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EL AUMENTO DEL NÚMERO DE ESTADOS Y SU FRAGILIDAD INTERNA
El aumento del número de Estados y su fragilidad interna (Resumen)
Problematizar las alteraciones de los Estados-nación, la reorganización política del espacio mundial, la importancia del espacio/territorio oculto por la globalización de la economía, la fragmentación administrativa del espacio mundial con la “emancipación” de Estados, los Estados capitalistas imperialistas y su estrategia geopolítica, la imposición de los preceptos de la agenda neoliberal, son desafíos que deben ser analizados en el siglo XXI. En el período de 1945 a 2000 surgieron alrededor de 100 nuevos Estados. En 1945 había cerca de 60 países y a principios del siglo XXI hay cerca de 200 Estados nacionales, lo que demuestra su importancia para el imperialismo capitalista que parece no prescindir de los territorios organizados bajo la forma de Estados. La importancia del Estado para garantizar la reproducción ampliada del capital es una de las metas del neoliberalismo que, paradógicamente, pregona que el Estado tiene que ser mínimo. Al adoptar la agenda neoliberal, especialmente cuando se trata de la privatización, aumentan las tareas del Estado. Es importante para la Geografía crítica analizar las contradicciones y conflictos que muestran la importancia del espacio/territorio de los Estados-nación y entender el control de Estados imperialistas y de corporaciones multinacionales sobre el territorio de otras naciones.
Palabras clave: Estado-nación, imperialismo, neoliberalismo, territorio, espacio.The increase of the states number and their internal fragilities (Abstract)
This article points characteristics of changes of nations, the political reorganization of world space, the importance of space/territory, hidden by the economy globalization. Shows how the administrative fragmentation of world’s space happens with the emancipation of the states and the political strategy oh the capitalist and imperialist states. In the period between 1945 and 2000 emerged around 100 new states. In 1945 there was around 60 countries, and in the beginning of the 21st century there are around 200 national states, proving the importance of the states to the capitalist imperialist that appears not to prescind of the territory organized in states. The State’s importance to guarantee the reproduction of capital is one of the goals of neoliberalism that, conflicting, defends the minimum state. However, when adopt the neoliberal agenda, especially defending privatization, grows the states affairs. Its important that critical geography examine critically contradictions and conflicts that shows the importance of space/territory of nation states and understand the control of imperialist states and of multination corporations upon other nations territory
Key words: National states; imperialism, neoliberalism, territory, space.O aumento do numero de Estados e suas fragilidades internas (Resumo)
Este texto aponta características de alterações dos Estados-Nações, a reorganização política do espaço mundial, a importância do espaço/território, oculto pela globalização da economia. Mostra como se dá a fragmentação administrativa do espaço mundial com a “emancipação” de Estados e a estratégia política dos Estados capitalistas imperialistas. No período de 1945 a 2000 surgiram cerca de 100 novos Estados. Em 1945 havia cerca de 60 países, e no início do século XXI há cerca de 200 Estados nacionais, o que demonstra a importância dos Estados para o imperialismo capitalista que parece não prescindir dos territórios organizados sob a forma de Estados. A importância do Estado para garantir a reprodução ampliada do capital, é uma das metas do neoliberalismo que contraditoriamente apregoa o que o Estado tem que ser mínimo. Porém, ao adotar a agenda neoliberal, em especial quando se trata da privatização, aumentam as tarefas do Estado. É importante para a Geografia crítica analisar as contradições e conflitos que mostram a importância do espaço/território dos Estados-Nações e entender o controle de Estados imperialistas e de corporações multinacionais sobre o território de outras Nações.
Palavras chaves: Estado-nação, imperialismo, neoliberalismo, território, espaço¿Desmantelamiento de los Estados?
La premisa de este artículo es que no hay un “desmantelamiento” de los Estados-nación. No hay dominio semejante al del período colonial e imperial clásico, sino alteraciones que ocurren en el núcleo de la globalización, que señalan el debilitamiento del poder de organización interna de los Estados, a pesar, y tal vez a raíz de, la importancia de los Estados y de sus espacios para la acumulación ampliada del capital en el contexto del nuevo imperialismo.
