REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98 Vol. VI, núm. 119 (16), 1 de agosto de 2002 |
EL TRABAJO
Número extraordinario dedicado al IV Coloquio Internacional
de Geocrítica (Actas del Coloquio)
LOS TRABAJADORES Y EL AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE MÉXICO DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Anna Ribera Carbó
Dirección de Estudios Históricos
INAH
México
Los trabajadores y el ayuntamiento de la ciudad de México durante la Revolución Mexicana (Resumen)
En el transcurso de la Revolución Mexicana la relación de los sucesivos gobiernos de la ciudad de México con las organizaciones de los trabajadores y con el mundo del trabajo en general fueron modificándose. La relación del ayuntamiento de la capital mexicana con la Casa del Obrero Mundial -principal organización obrera del país en la década de 1910- así como las posturas que respecto a los asuntos laborales y las demandas obreras sostuvieron las distintas facciones de la revolución son fundamentales para entender la conformación de la clase obrera mexicana.
Palabras clave: Obreros, ayuntamiento, Revolución Mexicana
The workers and the City Council of Ciudad de México during the Mexican Revolution (Abstract)
During the Mexican Revolution, the relationship between the consecutive Mexico City's governments with labour organizations was transformed. The connection between the City Council with the Casa del Obrero Mundial -main labour organization of the country in the 1910 decade- and the attitudes of the different factions of the Revolution towards the world of labour and its demands are necessary to understand the conformation of Mexican working class.
Key words: workers, City Council, Mexican Revolution
La ciudad de México fue un escenario marginal durante los años de la Revolución cuyos acontecimientos más espectaculares ocurrieron en el campo mexicano y cuyos actores protagónicos fueron campesinos. Pero la capital del país y los trabajadores urbanos se vieron marcados por los vaivenes de la lucha revolucionaria que definieron la relación de las clases trabajadoras con los sucesivos gobiernos locales y con el ayuntamiento.
La organización obrera que de manera mayoritaria aglutinó a las clases trabajadoras de la capital fue la Casa del Obrero Mundial, fundada en el verano de 1912 con el fin de actuar como una central sindical que coordinara las acciones de los trabajadores y que aprovechó la desaparición del poder del Estado, que encabezó por treinta años el general Porfirio Díaz, para transformar las viejas organizaciones mutualistas en sindicatos y para organizar huelgas exigiendo mejoras laborales.
La agitación social provocada por la Casa; la relación de la Casa, vinculada ideológicamente al pensamiento anarquista, con las instancias del gobierno local y federal, así como la actitud de dichas estructuras de gobierno hacia el movimiento obrero urbano en proceso de organización fueron ejes de la vida de la capital en la década de 1910.
Durante el porfiriato el crecimiento urbano, producto de la expansión de la economía industrial y minera mexicana, permitió acercarse al medio millón de habitantes en la ciudad de México en 1910. Nuevos actores sociales aparecieron, entre ellos las crecientes clases trabajadoras, en gran medida a partir de las inversiones de capitales extranjeros. (1) Los trabajadores urbanos, influenciados por militantes y organizadores anarquistas, evolucionaron desde fines del siglo XIX y de manera más acelerada durante los años de la Revolución Mexicana, del mutualismo al cooperativismo y de este al anarcosindicalismo revolucionario. (2)
La política porfirista hacia los trabajadores consistió básicamente en la represión de los movimientos laborales, y específicamente de las huelgas. Sin embargo, algunos funcionarios del gobierno de don Porfirio percibieron la importancia de controlar a los trabajadores organizados. El gobernador del Distrito Federal Guillermo Landa y Escandón intentó, en los últimos meses de 1909, alejar a los trabajadores de la militancia colectiva y organizarlos en la Sociedad Mutualista y Moralizadora de Trabajadores del Distrito Federal. La sociedad buscaba reunir a todos los trabajadores de la ciudad y el Distrito Federal y canalizar el descontento obrero en una dirección aceptable para el Estado. En abril de 1911, apenas un mes antes del fin de su era, Porfirio Díaz asistió a la inauguración de la Sociedad Mutualista y Moralizadora en un tardío esfuerzo por allegarse el apoyo de los trabajadores. (3) Era tarde, porque para este momento los obreros y artesanos de la ciudad se planteaban ya la disyuntiva entre organizarse en términos laborales o participar políticamente y, en torno a esto último, si debían hacerlo de manera autónoma o vinculados a otra fuerza política. (4)
