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TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA URBANO-TERRITORIAL EN LA REGIÓN CENTRAL DE LA ESPAÑA PENINSULAR: LA EMERGENCIA DE LA REGIÓN METROPOLITANA POLICÉNTRICA MADRILEÑA
Eloy Solís Trapero
Depto. de Urbanismo – Universidad de Castilla-La
Mancha
José María Ureña Francés
Depto. de Urbanismo – Universidad de Castilla-La
Mancha
Borja Ruiz-Apilánez Corrochano
Depto. de Urbanismo – Universidad de Castilla-La
Mancha
Transformación del sistema urbano-territorial en la región central de la España peninsular: la emergencia de la región metropolitana policéntrica madrileña (Resume)
Este artículo desarrolla dos aspectos endebles en el estudio sobre la nueva configuración territorial que se despliega sobre el tradicional área metropolitana madrileña: la región policéntrica. El primero, sistematiza un discurso teórico-interpretativo en torno a la evolución del sistema urbano-territorial en la primera, segunda y tercera (actual) fase capitalista aplicado a la Región Centro. El segundo, define una metodología que combina la caracterización de los atributos (tamaño demográfico y centralidad) y de las relaciones (movilidad laboral) del sistema urbano-territorial. Ello permite reconocer la emergencia de dos grandes ámbitos: a) una región metropolitana policéntrica; b) un horizonte urbano potencial policéntrico comandado por ciudades intermedias de centralidad histórica.
Palabras clave: Madrid, policentrismo, flujos laborales, área metropolitana madrileña, región metropolitana policéntrica madrileña.Urban system transformation in the central region of Spain: the emergence of the madrilenian policentric metropolitan region (Abstract)
This article studies two aspects about the new spatial configuration on the Central Region in Spain: from monocentric metropolitan system to polycentric metropolitan region. Firstly, we purpose a theoretical and interpretative discourse focus on the changing of urban system in the Central Region during the first, second and third (current) capitalist stage. Secondly, we define a methodology that combines a description of attributes (size and centrality) and relations (commuting trips) of the urban system. In conclusion we recognized an important transformation and two large realms in the Central Region: a) madrilenian metropolitan polycentric region; b) potential madrilenian polycentric urban horizon around the latter.
Key words: Madrid, polycentrism, commuting trips, madrilenian metropolitana area, madrilenian metropolitan polycentric región.
Desde los años setenta del siglo XX la
reestructuración del sistema capitalista está modificando nuestra vida
cotidiana en el plano económico, político, social, cultural y territorial y
como consecuencia se viene desencadenando una nueva revolución urbana. Este
conjunto de transformaciones suponen una organización de la sociedad
capitalista diferente del pasado y sobre ella, la emergencia de un nuevo
entendimiento e interpretación de los procesos de urbanización y/o el
desarrollo del territorio (desigual).
Ante las nuevas dinámicas territoriales y las emergentes formas de organización de los asentamientos (Castells, 1995; Kloosterman y Musterd, 2001; Hall y Pain, 2006; Solís, 2011) nuestro objetivo en el contexto espacial de la Región Centro[1] es doble.
Figura
1. Ámbito de la Región Centro. |
Cuadro 1.
Clasificación de tipos de estudios sobre el sistema urbano-territorial en el Centro
Peninsular
Estudios sobre la transformación del tradicional área metropolitana madrileña y de la Comunidad de Madrid (Gavira, 1969; COPLACO, 1976, Estébanez, 1980; 1990; Celada et al., 1985; Méndez, 1988, 2002; Gutiérrez, 1990; PRET, 1995; López de Lucio, 1995; 1998; García et al., 1999, Terán, 1999; Méndez y Ondátegui, 1999; Zárate et al., 2003, García y Gutiérrez, 2007; 2008, Atlas Urbano-Ministerio de Vivienda, 2007; Monzón y de la Hoz, 2009; Valenzuela; 2010, Gallo et al., 2010; Estudios sobre corredores que desbordan la Comunidad de Madrid y penetran en territorio de Castilla-La Mancha, como son el corredor del Henáres hasta Guadalajara apoyado en el eje de Barcelona y el corredor Sur sobre las autovías A-4 y AP-41 en el entorno de la comarca de la Sagra (AGE, 1988; Méndez y Moya, 2007, Río y Rodríguez, 2007, 2008; Pozo y Rodríguez, 2010) Estudios sobre la noción de región urbana funcional más allá de los límites político-administrativos de la Comunidad de Madrid, bien desde un enfoque sectorial como los análisis centrados en la localización de inversiones y empresas vinculados al efectos fronteras (Celada y Méndez, 1995; Iranzo e Izquierdo, 1999), los flujos generados en torno al turismo patrimonial (Troitiño, 2009), la movilidad generada por el tren de alta velocidad (Ureña et al, 2005; Ureña et al, 2009 a y b; Bellet, 2010), el rol de las ciudades medias próximas a Madrid (Enguita y López, 1995; PRET, 1995), la ampliación de los límites por movilidad de trabajo (Feria , 2010; Feria y Albertos (coords.) 2010, Boix, 2006; Burns et al, 2009; Atlas de la Movilidad Obligada de la Comunidad de Madrid, 2011; Roca Cladera et al., 2011) o bien, desde estudios integrando varias variables (Solís, 2011; Roca Cladera et al, 2012); Estudios desarrollados dentro de los límites de las Comunidades Autónomas de análisis en torno a sistemas productivos locales (agroindustrial, turística, industrial, etc.) (Alonso, 1997; Méndez y Rodríguez, 1998; Alonso y Méndez, 2000, Méndez, 2001; Mecha 2002; 2006; Sánchez y Arévalo, 2007; Boix y Trullén, 2011). Estudios sobre la transformación del sistema urbano-territorial en las regiones de Castilla y León (Trigal, 1985, 1986; Álvarez et al; 1992; DOT de Castilla y León, 1996 y 2000, Santos y Peiret; 2001; Rivas Sanz, 2003, 2010) y Castilla-La Mancha (Carpio et al., 1986; López Casero, 1989; Panadero y Pillet, 1999; Méndez et al., 2006; Cebrián, 2007; Cañizares, 2007; POT de Castilla-La Mancha, 2008, Pillet et al., 2009) Estudios que recogen visiones generales de la evolución del sistema urbano español centrado en ciudades y sistema metropolitanos como Capel (1972, 1974), Racionero (1981), Precedo (1988), Atlas Urbano de España (2007), Nel.lo (2004) y Nel-lo y Muñoz (2004) vinculado al sistema de ciudades intermedias Esteban y López (1989), Delgado (1995), Enguita y López (1995) o Ganau y Vilagrasa (2003) o relacionado con la red complementaria, esto es, con núcleos pequeños como el estudio de Precedo (1990) y Troitiño et al (2001).
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El discurso teórico y empírico obliga a recapacitar sobre las nuevas formas de organización económica de la sociedad capitalista actual y el desajuste entre la región político-administrativa frente a la región viva, vibrante y dinámica, así como la tendencia hacia la burocratización académica del Estado Autonómico español, y como consecuencia al funcionamiento inercial y autoreproductor en la investigación apoyado en la región político-administrativa (Goméz Mendoza, 2001). Por tanto, hay que ir más allá de la región como un envoltorio, como una estructura estática y entender la región como un elemento constituyente del proceso de desarrollo territorial (Paasi, 2004).
En suma el artículo ensaya una aplicación teórico-interpretativa de los condicionantes estructurales capitalistas a lo largo del siglo XX al proceso de urbanización reciente de la Región Centro (véase apartado 2). En base a ello construye una metodología que permite capturar la detección de nodos y campos de externalidad (ámbitos de interrelación laboral) del emergente esquema reticular-regional que se está desplegando dentro de la misma (apartado 5, 6, 7 y 8).
Esquema
interpretativo del proceso de organización y desarrollo del sistema
urbano-territorial en la región centro
Una nueva sociedad emerge cuando y si una transformación estructural puede ser observada en y a través de las relaciones de producción, de poder y de la experiencia (Castells, 1997). Desde finales del siglo XVIII pueden reconocerse tres grandes fases de cambio estructural: designadas como primera, segunda y tercera fase capitalista (Ascher, 2004). En cada una de ellas la combinación entre tecnológica y organización social ha derivado en la conformación de diversas lógicas espaciales. Estas lógicas que resultan de la combinación a lo largo del tiempo de diferentes principios capitalistas de organización de la sociedad -aglomeración, competitividad, accesibilidad, jerarquía e interacción- (Camagni, 2005), están siendo expresión de tipos de espacios de producción, residencia, consumo, circulación, regulación y reproducción (véase Figura 1). La manera en que vienen siendo interpretados estos condicionantes y productos socioespaciales nos permite establecer diferentes enfoques, sucesivos y complementarios a la hora de explicar las fases capitalistas: 1) el enfoque gravitatorio-areal dominante para explicar la primera fase capitalista; 2) el enfoque funcional de tipo sistémico dominante en la segunda fase capitalista; 3) el enfoque de la red como paradigma de la tercera fase capitalista (Solís, 2011a).
El enfoque gravitatorio-areal, concibe el espacio distribuido de manera continua y homogénea, aunque no sea uniforme. Esta concepción territorial designada como areal significa pensar el territorio como una realidad ordenada, finita y divisible en partes, que aspira a reducir el territorio a regiones mediante la estabilidad, la seguridad y el control del espacio a través de la utopía de los sistemas urbanos cerrados (Camagni, 1993). La concepción areal es por tanto el instrumento del estado-territorial, del control burocrático y la planificación jerárquica (Boix, 2005). En el proceso de urbanización, el territorio no se concibe como un factor de desarrollo sino más bien como un espacio al que dar un servicio.
El enfoque funcional-sistémico entiende el proceso de urbanización en base a una estructura dinámica compuesta por un conjunto de ciudades que –mediante características específicas o atributos- se interrelacionaban en el tiempo y en el espacio, subrayando la idea de totalidad y unidad. A pesar del avance de esta importante consideración, todavía existía durante los años sesenta y setenta del siglo XX, una atención dicotómica entre el sistema de ciudades y el resto del territorio, en base a criterios funcionales, económicos y demográfico-administrativos. Al mismo tiempo, al considerarse los Estado-Nación unidades principales de organización de la vida social, política y económica del país se generó una visión jerárquica y autocontenida del sistema urbano. Esta concepción se evidenció en la dinámica de cambio de ese momento: i) la urbanización como incremento de la proporción de población urbana; ii) la urbanización como cambio social y económico inherente a transformaciones técnicas y organizativas, en el que el “crecimiento urbano es, sencillamente, la concentración de actividades especializadas y funcionalmente integradas, en lugares racionalmente seleccionados”, de este modo “la ciudad moderna constituye una modalidad de organización social que fomenta la eficiencia de la actividad económica” (Lampard, 1955); iii) la urbanización como proceso de cambio social que se difunde en el territorio sobre una estructura jerárquica, desde los municipios de mayor tamaño hacia los más pequeños (Racionero, 1981).
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El proceso de reestructuración iniciado en los años setenta del siglo XX, generó importantes cambios en la organización interna de las ciudades y sus relaciones interterritoriales. Sobre el entendimiento y fundamento de las transformaciones en curso comienza a gestarse el enfoque de red (Camagni, 1993; Castells, 1997; Boix, 2005; Meijers, 2007; Lambregts, 2009; Solís y Troitiño 2012). Digamos, que éste, recoge del enfoque sistémico, la concepción a partir de la cual, el proceso de urbanización es por definición, un concepto dinámico que en el curso del tiempo experimenta un desarrollo procesual que provoca alteraciones o cambios tanto en las ciudades y sus atributos como en las interrelaciones. La novedad radica en la combinación de la nueva revolución tecnológica y renovada arquitectura institucional de las relaciones sociales y, como consecuencia, el aumento de la intensidad y alcance de interdependencias entre la sociedad y el territorio. Aspecto que estaría modificando el modelo genético de urbanización y como consecuencia una nueva revolución urbana.
Apoyados en el enfoque gravitatorio-areal y funcional-sistémico establecemos un guión explicativo de la primera y segunda revolución urbana capitalista, mientras que a partir del enfoque en red interpretamos la tercera revolución urbana.
Primera y segunda fase
capitalista en la Región Centro[2]
Desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XX se desarrolló la primera revolución urbana en España. Durante este periodo se sentaron las bases para la construcción del Estado liberal capitalista, a través de un proceso de control social y de organización de la base material -producción /creación de espacio urbano/ciudad y del sistema de infraestructuras territoriales-. Dentro de este marco cuatro grandes tendencias marcan la evolución del sistema urbano-territorial español y en la Región Centro.
La primera, la puesta en marcha de un proceso racionalizador del territorio a través de la capitales provinciales y consecuentemente la localización e instauración de instituciones políticas y administrativas. Éste efecto de capitalidad afectó a Madrid, Ávila, Segovia, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo (Alonso, 1991).
La segunda, la puesta en marcha de canales de circulación para articular las principales zonas de producción y distribución de materias primas, capitales, productos y fuerza de trabajo. Cabe aquí destacar el papel de las carreteras y del ferrocarril y su desarrollo e implantación en dos etapas. Una, centrada en la conexión de las principales ciudades fabriles y mercantiles, otra, generando una cobertura entre las capitales provinciales y los principales ejes nacionales. Rasgo que permitió convertir a las capitales provinciales y algunas poblaciones en centros de distribución y localización de industrias manufactureras de materias primas.
