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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XV, núm. 361, 1 de mayo de 2011
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

PROTECCIÓN Y DEFENSA DEL PATRIMONIO MINERO EN ESPAÑA

María del Carmen Cañizares Ruiz
Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio – Universidad de Castilla-La Mancha
MCarmen.Canizares@uclm.es

Recibido: 17 de mayo de 2010. Devuelto para revisión: 28 de septiembre de 2010. Aceptado: 24 de febrero de 2011.

Protección y defensa del patrimonio minero en España (Resumen)

Recientemente hemos asistido a una progresiva sensibilización hacia la protección y conservación del patrimonio vinculado a las actividades mineras e industriales. La comunidad científica, la población y las administraciones han desarrollado una importante labor tendente a valorizar correctamente este legado. La reinvención de muchos territorios mineros en actuaciones vinculadas con el turismo (museos mineros, centros de interpretación, parques mineros, etc.) ha contribuido a evitar la pérdida de esta herencia que forma parte de la memoria colectiva de la población, siendo especialmente destacable también, el trabajo de las asociaciones a través de reuniones científicas y publicaciones. Junto a todo ello, la aparición de un documento como la Carta de El Bierzo  para la Conservación del Patrimonio Industrial Minero en España sirve para concretar las bases conceptuales y metodológicas sobre cualquier actuación relacionada con la recuperación del patrimonio minero.

Palabras calve: patrimonio industrial, patrimonio minero, turismo minero, museos mineros, Carta de El Bierzo.

Protection and Defence of the Mining Heritage in Spain (Abstract)

We have recently witnessed a gradual awareness towards protection and preservation of mining and industrial heritage. Reinvention of many mining territories into tourism (mining museums, interpretation centres, mining parks etc.) has helped to prevent the loss of this heritage that is part of collective memory of the population, and especially remarkable is the work of associations in scientific meetings and publications. Alongside this, the appearance of a document as the El Bierzo Charter for the Conservation of the Mining Heritage in Spain helps to concretize the conceptual and methodological bases on any action related to recovering mining heritage.

Key words: industrial patrimony, mining heritage, mining tourist, mining museums, El Bierzo Charter.


El concepto de patrimonio minero une dos elementos diferenciados: el de patrimonio y el vinculado con la minería que lo adjetiva. Si bien, esta segunda actividad no necesita explicaciones exhaustivas, basta con definirla como el “arte de laborear las minas”[1], es decir la extracción de recursos minerales del subsuelo (minería subterránea) o de la superficie (minería a cielo abierto); respecto al primero de los términos mencionados, el patrimonio, si consideramos importante detenernos en su caracterización.

Desde el siglo XIX hasta la actualidad, el concepto de patrimonio ha experimentado significativas transformaciones, cambios que han sumergido a los bienes que lo integran en una metamorfosis conceptual en la que lo artístico, lo histórico, lo antropológico, e incluso lo científico, han terminado por conformar una realidad de naturaleza caleidoscópica, alejada de la percepción que hasta mediados del siglo XX había caracterizado al patrimonio[2]. Es cierto que hemos pasado de una concepción limitada, parcial y específica, de lo que se reconocía como patrimonio a una visión más global y generalista que, entre otras cosas, reconoce la propia construcción del territorio como componente intrínseco del haber patrimonial[3]. Se ha superado su vinculación exclusiva con el monumento histórico-artístico, y hoy son valorados como patrimonio los paisajes, los sitios históricos, los entornos construidos, la biodiversidad, los grupos de objetos diversos, las tradiciones pasadas y presentes y los conocimientos y experiencias vitales[4]. En consonancia con las transformaciones conceptuales que han experimentado otros términos como el de “cultura” o el de “territorio”, aborda la valoración integral de los elementos materiales e inmateriales y es considerado como un recurso para el desarrollo en sus dimensiones cultural, social y económica[5].

Como hemos señalado en otras ocasiones, el propio territorio también se ha reconocido como patrimonio, legado que debemos dejar a la siguiente generación en la mejor disposición posible. En el ámbito geográfico hablamos de “patrimonio territorial” para identificar la “construcción del espacio”[6] en el que encontramos múltiples identidades de raíz cultural[7] y en el que descubrimos patrimonios específicos (natural, ambiental, cultural,…) en función de los elementos destacados. Existe una lectura de la cultura y el patrimonio en clave territorial[8], más aún inmersos en lo que se ha denominado la “nueva cultura del territorio” que debe alentar a “encontrar la forma para que en cada lugar, la colectividad, pueda disfrutar de los recursos del territorio y preservar sus valores para las generaciones presentes y futuras”[9].

Y es en este contexto, en el que presentamos un patrimonio territorial específico o temático con una clara orientación cultural que denominamos patrimonio minero, patrimonio industrial minero, patrimonio minero-industrial o patrimonio minero-metalúrgico dependiendo de los casos pues es frecuente integrar no solo el proceso de extracción del mineral sino también la obtención de metales; aquí utilizaremos la primera acepción por resultar más sencilla. Su análisis parte de su inclusión dentro del denominado patrimonio industrial (a él nos referiremos en la mayor parte de los casos) que se compone de los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico. Restos que consisten en edificios y maquinaria, talleres, molinos y fábricas, minas y sitios para procesar y refinar, almacenes y depósitos, lugares donde se genera, se transmite y se usa energía, medios de transporte y toda su infraestructura, así como los sitios donde se desarrollan las actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso o la educación según expone la Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial (2003). Se trata de un recurso del territorio y un componente del paisaje cada vez más y mejor valorado por sus implicaciones a la hora de generar procesos de desarrollo endógeno, a la vez que se trata de un legado cotidiano[10] y familiar para la población que ha estado vinculada a las actividades mineras y/o industriales.

Formando parte, pues, del patrimonio industrial, el patrimonio minero integra, entonces, el conjunto de restos materiales e inmateriales heredados de las actividades mineras, de manera específica, que se han desarrollado en el pasado o que se desarrollan en la actualidad y que conforman la memoria colectiva de una determinada población. Partiendo de que tiene una vertiente geológica (patrimonio geológico minero) vinculada a la riqueza del yacimiento y otra propiamente minera, relacionada con los espacios productivos (cuenca minera) y los sociales (hábitat, servicios, etc.), se le reconoce  el valor histórico como fuente de información de anteriores etapas socioeconómicas, el valor material que conserva el patrimonio mueble y el inmueble, el valor cultural y sentimental, el valor estético vinculado generalmente a los componentes artísticos de la arquitectura industrial, el valor emocional relacionado con la trayectoria vital de los mineros, y el valor tecnológico que se deriva del proceso extractivo[11], tanto si se trata de elementos aislados, como de conjuntos mineros o de paisajes culturales mineros.

Si consideramos que para la población de cada lugar, el territorio es “referente de su identidad y cultura” como plantea el Manifiesto “Por una Nueva Cultura del Territorio”, en el caso de los territorios mineros existen numerosas identidades, tangibles e intangibles, depositadas en ellos que permiten que una población (un grupo social concreto) se reconozca a través de elementos que nos proporcionan información de cómo esas personas se han relacionado con el medio y lo han transformado para poder subsistir en él. Evidentemente son más claramente identificables los elementos materiales[12] construidos (tangibles) relacionados con las labores mineras tales como castilletes mineros, salas de máquinas, lavaderos, chimeneas, vagonetas, herramientas, lámparas, archivos de empresa, economatos, viviendas obreras, etc., que los inmateriales (intangibles) como la cultura minera (gastronomía, cante de las minas, lenguaje, creencias, ritos, etc.) pero igualmente importantes[13] y necesitados de protección. En este sentido, a las obras se añaden el conjunto de valores que dan sentido a la peculiar manera de entender la vida en los pueblos mineros[14] y sirvan como ejemplos los concursos de cante de las minas en La Unión (Murcia), de poesía minera en Mioño (Cantabria) y, también en esta región, la celebración de la Fiesta del Poblao Minero de la Florida en el municipio de Valdáliga[15].


Nuevos horizontes para el patrimonio minero: parques, museos y centros de interpretación

El declive de la minería en numerosos lugares de las áreas más avanzadas del planeta y con ella de los territorios excesivamente dependientes de esta actividad socioeconómica ha conducido, a finales del siglo pasado y comienzos del actual, al cierre de algunas explotaciones y/o a la supervivencia subsidiada de algunas otras. Ello ha obligado a buscar nuevas alternativas de desarrollo que permitan o bien salir de la crisis o bien paliar sus efectos, en la mayor parte de los casos. La conservación, rehabilitación y posterior valorización del legado patrimonial de origen minero e industrial forman parte de una estrategia válida para revitalizar estos territorios, en la mayoría de las ocasiones con actuaciones vinculadas al sector terciario, y en especial al turismo[16].

Centrándonos en el caso español, como es sabido, las explotaciones mineras se inician con los pueblos colonizadores del sur de la Península Ibérica como los tartesios (explotación de cobre, oro y plata en Riotinto, Huelva), los fenicios (explotación de sal marina en la costa andaluza), los helenos (explotaciones de plomo en Sierra Morena) o los cartagineses (explotaciones de hierro, plata y plomo). Con la romanización se incorporarían nuevas técnicas de arranque y profundización, de nuevo en ambas vertientes de Sierra Morena donde los romanos explotaron el plomo (Linares, Jaén) y el cinabrio (Almadén, Ciudad Real), así como en algunas áreas del interior peninsular donde extrajeron oro dejando paisajes de gran singularidad como Las Médulas (León). Los árabes continuaron la minería del cinabrio (Almadén, Ciudad Real) y con el Descubrimiento del América se reactivarían notablemente las explotaciones de plata, cobre y plomo principalmente en Andalucía. La incorporación de avances legales en la primera mitad del siglo XIX facilitó la entrada de capital extranjero y con él de nuevas técnicas que intensificaron la producción y los beneficios de minerales como el cobre, las piritas, el hierro o el carbón. Así se consolidarían diversos territorios mineros de importancia vital para la industrialización española a mediados del siglo pasado como las cuencas mineras de Asturias (hulla, antracita), Castilla-León (hulla, antracita, uranio, estaño, etc.), Andalucía (cobre, piritas, hierro, hulla, rocas industriales, etc.), Galicia (lignitos, cobre, plomo, cinc, estaño, rocas industriales, etc.), Cataluña (lignito, sal potásica), Aragón (lignito) o Castilla-La Mancha (cinabrio-mercurio, hulla, hierro, caolín), entre otras[17].

En muchas de estas explotaciones, a comienzos del siglo XXI, solo queda el recuerdo de lo que fue la minería pero se trata de un recuerdo muy arraigado en las cuencas europeas materializado a través de múltiples elementos y costumbres. Retomando el artículo de Jean Laguerre publicado en 2003 con el título “La mina hace patrimonio”, resaltamos lo que han sido las minas y los mineros en la Europa francófona, especialmente en Bélgica y Francia, en un momento en el que ya no son rentables y a la riqueza económica generada hay que unir la riqueza de la memoria, siendo un deber de todos conservarla. Este aspecto es generalizable para casi toda la Europa postindustrial que asiste a la clausura de sus explotaciones y comienza a valorar la importancia del patrimonio que de ellas se deriva y que, en ocasiones, no es exclusivamente minero sino minero-industrial o minero-metalúrgico por su relación tan estrecha con las actividades productivas de carácter industrial.

