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INMIGRANTES UCRANIANOS EN ESPAÑA. UNA APROXIMACIÓN A LAS PAUTAS DE MOVILIDAD INTERNACIONAL
Renáta Hosnedlová
Instituto de Economía, Geografía y Demografía – CSIC
renata.hosnedlova@cchs.csic.es
Mikołaj Stanek
Departamento de Sociología II – Universidad Complutense de Madrid
mstanek@cps.ucm.es
Inmigrantes ucranianos en España. Una aproximación a las pautas de movilidad internacional (Resumen)
Desde principios de los años noventa las pautas de movilidad internacional de los inmigrantes ucranianos en Europa Central y Occidental se caracterizan por su temporalidad, circularidad e irregularidad. Partiendo de este supuesto se examinan en este artículo los patrones de movilidad de los ucranianos inmigrados a España. Como principales categorías de descripción se utilizan los indicadores de temporalidad de desplazamiento, ubicación geográfica y desplazamientos de los miembros de la unidad familiar e intenciones declaradas de retorno a su país de origen. El material empírico analizado tiene tanto carácter cuantitativo (datos de la Encuesta Nacional de Inmigrantes) como cualitativo (entrevistas en profundidad).
Palabras clave: inmigración ucraniana, España, movilidad geográfica, familia, retorno.International Mobility Patterns of the Ukrainian Immigrants in Spain (Abstract)
Since the beginning of the ninetieth decade of the last century the patterns of geographic mobility of Ukrainian immigrants to Central and Western Europe have been characterized by its temporariness, circularity and irregularity. Taking as a point of departure this premise, the geographical patterns of Ukrainian immigration to Spain are examined. The indicators of temporality of movement, geographic location, displacement of family unit members and expressed return intentions to the country of origin are used as the main categories for description. The analysis is based on both quantitative (National Immigrant Survey) and qualitative (in-depth interviews) empirical data.
Key words: Ukrainian migration, Spain, geographic mobility, family, return.Ucrania resurgió como un país independiente en 1991, tras el desmantelamiento de la Unión Soviética[1]. Desde ese momento inició un tortuoso proceso de transición política y económica hacia los modelos imperantes de democracia y economía de mercado. En el inicio de este proceso Ucrania, al igual que otros países que formaban parte del antiguo bloque soviético, se encontró con una economía ineficiente, unas estructuras industriales obsoletas y sin una elite política preparada para llevar a cabo dichas transformaciones. Los intentos de realizar los cambios estructurales necesarios de una forma apresurada han llevado al país a una profunda y prolongada crisis económica, política y social. En consecuencia, la corrupción, el desempleo, los retrasos en los pagos de los sueldos y un sistema de protección social deficiente se convirtieron en la realidad cotidiana de los ucranianos. La inestabilidad económica llevó a una drástica reducción de la capacidad adquisitiva de la población, un incremento en las desigualdades sociales, la persistencia de altos niveles de pobreza y la marginalización de amplios sectores de la sociedad ucraniana (Abbott y Sapsford, 2006; Zhurzhenko, 2004).
El empeoramiento de las condiciones de vida de la población había generado un gran potencial migratorio que fue liberado en 1994 tras la suspensión de las restrictivas políticas de control fronterizo por parte del gobierno ucraniano (Malynovska, 2006)[2]. En los años siguientes, la antigua república soviética experimentó un acelerado incremento de flujos migratorios sin precedentes en su historia reciente. Según el Informe del Banco Mundial, Ucrania ocupó en 2007 el cuarto lugar en la lista de países con mayor número de migrantes internacionales (6,8 millones al año), situándose como tercer país con mayor tasa de emigración y el cuarto con mayor tasa de inmigración (véase Düvell, 2007). Durante los últimos 15 años la población de Ucrania se ha reducido en un 11,2 por ciento. Si a principios del año 1993 Ucrania contaba con 52.244.100 habitantes, en el año 2008 este número descendió a 46.372.700. Aunque existen otros factores de cambio poblacional, como las tasas de fecundidad y de mortalidad, que también han sufrido evidentes modificaciones[3], la emigración es actualmente la causa principal en la trasformación de la magnitud y estructura demográfica de la población ucraniana.
La intensificación de las migraciones desde la antigua república soviética estuvo acompañada por el cambio y la diversificación de las direcciones de los desplazamientos. En los años noventa, los tradicionales países de recepción tales como Canadá, Estados Unidos o Argentina perdieron su relevancia a favor de nuevos destinos en Europa Central y Occidental (principalmente República Checa, Polonia y Alemania), manteniéndose al mismo tiempo Rusia e Israel como tradicionales e importantes receptores de flujos de este origen. A finales de esta década aparecen en el mapa de las migraciones ucranianas los países del sur de Europa - Portugal, España, Grecia e Italia.
La migración ucraniana hacia España se inscribe en un dinámico incremento del número de inmigrantes originarios de distintos países de Europa Central y Oriental. En este contexto destaca sobre todo la inmigración rumana cuyo colectivo se encuentra actualmente entre los más numerosos de toda la población extranjera asentada en España. El protagonismo de los rumanos en los flujos procedentes del este del continente europeo hacia España ha suscitado un cierto interés en la comunidad científica, lo que se refleja en un creciente número de trabajos dedicados a este fenómeno realizados tanto por investigadores españoles como rumanos (Marcu, 2007; Pajares, 2007; Sandu, 2000, 2007; Viruela, 2006). No obstante, la presencia de otros colectivos de los antiguos países socialistas en España y en particular de la población ucraniana, a pesar de su creciente número y su impacto en las estructuras del mercado laboral, son aún realidades poco conocidas. En este contexto, merecen un interés especial los trabajos de A. Sánchez (2007, 2008) en los que ofrece un análisis de los procesos de inserción e integración laboral de los inmigrantes ucranianos en la Comunidad Autónoma de Murcia y de las necesidades sociales que surgen en el transcurso de este proceso. También se debe mencionar el estudio de M. Pajares (2007), que aunque centrado en el fenómeno de la inmigración rumana incluye información acerca de otros colectivos procedentes de Europa Central y Oriental, entre ellos los ucranianos, lo que permite conocer algunas características sociales y laborales de este colectivo en el contexto catalán. Finalmente, R. Ferrero (2005) incluye el colectivo ucraniano en su recopilación de información estadística sobre los colectivos de Europa Central y Oriental residentes en España[4]. A pesar del trabajo realizado hasta la fecha, la revisión de los estudios sobre la inmigración ucraniana en España pone de manifiesto la necesidad de emprender nuevas investigaciones y así profundizar en este fenómeno emergente.
Objetivos del estudio
A partir de los datos estadísticos disponibles proponemos una exploración de las características del colectivo ucraniano en España. También se estudian los patrones característicos de la movilidad geográfica de este colectivo en términos de frecuencia y duración de los desplazamientos entre el país de origen y el país de recepción así como la ubicación de los miembros de la unidad familiar. Finalmente, presentamos un análisis de los discursos de los inmigrantes referentes a los planes relacionados con un eventual retorno, reconstruyendo su evolución a lo largo de las trayectorias migratorias y explorando los factores y contextos que influyen en la decisión de retorno a Ucrania o bien su asentamiento en España.
Debemos subrayar aquí que, ya desde principios de los años noventa, los investigadores de los fenómenos de la movilidad geográfica de las poblaciones del antiguo bloque comunista constataron un cambio en las pautas migratorias, que consistían en un aumento de las migraciones temporales y una disminución de las migraciones de carácter permanente o a largo plazo (Fihel, 2007; Okólski, 2004; Sandu, 2000; Wallace, 1999). Desde los años noventa se observa el desarrollo de estrategias basadas en una continua e incesante circulación entre los lugares de destino, donde transcurre la vida laboral, y las comunidades de origen, donde llevan a cabo su vida familiar y social. La condición sine qua non para el surgimiento de este tipo de movilidad fue la libertad de movimiento tras el derrumbe de los regímenes comunistas. Como constata M. Morokvasic (2006), una de las características más importantes en las migraciones en Europa Central y Oriental tras el final del comunismo no fue tanto el hecho de que las personas tuvieran libertad de salir de sus países sino de que pudieran salir y volver sin temor a posibles consecuencias.
