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REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98 Vol. XI, núm. 245 (22), 1 de agosto de 2007 [Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana] |
MOVILIDADES Y CONSTRUCCIÓN DE NUEVAS TERRITORIALIDADES EN LA FRONTERA CHILENO-ARGENTINA
Cristina Hevilla
UNSJ-UJAM, Argentina
crishevilla@yahoo.es
Perla Zusman
CONICET-UBA-UNC
perlazusman@yahoo.es
A partir de la definición de los Estados Nacionales en el Cono Sur las fronteras han sido concebidas como ámbitos de diferenciación y, coyunturalmente, como espacios de cooperación internacional. Sin embargo, los procesos de integración y las políticas neoliberales aplicados en la región en la década de 1990 han alimentado los discursos de la construcción de un territorio común y del fin de las fronteras estatales nacionales. Estos discursos y las normativas asociadas han permitido la creación de un nuevo territorio en un ámbito planteado como binacional. Así, el complejo minero Pascua-Lama y Veladero (Iglesia, San Juan-III y IV Región, Chile) se ha tornado en un ámbito geográfico donde solo una empresa minera transnacional puede “afectar, influenciar, controlar personas, fenómenos y relaciones” (Sack). Mientras el capital trasnacional define casi libremente su ámbito de producción y reproducción, los pastores y baqueanos ven su movilidad fronteriza restringida por un conjunto de normativas sanitarias que dificultan el desarrollo de su actividad como la colocación de algunas de sus producciones artesanales en mercados que no sean los locales. ¿Es posible crear mecanismos para que las fronteras no se tornen en ámbitos de libre acción del capital? ¿Cómo garantizar que las movilidades de aquellos habitantes que encontraban en la dinámica fronteriza su modo de vida continúen teniendo lugar?¿Qué estrategias sería necesario llevar adelante para que los pastores y baqueanos puedan continuar desarrollando la actividad económica familiar, legado de sus antepasados?
Palabras Clave: Frontera, Territorialidades, Argentina, Chile.
From the definition of the National States in the South hemisphere the frontier have been thought as means of differentiation and spaces of international cooperation. However, the processes of integration and the neoliberal policies applied in the region during the 90s have fed the speeches of the building of a common territory and the end of national states borders. These speeches and the associated rules have let the creation of a new territory in the sphere established as binational. Thus, the mining complex Pascua Lama and Veladero (Iglesia, San Juan-III y IV Region, Chile) has turned into a geographical place where just one transnational mining company can “affect, influence, control persons, phenomena and relations” (Sack.1986). While the transnational capital defines almost freely its place of production and reproduction, the shepherds and baqueanos see that their mobility within the frontier is restricted by a group of sanitary rules which make it difficult to develop their activity like the placing of some crafts production in the market because they are not local ones. Is it possible to create mechanisms to make frontier not to turn into spheres of free capital actions? How can anyone grant a place of living to those moving inhabitants who found their way of living in the dynamic of the frontier? Which strategies would it be necessary to implement so that the shepherds and baqueanos can go on developing the familiar economic activity which was a legacy from their ancestors?
Keys words: frontier, territorialities, Argentina, Chile.
En el actual contexto mundial en que los procesos de integración y el discurso del fin de las fronteras ocupan un lugar privilegiado en la agenda política, estudiar las movilidades fronterizas de los valles cordilleranos y sus especificidades revitalizan la discusión ya que estas dinámicas demuestran que, mientras las fronteras parecerían difuminarse para garantizar la movilidad del capital, estas vuelven a erigirse en el momento en que las personas y , particularmente los migrantes, las poblaciones campesinas o los pastores desean atravesarlas.
En Sudamérica, en distintas coyunturas históricas, las fronteras han sido concebidas como ámbitos de diferenciación o de encuentro. En la década de 1990, los procesos de globalización se asociaron, por un lado, a la puesta en práctica de proyectos de formación de bloques regionales, destinados a ampliar el espacio de reproducción del capital como el MERCOSUR, y por el otro, la aplicación de políticas neoliberales a nivel estatal nacional permitieron crear normativas que aseguraban la libre acción y movilidad del capital transnacional en la región. En este contexto, las fronteras fueron entendidas como un espacio particular donde era posible, por un lado, dar cuerpo a los procesos de integración, y, por el otro, cómo ámbitos pasibles de ser incorporados a las redes globales.