En su gran mayoría, cerradas las minas, éstas se han convertido en territorios que conforman paisajes culturales mineros por cuanto han soportado la actividad extractiva de minerales y rocas y aportan un patrimonio natural y cultural que forma parte de las propias cuencas[18]. Los nuevos procesos socioeconómicos obligan pues a buscar otras alternativas y en algunos casos asistimos a la reinvención turística de los territorios mineros obsoletos[19] ya que es esta actividad terciaria una de las que más desarrollo ha tenido en las últimas décadas y por que no decirlo, de las que más ha contribuido a salvar el patrimonio industrial minero y ponerlo al servicio del conocimiento además de generar una rentabilidad económica muy importante en zonas en declive[20]. En Europa existen ejemplos consolidados de este tipo de actividad y museos mineros como el de Wieliczka en Polonia, Lewarde en Francia o Kerkrade en Holada que superan los 100.000 visitantes anualmente[21], a los que podríamos añadir Le Grand-Hornu en Bélgica, Blaenavon en el Reino Unido, Zollverein en Alemania o el Ecomuseo de Le Creusot-Montceau-Les Mines en Francia.

Es cierto que no todas las antiguas cuencas se han reactivado a partir del turismo (lo cual por otra parte ha contribuido a su regeneración medioambiental), también han existido otras intervenciones buscado nuevos usos y actividades pero siempre minoritarias refiriéndonos en particular al patrimonio relacionado con la minería. No ocurre lo mismo en el caso del patrimonio industrial en general (fábricas, almacenes, talleres, etc.), para el que sí han existido otras alternativas principalmente en espacios urbanos[22] donde la reutilización de edificios industriales ha sido un aspecto del proceso de reconversión del suelo industrial, acentuado con la reestructuración industrial ligada a la aparición de lo que se denomina la ciudad postindustrial[23], aunque también en algunos casos se ha perdido parte del patrimonio arquitectónico-industrial debido a la falta de conciencia de su valor[24]. Afortunadamente, en España son muchos los ejemplos que muestran una reutilización para nuevos usos relacionados con equipamientos sociales y culturales, como ha ocurrido en Barcelona desde el Vapor vell de Sants hasta el área del Poblenou[25], en Madrid o en Valladolid con sus respectivos mataderos ahora dedicados a espacios culturales o en Toledo con la Real Fábrica de Armas rehabilitada como campus de la Universidad de Castilla-La Mancha, por citar algunos ejemplos. Mientras la iniciativa pública ha optado mayoritariamente por favorecer la implantación de equipamientos y espacios artísticos, entre los inversores privados prevalece el interés por la creación de espacios residenciales (lofs) o actividades económicas relacionadas con el comercio. Tal vez que su interés y capacidad de atracción perdure, depende de los nuevos usos con que lo dotemos[26], aunque, en cualquier caso, la restauración de lo industrial ha supuesto una de las mayores innovaciones en el ámbito cultural europeo[27].


Parques, museos y centros de interpretación mineros

En el año 2006, el entonces presidente de la Sociedad para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero de España (SEDPGYM), Octavio Puche, afirmaba en la apertura del VII Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero celebrado en Puertollano (Ciudad Real) que en España había ya cerca de 100 parques y museos mineros, que las inversiones medias de los últimos años superaban los 7 millones de euros y que el número de turistas que los visitaban se aproximaba a los 2 millones[28]. Estas cifras, quizás algo elevadas pues otras fuentes contabilizan alrededor de 800.000 visitantes al año[29], indicaban, en cualquier caso, el interés que, siguiendo la estela de otros países europeos, había despertado la reconversión de los establecimientos mineros obsoletos en instalaciones museísticas[30].

Este tipo de iniciativas entroncan con un turismo de raíz cultural, en algunas ocasiones unido a actuaciones de turismo de interior e incluso de turismo rural, pero responde a una actividad específica conocida como Turismo de Mina o Turismo de Patrimonio Industrial y Minero[31], incluso como Turismo Minero o Turismo Industrial[32], y recientemente también Tecnoturismo[33]. En la mayor parte de los casos se centra en áreas situadas en cuencas o distritos mineros en las que se protege el patrimonio geológico y minero ubicado en ellas, y se acondiciona para que pueda ser visitado por el público interesado, con un objetivo lúdico, didáctico, de investigación, de entrenamiento o curativo[34]. Pero es, sobre todo, la labor didáctica la que tienen en común estas actuaciones, al dar a conocer el pasado minero de la comarca al visitante, convirtiéndose en aquellos casos más favorables en promotores de una serie de actividades que aprovechan, en la línea de los ecomuseos franceses, los diferentes elementos patrimoniales de la comarca[35].

En muchos casos se trata de áreas rurales muy desfavorecidas donde “los cuantiosos recursos para su puesta en valor turística y los numerosos actores que tienen con el patrimonio minero algún tipo de relación imponen, más que en otras modalidades de turismo alternativo, la puesta en pie de estructuras de cooperación-coordinación-partenariado para una eficaz gestión de estos recursos y su eficiente conversión en destino turístico”[36].

 

Cuadro 1.
Principales museos y centros de interpretación ubicados en cuencas mineras españolas

Nombre

Minería y/o Otros

Lugar

Comunidad Autónoma

Año+

Parque Minero de Riotinto

Cobre

Riotinto (Huelva)

ANDALUCÍA

1992

Centro de Interpretación del Paisaje Minero de Linares

Plomo

Linares (Jaén)

ANDALUCÍA

2007

Museo del Cobre de Cerro Muriano

Cobre

Cerro Muriano (Córdoba)

ANDALUCÍA

2003

Museo Minero de Escucha

Carbón (lignito)

Escucha (Teruel)

ARAGÓN

2002

Museo de la Ciencia y de Arqueología Minera de Utrillas

Carbón (lignito)

Utrillas (Teruel)

ARAGÓN

2007

Centro de Interpretación de la Minería de Aliaga

Carbón

Aliaga (Teruel)

ARAGÓN

1999

Parque Tecnológico Minero Andorra-Sierra de Arcos (MWINAS)

Carbón

Andorra (Teruel)

ARAGÓN

2005

Museo de la Minería y de la Industria (MUMI)

Carbón

El Entrego (San Martín del Rey Aurelio, Oviedo)

ASTURIAS

1994

Centro de Interpretación del Poblado Minero de Bustiello

Carbón

Bustiello, Mieres

ASTURIAS

2009

Parque de la Naturaleza de Cabárceno

Hierro

Cabárceno (Santander)

CANTABRIA

1990

Territorio El Soplao

Zinc

Valdáliga, Herrerías y Riomansa (Santander)

CANTABRIA

2005

Museo de la Minería de Puertollano

Carbón y Pizarras Bituminosas

Puertollano (Ciudad Real)

CASTILLA-LA MANCHA

2006

Parque Minero de Almadén

Cinabrio-Mercurio

Almadén (Ciudad Real)

CASTILLA-LA MANCHA

2006

Parque Cultural de Las Médulas

Oro

Carucedo y otros (León)

CASTILLA Y LEÓN

1997

Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santillán

Carbón

Barruelo de Santullán (Palencia)

CASTILLA Y LEÓN

1999

Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León

Carbón

Sabero (León)

CASTILLA Y LEÓN

2008

Parque de Ocio Mundo Miner de San Cebrián de Mudá y Mudá

Carbón

San Cebrián de Mudá y Mudá (Palencia)

CASTILLA Y LEÓN

2006

Parc Cultural de la Muntanya de Sal de Cardona*

Sal Potásica

Cardona (Barcelona)

CATALUÑA

2002

Museu de les Mines de Cercs*

Carbón

Cercs (Barcelona)

CATALUÑA

1999

Museu de les Mines de Bellmunt del Priorat

Plomo

Bellmunt del Priorat (Tarragona)

CATALUÑA

2002

Museu de Gerri de la Sal*

Sal

Gerri de la Sal (Lleida)

CATALUÑA

2007

Mina Victoria dera Val d’Aran*

Cinc y Plomo

Arres (Lleida)

CATALUÑA

2004

Centro de Interpretación de la Minería de Extremadura

Fosfato Cálcico

Aldea Moret (Cáceres)

EXTREMADURA

2008

Parque Minero de La Unión

Cinc, Hierro, Plata, Piritas

La Unión (Murcia)

MURCIA

2010

Museo de la Minería del País Vasco

Hierro

Gallarta (Vizcaya)

PAÍS VASCO

2002

+ Se indica el año en el que se abre al público la actuación museística citada, en muchos casos vinculada a otras preexistentes.
* Integrados en el Sistema Territorial del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña (mNACTEC).

Fuente: Elaboración Propia.

 

El cuadro anterior (Cuadro 1) expone las iniciativas más importantes existentes actualmente en España organizadas por comunidades autónomas. Con un carácter modesto, en general, se trata de espacios que pueden ser visitados y gozan de interés no solo para turistas sino para otros colectivos (científicos, profesionales, estudiantes, etc.), formando parte de un nuevo modelo de desarrollo vinculado a la puesta en valor de los recursos endógenos que aún tiene resultados poco relevantes pero se presenta también como una alternativa socioeconómica para áreas de antigua industrialización en declive.

 

Figura 1. Museo de la Minería en Puertollano (Ciudad Real).
Foto: M. Carmen Cañizares.

 

A todos ellos podríamos añadir algunos otras actuaciones como los trenes mineros como el de El Soplao o los de Riotinto, Escucha, etc.; y otro tipo de instalaciones programadas que abrirán sus puertas en breve siguiendo el modelo de actuaciones anteriores, como las de Fontao o Sabero donde se configuran sendos Parques Temáticos de la Minería. En la anterior imagen (Figura 1) podemos observar, en primer término, el Pozo Norte principal exponente material del Museo de la Minería de Puertollano (Ciudad Real). En conjunto, España cuenta ya con algunos ejemplos válidos para fundamentar la hipótesis de que la conservación y adaptación al uso turístico de este patrimonio ha dado resultados aceptables en determinadas regiones del país aunque, al margen del éxito alcanzado, se corre el riesgo de pensar que todo el patrimonio minero es capaz por sí mismo de impulsar la creación de riqueza y empleo en el medio rural[37].


Actuaciones más relevantes en España

Caracterizar todas las actuaciones llevadas a cabo en esta línea requeriría mucho más espacio por cuanto señalaremos las más destacadas, aquellas que consideramos como más relevantes y pueden servir de modelo para otras. Han sido escogidas por su singularidad pues, ante una oferta aún limitada como la española, ofrecer “algo distinto” en un contexto de iniciativas muy similares se convierte en un activo importantísimo, como ocurre al permitir el descenso a una mina real. Además, todas ellas constituyen un buen ejemplo de cómo “las minas presentan una magnífica oportunidad para convertirse en museos y si disponen de suficientes atractivos en un territorio más o menos amplio, en parques temáticos cuyo hilo conductor sea la actividad minera”[38].


El Parque Minero de Riotinto (Huelva)

Creado en 1992 ofrece uno de los paisajes mineros más espectaculares de la Península Ibérica derivado de la explotación del cobre desde época prerromana hasta los años 80 del siglo pasado. Minería en pozos y a cielo abierto que ha dejado numerosos testimonios de carácter material que se insertan a un entorno natural de gran espectacularidad marcado por el singular río Tinto y protegidos como Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico. La propia cuenca que puede recorrerse en tren (Figura 2), después de haber recuperado más de 12 kilómetros de vía antigua es su principal atractivo, pudiéndose acceder a dos descubiertas o cortas (explotaciones a cielo abierto): Corta Atalaya, en Riotinto, y Peña del Hierro, en el municipio de Nerva. El recorrido se completa con la visita al antiguo Hospital Minero convertido hoy en Museo de la Minería, en el que junto a diversos materiales (útiles, maquinaria,...) se recrea una mina romana, y al poblado victoriano de la Barriada de Bellavista con construcción de inspiración inglesa, habiéndose rehabilitado la Casa 21 como símbolo de la vida de los ingenieros de minas ingleses en Riotinto.

 

Figura 2. Cuenca Minera de Riotinto (Huelva) vista desde el tren minero.
Foto: M. Carmen Cañizares.