Los Estados continúan ejerciendo el control, por lo menos en apariencia, sobre sus territorios, aun bajo dominio de imperios capitalistas. La reorganización interna y externa de los Estados está basada, entre otros factores, en la imposición de la política neoliberal, en especial con la privatización de la public choise, con alteración del funcionamiento político-administrativo.
Por “desmantelamiento” de los Estados-nación se entiende el modo en que se da la interferencia política de grandes potencias en Estados periféricos del sistema capitalista mundial.
La interferencia se realiza mediante el poder económico, financiero, militar, tecnológico y comunicacional. En el sistema mundo de Estados la fragilidad dificulta la formulación de proyectos e intervención macro-económica, social y política en el ámbito interno y externo.
Este texto tiene por objetivo problematizar aspectos de las alteraciones de los Estados-nación, la reorganización política del espacio mundial, la importancia del espacio/territorio, la fragmentación político-administrativa del espacio mundial con la “emancipación” de Estados y la imposición de preceptos de la agenda neoliberal.
El Estado mínimo basado en las teorías neoliberales, implica la disminución del número de funcionarios/trabajadores con la entrega al sector privado de políticas sociales. Se impone, así, la desarticulación de un funcionalismo público, aumenta el desempleo y altera las políticas públicas. En este proceso los derechos sociales se “transforman” en derechos de acceso a los servicios, organizados por el mercado.
Bajo el dominio del neoliberalismo el Estado no disminuye sus funciones. Al contrario, las funciones, tareas, responsabilidades aumentan para minimizar las dolencias producidas por el mercado, demostrando las contradicciones de la política neoliberal que pregona la retirada del Estado de las funciones básicas. Cuando el Estado se retira de algunas atribuciones hay, en realidad, un aumento de tareas para el propio Estado.
Es importante destacar que para alterar la función de garantía del bienestar de todos, sería necesario modificar las Constituciones de los países, pero no es lo que se verifica en las Leyes de varios de ellos, especialmente en América Latina.
Entender las alteraciones de los Estados-nación implica analizar las articulaciones políticas y geopolíticas del nuevo imperialismo capitalista. Utilizamos el término en el sentido de Harvey (2004), quien define como “imperio capitalista” el derivado de una fusión contradictoria entre la política del Estado y del Imperio y los procesos moleculares de acumulación del capital. La política de Estado y de Imperio se refiere a las estrategias políticas, diplomáticas, militares, utilizadas por los Estados para afirmar sus intereses y realizar sus metas. Los procesos moleculares de acumulación se refieren a las maneras en que los flujos económicos atraviesan y recorren el espacio de los Estados o, inclusive, de bloques regionales de poder.
Es fundamental para la Geografía crítica analizar las contradicciones y conflictos que muestran la importancia del espacio/territorio de los Estados-nación; entender el control de los Estados imperialistas y de corporaciones multinacionales sobre el espacio, territorio; analizar las nociones y actuación de los Estados, que se alteran a lo largo del tiempo-espacio.
Universalización de los Estados en el sistema mundo
El debilitamiento, desmantelamiento, reorganización del Estado es resultado del dominio político y financiero-económico, así como de la implantación de la agenda neoliberal en el contexto del nuevo imperialismo y de la globalización económica. Este proceso que se acelera en la última década del siglo XX ¿implica una pérdida de poder de los Estados sobre sus territorios? Esta es una cuestión importante para reflexiones.
La pérdida de poder, o de fragilidad del poder soberano, es consecuencia de la imposición de la forma de organización interna con la privatización de actividades de los gobiernos; de leyes de patentes intelectuales, que atienden los intereses de las grandes corporaciones; de la imposición de técnicas y tecnologías de control y de producción de los países del centro del sistema; de la imposición de precios y formas de explotación y exportación de riquezas naturales.