Durante el gobierno de Francisco I. Madero se fundó la Casa del Obrero Mundial a partir del Grupo Anarquista Luz y con representantes de la Unión de Canteros, Textiles de la Fábrica "Linera", sastres y conductores de carruajes, que celebraron un mítin el 22 de septiembre de 1912 declarándose "partidarios del sindicalismo revolucionario" y considerando a la Casa como un centro de divulgación doctrinaria de Ideas Avanzadas". (5) A principios de 1913 la Casa amplió sus actividades como centro aglutinador y coordinador de la clase obrera apoyando la creación de nuevos sindicatos y durante su primer año de existencia participó en más de setenta huelgas. (6)
Aunque profundamente influidos por las posturas antiestatistas del anarquismo, los trabajadores urbanos vieron tanto en el Congreso, como en el Ayuntamiento y en el recién creado Departamento del Trabajo, a interlocutores ineludibles en la obtención de mejoras laborales. Sin embargo ni estas instancias gubernamentales, ni la Convención Obrera de 1912 entre industriales y obreros del ramo textil, en que el Departamento del Trabajo intervino para "hallar una fórmula de justicia que rija las relaciones entre el capital y el trabajo" (7), lograron satisfacer las demandas producto del descontento obrero.
Las tibias posturas de Madero hacia la creación de reformas laborales en la XXVI Legislatura dieron cuenta de la falta de rumbo en la política relativa al Trabajo. Por otra parte, el Departamento del Trabajo entró en competencia con la Casa del Obrero Mundial por el control e influencia sobre la clase obrera. (8)
La Casa optó por la lucha sindical a través de huelgas y boicots para exigir y obtener mejores condiciones en el trabajo, abogando por la "acción directa". En enero de 1913 apoyó a la Unión Mutua Cooperativa de Dependientes de Restaurantes del Distrito Federal y a los Empleados Libres y Cosmopolitas contra el Café Inglés de la ciudad de México. Este publicitado conflicto, que vía huelga y manifestaciones tuvo gran éxito, le ganó nuevos apoyos a la Casa. (9) La obtención del éxito pudo deberse también a que el Ayuntamiento de la ciudad de México había promovido ya una moción relativa al descanso dominical que incluso le había valido una manifestación de gratitud del Centro Cosmopolita de Dependientes que salió de la glorieta de Carlos IV y se dirigió al Ayuntamiento el 15 de diciembre de 1912. (10)
Serapio Rendón, concejal del Ayuntamiento, había propuesto la aprobación del descanso dominical pidiendo el concurso de los centros españoles y lonjas de la capital y proponía, igualmente, la creación de un impuesto especial para los establecimientos comerciales en la ciudad, "camiserías, boneterías, tiendas de abarrotes, etc..., excepción hecha de cafés, boticas, restaurantes, fondas y establecimientos similares, que no cierren los domingos y días de fiesta". (11)
Los concejales, preocupados por lo que harían estos trabajadores en sus ratos libres, propusieron la creación de una partida de 52 425 pesos para espectáculos y orfeones populares. Parecía indicado, decían los concejales, "que se promuevan espectáculos públicos para la recreación de esos mismos obreros que ya no podrán ir a las tabernas y pulquerías y que necesitan la mano protectora de la autoridad para su moralización". (12)
En febrero, unos dos mil trabajadores vinculados a la Casa, apoyaron las demandas de los dependientes del almacén La Ciudad de Hamburgo en la calle de Plateros. El gobierno de Madero creó una comisión especial para investigar la disputa que ordenó a la compañía a compensar a los huelguistas y a dar cumplimiento a las demandas del sindicato que incluían el descanso dominical y una "Ley de Asociaciones" que reconocía la condición legal de los sindicatos no sólo frente a los patrones sino frente al Estado. (13)