 

El Museo de la Minería y de la Industria (MUMI)

Ubicado en la Mina San Vicente de El Entrego en el municipio de San Martín del Rey Aurelio (Oviedo) y pionero en la puesta en valor del patrimonio minero asturiano en 1994, propone un recorrido sobre las distintas épocas de la explotación del carbón en Asturias y sus aplicaciones a partir de la máquina de vapor con la exposición de una gran cantidad de maquinaria y herramientas, acompañadas de una enorme variedad de útiles hospitalarios. Su principal atractivo radica en la mina-imagen, una reconstrucción a escala real de una explotación subterránea en la que después de bajar en “la jaula” (ascensor minero) se pueden recorrer los diferentes métodos de explotación del carbón utilizados en la explotación de las cuencas asturianas[39].


Parque Tecnológico Minero MWINAS Andorra-Sierra de Arcos (Teruel)

En el norte de la provincia de Teruel, la comarca de Andorra-Sierra de Arcos alberga el Parque Tecnológico Minero MWINAS desde mayo de 2005, localizado en un territorio minero dedicado a la explotación del carbón desde los años cuarenta del siglo XX, en el que se ha pretendido proteger y conservar el patrimonio minero así como preservar la memoria histórica y social impulsando, a la vez, un cierto desarrollo socioeconómico en la zona. Después de la crisis y el cierre de las minas en los años noventa algunos espacios degradados se han rehabilitado para su uso museístico como el Pozo San Juan en el que se puede observar además del castillete y su sala de máquinas, diversa maquinaria pesada. El espacio museístico se ubica en un antiguo almacén en el que se exponen fotografías, planos, útiles, herramientas, etc., que proporcionan información sobre el oficio y la vida de los mineros. Igualmente puede visitarse la restauración ecológica a la que se han sometido las minas a cielo abierto en la Val de Ariño mediante varios miradores en el denominado Espacio de Interpretación “Restauración Ecológica de las Zonas Mineras” donde se encuentra el Humedal Corta Alloza con gran valor ecológico[40].


El Parque Minero de Almadén (Ciudad Real)

Se localiza en las explotaciones de cinabrio-mercurio existentes en el sur de la provincia de Ciudad Real, en los municipios de Almadén y Almadenejos, iniciadas en época prerromana. En funcionamiento desde 2006 aunque inaugurado oficialmente en 2008, su finalidad es crear “un espacio de transmisión cultural, educativo y turístico de calidad”[41] una vez que la actividad minera se ha detenido. Como ya hemos señalado en otras ocasiones[42] en él se integran numerosos elementos con valor patrimonial que, al igual que en los casos anteriores, se derivan de la propia explotación (una de las cuencas de cinabrio más importantes del mundo) que hoy puede recorrerse por una galería subterránea del siglo XIX en la que se contemplan también algunos puntos de interés geológico, lo cual permite al visitante adentrarse en un mina real. El recorrido abarca el antiguo almacén de azogue, hoy Museo del Mercurio y el edificio de compresores donde se encuentra el Museo de la Minería, pudiéndose visitar una pareja de hornos de aludeles del siglo XVII (Figura 3), así como otras construcciones entre las que destacan los cercos mineros y dos bariteles (precedentes de los pozos mineros) localizados uno en el interior de la mina y otro en el exterior, ambos del siglo XVIII. En la ciudad de Almadén, la visita al Parque se completa con la que se realiza al restaurado Real Hospital de Mineros de San Rafael (siglo XVIII) en el que actualmente se encuentran el Museo Minero, el Museo Hospitalario y el Archivo Histórico de las Minas.

 

Figura 3. Hornos de Aludeles en el Parque Minero de Almadén (Ciudad Real).
Foto: M. Carmen Cañizares.

 

El Parque Minero de La Unión (Murcia)

Inaugurado recientemente en julio de 2010 como Parque Minero se ubica la Sierra Minera de Cartagena-La Unión en la que se han explotado históricamente diversos yacimientos metálicos de plomo y zinc desde los cartagineses y la romanización, siendo el siglo XIX el más activo con la apertura de numerosas concesiones subterráneas a las que se unieron a mediados del siglo XX otras varias a cielo abierto. Este paisaje, salpicado de numerosos elementos materiales (castilletes, casas de máquinas, lavaderos,…) y vinculado a una cultura minera muy particular (cante de la minas) esta protegido actualmente como Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico. El Parque, con un total de 50.000 m2, recupera un amplio conjunto de instalaciones mineras de los siglos XIX y XX que permiten al visitante observar in situ el proceso completo de la minería subterránea, desde la extracción del mineral hasta su lavado y concentración, así como la posterior obtención de metal en las fundiciones, con atención al modo de vida de los mineros. Su principal atractivo es la posibilidad de recorrer más de 4.000 m2 de galerías subterráneas en la Mina Agrupa Vicenta (Figura 4) de la que se obtuvieron piritas y que ha sido rehabilitada para la visita, así como realizar un pequeño recorrido en un tren minero por parte de la Sierra (carretera del 33) pudiendo observar el Lavadero de la Mina Remunerada, las Tolvas de la Mina Pablo y Virginia así como diverso material utilizado en las labores de extracción. Además esta visita se complementa con la que se puede realizar al Centro de Interpretación Mina Las Matildes, localizado en otro sector de la Sierra (El Beal), accediendo al conjunto arqueológico-minero compuesto de castillete, pozo y dos salas de máquinas; al Museo Minero de La Unión localizado en el antiguo Liceo de Obreros, y también al Parque Ambiental Huerto Pío donde se emulan los distintos ambientes y tipos de vegetación de la zona[43].

 

Figura 4. Visita al interior de la Mina Agrupa Vicenta en el Parque Minero de La Unión (Murcia).
Foto: M. Carmen Cañizares.

 

Por último, el cuadro siguiente (Cuadro 2) nos ofrece información sobre el número de visitantes que anualmente han recibido estas iniciativas seleccionadas, destacando el carácter modesto de las mismas si se comparan con algunas actuaciones europeas similares como la Mina de Sal de Wielizcka (Polonia) que recibe más de 800.000 o el Ecomuseo de Berdslagen (Suecia) que supera el medio millón de turistas anuales[44]. En el caso español destacan los establecimientos más consolidados como el MUMI con más de 90.000 visitantes al año y el Parque Minero de Riotinto que se acerca a los 80.000 visitantes anuales.

 

Cuadro 2.
Número de visitantes anuales en los principales museos y parques mineros españoles

Año

Parque Minero Riotinto

Museo de la Minería y de la Industria (MUMI)

Parque Minero MWINAS

Parque Minero Almadén

Parque Minero La Unión

1992

   7.893

       

1993

 18.538

       

1994

  23.146

  70.129

     

1995

  27.690

  62.216

     

1996

  28.093

  63.847

     

1997

  29.349

  74.652

     

1998

  35.625

  78.900

     

1999

  36.621

  85.049

     

2000

  42.247

  84.109

     

2001

  39.774

  89.793

     

2002

  42.023

  87.870

     

2003

  46.626

  85.341

     

2004

  44.239

  92.520

     

2005

  62.492

  95.460

 4.285

   

2006

  66.834

101.109

 2.247

   3.898

 

2007

  73.899

105.261

 2.583

 14.364

 

2008

  78.883

  92.144

 3.336

 18.121

 

2009

  77.403

  94.416

 3.327

 16.257

 

2010*

      --

    --

 2.828

 12.552

14.650

2010* Visitantes a 31 de octubre.

Fuente: Cada uno de los museos y parques mineros.

 

Cierta singularidad presentan también, aunque no las hemos incluido en el cuadro anterior (Cuadro 2), dos actuaciones que reciben un número considerable de visitas anualmente. En primer lugar, el Parque Cultural de Las Médulas en la provincia de León, una de las minas romanas de oro más importantes de España, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1997, donde existen diferentes figuras de protección pues es Zona Arqueológica desde 1996 y también Monumento Natural desde el año 2002, aunque principalmente se reconoce como Paisaje Cultural por cuanto estas explotaciones forman parte de una realidad dinámica en la que los elementos fósiles se articulan en un paisaje vivo, el del presente, conduciendo al visitante del territorio actual al territorio antiguo a partir de distintos itinerarios que permiten conocer la propia mina de oro a cielo abierto más grande de todo el Imperio Romano, así como observar las transformaciones espaciales que la extracción de este mineral desencadenó vinculadas a la conformación del Lago Carucedo, a los canales de irrigación convertidos en caminos o a los castaños que confieren identidad al entorno, sus principales atractivos[45]. Visitado por 73.214 personas en 2009[46], ofrece valores naturales (riqueza geológica, red hidrográfica, vegetación, fauna, etc.) y culturales de gran interés y además, permite reconstruir no solo la explotación minera y su tecnología (cárcavas, surcos convergentes, etc.) en el período preindustrial, sino la forma en que los hombres se relacionaron con este territorio y explotaron sus riquezas.

En segundo lugar y para finalizar, aunque no se trata, en sí misma, de una iniciativa turística exclusivamente, ni tampoco solo de una actuación vinculada a las actividades mineras, el mNACTEC o Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña es digno de ser citado, al menos, por su carácter de museo nacional catalán desde 1990 y, sobre todo, por la labor de difusión del patrimonio industrial que realiza en Cataluña, en España y en Europa. Se ubica en la Fábrica Textil Aymerich, Amat y Jover (1909), localizada en Tarrasa (Barcelona) y recuperada para museo con parte de su maquinaria, siendo su principal objetivo[47] “fomentar el conocimiento de la historia de la ciencia, de la técnica y del proceso de industrialización de Cataluña, así como también de los procesos productivos de la sociedad”. Con 90.046 visitantes en el año 2000 se convierte en una de las iniciativas de mayor éxito en este ámbito, sobrepasando la cifra de 80.000 visitantes anuales desde ese momento hasta hoy (la última cifra recogida y proporcionada por el museo corresponde a 2009 con 91.139). Especialmente relevante es la coordinación que realiza de los museos incluidos en un Sistema Territorial, 25 en total localizados en Cataluña, entre los cuales se encuentran algunos de carácter minero como el Museu de les Mines de Cercs en Berguedá (Barcelona), el Museu de les Mines de Bellmunt del Priorat (Tarragona), el Parc Cultural de la Montanya de Sal de Cardona (Barcelona), el Museu de la Mina Victoria dera Val d’Arán (Lleida) o el Museu de las Salinas de Gerri de la Sal (Lleida)[48], junto a otros varios de carácter agroindustrial o industrial. Sistema que puede considerarse la política más elaborada en todo el territorio español de la gestión y promoción del patrimonio industrial[49].


La defensa del patrimonio minero en España

El patrimonio industrial, incluyendo lógicamente al minero, es un patrimonio bastante desatendido pero resulta cada vez más interesante para científicos de disciplinas complementarias (historia, economía, geografía, sociología, arquitectura, etc.) preocupados por su recuperación y conservación al servicio de la cultura. Son los elementos materiales como edificaciones, pozos o maquinaria los primeros en ser objeto de rehabilitaciones que les permitan integrarse en actuaciones museísticas como las anteriormente señaladas, pero también se presta cada vez más atención a todo lo relacionado con los modos de vida y la memoria del trabajo en la que las fuentes orales, junto con los archivos de empresa, la documentación gráfica, el material impreso, la prensa, en caso de existir, la maquinaria, etc., constituyen un recurso de primer orden para su recuperación[50]. Asumir actualmente la defensa del patrimonio minero en España es una tarea difícil, a menudo ingrata e incomprendida, pero no por ello banal sino todo lo contrario como lo demuestra el cada vez más numeroso movimiento asociativo, las numerosas reuniones y congresos sobre esta temática, y la abundante documentación que se relaciona con ella.