Los Estados-nación, aunque fragilizados, son indispensables en el mundo actual pues garantizan las condiciones para la reproducción ampliada del capital, si no ¿cómo explicar el surgimiento de nuevos Estados?
La universalización de los Estados se volvió un fenómeno universal exactamente cuando se anuncia el desmantelamiento de los mismos. Desde la segunda mitad del siglo XX grandes transformaciones afectan a la geopolítica mundial, entre las cuales la “formación” de nuevos países relacionados con el final de los imperios europeos y la descolonización. Entre las postrimerías del siglo XX y los albores del XXI, con las intervenciones norteamericanas y europeas en Oriente Medio y el desmantelamiento del bloque soviético, nuevos Estados se delimitan en el territorio mundial.
En el período comprendido entre 1940 y 2000 surgieron cerca de 100 nuevos Estados. En 1945, al final de la segunda guerra mundial, había cerca de 60 países y a principios del siglo XXI hay casi 200 Estados nacionales. La soberanía no puede ser medida por la existencia de Estados o por el número de países, pero pone en evidencia cómo los Estados son indispensables para la economía, la política y la geopolítica mundial.
Sobre la característica de los Estados a comienzos de la presente centuria, Hobsbawn (2000) destaca que:
“... en el sentido tradicional, Estado nacional se refiere a un Estado territorial sobre el cual el pueblo que en él vive, la nación, tiene un poder soberano (…). En comparación, el otro significado del término es mucho más reciente y consiste en la idea de que todo Estado territorial pertenece a un pueblo específico, definido por características étnicas, lingüísticas y culturales –y que eso constituye la nación. Según esta idea, sólo la nación pertenece al Estado nacional y todos los otros no pasan de minorías que, aunque vivan en el mismo lugar, no son parte de la nación” (2000, p. 30-31).
Se trata, dice Hobsbawm, de la reinvención de mitos y de nacionalidades como portadoras de una especificidad para constituirse como nación y Estado. Ejemplo de la recreación de la identidad étnica es la declaración unilateral de independencia de Kosovo, el 17 de febrero de 2008, alegándose que los kosovares tienen identidad propia. Serbia y Montenegro formaban un único Estado y se desmembraron, después de un plebiscito en 2006. Dos años después los kosovares se declararon nación y Estado. Hay que recordar que Serbia no ha aceptado la independencia argumentando que no ha habido ninguna resolución de la ONU que garantice la soberanía e integridad territorial de Serbia y que los EUA, la mayor potencia imperialista, reconoció, de inmediato, la independencia de Kosovo.
¿Es una paradoja el hecho de que la globalización e internacionalización de la economía sea, al mismo tiempo, la gran responsable del renacimiento y fortalecimiento de nuevos Estados? ¿Cómo explicar la proliferación de países, cuando se habla del desmantelamiento de los Estados y cuando las políticas de los Estados imperialistas capitalistas imponen la agenda neoliberal?
La actuación de las grandes potencias sugiere que no hay un dominio territorial directo, sino imposiciones, control y dominio político de las potencias capitalistas sobre los Estados nacionales. El nuevo imperialismo impone, define, aprovecha y utiliza las alteraciones en la organización del sistema mundial que alteran y ocasionan impactos en el territorio, el espacio y la actuación geopolítica.
El capitalismo, como dice Ellen Wood (2004), creó una forma distinta de operar a través del mercado, por medio del control del sistema financiero y de ajustes estructurales. No hay reproducción del sistema imperial y colonial de períodos anteriores, pues el dominio del territorio ocurre bajo nuevas formas. Los países centrales utilizan como coerción el sistema financiero en vez de la antigua práctica colonial de dominar los territorios directamente y por la fuerza militar.
De esa manera, el dominio territorial/espacial se expresa por el poder del mercado creando, recreando, estableciendo un tipo peculiar y específico de dominio extraeconómico (poderío militar, imposición de la agenda neoliberal, monopolio de los medios de comunicación, tecnología de control), que es necesario aprehender para comprender las formas del nuevo imperialismo en los territorios de las naciones.