Sin embargo, la libertad de desplazamiento no implica la libertad de permanecer y trabajar en los países de destino, lo cual obliga a aplicar diversas estrategias de adaptación al margen de las regulaciones institucionales, que en la mayoría de los casos pasa por la incorporación al mercado laboral sumergido[5]. Los inmigrantes en esta situación se ven obligados a trabajar en sectores secundarios de la economía de los países desarrollados, en puestos caracterizados por una alta temporalidad, en tareas sencillas y mal remuneradas, llevadas a cabo durante períodos breves y sin el permiso legal requerido. Estos condicionamientos institucionales han tenido sin duda importantes repercusiones en cuanto a los proyectos y trayectorias ocupacionales. Las restricciones en el acceso al mercado laboral legal no sólo relegan a los inmigrantes a trabajos en la economía sumergida y en puestos de trabajo por debajo de su nivel de cualificación, sino que también bloquea o en el mejor de los casos ralentiza la movilidad vertical en la estructura socioeconómica en los países receptores. De esta manera los desplazamientos al extranjero se realizan con el propósito de mejorar la situación económica y ascender en la escala social no en el lugar de destino, sino en el de origen. Como lo describió acertadamente Okólski (2001), las personas que participan en las migraciones temporales y circulatorias salen de su lugar de origen ya pensando en el retorno, puesto que sólo el retorno da sentido a su viaje.
En este contexto debemos distinguir ciertas particularidades de los procesos migratorios en Europa del Sur, lo que algunos investigadores denominaron el modelo migratorio mediterráneo. A diferencia de los países de la parte septentrional y occidental del continente europeo, la política migratoria española se caracteriza por una mayor flexibilidad en la gestión de las bolsas de inmigrantes irregulares, lo que se manifiesta en frecuentes procesos de regularización así como en otros mecanismos de legalización de extranjeros indocumentados. Por otra parte, los países del sur europeo se caracterizan por una menor capacidad de control de los flujos de inmigrantes no deseados a través de sus fronteras - efecto no sólo de su ubicación fronteriza, sino también por la menor eficacia de sus instituciones (Finotelli, 2007). Como observa Morokvasic (2006), las particularidades del modelo migratorio meridional pueden tener importantes implicaciones para las pautas migratorias de los migrantes procedentes del Este. La relativa facilidad (en comparación con los países del norte y del oeste del continente) para regularizar su residencia no sólo supone un factor de atracción para los inmigrantes potenciales sino que una vez obtenida la documentación puede suponer un incentivo para el asentamiento definitivo en este país.
Dimensiones de la movilidad internacional
Para reconstruir las pautas migratorias de los ucranianos en España nos centramos en tres aspectos fundamentales:
Características de los desplazamientos entre Ucrania y España
No existe un consenso sobre la definición de las migraciones de carácter temporal y circulatorio ni de los modos de operacionalización. Las recomendaciones de las Naciones Unidas sobre las tipologías de las migraciones internacionales diferencian las migraciones a largo plazo que consisten en desplazamientos por periodos de 12 meses o mayores, convirtiendo así al país de destino en el lugar de residencia habitual, de las migraciones a corto plazo que son las realizadas por personas cuya estancia en el país de destino oscila entre los 3 y 12 meses (United Nations, 1998).
Otro intento de elaborar una nueva tipología fue llevado a cabo por M. Chapman y M. Portero (1983) en el que reflejaron la riqueza de las pautas de movilidad territorial a la vez que se permitía determinar similitudes y diferencias entre los distintos casos observados a nivel empírico. Estos investigadores incluyeron los siguientes tipos de movilidad: (a) commuting (b) circulación, oscilación (c) migración circular y (d) migración. La distinción entre la migración circular de la migración está en el hecho de que en el primer caso la persona conserva relaciones estrechas con estas localidades (mantiene el domicilio), realiza visitas temporales a estos lugares y mantiene la voluntad de retornar a su localidad de origen, mientras que en el segundo caso no existe tal intención.
En nuestro estudio disponemos de los datos obtenidos a través de una encuesta realizada en España. Esta característica limita considerablemente la posibilidad de reconstruir todas las posibles pautas que puede tomar la movilidad de los inmigrantes ya que, por razones obvias, no tenemos acceso a las personas que ya han retornado a sus lugares de origen tras su estancia temporal en España.
Teniendo en cuenta esta limitación, se ha pretendido abordar la problemática de la frecuencia y la duración de las migraciones analizando las características de los desplazamientos hacia Ucrania realizados desde España. En este sentido, se han distinguido dos posibles tipos de desplazamiento: (a) de larga duración (el inmigrante abandona España por un periodo superior a tres meses) y (b) de corta duración (las estancias en Ucrania no superan los 3 meses). También estudiamos tanto la existencia de estos desplazamientos en la población inmigrante ucraniana como su frecuencia.
Ubicación geográfica y desplazamientos de los miembros de la unidad familiar
El concepto de temporalidad migratoria ha adquirido una nueva dimensión tras el surgimiento de la corriente de estudios sobre los procesos transnacionales. Así pues, la migración transnacional implica vivir de manera transfronteriza, incluyendo la participación sistemática en redes e interacciones que transcienden las fronteras de un determinado país. Uno de los elementos claves en la dimensión transnacional de los procesos migratorios es la existencia de contactos sociales en forma de redes que unen y conectan los lugares de origen y de destino.
La articulación de las redes sociales a través de la migración se realiza, en la mayoría de los casos, a través de individuos de la misma familia (Grasmuck y Pessar, 1991). En este sentido, hay que subrayar la importancia de los conceptos de familia y hogares transnacionales que sólo se pueden entender en el contexto de la perdurabilidad y el mantenimiento de las redes familiares a través de las fronteras internacionales. Una de las consecuencias de la migración es la dispersión de la unidad familiar en varias células diseminadas tanto en el extranjero como en el país de origen que, no obstante, siguen manteniendo entre sí un contacto continuo. Esta nueva estructura familiar vincula varias realidades locales con el entorno internacional y configura lo que ha sido llamado por algunos autores la familia multilocal (Glick Schiller et al., 1992; Mendoza, 2005). La incidencia de las familias multilocales en la población inmigrada indica, por tanto, la existencia de fuertes lazos con los lugares de origen, que condicionan los proyectos migratorios de los inmigrantes siendo un factor que influye en eventuales decisiones de retorno. No obstante, la dispersión geográfica de los miembros de la familia puede constituir tan sólo una etapa en el proceso de reagrupación familiar.
En el presente estudio analizamos la distribución geográfica de los miembros de la familia inmediata, tanto desde la perspectiva de su estructura como del género de los inmigrantes. El objetivo es reconstruir las pautas principales de los desplazamientos de los miembros de las unidades familiares como elementos de las estrategias y de los proyectos migratorios emprendidos por los inmigrantes.
Proyectos migratorios
Dedicamos la parte final de este trabajo a la problemática de los proyectos migratorios. Debemos tener en cuenta que los proyectos migratorios están sujetos a un continuo proceso de transformación. Como observa A. Izquierdo (2000), el proyecto migratorio está presente a lo largo del recorrido, desde la salida hasta la instalación y, en su caso, incluye un eventual retorno, sin embargo sufre importantes cambios a lo largo de la trayectoria migratoria de los individuos y sus familias. Esta variabilidad y fragilidad de los proyectos migratorios imposibilita preveer futuras acciones a partir de los discursos de los inmigrantes. No obstante, los proyectos migratorios influyen en el comportamiento y en las acciones realizadas en el presente, lo que los convierte en un interesante objeto de estudio. Como observan M. Baganha y E. Reyneri (2001, p. 89):
“(…) la manera en la que los inmigrantes “reviven” su decisión de emigrar, una vez cuentan con la experiencia de estancia en los países receptores, condiciona profundamente su comportamiento en la sociedad receptora, tanto en el terreno laboral como en el social”.
En este sentido, los proyectos migratorios pueden afectar las formas en las que se configura la relación con el país de origen determinando la frecuencia de los desplazamientos a corto plazo así como las decisiones relativas a la reagrupación familiar.
Fuentes de datos
Gran parte de los datos estadísticos que presentamos en este artículo proceden de la Encuesta Nacional de Inmigrantes, realizada por el Instituto Nacional de Estadística a principios de 2007, sobre una muestra de 15.465 personas nacidas fuera de España. En el estudio participaron 223 inmigrantes de origen ucraniano[6]. También se han utilizado las estadísticas oficiales del Padrón Municipal de Habitantes[7]. Los datos de carácter cualitativo presentados en este artículo provienen del estudio: “¿Quedarse o irse?: El rol de la familia y otras redes sociales en el proyecto migratorio de la población ucraniana en la Comunidad de Madrid”, realizado entre febrero y mayo de 2008 en la Comunidad de Madrid[8].