La minería trasnacional, la cooperación estatal binacional y las nuevas territorializaciones de la frontera
Desde el 2003 en la frontera centro oeste chileno-argentina que corresponde a la actual Provincia de San Juan (Argentina) y a las III y IV Región chilena, se observan procesos de desterritorialización y reterritorialización[1] asociados a la movilidad del capital trasnacional representado por la gran minería y a las normas de los estados que permiten la libre acción del mismo en el ámbito fronterizo. A su vez, estos mismos estados han establecido una serie de medidas que restringen las dinámicas de las poblaciones de la zona, particularmente de los baqueanos, y de los pastores que desarrollan sus modos de vida a ambos lados y en la cordillera.
En la Argentina, desde la década del noventa, la legislación, promovida por el gobierno nacional en materia de minería, incentivó la inversión de empresas multinacionales en el sector, en el marco de leyes que les ofrecían beneficios y excepciones impositivas. Así, en el contexto de dicha desregulación estatal se permitió el ingreso de las empresas transnacionales en el sector minero. Por ejemplo: la Ley Nacional 24.196/93 de inversiones mineras, que establece la estabilidad fiscal por treinta años y otorga exenciones sobre algunos gravámenes o la Ley Nacional 24.224/93 de reordenamiento minero que dispone la ejecución de cartas geológicas de todo el territorio nacional, a fin de inventariar “los recursos naturales no renovables, estimular las inversiones y asentamientos poblacionales en las áreas de frontera”. Beneficios y exenciones impositivas incentivaron a la empresa minera canadiense Barrick Gold Corporation a comenzar a explotar los yacimientos a cielo abierto situados a 4.000 metros de altura; en un ámbito geográfico particular como es la frontera chileno- argentina[2].
Las firmas del Tratado de Integración Minera entre Chile y Argentina (1997) y el Protocolo Adicional (1999), orientados al aprovechamiento mutuo de los recursos mineros, han actuado como marco normativo colaborando en el desafío de las restricciones impuestas por aquellas otras normas que se asociaron a la erección del límite internacional en el siglo XIX.
Observamos entonces que un proyecto promovido por el discurso del “fin de las fronteras” lo que provoca son desterritorializaciones y reterritorializaciones. Se desdibuja la “línea” que separa los territorios de los estados y busca diferenciar identidades nacionales y se genera un nuevo territorio: aquel bajo dominio de la empresa minera: el Distrito Frontera[3]. En este territorio, según el protocolo minero, los trabajadores y bienes de la compañía Barrick pueden desplazarse libremente. De esta manera, El poder de la minera canadiense supera el de los estados provinciales y nacionales, es ella la que tienen el poder de “afectar, influenciar, controlar personas, fenómenos y relaciones en dichas áreas (Sack.1986). Por su lado, el territorio bajo dominio de la minera forma parte de una red global de la empresa que tiene su sede en Canadá y sus centros de explotación en distintos países como Perú, Tanzania, Estados Unidos y Australia. Así, el departamento de Iglesia y la frontera chileno-argentina se han incorporado a esta red global. A su vez, se está constituyendo una red regional que busca garantizar la fluidez del capital. Dentro de este marco, puede entenderse el interés del gobierno sanjuanino en la construcción del túnel y el mejoramiento del camino de Agua Negra, para integrarlo al corredor bioceánico Porto Alegre-Coquimbo (Ver Figura 1).
El proceso de desterritorialización y reterritorialización vinculado a la instalación de la minera a gran escala está afectando las dinámicas de las poblaciones de la zona. Mientras que algunos empleados calificados de la ciudad de San Juan, de otras regiones y países andinos son incorporados a las actividades administrativas y productivas de la mina, los habitantes de Iglesia –según datos de la empresa Barrick[4] y de nuestros entrevistados- no son incorporados por su falta de calificación. A su vez, algunos baqueanos locales están prestando servicios en la misma.