Asociacionismo y defensa del patrimonio minero e industrial

El asociacionismo relacionado con la defensa del patrimonio industrial y, por extensión, del minero, así como la sensibilización de la sociedad hacia su protección/conservación se ha ido consolidando en las últimas décadas, incentivados por acontecimientos como la declaración del año 2002 como Año Europeo del Patrimonio Industrial y Técnico (UNESCO). Es necesario iniciar su análisis exponiendo las asociaciones vinculadas al patrimonio industrial, en general, dentro del ámbito internacional para descender a aquellas que encontramos en España y finalmente, las relacionadas con el patrimonio minero en España de manera específica. Es obvio que no señalaremos todas las existentes pero sí, al menos, las más representativas.

En el ámbito internacional es preciso comenzar por una asociación que integra profesionales vinculados con el patrimonio en sus múltiples acepciones como es el Internacional Council on Monuments and Sites conocida como ICOMOS (http://www.icomos.org/). Motivada por la conservación y protección de los lugares de patrimonio cultural, promueve la aplicación de la teoría, metodología y técnicas científicas para la conservación del patrimonio arquitectónico y arqueológico agrupando 9.500 miembros en 110 países. ICOMOS-España (http://www.esicomos.org/) es el Comité Español cuya actividad es cada vez más importante para la protección del patrimonio en general. En el ámbito específico que aquí analizamos, desde el año 2004 existe una Cátedra-Empresa Unesco-Icomos España de Patrimonio Minero, Industrial e Histórico Cultural con sede en la E.T.S. de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid.

De manera más especializada, también a escala internacional, el The Intenational Comité for the Conservation of the Industrial Heritage (TICCIH) (http://www.mnactec.cat/ticcih/) destaca de manera singular como asociación para la defensa del patrimonio industrial, organizada en varias secciones (patrimonio minero, textil, de la siderurgia y de la metalurgia, agroalimentario, de la producción de electricidad, ferrocarriles y otras) siendo la dedicada al patrimonio minero una de las más destacadas con dos subsecciones: minas en general y minería del carbón (collieries). Implantada en más de sesenta países y en todos los continentes, su finalidad es promover la cooperación internacional en el campo de la preservación, conservación, localización, investigación, historia, documentación, arqueología y revalorización del patrimonio industrial[51]. Publica de forma periódica el TICCIH Bulletin y la revista bilingüe Industrial Patrimony / Patrimoine de l’Industrie, una de las más destacadas en su género, en la que también colabora ICOMOS. La delegación española, TICCIH-España  (http://www.ticcih.es/), se dedica, desde 2004, al estudio y protección del patrimonio industrial con las mismas secciones antes señaladas. Sus objetivos se centran en las siguientes cuestiones: estimular el intercambio de información científica, técnica, práctica y organizativa entre investigadores, gestores y educadores; promover congresos y un forum para el intercambio de ideas; preservar y defender el patrimonio industrial de España promoviendo la valorización y la sensibilización; informar del conjunto de recursos asociativos, individuales e institucionales presentes en relación con esta temática; promover convenios de colaboración y cooperación a diferentes escalas; y editar publicaciones seriadas acerca del patrimonio industrial. Entre sus socios se encuentran no solo personas físicas sino también algunas instituciones como el Museo Minero de Gallarta o el Museo del Transporte y del Territorio de la Comunidad Valenciana y prepara la publicación del 1º número de su Boletín electrónico[52].

Hablar de patrimonio industrial en España también es hablar de la Asociación de Arqueología Industrial, Patrimonio Cultural y Natural conocida por sus siglas como INCUNA (http://www.incuna.org/). Integra a las personas interesadas en la protección, estudio y fomento del patrimonio industrial a partir de los siguientes objetivos: conocer y divulgar la arqueología industrial y los museos vinculados a su preservación y promoción, así como los aspectos históricos de la arqueología industrial y de los citados museos. A pesar de tener origen asturiano y surgir con vocación regional es muy significativa su labor de defensa del patrimonio industrial a escala nacional e internacional a través de sus Jornadas Internacional de Patrimonio Industrial realizadas anualmente y publicadas, de su Boletín semestral y de las numerosas publicaciones que avala.

Centrándonos exclusivamente en el patrimonio minero, comenzamos señalando la existencia de asociaciones internacionales, macroestatales, como es el caso de  la Fundación Europamines (http://www.europamines.com/) que agrupa a numerosos países o la Federación Iberoamericana de Sociedades para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (FISDPGYM) (http://www.fisdpgym.upc.edu/), y nacionales cuya labor es importantísima[53]. En España la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero o SEDPEGYM (http://www.sedpgym.org/) creada en 1995 desde la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, tiene como finalidad promover, difundir y coordinar actividades encaminadas al estudio, inventario, protección, conservación y restauración del patrimonio geológico, así como el minero-metalúrgico. Actualmente integra un importante colectivo interdisciplinar que se reúne periódicamente en los Congresos Internacionales sobre Patrimonio Geológico y Minero celebrados anualmente, a lo que une la publicación de un Boletín electrónico y, sobre todo, de la revista De Re Metallica cada vez más afianzada en el panorama del patrimonio minero español.

Por último, cabría añadir algunas otras asociaciones vinculadas a la defensa del patrimonio industrial y minero de carácter regional y/o local que cada vez van ganando más peso como es el caso de la L'Associació del Museu de la Ciéncia i de la Técnica i d'Arqueologia Industrial de Catalunya (http://www.amctaic.org/) creada en 1974 y una de las más activas en las labores de defensa y protección patrimonial; la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y de la Obra Pública (AVPIOP) (http://www.avpiop.com/); la Asociación Llampara. Patrimonio Industrial (http://www.llampara.org/) que surge en Valladolid; y específicamente vinculada con el patrimonio minero, la  Fundación Sierra Minera de la Unión (Murcia) (http://www.fundacionsierraminera.org/), y el Proyecto Arrayanes en Linares (http://www.proyectoarrayanes.org/), entre otras.


El papel de las instituciones y entidades locales

Obviamente la puesta en valor de este rico patrimonio y su reconversión para un uso determinado, frecuentemente asociado al turismo, ha requerido aportaciones de capital importantes y un apoyo institucional sin el cual no se hubieran podido realizar, más aún ante la diversidad de territorios mineros existentes en España. En este ámbito debemos señalar instituciones y agentes de diverso rango y nivel así como entidades de carácter local que han colaborado en la difícil tarea de valorización del patrimonio minero[54].

Financiados en su mayor parte por políticas públicas, la propia Unión Europea, a través de Programas como Cultura 2000 y Fondos FEDER, ha respaldado algunas de las actuaciones citadas como iniciativas vinculadas con el mNACTEC en el primer caso (Los Dinosaurios del Patrimonio Industrial) y con el Parque Minero de Almadén en el segundo (rehabilitación Real Hospital de Mineros). Inversiones a las que añadimos las relacionadas en España con los Programas Leader y Proder para áreas rurales (por ejemplo el Proder Montesur en relación con actuaciones incluidas en el Parque Minero de Almadén), los llamados fondos del Plan Miner (1998-2005) y/o del Plan del Carbón (2006-2012) en las cuencas mineras especialmente importantes en actuaciones llevadas a cabo en Asturias, Castilla y León, Aragón o Castilla-La Mancha, sirva como ejemplo el Museo de la Minería en Puertollano (Ciudad Real). Y, por supuesto, el Plan de Patrimonio Industrial del Ministerio de Cultura, promotor de algunas de las iniciativas más relevantes como, de nuevo, el Parque Minero de Almadén.

Por su parte, los Planes de Dinamización Turística propiciados por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio han sido fundamentales en las Cuencas Mineras Asturianas (2000-2002), en la Sierra de La Unión y Cartagena (2005-2008) o en Cataluña orientado a la Dinamización del Producto Turístico de Patrimonio Industrial y la Innovación Tecnológica (2006-2009) a los que añadimos la Montaña Palentina (2001-2003) y Las Médulas (2001-2003). Además, en algunas ocasiones ha sido significativa, también, la colaboración de entes públicos, generalmente empresariales, como Minas de Almadén y Arrayanes (Mayasa) en el caso del Parque Minero de Almadén o la Fundación de Ferrocarriles Españoles en el caso del Programa Vías Verdes Españolas (muchas de ellas vinculadas con la minería) en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, RENFE y ADIF.

Por su parte ha sido también importante el papel de las administraciones autonómicas en labores no solo de financiación sino de promoción, por poner algún ejemplo servirían los de la Junta de Castilla y León en el recientemente creado Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León en Sabero o de la Región de Murcia en el Parque Minero de la Unión. En el caso de las Diputaciones Provinciales sobresale el ejemplo palentino a través del Patronato de Turismo. Finalmente, las administraciones locales materializadas en ayuntamientos muy implicados en la puesta en valor de este tipo de patrimonio identitario destacan en la mayor parte de los casos, sirviendo de ejemplo el de Andorra (Teruel) en relación con el Parque Tecnológico Minero Andorra-Sierra de Arcos (MWINAS).

Finalmente habría que señalar que la participación privada ha sido minoritaria sobresaliendo algunas fundaciones privadas como la Fundación Riotinto en el caso del Parque Minero del mismo nombre o la Fundación Sierra Minera en el Parque Minero de la Unión (Murcia), así como de algunas empresas entre las que destacamos la empresa UMINSA en Fabero que ha cedido los terrenos de la Mina Julia al ayuntamiento para la construcción del futuro Parque de la Minería.


Protección y gestión

Actualmente la gestión inteligente del territorio se convierte en un asunto primordial, como también lo es la del patrimonio pues supone, para algunos lugares, “uno de los factores clave de su desarrollo económico porque atrae turismo e inversiones, genera actividades y puestos de trabajo y, fundamentalmente, refuerza la autoestima de la comunidad”[55].

En el ámbito internacional, la declaración de Lugares Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO basados en la riqueza patrimonial minera (y minero-metalúrgica) indica la importancia que esta actividad ha tenido y tiene en el desarrollo y evolución de la humanidad, como promotora de movimientos migratorios, de transformación radical del paisaje, del desarrollo de nuevas tecnologías, de la creación de nuevos pueblos, ciudades y rutas, y de una larga lista de cuestiones transcendentales para poder explicar hoy en día muchas cuestiones que se dan por implícitas en la moderna civilización[56]. Actualmente de los 911 bienes integrados por la UNESCO en la  “Lista del Patrimonio Mundial”[57], 28 se vinculan con las actividades minero-metalúrgicas entre los que desatacamos por su relevancia las relacionadas con la explotación de la sal como las minas de sal de Wieliczka en Polonia (1978) y las Salitreras Humberstone y Santa Laura de Iquique en Chile (2005); del hierro, Ironbridge Gorge en Reino Unido (1986); del cobre, La Gran Montaña de Cobre de Falum en Suecia (2001) y el Campamento Minero de Sewell en Chile (2006); de la plata, la Ciudad de Potosí en Bolivia (1987) y el Centro Histórico de Guanajuato y sus minas adyacentes en México (1988); del carbón, el Paisaje Industrial de Blaenavon en Reino Unido (2000) y el Complejo Industrial de la Mina Zollverein de Essen en Alemania (2001)[58]; y del oro, la Ciudad Histórica de Ouro Preto en Brasil (1980) y Las Médulas en España (1997), éste último único bien de este tipo reconocido en España, por el momento. Reconocimiento como parte del patrimonio cultural y territorial que “constituye uno de los mejores apoyos y garantía de supervivencia para lo que hasta principios de los años sesenta era considerado de manera generalizada como chatarra o ruinas inservibles”[59]. Actualmente existe también un “Lista del Patrimonio Mundial en Peligro” donde se encuentran, por ejemplo, las citadas Salitreras de Humberstone y Santa Laura de Iquique en Chile.