Dinámicas de los flujos migratorios desde Europa Central y Oriental hacia España
A finales de los años ochenta España experimentó un proceso de cambio de su régimen migratorio convirtiéndose en un país de inmigración (Arango, 2004; Cachón, 2002). No obstante, tan sólo desde finales de los años noventa puede considerarse a España un importante destino para la inmigración económica. A partir de estas fechas la intensidad de estos flujos migratorios ha ido en aumento cada año, convirtiendo a España en los últimos años en el país de la Unión Europea que más ha contribuido al crecimiento de la población inmigrante en el continente debido a la continuidad, persistencia e intensidad de los flujos migratorios mencionados. Durante los cinco primeros años de la década actual el incremento medio del número de inmigrantes residentes en el territorio español fue de casi 570.000 al año, lo que le convierte en el país que, en términos absolutos, más población extranjera ha recibido después de Estados Unidos. A raíz de este acelerado proceso de inmigración, los extranjeros constituyen actualmente un 11,3 por ciento de toda la población de este país.
La magnitud del incremento de la población extranjera se refleja en el hecho de que aún a finales de la década de los noventa España era el país del sur de Europa con menor presencia de extranjeros. La intensificación de los flujos fue acompañada por una considerable diversificación de los orígenes de los inmigrantes, lo que ha contribuido a modificar la composición de la población extranjera en el territorio español. A los colectivos para los cuales España fue tradicionalmente un destino migratorio, tales como Marruecos y algunos países de América Latina, se han sumado los inmigrantes procedentes de diversos países de África, Asia y también de Europa Central y Oriental.
El cambio del régimen migratorio en España coincidió con las transformaciones de carácter cualitativo y cuantitativo de los fenómenos de movilidad geográfica de las sociedades de los antiguos países socialistas. En este contexto, ya a principios de los años noventa tienen lugar las primeras migraciones de carácter económico procedentes de los países del bloque soviético hacia España, protagonizadas sobre todo por los polacos (Arnal, 1999; González y Aguilera, 2000). En los noventa la migración procedente de los antiguos países comunistas hacia España no fue cuantitativamente significativa en comparación con los flujos procedentes de países latinoamericanos, africanos o países desarrollados. Sin embargo, ya a finales de la década anterior y a principios de la actual se observa un acelerado crecimiento del contingente de inmigrantes de los países de Europa Central y Oriental.
La intensificación de los flujos procedentes de Europa del Este se ve reflejada en las estadísticas nacionales españolas. De esta manera, si a finales de los años noventa del siglo pasado los extranjeros con permiso de residencia procedentes de estos países se situaban en un 3 por ciento del total de la población extranjera, en 2002 éstos constituían ya un 14,7 por ciento y a principios de 2008 representaban más de un 30 por ciento de los extranjeros en España.
Figura 1. Evolución de los principales colectivos inmigrantes procedentes de Europa Central y Oriental en España 2001-2008. |
Tal como se desprende de los datos de la figura 1, el número de inmigrantes originarios de los antiguos países socialistas se vio multiplicado por más de 20 desde comienzos del siglo XXI, convirtiendo a Europa Central y Oriental en una de las principales áreas geopolíticas de procedencia de inmigrantes en España, junto con el Magreb y los países de América Latina. El incremento del peso de la población de los antiguos países socialistas en el total de la población extranjera se debe en principal medida a la masiva llegada de inmigrantes rumanos, para los cuales España junto con Italia son, en la década actual, los principales destinos migratorios (Marcu, 2007). A principios del año 2008 la población rumana contaba con 729 mil efectivos, lo que suponía un 63 por ciento entre todos los colectivos originarios de Europa Central y Oriental y un 13 por ciento entre todos los colectivos extranjeros presentes en España.
Los inmigrantes búlgaros son el segundo colectivo en cuanto a tamaño procedente de esta región de Europa. La población de este origen contaba a principios de 2008 alrededor de 155 mil inmigrantes, lo que les situaba entre los diez colectivos extranjeros más numerosos en España.
Los polacos, cuyo contingente fue el más numeroso en los años noventa entre todos los colectivos procedentes de los países de Europa Central y Oriental, experimentaron en el primer quinquenio de esta década un crecimiento menos intenso en comparación con los dos colectivos mencionados anteriormente. No obstante, a partir de 2006 podemos observar un repunte en las llegadas de los inmigrantes de este origen. Este incremento de las migraciones de polacos hacia España se debe, en gran medida, al proceso de integración en las estructuras de la Unión Europea en mayo de 2004 y, en particular, a la suspensión en mayo de 2006 por parte del gobierno de España de los periodos transitorios para la libre circulación de mano de obra. La apertura del mercado laboral a los ciudadanos de los países de la ampliación de 2004 tuvo como consecuencia un incremento en las llegadas a España; aunque su intensidad fue considerablemente menor que en el caso del Reino Unido e Irlanda que junto con Suecia fueron los únicos países que no implantaron las medidas restrictivas para la libre circulación (Okólski, 2007; Stanek, 2007).
Inmigración ucraniana hacia España y su perfil demográfico
Las primeras llegadas de los inmigrantes económicos ucranianos hacia España se produjeron a mediados de los años noventa[9]. Aunque no disponemos de datos estadísticos fiables para este periodo podemos suponer que la intensidad de flujo fue relativamente grande, lo que se puso en evidencia tras los procesos de regularización de los años 2000 y 2001, cuando las estadísticas españolas registraron un brusco incremento de inmigrantes de esta procedencia. A finales del año 2000 se encontraban en España 10.711 ucranianos empadronados, de los que 3.537 disponían de tarjeta de residencia. En los siguientes años el volumen de la población ucraniana registrada en el Padrón Municipal de Habitantes fue en aumento, alcanzando 69.983 efectivos a principios de 2007 y 78.700 el año siguiente . El periodo de mayor intensidad de flujo comprendió los años 2002-2004 cuando la tasa de crecimiento interanual se situó en un 40 por ciento. En el periodo 2005-2007 el número de personas empadronadas no experimentó un incremento considerable, aunque ya entre 2007 y 2008 se observa otro incremento significativo de llegadas.
En términos de tamaño la población ucraniana en España se sitúa aun por debajo de países como Rusia, Polonia, Italia, República Checa, Portugal y Alemania, pero debido a la intensidad de las llegadas se puede considerar uno de los destinos preferidos de los inmigrantes de este origen (Düvell, 2007; Kotusenko, 2007). Esta afirmación está corroborada por el estudio sobre las intenciones de emigración realizado en Ucrania, que reveló a España como el tercer país preferido de destino migratorio para emigrar después de Italia y Portugal (Dikiy, 2007). Como indican las entrevistas realizadas a los inmigrantes ucranianos en la Comunidad de Madrid, España se perfila como un destino atractivo para ellos debido, sobre todo, a la posibilidad de un rápido acceso a los permisos de trabajo y de residencia (gracias a los periódicos procesos de regularización) así como a la gran demanda de mano de obra en los sectores de la construcción, la agricultura y el servicio doméstico.
La entrada de los inmigrantes ucranianos en España se produce habitualmente mediante un viaje con visado de turista que después de su vencimiento deja a estas personas en situación irregular. En este contexto cabe subrayar que la alta tasa de irregularidad ha sido considerada una de las características estructurales de los procesos migratorios en España (Arango, 2004). No obstante esta situación presenta unos claros indicios de mejora en los últimos años, gracias sobre todo a los avances en los sistemas de control fronterizos, a mayores facilidades en la obtención de los permisos de los inmigrantes integrados en el mercado laboral español (mediante las regularizaciones, legalizaciones “por arraigo” y contratación en origen), así como a la implantación de otras medidas para evitar la situación de irregularidad sobrevenida.