“El capital no depende menos que antes de los Estados territoriales. En cierto modo, depende más que nunca de un mundo de Estados-nación. Aunque el capitalismo no creó el Estado-nación, no es casualidad que el período en que los imperativos capitalistas se diseminaron hasta alcanzar todo el planeta sea también el período en el que el Estado-nación se ha vuelto, en el cómputo general, la forma política más o menos universal” (Wood, 2004, p. 55).
En un mundo caracterizado por el desarrollo desigual es notable la dependencia e imposición de la división territorial del trabajo. Los Estados imperiales capitalistas dependen y necesitan que los demás Estados garanticen las disparidades de salarios, precios y condiciones de trabajo, extracción y transformación de riquezas naturales, indispensables en el mercado mundializado.
Los Estados territoriales, aunque aparentemente frágiles y fragmentados, garantizan la producción, circulación y consumo para y en un mercado internacionalizado. El territorio de los Estados-nación es fundamental e indispensable para la supervivencia de los países capitalistas imperialistas y para la reproducción ampliada del capital.
Las diferencias de precios, de salarios, de apropiación de riquezas naturales, garantizadas por los Estados hacen posible la competitividad de los Estados imperiales capitalistas. La globalización, como forma de imperialismo, precisa de este tipo de fragmentación de economías, pues: “encierra las economías desigualmente desarrolladas, controla los movimientos del trabajo y así sucesivamente. El punto básico es que el capital global se beneficia de lo que llamamos globalización, pero no la organiza ni podría hacerlo”. (Wood, 2004, p. 56).
Es lo que también afirma David Harvey, cuando analiza la lógica territorial del poder: “Las prácticas imperialistas, desde el punto de vista de la lógica capitalista, se refieren típicamente a la explotación de las condiciones geográficas desiguales bajo las cuales ocurre la acumulación del capital, aprovechándose igualmente de las ‘asimetrías’ que inevitablemente sobrevienen de las relaciones espaciales de intercambio” (Harvey, 2004, p. 35).
Las corporaciones internacionales precisan de los Estados para organizar el mundo de acuerdo con sus intereses y, cuanto más global se hace la economía, más los circuitos económicos tiendes a ser organizados por Estados imperialistas capitalistas y por las corporaciones capitalistas que actúan de forma molecular. Los gobiernos no siempre las controlan en el interior de sus fronteras, porque el control es global. “En cierto modo, cuando hay conflictos entre las empresas globales y los gobiernos, éstos son obligados a negociar como si estuvieran tratando con otros Estados” (Hobsbawn, 2000, p. 91).
El nuevo imperialismo no prescinde de un sistema de múltiples Estados nacionales y no puede existir sin los territorios organizados bajo la forma de Estados.
Cuando las grandes potencias y/o las corporaciones se sienten amenazadas y consideran que pueden perder territorios, utilizan formas diversas de coerción, por medio de la ideología articulada con otras formas de poder, como se observó en marzo de 2008 con la acción de Colombia sobre el territorio de Ecuador.
Aunque haya sido Colombia y no un país del centro del sistema que utilizó las armas contra el territorio de Ecuador, es necesario recordar que Colombia es aliada de los EUA. En el Informe “Tendencias Globales 2020 del Consejo Nacional de Información” de los EUA, al discutir sobre posibles amenazas a la seguridad nacional, consta que las reivindicaciones territoriales de los movimientos indígenas “representan un riesgo para la seguridad regional”.
