraturas menores en el cursus senatorial después
de las grandes
reformas de Constantino. La pretura - ejercida normalmente entre los 20 y 25
años aun-
que también a veces antes, como el caso que aquí nos ocupa, la del hijo de
Símaco - pro-
bablemente proporciona la entrada real en el Senado a partir de Constantino,
después de
ostentarse previamente la cuestura - simple munus -. Además de algunas
atribuciones
jurídicas - que varían segun la pretura -, la principal obligación del pretor
era de natura-
leza administrativa. Estos pretores debían proporcionar ludi a los
romanos durante la pri-
mera semana de enero, esto es, en su primera semana al frente de la pretura;
sin embargo,
la editio praetoria no siempre parece haber tenido lugar exactamente
durante la primera
58
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas
a Hispania
origina las restantes cartas del epistolario de Símaco dirigidas, con segu-
ridad, a corresponsales hispanos, tanto las 58-60 y 62-63 del libro IV
enviadas a Eupraxio como las destinadas a los otros corresponsales de
Hispania - excepción hecha de Mariniano - que comentaremos. Además
de escribir a hispanos para realizar la selección y compra, Símaco tam-
bién escribe a personajes que ocupaban altos puestos en la administra-
ción imperial de Occidente para conseguir los permisos de euectiones y
tractoriae - uso del cursus publicus para el transporte de los
caballos
hispanos hasta Roma - así como, también, cartas de recomendación
para la gente que Símaco envía a Hispania en el 399. Ahora bien, a pesar
de ser, probablemente, las carreras de cuadrigas, la parte de la editio
más esperada por la plebe, se celebraban muchos otros espectáculos
durante la primera semana de enero. Para esta ocasión Símaco también
hace traer a Roma animales salvajes para las uenationes - leopardos,
cocodrilos, osos dálmatas, corzos, etc. -, actores para las representacio-
nes escénicas, etc. Es evidente que Símaco preparó minuciosamente la
semana
de enero y es probable que así ocurra con la de Memio, cf. Callu, Symmaque,
cit., II, pp. 234-235. Por otra parte, si bien estos espectáculos coincidían
cronológicamen-
te con los juegos consulares, normalmente estos últimos no eran celebrados en
la capital
imperial. Aunque no se conoce la cantidad mínima, el dinero - sumptus -
que la familia
del joven pretor debía dedicar a los espectáculos y regalos de la editio,
dicha cantidad
estaba minuciosamente establecida en la legislación - en el fondo la pretura es
un
munus obligatorio - pues los emperadores - en cuyo nombre los
magistrados daban for-
malmente los juegos - eran los primeros interesados en contentar a la plebe;
existen
también en la legislación una serie de disposiciones que contemplan el supuesto
del
abandono de la editio por el pretor o, incluso, su fallecimiento. No
sorprende que las
grandes sumas que debían invertirse en las editiones suscitaran quejas
de las familias
senatoriales menos pudientes - cf. C. Th. 6, 4, 21- aunque, como es
lógico, para las más
ricas ello representaba el medio para conseguir prestigio y labrarse un
importante cur-
sus. A finales del s. IV, los futuros pretores recibian del Senado la designatio
diez años
antes de entrar en el cargo y la nominatio un año antes, así las
familias senatoriales
sabían con antelación el año de la pretura y le podían dedicar mucho dinero y
esfuerzo
organizativo. Es decir, todo estaba detalladamente establecido para la exitosa
consecu-
ción de la principal función que en esta época tenía la pretura, esto es, el
dar espléndi-
dos juegos al pueblo de Roma. Para la pretura bajo-imperial, cf. básicamente:
A.
Chastagnol, Observations sur le consulat suffect et la préture du Bas-Empire,
«Rev. histori-
que» 219, 1958, pp. 221-253, especialmente pp. 237-252; Id., Les modes de
recrutement du
Sénat au IV siècle après J.-C., en Recherches sur les structures
sociales dans l' Antiquité
Classique, Paris 1970, pp. 187-211, especialmente pp. 191-193; Id., L'
adlectio inter consula-
res, en Sodalitas. Scritti in onore di A. Guarino, Napoli 1984, I,
pp. 391-400. Respecto a los
juegos y a su coste, A. Marcone, L allestimento dei giochi annuali a Roma
nel IV secolo d.C.,
«Ann. della sc. nor. sup. di Pisa» 1l, 1981, pp. 105-122
y Vera, Commento storico alle 'Relationes',
cit., pp. 75-76; también, Chr. Landes (ed.), Le cirque et les courses de
chars.
Rome-Byzance, Lattes 1990 y P. Veyne,. Le
pain el le cirque. Sociologie historique d'un pluralis-
me politique, Paris 1976, pp. 702-706. Para los cursus, Chastagnol,
La carrière sénatoriale,
cit., pp. 175-180.
59
Josep Vilella Masana
editio de la pretura, su gran preocupación en
los años 398-400 y bien evi-
denciada en su epistolario. Como señaló Seeck, en el epistolario simaquia-
no hay unas sesenta cartas34
relativas a estos preparativos, incluídas las
invitaciones enviadas para el evento. En el epistolario se documentan
también los regalos usuales en tales ocasiones: además de repartirse dine-
ro u otros presentes entre los profesionales del circo-teatro y los asistentes,
era costumbre que la familia del recién estrenado pretor regalase diptycha,
canistella o pugillares de marfil o metal noble al emperador,
parientes y
amigos35. Olimpiodoro de Tebas toma
como ejemplo la editio de Memio36
cuando quiere poner de manifiesto la riqueza de los senadores romanos;
según este autor, Símaco gastó 2.000 libras de oro en los juegos de esta
pretura y Petronio Máximo37
4.000 libras de oro en el año 41238. La excep-
cional cantidad de dinero invertida por Símaco en la pretura de su hijo y
su esmerada organización se entienden mucho mejor si se considera,
como ha expuesto Roda, la coyuntura que en este momento disfrutaba
Símaco, muy distinta de las que había atravesado en sus anteriores editio-
nes. Después del 397 -muerte de Ambrosio39 y revuelta de Gildón40- se
fragua un gran entendirniento entre Símaco y Estilicón41 que el princeps
34 IV, 7-8, 12, 58-60, 62-63; V, 56,
82-83; VI, 33-35, 38, 40, 42-43; VII, 1, 48, 59, 82, 90,
97, 105-106, 110, 121-122; VIII, 14, 21, 71-72; IX, 6, 12-13, 15-16, 18-27, 74,
132, 135, 137,
141-142, 144, 151-152. Cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae supersunt,
cit., p. LXXI, n. 329
y Roda, Commento storico al libro IX, cit., pp. 116-118.