El 7 de febrero la Casa del Obrero Mundial inauguró su nuevo local en los altos de la casa número 44 de la calle de Estanco de Hombres, desde el cual vivió los días del cuartelazo huertista. La organización obrera evitó un enfrentamiento con el régimen de Victoriano Huerta escudándose en su principio de apoliticismo. Pero sus actividades sindicalistas acabaron enfrentándola al gobierno de Huerta. El 1° de mayo se organizó una manifestación en memoria de los mártires de Chicago y para el 25 se convocó a un mítin en el Teatro Lírico, pero como el gobierno le prohibió abrir sus puertas, la reunión se trasladó al Hemiciclo a Juárez dónde los oficiales de Huerta arrestaron a varios dirigentes de la Casa y expulsaron del país a varios oradores del mítin como extranjeros indeseables. (14)
La Casa se las ingenió para seguir trabajando y el propio gobierno huertista, a pesar de practicar continuamente la leva entre los trabajadores, (15) propuso al Congreso, a través del Departamento del Trabajo y en ese mismo agitado mayo de 1913, una reforma constitucional que daría poder al Congreso para promover leyes industriales, comerciales y mineras que serían obligatorias en toda la República. En abril se había presentado también una iniciativa que proponía promover el descanso dominical y que daría el deseado reconocimiento legal a los sindicatos. Para septiembre los diputados "renovadores" presentaron un primer proyecto de "Ley del Trabajo". Todas estas iniciativas quedaron pendientes de discusión cuando Huerta disolvió el Congreso en octubre de 1913. (16)
Entretanto, el ayuntamiento se ocupaba, por un lado, de intentar reprimir los abusos de los comerciantes en artículos de primera necesidad y, por otro, de recurrir "a algunas de las señoras distinguidas de nuestra sociedad" para que "promuevan entre las familias vecinas de nuestra capital que se apresten al socorro de la clase desvalida procurándoles principalmente alimento diario, en segundo lugar vestido y si se pudiere, albergue". (17) Para estos concejales los problemas se seguían resolviendo más que con justicia, con caridad.
El 27 de mayo de 1914 el comandante Ignacio Machorro, finalmente, atacó las oficinas de la Casa con un grupo de policías. Además de arrestar a algunas personas, la policía destruyó las oficinas, los registros, la biblioteca y los salones de clase. Las actividades fueron interrumpidas hasta la llegada del ejército constitucionalista dos meses después. (18)
Tras la caída del régimen huertista la Casa del Obrero Mundial abrió nuevamente sus puertas en un acto de reapertura el 21 de agosto de 1914. A la ceremonia de inauguración asistió el general Antonio I. Villarreal, exmagonista quien "flameaba de entusiasmo por un campesinaje redimido y un obrerismo igualmente de amplios fustes". (19) Cuando Alvaro Obregón llegó a la ciudad de México, para crear y afianzar los contactos con los trabajadores, entregó el 26 de septiembre a los dirigentes de la Casa el edificio del convento jesuita de Santa Brígida y el Colegio Josefino para que allí instalaran sus oficinas. Los dirigentes aceptaron el local aunque proclamando nuevamente su principio de no participación política. Obregón respetó la postura anarcosindicalista de la Casa lo que hizo creer a sus miembros que la cooperación con él se haría bajo las condiciones de la misma y en beneficio de sus intereses. (20)
La organización obrera empezó a trabajar con renovado entusiasmo en labores de divulgación y sus integrantes visitaron fábricas y talleres no sólo de la ciudad de México sino de Guadalajara, Monterrey y otros centros industriales, promoviendo la formación de casas del obrero regionales. Entre los grupos obreros y artesanos que se unieron a la Casa en la ciudad de México estaban los sastres, trabajadores de restaurantes, tejedores, canteros, obreros textiles, conductores, molineros, choferes, obreros de fábricas de zapatos, fabricantes de cinturones y de botones, oficinistas, panaderos, modelos, dibujantes, costureras y encuadernadores y los tipógrafos que constituían el sindicato más poderoso de la organización. (21)
En agosto de 1914, Carranza había dispuesto respecto del cuerpo municipal, que "teniendo en consideración que las personas más aptas en su concepto para cooperar con él en aquella labor, serían sin duda los ciudadanos vecinos de esta capital electos popularmente el año 1912, les invitaba a que prestaran aquella cooperación". (22) El tono y el discurso de este concejo municipal fue muy distinto al del huertismo.