Los movimientos indígenas son considerados como uno de los “factores principales que determinarán el futuro latino-americano”, lo que explicaría la actuación militar de Colombia teniendo en cuenta el Informe del Consejo Nacional de Informaciones de los EUA, en especial cuando aborda la acción contra el terrorismo. Para “defender” lugares, espacios, intereses económicos, se criminaliza a movimientos indígenas, populares, nacionalistas, con la suposición de que pueden ser o tornarse. En relación a los grupos indígenas, el informe afirma:
“A comienzos del siglo XXI, hay grupos indígenas radicales en la mayoría de los países latinoamericanos, que en 2020 podrán haber crecido exponencialmente y obtenido la adhesión de la mayoría de los pueblos indígenas (…) Esos grupos podrán establecer relaciones internacionales y grupos antiglobalización (…) que pondrán en cuestión las políticas económicas de los líderes latinoamericanos de origen europeo” (cit. in Santos, 2008).
La importancia del territorio, del dominio de la política de países permanece oculta por la ideología de salvaguarda de los “ideales” de la globalización. Aparentemente, el tamaño del territorio susceptible de ser apropiado por grupos indígenas sería irrisorio para alterar la dinámica de poder del imperialismo norteamericano. Sin embargo, al analizar la localización de Ecuador se observa que el interés territorial está basado en la abundancia de riquezas naturales (petróleo, niovio, silicio, uranio, biodiversidad, agua, oro, bauxita) y la vulnerabilidad de la frontera.
El ataque a Perú para el ejercicio del poder necesita ser profundamente analizado en la dinámica de la geopolítica mundial, especialmente para la geopolítica norteamericana en la región de América Latina.
Es necesario averiguar las estrategias de las fuerzas contrarias al neoliberalismo que se constituyen en América Latina y la importancia de la región amazónica para entender acciones orquestadas por los EUA. La relación militar directa muestra claramente el temor a perder territorios importantes para la economía globalizada y muestra, asimismo, cómo actúan los Estados capitalistas imperiales para ejercer el poder económico. Al poder coercitivo del capital global se agrega el poderío y supremacía militar, sin precedentes en la historia del mundo.
En el colonialismo e imperialismo clásicos, el poderío militar era utilizado para la conquista de territorios sobre los cuales se implantaba un dominio y control directos. Actualmente, el poderío militar tiene más efecto de demostración. De este modo, al poder del mercado y del sistema financiero internacional se suma el efecto de demostración de la supremacía militar, el cual es garantizado con el dominio de los medios de comunicación[1] que permite subyugar. Por estas formas de presión se mantiene el poder sobre las riquezas naturales, aunque no necesariamente por el control territorial directo. El dominio se concentra en el poder económico, político, que subyuga el territorio de las naciones:
“La superioridad militar con uso de alta tecnología y su efecto de demostración ha sido decisiva para debilitar la moral de lo que se considera enemigo como ocurrió con el ataque a Irak (zona estratégica para abastecimiento de petróleo), con las guerras en Yugoslavia, Chechenia. Los ataques a la soberanía nacional representan la guerra de los dueños y celadores del nuevo orden contra lo que juzgan que esté fuera de orden con uso de alta tecnología armamentista, pero sin que el resultado sea el dominio del espacio de forma directa” (Hobsbawn, 2000).
En las últimas décadas del siglo XX el sistema capitalista mundial se redefine, en especial después de la derrota del socialismo soviético. Actualmente hay una única potencia (EUA), aunque articulada en bloque, dominando el sistema mundial de Estados nacionales.
El capital global, símbolo del siglo XX, fue también el siglo del término formal del colonialismo y la intensificación del imperialismo. Como afirma Emir Sader:
“El tipo de imperialismo que domina el mundo a comienzos de siglo: un bloque de superpotencias que fueron colonialistas y se transformaron en imperialistas coordinados por el grupo de los 7 (EUA, Canadá, Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y Japón), una especie de gobierno mundial, apoyado en el FMI, en el Banco Mundial y en el tesoro americano como formas de ministerio de economía mundial, y en la OTAN como su ministerio de guerra. Su ideología es el liberalismo, su fuerza de propaganda reside en el supermonopolio de los medios de comunicación ejercido por los EUA en el mundo” (Sader, 2005, p. 136).
