Scripta Nova |
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN
Silvana Maria Pintaudi
Universidade Estadual
Paulista – UNESP
E- mail: observa@rc.unesp.br
Participación Ciudadana en
La
participación ciudadana en el poder local presupone distribución de poder entre
todos los integrantes de una comunidad. Desde luego, esto implica un problema
político porque sociedad y estado tienen objetivos contradictorios en lo que
respecta al poder. Y hay grados de subordinación al estado muy distintos entre
miembros de una comunidad local. Por otra parte, la industria cultural también
sujeta a la sociedad, causando grados muy diversos de dependencia.
Cuando
la participación ciudadana es un efectivo instrumento de emancipación de la
sociedad, al mismo tiempo, deja de ser funcional al estado. Tomando esto en
cuenta y todo el potencial que existe en este instrumento de gestión pública,
debemos comprender mejor sus límites y capacidades para no perder sus
posibilidades de contribuir para la construcción de espacios urbanos más
generosos para la reproducción de la vida humana.
Palabras clave: participación ciudadana, gestión pública,
políticas públicas, poder local, espacio urbano.
Citizen’s participation and public administration: a
political challenge (Abstract)
Citizens’ participation in the local administration supposes distribution of power among all members of a community. Such circumstance involves a political problem, because society and state have different aims when power is in discussion. State subordinates all members of a community in different ranks. In addition, the cultural industry submits society, bringing about very different ways of dependency.
When citizens’ participation is a true tool for society’s emancipation, it is no longer useful to the state. Taking this fact in consideration and all potential power of this tool in the public administration, we need a better comprehension of the limits and capacities in order not to waist theirs potential contribution for the construction of better urban spaces for human occupation.
Key-words: Citizens’ participation, public administration, public policies, local power, urban space.
Introducción
En
Brasil, desde los años 80s, se vienen desarrollando nuevas formas de gestión pública
a través de la participación ciudadana. Las experiencias son innumeras y ya es
posible hacer balances que indiquen lo que se ha logrado en concreto y que
permitan reflexionar sobre las transformaciones que han provocado en la vida y
en el espacio urbanos por la vía de la
llamada democracia participativa.
La
legislación brasileña, y particularmente con la promulgación del Estatuto de la
Ciudad (Ley Federal no 10.257 de 10/07/2001), se cuenta, entre los instrumentos de gestión,
con órganos colegiados de política urbana; además, la referida ley determina
que, en los municipios, la gestión del presupuesto sea participativa a través
de debates, consultas y audiencias públicas.
En
este país, todo esto ha sido el resultado visible de un grande esfuerzo por
parte de movimientos sociales y luchas políticas por condiciones de vida dignas
y participación ciudadana. Hay una extensa bibliografía sobre el tema y las
experiencias vividas, de artículos a libros enteros, narrando y discutiendo las
posibilidades de la gestión democrática a través de consejos gestores públicos
(hemos indicado algunos en la bibliografía). La experiencia brasileña ha
ultrapasado fronteras y ha nutrido como también se nutrió de contribuciones
extranjeras, interesadas en la temática. Pero hay que ser destacado un primer
punto: aunque tengamos en Brasil una Ley Federal, resultado de muchos embates
políticos, que abre grandes posibilidades de renovación en la gestión pública
de carácter democrático y participativo, esto no es de ninguna manera
generalizado en el territorio nacional. Como no lo es en otros países. En
varias oportunidades hemos podido constatar que en estos temas hay municipios
que, en algunos momentos, tienen un
papel destacado, están representados en reuniones de intercambio de
experiencias nacionales e internacionales sobre el quehacer democrático, pero
pasado un tiempo y con cambios políticos en el poder local, hay una ruptura,
una falta de continuidad y la participación ciudadana como que se pierde. Por
otra parte se verifica que hay una propensión de los bancos internacionales que
disponen de recursos “para financiar el desarrollo” en dirigir tales recursos
para locales donde hay consejos locales de ciudadanos que cuiden de controlar
los presupuestos, por ejemplo. Se presenta aquí una contradicción. Promover el
desarrollo en países, o regiones, donde hay carencias de todas las ordenes,
desde las más básicas, no es lucrativo a corto plazo y ‘talvez’ lo sea largo
plazo; por esto mismo es una tarea de estado. Pero muchos estados, como Brasil,
deben recurrir a bancos externos para financiar este desarrollo y esto
compromete parte importante de su producto interno. El hecho de que los bancos
deán atención a la existencia de gestiones locales democráticas y
participativas para liberar préstamos parece indicar que el ojo del ciudadano
ayuda a cuidar y reproducir el capital. Y aquí nos preguntamos: ¿la
participación ciudadana en la gestión pública es emancipatoria?