Para obtener una aproximación a la tasa de irregularidad, según proponen algunos investigadores, se puede comparar el número de personas empadronadas y el número de las que disponen de tarjeta de residencia que se encuentran en situación regular. La diferencia entre ambas magnitudes permite estimar la importancia de la inmigración irregular (Arango, 2004; Viruela, 2006). Siguiendo este método, estimamos que a finales de diciembre de 2006 aproximadamente un 25 por ciento de las personas de este origen carecía de la documentación requerida por la administración española para poder residir legalmente en este país[10]. Si tenemos en cuenta la evolución de las tasas de irregularidad de la población ucraniana en los últimos años observamos que el número de ucranianos indocumentados disminuyó drásticamente entre 2005 y 2006, de un 62 por ciento a un 29 por ciento, lo que se debe en gran medida al proceso de regularización llevado a cabo en primavera de 2005[11].
Las últimas ampliaciones de la Unión Europea, en 2004 y 2007, acompañadas por la reconfiguración del espacio Schengen, han modificado los flujos migratorios procedentes del Este de Europa. En este sentido los ciudadanos ucranianos se encuentran en una clara desventaja en relación a los ciudadanos de los países del antiguo bloque socialista que en los últimos años se han integrado en las estructuras de la Unión Europea, obteniendo no sólo el derecho de desplazarse libremente y de residir; sino también, de entrar en el mercado laboral legal en un número cada vez mayor de países de la antigua UE15.
Si atendemos a la estructura por edad de la población ucraniana, representada en la figura 2, observamos un predominio de adultos-jóvenes. Según los datos de 2007 gran parte de la población se centra en los grupos de edad comprendidos entre 25 y 44 años. En este aspecto, destaca un equilibrio entre sexos especialmente en las edades más jóvenes. Aunque en los grupos de edades más avanzadas (a partir de 44 años) se observa un ligero predominio de las mujeres. Al mismo tiempo es necesario recalcar que el análisis comparativo de los datos referentes a la estructura por sexo y edad de la población inmigrante ucraniana al principio de la inmigración hacia España (2001) y la actual revela que la composición de esta población ha experimentado una rápida y profunda transformación. Dicho cambio, producido tan sólo en 6 años, se debe a complejas alteraciones de la estructura tanto por edad como por sexo.
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Figura 2. Estructura por edad y sexo de la población ucraniana en España (años 2001 y 2007). |
En el año 2001 había una clara concentración de inmigrantes en edades económicamente activas con un predominio de jóvenes adultos de 25 a 29 años, seguido por los grupos de 30 a 34 y de 35 a 39 años. Además, se observa una escasa presencia de niños y de adolescentes así como de personas en edades más avanzadas. Por otra parte, la composición por sexo también presenta un claro desequilibrio con un predominio de varones en el grupo de edad entre los 25 y 44 años. La evolución ocurrida en la estructura de sexo y edad entre 2001 y 2007 permite indicar que el proceso migratorio estuvo marcado por el protagonismo de los varones en sus primeras etapas, viéndose compensado después por la llegada de las mujeres e hijos como parte del proceso de reagrupación familiar. Los datos que se van apuntando nos dan cierta idea sobre los patrones migratorios característicos para un segmento significativo de la población ucraniana de la que volveremos a hablar más adelante.
Situación de los ucranianos en el mercado laboral español
Los ucranianos, al igual que otros colectivos inmigrantes procedentes de Europa Central y Oriental, presentan unos indicadores muy altos de actividad económica y ocupación (Garrido y Toharia, 2004). El cuadro 1 pone en evidencia que la tasa de actividad de la población ucraniana se sitúa por encima del 88,2 por ciento, mientras que la proporción de personas económicamente activas que se encontraban sin empleo era del 9,6 por ciento. Estas características se deben por un lado al carácter económico de la inmigración ucraniana y por otro por estar en edades predominantemente jóvenes, que se caracterizan por una especial disposición a la inserción laboral. No obstante, si tenemos en cuenta el género de los inmigrantes observamos importantes diferencias. Las mujeres presentan de forma significativa tasas inferiores de actividad y ocupación y, al mismo tiempo, mayores tasas de paro.
Varones |
Mujeres |
Total |
|
Tasa de actividad |
96,4 |
80,9 |
88,2 |
Tasa absoluta de ocupación |
89,1 |
71,3 |
79,7 |
Tasa de paro |
7,6 |
11,8 |
9,6 |
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007. |
Otro dato que arroja la Encuesta Nacional de Inmigrantes sobre la ocupación de los inmigrantes ucranianos (similar a otros inmigrados de Europa Central y Oriental) es una concentración de forma mayoritaria en el servicio doméstico y en la construcción. Uno de cada dos inmigrantes ucranianos ocupados se encuentra trabajando en una de estas dos ramas. Otras ramas de actividad donde trabaja una proporción notable (aunque incomparable con las dos ramas que acabamos de mencionar) es la agricultura, la hostelería y la industria. Como se puede apreciar en el cuadro 2, la presencia de ucranianos en las mencionadas ramas de actividad está muy influenciada por el sexo, lo que guarda cierta analogía con otros colectivos inmigrantes en los que la segmentación por sexo es una pauta predominante (Solé y Parella, 2006). La construcción está dominada casi exclusivamente por varones y el servicio doméstico por mujeres. Las diferencias en la distribución en la población ucraniana ocupada se mantienen en otras ramas de actividad: En la agricultura predominan los varones y en la hostelería y el comercio las mujeres. En el caso de la industria no se observan contrastes importantes.
Varones |
Mujeres |
Total |
|
Agricultura |
13,8 |
5,6 |
9,9 |
Industria |
10,5 |
6,5 |
8,6 |
Construcción |
61,6 |
0,0 |
32,3 |
Comercio |
2,1 |
8,4 |
5,1 |
Hostelería |
2,0 |
14,2 |
7,8 |
Transporte |
1,9 |
2,6 |
2,2 |
Empleados de hogar |
0,0 |
55,4 |
26,4 |
Otros servicios |
8,1 |
7,3 |
7,7 |
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007. |
El grado de concentración de los inmigrantes ucranianos en la construcción y en el servicio doméstico permite hablar de la existencia de nichos laborales específicos para esta población. Adicionalmente el sector de servicio doméstico constituye “la puerta de entrada” en el mercado laboral para la gran mayoría de las mujeres de este origen. Sin embargo, cabe destacar que en el caso de la población masculina otro sector importante de inserción en el primer trabajo es la agricultura. Uno de cada cuatro varones iniciaron su trayectoria laboral en este sector; sin embargo, los trabajadores dadas las duras condiciones del trabajo y los bajos salarios, en comparación con los percibidos en otras actividades, suelen abandonar este sector una vez estabilizada su situación económica y legal.
Dimensión geográfica de la migración ucraniana a España
La distribución geográfica de los inmigrantes ucranianos en el territorio español, representada en la figura 3, se caracteriza por una fuerte concentración en un limitado número de regiones españolas, especialmente aquellas que han sido en los últimos años lugares de atracción de los inmigrantes de todos los orígenes. Según los datos del Padrón Municipal de Habitantes son tres las regiones en las que se distribuye la mayor parte de los inmigrantes ucranianos: Comunidad de Madrid (23,0%), Comunidad Valenciana (19,3%) y Cataluña (19,1%). También se observan contingentes relativamente grandes de inmigrantes de este origen en otras regiones del litoral mediterráneo como Andalucía y Murcia. La concentración de los inmigrantes en los espacios urbanos y litorales está vinculada a una amplia oferta de empleo: construcción, servicio doméstico, agricultura y hostelería que son, como ya se ha dicho, los sectores de actividad económica en los que con más frecuencia se encuentran empleados los ucranianos.
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Figura 3. Distribución de los inmigrantes ucranianos en el territorio español en 2007 (%). |
Respecto a la procedencia de los inmigrantes ucranianos, según indican los resultados de la Encuesta Nacional de Inmigrantes, más de la mitad de toda la población inmigrante ucraniana proviene de cuatro provincias situadas en la parte occidental del país: Lviv (23,4%), Ternópil (12,7%), Ivano-Frankivsk (9,5%) y Chernivtsi (7,8%). También destaca una considerable proporción de personas originarias de la provincia o ciudad de Kiev (14,3%).