Obregón procuró acercamientos con la Casa principalmente
a través del pintor Gerardo Murillo, conocido como "Dr. Atl" y de
Antonio Villarreal quien fue concejal de este reciclado ayuntamiento constitucionalista
y en sesión extraordinaria del cabildo "ratificó y amplió
las ideas (...) respecto al carácter revolucionario que tiene por
ahora esta agrupación por lo que propuso (...) se procediera a procurar
el mayor bien posible para el pueblo de México, (...) a cuyo efecto
hacía (...) las proposiciones siguientes:
Primera.- Medidas tendentes al abaratamiento de los artículos
de primera necesidad (...)
Segunda.- Medidas tendentes a favorecer a la clase proletaria
en lo relativo a los alquileres de casas de rentas menores a diez pesos,
propuso a este respecto que se determinara que desde luego quedaban condonadas
todas las rentas atrasadas de aquella cuantía y en que en lo sucesivo
se obligará por cualquier modo a los propietarios a bajar el precio
de los arrendamientos.
Villarreal proponía además la emancipación de los esclavos por deudas y "que se corrigieran los abusos de los dueños de los empeños que robaban al pueblo cobrándole réditos muy exagerados". (23)
Ante estas señales favorables del Constitucionalismo, a través del ayuntamiento, la Casa del Obrero Mundial presentó en la primera sesión de la Convención Revolucionaria en la ciudad de México el 2 de octubre de 1914, una serie de propuestas laborales para el Primer Jefe, el gobernador del Distrito Federal Heriberto Jara y el ayuntamiento. Se demandaba una vez más la jornada de ocho horas, salario mínimo de uno cincuenta y la eliminación del trabajo a destajo, además de que se llamaba a bajar los precios a los niveles de 1912 y reducir las rentas en una tercera parte. Dos días más tarde la Casa organizó una manifestación para apoyar sus peticiones que salió de diversos puntos de la ciudad, se concentró frente a las instalaciones de la Casa, para continuar hasta Palacio Nacional. (24)
En ese mismo mes de octubre el sindicato de tranviarios, uno de los más poderosos y combativos de la capital, se fue a la huelga y presentó al ayuntamiento "una iniciativa para que este cuerpo colegiado interviniera eficaz y activamente en la solución del conflicto, por ser su deber velar por los intereses de la ciudad". El secretario del cabildo expresó "sus simpatías por los huelguistas y su antipatía por la Compañía de Tranvías, que siempre había explotado inícuamente a sus empleados". En la sesión del cabildo se abundó en el tema afirmando que la Compañía de Tranvías formaba parte de un trust que monopolizaba los servicios causando grave perjuicio al comercio y a los particulares, explotando a sus clientes y a sus empleados quienes, ya en otras ocasiones, habían apelado al "supremo recurso de la huelga, derecho ineludible de las clases trabajadoras en contra de los capitales opresores". El cabildo proponía apremiar al gobierno constitucionalista para que interviniera administrando los ferrocarriles urbanos y suburbanos "entretanto se modifica o rescinde el contrato o contratos que amparan los referidos derechos de la citada compañía". Al final se convino citar a una nueva sesión del cabildo e invitar a los huelguistas para analizar con ellos "en que forma eficaz podría prestárseles ayuda favoreciendo al mismo tiempo los intereses y la tranquilidad de los habitantes de la Ciudad". (25)
Al día siguiente se presentaron en la reunión los empleados de la Compañía de Tranvías Eléctricos acompañados por los representantes de la Casa del Obrero Mundial. El ayuntamiento se ofreció como mediador en el conflicto "impulsado por el deseo de favorecer los intereses de las clases trabajadoras". El representante del sindicato expuso que las dos principales peticiones de los huelguistas eran el reconocimiento del personal del sindicato y el que la empresa consultara al sindicato sobre las faltas de los empleados, además de un aumento salarial del cien por ciento. Rafael Pérez Taylor de la Casa del Obrero Mundial agradeció a los concejales y se acordó solicitar la intervención del Primer Jefe en la solución del conflicto. (26)
El mes siguiente, noviembre, los ejércitos de la Convención ocuparon la capital y los constitucionalistas huyeron a instalar su gobierno en Veracruz. La Casa del Obrero fue visitada por los dirigentes zapatistas Manuel Palafox, Antonio Díaz Soto y Gama y Luis Méndez, estos últimos miembros fundadores de la organización obrera. (27)
Las condiciones de vida en la ciudad de México habían ido empeorando a raíz de la guerra: había escasez de productos y precios elevadísimos para los bienes más indispensables, papel moneda devaluado emitido por las diferentes facciones y aparecieron enfermedades epidémicas como la escarlatina, la viruela "negra" y el tifo. (28)