Como
apoyo a la presente reflexión utilizaremos como referencia un instrumento de
gestión pública con participación ciudadana, la denominada Conferencia de
En un
primer momento profundizaremos la problemática sobre el tema, seguida de la
descripción analítica del instrumento y, a continuación, nuestras consideraciones
críticas.
El tema y la problemática
La
participación ciudadana en el poder local presupone distribución de poder entre
todos los integrantes de una comunidad, lo que implica un problema político
porque sociedad y estado tienen objetivos contradictorios en lo que respecta al
poder. Además existen grados de subordinación al estado muy distintos entre
miembros de una misma comunidad local. Examinemos estas cuestiones.
Un
primer punto a destacar es que, en los últimos 25 años, hemos visto un cambio en
el rol de los gobiernos locales, por lo menos es lo que se puede identificar en
algunos municipios brasileños, que pasaron de una fuerte centralización de
poder junto al gobierno federal hacia un papel más protagónico. Esta conquista
política ha costado y está costando mucho esfuerzo por parte de los gobiernos
locales, particularmente de aquellos que quieren desarrollar políticas públicas
contemplando soluciones que consideren perspectivas de libertad, igualdad y
solidariedad. Son muchas las carencias y pocos los recursos, que muchas veces
ni llegan a los necesitados. Esta situación de penuria, a nuestro juicio,
facilita en parte la idea de llamar a los ciudadanos para compartir las
decisiones.
A
toda esta nueva forma de gestión pública se denomina de “democracia
participativa”, distinta de la “democracia representativa” por el hecho de
ampliar las bases de discusión en la toma de decisiones, a través de la
consulta a la sociedad civil, organizada en consejos y/o entidades de
representación popular. Pero la llamada “democracia participativa” también
tiene sus limitaciones, pues si de un lado ni siempre las personas se disponen
a participar, de otro implica la existencia de un Estado que, además de
reconocer los derechos de sus ciudadanos, divide con ellos el poder de
establecer criterios para el establecimiento de políticas públicas. Además, las
distinciones hechas por los autores entorno de la democracia ha hecho
proliferar epítetos para esta palabra. En realidad se tratan de
especificaciones alrededor del tema de la democracia que ha llevado distintos
autores a elaborar topologías sobre las innumeras formas de regimenes
democráticos[i].
Pero sea cual sea el nombre de la democracia, según Sartori (2001, p.108), el problema siempre ha sido la manera y en que medida se traspasa el poder del pueblo hacia la cúpula del sistema de poder constituido cuando afirma que “una cosa es la titularidad, y otra cosa totalmente distinta es el ejercicio del poder. El pueblo soberano es titular del poder. Pero, ¿de que manera el mismo pueblo se torna también capacitado para ejercer el poder?”
En el
caso de la forma de gobierno llamada “democracia participativa”, el Estado
además de reconocer los derechos del ciudadano divide con ellos el poder de
establecer criterios para las políticas públicas. Todo esto presupone
ciudadanos informados y actuantes con influencia en la formulación y
acompañamiento de políticas acordadas en conjunto, poder público y sociedad civil.
Para que todo esto funcione más o menos bien, el poder público debe ser
completamente transparente, informando todas sus acciones. Sabemos que esto no
es así tan fácil en la practica, mismo porque la educación, o mejor dicho, el
sistema educacional no está preocupado con la formación del ciudadano y los
medios de comunicación informan según intereses los más diversos. Es necesario cuestionar entonces, junto con
Sartori, de que manera el pueblo está
capacitado para ejercer el poder. Este autor afirma que es necesario
considerar la noción de opinión pública y la cuestión de la información.