Simultáneamente a la firma del Tratado de Integración Minera, que sostiene el fin de las fronteras y promueve el trabajo conjunto entre los estados chileno y argentino para facilitar las actividades de la minera Barrick, las fronteras se vuelven a erigir a través de otro tipo de normas, esta vez, las sanitarias. Así, Chile, país declarado libre de aftosa sin vacunación desde 1981, prohíbe el cruce de la cordillera a las veranadas argentinas de los pastores o crianceros con sus animales. Esta norma se estableció en el año 2000, cuando Argentina perdió tal condición a partir de encontrarse fiebre aftosa en animales del Noreste del país. Prácticas de los estados destinadas a superar las fronteras conviven con aquellas que las vuelven a erigir[5].
Movilidades tradicionales en la frontera, impedimentos actuales: resistencias y adaptaciones
Los desplazamientos y las prácticas tradicionales de pastores y baqueanos en la actual frontera chileno-argentina tienen una historicidad colonial[6]. Las mismas implican saberes que se han convertido en el capital cultural de cada familia y que son trasmitidos de generación en generación.
Los pastores de cabras y sus familias se desplazan por territorio chileno y argentino al ritmo de las estaciones –a pesar de la prohibición- en busca de pasturas para sus majadas. Así, van armando su itinerario por la cordillera a comienzos de la primavera trasladándose desde los lugares de “invernadas”, hasta las llamadas “veranadas” (localizadas en alta cordillera) en las que permanecen todo el verano hasta el mes de Abril en el que bajan nuevamente (Aranda. 1971, Gambier. 1986, Castillo. 2003).
Actualmente en la IV Región chilena, la mayoría de los crianceros no son propietarios[7] y deben arrendar tierras en la cordillera que son propiedades privadas. Por el “talaje” o derecho de pastaje los pastores pagan por animal y por día alrededor de 27 pesos chilenos subiendo con majadas de 200 cabras o más[8]. Sus majadas constituyen su capital económico, ya que les proporcionan, la leche para la realización de quesos que posteriormente son vendidos a intermediarios que los distribuyen en las capitales regionales y, principalmente, en Santiago. Algunos poco crianceros también comercializan sus quesos en la ruta nacional Nº 5 en puestos improvisados con expresos carteles que dicen “quesos de cordillera” o en el Camino Internacional de Agua Negra (Ver Figura 2).
La carne no es vendida pero sí el estiércol que es comercializado como fertilizante. Por su lado, el cuero de estos animales es usado para confeccionar los aperos de las monturas.
Por su lado, los baqueanos como expertos conocedores de la cordillera son los guías necesarios para explorarla o atravesarla. Ellos se han dedicado y se dedican a conducir a mineros, montañistas, científicos y, actualmente también a turistas por los Andes. Muchos de los baqueanos entrevistados nos cuentan que poseían importantes cantidades de ganado:
“[Mis padres] tenían animales.... y después empezamos a trabajar... antes salían muchas comisiones a la cordillera... ingenieros, geólogos y ahí empecé a ir a trabajar... y me empecé a hacer baqueano y después tuve mulas... así que me buscaban.... para hacer traslado de los que estaban en hidráulica... llevarles cosas... en comisión... así que cuando tenía las mulas el verano casi lo pasaba por allá nomás... bajaba por unos ocho días y ya me buscaba otro...”[9].
Cuando los baqueanos evocan su territorialidad pasada, la cordillera aparece como un lugar de libre desplazamiento. Así nos contaban nuestros informantes. “Teníamos animales para alquilar… sabia ir gente también a ser mineros…muchos mineros… para la cordillera y para el límite también de Chile… que ahí están todas las minas… a veces íbamos a sacar muestras… y llevábamos las cosas para dormir… se podía cazar… y en partes pescar…”[10].
Su oficio no sólo implica el conocimiento del terreno, de los refugios y de las sendas más seguras sino también incluyen nociones sobre el clima de alta montaña, la flora y la fauna y las riquezas mineras de cada lugar[11].