Las contradicciones y conflictos relacionados con la reorganización del sistema mundial, el surgimiento de nuevos Estados nacionales, el proceso de reorganización interna, la división territorial del trabajo, tienen que ser analizados por la geografía crítica buscando entender el proceso y la complejidad de la geopolítica y las características internas de las naciones.
Soberanía y dependencia
Estado-nación remite a la idea de soberanía. Cuando se trata de soberanía: “casi todos piensan en un poder supremo, absoluto, indivisible e inalienable, que se mantiene igual a través de los tiempos, una jurisdicción política territorial reconocida por los demás Estados y por su propia población” (Fiori, 2007, p.78).
La soberanía nunca fue un poder absoluto, al contrario, siempre fue y continúa siendo objeto de conflictos y de negociaciones entre los diferentes Estados, en especial entre los colonizadores, imperialistas y los colonizados y dominados.
A lo largo del tiempo y del espacio mundial ha habido varias redefiniciones del significado de autonomía y de las formas de organización. La soberanía tiene formas diversas de autonomía, diferentes maneras de actuar en el espacio territorial, de definir alianzas y estrategias, de relacionarse con otros Estados.
Soberanía y autonomía no quieren decir aislamiento; al contrario, se refieren a relaciones sociales, políticas y económicas entre los Estados-nación.
Desde el final del siglo XX, se asiste a un nuevo ciclo de reestructuración relacionado con la aceleración del proceso permanente de internacionalización capitalista que comporta una alteración radical del cuadro geopolítico mundial. En el ámbito de la Geografía crítica es preciso analizar el funcionamiento de las estrategias geopolíticas de los países imperialistas, de condiciones diversas de autonomía de los países que circulan en la órbita de los imperialistas para comprender el ciclo de reestructuración del capital del sistema de países.
Los Estados, aun cuando subyugados, continúan definiendo determinadas cuestiones internas siguiendo, o no, la agenda neoliberal y los dictámenes del capital financiero. No hay desmantelamiento de sus funciones internas a pesar de las grandes dificultades que tiene la implementación de la macro política y la soberanía. Las fragilidades internas derivan de la dependencia de las políticas impuestas por el poder político/económico de grandes corporaciones y de Estados imperialistas, pero “nunca hubo ningún proceso de desarrollo en el mundo en que el Estado no estuviera detrás, hasta hoy” (Netto, 2008).
El funcionamiento de la economía, dice el mismo autor, depende de un Estado que pueda actuar sobre las desigualdades sociales, igualar las oportunidades, lo que el mercado no hace. Para los economistas neoclásicos, liberales y neoliberales el mercado es compatible con la libertad, pero al mismo tiempo desencadena desigualdades. El papel del Estado es actuar para combatir las desigualdades y proporcionar el mismo punto de partida para todos y, de este modo, promover el desarrollo económico.
¿Cómo promover el desarrollo económico siguiendo las normas del neoliberalismo que impone la privatización de las public choise y la atención sectorial de políticas públicas en detrimento de políticas universales?
La privatización de las políticas públicas y el incentivo de las tecnologías de control provocan una disminución del número de trabajadores y funcionarios y, en consecuencia, implican un aumento del desempleo. Ello, asu vez, comporta el aumento de tareas para los Estados que deben suplir las carencias ¿Cómo, entonces, igualar las oportunidades y promover el desarrollo con la debilitación interna?
En el proceso de privatización, las políticas públicas dejan de ser universales y pasan al dominio del mercado que sólo atiende a las familias/personas que tienen salario/renta suficiente para pagar los “servicios”.
Las políticas públicas que se proponían atender los derechos, conquistados a lo largo de siglos y que constituyen una función de Estado, pasan a ser entendidas como servicios atendidos por la iniciativa privada. Los ciudadanos pasan a ser los “usuarios”. La mayoría, que no puede pagar los “servicios”, que no logra ser usuaria, queda relegada a vivir de las migajas que el Estado ofrece, como si fueran beneficios y atenciones especiales.