La tercera, la puesta en marcha de acuerdos comerciales y financieros a escala intranacional y supranacional. Aspecto que benefició el desarrollo y explotación minera así como la especialización de productos agropecuarios y artesanos y manufactura de los mismos. Tal es el caso de núcleos mineros como Almadén y Puertollano, la cerámica de Talavera de la Reina o el viñedo en Valdepeñas o Tomelloso.
La cuarta, la asignación de Madrid como capital del Estado desde 1575. Este hecho tuvo un efecto multiplicador en el plano financiero (concentración de capitales y sedes sociales), de intercambio y distribución (basado en el desarrollo de redes de transporte radiales) así como político-administrativo (desarrollo de actividades de servicios y administrativas), desencadenando el despegue de dicha ciudad respecto del resto del territorio nacional.
El resultado de estas cuatro tendencias derivó en la conformación de un modelo territorial de estructura equilibrada espacial y funcionalmente, matizado por i) la génesis de un potente centro de acumulación, Madrid; ii) esquemas provinciales jerarquizados como consecuencia de la conformación de espacios de acumulación de actividades y demográficos resultado de efectos de capitalidad en unos casos y en otros por industrialización vinculada a actividades extractivas y artesanales (curtidos, alimentación, papel, madera, confección, etc.); iii) un amplio territorio dominado por un conjunto de actividades agrarias y ganaderas con mercados predominantemente locales y comarcales.
El paso hacia la segunda revolución urbana trastocó el modelo territorial anterior y generó otro calificado como de centro-periferia, perceptible a dos escalas territoriales. A escala metropolitana, el centro, se identificó con Madrid y la periferia con su área metropolitana. A escala regional, el centro se asemejó al Área Metropolitana Madrileña y la periferia, el vasto territorio circundante sometido a una fuerte sangría migratoria y atonía económica, bajo un sistema de asentamientos carente de ciudades potentes y débilmente interconectado interna y externamente.
España, debido a los avatares políticos internos y su débil posición internacional a lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX, entró tardíamente en la segunda fase capitalista respecto a los países más avanzados. En el ámbito de la Región Centro, la coyuntura de posguerra en los años cuarenta y cincuenta así como la adopción de un modelo desarrollista desde 1959 hasta 1975, benefició el crecimiento y desarrollo de Madrid y su entorno más inmediato, con la formación de un área metropolitana[3]. En el resto del territorio de la Región Centro cabe destacar la mediación, eso sí, con un tono menor, de cuatro grandes políticas: los polígonos de descongestión industrial de Madrid, la reforma agraria, el papel de los servicios de las capitales provinciales y la política de transportes.
Dentro de la política económica destacan dos actuaciones, la creación en 1943 por parte del Instituto Nacional de Industria de la Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles Líquidos y Lubricantes en Puertollano y, la política de los polígonos de descongestión industrial de Madrid (1959) que afectó a los municipios de Toledo, Guadalajara, Alcázar de San Juan y Manzanares[4].
La política agraria tuvo destacados efectos en el sistema de asentamientos. Dentro de la general mejora de la producción agraria[5] cabe destacar el papel en las vegas del Guadiana y del Tajo, del desarrollo de la industria agroalimentaria y la creación de agrociudades, así como la asignación de caberas agrarias y como consecuencia el papel de centralidad supralocal de algunos municipios.
El papel de las capitales provinciales se vio beneficiado con la Ley de Bases de Régimen Local de 1955, como demarcación intermedia entre el municipio y el Estado. Esto supuso una concentración de actividades administrativas y como consecuencia el arrastre de actividad comercial, del sector de la construcción y algunas actividades industriales.
La política de transportes al igual que la política económico-industrial desde 1959 se centró en modernizar el aparato productivo y la apertura de la economía hacia el exterior. Dicha modernización tuvo dos grandes rasgos: i) transformación en la distribución modal del tráfico terrestre, definiéndose el paso de una primacía del ferrocarril hacia la carretera[6]; ii) una concentración espacial de la inversión como consecuencia de la coordinación y dependencia a los planes de desarrollo. Durante estos años la mejora y extensión de la oferta de infraestructuras y servicios de carreteras, de ferrocarril y del transporte público discrecional interurbano se vinculó a su rendimiento económico potencial, ejecutándose conforme a un programa jerárquico del sistema urbano. Así se dio prioridad a los corredores y recorridos radiales entre Madrid y las grandes ciudades de la periferia como Zaragoza, Barcelona, Valencia, Sevilla o Bilbao, posteriormente hubo un trato secundario a corredores periféricos -enlazando grandes ciudades de ejes costeros-, y subradiales –conectado capitales-, y en tercer lugar, con un desarrollo más tardío, se abordaron corredores complementarios articulando ciertas ciudades y las capitales provinciales (Uriol, 1990; Rodríguez y Soliñó, 2008). Esta lógica espacial condujo en la Región Centro a una discriminación de capitales de provincia respecto a los ejes radiales (véase aquí los casos de Ávila y Segovia respecto a la N-VI, Cuenca respecto a la N-III o Ciudad Real a la N-IV) y una tardía vertebración de las capitales provinciales con dichas redes y a su vez una deficiente conexión entre núcleos pequeños y las capitales de provincia.
Los efectos polarizadores pero no polarizantes de las políticas y dinámicas territoriales supuso la existencia de un modelo territorial muy concentrado y con fuertes desajustes urbanísticos en el área metropolitana madrileña así como un modelo territorial acéfalo en el resto del territorio, esto es, sin una verdadera red de ciudades capaz de generar un desarrollo equilibrado.
Tercera fase capitalista en la
Región Centro
Desde los años ochenta del siglo XX la mutación de los procesos genéticos de la organización económica, política y cultural modifica el modelo territorial configurado hasta entonces. La segmentación de tareas en el sistema de producción-circulación-consumo ha supuesto nuevas estrategias espaciales de inversión. A escala local-regional se configuran un paisaje de tipo policéntrico (Anas et al., 1998) donde aparecen nuevos entramados de centros de producción-empleo-residencia-consumo-ocio-dotaciones guiados por principios de accesibilidad, jerarquía, competitividad, aglomeración e interración. No cabe duda que para estimular inversiones endógenas y exógenas es necesario crear nuevos ambientes sociales y soluciones espaciales (mejor acondicionamiento en servicios y equipamientos de los núcleos). Dicho cambio viene apoyándose en tres tipos de actuaciones. La primera, se ha producido una democratización de la sociedad del bienestar (Romero, 2009), a través del nuevo modelo de Estado Compuesto y bajo el proceso de integración en la Unión Europea. La segunda, se ensayan fórmulas orientadas a la creación de nuevos espacios de acumulación a través de la privatización de producción de bienes y servicios (Cabeza y Gómez, 2000; García et al, 2007). La tercera, la penetración de la cultura de empresarialidad en el plano político orientado a preocupaciones de competitividad y como consecuencia a favorecer el desarrollo de proyectos en esta línea (Viego; 2004; Vázquez-Rozas et al 2010).
Los cambios señalados llevan a reflexionar, al menos, sobre dos cuestiones complementarias, la racionalidad de las estrategias de intervención público-privada y los efectos en el plano territorial. El Estado Democrático Español y las Comunidades Autónomas arrancan su andadura en un escenario en el que había que corregir los desequilibrios socioeconómicos y territoriales heredados del pasado reciente y además enfrentarse a la reestructuración del sistema capitalista bajo principios de competitividad económica. A escala regional las estrategias de intervención podrían calificarse como inerciales, contradictorias y favorecedoras de armaduras regionales. Inerciales, puesto que, las Comunidades Autónomas han reproducido un política de tipo sectorial propia del Estado-Nación (transporte, enseñanza, sanidad, económica, etc) y jerarquizadas en la trama territorial según el grado de centralidad y tamaño del sistema de asentamientos, por tanto, sin verdaderos criterios de equilibrio. Contradictorias, porque la puesta en marcha a escala nacional, por ejemplo, de la alta velocidad, discrimina conexiones internas regionales y refuerza el tradicional modelo radial –entre principales ciudades del Estado-. Otro caso, con el proceso de integración europea, se observa cómo ciertas ayudas a regiones menos favorecidas generan un efecto frontera. Favorecedoras de armaduras regionales, esto es, espacios que no tienen en cuenta las dinámicas territoriales interregionales. Valga recordar aquí la creación por duplicación de carreteras de alta capacidad radiales dentro de la Comunidad de Madrid.
Los efectos socioespaciales de estas políticas y dinámicas en curso, tomados de la bibliografía citada en la introducción, señalan en síntesis i) reforzamiento de centros tradicionales vinculados al efecto capitalidad; ii) reforzamiento de centros tradicionales de tamaño inferior a 50.000 hab en contextos regionales donde las capitales provinciales están separadas entre ellas; iii) génesis de nuevos centros sobre municipios de tamaño demográfico destacado en entornos metropolitanos; iv) procesos de difusión residencial, industrial y segunda residencia apoyados en la diferencias de costes, ideología clorofila, en efectos negativos como congestión, etc. así como en la mejora de la accesibilidad y vinculados a entornos del tradicional área metropolitana madrileña y de centros tradicionales y emergentes; v) nueva relación interterritorial que añade a los vínculos de tipo jerárquico otros de tipo tangencial y no-jerárquicas; vi) espacios de despoblamiento y crisis estructural.
A través de esta secuencia de la revolución urbana capitalista fordista a la capitalista global proponemos un ensayo de tipo analítico que permita apuntalar la emergente personalidad policéntrica del modelo territorial madrileño en el centro peninsular español.
Metodología,
variables y fuentes de información
El paradigma de la red sostiene que los lugares están hechos de relaciones internas y externas, y están constantemente siendo transformados. Los lugares son haces de redes, están y son efecto de las redes y la construcción de redes son ventanas de oportunidad hacia el crecimiento, la cohesión y la sostenibilidad (Solís, 2011). En consecuencia, para interpretar y capturar las dinámicas territoriales es preciso contemplar conjuntamente el espacio de fijos y de flujos. La combinación de flujos y lugares, del territorio extensión y del territorio red es difícil de pensar y de representar (Veltz, 1999). Aquí entran en juego diferentes aspectos como la unidad de análisis, las categorías analíticas, las fuentes de información disponibles, las técnicas de análisis, etc.
En los análisis tradicionales sobre la red urbana el estudio de flujos se derivaba de la posición entre ciudades y sus atributos, generalmente a través de modelos gravitatorios. Entonces, la información estadística que aportase datos sobre flujos era prácticamente inexistente y los estudios en esta línea se apoyaban en buena medida en encuestas hechas por entes públicos, generalmente. A partir de los años noventa del siglo XX se han generalizado estadísticas sobre flujos a escala nacional, pero también supranacional e intranacional (local-regional) y como consecuencia han comenzado a proliferar estudios con métodos más consistentes.
El paradigma de la red recoge tres categorías que permiten acumular las cualidades diferentes de cada ciudad/territorio: nodos, vínculos y flujos. Los nodos presentan una posición y atributos, los vínculos, son los medios que facilitan la circulación y, los flujos, se identifican con los intercambios de bienes, servicios, tecnologías, personas, capitales, etc. Los nodos representan un enfoque morfológico y los vínculos y flujos simbolizan el enfoque relacional (véase Figura 4).
El estudio de los nodos incorpora no sólo el sistema urbano sino el sistema de asentamientos en su conjunto. Los nodos se vinculan con el municipio, unidad básica de análisis[7]. La información estadística que nos cualifica los nodos es de tres tipos, la derivada de su tamaño demográfico[8], de su centralidad laboral[9] y de su centralidad compuesta[10]. Las fuentes utilizadas para el análisis de población han sido los Censos de Población (1940, 1950, 1960, 1970, 1981, 1991, 2001) y el Padrón (2010), para la detección de los centros de empleo se ha utilizado el Censo de Población de 1981 y de 2001 y para la caracterización de los espacios de centralidad compuesta además de las fuentes citadas, el Anuario de la Caixa, el PICTE-2005-2020, la Asociación de Centros de Transporte de España, información de los institutos estadísticos y páginas web oficiales de las regiones estudiadas así como de los Ministerios de Medio Ambiente, Rural y Marino, de Fomento y el de Justicia.
El estudio de los vínculos se relaciona con la evolución de la red de infraestructura de carreteras y de ferrocarril convencional y de alta velocidad. Las mejoras de este tipo no han sido georreferenciadas en el artículo sino que aparecen descritas en el discurso[11].
El análisis de los flujos se apoya en los desplazamientos de población ocupada entre el lugar de origen y el lugar de trabajo. Dicha información se extrae de los Censos de Población de 1981 y de 2001[12]. Para el cálculo de las áreas de influencia según flujos laborales se han tenido en cuenta los criterios planteados por estudios españoles (Roca Cladera et al 2011; Boix, 2006; Feria, 2008, 2010) y europeos (GEMACA, 2002; Hall y Pain, 2006)[13].
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Evolución del sistema de asentamientos en la Región Centro
Hacia una región urbana funcional en la Región Centro
El estudio de la movilidad laboral interprovincial entre 1981 y 2001 evidencia que las provincias limítrofes a la Comunidad de Madrid, Ávila, Segovia, Cuenca, Guadalajara y Toledo, mantienen una destacada interrelación laboral con ella. Ahora bien, encontramos que algunas provincias como Ciudad Real, Cáceres, Valladolid o Barcelona presentan una movilidad laboral con origen y destino en la Comunidad Madrid por encima de algunas provincias limítrofes. Esta situación se explica fundamentalmente por el tamaño del sistema de asentamientos y su posición en el contexto intranacional e internacional.