Si estamos de acuerdo con Sartori cuando escribe que “uma opinião é dita pública não só porque
pertence ao público, mas também porque envolve a res publica, a coisa
pública, quer dizer, assuntos que são de natureza pública: o interesse geral, o
bem comum, os problemas coletivos”, estamos también delante un problema
todavía más serio que es el de la autonomía. ¿En que términos la opinión pública
puede ser considerada autónoma cuando la industria cultural sujeta a la
sociedad, causando grados muy diversos de dependencia? La opinión ya no se hace
por el público sino que apenas en el público, lo que no es decir lo
mismo. Para Sartori (2001, p.52), opinión pública es saber no ciencia
y la opinión como convicción se torna creencia.
Cuando tratamos de estudiar las
nuevas formas de gestión con la participación ciudadana, es necesario tener en
cuenta la formación de la opinión. Mismo porque si por parte del gobierno hay disposición
de trasmitir la información, los media ni
siempre están dispuestos a hacerlo porque representan intereses particulares. Y
cuando se trata de intereses privados que además comandan los media es muy difícil que prevalezca el
interés público.
Otra cosa a considerar es la
conformación de la sociedad actual, tal como se presenta en este momento de
globalización. Para algunos autores (Baudrillard, Canetti, Sloterdjik, entre
otros), no estamos más delante de la sociedad sino que de la masa. Baudrillard (1993), para quienes este termino
no es un concepto, sino que una noción fluida, escribió que
a massa é característica da nossa modernidade, na qualidade de fenômeno
altamente implosivo, irredutível a qualquer prática e teoria tradicionais,
talvez mesmo irredutível a qualquer prática e a qualquer teoria simplesmente
(p. 9-10.)
A massa é sem atributo, sem predicado, sem qualidade, sem referência. Aí
está sua definição, ou sua indefinição radical (...) a massa é o que resta
quando se esqueceu tudo do social (p.12).
Sloterdijk (2002), llama la atención, entre otras
cosas, para el hecho de que el desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido
que la masa sea masa sin verse, o sea sin juntarse en un determinado sitio
(p.20). Y la televisión para esto es el instrumento perfecto, que sujeta a
todos los individuos separadamente, pero les trasmite la idea de estar junto,
participar, estar reunidos. Además,
a massa não reunida e não reunível na sociedade pós-moderna (sic)[ii] não possui mais, por essa razão um sentimento
de corpo e espaços próprios; ela não se vê mais confluir e agir, não sente mais
sua natureza pulsante; não produz mais um grito conjunto (p. 21). (...) A massa
pós-moderna é massa sem potencial, uma soma de microanarquias e solidões que
mal lembra o tempo em que – incitada e conscientizada pelos seus porta-vozes e
secretários-gerais – deveria e queria fazer história como coletivo prenhe de
expressão (p.22).
Ante todo lo esto, podemos evaluar
cuanto es difícil y insondable el ejercicio del poder por el pueblo, porque
comprender y defender el interés público, de la mayoría, cuando no existe más
un sprit de corps es muy difícil. La
masa es informada por los media,
particularmente
El poder local en la actualidad está
muy frágil, aunque haya todo un discurso y mismo acciones que traten de
demostrar lo contrario. Es necesario acordarnos también que este poder está
basado ‘y vive de’ un territorio y en un tiempo determinado. En Brasil, en los
municipios, se tiene que elegir alcaldes y ediles a cada cuatro años, con
derecho a una reelección consecutiva. En este período determinado, los
gobernantes tienen que (co)responder a las demandas y presiones colectivas
locales, sea de un grupo social o de muchos. No pasa lo mismo con los que
tienen el poder financiero. Según ha destacado Harvey (2004, p.32), ellos
responden a grupos pero en espacio y tiempo continuos, lo que es muy distinto.
Es con estas bases que podemos
pensar la participación ciudadana, por
lo menos en Brasil.
El instrumento de gestión
Analizaremos un instrumento de gestión pública
municipal, que ha demandado una consulta a la población y ha sido experimentado
en una ciudad mediana brasileña con aproximadamente 180.000 habitantes. Tal
instrumento fue construido para discutir, con los habitantes del municipio, el
plan de gobierno presentado como propuesta por
el candidato electo para el período 2001-2004. Destacamos que el
referido candidato era
entonces alcalde (1997-2000) y esto ha permitido un preparo de la ciudadanía en
lo que respecta a participación en consejos en un primer período. Es necesario
decir que en el periodo electoral, cuando los candidatos están en los comicios,
es muy difícil que se discutan programas o planes de gobierno, y considerábamos que esta ausencia dificultaba
el compromiso entre electores y elegidos para ejecutar una acción en común,
saber esperar el momento oportuno de hacerla, en fin, no apenas solicitar sino
que también saber sobre los tramites necesarios, los recursos financieros y
humanos que se tienen que poner en marcha para una determinada acción. La equipe de gobierno de aquel momento entendía
muy ristrita la existencia de consejos temáticos y que era necesario ampliar el
debate, articulando mejor la participación ciudadana. Los consejos son reconocidos por ordenamiento jurídico del
Estado lo que es esencial para que la participación sea formalmente reconocida
y sus sugerencias puedan ser sometidas al poder legislativo local, regional o
nacional (Pintaudi, 2003, p.173).