Sin embargo, la situación actual de los oficios de crianceros y baqueanos ha cambiado, por cuestiones sanitarias el estado chileno limita el pasaje de estos grupos del lado chileno al lado argentino. Veremos a continuación, en primer lugar, las estrategias que establecen los estados argentino y chileno para controlar este cruce y para subsanar las dificultades económicas que esta restricción implica para las economías familiares. En segundo lugar, presentaremos las estrategias que se dan los propios crianceros y baqueanos para afrontar aquellas restricciones. Así, mientras algunos deciden adaptarse a la nueva coyuntura, otros resisten, burlan y desafían las propuestas restrictivas planteadas por los estados en cuestión.
Las estrategias gubernamentales frente a los crianceros y baqueanos
Algunos funcionarios del gobierno chileno considera la actividad de los crianceros como un “problema” ya que el posible cruce del lado argentino puede poner en peligro la posición de Chile en el comercio internacional, una de las principales fuentes de divisas del país.
Por tal motivo, los intentos por controlar la actividad criancera por parte del gobierno trasandino son importantes. Existe una expresa prohibición de traspasar el límite internacional por el peligro de la fiebre aftosa. Los controles a las majadas de los crianceros los realiza el SAG (Servicio Agrícola Ganadero) juntos con los Carabineros chilenos en la frontera. El SAG -que cuenta con oficinas y profesionales tanto en las capitales regionales y provinciales como en las comunas y pueblos- tiene en algunos de ellos un catastro donde registran a los crianceros y sus majadas de su área de incumbencia. A su vez, a cada criancero se le otorga una especie de carnet donde consta un número –que es el que deberá figurar en los quesos producidos por él y que servirá para identificar fácilmente al criancero responsable de su producción en caso de intoxicación – y los controles sanitarios a los que es sometido mensualmente el ganado.
El cruce de los ganados chilenos al lado argentino es controlado en forma coordinada por los carabineros chilenos y la gendarmería argentina. Desde el año 2001, por el tema de la fiebre aftosa, se acordó que en el caso que Gendarmería encontrara crianceros en las veranadas argentinas por ley debía proceder: “al secuestro de los animales en cuestión y la detención de el o los sujetos involucrados y ponerlos a disposición de las autoridades aduaneras y judiciales correspondientes”[12]. Como advertimos los crianceros pueden perder todo su ganado al no cumplir con estas normas porque si se descubre que han estado del lado argentino, se sacrifican sus rebaños.
Al mismo tiempo que el gobierno chileno pretende controlar el pasaje de los crianceros chilenos a las veranadas argentinas realizando un conjunto de acciones destinadas a mejorar la situación económica de estos y en buscar de tornar productiva su actividad.
Así, las instituciones oficiales como por ejemplo el INDAP (Instituto de Desarrollo Agropecuario) ha implementado sistemas de préstamos y subsidios que se entregan a los crianceros para paliar los problemas de las sequías, o la falta de buenos pastos en las cordilleras chilenas ya sea de propietarios privados o de empresas mineras[13]. Así, por un lado, se pretende evitar que los crianceros crucen la frontera y, por otro, asistir a sus necesidades. Frente a la prohibición de circular por caminos y rutas con el ganado. Estos subsidios contribuyen al pago del transporte del ganado de los crianceros a los campos de pastaje[14]. La prohibición de circular por caminos y rutas es también sanitaria. Esta última proscripción busca proteger los campos cordilleranos que están realizando un reconversión productiva dedicándose a cultivos de exportación (por ejemplo, la palta en la IV Región) y, también, evitar problemas de tránsito en rutas como el Camino Internacional de Agua Negra.
Una salida menos asistencialista a la situación de los crianceros, como lo plantean los gobiernos provinciales y comunales, sería “mejorar la calidad de la ganadería caprina” o “profesionalizar” la producción quesera para convertirla en un “potencial de exportación”.
Frente al hecho que, por cuestiones bromatológicas, la producción de quesos artesanales no alcanzan las condiciones mínimas para insertarse en el mercado local y en el exterior, el gobierno central y los regionales de Chile han realizado acuerdos a partir de la iniciativa de una ONG con otros países -por ejemplo Bélgica- para instalar plantas queseras que cumplen con todas las normas de sanidad.