Reconociendo esta realidad se ha incorporado un criterio de flujos laborales a escala municipal, con origen en provincias no limítrofes y destino la Comunidad de Madrid. Atendiendo al criterio de más de 50 ocupados y del 10% del total de población ocupada desplazada se detecta que sólo la provincia de Ciudad Real, alberga algún municipio que cumple dicho criterio. Por tanto, se asume como ámbito de la Región Centro las provincias de Madrid, Ávila, Segovia, Cuenca, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real (Solís, 2011).
El estudio de la movilidad laboral que se realiza para la Región Centro reconoce un doble sentido. Desde el lado que identifica las provincias de Ávila, Segovia, Cuenca, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real como origen y la Comunidad de Madrid como destino, se evidencia para
1981 y 2001: i) que la Comunidad de Madrid aparece como el principal destino atractor de flujos laborales y se refuerza con el paso del tiempo; ii) la provincia de Toledo, Guadalajara y Ciudad Real son aquellas de mayor vinculación con Madrid; iii) la movilidad laboral comienza a ser más importante en municipios diferentes a la capital, patrón éste último que refuerza la tendencia hacia un esquema territorial más policéntrico (véase Cuadro 2). Desde el lado que iguala la Comunidad de Madrid como origen y las provincias de Ávila, Segovia, Cuenca, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real como destino se observa para 1981 y 2001: (1) del total de población laboral desplazada fuera de la provincia madrileña, el destino citado concentra algo más del 40% en 1981 y casi un 55% en 2001[14]; (2) las provincias de Toledo y Guadalajara aquellas con las que mantiene una mayor atracción; (3) aunque las capitales provinciales actúan como focos de atracción importantes su peso tiende a reducirse, siendo otros municipios los que atraen los flujos. Destacan aquí, los municipios de borde de la Comunidad de Madrid apoyados en los ejes de infraestructura terrestre de Andalucía (A-4), Toledo (AP-41) y Guadalajara (A-2) aquellos donde más se dilata las relaciones de movilidad entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo (véase Cuadro 3 y Figura 4).
Cuadro 2.
Caracterización de la movilidad laboral con origen en las provincias limítrofes
y destino la Comunidad de Madrid entre 1981 y 2001
Origen de Población Ocupada |
Destino de la Población Ocupada: Comunidad de Madrid |
||||||
Ranking |
Comunidad de Madrid |
Madrid-municipio |
Resto de la Comunidad de Madrid |
||||
Incremento (1981-2001) |
% sobre el total 1981 y 2001 |
% sobre el total 1981 y 2001 |
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Ávila |
1º |
3.356 |
87,02 / 73,72 |
12,98 / 26,28 |
|||
Segovia |
1º |
3.667 |
80,54 / 82,42 |
19,46 / 17,58 |
|||
Ciudad Real |
1º |
9.628 |
94,79 / 94,16 |
5,20 / 5, 84 |
|||
Cuenca |
1º |
2.098 |
80,94 / 83,45 |
19,06 / 16,55 |
|||
Guadalajara |
1º |
12.427 |
67,36 / 51,22 |
32,64 / 48,78 |
|||
Toledo |
1º |
18.692 |
76,56 / 66,02 |
23,44 / 33,98 |
|||
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. |
Cuadro 3.
Evolución de la movilidad laboral con origen en la provincia de Madrid y destino
otras provincias (1981 y 2001)
Provincia de destino |
Año |
Año |
Incremento |
Año |
Año |
Año |
Año |
1981 |
2001 |
1981 |
2001 |
1981 |
2001 |
||
Total |
Total |
Capital de provincia |
Capital de provincia |
% de la Capital sobre el total |
|||
Ávila |
366 |
1.785 |
1.419 |
163 |
665 |
44,54 |
37,25 |
Segovia |
451 |
1.398 |
947 |
263 |
708 |
58,31 |
50,64 |
Cuenca |
241 |
1.170 |
929 |
77 |
264 |
31,95 |
22,56 |
Guadalajara |
1847 |
7.904 |
6.057 |
950 |
3048 |
51,43 |
38,56 |
Toledo |
2160 |
12.588 |
10.428 |
608 |
2563 |
28,15 |
20,36 |
Ciudad Real |
434 |
1.523 |
1.089 |
108 |
424 |
24,88 |
27,84 |
Total de las provincias circundantes (1) |
5.499 |
26.368 |
20.869 |
2.169 |
7.672 |
39,44 |
29,1 |
Resto de provincias (2) |
6.612 |
22.500 |
15.888 |
||||
Total provincial (1) + (2) |
12.111 |
48.868 |
36.757 |
||||
% de (1) sobre (2) |
45,41 |
53,96 |
56,78 |
||||
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. |
Evolución del tamaño demográfico en el sistema urbano-territorial
Aunque desde el siglo XIX se evidencian procesos de concentración espacial vinculados al proceso de industrialización, el sistema de asentamientos en el conjunto español y específicamente dentro de la Región Centro, se ha caracterizado hasta mediados del siglo XX por ser bastante equilibrado espacialmente (Precedo, 1988). Desde entonces se advierten dos grandes periodos que han afectado al modelo socieconómico y territorial. El primero abarca desde 1960 hasta mediados de los años setenta del siglo XX. El segundo, desde los años ochenta hasta el momento presente[15].
Durante la primera etapa, aconteció la verdadera explosión urbana en España, se trastocó profundamente el esquema productivo, la estructura social y forma de ocupación del territorio. Desde el punto de vista espacial se produjo una fuerte concentración de población y actividades en pocos núcleos y un gran efecto de quasivacío demográfico y económico en gran parte del territorio nacional.
Como puede verse en el Figura 5 y Cuadro 4, el sistema de asentamientos sufrió un importante cambio constatado en:
Cuadro 4.
Evolución de la población en el sistema de asentamientos en la Región Centro (1960-2010)
|
|
Año 1960 |
Año 1981 |
||||||
|
|
Datos absolutos |
Datos en porcentaje sobre el total |
Datos absolutos |
Datos en porcentaje sobre el total |
||||
Tipos |
Umbrales |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Pequeños núcleos |
< 1.000 |
970 |
431.985 |
65,72 |
9,39 |
1.101 |
336.867 |
74,59 |
5,3 |
1001 - 5.000 |
426 |
905.302 |
28,86 |
19,68 |
282 |
570.472 |
19,11 |
8,98 |
|
5.001 a 10.000 |
53 |
375.516 |
3,59 |
8,16 |
54 |
377.236 |
3,66 |
5,94 |
|
Ciudades intermedias |
10.001 a 50.000 |
24 |
508.243 |
1,63 |
11,05 |
23 |
547.896 |
1,56 |
8,62 |
50.001 a 100.000 |
2 |
79.943 |
0,14 |
1,74 |
10 |
608.935 |
0,68 |
9,58 |
|
100.001 a 250.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
5 |
723.654 |
0,34 |
11,39 |
|
Grandes ciudades |
250.000 a 500.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
500.001 a 1.000.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
> 1.000.001 |
1 |
2.299.431 |
0,07 |
49,98 |
1 |
3.188.297 |
0,07 |
50,18 |
|
TOTAL |
1.476 |
4.600.420 |
100 |
100 |
1.476 |
6.353.357 |
100 |
100 |
|
|
|
Año 2001 |
Año 2011 |
||||||
|
|
Datos absolutos |
Datos en porcentaje sobre el total |
Datos absolutos |
Datos en porcentaje sobre el total |
||||
Tipos |
Umbrales |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Número de municipios |
Población |
Pequeños núcleos |
< 1.000 |
1.081 |
287.803 |
73,24 |
4,1 |
1.048 |
644.411 |
71,05 |
7,26 |
1001 - 5.000 |
280 |
626.491 |
18,97 |
8,92 |
273 |
644.175 |
18,51 |
7,26 |
|
5.001 a 10.000 |
54 |
362.754 |
3,66 |
5,16 |
73 |
521.173 |
4,95 |
5,87 |
|
Ciudades intermedias |
10.001 a 50.000 |
42 |
962.100 |
2,85 |
13,69 |
53 |
1.045.266 |
3,59 |
11,77 |
50.001 a 100.000 |
12 |
861.552 |
0,81 |
12,26 |
18 |
1.266.625 |
1,22 |
14,27 |
|
100.001 a 250.000 |
6 |
1.019.446 |
0,41 |
14,51 |
9 |
1.482.467 |
0,61 |
16,7 |
|
Grandes ciudades |
250.000 a 500.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
500.001 a 1.000.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
> 1.000.001 |
1 |
2.905.758 |
0,07 |
41,36 |
1 |
3.273.040 |
0,07 |
36,87 |
|
TOTAL |
1.476 |
7.025.904 |
100 |
100 |
1.475 |
8.877.157 |
100 |
100 |
|
Fuente: Censos de Población de 1960, 1981, 2001 y Padrón de 2010. Elaboración propia. |
Durante la segunda etapa, 1981 a 2010, las nuevas formas socioespaciales de producción, consumo, circulación y regulación han transformado el modelo de ocupación anterior. Refleja bastante bien esta realidad la ola de difusión hacia municipios cada vez más alejados de Madrid y su tradicional área metropolitana, desbordando la Comunidad de Madrid y por tanto, penetrando en las provincias limítrofes –principalmente, en Guadalajara y Toledo- (véase Figura 5).
Si en la anterior etapa las ciudades intermedias localizadas en las provincias de Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia y Toledo habían tenido un débil papel estructurante (AA.VV. 1981; López Trigal, 1985), en las dos últimas décadas han adquirido una posición más destacada en un doble sentido: (1) mayor concentración de población respecto a los entornos provinciales; (2) mayor vertebración territorial resultado de la intensificación y establecimiento de nuevas relaciones con otras ciudades intermedias y grandes ciudades a través de los corredores de infraestructuras como son, fundamentalmente, carreteras y ferrocarril de alta velocidad[17].
Aunque el número de ciudades intermedias ha crecido considerablemente en los últimos años, todavía existen contrastes internos. Por ejemplo, Ávila y Segovia siguen siendo dos provincias con un mallado de ciudades débil, una progresiva concentración de población en las capitales (para 2010 concentran un tercio del total de población) y un sistema de núcleos pequeños preponderante. Cuenca y Guadalajara son también dos provincias con un sistema de ciudades endeble, aunque a diferencia de las anteriores cuentan además con otras pocas ciudades[18]. El sistema urbano intraprovincial de Toledo y Ciudad Real es más complejo. Ambos albergan la capital más 12 municipios con más de 10.000 hab.[19] y tienden a localizarse fundamentalmente en la mitad oriental, digamos en el entorno del eje articulado por la Autovía AP-41 y A-4, a lo largo de las Comarcas de la Sagra y Mancha.
Los núcleos pequeños se encuentran bajo una doble tendencia: (i) de crecimiento positivo, vinculada a los procesos de expansión-difusión del espacio productivo, residencial y de ocio del entorno madrileño y del sistema de ciudades intermedias; (ii) de crecimiento lento o estancado y negativo en las zonas más periféricas y de montaña.
Caracterización
de la centralidad en el sistema urbano-territorial
En el estudio sobre mallas y/o redes urbanas, el tamaño demográfico ha sido siempre un aspecto esencial. El dinamismo demográfico solo revela en parte la centralidad de un municipio. Porque si no cómo explicar la independencia entre mayor grado de centralidad vinculada a mayor tamaño demográfico. Así pues, un complemento interesante al tamaño de un municipio es el atributo de centralidad compuesta (véase apartado de metodología). En el figura 6 puede observarse los tipos de núcleos rectores.
En primer lugar, municipios de similar tamaño con un grado de centralidad diferente. Pueden reconocerse aquí tres situaciones:
a) municipios del tradicional área metropolitana responden a una configuración de espacios de centralidad desigual: Móstoles, Getafe, Alcorcón y Alcalá de Henáres presentan un grado de centralidad superior al de Rozas, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Fuenlabrada y Coslada. Ello se debe principalmente a la manera desigual en que se ha ido configurando el sistema de oferta y servicio de transportes y a las estrategias de especialización del territorio por parte de agentes públicos y privados. Estos dos factores estarían condicionando las inversiones internas y externas.
b) las capitales de provincia (sin contar Madrid) exhiben un dispar grado de centralidad. Mientras que Ávila presenta un grado menor que el resto, Toledo presenta un grado mayor que el resto. Entre los principales factores explicativos de esta situación estaría la combinación entre ubicación o proximidad a Madrid y a corredores principales, existencia de barreras montañosas, decisiones políticas sobre el rango de capitalidad y el dinamismo del entorno comarcal/provincial económico y demográfico.
c) municipios con más de 10.000 hab. fuera del área metropolitana madrileña y no capital de provincia. Estos municipios actúan como rotulas de espacios comarcales con funciones sanitarias, comerciales, económicas y de ciertas gestiones. Por ejemplo, Aranjuez y Talavera de la Reina presentan un grado de centralidad media, por encima de Puertollano, Valdepeñas, Alcázar de San Juan, Tomelloso, Torrijos, Ocaña, Collado Villalba, Quintanar de la Orden, Valdemoro y Arganda del Rey con centralidad media baja.