Villa intentó sin éxito establecer controles a los precios de los productos básicos al no haber suministros adecuados. El gobierno de la Convención confirmó también al concejo municipal maderista instalado por Carranza y, sin una definición clara de sus funciones, el gobernador zapatista del Distrito Federal Manuel Chao, le remitió al Ayuntamiento los problemas que no sabía como resolver: el abastecimiento y las huelgas. (29)
Ni Zapata ni Villa mostraron mayor preocupación por los trabajadores urbanos, ni por el bienestar de la población capitalina y jamás intentaron movilizar a los obreros a favor de su causa, excepto por el nombramiento de José Colado como director del Departamento del Trabajo y de Eloy Armenta como inspector del mismo, ambos miembros de la Casa, pero que fueron expulsados de ella por aceptar posiciones políticas. (30)
El 7 de enero de 1915 la Casa, junto con la recién creada Confederación de Sindicatos del Distrito Federal organizó una gran manifestación pública de veinte mil trabajadores para conmemorar el octavo aniversario de la represión de los obreros de Río Blanco. Entre los oradores estuvo Díaz Soto y Gama "en representación de los campesinos del Sur" y una comisión de oficiales del ejército zapatista. (31) Pero las tibias acciones de los convencionistas hacia los trabajadores urbanos no fueron suficientes para atraerlos a su facción en tanto que los acercamientos constitucionalistas y sus acciones obreristas fueron creando las condiciones que culminaron en el Pacto que firmó el constitucionalismo con la Casa del Obrero Mundial en el mes de febrero de 1915 y en el que a cambio de colaboración militar a través de los Batallones Rojos y de la realización de propaganda a favor suyo, se ofrecía a la Casa la posibilidad de hacer labor de propaganda y organización sindical.
Para febrero las condiciones materiales de la vida en la ciudad se habían ido agravando, de tal suerte que el general Obregón, organizó una Comisión de Socorros que estuvo integrada por el ingeniero Alberto Pani y por el Dr. Atl y que debía distribuir quinientos mil pesos entre los más pobres. Además Obregón estableció impuestos sobre inversiones en la ciudad para abastecer de recursos a la Comisión. (32)
Pero además Obregón se inmiscuyó en asuntos obreros interviniendo en el conflicto del Sindicato de Electricistas y de la Compañía de Teléfonos y Telégrafos. El propio cabildo daba cuenta de "la conferencia que celebró con el mismo Dr. Atl y con los huelguistas de la Compañía Telegráfica Mexicana, la cual terminó con la prevención que se hizo al representante de la Compañía de que en caso de insistir la empresa en no acceder a las pretensiones justas de los obreros el gobierno se incautaría de esos negocios". (33) Por todo ello no era extraña la adhesión de los tranviarios y de la Casa del Obrero Mundial al Constitucionalismo. (34)
La guerra entre facciones, ahora con el apoyo de los obreros en una de ellas, continuó. El cabildo intentó reconciliarlas enviando una nota a los jefes de los "partidos revolucionarios" en pugna -Villa, Zapata y Carranza- pidiéndoles que, en bien de la patria, consintieran en la unificación revolucionaria. (35)
Amparados por el Pacto y ante la profunda crisis económica, los obreros realizaron una serie de huelgas en el verano de 1915: maestros, choferes, panaderos y, más adelante, los trabajadores de la Compañía Mexicana de Petróleo "El Aguila" y del Sindicato de Trabajadores textiles que culminaron con gran éxito. Para diciembre se fueron a la huelga los carpinteros, los fabricantes de botones y los barberos logrando también sus objetivos. "Ninguna época en la historia del movimiento obrero mexicano", dice John M. Hart, "ha presenciado tal militancia y espíritu combativo como el que demostró la Casa en los últimos seis meses de 1915 y los primero ocho meses de 1916". (36)
El Constitucionalismo no podía ignorar las promesas hechas a los trabajadores. El 30 de agosto de 1915 el general Pablo González hizo un decreto para el Distrito Federal estableciendo la jornada de ocho horas, el descanso dominical y una indemnización por despido de tres meses de salario. (37) La Casa, además, fue premiada por su actuación dentro de los Batallones Rojos y por ello se le dio a los trabajadores el Palacio de los Azulejos, sede del selecto Jockey Club, para sus instalaciones. Con el entusiasmo de su nueva posición, la Casa realizó su labor de organización sindical, publicó su nuevo periódico, Ariete y organizó una Escuela Racionalista, siguiendo el modelo de la Escuela Moderna de Francisco Ferrer Guardia.