La prensa local se ha hecho eco de estas iniciativas informando de cada uno de estos proyectos pero, nuestro trabajo de campo, nos ha permitido constatar que en el ámbito cordillerano de la IV Región – al menos las plantas queseras- no han funcionado y están actualmente abandonadas.
El trabajo de campo ha mostrado el carácter poco rentable de su uso, Algunos de nuestros entrevistados han opinado por ejemplo, que los quesos de plantas queseras se venden en los supermercados, son más caros y no responden en general al gusto de la mayoría de la gente[15]. Algunos de los pocos crianceros propietarios, que han intentado producir queso de cabra en dichas plantas, nos han contado, que no pudieron competir con la venta de quesos de los crianceros que continúan yendo a las veranadas:
“el trabajo es mucho….y no es rentable…hace dos años que dejé las cabras y ahora me dedico a los parrones, a los nogales y a la alfalfa que cada dos por tres me invaden las cabras”[16].
Otro de nuestros entrevistados expresó; “a los crianceros no les convenía (…) parecía que las plantas se las dieron a cooperativas, eran varios socios crianceros, se fueron yendo de a uno y cerraron la planta de Pichasca[17]”.
Hasta aquí vimos las distintas estrategias del estado puestas en juego para restringir el cruce fronterizo de los crianceros y, a su vez, para subsanar las dificultades que la penalización del cruce acarrea a la propia actividad.
¿Ahora bien, cuál es la posición del Estado frente a las prácticas de los baqueanos? Tanto en el caso chileno como argentino, el estado ha buscado idear formas de controlar sus prácticas e incorporarlos en las estrategias llevadas adelante por él mismo o por otros actores que frecuentan la cordillera, con una lógica diferenciada de aquellas que ellos han mantenido históricamente.
En el caso chileno, el estado los contrata como guías en la alta cordillera para ejercer el control sanitario de las majadas de los crianceros guiando por ejemplo a los funcionarios de SAG.
Por su lado, en el caso argentino, los municipios cordilleranos, como por ejemplo, el de Calingasta ha organizado una habilitación municipal para que los baqueanos ejerzan su profesión. A través de un examen quedan habilitados con un permiso que les permite ser convocados para prestar auxilio cuando se pierden personas o hay accidentes en la cordillera. Así también, en tanto están identificados en el registro municipal de baqueanos, pueden guiar a los científicos, a los deportistas y a contingentes turísticos por los Andes.[18].
Estrategias de resistencia y adaptación de los crianceros frente a las normativas estatales
Actualmente la mayoría de los crianceros de la IV Región chilena se reúnen en organizaciones comunitarias que se ocupan de la defensa de sus intereses. De esta forma, las agrupaciones de crianceros buscan resistir a estas imposiciones estatales de no cruzar la cordillera mediante una respuesta organizada reclamando al gobierno el pago de subsidios para su actividad. Además, frente a la carencia de pastos de calidad semejante a los existentes del lado argentino reclaman la proposición de zonas de pastaje alternativas y la construcción de pozos profundos para solucionar la escasez de agua. El gobierno chileno responde a estos reclamos estableciendo -como ya dijimos- subsidios diferenciales y tratando de reconvertir la actividad a las necesidades del mercado global.
Muchos crianceros de la IV Región en particular resisten[19] burlando la prohibición y continuando con los desplazamientos transcordilleranos y con la producción y venta de quesos artesanales aunque esto implique sanciones que los lleven a perderlo todo.
Son excepciones a la regla general aquellos crianceros que son propietarios de cordillera que se adaptan a las nuevas exigencias del mundo globalizado reconvirtiendo sus propiedades a los cultivos agrícolas convenientes u organizando propuestas turísticas en la cordillera en la que aprovechan sus conocimientos del territorio y su patrimonio alquilando cabañas, caballos, ofreciendo circuitos que también traspasan el límite internacional.