Fuente: Elaboración propia. |
Fuente: Elaboración propia. |
En segundo lugar, pueden distinguirse municipios que con un tamaño inferior tienen un grado de centralidad superior:
a) capitales provinciales respecto a los municipios del área metropolitana madrileña -San Sebastián, Móstoles, Getafe, Leganés, Alcalá de Henáres, Alcobenda, Rozas, etc. La principal razón deriva de los efectos de la organización y distribución territorial de los servicios públicos bajo el modelo de estado compuesto. De este modo las Comunidades Autónomas introducen una nueva racionalidad territorial a través de la localización de funciones y servicios vinculados con la sanidad, enseñanza, accesibilidad, etc. de ciudades capitales;
b) municipios con más de 10.000 hab. dentro de la Comunidad de Madrid y fuera del tradicional área metropolitana madrileña. Nos referimos a cabeceras comarcales como Aranjuez, Arganda del Rey o Collado Villalba frente a municipios como Tres Cantos, San Fernando de Henáres, Pinto, Villaviciosa de Odón o Rozas de Madrid;
c) municipios por debajo de 10.000 hab. fuera de la Comunidad de Madrid con un grado de centralidad igual o superior que municipios madrileños en contextos metropolitanos de expansión. Municipios que por su condición de cabecera de un espacio supralocal, -como Sigüenza, Arévalo, Almadén, Barco de Ávila, etc.-, exhiben un grado de centralidad superior a municipios de gran dinamismo reciente como Humanes, Mejorada, Paracuellos, Ajalvir, etc. dentro de la Comunidad de Madrid, u otros fuera de la misma, como Yeles, Esquivias, Yuncos, Villaluenga de la Sagra o Numancia de la Sagra en la Comarca de la Sagra, o Alovera, Cabanillas o Marchamalo en el eje del Henáres en la provincia de Guadalajara.
Nos encontramos ante un mapa de distribución de la centralidad caracterizado por: i) densa aglomeración de nodos de diverso grado de centralidad en el tradicional área metropolitana y en el entorno de la misma apoyados en los principales corredores de acceso y salida de Madrid así como un estiramiento de este conjunto hacia Guadalajara y Toledo; ii) un esquema provincial de Ávila, Cuenca, Guadalajara y Segovia, marcado por el reforzamiento de las capitales y la existencia de pocos nodos alejados entre ellos y de baja centralidad; iii) un esquema provincial de Ciudad Real y Toledo más complejo y diverso en el que la localización de los nodos de centralidad permite observar la combinación de una racionalidad natural que sigue la disposición E-W de las vegas del Tajo y Guadiana y una racionalidad funcional que sigue la disposición N-S de los corredores Madrid-Andalucía.
Detección de centros de empleo y
áreas de influencia según flujos laborales (1981-2001)
En este apartado se cartografía los principales centros de empleo y sus áreas de influencia (véase figura 6). Con ello se pretende demostrar 1) la ruptura en la vigencia del modelo territorial metropolitano madrileño como arquetipo monocéntrico; 2) la disolución de lo metropolitano y no-metropolitano a través de la configuración de un esquema de relaciones interterritoriales sobre un complejo urbano-regional policéntrico; 3) la quiebra de la dicotomía urbano-rural.
Desde los años ochenta del siglo XX el Área Metropolitana Madrileña (AMM) está sometida a una transformación interna; la dominancia de un núcleo central –Madrid- frente al resto, se ha visto trastocada por la aparición de nuevos centros de actividad y empleo así como otros rasgos de centralidad (educación, consumo, sanidad, etc.) de los que carecían en el pasado. El área metropolitana deja de ser un mero territorio dependiente y consecuencia –en términos de dependencia- del núcleo central, y pasa a convertirse en un territorio que es cimiento del crecimiento y desarrollo de todo el conjunto (Solís, 2011). Al mismo tiempo se produce una transformación externa, esto es, una ampliación de los tradicionales límites con la consiguiente vinculación e incorporación de un sistema de ciudades intermedias y núcleos pequeños. Rasgo este último que otorga mayor complejidad en cuanto a tamaño, funciones y relaciones del sistema de asentamientos.
Para 1981, según la metodología desarrollada en el apartado 3 para la detección de centros de empleo y delimitación de áreas de influencia, se reconoce un esquema territorial rudimentario de tipo policéntrico en el ámbito del AMM (véase Figura 7). En este momento se advierte la formación de tres centros de empleo por encima de más de 20.000 trabajadores (Getafe, Alcalá de Henáres y Torrejón de Ardoz) y cinco centros de empleo entre 10.000 y 20.000 trabajadores (Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Leganés y Alcobendas). Si tenemos en cuenta el ámbito definido por criterios de movilidad laboral se observa una ampliación de los límites externos más allá del AMM. El cambio de escala incorpora 46 municipios, 2.807 km2 de superficie y 355.695 hab.. Asimismo se agregan dos centros de empleo inferiores a 20.000 trabajadores Guadalajara y Toledo. Se perfila así un escenario territorial en proceso de cambio (véase Cuadro 5).
Para 2001, como puede verse en la figura 7, se va aquilatando una configuración territorial de tipo policéntrica. Para entonces, se exhibe un ámbito que tiene una superficie 2,5 veces más territorio que la Comunidad de Madrid; alberga 305 municipios contando Madrid, y una población que rebasa los 6.100.000 hab., dato que supone más del 95% del total de población de la Región Centro. Según se observa en la figura 7, el número de centros de empleo con más de 20.000 trabajadores es de 20 y los que están entre 10.000 y 20.000 trabajadores es de 6. Se puede concluir según los datos, de la formación de una región urbana policéntrica. Aunque más exactamente habría que hablar por la importancia de Madrid frente al resto de una Región Metropolitana Policéntrica Madrileña.
Comparando los umbrales de tamaño por municipios dentro y fuera de la Región Metropolitana Policéntrica Madrileña (RMPM) emergente se observa que la configuración del sistema de asentamientos se ha modificado profundamente. Tal y como se ve en el Cuadro 5 el número de municipios con más de 10.000 hab., dentro de la RMPM representa casi un 88,6% (61 municipios), dato que fuera es apenas del 11,4% (7 municipios), el número de municipios inferior a 10.000 hab. dentro de la RMPM representa un 17,5% (251 municipios) y fuera simboliza un 82,4% (1.182 municipios). Dentro de RMPM, el ámbito del AMM es donde se producen los cambios más intensos.
Dentro del espacio que queda fuera de la RMPM, se han detectado en base a los centros de empleo identificados 5 áreas urbanas funcionales: Ávila, Cuenca, Talavera de la Reina, Puertollano, Ciudad Real. Éstas están sometidas a proceso de “desconcentración urbana” (Ganau y Vilagrasa, 2003). En los entornos inmediatos de estas cabeceras poseen fundamentalmente una función residencial de tipo principal y de segunda residencia. En algunos casos se observan procesos de localización de actividades como consecuencia de ventajas de coste de suelo, menos impuestos, proximidad a carreteras y corredores más destacados, etc. Tal es el caso de algunos municipios como el de Argamasilla de Calatrava y Poblete en el eje Puertollano-Ciudad Real. La intensidad y complejidad de las áreas de influencia urbanas responde al dinamismo de la cabecera, a su posición geográfica respecto de grandes corredores de transporte de carreteras o ferroviario, a la topografía, etc. De este modo, se observa que Ciudad Real o Talavera de la Reina son áreas urbanas más dinámicas y complejas que las de Ávila o Cuenca.
Fuente: Elaboración propia. |
Cuadro 5.
Análisis comparativo según ámbitos en la Región Centro en 1981 y 2001*
Delimitación para 1981 |
Madrid (1) |
Área Metropolitana Madrileña (2) |
Resto de la Región Centro (3) |
Total de la Región Centro (1+2+3) |
Región Urbana Policéntrica (4) ** |
Resto de la Región Centro (5) |
Total de la Región Centro (1+4+5) |
|
Población |
Año 1960 |
2.259.931 |
133.811 |
2.180.102 |
4.573.844 |
340.945 |
1.972.968 |
4.573.844 |
Año 1981 |
3.188.297 |
1.246.835 |
1.931.445 |
6.366.577 |
1.602.530 |
1.575.750 |
6.366.577 |
|
Población en % sobre el total |
Año 1960 |
49,41 |
2,93 |
47,66 |
100,00 |
7,45 |
43,14 |
100,00 |
Año 1981 |
69,71 |
19,58 |
30,34 |
100,00 |
25,17 |
24,75 |
100,00 |
|
Superficie (Km2) |
605,15 |
1.328,61 |
84.697,19 |
86.630,95 |
4.135,65 |
81.890,15 |
86.630,95 |
|
Densidad (Hab/Km) en 1981 |
5.268,61 |
938,45 |
22,80 |
73,49 |
387,49 |
19,24 |
73,49 |
|
Subcentros (trabajadores) (1981) |
> 20.000 |
1 |
3 |
0 |
4 |
3 |
0 |
4 |
10.000 a 20.000 |
0 |
5 |
8 |
13 |
7 |
6 |
13 |
|
Número de asentamientos según umbrales (1981) |
> 1.000.001 |
1 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
1 |
500.001 a 1.000.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
250.001 a 500.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
100.001 a 250.000 |
0 |
5 |
0 |
5 |
5 |
0 |
5 |
|
50.001 a 100.000 |
0 |
5 |
5 |
10 |
7 |
3 |
10 |
|
10.001 a 50.000 |
0 |
7 |
16 |
23 |
12 |
11 |
23 |
|
5.001 a 10.000 |
0 |
3 |
51 |
54 |
13 |
41 |
54 |
|
1.001 a 5.000 |
0 |
4 |
282 |
286 |
31 |
255 |
286 |
|
< 1.000 |
0 |
3 |
1.112 |
1.115 |
5 |
1.110 |
1.115 |
|
Delimitación para 2001 |
Madrid (1) |
Área Metropolitana Madrileña (2) |
Resto de la Región Centro (3) |
Total de la Región Centro (1+2+3) |
Región Urbana Policéntrica (4) *** |
Resto de la Región Centro (5) |
Total de la Región Centro (1+4+5) |
|
Población |
Año 1981 |
3.188.297 |
1.246.835 |
1.931.445 |
6.366.577 |
2.239.579 |
938.701 |
6.366.577 |
Año 2001 |
2.957.058 |
1.866.909 |
2.274.099 |
7.098.066 |
3.238.315 |
902.693 |
7.098.066 |
|
Población en % sobre el total |
Año 1981 |
50,08 |
19,58 |
30,34 |
100,00 |
35,18 |
14,74 |
100,00 |
Año 2001 |
41,66 |
26,30 |
32,04 |
100,00 |
45,62 |
12,72 |
100,00 |
|
Superficie (Km2) |
605,15 |
1.328,61 |
84.697,19 |
86.630,95 |
22.442,88 |
63.582,92 |
86.630,95 |
|
Densidad (Hab/Km) en 2001 |
4.886,49 |
1.405,16 |
26,85 |
81,93 |
144,29 |
14,20 |
81,93 |
|
Subcentros (2001) |
> 20.000 trabajadores |
1 |
13 |
10 |
24 |
20 |
3 |
24 |
10.000 a 20.000 |
0 |
6 |
5 |
11 |
9 |
2 |
11 |
|
Número de asentamientos según umbrales (2001) |
> 1.000.001 |
1 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
1 |
500.001 a 1.000.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
250.001 a 500.000 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
100.001 a 250.000 |
0 |
6 |
0 |
6 |
6 |
0 |
6 |
|
50.001 a 100.000 |
0 |
7 |
5 |
12 |
10 |
2 |
12 |
|
10.001 a 50.000 |
0 |
10 |
32 |
42 |
37 |
5 |
42 |
|
5.001 a 10.000 |
0 |
4 |
51 |
55 |
41 |
14 |
55 |
|
1.001 a 5.000 |
0 |
0 |
287 |
287 |
150 |
137 |
287 |
|
< 1.000 |
0 |
0 |
1.091 |
1.091 |
60 |
1.031 |
1.091 |
|
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. *
Véase Figura 7. |
Cartografía de flujos y ligazones laborales en el sistema urbano territorial
La movilidad es uno de los principales rasgos protagonistas de la sociedad moderna capitalista (Giddens, 1993). La movilidad está profundamente enraizada en el proceso de urbanización capitalista, esto es, en la búsqueda de soluciones socio-espaciales que generen una constante compresión espacio-temporal. Lo que significa un incremento de circulación y acumulación del capital a través de sus formas físicas (espaciales) y sociales (políticas, económicas, culturales, etc.). Desde esta perspectiva la nueva condición de lo urbano puede interpretarse a través del cambio de escala y organización de los espacios de vida colectivos (Ferrao, 2003; Feria, 2004; Feria y Albertos, 2010; Solís, 2008; 2011; Módenes, 2009). Este apartado analiza la lógica espacial de los flujos laborales (un tipo de relación cotidiana) como aproximación al cambio en la transformación socioeconómica de la Región Centro.
La evolución de los flujos
laborales como reflejo de transformación socioeconómica
En 1981, tal y como se refleja en el Cuadro 6, la movilidad de población ocupada en el área metropolitana madrileña, con origen en la periferia y destino en Madrid, mostraba el predominio de un modelo socioeconómico industrial, guiado por el esquema fordista de gran fábrica-gran ciudad. A pesar del proceso de concentración en Madrid, desde finales de los años 1970 comenzaba a manifestarse efectos de reorganización de la actividad económica y (des)economías de aglomeración madrileña sobre algunos municipios del área metropolitana (Méndez, 1988, Estébanez, 1990). Este cambio puede capturarse a través de los flujos laborales hacia municipios como - Getafe, Torrejón y Alcalá de Henares, Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada o Alcobendas-. Para entonces comenzaba a gestarse como hemos señalado en el aparatado anterior una rudimentaria región policéntrica.
Si la movilidad laboral es un indicador de transformación socioeconómica, para el ámbito territorial fuera de la región metropolitana policéntrica madrileña delimitada en 1981, se da cuenta de 47.951 ocupados desplazados sobre un total de población ocupada en el mismo municipio de 388.301. Dicha situación refleja la gradación de un modelo más urbanizado en el ámbito de la RMPM hacia otro menos urbanizado, esto es, hacia un modelo socioeconómico de dominancia agraria y/o agroindustrial y basado en un mercado de tipo local-comarcal.