35 Infra, n. 69.
36 Cf. PLRE II, pp. 1046-1047.
37 Cf. PLRE II, pp. 749-751.
38 Olymp., Frag. 44, ed. C.
Mueller, FHG 4, Paris 1851. Al igual que sucede con otros
autores orientales - en Oriente el patrimonio de los clarissimi era
menor - tales como
Amiano Marcelino, Paladio y el biógrafo de Melania, la riqueza de las grandes
familias
senatoriales romanas causa también la admiración de Olimpiodoro, cf. supra, n.
16. Es
evidente, una vez más, el interés de Símaco, que no era uno de los senadores
más ricos
de Roma, por conseguir unos espectáculos fuera de lo común. No sorprende, por
lo
demás, que Símaco sea acusado de ser demasiado ambicioso en estos juegos - sin
duda
superó, con mucho, lo establecido por la ley -, cf. IV, 8. Si bien,
oficialmente, Símaco se
muestra favorable - recogiendo así el sentir de muchos senadores - a limitar
los costos
de las editiones, esta actitud no es asumida en los espectáculos
costeados por él en la
pretura de su hijo, cf. Marcone, L'allestimento dei giochi annuali,
cit., pp. 118-122 e Id.,
Commento storico al libro IV, cit., p. 94
39 Cf. RE 1, 2, coll. 1812-1815, 7
(Jülicher); H. Von Campenhausen, Ambrosius von
Mailand als Kirchenpolitiker, Berlin-Leipzig 1929; Palanque, Saint
Ambroise, cit.; F.H.
Dudden, The life and times of St. Ambrose, Oxford 1935; A. Paredi,
Sant'Ambrogio e la sua
età, Milano 1941; PLRE I, p. 52; L. Cracco Ruggini, Ambrogio e le
opposizioni anticattoliche
fra il 1383 e 1390, «Augustinianum» 14,1974, pp. 409-449; AA.VV., Cento
anni di bibliogra-
fia ambrosiana (1874-1974), Milano 1981
40 PLRE I, pp. 395-396.
41
Ibid., I, pp. 853-858.
60
Las cartas del epistolario de Q.Aurelio Símaco enviadas a Hispania
senatus rentabiliza - caso de las peticiones
que hace al magister utriusque
militiae: euectiones, la misma demora de la pretura de su hijo,
el uso de
un anfiteatro, etc. -. La situación política de Símaco a finales del último
decenio ya no era la que había tenido durante su consulado y la cuestu-
ra de su hijo - años 391 y 393, respectivamente -. Entonces Símaco aca-
baba de ser perdonado por su apoyo a Magno Máximo42 y le era nece-
saria una cierta modestia; ahora, en cambio, la pretura de Memio le pro-
porcionaba el momento de su redención43.
Volviendo
a las cartas del epistolario enviadas a Eupraxio, las que
tienen por objeto la coemptio equina son, como hemos dicho, las 58-60 y
62-63 del libro IV. La carta 58 ha sido fechada por Seeck - a quien sigue
Callu - en la primavera del 39944. Por nuestra parte, creemos
que es
anterior al 399 o, como mínimo, escrita antes que la 59, fechada por
Seeck y Callu a finales del 398 en base a la notificación de la nominatio45.
Con la carta 58 Símaco contesta a una que había recibido - como cada
año - del hispano casi a inicios del invierno y llevada hasta Roma por
hombres de Eupraxio que transportaban caballos en una embarcación46.
Son también estos hispanos quienes llevan la respuesta de Símaco a
Eupraxio cuando, finalizado el mare clausum, emprenden el viaje de
regreso a Hispania. El mismo Símaco dice que tarda en contestarle debi-
do a la paralización hivernal - de octubre a abril - del tráfico maríti-
mo47. En consecuencia, si esta
carta fuera realmente de la primavera del
399, sería ésta la primera ocasión que tendría Símaco para comunicar la
nominatio a Eupraxio. En el mismo sentido parece apuntar la poca pre-
mura que, a diferencia de las cartas 59 y 60, pone Símaco en la 58, carta
que, de las conservadas, parece ser la primera enviada por Símaco a
42 Ibid., I, p. 588. Cf. también RE
14, 2, coll. 2546-2555, 33 (W. Ensslin); J.R. Palanque,
L'empereur Maxime, en Les empereurs romains d'Espagne, Paris
1965, pp. 255-267 ;
Chastagnol, Les espagnols, cit., p. 288, n° 3; J R. Martindale, Prosopography
of the Later
Roman Empire: addenda et corrigenda to Volume I, «Historia» 23,
1974, pp. 246-252, p. 246.
43 Roda, Simmaco nel gioco
politico, cit., passim.
44 Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., p. CXLVII y Callu, Symmaque, cit.,
II, p 137. Roda, Simmaco nel gioco politico, cit., p 113, la fecha entre
el 398 y el 399.
45 Aunque en el texto se menciona la
designatio, obviamente se trata de la nominatio. Cf.
Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., p. CXLVII y Callu, Symmaque,
cit., II, p 139.
46 Una representación musiva del
transporte marítimo de caballos en M. Bernard,
Le cheval dans les mosaïques de l'Afrique du Nord, «Bullet. arch. du com. des
trav. hist. et
scient.» 1906, pp. 3-31, pl VIII, p. 6.
47
Cf. E. De Saint-Denis, Mare clausum dans Fortunat, «Rev des étud. Lat.»