En el ámbito europeo cabría citar la creación, por el Consejo de Europa, de los Itinerarios Europeos de Patrimonio Industrial, el primero de los cuales afecta a parte del territorio español incluido en la “Ruta del Hierro en los Pirineos” conectando asentamientos a lo largo de un recorrido transfronterizo vinculados a la explotación de este mineral en áreas de Andorra, Cataluña y País Vasco en España, y Arieja y Aquitania en Francia.

Sin duda las aportaciones científicas, el asociacionismo militante y una mayor sensibilización de la población, sobre todo de aquella población vinculada a los lugares con valor patrimonial, exige de manera clara una implicación efectiva de las instituciones que apueste por la protección y la gestión de este legado[60]. Cabe distinguir,  por tanto, un primer aspecto relacionado con la protección, materializada principalmente en la protección “legal”. En España la atención institucional al patrimonio industrial es reciente, sobre todo en el aspecto normativo, aunque en la última década se aprecia una creciente sensibilidad social hacia las ruinas industriales y lo que representan en términos históricos, territoriales y culturales de manera que muchas fábricas, recintos y paisajes industriales se han protegido con su declaración como Bienes de Interés Cultural (BIC)[61], unos 100 elementos, en los que se incluyen los mineros, que representan menos del 1% el total de bienes protegidos en España[62], ámbito en el que, obviamente, aún queda mucho trabajo por hacer comenzando por la necesidad de contar con un inventario nacional que permita conocer qué elementos están protegidos y cuales no (hasta ahora solo se puede acudir a registros regionales no siempre completos ni de fácil disposición). El marco legal lo ofrece la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español en la que no existe referencia explícita al patrimonio industrial (y por tanto, al minero) pero “introduce un cambio sustancial al pasar de un enfoque protector ligado al arte (patrimonio artístico) a otro vinculado a la historia y a la técnica (patrimonio histórico)”[63]; esperemos que la nueva ley (en fase de elaboración) permita entender este tipo de patrimonio en su justa medida. Su próxima revisión presenta una oportunidad para la mención concreta con las prescripciones, normas y definiciones oportunas del patrimonio industrial, para su preservación efectiva[64].

Es únicamente en la legislación autonómica en la que aparecen avances algo significativos y no ocurre en todas. Como ejemplos más significativos destacamos lo que sucede en Cataluña con la Ley 9/1993, de 30 de septiembre, de Patrimonio Cultural Catalán en la que “el patrimonio científico, técnico e industrial inmueble” forma parte del patrimonio cultural. Por su parte la Ley 8/1995, de 30 de octubre, de Patrimonio Cultural de Galicia incluye los “bienes inmuebles de carácter industrial”; la Ley 12/1998, de 21 de diciembre, de Patrimonio Histórico de las Islas Baleares recoge como uno de los valores del patrimonio histórico balear, el “valor histórico-industrial” de manera diferenciada del valor “científico” o del “técnico”; la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria manifiesta su preocupación por conservar y rehabilitar “los espacios industriales y mineros abandonados” incluidos en el patrimonio cultural así como deja clara la responsabilidad del gobierno regional en la conservación de “cuantos bienes o espacios resulten ilustrativos del proceso industrializador de la región, con espacial consideración hacia los conjuntos tecnológicos y las construcciones  que los albergaron” incluyendo medios de transporte e infraestructura viaria; y la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés ya reconoce como patrimonio industrial “aquellos bienes de carácter etnográfico que forman parte del pasado tecnológico, productivo e industrial aragoneses y son susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica”. Pero es, sobre todo, en Asturias con la Ley 1/2001, de 6 de marzo, de Patrimonio Cultural de Asturias donde este tipo de elementos se encuentra mejor representado pues se recogen como parte del Patrimonio Histórico-Industrial asturiano “los bienes muebles e inmuebles que constituyen testimonios significativos de la evolución de las actividades técnicas y productivas con una finalidad de explotación industrial y de su influencia sobre el territorio y la sociedad asturiana. En especial las derivadas de la extracción y explotación de los recursos naturales, de la metalurgia y siderurgia, de la transformación de productos agrícolas, la producción de energía, del laboreo del tabaco, y de la industria química, de armamento, naviera, conservera o de la construcción”, quedando implícitamente recogidos las distintas tipologías de patrimonio industrial: minero, metalúrgico, agroalimentario, de la energía, etc[65].

Un segundo aspecto nos conduce al ámbito de la planificación en el que igualmente aún queda camino por recorrer aunque existen iniciativas relevantes que comentaremos a continuación. Nos referimos, especialmente, a la aprobación en el año 2002 del Plan de Patrimonio Industrial por parte del Instituto del Patrimonio Cultural de España como una clara muestra de este buen momento que atravesamos aunque con matizaciones. Su filosofía se resume en la necesidad de protección, conservación y proyección social de este patrimonio que es considerado como testimonio fundamental para comprender y documentar un período clave de nuestra historia y articular las bases de su conservación, debido a su rápida transformación y deterioro. En este sentido sus objetivos se concretan en: acometer la protección, conservación y proyección social de dicho patrimonio y de instrumentar las medidas que lo hagan posible, incluyendo el uso futuro de complejos, edificios y elementos industriales, en la convicción de que se trata de un patrimonio que puede convertirse en factor de desarrollo local, tanto cultural como económico[66].

Actualmente en fase de reactivación después de haber sufrido un parón de varios años, incluye 49 bienes industriales seleccionados diferenciando “elementos aislados” (por ejemplo, un puente), “conjuntos industriales” (por ejemplo, una factoría) y “paisajes industriales” (por ejemplo, una cuenca minera). De todos ellos, algunos se vinculan a la minería como las Minas de Riotinto (Andalucía), el Pozo Santa Bárbara en La Rabaneda (Asturias), el Paisaje Minero de Reocín (Cantabria), el Embarcadero de Mineral de Dicido en Mioño (Cantabria), la Zona Minera de Puertollano (Castilla-La Mancha), el Conjunto de la Cuenca Minera de Sabero (Castilla y León), las Minas de Aldea Moret (Extremadura), el Paisaje Minero de La Unión y Cartagena (Murcia), el Embarcadero de Mineral del Hornillo en Águilas (Murcia), el Coto Minero de Irugurtzeta (País Vasco) y las Salinas de Añara (País Vasco), a los que hay que añadir el Conjunto Minero de Almadén (Castilla-La Mancha) cuya rehabilitación se inició antes de la aprobación del Plan y actualmente ya se ha convertido en Parque Minero. La valoración que podemos realizar es que se trata de una instrumento muy útil y pionero en afrontar la protección del patrimonio industrial pero sus resultados aún no se acomodan a las expectativas que despertó en su momento, esperemos que con el tiempo y una mejor coordinación pueda convertirse en una herramienta fundamental.

Más allá de este plan existe un enorme vacío en el territorio nacional, salpicado solo por algunas iniciativas regionales o locales que empiezan a consolidarse. Destacamos, en este sentido, el Plan Territorial Especial de los terrenos de HUNOSA en las cuencas mineras (2007) que incluye 47 elementos con valor patrimonial industrial en la cuenca del Nalón y 49 en la cuenca del Caudal. Aunque es muy reciente, sin duda, contribuirá a la recuperación de la riqueza patrimonial pues ya ha recibido el visto bueno del Consejo de Patrimonio del Principado de Asturias para proteger estos 101 elementos. Entre ellos se encuentran 31 castilletes, 23 casas de máquinas, 18 bocaminas, 6 ventiladores, 4 edificios de oficinas y 4 casas de aseos, entre otros, destacando algunos singulares como el pozo San Fernando, en Serrapio (Aller)[67]. Y también el Plan Director para la gestión del patrimonio industrial minero de la Faja Pirítica Onubense avalado por la Consejería de Innovación Ciencia y Empresa (Junta de Andalucía) y la Fundación Riotinto, recientemente presentado.

En la mayor parte de los casos, el patrimonio industrial aparece vinculado a la planificación del patrimonio histórico y/o cultural como ocurre en Castilla-León donde se incluye dentro del Plan de Intervención en el Patrimonio Histórico y Artístico (2004-2012) en el marco de la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León[68]. También es habitual que el patrimonio minero se integre en alguna propuesta de desarrollo turístico planteada para un ámbito territorial más extenso como ocurre en la Montaña Palentina donde en el marco del Plan de Dinamización Turística se incorpora la puesta en valor de los recursos mineros para la creación de nuevos productos[69], el Plan de Dinamización Turística de las Cuencas Mineras de Teruel o el Plan de Dinamización Turística de la Sierra Minera de La Unión y Cartagena[70]. Sin embargo, muchas veces, más que planes globales e integrados, en realidad han sido líneas de financiación para acciones concretas amparadas a veces por la Unión Europea, por el Estado, por las Comunidades Autónomas o por los municipios[71].

En resumen, España sigue la estela de otros países europeos en cuestiones relativas a la protección y gestión del patrimonio industrial. Baste poner el ejemplo francés en el que la labor de planificación y gestión se inició en los años setenta del siglo pasado y la labor de las Comunidades Urbanas (agrupaciones de municipios) fue fundamental junto con las asociaciones locales y el apoyo institucional para rehabilitar el patrimonio minero[72] y ponerlo al servicio de la población como ocurrió con la creación del Ecomuseo de Le Creusot-Montceau-Les Mines en la Borgoña pionero en Europa[73]; o el ejemplo alemán en el que la región del Rhur en torno a la ciudad de Essen ha sido designada en 2010 como “Capital Cultural Europea”, categoría que se concede por primera vez a un territorio en este caso por sus valores culturales vinculados con la minería y la industria. Lo cierto es que estos elementos y bienes son objeto de atención de diversas políticas públicas de protección del patrimonio o bien asociadas al turismo, principalmente, “bien porque se trata de una herencia valiosa como recurso y valorada socialmente, bien porque forman parte de paisajes complejos, urbanos o rurales, que en atención a las recomendaciones del Convenio Europeo del Paisaje (2000), se integran en estrategias regionales y locales de desarrollo territorial”[74]. Planificar la rehabilitación y reutilización de los espacios industriales patrimoniales para usos de interés social colectivo es además el camino más adecuado para garantizar que hoy y en un futuro los ciudadanos se sientan representados en él al incorporarlo a sus actividades diarias[75], y en el caso específico del legado minero, la definición de la naturaleza de los valores particulares del lugar puede ayudar a decidir cómo debe gestionarse el lugar con el fin de protegerlo[76].


Congresos, reuniones científicas y publicaciones periódicas

Fruto de la actividad anteriormente reseñada y principalmente del buen funcionamiento de las asociaciones para la defensa del patrimonio industrial (y minero) ha surgido en las últimas décadas una gran cantidad de documentación proveniente, sobre todo, de congresos y reuniones científicas cuyas actas se han editado y de publicaciones periódicas que tratan esta temática de manera específica.

De nuevo, resulta obvio que es imposible reseñar todo lo existente, razón por la que abordaremos las aportaciones que consideramos más importantes. Comenzamos por los Congresos Internacionales derivados de las actividades del The Intenational Comité for the Conservation of the Industrial Heritage (TICCIH), celebrados cada tres años. El último de ellos ha tenido lugar en la ciudad alemana de Freiberg en agosto de 2009 como XIV International TICCIH Congress Industrial Heritage, Ecology & Economy con una gran afluencia de público y comunicaciones presentadas, lo cual demuestra la consolidación de esta temática en el ámbito europeo. En el contexto del TICCIH es necesario destacar la revista anteriormente citada Patrimoine de l’industrie/Industrial Patrimony que se inicia en 1999 y en el marco europeo la británica Industrial Archeology Review publicada desde 1976. Por su parte en Latinoamérica y en estrecha vinculación con el TICCIH destacan los Coloquios Latinoamericanos e Internacionales sobre Rescate y Preservación del Patrimonio Industrial, cuya última edición, la número cinco se celebró en Buenos Aires (Argentina) en septiembre de 2007, auspiciado por el TICCIH-Argentina y por el Comité Argentino de Patrimonio Industrial (COAPI).