Características de los desplazamientos entre Ucrania y España
Para la gran mayoría de los ucranianos España es el país de primera migración. Tan sólo un 10 por ciento de los inmigrantes encuestados declaró haber residido en algún otro país antes de llegar a España. Si atendemos a este reducido grupo de inmigrantes que han residido en otro país antes de llegar a España observamos en la figura 4 que entre los países de primera experiencia migratoria predominan los de Europa Occidental y en concreto Alemania y el Reino Unido. Llama la atención los valores relativamente bajos para países como Rusia y Polonia que se encuentran, como se ha dicho anteriormente, entre los países que en los últimos años recibieron un mayor número de migrantes ucranianos. Estos datos pueden indicar que Alemania y el Reino Unido constituyen lugares de tránsito para un posterior desplazamiento al sur de Europa. Por otra parte, los datos presentados permiten aventurar la hipótesis sobre la existencia de dos sistemas de migración en los que participan diferenciadas categorías de migrantes – uno basado en la migración a corta distancia entre Ucrania y los países vecinos de Europa Central y Oriental, y otro a larga distancia a los países de Europa Occidental. No obstante, estas suposiciones requerirían un estudio en profundidad cuyo objeto se encuentra al margen de las cuestiones que nos ocupan en este artículo.
Figura 4. País de destino de primera migración de los inmigrantes ucranianos en España (%). |
También se ha observado que una vez en España las relaciones con sus comunidades de origen se mantienen. Un 97,2 por ciento de los encuestados declaró estar en contacto con familiares o amigos[12]. El medio más utilizado para comunicarse con las personas que se encuentran en Ucrania es el teléfono; un 68,5 por ciento de los ucranianos declaró contactar con personas cercanas que permanecen en su país de origen al menos una vez a la semana y un 21,8 por ciento al menos una vez al mes. Otros medios son menos utilizados, aunque se observa que una considerable proporción de personas utiliza el correo electrónico como forma de comunicación.
En el contexto de los datos que acabamos de presentar sorprende el hecho de que los ucranianos no suelen visitar con frecuencia su país de origen. Entre los inmigrantes ucranianos encuestados tan sólo un 5 por ciento desde su llegada a España ha realizado al menos una estancia en su país natal de duración igualo mayor a 3 meses.
Desde una perspectiva general las estancias en Ucrania son de corta duración y de limitada frecuencia. Si tenemos en cuenta tan sólo las estancias de duración inferior a 3 meses, observamos que aproximadamente un tercio de los encuestados viaja a su país de origen con una frecuencia menor de dos años y un porcentaje similar no ha vuelto nunca a Ucrania (cuadro 3). Las personas que realizan viajes con mayor frecuencia (al menos una vez al año) constituyen un grupo poco numeroso dentro de la población inmigrante ucraniana – tan sólo el 7,6 por ciento. Al mismo tiempo, no se observan diferencias importantes entre varones y mujeres.
Entre los motivos declarados de viaje predominan los relacionados con las visitas a familiares y amigos, así como estancias vacacionales (un 91,5% y un 71,4% respectivamente). Los motivos relacionados con el trabajo, estancias periódicas en el lugar de origen o la gestión de asuntos burocráticos suponían un limitado porcentaje de respuestas.
Varones |
Mujeres |
Total |
|
Más de 2 veces al año |
0,4 |
1,8 |
1,1 |
1-2 veces al año |
8,3 |
4,9 |
6,5 |
Una vez cada 2 años |
25,4 |
27,2 |
26,4 |
Menos de una vez cada 2 años |
30,0 |
38,5 |
34,5 |
Nunca |
35,9 |
27,6 |
31,5 |
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007. |
Como cabe esperar la frecuencia de los viajes a su país de origen está estrechamente condicionada a la situación legal del inmigrante. Una gran mayoría de inmigrantes que se encuentran en situación indocumentada (92%) ha declarado no haber visitado su país de origen en ninguna ocasión desde su llegada a España. En el caso de los ucranianos en situación regular esta proporción desciende a un 22 por ciento. Sin duda el factor principal que determina este comportamiento es la obligación de los ciudadanos ucranianos de poseer un visado para entrar en uno de los países que forman el espacio de libre circulación establecido en el Acuerdo Schengen.
Debemos añadir que, para los inmigrantes irregulares, los requisitos necesarios para la obtención del permiso de residencia se perfilan como factores importantes a la hora de modelar las estrategias de movilidad. Así en la última regularización, llevada a cabo en primavera de 2005, uno de los requisitos básicos para obtener el permiso de residencia fue el de demostrar haberse encontrado en España en el periodo anterior a agosto de 2004 y el de disponer de un contrato de trabajo por un periodo mínimo de 6 meses (en el sector agrario de 3 meses) (Kostova, 2005). Para la regularización por arraigo, es decir, al margen de los procesos de regularización extraordinaria, el solicitante debe acreditar una permanencia continuada en España durante un periodo mínimo de dos años durante los cuales haya trabajado al menos un año[13] (Aguilera, 2006). Así pues, la posibilidad de obtener el permiso de residencia puede reducir la movilidad de los inmigrantes y convertir así la migración temporal en una a largo plazo o incluso permanente.
Ubicación geográfica y desplazamientos de los miembros de la unidad familiar
Como ya se ha señalado en la parte introductoria, otro aspecto de las pautas migratorias presentadas por los inmigrantes ucranianos que nos interesa en este apartado es la distribución geográfica de los miembros de la familia inmediata (cónyuges/parejas e hijos). En el análisis de la incidencia de las familias de carácter multilocal en la población ucraniana tuvimos en cuenta diversas situaciones familiares tomando como referencia la ubicación de los miembros de la familia inmediata. Identificamos como multilocales las familias en las que al menos un miembro se encontraba fuera de España en el momento de realizar la encuesta.
Teniendo en cuenta los datos del cuadro 4 y desde una prespectiva gerneral, las familias que carecen del carácter multilocal superan en proporción a las multilocales. Para un 44,5 por ciento de los ucranianos encuestados todos los miembros de su familia se encuentran en España y para un 35,4 por ciento, al menos uno de los familiares se encuentra en su país de origen o en cualquier otro país.
Si nos centramos en las subcategorías que componen los dos tipos de distribución geográfica de familia podemos observar que una tercera parte de toda la población ucraniana (33,7%) lo constituyen las familias con todos los hijos presentes en España. Por otra parte, también se observa una alta proporción de personas (un 15,7%) cuyo cónyuge se encuentra en España pero al menos uno de los hijos se encuentra en el país de origen, así como de familias monoparentales con al menos uno de los hijos en Ucrania (9,8%).
Varones |
Mujeres |
Total |
|
Total familias no multilocales |
32,7 |
55,0 |
44,5 |
Cónyuge/pareja en España, no tiene hijos |
5,4 |
4,5 |
4,9 |
Cónyuge/pareja y todos los hijos en España |
23,2 |
43,1 |
33,7 |
No tiene cónyuge/pareja y todos los hijos en España |
4,2 |
7,4 |
5,9 |
Total familias multilocales |
37,4 |
33,7 |
35,4 |
Cónyuge en el país de origen, no tiene hijos |
5,7 |
0,9 |
3,2 |
No tiene cónyuge/pareja y al menos un hijo en Ucrania |
4,2 |
14,5 |
9,8 |
Cónyuge/pareja en España y al menos un hijo en Ucrania |
17,0 |
14,6 |
15,7 |
Cónyuge/pareja y al menos un hijo en Ucrania |
10,1 |
2,6 |
6,1 |
Otras situaciones |
0,4 |
1,1 |
0,6 |
Personas sin familia inmediata (no tiene cónyuge/pareja/hijos) |
30,0 |
11,3 |
20,1 |
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007. |
Si atendemos al género del inmigrante podemos observar importantes diferencias en cuanto a la ubicación de los miembros de las familias, lo que a su vez nos da una idea acerca de las estrategias realizadas por los inmigrantes y las decisiones migratorias tomadas en el marco de los hogares. En primer lugar, hay que destacar que la existencia de los lazos familiares de carácter multilocal se da con más frecuencia entre los varones inmigrantes. Los datos pormenorizados referentes a los subgrupos dentro de las categorías de familia multilocal y no multilocal, que presentamos en el cuadro 4, permiten indicar las principales diferencias entre la situación familiar de los varones y de las mujeres.
La proporción de varones cuyo cónyuge y todos los hijos se encuentran en España es considerablemente menor en comparación con las mujeres que forman parte de esta subcategoría. En esta situación familiar se encuentra un 23,2 por ciento de la población masculina frente al 43,1 por ciento de la población femenina. Al mismo tiempo, el peso de varones cuyo cónyuge o pareja y al menos uno de los hijos se encuentra en sus lugares de origen cuadruplica a la proporción de mujeres en la misma situación. Una situación similar se observa en el caso de familias sin hijos con cónyuge o pareja en el lugar de origen.