Cuadro 6.
Análisis de la movilidad laboral y de la atracción de centros de empleo según ámbitos
en 1981 y 2001
|
Ámbitos |
Población Ocupada |
Mismo Municipio |
Población ocupada en otro municipio |
Porcentaje de población ocupada en otro municipio |
||||||
Total |
sobre centros de empleo ** en el AMM |
sobre centros de empleo ** en la RMPM |
sobre centros de empleo ** en el Resto |
respecto al mismo municipio |
sobre centros de empleo ** en el AMM en relación a (2) |
sobre centros de empleo ** en la RMPM en relación a (2) |
sobre centros de empleo ** en el Resto en relación a (2) |
||||
Año 1981 |
Madrid | 975.204 |
926.798 |
48.406 |
31.784 |
32.771 |
471 |
5,22 |
65,66 |
67,70 |
0,97 |
Área Metropolitana Madrileña (AMM) * | 354.044 |
144.165 |
209.879 |
186.802 |
187.393 |
196 |
145,58 |
89,00 |
89,29 |
0,09 |
|
Región Urbana Policéntrica Madrileña (RUPM) * | 453.881 |
1.147.011 |
233.668 |
222.354 |
225.954 |
736 |
20,37 |
95,16 |
96,70 |
0,31 |
|
Resto | 436.252 |
388.301 |
47.951 |
12.264 |
14.527 |
6.904 |
12,35 |
30,30 |
14,40 |
14,40 |
|
Región Centro | 1.865.337 |
1.535.312 |
330.025 |
234.618 |
240.481 |
7.640 |
21,50 |
71,09 |
72,87 |
2,31 |
|
Año 2001 |
Madrid |
1.287.388 |
1.058.037 |
224.944 |
114.755 |
126.217 |
1.049 |
21,13 |
51,01 |
56,11 |
0,47 |
Área Metropolitana Madrileña (AMM) * |
897.414 |
271.798 |
622.467 |
494.681 |
515.403 |
815 |
229 |
79,47 |
82,80 |
0,13 |
|
Región Urbana Policéntrica Madrileña (RUPM) * |
2.773.230 |
1.632.905 |
1.131.488 |
774.205 |
846.964 |
5.408 |
69,12 |
68,42 |
74,85 |
0,48 |
|
Resto |
313.926 |
207.736 |
105.578 |
26.491 |
35.570 |
17.016 |
51,01 |
25,09 |
33,69 |
16,12 |
|
Región Centro |
3.087.156 |
1.840.641 |
1.237.066 |
800.696 |
882.534 |
22.424 |
67 |
64,73 |
71,34 |
1,81 |
|
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. * Incluido el municipio de Madrid. |
Con la reestructuración del sistema capitalista se ha impregnado el territorio español y con él espacio de la Región Centro. El incremento de la movilidad laboral en 2001 respecto de 1981 refleja esta realidad. Como se desprende del Cuadro 6, el AMM la población ocupada desplazada ha pasado de 209.879 a 622.467, en la RMPM de 233.668 y en 1.131.488, el espacio de más allá, de 47.951 a 105.578 ocupados. Para 2001, la capacidad de atracción de los centros de empleo se incrementa respecto de 1981. Ello significa la aparición y consolidación de un conjunto de nodos vertebradores del sistema urbano-territorial en la Región Centro.
Capacidad de vertebración
territorial a través de flujos laborales según tamaño y centralidad del sistema
de asentamientos
Teniendo en cuenta la división del sistema de asentamientos propuesta abordamos la relación entre tamaño, centralidad y capacidad de vertebración territorial a través de flujos laborales intermunicipales en 1981 y 2001.
El tamaño sigue siendo importante y pero lo es aún más la posición de prestigio por las funciones y servicios que una ciudad alberga. Tal es el caso de las grandes metrópolis. En este sentido, y dentro de la Región Centro, Madrid, capital de España y municipio con más de 3.000.000 millones de habitantes, genera un total de 261 ligazones de tipo laboral, con una población vinculada superior a los 450.000 trabajadores. Se ubica así a la cabeza del sistema urbano (véase Anexo 2 y Figura 8).
En el escalón de las ciudades intermedias, cabe apuntar algunas tendencias:
En el tercer escalón, referido a los núcleos por debajo de 10.000 hab., se observa una escasa capacidad de vertebración del territorio desde el punto de vista laboral (véase Cuadro 8). La atracción laboral depende no tanto del tamaño del municipio sino de su especialización tradicional y/o en relación a la de uno o varios núcleos dinámicos más próximos, resultado además de la cercanía de infraestructuras de transporte y de las estrategias de agentes públicos y privados en el marco de actuaciones impulsadas por políticas territoriales de macro y meso escala (LEADER, PRODER, ayudas a energías renovables, política agraria, etc.). De este modo se pueden distinguir a) efectos de difusión industrial en entorno metropolitanos próximos (Humanes de Madrid, Meco, Valdemorillo, Soto el Real, Paracuellos del Jarama, etc.) b) efectos de difusión industrial en entorno metropolitanos alejados en corredores como la comarca de la Sagra Toledana (Numancia, Villaluenga, Yeles, Ugena, Yuncos, etc.) apoyada entre la A-4 y la AP-41, la Comarca del Henáres (Alovera, Ajalvir, Cabanillas, Marchámalo, ect) apoyada en la A-2, o el eje de Coruña (Moralzarzal, Hoyo de Manzanares, Soto del Real, Cercedilla, etc.); c) efectos de difusión industrial en entornos de ciudades intermedias como Argamasilla de Calatrava respecto a Puertollano; Olías del Rey respecto a Toledo; e) procesos de industria de tipo endógeno asociada en buena medida a productos agrícolas o a productos importados de otros lugares (Villacañas, Cuéllar, Sonseca, etc.); e) núcleos vinculados a los efectos del turismo de naturaleza especializados en segunda residencia y comercio asociado (Arenas de San Pedro, Sotillo de la Adrada, etc.); d) núcleos de servicios en contextos comarcales alejados de influencias metropolitanas (Almadén, Piedrahíta, etc.); núcleos de servicios en contextos comarcales bajo influencias metropolitanas (Tarancón, Quintanar de la Orden, etc.) (véase Anexo 3).
Fuente: Elaboración propia. |
Fuente: Elaboración propia. |
Fuente: Elaboración propia. |
Evolución y tipos de ligazones laborales interterritoriales según ámbitos (1981-2001)
La existencia de múltiples centros próximos no necesariamente significa que haya relaciones funcionales entre ellos (Laan, 1998), es por ello que, entre otros rasgos, el policentrismo se entiende como una relación funcional entre múltiples centros dentro de un área (Meijers, 2007). Desde esta perspectiva es fundamental territorializar las relaciones interurbanas según ámbitos (véase Cuadro 8). En base a los ámbitos funcionales delimitados en 1981 y 2001 (véase apartado 5) se procede a analizar la evolución de las ligazones laborales internas y entre ellos. Ello permite extraer un nuevo esquema espacial de relaciones; a la tradicional y preponderante relación jerárquica (de núcleos pequeños hacia núcleos mayores) se van superponiendo dos nuevos tipos de relación: la (no)jerárquica (de núcleos mayores hacia núcleos pequeños) y la horizontal o tangencial (relaciones entre núcleos de tamaño parecido).
Como puede verse en el Cuadro 7 los principales rasgos son:
Cuadro 7. |
|
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. (1) En 1981 había 8 AUFs fuera del AMM
y en 2001 había 5 AUFs fuera del AMM, * Dato de flujos laborales desde los
centros de empleo de la AUF (recogen a municipios con más de 10.000 ocupados;
que residen y trabajan y ocupados vinculados laboralmente). |
La región urbana madrileña: un caso emergente de región policéntrica
Del análisis efectuado se deduce que la región urbana madrileña está transitando hacia un esquema policéntrico. Ahora bien, dentro de esta tendencia general que se observa en otras regiones urbanas puede reconoce una personalidad en el modelo territorial emergente madrileño.
En la Región Centro se advierte dos grandes ámbitos: i) la Región Metropolitana Policéntrica Madrileña (RMPM) conformada por la zona del tradicional área metropolitana madrileña (AMM) y la zona externa al AMM; ii) el Horizonte Urbano Potencial Policéntrico Madrileño (HUPPM) donde se distingue la zona de las áreas urbanas funcionales vertebradas por las capitales de provincias y núcleos rectores superiores a 10.000 hab. y un amplio área de despoblamiento (véase Anexo 4).
Dentro de la RMPM cabe señalar un primer rasgo, Madrid es un nodo que está muy por encima en importancia económica y funcional así como demográfica del resto. Un segundo rasgo es que la RMPM funciona como un grupo de ciudades (clúster) con diferentes tipos de centralidad y nodos de atracción laboral potentes. Asimismo, dentro de ella se distinguen diferentes grupos de clúster desde aquellos más desarrollados con varias cabezas de tamaños e importancia parecida hacia otros más monocéntricos. Progresivamente las relaciones internas entre Madrid y estos clúster y entre ellos se vuelven más intensas. Es preciso apuntar que a un radio de unos 40-50 km, dependiendo de los corredores, las relaciones son menos tupidas, complejas e intensas y tienden a transformarse en relaciones de tipo más jerárquicas y monocéntricas (véase figura 10 y 11).
En el HUPPM se distinguen cinco grandes nodos vertebradores de áreas funcionales, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Puertollano y Talavera de la Reina. Éstos nodos, junto con los de Toledo, Guadalajara y Segovia integrados en la RMPM, se caracterizan por: i) ser nodos cada vez más potentes de territorios más amplios; ii) por una estructuración del territorio intraprovincial predominantemente monocéntrica y jerárquica, aunque en los casos de las provincias de Toledo y Ciudad Real el sistema de asentamientos otorga mayor diversidad de relaciones interterritoriales; iii) estas ciudades capitales intermedias están progresivamente incrementado su interrelaciones entre ellas y con nodos del RMPM aspecto que les otorga un doble rol, su papel como capitales y su papel como nodos integrados en lógicas metropolitanas (Figura 10 y 12 y Anexo 5).
Conclusiones
Desde el punto de vista teórico el esquema del policentrismo, entendido como el funcionamiento en red de varios centros de diferentes tamaños e importancia económica y funcional en una región que ellos delimitan, permite modificar y complementar la interpretación tradicional monocéntrica y jerárquica de los sistemas urbanos en general y dentro de ellos de los sistemas metropolitanos. El policentrismo reemplaza la imagen de centro-periferia por una más compleja, en el que un solo centro no es el único que decide y controla, y la periferia, no es un mero elemento pasivo, al contrario, los haces de relaciones, vínculos y flujos –en este caso laborales- entre varios centros y otros espacios, nos advierten de un modelo territorial complementario e interdependiente. En este sentido, el desarrollo territorial pasa por una cultura de pacto a diferentes escalas.
Con la evolución del sistema capitalista, el desarrollo y crecimiento urbano, evidenciado en las funciones de las ciudades, están cada vez más inextricablemente unidas a una combinación de relaciones entre espacios de fijos y flujos a diferentes escalas. En este sentido, el aporte metodológico de este artículo radica en un ensayo que combina categorías analíticas que cualifican los nodos del sistema urbano y sus relaciones. Para el caso del estudio de los flujos, es cierto que el dato de la movilidad laboral es sólo una manera de investigar cómo se estructura y articula el sistema urbano y que en el futuro debería complementarse con otros motivos de movilidad (educativo, ocio, etc.) y establecer análisis en detalle sobre la movilidad laboral (perfil educativo de los ocupados desplazados, modo de transporte, número de veces que se desplazan a lo largo de la semana, etc.).
|
|
Desde el punto de vista empírico cabe resaltar una consideración de tipo interpretativa y otra vinculada a los resultados obtenidos. Respecto a la primera, Madrid ha tenido una incidencia contradictoria en el sistema urbano-territorial en la Región Centro. Madrid ha pasado de ser un organismo urbano ‘artificial’, causante de numerosos desequilibrios en el sistema urbano-territorial en el Centro Peninsular (Valenzuela, 2010) durante la primera y segunda revolución urbana, a convertirse en un motor de engarce de los cambios socio-económicos y políticos que definen la fase capitalista actual sobre un territorio más amplio. La segunda, somos testigos de un nuevo modelo de ocupación y organización del territorio en el Centro Peninsular de tipo policéntrico aunque con dinámicas de estructura e interacción diferentes. Se observa la emergencia de una región metropolitana policéntrica madrileña (RMPM) que excede la Comunidad de Madrid y penetra en las provincias limítrofes sobre todo en las de Guadalajara y Toledo. Aquí se reconoce un sistema con una cabeza preponderante y un conjunto de redes de ciudades que, con diferentes grados de evolución de policentrismo se van entrelazando progresivamente a lo largo de corredores y entre ellos sobre la formación de nuevos centros y el reforzamiento de nodos con centralidad tradicional. Rodeando a la RMPM se está configurando un horizonte urbano potencial policéntrico madrileño (HUPPM) estructurado por áreas urbanas funcionales comandadas por capitales de provincia y regidas por un esquema monocéntrico predominante. Al mismo tiempo se superpone una tendencia de interrelación entre dichos nodos y respecto a nodos de la RMPM así como hacia nodos de centralidad diverso y de menor tamaño en los ámbitos administrativos provinciales de las que son anfitriones. Además dentro del HUPPM se encuentra presente zonas sometidas a un quasivacío demográfico y económico. En suma, se está desplegando un sistema urbano reticular-funcional de tipo regional progresivamente más complejo en su estructura, articulación y funcionamiento. Aspecto que requiere una visión más global del tratamiento del sistema urbano en la Región Centro, rompiendo púes con la diferenciación entre redes urbanas dentro de regiones político-administrativas y con la idea de subsistemas urbanos meramente dependientes de Madrid.