Estrategias de adaptación de los baqueanos
En la actualidad los baqueanos del lado argentino, como hemos expresado, se ven sometidos a un conjunto de restricciones para el desarrollo tradicional de su actividad que implicaba el libre desplazamiento por los ámbitos cordilleranos. La decisión de muchos de ellos de adaptarse a las necesidades del “amplio mundo”, como trabajar para las actividades mineras o del turismo, ha implicado demostrar sus saberes ante instituciones estatales como Gendarmería y la Municipalidad y tener cierto capital económico. Así, se han incorporando a un “registro” existente en las oficinas municipales para garantizar a quienes necesiten de sus servicios el conocimiento cordillerano y la seguridad en los viajes. Uno de nuestros entrevistados nos relata:
“Yo me iba a sacar los papeles de baqueano pero necesitaba tropa….de mulas. Tengo caballos en la cordillera, pero son chúcaros… necesito plata. Mi hermano trabaja de baqueano pero en Mendoza…allí en Puente del Inca…no me acuerdo para que empresa, llevando turistas…como guía. Se va 3 meses por la temporada todo los años, ni las fiestas pasa con nosotros….y gana re bien….[20]”.
Tanto del lado chileno como del lado argentino algunos baqueanos han otorgado a su actividad un carácter empresarial. Muchos de ellos han establecido emprendimientos turísticos (camping, cabañas). Desde estos emprendimientos organizan salidas a la cordillera buscando atender a la demanda europea (turistas, deportistas, funcionarios de gobierno, científicos). Por ejemplo, del lado argentino, en Barreal, se ofrecen travesías, con alto nivel de sofisticación, brindando varias monturas por persona, cocinero y el apoyo de vehículos todo terreno. Del lado chileno algunos de nuestros entrevistados cuentan con cabañas y caballares para alquilar o espacio para realizar camping y tener un contactó más “próximo con la naturaleza”.
A modo de conclusión
Las dinámicas fronterizas que son el modo de vida de crianceros y baqueanos han sido afectadas por las relaciones de cada uno de los estados con el mundo global. Observamos que mientras que los estados se desterritorializan frente a las prácticas del capital transnacional -minería turismo, mercados de exportación-, se territorializan frente a los de los pastores o crianceros, uno de los sectores sociales más pobres de la economía chilena. De esta manera, pueden inferirse que las prácticas de desterritorialización y territorializacion implican inclusiones y exclusiones sociales. Al mismo tiempo observamos que el lugar de la frontera no es ni indiferente a las actividades de los agentes locales, ni a los procesos globales sino que es parte y condición de ambos procesos. En el caso de la frontera chileno-argentina, si bien los procesos de re-territorialización son conformados a través de la acción de las redes globales que convierten al lugar en posibilidad de esos acontecimientos, estas acciones se entrelazan con las prácticas locales, que “negocian” su existencia en el contexto de la “modernidad mundo” (Ortiz. 2002, 41). Es decir que “cada lugar es, al mismo tiempo objeto de una razón global y de una razón local" (Santos, 1996, 157).
Así, estas formas de vida de frontera permanecen, no son barridas por los procesos globales, ya que encuentran estrategias –de resistencia y adaptación- a los mismos. Entre las estrategias de los crianceros ante las imposiciones y las prácticas asistencialistas del estado chileno hemos advertido que, por un lado, al organizarse y pedir ayuda al Estado se hacen visibles como habitantes de la frontera y, por otro, al resistir franqueando la frontera y continuado con la elaboración de quesos artesanales buscan tornarse invisibles para las prácticas de control, pero esta invisibilidad es condición y posibilidad de resistencia. En cuanto a los baqueanos del lado argentino se han adaptado a los pedidos del Estado y están reconvirtiendo sus saberes a las necesidades de los desplazamientos de tiempos más rápidos (como en del capital o del turismo). Acciones similares han llevado a cabo los baqueanos chilenos con sus reconversiones en las producciones agrícolas o turísticas.