25, 1947,
pp. 196-214; J. Rougé, La navigation hivernale sous l'Empire romain,
«Rev. des étud. anc.»
54, 1952, pp. 316-325; J. Laporte, Mare clausum, «Rev. des étud. Lat.» 30, 1953, pp ll0-
111; J. Rougé, Recherches sur l'organisation du commerce maritime en
Méditerranée sous
l'Empire romain, Paris 1967, pp. 32-33.
61
Josep Vilella Masana
Eupraxio respecto a los caballos que precisaba para la pretura a fin de ir
preparando su selección y compra, sin esperar lógicamente a la nominatio,
ya que el año de pretura era conocido desde diez años antes48.
Además de pedir disculpas por el retraso de su contestación,
Símaco
también pide excusas a Eupraxio por haber rehusado - tal y como le
pedía el hispano en su carta - escoger una cuadriga de entre los caba-
llos de carrera que los homines de Eupraxio habían
llevado a Roma. Si
bien esta cuadriga puede haber sido regalada por Eupraxio pensando
en la pretura de Memio, el grueso del cargamento equino no tiene rela-
ción con la misma. Símaco explica que no rechaza la cuadriga por
desprecio sino debido a que los caballos no eran aptos para los circenses.
Símaco pide además a Eupraxio que prepare unos caballos uisu et cursu
nobiles para la editio de Memio, diciéndole que los espectáculos de
este
evento deben superar los dados anteriormente - durante su consulado
y la cuestura de Memio -, en los cuales también había colaborado
Eupraxio, y que se ocupe sólo de la elección equina cuyo importe reci-
birá Eupraxio para pagar a los propietarios de los caballos, muy abun-
dantes en Hispania - cum sit diues equini pecoris Hispania et magnus
gre-
gum numerus copiam praestet examini49-.
En
la carta 59, Símaco se queja del silencio de Eupraxio - ¿habría
sentado mal a Eupraxio que Símaco declinase la elección de la
cuadriga? 50-,
le notifica la nominatio de su hijo, instándole, con urgen-
48 Supra, n. 33.
49 Ha dedicado un estudio a las
cartas de Símaco enviadas a Hispania para la obten-
ción de los caballos que precisaba en la editio de su hijo, J. Arce, Los
caballos de Símmaco,
«Faventia» 4, 1982, pp. 35-44 (= España entre el mundo antiguo y el mundo
medieval,
Madrid 1988, pp. 136-146). En relación a la fama de los caballos hispanos, su
estima,
cría, uso, representación y comercio, cf. Roda, Commento storico al libro IX,
cit., pp. 118-
119, con bibliografía. Además de los trabajos recogidos por Roda, J.M. Blázquez
tam-
bién se refiere - aunque no siempre son correctas sus lecturas del epistolario
- a los
caballos documentados por Símaco en: Conflicto y cambio en Hispania durante
el siglo IV,
en Transformation et conflits au IVe siècle ap. J.-C., («Antiquitas»
29,1978), Bonn, pp. 53-93;
Id., Problemas económicos del Bajo Imperio en España, en Estudios en
Homenaje a Don Claudio
Sánchez Albornoz en sus 90 años, I (Anexos de «Cuadernos de Historia de
España») 1983,
pp. 137-148; Id., La caballería en Hispania durante el Bajo Imperio, en Hestiasis
(Studi tar-
doantichi 2), Messina 1989, pp. 45-76 (= Los célebres caballos hispanos del
Bajo Imperio, en
Aportaciones al estudio de la España romana en el Bajo Imperio, Madrid
1990, pp. ll-46).
Una síntesis es la realizada por M. Darder-G. Ripoll, Caballos en la
Antigüedad Tardía
hispánica, «Rev. de arqueol.» 104, diciembre de
1989, pp. 41-51. Acerca de la documenta-
ción proporcionada por la musivaria hispana, cf. M. Guardia, Los mosaicos de
la
Antigüedad Tardía en Hispania. Estudios de iconografia, Barcelona 1992.
50
En la carta 61, también del 398, además de interesarse por Tuentio - así
reforzaba
su amistad con Eupraxio - lamentaba que, pasando cerca de Roma, Eupraxio no le
hubiera visitado.
62
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
cia, a preparar las cuadrigas - operación que requiere
tiempo - y le dice
que recibirá el dinero ad hoc el próximo verano. También le recuerda
Símaco que, gracias a él, la editio de la cuestura51 de Memio fue brillante
y que espera superarla en su segunda magistratura, igualmente con la
colaboración de Eupraxio.
La 60 -del año 399, como dijo Seeck- tiene también por
objeto
recordar las anteriores peticiones acerca de los caballos. En ella Símaco
vuelve a insistir en que quiere superar la gran fama ya conseguida en
ocasión de su consulado y de la cuestura de Memio. Dice a Eupraxio
que escoja los caballos de sus cuadras o de las de otros y reitera que sus
familiares le darán el dinero necesario. Se refiere también a Cicerón y
a
la tradición romana para justificar sus ambiciones y acabar de conven-
cer a Eupraxio, quien también disfrutaba del favor popular.
La
carta 62 es una presentación-recomendación para que Eupraxio
atendiera a unos summates Antiochensium que compraban cuadrigas,
siendo probablemente estos sirios quienes entregarían la carta en mano.
Desde Seeck, la carta 62 se ha fechado a partir del 391- editio consular
de Símaco - en razón de la mención que el halagador Símaco hace de su
amistad con Eupraxio y de la fama que tenían sus caballos52. Sin
embargo, en nuestra opinión, esta carta debe ubicarse a finales del 399 o
inicios del 400. Esta datación se justifica en la identificación de estos
ricos sirios con los Laudiciani - de Laodicea de Siria - mencionados en
la
carta 63, del año 400, como indicó Seeck, por la alusión al retraso de la
pretura - inicialmente prevista para el 400 y realizada en el 40153-. Si
bien Callu considera que estos laodiceos pueden hacer referencia a
sirios que se hallaban en Hispania o bien a hispanos que mantenían rela-
ciones con gente de Laodicea - aunque sin establecer conexión entre las
51 La editio correspondiente
a la cuestura tenía lugar el 2 de diciembre y días
siguientes. Respecto a la cuestura y a su munus, cf.: Chastagnol, Les
modes de recrutement,
cit., p. 193; S. Roda, Osservazioni sulla editio quaestoria a Roma
nell'età imperiale, «Studi
Romani» 24, 1976, pp. 145-161; Id., Magistrature senatorie minori nel Tardo
Impero, «Stud.
et. doc. hist.
et iur.» 43, 1977, pp. 23-112; Marcone, L'allestimento
dei giochi annuali, cit.,
passim; Chastagnol, La carrière sénatoriale, cit., pp. 173 y 175.
52 Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., p. CXLVII y Callu, Symmaque, cit.,
II, p. 143. Cf. IV, 58.
53
Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., p. CXLVII y Callu, Symmaque,
cit.,
II, p. 143. En contra, Roda, Simmaco nel gioco politico, cit., p. 113.
Los espectáculos preto-
rianos coincidían, cronológicamente, con los consulares, estos últimos
normalmente no
celebrados en Roma durante el siglo IV. En el 400 - fecha inicial de la pretura
de Memio -
había también la inauguración del consulado de Estilicón y a causa de ello el
general
vándalo concede a Símaco una prórroga de un año en la pretura de Memio - cf.
VII, 1 -,
así Símaco puede estar presente en ambas celebraciones. En relación al
significado polí-
tico del viaje de Símaco hasta Milán, cf. Roda, Simmaco nel gioco politico,
cit., pp. 97-103.
63
Josep Vilella Masana
dos cartas54-, creemos que existe una
clara vinculación entre las dos
menciones de sirios. Se trataría o bien de los sirios de la carta 62 que
todavía se hallarían en Hispania o bien, más probablemente, de las cua-
dras del propietario - cuyo nombre desconocería Símaco - al que
habrían comprado los summates55. No parece, por lo demás,
que con el
nombre de Laudiciani se indiquen unos propietarios de caballos56.
Con la carta 63 -la última del epistolario dirigida a
Eupraxio-,
Símaco, insaciable en su afán de conseguir unos juegos sin par, aprove-
cha el retraso de la pretura para solicitar más caballos y pide cuatro
cuadrigas ex grege Laudicianorum. Símaco debía tener buenas referencias
de estos caballos - probablemente a través de sus recomendados - y así,
indicando a Eupraxio donde debía comprarlos, conseguía su objetivo
con rapidez - le dice también que se los envíe justo al finalizar el mare
clausum -. Dice asimismo Símaco que dará el dinero a los hombres de
Eupraxio, a la vez que se excusa por no pedir a Eupraxio caballos de
sus cuadras, algunos de los cuales también fueron llevados a Roma
para la editio praetoria.
Además
del rico y culto Eupraxio, Símaco se vale de otros perso-
najes que se hallaban en Hispania para la consecución de los caballos
que quería para la pretura de su hijo. Uno de ellos es Helpidio57, sena-
dor y pagano como -probablemente- Eupraxio, al cual van dirigidas
-además de ser mencionado en otras- 21 cartas -V, 78-98- del episto-
lario de Símaco. Aunque se ha defendido el nacimiento de este perso-
naje en Hispania, donde tenía tierras, ello no es seguro58. Sea como sea,
es evidente la estancia de Helpidio en suelo ibérico cuando Símaco está
gestionando la selección y compra de caballos para la pretura. De este
54 Callu, Symmaque, cit., II,
p. 144.
55 Agradecemos las sugerencias que
al respecto nos han proporcionado el Dr. M.
Mayer y la Dra. M. Darder.
56 Arce, Los caballos, cit.,
p. 42, n. 55, considera que la yeguada de los Laudacii (sic)
proporciona un nombre seguro de propietarios de caballos. Como antropónimo,
sólo
hemos hallado una mención incierta de Laudicianus, cf. H. Solin, Die
griechischen
Personennamen in Rom. Ein Namenbuch, I, Berlin-New York 1982, p. 218.
57 Cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., pp. CLIX-CLXI; PLRE II, pp.
535-536; Rivolta, Commento storico al libro V, cit., pp. 191-192.
58
Se le ha supuesto una origo hispana a partir de las tierras que vende en
Hispania
(II, 87: post uenditionem Hispaniensis praedii), de su colaboración con
Símaco en la cues-
tión de los caballos y de su identificación con el homónimo que Teodosio
intenta casar
con la viuda de Nebridio (PLRE I, pp. 620 y 1037). Chastagnol, Les espagnols,
cit., p. 289,
n. 2, acepta sin titubeos la existencia de un único personaje llamado Helpidio;
en contra,
Matthews, Western Aristocracies, cit., p. ll0, n. 2. En PLRE ambos
personajes aparecen
separados: PLRE I, p. 416 y II, pp. 535-536.
64
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
momento son las cartas 82 y 8359. Más problemático es saber
si alguna
de las restantes cartas simaquianas fue recibida por Helpidio en
Hispania, ya que no parece habitual la residencia en la Península
Ibérica
de este corresponsal - gran amigo de Símaco, le llama frater; cf., por
ejemplo, II, 85 - que, al parecer, ejerció los cargos de consularis
Campaniae en el 396 y de proconsul Africae en el 402; en el 394
se atesti-
gua la estancia de Helpidio en Milán durante la editio consular de
Nicómaco Flaviano60.
Ello nos aconseja tomar, para nuestro propósito,
sólo en consideración la 82 y la 83.
59 Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., p. CLXI, Callu, Symmaque, cit., II, pp.
215-216 y Rivolta, Commento storico al libro V, cit., p. 85, fechan, sin
duda correctamente,
estas cartas en el 399 -en la 83 se dice que la pretura de Memio es esperada
para el próxi-
mo año-. Roda, Simmaco nel gioco politico, cit., p. 113, propone una
cronología de 398-400.
En otro orden de cosas, carece de fundamento la argumentación realizada por
Rivolta,
Commento storico al libro V, cit., pp. 194-195, a partir de la cual la
autora concluye que
Helpidio no se halla en Hispania durante el año 399. En efecto, el texto
de la carta 82 del
libro V no sólo no permite afirmar que Helpidio deba escojer caballos galos -
interpreta-
ción que realiza Rivolta entendiendo de proximo en el sentido de una
zona mas cercana a
Roma - sino que pone claramente de manifiesto que la selección de caballos que
Símaco
pide a Helpidio debe realizarse en Hispania, sin que el contenido de la
carta permita, en
absoluto, excluir de la cabaña ibérica los caballos que debe seleccionar
Helpidio sino, pre-
cisamente, todo lo contrario. La selección que debe realizar Helpidio en su
región -de
proximo- forma parte de los caballos a que -en esta misma carta e
inmediatamente antes
de referirse a la zona de Helpidio- alude Símaco con estas palabras: de
Hispaniis copiam
mihi equorum spes certa promittat. Así lo evidencia claramente también el
hecho de que en
esta carta Símaco diga que sus familiares van a ir -a Hispania-
con dinero para comprar
los caballos más idóneos, misión para la que el orador pide la colaboradón de
Helpidio,
personaje que ya había enviado a Símaco una relación de las cuadrigas que se
hallaban en
venta. Por otra parte, la exégesis de V, 83 tampoco permite afirmar - como hace
Rivolta -
que Helpidio no se encuentre en Hispania en el 399 ya que Símaco dice
que ha encargado a
sus amici la elección de los mejores caballos hispanos y pide a Helpidio
que ayude a sus
enviados en este cometido. Por lo demás, el contenido de las cartas 82 y 83 del
libro V es,
por ejemplo, prácticamente idéntico al de IV, 58-60 - a Eupraxio -, IX, 12 - a
Perpetuo -,
IX, 18 - a Pompeya - y IX 19 - a Flaviano -, cf. también V, 56, IX, 23 y las
cartas enviadas a
los personajes que ocupaban cargos en la administración occidental. Ademas, el
contenido
de V, 82 es claramente distinto del de IX, 20, carta en la que se apoya Rivolta
para situar a
Helpidio en la Gallia. Tampoco es un dato relevante para situar a
Helpidio fuera de
Hispania en el 399 la venta que este último realiza de tierras hispanas
en el 394 - en el 399
Helpidio puede seguir teniendo propiedades en suelo ibérico -. Desconocemos,
por otra
parte, en qué se basa Rivolta al decir que Seeck y Callu discrepan en relación
a la estancia
de Helpidio en Hispania durante el año 399.
60
II, 85 y V, 53. Respecto a este gran representante de la aristocracia romana pagana
de finales del s. IV y pariente de Símaco - la hija del orador se casa con el
hijo de Nicómaco
Flaviano - que se suicida después de la derrota de Eugenio - septiembre del 394
-, cf.
PLRE I, pp. 347-349. Es evidente la intensa amistad de Helpidio con los grandes
represen-
tantes del paganismo romano, cf. también V, 97, con los comentarios de Seeck,
Q. Aurelii
Symmachi quae supersunt, cit., p. LX. Símaco intercede ante Nicómaco
Flaviano - en el año
393 ó 394, cuando era praefectus pretorio - para conseguir que Helpidio
recibiera el dinero
que le debía quien le había comprado una propiedad hispana, supra, n. 58.
65
Josep Vilella Masana
De estas dos cartas, la primera enviada a Helpidio parece
ser la 83,
en la cual Símaco le dice que la pretura de Memio es esperada para el
próximo año y que, para la editio, ha ordenado a sus amici que equos
ex
Hispania lectissimae nobilitatis edecument, solicitándole también su ayuda
para ello. Cuando Símaco escribe la carta 82, ya había recibido de
Helpidio una relación ex omnibus quadrigis que estaban a la venta. En la
misma, Símaco también dice a Helpidio que su gente irá pronto a
Hispania con dinero para comprar los mejores caballos de la lista que le
había facilitado. Dice igualmente a Helpidio que la pretura de Memio
debe parangonarse a las anteriores editiones y que escoja los caballos
más apropiados de su región -de proximo-. La zona peninsular donde
vivía Helpidio tenía que ser, lógicamente, distinta de la de Eupraxio - a
quien Símaco encarga lo mismo que a Helpidio, la selección de los
mejores caballos -. Según nos dice el mismo Símaco, esta selección
equina se realizó en diversas provincias de Hispania61,
En la carta 12 del libro IX, destinada a Perpetuo - personaje única-
mente documentado en esta carta simaquiana -, Símaco dice también a
este corresponsal hispano que su hijo desempeñará pronto la pretura y
que para ello necesita caballos de carreras. Es evidente que Perpetuo es
un hispano afincado en una zona distinta de donde vivían los otros co-
rresponsales hispanos de Símaco a los que realiza el mismo encargo62.
El orador da, una vez más, instrucciones a Perpetuo para que seleccione
los caballos más nobles y veloces ex omnibus gregibus que sus enviados
comprarán al precio establecido. La mención que hace Símaco de la
amistad existente entre él y Perpetuo indica un conocimiento entre
Símaco y Perpetuo anterior al 399 - fecha de la carta, como indicó
Seeck63- y, en nuestra opinión, la
pertenencia de Perpetuo - probable-
mente pagano - al ordo senatorius.
La
carta IX, 18 - también del 399 - va dirigida a Pompeya64. Símaco
le dice que, como le había notificado en anteriores cartas, ha mandado
familiares a Hispania para comprar caballos y le pide que elija
los mejores
de su cuadra cuyo debido importe le pagarán sus enviados. De nuevo,
61 VII, 48.
62 Arce, Los caballos, cit.,
p. 41, hace otra lectura de la carta IX, 12 y no cree que
Perpetuo residiera en Hispania. Cf. el comentario de Roda, Commento
storico al libro IX,
cit., pp. 114-119.
63 Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., p. CCIV. Como dijo Seeck, parece
que las cartas 11,12 y 18-22 del libro IX sean entregadas por los enviados de
Símaco a
Hispania para comprar y transportar los caballos en el 399.
64
Pompeya sólo se atestigua en esta carta simaquiana. Para la cronología, supra,
n.
63. Cf. Roda, Commento storico al libro IX, cit., p. 132.
66
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
esta carta pone de manifiesto una relación entre
Símaco y Pompeya ante-
rior al 399. Es, en este sentido, significativo que Símaco mencione la
memoria domus meae65
en esta carta dirigida a Pompeya, a nuestro enten-
der también clarissima.
Otro propietario de caballos hispanos a quien escribe Símaco
en el
399 es Flaviano - IX, 19 - aunque, lamentablemente, el texto de esta
carta es muy corrupto. De todas maneras, lo poco conservado de esta
carta es suficiente para saber que Símaco pide a Flaviano lo mismo que
a Pompeya. En el encabezamiento Símaco le dice que desea entablar
amistad con él y después expone a Flaviano que precisa caballos de ca-
rreras para la pretura de su hijo; se ha conservado también la mención
de las cuadras que tenía Flaviano66.
Durante
su cuidadosa y selecta coemptio equina, Símaco también
escribe a Salustio67,
otro senador amigo suyo que entonces se hallaba
en Hispania. Este illustris, praefectus urbis Romae en el
386 - Símaco lo
había sido en el 384 -, recibe en Hispania la carta 56 del libro V, del
año
40168. Mediante ella sabemos que
Símaco había solicitado igualmente a
65 Ut si qua apud te memoria
domus meae residet. Domus es el término empleado
usualmente por Símaco para referirse a su familia. Cf. IV, 60; IX, 12; IX, 18;
IX, 22; etc.
66 Se trata también de un personaje
documentado sólo en esta carta, igualmente, al
parecer, de rango senatorial. Para la cronología de la carta, supra, n. 63. Cf.
Roda,
Commento storico al libro IX cit., pp. 132-133.
67 Cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., pp. CLVI-CLVII; Id., Regesten
der Kaiser, cit., pp. 93-94; Chastagnol, Les Fastes, cit., pp.
216-218; PLRE I, p. 797 y II, p.
971; L.M. Martínez-Fazio, La segunda basílica de San Pablo, extramuros.
Estudios sobre su
fundación, Roma 1972, passim; D. Vera, Lo scandalo edilizio di Cyriades
e Auxentius e i tito-
lari della 'praefectura urbis' dal 383 al 387. Opere pubbliche e corruzione
in Roma alla fine del
IV secolo d.C., «Stud. et doc. hist.
et iur.» 44, 1978, pp. 45-94; Id., Commento storico
alle
'Relationes', cit., passim; Callu, Symmaque, cit., II, p. 41, n. 2;
Rivolta, Commento storico al
libro V, cit., pp. 166-168. Actualmente es evidente - sobre todo después de
los estudios
de Martínez-Fazio y Vera - que no debe identificarse - como hizo Seeck, seguido
por
otros autores - a Salustio con Aventio, el praefectus urbis Romae
predecesor de Símaco.
Es probable que - como indicó Seeck - Salustio fuera hijo del cónsul del año
363 - PLRE
I, pp. 797-798 -, pagano y amigo de Juliano, así parece evidenciarlo su nombre
y vincu-
lación a Hispania, donde no parece haber residido habitualmente - además
de ostentar
la prefectura urbana, su hijo pequeño se casa en Ostia el año 398, cf. VI, 35 -
aunque sí
después del 399, donde parece haberse retirado en su vejez y probablemente
tenía pro-
piedades. Si bien Arce, Los caballos, cit., p. 40, no acepta la segura
estancia de Salustio en
Hispania durante el año 401, en nuestra opinión así lo evidencia el
hecho de que en el
399 esté en la península y en el 401 Símaco le envíe presentes por haber estado
ausente
en la editio de la pretura de su hijo, contándole también las
vicisitudes de los caballos
que le había regalado, cf. la n. 68.
68
En el epistolario de Símaco hay tres cartas dirigidas a Salustio - V, 55-57 -.
De
estas tres, la única enviada con seguridad a Hispania es la 56, del año
401 por la mención
a los regalos conmemorativos de la pretura de Memio - cf. Seeck, Q. Aurelii
Symmachi
quae supersunt, cit., p. CLVII -. La carta 55 se fecha durante su
prefectura urbana, así lo
67
Josep Vilella Masana
Salustio - sin duda en el 399, año en el cual, por tanto, ya se hallaba en
suelo hispano - que ayudara a las gentes enviadas por el orador a
Hispania en la búsqueda de los caballos. En esta carta Símaco le
agradece
además las cuatro cuadrigas que Salustio había regalado a sus enviados,
a pesar - hecho que no deja de mencionar Símaco - de que muchos de
estos caballos hubieran fallecido antes de la editio. Concluye la carta
diciéndole que per hominem tuum - cuya exacta misión es desconocida -
le envía, sin duda junto con esta carta, un díptico y dos libras de plata
como recuerdo, ya que Salustio no asistió a la editio de Memio. Ello
evi-
dencia, una vez más, la intensa amistad existente entre los dos illustres69.
Para la selección de los caballos, Símaco también escribe a
Marcelo70,
personaje que, inicialmente, el orador creía - antes de mandarle la carta
IX, 23 - que se hallaba en suelo ibérico ob rei familiaris amplitudinem.
Marcelo, sin embargo, ya no está en Hispania cuando le escribe Símaco y
entonces le envía una nueva carta in auitis penatibus - probablemente en
la Gallia -, como el mismo Símaco le dice en esta segunda carta - IX,
23, la
única que sobre este asunto hay dirigida a Marcelo en el epistolario71-.
La laguna existente en el texto no impide ver que Símaco le dice tam-
bién que la editio praetoria de su hijo apremia, debiéndose escoger los
mejores caballos de muchas cuadras y, puesto que ya no se halla en
Hispania72,
le pide que sólo ayude a sus enviados con cartas de reco-
evidencia
la recomendación del censualis que la motiva. Más difícil de precisar es
la cro-
nología de la 57, cuyo único terminus ante quem lo constituye la
mención de Patruino
como uir spectabilis, ya illustris a partir del 401- comes
sacrarum largitionum-, cf. Seeck, Q.
Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., p. CLVII y Callu, Symmaque,
cit., II, pp. 243-244. No
es, por tanto, seguro que Salustio reciba esta carta en Hispania.
Salustio es también men-
cionado en las cartas 30 y 31 del libro III, recomendándolo efusivamente a
Ambrosio.
69 Símaco se refiere varias veces a
estos regalos conmemorativos. En ocasión de la
cuestura de Memio: II, 81; VII, 76; IX, ll9. Para el consulado, IX, 153. Entre
sus destina-
tarios se hallan el emperador Eugenio y Nicómaco Flaviano, además de otros
familiares
y amigos.
70 Cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi
quae supersunt, cit., p. CCIV; PLRE I, pp. 551-552;
J.F. Matthews, Gallic Supporters of Theodosius, «Latomus» 30, 1971, pp.
1073-1099, pp.
1083-1087. Como ya señaló Seeck, es probable que este corresponsal de Símaco
sea el
mismo personaje - natural de Burdeos - que en el año 395 se documenta como magister
officiorum en el Oriente teodosiano y autor de una obra médica - De
medicamentis -. De
ser así, Marcelo sería un senador galo - illustris - con propiedades en Hispania.
La rela-
ción de Marcelo con Hispania debió motivar que Símaco le pidiera su
colaboración en el
asunto de los caballos.
71 Otra carta del epistolario
dirigida a Marcelo es la IX, 11, sin indicación de fecha y
con otra temática. Aparece también mencionado este corresponsal en la carta II,
15,
recomendándolo a Nicómaco Flaviano. Para la cronología de IX, 23, también del
año
399, cf. Seeck, Q. Aurelii Symmachi quae supersunt, cit., p. CCV.
72
Arce, Los caballos, cit., p. 41, hace una lectura distinta de esta
carta.
68
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
mendación. Lamentablemente, no es posible conocer la
concreta peti-
ción que Símaco había realizado a Marcelo en la carta enviada anterior-
mente a Hispania.
Otra carta, también fragmentada, dirigida por Símaco en el
399 a
Hispania es la que tiene por destinatario un anónimo uicarius
Hispaniarum,
probablemente Macrobio73.
En ella - IX, 21 - Símaco solicita el suffra-
gium del vicario para su gente enviada a Hispania. Si bien no es
posible
saber en qué consistía exactamente este suffragium - término que tam-
bién aparece en la V, 83 -, es evidente que la máxima autoridad de la
diócesis podía facilitar en gran medida el desplazamiento de la gente
de Símaco y la selección-compra de los caballos que quería; el vicario
era, por ejemplo, el responsable del cursus publicus en su diócesis. Es
pro-
bable que, como ha dicho Roda, este suffragium haga referencia, entre
otras cosas, a las euectiones74, como parece suceder también
en la VII, 82,
enviada por Símaco a Mesala, praefectus praetorio de Italia75. Por lo
demás, la carta IX, 21 se entiende mejor a partir de las otras cartas del
epistolario enviadas en el 399 a personajes encumbrados de la adminis-
tración occidental para la consecución y transporte de los caballos que
quería exhibir en la editio praetoria.
Aunque
el cursus publicus, como su nombre indica, estaba, en princi-
pio, reservado a la administración estatal, Estilicón permite que Símaco
utilice el servicio público para la consecución y transporte de los caba-
llos hispanos76.
Obtenida la autorización de la máxima autoridad de la
pars Occidentis para el uso de las euectiones, Símaco también
escribe a los
praefecti praetorio de las circunscripciones que debían atravesar sus
enviados y los caballos - la gente de Símaco utilizaría el cursus publicus
tanto en su viaje de ida como de vuelta -, esto es, a los de Italia - y
Africa - y de la Gallia, ya que la concreta concesión de tales permisos
era
una atribución de tales prefectos77. En la carta IX, 25 pide a
Vicente78 -
praefectus praetorio Galliarum- que confirme las tractoriae ya
concedidas
73 Para la fecha, supra, n. 63. Cf.
Seeck, Regesten der Kaiser, cit., pp. 103-104;
Chastagnol, Les espagnols, cit., pp. 277-278; Roda, Commento storico
al libro IX, cit., pp.
135-137; PLRE II, p. 698.
74 Roda, Commento storico al
libro IX, cit., pp. 137-138. Para el cursus publicus, Jones,
The Later Roman Empire, cit., pp. 830-834 y Roda, Commento storico al
libro IX, cit., pp.
140-141, con bibliografía. Cf. J. Arce, El cursus publicus en la
Hispania tardorromana, en
Simposio sobre la red viaria en la Hispania romana, Zaragoza 1990, pp.
35-40.
75 Cf. PLRE II, pp. 760-761
76 IV, 7. Cf. también: VII, 48; VII,
105; VII, 106.
77 Supra, n. 74.
78
Cf. Roda, Commento storico al libro IX, cit., pp 142-143; PLRE II, p
1169.
69
Josep Vilella Masana
por Teodoro79 -praefectus praetorio
Italiae et Africae antecesor de Mesala
-. Como hemos dicho, los suffragia que Símaco pide a Mesala en la VII,
82 y al uicarius Hispaniarum en la IX, 21, parecen corresponder igual-
mente a permisos de transporte.
Las cartas IX, 20 y IX, 24 confirman el itinerario señalado
por las
euectiones. En estas cartas, Símaco, temiendo que la llegada del
invierno
imposibilitara el transporte de sus caballos, pide a Baso80 que, si fuera
necesario, acoja en sus propiedades de Arlés dichos caballos durante tres
o cuatro meses - ¿sabe ya Símaco que la pretura ha sido pospuesta? -.
Por otra parte, Símaco también pide a Baso que facilite a sus enviados
- los que han ido hasta Hispania - la posible compra de caballos en la
zona de Arlés - único lugar no hispano, según el epistolario, contem-
plado por Símaco en su coemptio equina81-.
Los diplomas del cursus publicus también aparecen
mencionados en
las cartas VII, 48 y IX, 22. A pesar de no ser conocido el concreto desti-
natario de VII, 48, se trata, sin duda, de un alto personaje de la adminis-
tración imperial - erit tui beneficii post inlustrem et praecellentissimum
uirum comitem - que tiene competencias en la concesión de las euectiones
- ¿quizás el praefectus praetorio Teodoro mencionado en IX, 25? -.
Símaco le explica la complejidad y lentitud de la misión de quienes
envía a Hispania a la vez que le pide dos ueredi más. La IX, 22
va dirigi-
da a Aureliano, personaje de difícil identificación, aunque también vin-
culado con la administración del servicio postal público82. En ella
Símaco le pide que facilite el viaje de sus enviados a Hispania y les
pro-
porcione euectiones, diciéndole también que plura tribues - ¿a
qué se
refiere con esto Símaco? -.
Además
de estos permisos, Símaco - incansable en su preocupación
por conseguir los mejores caballos - pide también a los grandes perso-
najes de la administración imperial de Occidente que colaboren en su
compra equina con cartas, cuyas concretas finalidades no se mencionan
aunque, probablemente - como las que pide a Marcelo -, son de reco-
79 Cf. Roda, Commento storico al
libro IX, cit., pp. 143-144; PLRE I, pp. 900-902 y II,
pp. 1098-1099.
80 Cf. Roda, Commento storico al
libro IX, cit., pp. 133-135 y 141-142; PLRE I, p. 151.
81 Desconocemos en qué se basa J.M.
Blázquez, La caballería en Hispania, cit., p. 54, al
decir que Símaco pide caballos a Sicilia.
82
Roda, Commento storico al libro IX, cit., pp. 138-139, considera que lo
más probable
es considerar que este personaje ejerció un cargo administracivo en Hispania
o, más pro-
bablemente, en la Gallia, hecho, de todas maneras, como dice este
comentarista, nada
seguro. Por su parte, PLRE II, p. 199, propone considerar a Aureliano como
uicarius
quinque prouinciarum o Italiae. La cuestión sigue abierta. Respecto
a este personaje, cf.
también IX, 26.
70
Las cartas del epistolario de
Q. Aurelio Símaco enviadas a Hispania
mendación - destinadas, en nuestra opinión, a
personajes que o bien
ocupaban puestos en la administración de la diócesis o bien podían
facilitar la selecta coemptio que quería Símaco -. Así lo pide a
Estilicón,
Vicente y Mesala. En las cartas VII, 105 y 106 enviadas, al parecer,
respectivamente, a Patroino83 y Petronio84, también se solicitan estas
cartas, mencionándose así mismo las euectiones. Símaco, además de
agradecer la actuación a su favor de estos dos hermanos - con gran
influencia en la corte de Milán -, en la VII, 105 pide a Patroino que dé, a
sus enviados, cartas suyas ad potissimos Hispanorum y en la VII, 106
pide
también cartas a Petronio - vicario de la diócesis hispana en 395-397 -
ut illis merita tua Hispanorum mentibus inpressa suffragio sint.
Estas cartas ponen de manifiesto cómo, además de escribir a
conoci-
dos suyos que se hallaban en Hispania, Símaco se vale también de los
personajes de la alta administración imperial occidental para conseguir
sus propósitos. De estos personajes extrapeninsulares requiere tanto el
uso del cursus publicus como otras colaboraciones - mediante cartas
facilitadas a sus enviados - que, si bien no aparecen explicitadas en el
epistolario, parecen tener por objeto, en líneas generales, conseguir,
como decimos, recomendaciones cuya naturaleza debía variar en cada
caso. Frente a lo que sucede con las cartas solicitadas por Símaco a
Estilicón, Vicente, Mesala, Patroino y Petronio, se dice, de modo explíci-
to, que era de recomendación la carta dada por Longiniano85 -comes
sacrarum largitionum en el 399 - a la gente de Símaco que debía conse-
guir los caballos hispanos.
Vemos,
pues, cómo las cartas enviadas en relación a los caballos
hispanos dibujan la trabazón existente en el interior del ordo senatorius
- cuyos miembros monopolizaban la administración imperial - que es
aprovechada, en una coyuntura favorable, por el exigente princeps sena-
tus para la consecución de tales caballos. Además, las cartas dirigidas a
suelo ibérico evidencian la existencia de una larga relación entre sena-
dores hispanos - o que tenían tierras en Hispania - y Símaco86. Como
hemos visto, algunos de estos senadores con propiedades en Hispania
tenían cuadras en sus fundi a finales del siglo IV, época en la que la
cabaña equina seguía siendo importante en la península - los caballos
83 Cf. PLRE II, pp. 843-844.
84 Ibid., II, pp. 862-863.
85 Ibid., II, pp. 686-687. En
relación a la notable existencia de cartas de recomenda-
ción en el epistolario de Símaco, cf. S. Roda, Polifunzionalità della
lettera commendaticia:
teoria e prassi nell'epistolario simmachiano, en Colloque genevois sur
Symmaque à l'occasion du
mille six centième anniversaire du conflit de l'autel de la Victoire, Paris
1986, pp. 177-202.
86
En contra, Arce, Los caballos, cit., p. 42.
71
Josep Vilella Masana
hispanos siempre gozaron de reputación en la
Antigüedad y fueron
considerados muy veloces -. El epistolario documenta la venta de
caballos en muchos puntos de diferentes provincias hispanas. A través
de sus cartas, Símaco atestigua también la existencia de un transporte
regular de caballos entre Hispania y Roma, es éste el caso de Eupraxio
- quizás vinculado al naviculariado -, propietario y, a la vez, comer-
ciante de caballos. Es evidente que los caballos constituían en Hispania
parte de la renta senatorial que Vera ha denominado «empresarial»87.
87
Supra, n. 16. En contra, Arce, Los caballos, cit., p. 44.
72