Los datos que acabamos de presentar indican la importancia que aún tiene en los procesos de la toma de decisión migratoria, en el marco de los hogares, el modelo de male breadwinner migration. En este patrón es el varón el que asume el rol de principal proveedor de medios de sustento para la familia y el que asume el riesgo relacionado con la migración inicial. De este modo, la iniciativa le corresponde al cabeza de familia que es el primero en trasladarse y una vez establecido es seguido por la mujer acompañada por los hijos.
La existencia del modelo de migración de las familias, protagonizado en su etapa inicial por los varones, está relacionada con los condicionamientos culturales en el lugar de origen. No obstante, como indican algunos autores, las razones pueden también estar condicionadas por la desigualdad de oportunidades económicas que se observa entre los varones y las mujeres (Pajares, 2007). Las ganancias de los varones empleados en la construcción son significativamente mayores que las de las mujeres empleadas en el servicio doméstico. Además, como indican los datos presentados en el apartado anterior, las mujeres tienen más posibilidades de encontrarse en paro. Por tanto, el coste económico de la migración se compensa peor, al menos en la fase inicial de la migración, en el caso de las mujeres.
Los datos presentados en la cuadro 4 también revelan otras pautas migratorias características para la población ucraniana. Observamos que casi un tercio de la población masculina inmigrada a España (30,0%) está constituido por personas sin cargas familiares frente a un 11,3 por ciento de la población femenina. Estos datos pueden indicar que para muchos de los varones ucranianos la emigración forma parte de las estrategias de supervivencia o de mejora de la situación económica individual. En el caso de la población femenina observamos una menor proporción de personas en esta situación, lo que confirma que para el grueso de mujeres la decisión migratoria está condicionada por la movilidad de sus cónyuges o parejas.
En el contexto que acabamos de trazar constituyen un caso excepcional las personas que forman familias monoparentales (sin cónyuge o pareja pero con hijos). Así observamos que casi un 22 por ciento de mujeres ucranianas en España se encuentran en esta situación frente a un 8,4 por ciento de los varones. Debemos recordar que esta diferencia entre sexos se debe en gran medida al hecho de que si hay separación son mayoritariamente las mujeres las que se hacen cargo de los hijos. Por otra parte, la alta proporción de mujeres que forman familias con hijos se debe a una alta incidencia de disoluciones de matrimonios en Ucrania[14]. En este sentido, llama la atención que gran parte de mujeres solas con hijos forman familias transnacionales. Podemos hablar aquí de estrategias de supervivencia de este grupo familiar en el país de origen con un proyecto basado en el retorno.
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Figura 5. Ubicación geográfica del cónyuge/pareja en el momento de llegada a España. |
Los datos referentes a la ubicación del cónyuge o pareja en el momento de partida que contiene la figura 5 confirman las observaciones sobre las principales pautas migratorias realizadas anteriormente. Vemos así que en el caso de un 38,3 por ciento de las mujeres, frente a un 5,2 por ciento de los varones, tenían sus cónyuges o parejas en España en el momento de llegada a este país. Por otra parte, destaca una importante proporción de varones que en el momento de partida no estaban casados ni tenían una relación de hecho. Aunque también se observa una considerable proporción de mujeres en esta situación, podemos suponer (teniendo en cuenta los datos del cuadro 4) que una importante parte de este colectivo la constituyen mujeres cuyos hijos se encuentran en el lugar de origen.
Proyectos migratorios
En el contexto de los datos presentados anteriormente cabe preguntar si cambian y en qué medida lo hacen los proyectos y planes relacionados con el retorno a lo largo de las trayectorias migratorias. Todo migrante, antes de iniciar el viaje migratorio, configura su proyecto constituyendo como parte fundamental las intenciones de asentamiento o retorno. Más adelante, ya en el país de destino, este proyecto se ve reconfigurado por hechos y fenómenos que se interponen en el camino de la obtención de los fines preestablecidos. En este apartado, a partir de los discursos de los inmigrantes, pretendemos determinar los principales contextos y factores que influyen en el cambio del proyecto migratorio y cómo estas transformaciones modelan las pautas migratorias.
De las entrevistas realizadas se desprende que la gran mayoría de los ucranianos vienen con un proyecto migratorio claramente definido a corto plazo, con una intención de permanecer en España un tiempo de entre 3 meses y un año, dependiendo de los objetivos preestablecidos a cumplir. Sin embargo, el choque con una realidad no esperada en el destino, que impide alcanzar estos objetivos, constituye la principal razón de la primera modificación del plan migratorio. El desconocimiento del idioma es el principal obstáculo a la hora de buscar trabajo para un inmigrante. A ello se suma la situación irregular en la cual se encontraban todos los entrevistados al principio de su estancia en España. También sucede que algunos de los que vinieron con un trabajo apalabrado, cuando llegaron se encontraron con que el puesto ya estaba cubierto o directamente que nunca había existido.
En las entrevistas se identifican varios motivos que inducen a la modificación del proyecto migratorio y, así, se va posponiendo el retorno más allá de la fecha fijada inicialmente. El primero de los motivos, el más común y uniforme en los discursos de las entrevistas, es que “En un año no te da tiempo para pagar todos los gastos”. Estos gastos representan las deudas que tuvieron que pagar los entrevistados a aquellos, bien sus familiares o bien las ‘mafias’, que les proporcionaron el dinero necesario para poder venirse a España. En algunos casos las deudas son tan altas que tiene que venirse otro familiar a ayudar a reunir el dinero para poder devolverlo, tal como lo fue en el siguiente ejemplo:
“Mi marido se vino a Valencia, pero no le pagaban, fue un timo, luego llegó a Madrid sin nada, porque tenía aquí un amigo. Yo mientras estuve trabajando en Ucrania. Cada mes aumentaba la deuda y nos aumentaron los intereses por no pagar, así que me vine yo, para ayudar (…). Trabajamos 2 ó 3 años para pagar la deuda, cuando la pagamos, pues, luego trabajamos un año para ahorrar para poder comprarnos una casa, para poder vivir bien en Ucrania”. (Mujer, 36 años, 5 años en España)
Una vez pasado este primer periodo, en el que se consigue pagar todas las deudas, empiezan a realizarse los primeros ahorros. El proyecto migratorio ya ha sido modificado y aparecen argumentos de contenido puramente económico para prolongar la estancia en España. Estos argumentos no son otra cosa que una ampliación de las ambiciones primeras que motivaron, o fueron el factor principal, de la emigración. Además estas ambiciones tienen la característica de que van creciendo con el paso del tiempo durante estos primeros años de estancia en España:
“En principio, mi idea fue ahorrar algún dinero para poder independizarme en Ucrania luego, comprarme algunas cositas, para empezar una nueva vida en Ucrania. Bueno, y ahora ya ha pasado algún tiempo y yo quiero comprar más cosas de lo que pensaba. Y ahora estoy pensando abrirme una empresa en mi país y eso vale aun más dinero”. (Hombre, 28 años, 6 años en España)
Un segundo factor de reformulación del proyecto migratorio son los cambios del imaginario sobre el lugar de destino, ejemplificados con una frase muy común en las entrevistas: “descubrí que aquí no se estaba tan mal”. El tercer factor, fundamental, son los fenómenos de tipo familiar que acarrean ciertas responsabilidades, especialmente la reagrupación familiar en el caso de los inmigrantes pioneros:
“(…) ya que vino mi hermana, no me pude ir.” (Hombre, 45 años, 8 años en España)
La reagrupación familiar implica tanto la llegada de los familiares de los entrevistados como en algunos casos la suya propia. Sobre los que reagrupan como sobre los reagrupados es evidente que se producen cambios en la decisión de retorno, si no tanto en un cambio de esta decisión, sí en un retraso intencional de retorno. Queda claro que no se produce reagrupación si hay una intención de retorno inminente.
Por último, la regularización de la situación legal ha mostrado ser un suceso significativo que marca un hito importante en la vida del inmigrante ucraniano en España, ya que con ello, se le concede un estatus privilegiado al de la situación anterior. Los entrevistados que han conseguido regularizar su situación explican que eso ha sido un estímulo importante para seguir adelante y que gracias a ese paso trascendental, los sueños se hacen más reales. Asimismo, en los discursos se han observado claras esperanzas de una recompensa por el tiempo y el esfuerzo invertido.