A su vez, advertimos que los estados por su parte también ceden y conceden ante la persistencia de estas prácticas. Por ejemplo, algunos de nuestros entrevistados gubernamentales están pensando soluciones para que los crianceros vuelvan a pastar en las veranadas argentinas legalmente. Conocen la situación sanitaria de San Juan respecto de la fiebre aftosa y proponen crear una zona liberada en la frontera –San Juan IV Región- como en la frontera sur[21]. Así también el gobierno sanjuanino ha expresado en los últimos años la necesidad de volver a cobrar impuestos por el pastaje en las veranadas como se realizaba hasta el año 2000[22]. En las XV Reunión de los Comité de Frontera se puso de manifiesto un ánimo favorable por parte de las delegaciones que representaban a la Argentina y a Chile proponiendo sobre las veranadas que:
“este tema sea sometido a un análisis a través de una comisión de los organismos competentes de ambos países y además se eleve al conocimiento de las respectivas cancillerías al fin de emitir un pronunciamiento definitivo de estudiar más profundamente y regionalmente la situación con el fin de dar una respuesta a los trabajadores de esta actividad”[23].
De lo planteado hasta aquí, parecería que los estados argentino-chileno crean y recrean más la relación entre sus prácticas fronterizas y las de los baqueanos y de los crianceros (aunque sin poner en cuestión su práctica de control y restricción de sus acciones), que aquellas que desarrollan con el capital transnacional. Quizás sean otros actores como aquellos vinculados a las asambleas de auto convocados en contra a la actividad de las mineras (de ambos lados de la frontera), los que, a través de sus prácticas de resistencia puedan llegar a desestabilizar sus posiciones y contribuir a recuperar un proyecto de estado que contemple más las necesidades de las poblaciones, regule y controle las acciones de las empresas transnacionales en las fronteras.
Citas y Notas
[2] Los dos emprendimientos mineros auríferos más importantes actualmente en la Provincia de San Juan (Argentina) son el de Veladero y el de Pascua Lama (sobre el límite internacional) en el departamento de Iglesia. Al mismo tiempo están en etapa de prospección varios emprendimientos en el departamento fronterizo de Calingasta, entre ellos, Casposo que también es un yacimiento compartido por ambos países (binacional).
[3] Perez, Elizabeth. 1500 millones de inversión. Diario de Cuyo, 19 de Julio de 2004; [En línea]. <http://www.diariodecuyo.com.ar>. [19 de Julio de 2004].
[4] Entrevista a Miguel, vocero de la Empresa Barrick..
[5] Estos temas están más desarrollados en: Hevilla, C. y Molina, M. 2006.
[6] Las prácticas de los pastores o crianceros adquieren visibilidad en los estudios académicos -tanto argentinos como chilenos- a partir de la década de 1970, cuando en ambos países aparecen las primeras publicaciones sobre el tema. Entre los trabajos vinculados a la geografía en Chile ver: Aranda (1971) y en los estudios relacionados a la arqueología en la Argentina ver: Gambier. (1986).
[7] La comunidad agrícola son organizaciones sociales de pequeños agricultores, unidos por lazos de parentesco y amistad en torno a la propiedad común de una extensión territorial indivisa y fundamentalmente de secano. (Ramírez. 2003, p.183). Algunos crianceros pertenecen a dichas Comunidades Agrícolas y por tanto tienen una situación percibida en general como de Mayor “organización y estabilidad”. Entrevista a Griselda, Mateo y Javier, La Serena, IV Región, Chile, Enero de 2006.
[8] Entrevista a Marcelo, Carabinero del Reten de Río Hurtado, IV Región, Chile (2007); entrevista a los hermanos José y Arnoldo, propietarios de campos de Cordillera en la Quebrada del Agua, Las Ramadas, IV Región, Chile, Enero de 2007.
[9] Entrevista al baqueano Mercedes, Tamberias, Calingasta (San Juan - Argentina), 14 de Agosto de 2004. Otros baqueanos de Iglesia nos confirman estos datos. Entrevistas realizada a Justo en “Malimán de abajo”, (San Juan, Argentina), Julio de 2004.