Como consecuencia de la política neoliberal aumentan las atribuciones del Estado. La privatización promueve “servicios” en detrimento de derechos. Se altera, en la práctica, la esencia interna de los Estados-nación. Aumentan las tareas, pero hay fragilidades para cumplirlas. En el núcleo de ese proceso hay despolitización de derechos y de las funciones del Estado. La igualdad parece referirse, esencialmente, al acceso a “servicios” públicos promovidos por el Estado.
La imposición de la agenda neoliberal desorganiza las estructuras internas y retira al Estado su carácter de promotor del ‘bienestar social’; privatiza los servicios públicos, impone una organización sectorial de las políticas públicas, define el cambio e interfiere en las monedas nacionales; dfine normas para la deuda pública y para el sistema de tributación como lastre de un sistema monetario internacional. La esencia de la imposición de normas provenientes de los países imperialistas capitalistas es propiciar la reproducción ampliada del capital y mantener rebajadas las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo.
Hay una tendencia a despolitizar los cambios recientes del capitalismo, más allá de la despolitización de los procesos internos, eliminando el papel del poder político en el proceso de globalización.
De este modo los actos de sumisión de los gobiernos periféricos a los designios del capital son considerados una manifestación de realismo y sensatez y todos los actos de resistencia son interpretados como irresponsabilidad, populismo, dictadura. Encontramos varios ejemplos, en especial en América Latina y en Oriente Medio que tienen que ser analizados para entender la Geografía del sistema mundo.
Calificar las acciones de los Estados como actos de conformismo o resistencia demuestra que, a pesar de las alteraciones internas, los Estados conservan aún importantes funciones internas e internacionales. Señala, asimismo, la debilidad del análisis sobre la importancia de los Estados.
Consideraciones finales
La crisis de los Estados es consecuencia del su desmantelamiento preconizado por el liberalismo en el ámbito de un nuevo imperialismo. Un nuevo imperialismo que no toma “pose” de los territorios de Estados como ocurría en el colonialismo e imperialismo clásico. El nuevo imperialismo define e impone la política, la economía y las formas de organización social.
La fuerza ideológica que es impuesta por el imperialismo capitalista se apropió de los Estados-nación. La imposición de formas de funcionamiento implica un aumento de tareas de los Estados que deriva, paradógicamente, de las premisas del neoliberalismo, al cual propugna el Estado mínimo. Esta es una cuestión poco analizada por los geógrafos.
La apropiación posibilita una fragilidad interna de los Estados que debe ser entendida por la subyugación que las potencias capitalistas imperialistas imprimen a través del poder económico, político, militar, tecnológico y de dominio de los medios de comunicación.
En la globalización económica hay una fragmentación del espacio/territorio mundial, con la aparición de un gran número de nuevos Estados nacionales, lo que demuestra la importancia del Estado. Los Estados, aunque frágiles, garantizan las condiciones para la reproducción ampliada del capital.
Es un desafío para los Geógrafos críticos analizar la importancia del territorio de los Estados-nación, así como las formas de ejercer el poder que practicadas por los Estados del centro del sistema y las corporaciones multinacionales.
Es necesario comprender la importancia de los Estados-nación en la era de la globalización económica y explicar las características del surgimiento de nuevos Estados, las funciones y los papeles atribuidos a los Estados y la complejidad de las estrategias de la geopolítica mundial. Este artículo ha tenido como propósito presentar y problematizar cuestiones que precisan ser analizadas para profundizar en el conocimiento de la complejidad de la organización del sistema mundial, sus contradicciones y conflictos.
Notas
[1] - The New York Times publicó material en el que muestra que la gran prensa norte-americana y europea se mueven de forma sincronizada. (Le Monde, 10 de marzo de 2005 p.3)
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Referencia bibliográfica:
RODRIGUES, Arlete Moysés. El aumento del número de Estados y su fragilidad interna. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2008, vol. XII, núm. 270 (31). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn-270-31.htm> [ISSN: 1138-9788]