Centrándonos en el caso español, el TICCIH-España realiza anualmente los denominados Congresos Internacionales, el último de ellos celebrado en El Ferrol en febrero de 2009 como V Congreso para la Conservación del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública en España. Es importante señalar que en sus conclusiones se destacó la necesidad de fomentar la elaboración de inventarios y catálogos de Patrimonio Industrial como herramientas de gestión, con criterios de valorización de los elementos patrimoniales, alentando a las Comunidades Autónomas que aún carecen de éstos para que pongan en marcha proyectos conducentes a su realización. Se insistió, además, en la necesidad de que las Administraciones Públicas apliquen las leyes de protección del patrimonio a los elementos industriales y de la obra pública sobre los que tienen competencias. Y, por último, se denunció la existencia de “lugares en peligro” vinculados al patrimonio industrial y sobre los que sería urgente la intervención como en el trazado ferroviario Riotinto-Huelva (Andalucía) o las minas de Fontao en Vila de Cruces (Galicia).

Añadimos a los anteriores congresos, las Jornadas Internacionales que celebra anualmente INCUNA en la ciudad de Gijón, siendo las últimas las XII Jornadas Internacionales dedicadas al Diseño, Imagen y Creatividad del Patrimonio Industrial, celebradas en septiembre de 2010. Las Actas de estas Jornadas son publicadas dentro de la colección “Los ojos de la memoria” y constituyen una referencia de primera mano para conocer el patrimonio industrial en el territorio español. En este contexto, aunque no han existido unas jornadas dedicadas a la minería en particular si es cierto que en las primeras se trataban temáticas conjuntas en las que se incluyeron numerosas comunicaciones relacionadas con el turismo minero y con la protección del patrimonio minero en general. Especialmente relevantes en este sentido son los primeros títulos de la colección Arqueología Industrial, Patrimonio y Turismo Cultural (2001), Patrimonio Industrial: Lugares de la Memoria (2002), Estructuras y Paisajes Industriales (2003), Rutas Culturales y Turísticas del Patrimonio Industrial (2004), y Didáctica e Interpretación del Patrimonio Industrial (2005), siendo los siguientes más temáticos.

Por su parte, la Sociedad para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM) también celebra anualmente Congresos Internacionales y Sesiones Científicas, el último de ellos realizado en Huelva en septiembre de 2010 como XI Congreso Internacional de Patrimonio Geológico y Minero que coincidió con la XV Sesión Científica de la SEDPGYM. Una apuesta por el desarrollo sostenible. Con una orientación más específica hacia el patrimonio de carácter geológico y minero, igualmente las actas publicadas de todos los congresos anteriores constituyen un corpus teórico y metodológico de primera mano para abordar esta temática en España, a las que se une la revista De Re Metallica, ya citada

A estos eventos y a las publicaciones con ellos asociadas cabe añadir los que son referentes en sus espacios regionales como el Foro de Arquitectura Industrial de Andalucía celebrado en septiembre de 2005 o las Jornades d'Arqueologia Industrial de Catalunya que organiza periódicamente L'Associació del Museu de la Ciéncia i de la Técnica i d'Arqueologia Industrial de Catalunya, habiendo celebrado las últimas en octubre de 2009 (octava edición) dedicadas a las grandes fábricas de los siglos XIX y XX en Barcelona. Junto a ellas, destacamos la existencia de varios eventos de tipo local organizados por diferentes colectivos y relacionados con el patrimonio minero como el I Congreso Historia, Patrimonio Minero y Turismo Cultural celebrado en Riotinto (Huelva) en noviembre de 2009 organizado por La Fundación Riotinto o las Jornadas de Expertos de Patrimonio Industrial: Presente y Perspectivas de futuro celebradas en La Robla y Sabero en octubre de 2010 bajo la organización de la Fundación Hullera Vasco Leonesa y el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla-León, entre otros.

En lo que respecta a las publicaciones periódicas hay que comenzar diciendo que, más allá de algunos boletines y  revistas que hemos señalado con anterioridad y cuyo marco es internacional, no existe en España ninguna revista científica consolidada vinculada al análisis del patrimonio industrial. En el caso del minero, sí podemos destacar la revista De Re Metallica cuyo subtítulo es Boletín de la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero publicada desde la E.T.S de Ingenieros de Minas de Madrid con una orientación multidisciplinar muy consolidada, a pesar de su juventud, y abierta a especialistas españoles e hispanoamericanos, principalmente. También como revista electrónica esta asociación junto con la portuguesa APPI y la red latinoamericana REDGEMP colabora en Geomin. Informaçao/Información. Por otro lado, recientemente ha aparecido la revista Llámpara en Valladolid auspiciada por el colectivo multidisciplinar del mismo nombre y a la que nos referiremos más adelante. En lo que respecta al trabajo de los geógrafos, como podemos observar a través de la bibliografía, cada vez son más los artículos dedicados a esta temática publicados en las revistas españolas de geografía con mayor prestigio como Scripta Nova, el Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, Ería. Revista Cuatrimestral de Geografía o Cuadernos de Turismo, entre otras.

Quisiéramos destacar también algunas otras revistas de ciencias sociales que han dedicado números monográficos al estudio del patrimonio industrial, en general, como sucede con Ábaco cuyo número 8 se dedicó a Patrimonio Industrial, Museos y Desarrollo Local (1996) y, más adelante, el 19 a Arqueología Industrial. Testimonios de la Memoria (1998).

Por último y cada vez con más repercusión señalamos la importancia que están teniendo algunas revistas digitales y blogs como Monsacro.net. cuyo subtítulo es Revista sobre Patrimonio Industrial y Arqueología Industrial. Divulgación Tecnológica (http://www.arqueologiaypatrimonioindustrial.com/) con una orientación técnica muy clara; Huella Industrial (http://huellaindustrial.blogspot.com/); Llampara de Valladolid (http://www.llampara.org/) dedicada al patrimonio industrial en general y que acaba de sacar en papel la revista del mismo nombre. Destacamos, también Patrimonio Industrial de Castilla y León  (http://blogcyl.patrimoniocastillayleon.org/) y con carácter más local, Patrimonio Industrial de Barcelona (http://patrimonioindustrialdebarcelona.blogspot.com/), junto a las que cabría citar Alarifes. Patrimonio Industrial, Memoria del Trabajo (http://www.cazarabet.com/alarifes) a modo de noticiario sobre todo lo relacionado con el patrimonio industrial realizado desde Más de las Matas en Teruel y vinculado a la Librería Cazarabet. En el ámbito específicamente minero sobresalen algunas páginas muy tematizadas como MTI Blog. Mineralogía Topográfica Ibérica (http://www.mtiblog.com/), La Galena (http://www.proyectoarrayanes.org/) recientemente lanzada por el colectivo Arrayanes de Linares (Jaén) o Salinas de Interior (http://www.salinasdeinterior.org/), así como otras más generales en el caso de la asturiana Luces de las Minas (http://lucesenlasminas.blogspot.com/) y la andaluza centrada en la minería de Riotinto (http://catedraldelosesfuerzos.blogspot.com/).


Un documento imprescindible: la “Carta de el Bierzo para la conservación del patrimonio industrial minero en España”

Como se afirma desde el propio Ministerio de Cultura español, la gestión de las nuevas realidades patrimoniales, derivadas de la consideración como Bienes Culturales de objetos o inmuebles antes desestimados o de la dotación de valores culturales diferentes para aquellos otros bienes históricamente integrantes del Patrimonio, exige a los responsables de las mismas la ejecución de una constante reflexión acerca de los principios teóricos y metodológicos que garantizarán el eficaz cumplimiento del mandato constitucional de conservación y enriquecimiento del Patrimonio encomendado a las Administraciones Públicas[77]. El documento que aquí presentamos es, pues, resultado de esa reflexión y supone, como afirmamos, un documento imprescindible para entender, proteger/conservar, y actuar sobre el patrimonio minero en España.

El origen y gestación lo encontramos en el mes de octubre de 2007, concretamente cuando en los días 22, 23 y 24 se celebra en la ciudad de Ponferrada una reunión técnica organizada por el entonces Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE) y por la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN), con la participación del TICCIH-España, de la SEDPGYM y de diversos expertos y técnicos de la mayoría de las Comunidades Autónomas. El objetivo de dicha reunión era evaluar la situación del patrimonio industrial en España, los instrumentos habilitados para su conservación y puesta en valor, con especial atención al Plan Nacional de Patrimonio Industrial, analizar las experiencias llevadas a cabo al respecto por las diferentes Comunidades Autónomas y sobre todo, siguiendo el ejemplo de la Carta firmada en Baños de la Encina en 2006 sobre Arquitectura Defensiva, elaborar un documento en el que se establecieran unos mínimos metodológicos para la intervención de las Administraciones Públicas en el Patrimonio Industrial y Minero)[78]. Como resultado surge la Carta de El Bierzo para la Conservación del Patrimonio Industrial Minero en España (http://www.mcu.es/patrimonio/MC/CartaBierzo/) con la finalidad de sensibilizar a la población y a las Administraciones ante la desaparición y abandono de buena parte de los testimonios de la historia minera e industrial española. Supone un avance y esfuerzo en la dirección adecuada para preservar y hacer más riguroso y veraz la defensa de estos nuevos bienes culturales; también para debatir, reflexionar y facilitar actuaciones más adecuadas en las intervenciones de salvaguarda y puesta en valor del notable patrimonio minero frecuentemente olvidado e infravalorado. Aprobada por el Consejo de Patrimonio Histórico en junio de 2008 responde al interés de los técnicos del actual Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) por crear un documento sobre criterios de intervención en el Patrimonio Industrial existente en los complejos mineros, dentro del Plan Nacional de Patrimonio Industrial, pero más allá “ofrece la oportunidad de avanzar en la precisión de ideas y conceptos, así como en la metodología e intervención que se aplica a los testimonios del pasado y del presente minero en España”[79].

En ella se reconoce como fundamental para el conocimiento de la industria, la conservación de las explotaciones mineras sin actividad, en especial las relacionadas con el carbón, el plomo, la sal y otros recursos naturales. De ellas se deriva un patrimonio que se convierte en un documento para el estudio de la Historia en el que se reconocen un conjunto de valores: históricos, de los procesos tecnológicos, antropológicos/etnológicos, materiales: muebles e inmuebles, medioambientales y estéticos. Siguiendo este documento, la metodología de intervención en los complejos mineros incluye, en primer lugar, el inventario de lo existente (elementos y conjuntos susceptibles de protección y tutela) realizado con el necesario rigor científico “para poder planificar su protección y promoción”. Posteriormente la selección de “elementos de singular relevancia” sobre los que aplicar los grados de protección adecuados en base a diferentes criterios (autenticidad histórica, representatividad tipológica, estado de conservación, etc.); la protección jurídica de los bienes muebles e inmuebles; y la intervención como resultado del proceso previo de investigación materializado a través de Planes Directores, Estudios Previos o Estudios de Viabilidad que recojan actuaciones vinculadas a la puesta en valor de los elementos particulares del complejo así como también de la dimensión ambiental-paisajística del mismo. Todo ello deberá acompañarse de una adecuada difusión, concretada en programas educativos y comunicativos que “faciliten el acceso conceptual al entorno y contenido del complejo minero” según el modelo elegido: museos mineros, musealización de las minas, parques mineros, parques culturales, parques patrimoniales, etc. Finalmente, las labores de conservación preventiva y mantenimiento se planificarán considerando las particularidades naturales (geológicas), quedando en manos de las Administraciones Públicas garantizar la conservación y enriquecimiento del patrimonio diseñando actuaciones que persigan los siguientes objetivos: el conocimiento exhaustivo de la mina y su entorno, natural y cultural; la protección jurídica de los elementos que componen el complejo minero de explotación; la conservación de los elementos más significativos del complejo minero; y la implicación y participación activa de las comunidades o grupos humanos en los que se inserta el complejo minero para la puesta en valor del mismo, así como para su mantenimiento.