Tomando como base los grandes rasgos del programa
de gobierno formulado para el debate electoral que, como adelantamos, nunca se
concretiza, una equipe integrada por secretarios y directores (cerca de ocho
personas del gobierno) empezó a preparar una Conferencia Municipal inicio de
octubre del 2000 (al día siguiente de la elección) y que tuvo lugar en
noviembre del mismo año en la ciudad de Rio Claro, Estado de São Paulo. Los
temas del programa Rio Claro, Cidade Viva
eran: seguridad, trabajo, familia, medio ambiente y, finalmente, comunicación y
transportes. Las metas del programa tenían como misión: la vida de calidad;
como visón: el trabajo intersectorial; como valores: vida, trabajo familia,
medio ambiente e integración; y como meta final: vida de calidad para 100% de
sus habitantes. En relación con el programa desarrollado en los cuatro años
anteriores, este programa proponía la continuidad del trabajo iniciado entre
los años 1997 y 2000 que ya ofrecía mejores servicios a los munícipes, había
restablecido la credibilidad en la municipalidad, estimulaba el trabajo
intersectorial e impulsara la participación popular a través de los consejos
municipales temáticos[iii].
Para alcanzar los objetivos se entendía como necesaria una política
organizacional, comprendiendo modernización de la receta pública y de la
administración, como también mejor organización de la sociedad civil, para dar
apoyo a políticas sociales, culturales y económicas del municipio.
Cada uno de los temas ha merecido un tratamiento
específico y coordinado entre todas las secretarías de gobierno para promover
la mejor integración del trabajo. Para que se pueda conocer con más detalle,
había un enunciado acompañando cada tema de
Fueron invitadas todas las entidades reconocidas
en la ciudad y cada una tenía la posibilidad de inscribir hasta 3
representantes con derecho a voto. Era facultada la entrada de cualquiera con
derecho a manifestación, pero el voto era limitado a 3 por entidad. Estuvieron
representadas 347 entidades y los participantes llegaron a 1.036 inscritos.
Cada reunión era precedida por un resumen presentado
por el alcalde de lo que se había sido realizado hasta la fecha en el tema, que
era seguido de una reunión de los participantes agrupados en sub-temas, cual
sean:
Seguridad: salud, transito y trasporte, defensa
civil, seguridad, legislación.
Trabajo y desarrollo económico: legislación e
incentivos fiscales, asociaciones y cooperativas, agrobusiness, expansión industrial e infraestructura, generación de
empleo y renta, turismo y comércio.
Familia: atención social, organización local y
participación comunitaria, salud de la familia, sport, cultura y ocio,
habitación de interés social, educación.
Medio ambiente: planeamiento y legislación
ambiental, educación ambiental, residuos sólidos urbanos, gestión de recursos
hídricos, áreas verdes.
Integración y comunicación para el desarrollo:
características socio-culturales para la integración, turismo y relaciones
comerciales, integración y comunicación, circulación e infraestructura.
Cada inscrito, al ingresar al local de la
conferencia, en el momento que firmaba su presencia, elegía un sub-tema para
discutir en un grupo menor y poder profundizarlo después que el alcalde
presentaba el tema de la reunión. Al término de las discusiones en grupo, se
realizaba una reunión plenaria final donde eran anunciadas, por grupo, todas
las propuestas que habían sido consideradas. Todas las propuestas indicadas
fueron después publicadas en un libreto para la votación final, lo que ocurrió
en reuniones especiales, a fines de noviembre y principio de diciembre.
Para que todo esto se desarrollase, el grupo de
coordinación de
Después de las dos reuniones de votación lo
aprobado fue incorporado al Plan Plurianual[iv]
que, por ley, debe ser presentado a cada 4 años por el gobierno municipal
elegido y ser analizado y aprobado por los Ediles o Concejales elegidos.
Aunque pese todo el trabajo de infraestructura que
implica una Conferencia como esta, hemos evaluado que es una herramienta de
gestión factible desde el punto de vista de su ejecución material. La
organización de
Ahora veamos a que resultados, desde el punto de
vista del contenido de la participación ciudadana hemos llegado. La
preocupación quedó demostrada como siendo la vida cotidiana. El trabajo, la
salud, la educación, seguridad pública, el medio ambiente, fueron temas muy
concurridos. Ya los temas que tenían que ver con la integración del municipio
en redes, o desarrollo regional, tuvieron un público más limitado, generalmente
el directamente afectado por estos temas. La reproducción de la vida,
particularmente en la ciudad, pero no exclusivamente, se ha constituido en la
centralidad del contenido de la Conferencia. Además el hecho del encuentro de
las personas para discutir su futuro, su utopía, aunque con límites muy
cercanos, se constituyo en un momento
político impar, que nos ha marcado a todos lo que hemos estado
presentes, particularmente los que estaban ocupando los cargos políticos.
Esto se ha repetido con el doble de personas en
Otros resultados que estaban entre los objetivos
de la aplicación de este instrumento y que constatamos fueron, entre otros, una
mayor exigencia y mejor control de acciones públicas, una mejor eficacia en la avocación de
recursos humanos y/o financieros, una equidad mayor en la distribución de
recursos públicos. Pero no es suficiente para despertar y mantener una
consciencia sobre o que é público. Es cierto que todo esto hace parte de un
proceso, que es lento, pero hay situaciones que amenazan la continuidad de
estos espacios de participación ciudadana. Si, por un lado, cuando la
participación ciudadana es efectivamente emancipatoria para algunos sectores de
la sociedad, por otro puede que esto no sea funcional al Estado, o sea, no
sirve al programa político ganador de las elecciones que puede defender
intereses de otros sectores.
Hemos constatado en la aplicación de
este instrumento de gestión, de formulación de políticas públicas y su
acompañamiento, que en el caso de Río Claro, no fuera la voluntad política de
hacerlo realidad por parte de los integrantes del gobierno, de abrir los
espacios para el debate público de la gestión, esto no hubiera ocurrido.
Procuramos demostrar y evaluar la factibilidad de
este instrumento, tal como fue concebido por integrantes de la equipe de
gobierno, como también su alcance en el
ámbito de políticas públicas.
A manera
de conclusión
Por otra parte, aunque siga siendo un importante
instrumento de gestión, es necesario que tenga una trascendencia mayor que las
simples demandas de reproducción inmediata de la vida. Hay que proponerse a un
tiempo más largo, a ser efectivamente el momento de concepción de un proyecto
de futuro para que tenga efectividad como instrumento de gestión. Lo que está
en el plano de la simple reproducción de la vida, se encuentra en un plan
demasiado banal, que es visto mucho más desde el punto de vista individual que
colectivo.
Cuando
la participación ciudadana es un efectivo instrumento de emancipación de la
sociedad, al mismo tiempo, deja de ser funcional al estado. Tomando esto en
cuenta y todo el potencial que existe en este instrumento de gestión pública,
debemos comprender mejor sus límites y capacidades para no perder sus
posibilidades de contribuir para la construcción de espacios urbanos más
generosos para la reproducción de la vida humana.
Notas
[i] Sobre este asunto ver Norberto
Bobbio, O futuro da democracia. São
Paulo: Paz e Terra, 2000, 9a ed.
[ii] No trataremos aquí del concepto de modernidad, ni
de post modernidad que los autores usan para designar la sociedad actual porque
seria desviarnos del asunto.
[iii] En total hubieron 21 consejos funcionando en Rio Claro entre
los años 1997 y 2004.
[iv] El Estatuto da Cidade (ley federal n.o 10.257, del 10 de
julio de 2001), en su capítulo IV, propone la consulta pública entre los
instrumentos pasibles de utilización para una gestión democrática de la ciudad.
La construcción del Plan Plurianual del Municipio, que es instrumento de
Planeamiento Municipal tiene como condición obligatoria la consulta de la población para que los
Concejales o Ediles elegidos puedan votarlo.
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2005
Ficha bibliográfica:
PINTAUDI, S. Participación Ciudadana en
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