Finalmente y desde una óptica operativa puede colegirse que el nuevo modelo territorial emergente en la Región Centro abre una ventana hacia la consideración de la ordenación del territorio a escala interregional. Se introduce aquí un elemento nuevo de debate para los próximos años, cómo en contextos de regiones urbanas policéntricas, en el que las dinámicas territoriales desbordan los límites político-administrativos regionales, se instrumentalizan convenios de cooperación y acuerdos de colaboración entre comunidades autónomas para desarrollar una estrategia de ordenación del territorio coordinada y pro de un modelo territorial económico, cohesionado y sostenible.
Anexo 1
Anexo 2.
Número municipios vinculados y población vinculada según grandes ciudades y
ciudades intermedias en 1981 y 2001
Municipios con más |
Población |
Número de municipios |
Población |
Población |
Municipios con más |
Población |
Número de municipios vinculados** |
Población vinculada** |
Población vinculada total |
Madrid |
3.188.297 |
101 |
174.246 |
181.831 |
Madrid_1 |
2.957.058 |
261 |
438.131 |
450.634 |
Leganés |
163.426 |
2 |
2.287 |
6.212 |
Móstoles_5 |
197.062 |
5 |
2.045 |
17.140 |
Móstoles |
149.649 |
3 |
329 |
4.104 |
Fuenlabrada_6 |
178.221 |
6 |
1.208 |
26.746 |
Alcalá de Henares |
142.862 |
4 |
296 |
4.012 |
Leganés_5 |
173.426 |
0 |
0 |
23.664 |
Alcorcón |
140.657 |
0 |
0 |
3.795 |
Alcalá de Henares_5 |
172.418 |
11 |
4.049 |
19.832 |
Getafe |
127.060 |
2 |
1.524 |
9.254 |
Getafe_5 |
150.532 |
1 |
78 |
29.859 |
Fuenlabrada |
77.626 |
2 |
1.721 |
10.007 |
Alcorcón_6 |
147.787 |
0 |
0 |
19.956 |
Torrejón de Ardoz |
75.398 |
4 |
7.987 |
10.313 |
Torrejón de Ardoz_6 |
97.546 |
5 |
5.068 |
19.335 |
Talavera de la Reina |
64.136 |
4 |
466 |
924 |
Alcobendas_6 |
92.537 |
5 |
6.434 |
38.287 |
Alcobendas |
63.507 |
1 |
1.572 |
5.090 |
Coslada_6 |
78.774 |
2 |
2.785 |
16.816 |
Toledo |
57.769 |
15 |
1.960 |
3.998 |
Parla_6 |
77.157 |
2 |
307 |
5.996 |
Guadalajara |
56.922 |
4 |
297 |
1.865 |
Talavera de la Reina_5 |
76.011 |
13 |
1.806 |
3.908 |
Parla |
55.933 |
0 |
0 |
993 |
Toledo_2 |
69.450 |
29 |
9.085 |
15.011 |
Coslada |
53.289 |
1 |
904 |
4.819 |
Pozuelo de Alarcón_6 |
68.470 |
0 |
0 |
17.977 |
Segovia |
53.237 |
3 |
235 |
1.066 |
Guadalajara_4 |
67.640 |
0 |
0 |
9.095 |
Ciudad Real |
51.118 |
11 |
1.774 |
2.376 |
Ciudad Real_3 |
61.280 |
22 |
5.790 |
8.154 |
Puertollano |
48.747 |
2 |
950 |
1.304 |
S. Sebastián de los Reyes_6 |
59.646 |
3 |
4.432 |
18.398 |
Cuenca |
41.791 |
1 |
50 |
608 |
Rozas de Madrid _7 |
59.002 |
1 |
8.186 |
24.113 |
Ávila |
41.735 |
4 |
292 |
1.362 |
Segovia_3 |
54.039 |
19 |
3.127 |
6.161 |
S. Sebastián de los Rey |
39.866 |
1 |
866 |
2.553 |
Puertollano_6 |
49.613 |
2 |
1.092 |
2.488 |
Aranjuez |
35.936 |
0 |
0 |
749 |
Majadahonda_6 |
49.137 |
1 |
333 |
12.418 |
Pozuelo de Alarcón |
31.228 |
0 |
0 |
2.870 |
Ávila_4 |
47.967 |
12 |
1.059 |
4.517 |
Tomelloso |
26.655 |
0 |
0 |
123 |
Cuenca_3 |
46.491 |
9 |
996 |
3.357 |
Alcázar de S. Juan |
25.185 |
2 |
180 |
338 |
Collado Villalba_6 |
44.872 |
5 |
9.419 |
14.032 |
Valdepeñas |
24.946 |
0 |
0 |
316 |
Aranjuez_5 |
40.113 |
3 |
502 |
4.106 |
Majadahonda |
22.949 |
0 |
0 |
1.613 |
Tres Cantos_7 |
36.598 |
3 |
7.248 |
24.865 |
Arganda del Rey |
21.940 |
3 |
226 |
3.299 |
S. Fernando de Henáes_7 |
35.089 |
0 |
0 |
12.508 |
Colmenar Viejo |
21.159 |
- |
- |
- |
Colmenar Viejo_6 |
34.194 |
3 |
396 |
4.846 |
Si restamos el efecto de Madrid en los flujos laborales a las 15 primeras ciudades madrileñas de mayor tamaño se observa todavía la capacidad de atracción que tienen con el resto del territorio. ´Móstoles à; Fuenlabrada à; Leganés à;Alcalá de Henáres à ; Getafe à ; Alcorcón à; Torrejón de Ardoz à; Alcobendas à; Coslada à; Parla à; San Sebastián de los Reyes à; Rozas de Madrid à; Majadahonda à; Collado Vilalba àAranjuez à. Es efecto de atracción laboral alcanza dimensiones potentes supralocales y cada vez más de tipo suprarregionales –sobre todo en la provincia de Toledo y Guadalajara-. * El Censo de Población de 1981 sólo ofrece datos de movilidad laboral para municipios por encima de 20.000 hab. ** El número de municipios y la población vinculada se ha calculado para flujos laborales intermunicipales superiores a 50 ocupados y al 10% de la población ocupada hacia otro municipio. *** En este campo junto al nombre de cada municipio se ha colocado un número que corresponde con el tipo de centralidad: 1) Máxima; 2) Muy Alta; 3) Alta; 4) Media Alta; 5) Media; 6) Media-Baja; 7) Baja; 8) Muy Baja; 9) Sin centralidad |
Rivas-Vaciamadrid_7 |
32.228 |
0 |
0 |
5.545 |
||||
Arganda del Rey_6 |
32.157 |
0 |
0 |
11.445 |
|||||
Valdemoro_6 |
30.986 |
2 |
729 |
10.096 |
|||||
Pinto_7 |
30.114 |
0 |
0 |
10.689 |
|||||
Tomelloso_6 |
29.833 |
1 |
236 |
1.041 |
|||||
Valdepeñas_6 |
26.494 |
5 |
354 |
749 |
|||||
Alcázar de S. Juan_6 |
26.402 |
2 |
510 |
1.798 |
|||||
Galapagar_0 |
23.693 |
0 |
0 |
1.676 |
|||||
Boadilla del Monte_6 |
23.654 |
0 |
0 |
5.497 |
|||||
Villaviciosa de Odón_7 |
20.832 |
0 |
0 |
230 |
|||||
Azuqueca de Henares_7 |
20.383 |
3 |
1.882 |
4.933 |
|||||
Manzanares_7 |
17.648 |
3 |
718 |
1.806 |
|||||
Daimiel_7 |
17.326 |
0 |
0 |
658 |
|||||
Mejorada del Campo_8 |
16.565 |
0 |
0 |
3.602 |
|||||
Algete_7 |
15.360 |
1 |
65 |
4.113 |
|||||
Solana _0 |
15.255 |
0 |
0 |
330 |
|||||
Torrelodones_7 |
14.717 |
0 |
0 |
2.958 |
|||||
Navalcarnero_7 |
14.256 |
2 |
117 |
3.240 |
|||||
Ciempozuelos_7 |
14.170 |
0 |
0 |
1.777 |
|||||
Campo de Criptana_0 |
13.054 |
0 |
0 |
426 |
|||||
S. Lorenzo de El Escorial_7 |
12.455 |
1 |
490 |
2.266 |
|||||
Tarancón_7 |
11.796 |
0 |
0 |
1.825 |
|||||
Villanueva de la Cañada_7 |
11.429 |
1 |
60 |
2.196 |
|||||
S. Martín de la Vega_8 |
11.415 |
0 |
0 |
643 |
|||||
Socuéllamos_0 |
11.358 |
0 |
0 |
327 |
|||||
Escorial (El)_8 |
11.209 |
0 |
0 |
1.791 |
|||||
Bolaños de Calatrava_0 |
10.978 |
1 |
119 |
396 |
|||||
Illescas_7 |
10.940 |
3 |
396 |
2.396 |
|||||
Madridejos_0 |
10.544 |
1 |
99 |
1.590 |
|||||
Miguelturra_8 |
10.280 |
2 |
2.077 |
2.840 |
|||||
Guadarrama_7 |
10.275 |
0 |
0 |
2.872 |
|||||
Torrijos_6 |
10.173 |
3 |
390 |
1.424 |
|||||
Consuegra_0 |
10.047 |
1 |
54 |
1.510 |
|||||
Fuente: Censo de Población de 1981 (INE). Elaboración propia. |
Anexo 3.