En definitiva, su importancia deriva de que se ha convertido en un “texto de referencia en el ámbito de la protección, investigación, conservación, restauración y difusión del Patrimonio”[80], muy necesario en cualquier territorio en el que la explotación de minerales ha dejado un legado importante, generalmente un patrimonio cuya principal característica es la “vulnerabilidad” ya que se ha visto afectado por los cambios en las pautas de desarrollo y los procesos de innovación económica; por ello al impulsar iniciativas de conservación y valoración dotamos a las huellas de la revolución industrial de un nuevo contenido, que evite que sea una carga, rémora o reliquia, para convertirse en un nuevo bien cultural, un recurso para una etapa distinta de progreso social y económico para los pueblos donde se ubican estos viejos monumentos de la industria[81].


Conclusiones

El patrimonio minero comienza a ser entendido en España. Los avances en la protección mediante la declaración de Bienes de Interés Cultural (BIC) a castilletes, malacates, salas de máquinas etc., es un claro ejemplo de ello pero aún insuficiente en muchos territorios en los que la amenaza de ruina pone en peligro dichos elementos y el patrimonio intangible se va perdiendo a la vez que desaparecen las generaciones de trabajadores ahora envejecidas. También es aún insuficiente el interés despertado en la comunidad científica y académica, así como de las instituciones a la hora de crear instalaciones museísticas que aseguren la pervivencia de este legado material e inmaterial. Conseguir que todo ello se traslade al ámbito político, se incluya en la labor de las administraciones a favor de la defensa del patrimonio y se concrete en una planificación adecuada es el gran reto del presente.

Cuando desde la Unión Europea, a través de la Estrategia Territorial Europea (1999) se denuncia la destrucción de los recursos patrimoniales y se propugna la gestión creativa de los paisajes culturales y del propio patrimonio cultural[82], se hace necesario valorar estos elementos de manera conjunta como parte del propio paisaje. Se ha afirmado que en el patrimonio minero, la visión de conjunto es esencial para una más efectiva labor de conservación y que debe ser una prioridad en la planificación urbana y territorial[83], lo cual pone de relieve la importancia de su dimensión territorial. Sin embargo, no sería lógico obviar los numerosos problemas vinculados a su puesta en valor pues se trata de un patrimonio que, frecuentemente, se encuentra muy degradado y cuando está medianamente conservado es debido al interés de las empresas o de los propios mineros por no perder su pasado a lo que se une, en el caso español, la ausencia de una demanda turística bien definida y numerosa que sirva para justificar grandes inversiones. Tal vez por todo ello, una gran parte de las esperanzas puestas en el turismo minero no se corresponden con los resultados reales y quizá la progresiva implantación de la práctica de la gobernanza sirva para apuntalar unas acciones tan voluntaristas como necesarias para conseguir, aunque sea mínimamente, sacar del declive a las viejas zonas mineras[84].

En el último de los congresos importantes sobre patrimonio industrial celebrados en España (V Congreso para la Conservación del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública en España, 2009)[85] se puso de manifiesto el compromiso de TICCIH-España con el  Convenio Europeo del Paisaje, ratificado por España en noviembre de 2007 y con entrada en vigor el 1 de marzo de 2008, afirmando que es necesario entender el paisaje como valor colectivo y patrimonio de todos, contemplando el concepto de paisaje en sentido amplio como síntesis de los procesos  naturales y antrópicos. En este sentido es preciso definir un marco conceptual y continuar desarrollando metodologías, instrumentos y figuras de intervención específicos que aborden la rica complejidad de los paisajes culturales y las intervenciones en los mismos, así como reivindicar la patrimonialización del paisaje cultural para alcanzar un reconocimiento equivalente al que se ha logrado para el patrimonio natural. Incluso, habría que dar un paso más y situar los recursos culturales ligados a la industria como elementos significativos en los planes urbanísticos y territoriales ya que en algunas ocasiones son el eje vertebrador del territorio. Se puso de manifiesto, también, la necesidad de realizar un estudio sobre los bienes muebles existentes en las colecciones públicas y favorecer la visibilidad de los pertenecientes a colecciones privadas; de fomentar la preservación “in situ” de los bienes muebles, por cuanto su descontextualización reduce su percepción como bien patrimonial; de exigir buenas prácticas en la restauración de los bienes muebles e inmuebles; y finalmente de solicitar a las instituciones relacionadas con la conservación del patrimonio una política de adquisiciones de bienes muebles industriales que den preferencia a: los bienes pensados y los fabricados en nuestro país pero no inventados; los bienes utilizados y que constituyan parte del mundo material de la sociedad en cierto momento así como los no utilizados en el país pero que son hitos técnicos y, por último, los bienes no productivos relacionados con el entorno del mundo del trabajo. Cuestiones a las que añadimos la necesidad de recuperar la memoria del trabajo, la aportación de los mineros en el ámbito cultural en un modo de hacer y de relacionarse con el medio que forma parte de nuestra historia económica más reciente con una destacable impronta territorial.

 

Notas

[1] Definición ofrecida por el Diccionario de la Lengua Española [En línea] <http://www.rae.es> (8 de noviembre de 2010).

[2] Castro, 2009, p. 11.

[3] Cañizares, 2005, p. 23-24.

[4] ICOMOS, 1999, p. 1.

[5] Cañizares, 2009a, p. 94.

[6] Ortega, 1998, p. 33.

[7] Preite, 2002, p. 10.

[8] Cañizares, 2009a, p. 93.

[9] Afirmación recogida en el Manifiesto “Por una Nueva Cultura del Territorio” (VV.AA., 2006).

[10] Alfrey y Putnam, 1992, p. 52.

[11] Álvarez, 2009a, p. 29-30.

[12] Un extenso análisis tipológico del patrimonio material asociado a las actividades mineras en el que diferencian elementos vinculados a la extracción, elementos dedicados al tratamiento del mineral, elementos vinculados al transporte y elementos destinados a usos sociales y administrativos, encontramos en el artículo de M. Valenzuela, A. J. Palacios y C. Hidalgo “La turistización del patrimonio material minero. Grandes expectativas, escasos resultados” publicado en la revista Cuadernos de Turismo, 2008, nº 22, p.231-260.

[13] Solo por poner un ejemplo entre los muchos existentes en las minas bolivianas de Potosí existe la creencia entre los mineros de que existe el “Tío”, diablo que habita en todas las labores mineras, rico y poderoso que si es debidamente agasajado se prodiga en devolver favores entregando ricas vetas o filones, a la vez que es capaz de imponer castigos severos traducidos en accidentes de trabajo y muertes (Serrano, 2008, p. 73).

[14] Carvajal y González, 2008, p. 146.

[15] Cueto, 2009, p. 84.

[16] En España se han realizado ya dos Congresos Nacionales de Turismo de Patrimonio Industrial en Sagunto (2006) y en el Real Sitio de San Ildefonso, Segovia (2008), auspiciados por la Secretaría de Estado de Turismo. Cabe añadir en el ámbito bibliográfico el excelente análisis desde la perspectiva territorial sobre la relación entre patrimonio industrial y turismo que realiza Carlos J. Pardo en su obra Turismo y Patrimonio Industrial (Pardo, 2008).

[17] Según información aportada por el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España (CSIME, 2002).

[18] Puche, 2006, p. 147.

[19] Cañizares, 2008a, p. 10.

[20] Recientemente se ha publicado un completo estudio sobre patrimonio minero y turismo analizando algunas de las principales actuaciones en el mundo (Conlin y Jolliffe, 2010).

[21] Puche y Mazadiego, 1997.

[22] Benito del Pozo y López, 2008.

[23] Capel, 1996, p. 19.

[24] Benito del Pozo, Calderón y Pascual, 2009, p. 197.

[25] Checa, 2007.

[26] Puig, 2008.

[27] Pardo, 2008, p. 41.

[28] Puche, 2008.

[29] Álvarez, 2007, p. 18.

[30] Hoy en España existen incluso empresas especializadas en el diseño de museos temáticos como es el caso de la Sociedad Asturiana de Diversificación Minera (SADIM) creada por HUNOSA con la finalidad de explorar nuevas actividades alternativas al carbón en las cuencas asturianas. Entre sus trabajos se encuentra el Museo de la Minería y de la Industria de El Entrego (Asturias), la mina-imagen del Museo de la Minería de Puertollano (Ciudad Real) o su colaboración en el Museo Minero de El Bierzo (León) (Castaño, 2008).

[31] Llurdes, 1997, p. 198.

[32] En la localidad leonesa de Fabero ya se han celebrado dos ediciones, en 2007 y 2008, de la Feria de Turismo Minero.

[33] Álvarez, 2009b. De forma general, el caso español se encuentra más cerca del alemán o el francés en el que el turismo industrial se identifica con el turismo de patrimonio industrial, no así con los países anglosajones en los que ambas modalidades aparecen diferenciadas (Otgaar et al., 2010, p. 2).

[34] Orche, 2004, p. 56.

[35] Cueto, 2009, p. 72.

[36] Valenzuela, Palacios e Hidalgo, 2008, p. 235.

[37] Valenzuela, Palacios e Hidalgo, 2008, p. 231.

[38] Cueto, 2010, p. 163.

[39] En Asturias son numerosas las actuaciones museísticas que han contribuido a poner en valor el patrimonio minero e industrial y al MUMI (www.mumi.es/) se unen algunas otras como el Museo del Oro de Asturias en Navelgas (Valle de Tineo), al Ecomuseo de Samuño (Valle de Samuño) o, integrando minería e industria, el Museo de la Siderurgia en Langreo (Valle del Nalón).

[40] Información proporcionada por (http://www.turismoandorrasierradearcos.com/mwinas.php) (22 de noviembre de 2010).

[41] Parque Minero de Almadén <http://www.mayasa.es> (9 de noviembre de 2010).

[42] Cañizares, 2005, 2008.

[43] Más información puede encontrarse en su página web (http://www.parqueminerodelaunion.es/) (15 de noviembre de 2010)

[44] Pardo, 2010, p. 256.

[45] Fundación Las Médulas <www.fundacionlasmedulas.com> (9 de noviembre de 2010).

[46] VV. AA., 2010 <http://www.la-cronica.net/2010/02/03/el-bierzo/las-medulas-registran-3000-visitas-menos-en-2009-67294.htm> (9 de diciembre de 2010).

[47] <http://www.mnatec.com/> (8 de noviembre de 2010).

[48] Incluimos el Museo de Gerri de la Sal como Museo Minero realizando la precisión de que la sal se extrae de una fuente de agua salada conocida como Mina de Agua Salada o Manantial “Mina Ofita”.

[49] Álvarez, 2007, p. 95.

[50] Castillo, 2008, p. 17.

[51] Vinculadas con el TICCIH, de manera regional, sobresalen algunas asociaciones como la norteamericana Society for Industrial Archeology (SIA) (http://www.siahq.org/), el TICCIH-México (http://www.ticcihmexico.org/) y el TICCIH-Argentina (http://www.ticcihargentina.org/), a las que se han unido recientemente el TICCIH-Brasil y el TICCIH-Chile. En Europa destacan la asociación francesa Comité d'Information et de Liaison pour l'Archéologie, l'étude et la mise en valeur du Patrimoine industrie (CILAC) (http://www.cilac.com/), la británica The Association for Industrial Archeology (AIA) (http://www.industrial-archaeology.org/), la italiana Associazione Italiana per il Patrimonio Archeologico Industriale (AIPAI) (http://www.patrimonioindustriale.it/) y la portuguesa Associaçao Portuguesa para o Património Industrial (APPI) (http://www.museudaindustriatextil.org/appi/). Algunas de ellas, reunidas en Barcelona durante el mes de noviembre de 1997 crearon la Federación Europea de Asociaciones de Patrimonio Industrial (E-FAITH) (http://www.e-faith.org/) reconociendo que el patrimonio industrial forma parte de la vocación social y política europea ya que la industrialización ha afectado de manera común al modo de vivir y de pensar de los europeos. Su finalidad era y lo sigue siendo, impulsar el sentimiento y la conciencia europea de patrimonio industrial de sus asociados y posibilitar la defensa y conocimiento social del mismo. Sus objetivos partían de agrupar estas asociaciones, profundizar en el conocimiento del patrimonio industrial europeo y aumentar la concienciación cultural.

[52] Entre sus actuaciones previstas destaca la Exposición “100 Elementos de Patrimonio Industrial en España” en la que aproximadamente un 20 % del total de elementos son de tipo minero, destacando algunos hasta ahora poco conocidos como el paisaje minero de Camarga en Cantabria, el conjunto de viviendas mineras de Barruelo de Santullán en Palencia, la Mina La Jayona en Badajoz o el Cargadero de Mineral de la ciudad de Melilla.

[53] Destacamos en Irlanda la Fundación Mining Heritage Trust of Ireland (http://www.mhti.com/), la National Association of Mining History Organisations (NAMHO) (http://www.namho.org/) en el Reino Unido, la Société Suisse d'Histoire des Mines (SSHM) (http://www.sghb.ch/) en Suiza o la Société Archéologique Française d’Etude des Mines et de la Métallurgie (http://safemm.free.fr/) en Francia. Por su parte en América Latina, sobresale la  Red Latinoamericana y del Caribe para la Defensa del Patrimonio Geológico, Minero-Metalúrgico y Paleontológico (REDGEMP) cuya sede es la Fundación Geoparques de Venezuela (http://fundaciongeoparquesdevenezuela.blogspot.com/). Finalmente cabe citar la norteamericana Mining History Association  (http://www.mininghistoryassociation.org/), la australiana  Australian Mining History Association (http://www.mininghistory.asn.au/) y la japonesa Japan Mine Research Society.

[54] Análisis basado en la excelente tesis doctoral El Patrimonio Minero-Industrial y ferroviario: Nuevos recursos para nuevos turismos (Hidalgo, 2010, p.141 y ss.) y en  Valenzuela, Palacios e Hidalgo, 2008, p. 243 y ss.

[55] Sabaté, 2004, p. 118.

[56] Carvajal y Martínez, 2008, p. 145.

[57] De los 911 lugares que integran la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, 704 son bienes culturales, 180 naturales y 27 mixtos repartidos en 151 Estados <http://whc.unesco.org/fr/list> (9 de noviembre de 2010).

[58] Este complejo minero ha sido uno de los principales atractivos del territorio del Rühr como Capital Cultural Europea 2010 <http://www.essen-fuer-das-ruhrgebiet.ruhr2010.de/> (9 de noviembre de 2010).

[59] Benito del Pozo, 2002, p. 220.

[60] Casi como dato anecdótico cabe añadir la inclusión del patrimonio industrial como objetivo en la firma del Convenio Siderometalúrgico de Sevilla en el que, en su disposición adicional sexta, “las partes asumen el compromiso de promover iniciativas ente las instancias públicas y privadas para la salvaguarda del patrimonio industrial de Sevilla, como parte de la cultura tecnológica andaluza”.

[61] Benito del Pozo, 2009, p. 818.

[62] Pardo, 2010, p. 242.

[63] Benito del Pozo, 2009, p. 818.

[64] Álvarez, 2007, p. 9.

[65] Magan, 2004, p. 110 y ss.; Benito del Pozo, 2009, p. 818-819; Biel, 2007, p. 258; Pardo, 2010, p. 241-242.

[66] Es conveniente señalar que el Plan de Patrimonio Industrial (2000) reconoce como tal el conjunto de elementos generados por la explotación industrial incluyendo las manifestaciones comprendidas entre la mitad del siglo XVIII (inicios de la mecanización) y el momento en el ésta se sustituye, total o parcialmente, por sistemas automatizados <http://www.mcu.es/patrimonio/MC/IPHE/PlanesNac/PlanIndustrial> (9 de noviembre de 2010).

[67] Fernández, 2007.

[68] Benito del Pozo, 2009, p. 820.

[69] Hortelano y Plaza, 2004.

[70] En Cataluña se ha clausurado recientemente el Plan de Dinamización del Producto Turístico Industrial y de la Innovación Tecnológica de Cataluña y está vigente la Red de Turismo Industrial de Cataluña <http://www.xatic.cat> (9 de noviembre de 2010) que agrupa 22 municipios.

[71] Valenzuela, Palacios e Hidalgo, 2008, p. 249.

[72] Pillet, 1999.

[73] Cañizares, 2010, p. 19.

[74] Benito del Pozo, 2009, p. 829.

[75] Puig, 2008, p. 6.

[76] Pearson y McGowan, 2000, p. 2.

[77] Castro, 2009, p. 11.

[78] Tal y como refleja la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero en su página web <http://www.sedpgym.org/> (9 de noviembre de 2010).

[79] Álvarez, 2009a, p. 28.

[80] Castro, 2009, p. 13.

[81] Álvarez, 2009a, p. 28.

[82] CE, 1999, p. 36-37.

[83] Álvarez, 2009a, p. 33.

[84] Valenzuela, Palacios e Hidalgo, 2008, p. 258.

[85] Recogido de la página web de TICCIH-España <http://www.ticcih.es/> (9 de noviembre de 2010).

 

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Recursos electrónicos
 

(Actualizados a 15 de noviembre de 2010)

Asociaciones, fundaciones

<http://www.amctaic.org/> L'Associació del Museu de la Ciéncia i de la Técnica i d'Arqueologia Industrial de Catalunya (España)

<http://www.avpiop.com/> AVPIOP. Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y de la Obra Pública (España)

<http://www.cilac.com/> CILAC. Comité d'Information et de Liaison pour l'Archéologie, l'étude et la mise en valeur du Patrimoine Industriel (Francia)

<http://www.e-faith.org/> E-FAITH. Federación Europea de Asociaciones de Patrimonio Industrial

<http://www.esicomos.org/> ICOMOS-España

<http://www.europamines.com/> Fundación Europamines

<http://www.fisdpgym.upc.edu/> FISDPGYM. Federación Iberoamericana de Sociedades para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero.

<www.fundacionlasmedulas.com> Fundación Las Médulas (León, España)

<http://www.fundacionsierraminera.org/> Fundación Sierra Minera de la Unión (Murcia, España)

<http://www.icomos.org/> ICOMOS

<http://www.incuna.org/> INCUNA (España)

<http://www.industrial-archaeology.org/> AIA. The Association for Industrial Archeology (Reino Unido)

<http://www.llampara.org/> Asociación Llampara. Patrimonio Industrial (España)

<http://www.mhti.com/> Mining Heritage Trust of Ireland (Irlanda)

<http://www.mininghistory.asn.au/> Australian Mining History Association (Australia)

<http://www.mininghistoryassociation.org/> Mining History Association (USA)

<http://www.mnactec.cat/ticcih/> TICCIH. The Intenational Comité for the Conservation of the Industrial Heritage

<http://www.museudaindustriatextil.org/appi/> APPI. Associaçao Portuguesa para o Património Industrial (Portugal)

<http://www.ticcih.es/> TICCIH-España. Asociación para la defensa del patrimonio industrial

<http://www.ticcihargentina.org/> TICCIH-Argentina

<http://www.ticcihmexico.org/> TICCIH-México

<http://www.patrimonioindustriale.it/> AIPAI. Associazione Italiana per il Patrimonio Archeologico Industriale (Italia)

<http://www.proyectoarrayanes.org/> Proyecto Arrayanes de Linares (Jaén, España)

<http://www.sedpgym.org/> SEDPEGYM. Sociedad para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (España)

<http://safemm.free.fr/> Société Archéologique Française d’Etude des Mines et de la Métallurgie (Francia)

<http://www.siahq.org/> SIA. Society for Industrial Archeology (USA)

<http://www.sghb.ch/ SSHM.> Société Suisse d'Histoire des Mines (Suiza)

<http://www.namho.org/> NAMHO. National Association of Mining History Organisations (Reino Unido)


Documentos y otros

<http://www.international.icomos.org/18thapril/2006/nizhny-tagil-charter-sp.pdf> Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial  (2003), TICCIH (9 de noviembre de 2010).

<http://www.mcu.es/patrimonio/MC/CartaBierzo/> Carta de El Bierzo para la Conservación del Patrimonio Minero de España (9 de noviembre de 2010).

<http://www.mcu.es/patrimonio/MC/IPHE/PlanesNac/PlanIndustrial/> Plan de Patrimonio Industrial (2000) (8 de noviembre de 2010).

<http://whc.unesco.org/fr/list> Lista de Patrimonio Mundial UNESCO (10 de noviembre de 2010).


Principales actuaciones museísticas

<http://www.fundacionlasmedulas.org/parque/> Parque Cultural de Las Médulas (León)

<http://www.mayasa.es> Parque Minero de Almadén (Ciudad Real)

<http://www.mnatec.com/> mNACTEC. Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña (Tarrasa)

<www.mumi.es/> Museo de la Minería y de la Industria (El Entrego, Asturias)

<http://www.parqueminerodelaunion.es/> Parque Minero de La Unión (Murcia)

<http://www.parquemineroderiotinto.com/ >Parque Minero de Riotinto (Huelva)

<http://www.turismoandorrasierradearcos.com/mwinas.php> Parque Minero Tecnológico MWINAS (Teruel) (22 de noviembre de 2010).


Revistas y blogs

<http://www.arqueologiaypatrimonioindustrial.com/> Monsacro.net. Revista sobre Patrimonio Industrial y Arqueología Industrial. Divulgación Tecnológica

<http://blogcyl.patrimoniocastillayleon.org/> Patrimonio Industrial de Castilla y León 

<http://catedraldelosesfuerzos.blogspot.com/> Minería de Riotinto (Huelva)

<http://www.cazarabet.com/alarifes> Alarifes. Patrimonio Industrial, Memoria del Trabajo

<http://fundaciongeoparquesdevenezuela.blogspot.com/> Fundación Geoparques

<http://huellaindustrial.blogspot.com/> Huella Industrial

<http://lucesenlasminas.blogspot.com/> Luces de las Minas

<http://www.mtiblog.com/> MTI Blog. Mineralogía Topográfica Ibérica

<http://patrimonioindustrialdebarcelona.blogspot.com/> Patrimonio Industrial de Barcelona

<http://www.proyectoarrayanes.org/> La Galena. Proyecto Arrayanes de Linares (Jaén)

<http://www.salinasdeinterior.org/> Salinas de Interior

 

© Copyright María del Carmen Cañizares Ruiz, 2011.
© Copyright Scripta Nova, 2011.

 

Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

CAÑIZARES RUIZ, María del Carmen. Protección y Defensa del Patrimonio Minero en España. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de mayo de 2011, vol. XV, nº 361. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-361.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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