La latitud determina la inclinación con la que caen los rayos del sol y la diferencia de la duración del día y la noche. Cuanto más directamente incide la radiación solar, más calor aporta a la Tierra. Las variaciones de la insolación que recibe la superficie terrestre se deben a los movimientos de rotación (variaciones diarias) y de traslación (variaciones estacionales). Las variaciones en latitud son causadas, de hecho, por la inclinación del eje de rotación de la Tierra.