“Yo soy el primero de la familia que está tanto tiempo fuera, porque primero tuve que arreglar los papeles y luego cuando los consigues no te vas así, te quedas un poco más”. (Hombre, 46 años, 8 años en España)
En general, los cambios dentro del proyecto migratorio del individuo están sujetos a una evolución lineal de acontecimientos más o menos importantes para cada uno de los implicados. Esa linealidad está bien representada en el siguiente testimonio:
“Yo pensaba que me iba a quedar sólo un año y luego volvería, de eso estaba segura yo. Pero bueno, pasó un año y tampoco es que había ahorrado tanto dinero y pasó el segundo año y estaba bien aquí y además hubo la regularización y conseguí los papeles y entonces, ya estaba segura que no me quería ir de España, por ahora, pensé quedarme por lo menos 2 años más”. (Mujer, 33 años, 10 años en España)
Además de los motivos de renuncia al retorno que se han presentado, es importante tener en cuenta que cada uno de los motivos está imbricado dentro de una historia de vida, dentro de una estructura de hechos relacionales, de la cual se derivan las acciones, la conducta, la cual influye en la percepción de la situación. La familia juega un papel importante en la evolución de la intención, y si no influye directamente en la decisión, está presente de forma indirecta en los discursos de los entrevistados como uno de los factores que siempre se tiene en consideración.
Aparte de los que ya tienen una imagen más clara sobre su futuro, existen aquellos inmigrantes ucranianos que todavía no han perfilado sus preferencias. Una parte de ellos no articula deseos y expectativas específicas con respecto al futuro, se dejan llevar pasivamente en la vida y esperan a que poco a poco se vayan revelando las oportunidades vitales que les guiarán hacia el futuro: “El tiempo lo resolverá todo” (Mujer, 42 años, 1año en España). Otro grupo de entrevistados expresa un fuerte deseo de retornar a su tierra natal, pero están en una tensión constante entre el proyecto individual y el familiar, entre “a lo que aspiro yo y qué es lo mejor para todos nosotros”. De estas entrevistas se puede interpretar que la idea de retorno, muchas veces, se mantiene debido a un deseo de los padres que han permanecido en Ucrania. Otros manifiestan que una vez que:
“(…) estamos bien [con su mujer], y ahora ya que tengo los papeles, no los quiero perder, por lo menos, por ahora. Luego no sé qué haré”. (Hombre, 30 años, 5 años en España)
Por otra parte, de algunas de las entrevistas realizadas con los “indecisos” se puede desprender la idea de que el regreso inmediato significaría para el inmigrante un fracaso de su plan migratorio. En este sentido, un factor importante es la comparación con otros migrantes que, en opinión de los entrevistados, alcanzaron sus objetivos y obtuvieron éxito económico.
“Siempre cuando estoy en Ucrania con mis amigos que antes estuvieron en el extranjero, en Chequia, Polonia, Alemania,…, y sólo trabajaron, ganaron un pastón, y luego se compraron unas casas en Ucrania y ahora las alquilan”. (Hombre, 30 años, 5 años en España)
Por último, la indecisión de algunos se nutre de la incertidumbre que se genera alrededor de los relatos sobre las malas experiencias de los que han retornado.
“Enviaban dinero y cosas a Ucrania a la nueva casa que compraron. Después de 5 años decidieron volver, para siempre, pero cuando llegaron a su casa, habían robado y estaba destrozada, así que decidieron volver a España otra vez. Ahora no saben qué hacer, no tienen a dónde ir”. (Mujer, 36 años, 5 años en España)
Tanto los que expresan la intención de retornar, como los que rechazan esta idea, o el tercer grupo, los que no manifiestan intenciones claras, ejecutan acciones durante su vida cotidiana que forman parte de estrategias acordes con sus intenciones con respecto al retorno o el asentamiento. En primer lugar, observamos que los que tienen la intención de retornar dirigen todos sus esfuerzos y planes hacia Ucrania, los cuales se podrían definir como expectativas a largo plazo. En general, ellos no aspiran a un “mejor” trabajo, ya que no le encuentran sentido porque “para qué, si un día nos vamos a ir”. Luego, aparecen expresiones de tipo: “ahorro lo que puedo y me voy”. En el caso de los que ya están decididos a irse definitivamente de España en un breve plazo (1 ó 2 años), se están preparando para ello. Así, ya están acumulando información sobre las posibilidades laborales, sobre la situación socioeconómica y el grado de la burocratización que es el mayor obstáculo para iniciar un negocio. Incluso, algunos planifican una visita más larga a Ucrania antes de retornar definitivamente:
“Este año quiero cogerme 2 ó 3 meses para estar en Ucrania y ver cómo está la cosa, cómo está la situación con más detalle. A ver si puedo invertir el dinero o todavía no. Si la situación no mejora lo suficiente para poder abrir el negocio, pues, me tendría que quedar un 1 año más”. (Hombre, 28 años, 6 años en España)
En segundo lugar, los entrevistados que se han decantado por asentarse y están convencidos de que no quieren retornar, han perfilado proyectos a largo plazo en España. Algunos ya se han comprado su propia vivienda. Otros, intentan homologar sus títulos universitarios o buscan caminos para poder ascender en la escala laboral en España. Ahora bien, lo que más diferencia a este grupo de los que dicen que van a retornar, es que éstos tienen una “verdadera” vida social, de modo que prefieren ganar menos y tener tiempo para ellos mismos y sus seres queridos, familia y amigos. Así, las actividades de ocio son bastante variadas. En general, se centran más en tener una buena calidad de vida que en ir acumulando bienes materiales.
Por último, están las conductas y las estrategias que desarrollan los que todavía no han tomado una decisión sobre su futuro, las cuales se podrían describir como ambiguas. La mayoría de ellos expresan sus ambiciones con respecto al futuro más que realizar una planificación de verdad, “me dejo llevar” y si es que hay alguna planificación, ésta toma forma de propósito a corto plazo. Si envían los hijos a la escuela ucraniana, lo hacen con el objetivo de que no olviden el idioma materno y que se relacionen con otros niños ucranianos. Los que mantienen una casa en Ucrania lo hacen para tener algo seguro en lo que se puedan apoyar en el caso de tiempos difíciles:
“Yo no tengo muchos planes ahora, no tengo planes serios, me dejo llevar, depende de lo que me ofrece la vida. Lo único es que sí que quisiera acabar la casa que tengo, por si pasara algo y tuviera que volver, pues tendría un sitio a donde volver”. (Hombre, 30 años, 5 años en España)
Lo que distingue este último grupo de los dos anteriores es el modo en el cual manifiestan sus vivencias, preocupaciones e inquietudes. Con frecuencia se sienten atrapados en conflictos de deseos y obligaciones; debido a ello, muchas veces, se sienten incapaces de establecer sus prioridades. Por un lado, el comportamiento espontáneo apunta a un futuro asentamiento, y por otro, hacia el retorno.
Conclusiones
Los datos cuantitativos presentados en este artículo permitieron trazar una imagen general de las principales pautas migratorias de la población inmigrante ucraniana. Observamos que, a pesar de que los inmigrantes mantienen un contacto continuo con familiares y amigos que permanecen en Ucrania, la frecuencia y duración de las estancias temporales en sus comunidades de origen es muy reducida y habitualmente relacionada con el descanso o las vacaciones. Aunque entre los inmigrantes que se encuentran en situación irregular apenas realizan visitas a Ucrania, en el caso de los inmigrantes documentados tampoco se puede hablar de una clara y marcada pauta migratoria de carácter circulatorio.
Una tercera parte de los inmigrantes forman familias que podemos denominar transnacionales cuya proporción iguala (si no tenemos en cuenta las diferencias por género) a las familias de carácter no transnacional. No obstante, los datos sobre la evolución de la composición por edad y sexo sugieren que en los últimos años se ha estado produciendo un intenso proceso de reagrupación familiar, confirmado adicionalmente por las cifras oficiales relativas a las solicitudes de reagrupación familiar[15]; con lo que el peso de personas con familias de carácter multilocal viene disminuyendo en la población inmigrante ucraniana.
Podemos concluir que entre la población ucraniana predomina la migración a largo plazo aunque, como revelan los análisis de los discursos de los inmigrantes, el proyecto migratorio en el momento de partida desde Ucrania abarca habitualmente un limitado horizonte temporal. Hablamos, por tanto, de la existencia de un patrón de migración prolongada que se establece como resultado de las condiciones con las que se enfrentan al llegar a España así como a las dinámicas de las relaciones dentro de la familia.