Pero la intensa actividad sindical hizo que Venustiano Carranza y Pablo González intentaran ponerle freno en su afán de volver el país al orden. En los mismos meses de octubre y noviembre en que se desbordaban las luchas sindicales en la capital, Carranza recibía documentos confidenciales de la Secretaría de Gobernación que sugerían se hiciera notar "a la Mesa Directiva de ese foco de anarquismo" -la Casa del Obrero Mundial- "que si bien el constitucionalismo tolera todo lo bueno y que reporte beneficios posteriores o de actualidad, también sabe reprimir con mano férrea todo lo que tienda a levantarle más obstáculos para el futuro, a fin de que se abstengan de estar celebrando "mitings" e introduciendo el desorden entre la gente de trabajo". (38) Un mes después se notificaba por la misma vía que "la Casa del Obrero Mundial continúa su obra criminal de seguir despertando ambiciones entre el elemento obrero". (39)
El 13 de enero de 1916 se dio por terminada la alianza de la Casa y el constitucionalismo al disolver formalmente los Batallones Rojos. A esto siguió una violenta acción del general Pablo González contra huelguistas. El blanco principal de esta acción fue la Casa del Obrero Mundial. A finales del mes Carranza ordenó la detención de delegados de la Casa en varios estados así como la clausura de filiales de la misma en los estados de la República. (40) El 1° de febrero el general González ordenó a sus tropas cerrar la sede del Palacio de los Azulejos y arrestar a todos los que se encontraran en el local.
La represión carrancista continuó. El 31 de julio estalló una huelga general en la ciudad de México encabezada por la Casa del Obrero Mundial y por la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal que tenía por objeto obligar a los empresarios a pagar los salarios en metálico y no en papel moneda. Los principales activistas de esta huelga fueron los electricistas que suspendieron el suministro de energía eléctrica paralizando totalmente la ciudad. Esta fue la primera gran huelga urbana que movilizó a cerca de 86 mil trabajadores. (41) La huelga fue reprimida violentamente. El ejército ocupó los locales de los principales sindicatos y la sede de la Casa. Se encarceló a varios líderes y se puso en vigor la le del 25 de enero de 1862 que imponía la pena de muerte a todo aquel que alterara el orden público. Una semana después de la huelga Carranza suspendió las elecciones municipales en la ciudad de México lo que anticipaba ya la posterior suspensión de la autonomía municipal en la capital. (42)
Las esperanzas que la Casa tenía puestas en el constitucionalismo se desvanecieron y ella misma entró en una profunda división entre el sector anarquista que intentaba mantener la independencia del movimiento obrero y el moderado que planteaba la colaboración con el Estado. Este último es el que se impuso y esta división interna la que determinó que en agosto de 1916 la Casa dejara de existir. (43)
Para entonces, el constitucionalismo había dejado de necesitarla.
Responsable de gran parte de la movilización obrera de la capital,
principal agente de la Revolución en la ciudad de México,
la Casa del Obrero Mundial obligó a las sucesivas instancias del
gobierno local y federal a radicalizarse en materia obrera y a convertirla
en interlocutor indispensable. Y cuando Carranza consolidó su poder
y su apoyo dejó de ser estratégico, fue eliminada. Sin embargo,
los trabajadores organizados de la capital, nacidos anarquistas y que habían
difundido su propia revolución por la vía de los Batallones
Rojos, se habían convertido en actores urbanos protagónicos
del México posrevolucionario, aunque supeditados al Estado que la
revolución empezaba a construir.
Notas
1 Ricardo Melgar Bao. El movimiento obrero latinoamericano. Historia de una clase subalterna. Madrid. Alianza Editorial, S.A. 1988. (Alianza América, Monografías) pp.176-177.
2 John M. Hart. El anarquismo y la clase obrera mexicana 1860-1931. México, Siglo XXI editores. 1984.| pp.26-27.
3 John Lear. Workers, neighbors and citizens. The Revolution in Mexico City. University of Nebraska Press. 2001. P.119 y 137.
5 Luis Araiza, Historia del Movimiento Obrero Mexicano. México. Ediciones de la Casa del Obrero Mundial. 1975. Vol III. P.17 y Jacinto Huitrón, Orígenes e historia del movimiento obrero en México. México, Editores Mexicanos Unidos, S.A. 1984. P.214.
6 Barry Carr, El movimiento obrero y la política en México. 1910-1929. México, Ediciones Era, (Colección Problemas de México) 1981. P.47.
7 Jesús Méndez Reyes, La política económica durante el gobierno de Francisco I. Madero. México. INEHRM. 1996. p.134.
9 John M. Hart. "The Urban Working class and the Mexican Revolution: The case of the Casa del Obrero Mundial" en Hispanic American Historical Review. Volume 58, N°1. 1978. Duke University Press. pp.7-8.
10 Archivo Histórico del Exayuntamiento de la ciudad de México (en adelante AHEACM) Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1912-1913. 278-A Acta #36. Sesión del martes 17 de diciembre de 1912.
11 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1912-1913. 278-A. Acta #37. Sesión del lunes 23 de diciembre de 1912.
12 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1912-1913. 278-A Acta #51. Sesión del martes 29 de julio de 1913.
13 Hart, "The urban working class..." pp.7-8 y Lear, op.cit. pp.199-200.
14 Los deportados fueron el peruano José Santos Chocano y varios españoles: Eloy Armenta, Celestino y Miguel Sorrondegui y José Colado. Hart, El anarquismo.... p.162 y Araiza, op.cit. pp.42-43.
15 Rosendo Salazar y José G. Escobedo. Las pugnas de la gleba. Los albores del movimiento obrero en México. México. Partido Revolucionario Institucional. Comisión Nacional Editorial. 1972. P.63.
16 Lear. Op.cit. p.188 y Rosendo Salazar, La Casa del Obrero Mundial y la CTM. México. Partido Revolucionario Institucional. Comisión Nacional Editorial. 1972. P.25.
17 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1914. 279-A. Acta #12 de la Sesión del viernes 24 de abril de 1914 y Acta #13 de la Sesión extraordinaria del sábado 25 de abril de 1914.
18 Hart, El anarquismo y la clase obrera mexicana. P.167.
19 Salazar. La Casa del Obrero Mundial. Pp.39-40.
20 Hart. El anarquismo y la clase obrera mexicana. Pp.169-170.
22 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1914. 280-A Acta #1. Sesión extraordinaria del 8 de agosto de 1914.
23 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1914. 280-A Acta #2. Sesión extraordinaria del 19 de agosto de 1914.
25 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1914. 280-A Acta #7 Sesión extraordinaria del 8 de octubre de 1914.
26 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1914. 280-A Acta #8. Sesión extraordinaria pública del 9 de octubre de 1914.
27 Salazar. La Casa del Obrero Mundial. P.44
28 Ramón Bonfil en Varios Autores, Mi pueblo durante la Revolución. Vol.1. México, INAH. Pp.59-60.
32 Lear. Op.cit. pp.271-273. Y Centro de Estudios de Historia de México-Condumex. Archivo del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. (En adelante CEHM-Condumex/ APJEC) Fondo XXI-4. Telegramas del 7 y del 12 de febrero de 1915.
33 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1915. 281-A. Acta #10. Sesión del 6 de febrero de 1915.
34 CEHM-Condumex/APJEC. Fondo XXI-4 Telegramas del 13 de febrero de 1915.
35 AHEACM. Actas de cabildo originales de sesiones ordinarias. Año 1915. 281-A Acta #41 del viernes 4 de junio de 1915 y Acta #43 del martes 8 de junio de 1915.
36 Hart. El anarquismo y la clase obrera mexicana. Pp.185-186.
38 CEHM-Condumex/ APJEC. Fondo XXI. Carpeta 57. Legajo 6413. Documento 1.
39 CEHM-Condumex/ APJEC. Fondo XXI. Carpeta 58. Legajo 6566. Documento 1.
41 Víctor López Villafañe. La formación del sistema político mexicano. México. Siglo XXI editores. 1986. P.113.
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© Copyright Anna Ribera Carbó,
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© Copyright Scripta Nova,
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Ficha bibliográfica
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