Número municipios vinculados y población vinculada laboral según núcleos entre
1.000 y 10.000 hab. en 1981 y 2001
Municipios de 5.000 |
Población (2001) |
Número de municipios vinculados** |
Población vinculada ** |
Población vinculada total |
Municipios de
1.001 |
Población |
Número de municipios vinculados ** |
Población |
Población |
Humanes de Madrid_8 |
9.937 |
3 |
430 |
7.749 |
S.ta Cruz de Mudela_0 |
4.847 |
2 |
126 |
356 |
Sonseca_7 |
9.790 |
2 |
147 |
917 |
Villalbilla_8 |
4.595 |
0 |
0 |
897 |
Quintanar de la Orden_6 |
9.776 |
1 |
265 |
818 |
Cabanillas del Campo_8 |
4.542 |
0 |
0 |
1.496 |
Villarrubia de los Ojos_0 |
9.585 |
0 |
0 |
1.370 |
Torrejón de la Calzada_8 |
4.462 |
0 |
0 |
1.546 |
Mora_8 |
9.519 |
2 |
365 |
1.459 |
Olías del Rey_7 |
4.449 |
2 |
593 |
1.308 |
Villacañas_8 |
9.393 |
2 |
160 |
531 |
Fuente el Saz de Jarama_8 |
4.369 |
1 |
64 |
953 |
Cuéllar_7 |
9.138 |
1 |
143 |
640 |
Marchamalo_8 |
4.303 |
0 |
0 |
641 |
Almagro_7 |
8.323 |
1 |
119 |
658 |
Daganzo de Arriba_8 |
4.208 |
0 |
0 |
2.620 |
Alpedrete_8 |
8.121 |
0 |
0 |
2.979 |
Villa del Prado_7 |
4.106 |
0 |
0 |
588 |
Malagón_0 |
8.037 |
1 |
273 |
660 |
Sevilla la Nueva_8 |
4.054 |
0 |
0 |
671 |
Fuensalida_7 |
7.708 |
1 |
81 |
787 |
Yuncos_8 |
3.935 |
1 |
155 |
1.035 |
Arévalo_ |
7.474 |
0 |
0 |
616 |
Esquivias_8 |
3.848 |
1 |
84 |
515 |
Velilla de S. Antonio_8 |
7.447 |
0 |
0 |
2.856 |
Fuente el Fresno_0 |
3.529 |
0 |
0 |
251 |
Almodóvar del Campo_7 |
7.325 |
1 |
561 |
1.094 |
Moraleja de Enmedio_8 |
3.195 |
0 |
0 |
154 |
Pedro Muñoz_0 |
7.263 |
0 |
0 |
499 |
Loeches_8 |
3.176 |
0 |
0 |
1.498 |
Puebla de Montalbán _8 |
7.248 |
2 |
202 |
900 |
Casarrubios del Monte_8 |
3.166 |
1 |
66 |
864 |
Herencia_0 |
7.104 |
0 |
0 |
748 |
Gálvez_8 |
3.111 |
0 |
0 |
376 |
Bargas_8 |
6.980 |
1 |
204 |
975 |
Noblejas_8 |
3.063 |
1 |
93 |
502 |
Almadén_6 |
6.976 |
0 |
0 |
399 |
Cobeña_8 |
3.060 |
0 |
0 |
551 |
Meco_8 |
6.923 |
0 |
0 |
2.779 |
Villarta de S. Juan_0 |
2.968 |
0 |
0 |
313 |
Argamasilla de Alba_0 |
6.688 |
0 |
0 |
789 |
Torrelaguna_7 |
2.898 |
0 |
0 |
503 |
Membrilla_0 |
6.624 |
1 |
468 |
882 |
Campo Real_8 |
2.839 |
0 |
0 |
651 |
Pedroñeras (Las)_8 |
6.580 |
0 |
0 |
353 |
Numancia de la Sagra_8 |
2.778 |
2 |
151 |
458 |
S. Clemente_8 |
6.534 |
0 |
0 |
352 |
Villaluenga de la Sagra_8 |
2.648 |
0 |
0 |
463 |
Valdemorillo_8 |
6.482 |
0 |
0 |
2.094 |
Pantoja_8 |
2.590 |
3 |
347 |
760 |
Arenas de S. Pedro_7 |
6.477 |
0 |
0 |
653 |
Camarma de Esteruelas_0 |
2.543 |
0 |
0 |
1.472 |
Quintanar del Rey_0 |
6.430 |
0 |
0 |
546 |
Robledo de Chavela_8 |
2.439 |
0 |
0 |
366 |
Paracuellos de Jarama_8 |
6.334 |
0 |
0 |
1.779 |
Ajalvir_8 |
2.386 |
0 |
0 |
3.308 |
S. Agustín del Guadalix_7 |
6.333 |
0 |
0 |
1.849 |
Alovera_8 |
2.353 |
1 |
236 |
1.378 |
Ocaña_6 |
6.304 |
1 |
93 |
697 |
Huete_8 |
2.141 |
0 |
0 |
275 |
Espinar (El)_0 |
6.293 |
0 |
0 |
880 |
Tembleque_8 |
2.132 |
1 |
147 |
556 |
S. Martín de Valdeiglesia_7 |
6.191 |
0 |
0 |
754 |
Valdetorres de Jarama_8 |
2.131 |
0 |
0 |
307 |
Yébenes (Los)_8 |
6.154 |
1 |
95 |
611 |
Piedrahíta_7 |
2.127 |
0 |
0 |
226 |
Moralzarzal_8 |
6.134 |
0 |
0 |
2.323 |
Coca_0 |
1.953 |
0 |
0 |
175 |
Hoyo de Manzanares_7 |
6.013 |
0 |
0 |
1.953 |
Navacerrada_7 |
1.913 |
0 |
0 |
362 |
Soto del Real_8 |
5.850 |
0 |
0 |
2.029 |
Cabrera _8 |
1.827 |
0 |
0 |
258 |
Cercedilla_7 |
5.826 |
0 |
0 |
1.206 |
Lastrilla _8 |
1.814 |
0 |
0 |
440 |
Villanueva de los Infantes_ |
5.800 |
0 |
0 |
560 |
Cubas de la Sagra_7 |
1.793 |
0 |
0 |
546 |
Villarejo de Salvanés_8 |
5.753 |
0 |
0 |
939 |
Yeles_ |
1.657 |
2 |
345 |
1.007 |
Mota del Cuervo_8 |
5.644 |
0 |
0 |
602 |
Buitrago del Lozoya_0 |
1.565 |
0 |
0 |
95 |
Corral de Almaguer_0 |
5.594 |
2 |
196 |
841 |
Ugena_8 |
1.563 |
0 |
0 |
601 |
Colmenar de Oreja_8 |
5.548 |
2 |
156 |
1.275 |
Villacastín_0 |
1.514 |
0 |
0 |
218 |
Morata de Tajuña_8 |
5.485 |
2 |
426 |
1.161 |
Trillo_8 |
1.417 |
1 |
177 |
568 |
Puebla de Almoradiel _0 |
5.422 |
3 |
427 |
935 |
Torrejón del Rey_0 |
1.366 |
0 |
0 |
224 |
Brunete_7 |
5.414 |
0 |
0 |
1.769 |
Lominchar_8 |
1.236 |
1 |
64 |
634 |
Argamasilla de Calatrava_8 |
5.372 |
1 |
531 |
1.610 |
** El número de municipios y la población vinculada se ha calculado para flujos laborales intermunicipales superiores a 50 ocupados y al 10% de la población ocupada hacia otro municipio. *** El número de municipios entre 1.001 y 5.000 hab. para 2001 es de 282. Aquí se han recogido 45 municipios, aquellos que atraen un población ocupada de otro municipio superior a 50 ocupados y que además este flujos representa más del 25% de la población ocupada que reside y trabaja en el municipio anfitrión. |
||||
Villafranca de los Caballe_0 |
5.305 |
1 |
129 |
1.143 |
|||||
Villanueva del Pardillo_8 |
5.296 |
0 |
0 |
2.622 |
|||||
Moral de Calatrava_0 |
5.241 |
0 |
0 |
419 |
|||||
Motilla del Palancar_7 |
5.163 |
0 |
0 |
417 |
|||||
S. Ildefonso_8 |
5.127 |
0 |
0 |
809 |
|||||
Candeleda_0 |
5.109 |
0 |
0 |
392 |
|||||
Griñón_8 |
5.040 |
0 |
0 |
2.020 |
|||||
Fuente: Censo de Población de 1981 (INE). Elaboración propia. |
Anexo 4.
Ámbitos emergentes en la Región Centro Peninsular y espacios de centralidad
Espacios de Centralidad * |
|||||||||
Tipo 1 |
Tipo 2 |
Tipo 3 |
Tipo 4 |
Tipo 5 |
Tipo 6 |
Tipo 7 |
|||
Región |
Región Metropolitana Policéntrica Madrileña |
Madrid |
Madrid |
||||||
Centros en el AMM |
|||||||||
Corredor Norte |
Alcobendas (**), San Seb. Reyes (**), Colmenar Viejo (*) |
Tres Cantos (**) |
|||||||
Corredor Noroeste |
Alcalá de Henáres (**) |
Coslada, Torrejón (**) |
San Fernando de Henáres (*) |
||||||
Corredor Este |
Rivas-Vaciamadrid (*) |
||||||||
Corredor Sur (A) |
Getafe (**) |
Fuenlabrada (**) |
|||||||
Corredor Sur (B) |
Leganés (**) |
Pinto (**) |
Parla (*) |
||||||
Corredor Suroeste |
Móstoles (**) |
Alcorcón (**) |
|||||||
Corredor Oeste |
Pozuelo (*), Majadahonda (*), Boadilla del Monte (*) |
||||||||
Corredor Noroeste |
Las Rozas (**) |
||||||||
Resto de Centros |
|||||||||
Corredor Norte |
San Agustín, Algete, Torrelaguna |
||||||||
Corredor Noroeste |
Azuqueca de Henáres (*), Torres de la Alameda |
||||||||
Corredor Este |
Arganda del Rey (**) |
||||||||
Corredor Sur (A) |
Aranjuez (*) |
Valdemoro (**), Tarancón, Quintanar de la Orden, Alcázar, Tomelloso (*), Valdepeñas, |
Ciempozuelos, Daimiel, Manzanares |
||||||
Corredor Sur (B) |
Toledo (**) |
Casarrubuelos, Illescas, Olías del rey, Orgaz, Sonseca |
|||||||
Corredor Suroeste |
Navalcarnero, Arroyomolinos |
||||||||
Corredor Oeste |
San Martín, Villa del Padro, Sotillo de la Adrada |
||||||||
Corredor Noroeste |
Segovia (**) |
Collado Villalba (*) |
Hoyo de Manzanares, Torrelodones, El Escorial, Galapagar, San Lorenzo, Guadarrama, Cercedilla, Collado Mediano |
||||||
Resto de la Región Centro (Horizonte Urbano Potencial Policéntrico) |
Áreas urbanas Funcionales |
||||||||
Corredor Norte |
|||||||||
Corredor Noroeste |
|||||||||
Corredor Este |
Cuenca (*) |
||||||||
Corredor Sur (A) |
|||||||||
Corredor Sur (B) |
Ciudad Real (**) |
Puertollano (*) |
Almagro, Almodóvar del Campo |
||||||
Corredor Suroeste |
Talavera de la Reina (**) |
||||||||
Corredor Oeste |
|||||||||
Corredor Noroeste |
Ávila (**) |
||||||||
Resto de Centros |
|||||||||
Corredor Norte |
Riaza |
||||||||
Corredor Noroeste |
Sigüenza |
Molina de Aragón |
|||||||
Corredor Este |
Motilla del Palancar |
||||||||
Corredor Sur (A) |
|||||||||
Corredor Sur (B) |
Almadén |
||||||||
Corredor Suroeste |
Torrijos |
Fuensalida |
|||||||
Corredor Oeste |
Arenas de San Pedro, Barco de Ávila, Piedrahíta |
||||||||
Corredor Noroeste |
Arévalo |
Santa María la Real de Nieva, Cantalejo, Cüellar |
|||||||
Fuente:
Elaboración propia. |
Anexo 5.
Evolución de las ligazones de población entre las capitales provinciales y
Madrid 1981-2001
|
Suma de (1,2,3,4,5,6,7,8 y 9) |
Destino |
|||||||||||
Origen (1981) |
Población Ocupada |
Población Ocupada desplazada hacia otro municipio |
Dato absoluto |
Dato % |
Madrid (1) |
Ávila (2) |
Segovia (3) |
Ciudad Real (4) |
Cuenca (4) |
Guadalajara (6) |
Toledo |
Talavera de la Reina (8) |
Puertollano |
Madrid |
975.204 |
48.406 |
1.206 |
2,49 |
67 |
152 |
84 |
49 |
409 |
377 |
36 |
32 |
|
Ávila |
11.820 |
638 |
146 |
22,88 |
120 |
18 |
0 |
0 |
0 |
<10 |
<10 |
0 |
|
Segovia |
15.396 |
1.136 |
171 |
15,05 |
161 |
10 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Ciudad Real |
13.614 |
488 |
61 |
12,50 |
18 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
43 |
|
Cuenca |
11.491 |
635 |
120 |
18,90 |
116 |
<10 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Guadalajara |
16.122 |
2.508 |
446 |
17,78 |
442 |
0 |
0 |
0 |
<10 |
0 |
0 |
0 |
|
Toledo |
15.806 |
766 |
133 |
17,36 |
117 |
0 |
0 |
<10 |
<10 |
0 |
8 |
0 |
|
Talavera de la Reina |
17.058 |
1.399 |
242 |
17,30 |
162 |
17 |
<10 |
<10 |
0 |
<10 |
45 |
0 |
|
Puertollano |
10.501 |
230 |
59 |
25,65 |
<10 |
0 |
0 |
52 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
|
Suma de (1,2,3,4,5,6,7,8 y 9) |
Destino |
|||||||||||
Origen (2001) |
Población Ocupada |
Población Ocupada desplazada hacia otro municipio |
Dato absoluto |
Dato % |
Madrid (1) |
Ávila (2) |
Segovia (3) |
Ciudad Real (4) |
Cuenca |
Guadalajara |
Toledo |
Talavera de la Reina (8) |
Puertollano |
Madrid |
1.287.388 |
224.944 |
3.642 |
1,62 |
325 |
350 |
261 |
145 |
1053 |
1190 |
214 |
104 |
|
Ávila |
20.267 |
3.252 |
783 |
24,08 |
644 |
109 |
0 |
<10 |
<10 |
10 |
<10 |
<10 |
|
Segovia |
22.426 |
4.871 |
1.367 |
28,06 |
1260 |
84 |
<10 |
<10 |
10 |
<10 |
0 |
0 |
|
Ciudad Real |
24.604 |
5.098 |
1.266 |
24,83 |
687 |
0 |
<10 |
20 |
<10 |
116 |
<10 |
422 |
|
Cuenca |
18.353 |
2.619 |
387 |
14,78 |
309 |
<10 |
0 |
<10 |
13 |
48 |
<10 |
<10 |
|
Guadalajara |
28.697 |
10.173 |
2.370 |
23,30 |
2319 |
<10 |
<10 |
<10 |
13 |
21 |
0 |
<10 |
|
Toledo |
29.414 |
5.381 |
1.144 |
21,26 |
992 |
<10 |
0 |
40 |
25 |
<10 |
73 |
<10 |
|
Talavera de la Reina |
28.752 |
6.999 |
1.854 |
26,49 |
1271 |
15 |
0 |
13 |
15 |
12 |
528 |
0 |
|
Puertollano |
14.471 |
2.912 |
1.108 |
38,05 |
525 |
<10 |
<10 |
495 |
20 |
<10 |
53 |
0 |
|
|
Suma de (1,2,3,4,5,6,7,8 y 9) |
Incremento Origen-Destino (1981-2001) |
|||||||||||
|
Población Ocupada |
Población Ocupada desplazada hacia otro municipio |
Dato absoluto |
|
Madrid (1) |
Ávila (2) |
Segovia |
Ciudad Real (4) |
Cuenca |
Guadalajara |
Toledo |
Talavera de la Reina (8) |
Puertollano (9) |
Madrid |
312.184 |
176.538 |
2.436 |
|
258 |
198 |
177 |
96 |
644 |
813 |
178 |
72 |
|
Ávila |
8.447 |
2.614 |
637 |
|
524 |
91 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Segovia |
7.030 |
3.735 |
1.196 |
|
1099 |
74 |
5 |
0 |
10 |
0 |
0 |
0 |
|
Ciudad Real |
10.990 |
4.610 |
1.205 |
|
669 |
0 |
4 |
20 |
9 |
116 |
8 |
379 |
|
Cuenca |
6.862 |
1.984 |
267 |
|
193 |
0 |
0 |
5 |
0 |
48 |
4 |
4 |
|
Guadalajara |
12.575 |
7.665 |
1.924 |
|
1877 |
4 |
4 |
5 |
9 |
21 |
0 |
4 |
|
Toledo |
13.608 |
4.615 |
1.011 |
|
875 |
4 |
0 |
36 |
21 |
5 |
65 |
5 |
|
Talavera de la Reina |
11.694 |
5.600 |
1.612 |
|
1109 |
-2 |
-7 |
9 |
15 |
5 |
483 |
0 |
|
Puertollano |
3.970 |
2.682 |
1.049 |
|
518 |
4 |
4 |
443 |
20 |
7 |
53 |
0 |
|
Fuente: Censo de Población de 1981 y 2001 (INE). Elaboración propia. |
Notas
[1] El término de Región Centro surge a comienzos de los años sesenta y se populariza en los años sesenta, en el marco de estudios y de políticas orientadas a la delimitación de regiones homogéneas, funcionales y de planificación. Sin unos límites fijos, la Región Centro era expresión de varias provincias en el Centro de la Península del Estado Español (Valenzuela, 1977, Casas Torres, 1980). En este artículo la noción de Región Centro aglutina las provincias de Ávila y Segovia pertenecientes a Castilla y León, las provincias de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo pertenecientes a Castilla-La Mancha más la Comunidad de Madrid. Éste ámbito apoyado en límites provinciales, no ocupa enteramente pero contiene el despliegue del actual modelo territorial policéntrico en curso en el espacio central de la España Peninsular.