[10] Entrevistas realizada a Carlos en “el Chillando” Iglesia, (San Juan , Argentina), Julio de 2004
[11] Domingo F. Sarmiento describe en el Facundo (1845) las destrezas del baqueano, expresando: "(...) El baqueano es un gaucho grave y reservado, que conoce a palmo veinte mil leguas cuadradas de llanuras, bosques y montañas. Es el topógrafo más completo (...) Un baqueano encuentra una sendita que hace cruz en el camino que lleva: él sabe a qué aguada remota conduce (...) él sabe el vado oculto que tiene un río más arriba o más abajo del paso ordinario, y esto en cien ríos o arroyos (...) En lo más oscuro de la noche, en medio de los bosques o en las llanuras sin límites, perdidos sus compañeros extraviados, da una vuelta en círculo de ellos, observa los árboles, si los hay; se desmonta, se inclina a la tierra, examina algunos matorrales y se orienta de la altura en que se halla; monta (...) y se dirige hacia el rumbo que señala, tranquilo, sin prisa y sin responder a las objeciones que el temor o la fascinación sugieren a los otros (...)". (Sarmiento.1982, p. 35-36). Sobre baqueanos ver: Escolar, D.1996/1997, p.17-37.
[12] Acta final de la X reunión del Comité de Frontera Paso de Agua Negra, San Juan 25 y 26 de Septiembre de 2001. [En línea]. <http://www.cancilleria.gov.ar/portal/seree/dilyf/chile/ag2001.swf>. [29 de Marzo de 2007].
[13] Estas ayudas consisten en la entrega a los crianceros de unos bonos de alrededor de 100 o 120.000 pesos chilenos.
[14] Diario La Cuarta, 20 de Septiembre de 2006.
[15] Entrevista a propietario de Bodegones, Ovalle, Enerode 2007.
[16] Entrevista a José y Arnoldo, propietarios de cordillera, Las Ramadas, IV Región (Chile), Enerode 2007. Ellos también comentaron algunos problemas de las instalaciones de las plantas queseras belgas, por ejemplo: falta de aireación, instalaciones pequeñas, el uso de plásticos que se podrían al madurar los quesos, etc. Estas sin embargo tenían sistema de alcantarillado y baño.
[17] Entrevista a Marcelo, Carabinero del Reten de Río Hurtado, IV Región, Chile
[18] Actualmente los baqueanos de Calingasta (San Juan ) no se ganan la vida de forma independiente como antes porque no tienen recursos, trabajan para emprendimientos turísticos privados del departamento y también de la provincia de Mendoza.
[19] Según Cindi Katz, mientras que la adaptación supone la aceptación de las condiciones impuestas y la búsqueda de estrategias de supervivencia en el marco de las mismas, la resistencia implica “una respuesta activa y organizada a los cambios. Conlleva mucho más que recuperar el sentido de la dignidad” (Katz, 2000, 39). La gente decide agruparse para intervenir en las prácticas que se le imponen y que afectan a sus formas de vida.
[20] Entrevista a Carlos, baqueano de Tamberías, Calingasta ; San Juan, Diciembre de 20006
[21] “Desde 2002, la Patagonia Sur, integrada por Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut, es considerada libre de aftosa sin vacunación, mientras que Río Negro y Neuquén, provincias que conforman la denominada Patagonia Norte, tendrían la misma calificación, tras un período de vigilancia especial, a partir de la reunión que en Mayo de 2007 realizará la Organización Internacional de Epizootias. Diario Nación, Otra vez libres de aftosa, 19 de Marzo de 2007. [En línea]. <http://www.lanacion.com.ar/892578>. [29 de Marzo de 2007].
[22] Diario de Cuyo, Veranadas: quieren cobrarlas de nuevo. Diario de Cuyo, 28 de Abril de 2006. [En línea]. <http://www.diariodecuyo.com.ar>. [28 de Abril de 2006].
[23] La subcomisión de temas fito y zoosanitarios argentinas como chilenas, XV Encuentro del Comité de Frontera Agua Negra Argentina y Chile. La Serena 18 y 19 de Octubre de 2006. [En línea]. <http://www.sanjuan.gov.ar/gobierno/aguanegra/fac_front/sag_senasa_2006.pdf >. [29 de Marzo de 2007].
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© Copyright Cristina Hevilla, Perla Zusman, 2007
© Copyright Scripta Nova , 2007
Ficha bibliográfica:
HEVILLA, Cristina; ZUSMAN, Perla. Movilidades y construcción de nuevas territorialidades en la frontera chileno-argentina. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2007, vol. XI, núm. 245 (22). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-24522.htm> [ISSN: 1138-9788]
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