Por una parte, las difíciles condiciones de contratación (normalmente en la economía sumergida) obligan a los inmigrantes a realizar trabajos mal pagados e impiden obtener ganancias que satisfagan sus aspiraciones o necesidades. Por otra, un factor crucial que influye en el patrón de migración a largo plazo son las políticas migratorias existentes. Estamos aquí ante una situación paradójica en la que las restricciones para la entrada de los inmigrantes ucranianos (obligación de poseer el visado) reducen significativamente la movilidad geográfica de los inmigrantes en situación irregular.
También se ha visto que los mecanismos de regularización establecidos en los últimos años animan a los inmigrantes a permanecer en España con la esperanza de que en un tiempo relativamente corto tengan la oportunidad de normalizar su situación legal. La obtención de la documentación requerida constituye un importante elemento estabilizador en la vida de los inmigrantes, ya que permite abandonar el empleo en la economía sumergida suponiendo una mejora de la situación económica, permitiendo reunificarse con los miembros de la familia mediante el proceso de agrupación familiar.
Dicho proceso de reagrupación también actúa como factor estabilizador de la situación vital, ya que implica una mayor integración en la sociedad de destino mediante la incorporación de los niños en las escuelas, una mayor utilización de los servicios públicos, etc. En este sentido podemos suponer que los intensos procesos de reagrupación familiar mencionados son uno de los factores cruciales para la creación de una diáspora ucraniana estable en España.
Notas
[1] Este artículo se enmarca en el proyecto de investigación “Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI): Explotación con Perspectivas Comparativas Nacionales e Internacionales” financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (CSO 2008-03616/SOCI).
[2] En este mismo año Ucrania registra por primera vez desde los años cuarenta del siglo pasado un saldo migratorio negativo.
[3] La tasa de fecundidad en Ucrania ha disminuido de un 1,9 hijos por mujer en 1989 a un 1,2 en 2005, alcanzando el valor más bajo (1,1) en 2000 (Perelli-Harris, 2008). En el mismo periodo se ha registrado un brusco incremento en la tasa de mortalidad acompañado de una reducción en la esperanza de vida. En el año 2001 la esperanza de vida estaba en torno a 62,4 años en el caso de los hombres y 73,6 años en el de las mujeres, lo que supuso un descenso de 3,6 años para los hombres y 1,4 años para las mujeres con respecto a 1989 (UNICEF, 2004).
[4] A nivel internacional nos encontramos con una bibliografía más amplia y variada sobre los migrantes ucranianos. En este ámbito Canadá viene siendo el país con mayor tradición en la recepción de emigración ucraniana, contando con el mayor número de publicaciones así como de temas abordados. Entre los trabajos más destacados podemos mencionar las obras que se centran en los aspectos históricos de la comunidad ucraniana en Canadá y en la transformación de sus características sociales y prácticas culturales (Helad, 2008; Lehr, 1985, 2003; Luciuk, 1986). Se debe subrayar que, debido a las dinámicas de las migraciones desde Ucrania mencionadas anteriormente, gran parte de los análisis realizados en Canadá, EE.UU., Brasil y Argentina hacen referencia a los ucranianos exiliados o refugiados así como a segundas y/o terceras generaciones de inmigrantes (Andreazza, 2008; Miyare, 1998; Vasylyk, 2000). Mientras que los estudios sobre la migración ucraniana hacia los países europeos abordan la problemática de los flujos actuales (véase Baganha et al., 2004; Düvell, 2007; Malynovska, 2006; Frejka et al., 1999). Así las investigaciones se centran en el análisis de la magnitud y las dinámicas de la migración ucraniana, los mecanismos de movilidad internacional y los procesos de integración social y laboral en los países de acogida (Bieniecki y Pawlak, 2008; Cerník, 2006; Drbohlav y Dzúrová, 2007; Sastra, 2002; Solari, 2006).
[6] Para más información sobre el contenido y la metodología de la Encuesta Nacional de Inmigrantes véase el artículo de Reher y Requena (2009).
[7] El Padrón Municipal de Habitantes es un registro de carácter administrativo en el que se encuentran inscritos los vecinos de cada municipio, independientemente de su estatus legal y es actualmente una de las fuentes más utilizadas en el análisis de las características sociodemográficas de la población inmigrante en España. La mayor utilidad de esta fuente de datos estadísticos en el análisis de las características básicas de la población extranjera, frente a otras fuentes disponibles, consiste en que el Padrón abarca tanto la población documentada como la que permanece en el territorio español sin los permisos exigidos por las autoridades. Adicionalmente, los inmigrantes tienen poderosos incentivos para estar presentes en dicho registro ya que el empadronamiento conlleva el derecho a la educación y a disfrutar de los servicios del sistema sanitario público (Lora Tamayo, 2001).
[8] El estudio fue realizado por Renáta Hosnedlová. En el transcurso de la investigación se han entrevistado a 20 inmigrantes ucranianos (9 hombres y 11 mujeres) con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años, en un rango de tiempo de estancia en España entre 1 y 10 años. Las entrevistas abarcaron tres ejes temáticos: (1) formulación y transformaciones del proyecto migratorio (pasado, presente y futuro) (2) papel de las redes familiares y de amistad en la configuración del proyecto migratorio (3) imaginarios de la sociedad de origen y la sociedad de destino.
[9] La búsqueda de huellas de la presencia ucraniana en España nos lleva al menos hasta los años cuarenta del siglo pasado, cuando llegó a Madrid un grupo de 60 jóvenes refugiados políticos invitados por las instituciones franquistas para estudiar en universidades madrileñas (Eiroa, 2001). Aunque al acabar los estudios, la gran mayoría de estas personas abandonaron España.
[10] A principios de 2008 se encontraban en España 62.400 personas de nacionalidad ucraniana con permiso de residencia.
[11] Debemos subrayar que la aproximación que aquí proponemos tiene un mero carácter orientativo ya que no incluye a las personas que se encuentran fuera del alcance de ambos registros cuyo número es difícil de estimar. Según los inmigrantes entrevistados y los informantes claves, el hecho de que un inmigrante no se inscriba en el Padrón se debe a factores como la desconfianza en el aparato burocrático (“el miedo a ser descubierto”), a la planificación de la estancia a corto plazo (“¿para que, por tan poco tiempo?”), a no tener tiempo suficiente, a no poseer un contrato de alquiler o a no verle el sentido y/o las ventajas que trae consigo.
[12] No obstante, como indican las entrevistas en profundidad, según transcurre el tiempo de estancia en España el círculo de familiares y amigos tiende a disminuir manteniéndose estrechos contactos, sobre todo, con la familia inmediata y con los amigos más cercanos.
[13] La ley española de extranjería también considera la posibilidad de arraigo social y familiar. Para obtener la regularización por arraigo social es necesario demostrar una permanencia continuada durante un periodo de al menos 3 años, disponer de un contrato de trabajo con un mínimo de un año de duración, tener vínculos familiares con otros extranjeros residentes o bien presentar un informe favorable acerca de su inserción emitido por el ayuntamiento. La regularización por arraigo familiar está dirigida a los hijos de personas que originalmente tenían la nacionalidad española.
[14] Ucrania tiene una de las tasas de divorcios más altas del mundo. En 2001 se produjeron 4 divorcios por 1.000 personas (Perelli-Harris, 2008).
[15] El colectivo ucraniano se encuentra entre los 10 primeros países a la hora de conceder el permiso de residencia por la vía de reagrupación familiar (del Rosario y Manzano, 2007).
Bibliografía
ABBOTT, P. y SAPSFORD, R. Life-satisfaction in post-soviet Russia and Ukraine. Journal of Happiness Studies, 2006, nº 7, p. 251-287.
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[Edición electrónica del texto realizada por Gerard Jori ]
© Copyright Hosnedlová, Stanek, 2010.
© Copyright Scripta Nova, 2010.
Ficha bibliográfica:
HOSNEDLOVÁ, Renáta y Mikołaj STANEK. Inmigrantes ucranianos en España. Una aproximación a las pautas de movilidad internacional..Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 20 de enero de 2010, vol. XIV, nº 312. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-312.htm>. [ISSN: 1138-9788].