[2] En la construcción de este apartado, con el fin de hacer una lectura más ágil, se ha preferido no introducir citas bibliográficas que ya han sido utilizadas en el apartado introductorio. Véase Anexo 1 para ubicar los principales municipios de la Región Centro.
[3] La combinación de factores centrífugos (centro administrativo y de servicios, financiero, de distribución e intercambio, etc.) y centrípetos (relocalización de empresas, oferta de suelo, buenas comunicaciones, congestión, precio de la vivienda, ideología clorofila, etc.), especialmente desde finales del siglo XIX ha favorecido la formación de dos grandes etapas hasta los años setenta del siglo XX. La primera, se desarrolla hasta los años 50 y coincide con lo que podemos denominar, primera oleada de suburbanización. Durante este periodo los municipios colindantes a Madrid se vieron ocupados de forma intensa y selectiva por funciones residenciales y de actividades económicas. Como respuesta a la planificación de este área metropolitana resultado de la primera revolución urbana capitalista se adoptó una política anexionista (1947-1953), diluyendo los límites municipales y dando lugar al municipio del Gran Madrid, según designación de los documentos oficiales de la época (Terán, 1980). Este rasgo ha condicionado posteriormente la lectura y posición de Madrid en el sistema urbano español. De tal forma que le ha otorgado una sobrecentralidad económica y demográfica y como consecuencia está dificultando en buena medida una adecuada interpretación del modelo territorial en la actual fase capitalista. La segunda etapa, extendida desde finales de los años cincuenta hasta los años setenta, tiene que ver con una nueva oleada de suburbanización. Este periodo fue más convulso. Madrid continúo fortaleciéndose como nodo central de alcance nacional e internacional y los municipios próximos, aglutinados en 1963 bajo la estructura político-administrativa de Área Metropolitana, estuvieron sometidos a una intensa ocupación del suelo y fuertes desajustes urbanísticos asociados. Estos municipios metropolitanos actuaron más como espacios monofuncionales de tipo residencial en los años cincuenta y sesenta y fueron acogiendo de forma desigual y selectiva actividades económicas a partir de finales de los años sesenta.
[4] Estos núcleos alejados de Madrid se concibieron para dar respuesta a dos procesos de una misma moneda. Liberar de presión demográfica y de algunas actividades industriales a Madrid y actuar como polos de reequilibrio territorial ante la sangría demográfica y escaso dinamismo económico. El éxito de este tipo de acciones no fue el esperado. A pesar de ello, los polígonos de Toledo y Guadalajara fueron por su proximidad a Madrid los más favorecidos en la implantación de actividades económicas (véase González, 1987; Escudero, 2007).
[5] La política agraria tiene que ver fundamentalmente con acciones vinculadas a la construcción de obras hidráulicas, política de reparcelación, mejoras organizativas (como la creación de cooperativas y programas de formación, etc.) y financieras (créditos para la inversión en aperos y útiles de labranza, maquinaria, semillas, nuevas razas ganaderas, etc).
[6] A pesar del creciente papel del transporte interurbano por autobús y su capacidad de superar el flujo de viajeros frente al ferrocarril, el autobús quedo marginado frente al ferrocarril a través de políticas públicas de contingentación de viajeros y mercancías. La ausencia de una verdadera libertad del mercado supuso que el autobús se convirtiese en un modo subsidiario del ferrocarril hasta finales de los años setenta del siglo XX (Rodríguez e Izquierdo, 2000).
[7] El municipio se entiende como unidad mínima de poder político-económico, y por tanto de reproducción de relaciones, hábitos, costumbres, normas, etc.. Se identifica, pues, como el entorno más inmediato de ciudadanos y empresas y lugar de organización social.
[8] Reconociendo la disparidad de criterios a la hora de delimitar los diferentes escalones en el sistema de asentamientos (véase Más, 1996; Troitiño et al., 2001; Ganau y Vilagrasa, 2003), hemos adoptado aquí un criterio que recoge umbrales más repetidos desde el ámbito de la administración y científico. Así diferenciamos: < 1000; de 1.001 a 5.000; de 5.001 a 10.000; de 10.001 a 50.000; de 50.000 a 100.001: 100.001 a 250.000; 250.001 a 500.000; 500.001 a 1.000.000; > 1.000.001 hab.
[9] La bibliografía internacional sobre la detección de subcentros de empleo se ha vuelto más compleja desde el punto de vista metodológico en las dos últimas décadas (Muñiz et al., 2005 y Roca et al., 2011). Aquí adoptamos una aproximación sencilla basada en la variable total de trabajadores en un municipio. Aplicamos en el análisis dos tipos de umbrales. El primero, recoge la cifra de 10.000 trabajadores propuesta por Gulliano y Small (1991), dentro de los trabajos insignes de lo que puede denominarse como primera generación de estudios sobre detección de subcentros. El segundo, adopta la cifra de 20.000 trabajadores propuesta por el estudio de GEMACA (2002), dentro de los estudios de segunda generación sobre detección de subcentros. El total de trabajadores de un municipio resulta de la suma de la población ocupada que reside y trabaja en el mismo municipio y la población ocupada que no reside y se desplaza a trabajar.
[10] Los criterios de centralidad compuesta son 20: a) capital nacional; b) capital regional; c) capital provincial; d) partido judicial; e) cabecera de comarca agraria; f) universidad; g) centro comercial; h) hospital; i) cabecera de LEADER/PRODER; j) colegio de procuradores; k) colegio de médicos; l) colegio de ingenieros; m) centralidad militar; ñ) centralidad eclesiática; o) confederación hidrográfica; p) cámara de comercio; q) centros logístico; r) centro tecnológico; s) estación ave ; t) población ocupada vinculada superior al 25% de la población ocupada en el mismo municipio. En base a la existencia en un municipio de estos criterios se ha creado una tipología: municipios de máxima centralidad (tipo 1-máximo de criterios), municipios de centralidad muy alta (tipo 2-de 17-19 criterios), de centralidad alta (tipo 3-de 14 a 16 criterios), de centralidad media alta (tipo 4-de 11 a 13 criterios), de centralidad media (tipo 5-de 8 a 10 criterios), de centralidad media baja (tipo 6-de 5 a 7 criterios), de centralidad baja (tipo 7-de 2 a 4 criterios), centralidad muy baja (tipo 8-1 criterio), municipios sin centralidad (tipo 9-no cumple ningún criterio).
[11] Para un examen de las mismas véase Uriol (1990) o Rodríguez y Soliño (2008).
[12] A la hora de comparar los resultados entre ambos periodos es preciso tener en cuenta dos aspectos. Uno, sobre la metodología del cuestionario. El Censo de 1981 tan sólo recoge una pregunta de la que se extra el nombre del municipio lugar de residencia y del lugar del trabajo y la ocupación de la persona. El Censo de 2001 recoge cinco preguntas sobre la movilidad de la población ocupada, ¿dónde está su lugar de trabajo?, ¿cuántos viajes diarios de ida y vuelta realiza normalmente desde esta vivienda hasta el lugar de trabajo?, ¿cómo va normalmente desde su casa al lugar del trabajo?, ¿Cuánto tiempo tarda normalmente? ¿cuál es la actividad principal del establecimiento o local donde trabaja? ¿nivel de enseñanza?. Dos, sobre la explotación de la información. El Instituto de Estadística de España (INE), como consecuencia de un mayor número de preguntas en 2001 que en 1981, ha permitido disponer de información más rica (medio de transporte, tiempo de desplazamiento, población vinculada laboral a cada municipio, etc.). Al mismo tiempo, para 1981 hizo una explotación para municipios por encima de 20.000 hab., lo que supone una limitación de tipo comparativa entre ambos periodos.
[13] Se considera que dos municipios mantienen relación cuando existe (1) más de 50 ocupados desplazados en uno de los dos sentidos y (2) la población ocupada desplazada a un municipio es superior al 10% al total de población ocupada desplazada de ese municipio. A la hora de implementar el estudio del policentrismo interurbano se opera del siguiente modo: i) se delimitan centros de empleo a partir de más de 20.000 trabajadores (población ocupada en el mismo municipio y población ocupada desplazada); ii) se establece un método iterativo que se aplica en cuatro sucesiones. Se comienza por Madrid y a partir de aquí se delimita un espacio funcional, sobre él se establecen tres aproximaciones y/o iteraciones más; iii) los municipios que no cumplen con los criterios pero que se encuentran totalmente rodeados por otros que si, se incorporan.
[14] Según datos que arroja la “Encuesta de Movilidad sobre los residentes en España” (2007) elaborada por el Ministerio de Fomento, las regiones de Castilla-La Mancha y Castilla y León se afianzan como destinos principales de salida y llegada en cuanto a desplazamientos por motivos laborales respecto a la Comunidad de Madrid.
[15] Las zonas de despoblamiento pueden ser tipificadas de tres formas (Troitiño, 1981; Troitiño et al, 2001): a) áreas en crisis (núcleos que habían quedado al margen por ausencia de agentes ocales y marginación de agentes público-privados supralocales de reformas estructurales como son incorporación de cambios tecnológicos, evolución de la demanda, diversificación de la actividad económica, etc.), b) áreas deprimidas (aquellos núcleos que habiendo alcanzado un pasado agrarios y artesanal están sufriendo un proceso depresivo quedando al margen de nuevas corrientes comerciales o de los modernos sistemas de transporte; oferta de nuevos competidores) y c) áreas frágiles (como son los espacios de montaña).
[16] La delimitación de ambas etapas es susceptible de modificaciones en sus extremos temporales, así como en la incorporación de subetapas. Por ejemplo, la década de 1950 se identifica con fuertes movimientos migratorios campo-ciudad, la segunda etapa incluye un periodo complejo de reestructuración y consolidación de una nueva etapa capitalista (globalización), de entrada en la Unión Europea (1989), de fases de crisis cíclicas (1992-1994/95, 2008 hasta el momento presente) y fases de bonanza (1996-2007). A pesar de ello se adoptan los periodos de 1960 a 1981 y de 1981 a 2010 porque reflejan dos trayectorias generales, una, la de concentración en unos pocos puntos y, otra, de concentración ampliada.
[17] Como se demuestra del análisis del tipo de centralidad y de las ligazones en los apartados posteriores y de los estudios de alta velocidad y ciudades medias en la periferia alejada de Madrid (Ureña et al., 2009; Bellet, 2010).
[18] En el caso de Cuenca, el municipio de Tarancón en el corredor de Valencia, y en el caso de Guadalajara, los municipios de Azuqueca de Henáres, Alovera y El Casar en el corredor del Henáres (Madrid-Zaragoza- Barcelona).
[19] En el caso de Toledo: Talavera de la Reina, Consuegra, Fuensalida, Illescas, Madridejos, Mora, Ocaña, Quintanar de la Orden, Seseña, Sonseca, Torrijos y Villacañas. En el caso de Ciudad Real: Alcázar de San Juan, Bolaños de Calatrava, Campo de Criptana, Ciudad Real, Daimiel, Manzanares, Miguelturra, Puertollano, Socuéllamos, La Solana, Tomelloso, Valdepeañas y Villarubia de los Ojos.
[20] En este sentido, entre 1981 y 2001 el número de municipios vinculados laboralmente como la población laboral vinculada ha pasado en Toledo de 15 a 29 municipios y de 1.960 a 9.085 trabajadores, Ciudad Real de 11 a 22 municipios y de 1.774 a 5.790 trabajadores, Segovia de 3 a 19 municipios y de 235 a 3.127 o Talavera de la Reina de 4 a 13 municipios y de 466 a 1.806 trabajadores, mientras que Cuenca ha pasado de 1 a 9 municipios y de 50 a 996 trabajadores, Ávila de 4 a 12 municipios y de 292 a 1.059 trabajadores o Puertollano que mantiene 2 municipios y de 950 a 1092 trabajadores.
[21] Tal es el caso de Collado Villalba en el eje de la Coruña, Aranjuez en el eje de Andalucía y Arganda del Rey en el eje de Valencia; y municipios incipientes atractores de empleo Valdemoro, Galapagar, Mejorada del Campo, Algete, Torrelodones, Navalcarnero, Ciempozuelos, Villanueva de la cañada y San Martín de la Vega. El reforzamiento de estos lazos intermunicipales obedecen a varios factores: a) el papel del turismo cultural, rural-natural y de segunda residencia (Aranjuez, El Escorial,...); b) expansión de actividades agroindustriales (Tomelloso, Valdepeñas,…); c) industrialización difusa (Algete, Navalcarnero, Ciempozuelos, Alcázar de San Juan…); d) relocalización de actividades (Boadilla del Monte, …); e) centros de servicios de tipos comarcal (Tomelloso, Madridejos, Illescas, ..).
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Copyright Eloy Solís Trapero, José María Ureña Francés y Borja Ruiz-Apilánez
Corrochano, 2012.
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Ficha bibliográfica: