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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VII, núm. 146(035), 1 de agosto de 2003

SERT Y WIENER EN COLOMBIA. LA VIVIENDA SOCIAL EN LA APLICACIÓN DEL URBANISMO MODERNO

Patricia Schnitter Castellanos
Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín - Colombia

Sert y Wiener en Colombia. La vivienda social en la aplicación del urbanismo moderno (Resumen)

Los planes urbanísticos elaborados por José Luis Sert (1902-1983) y Paul Lester Wiener (1895-1967) para Colombia entre 1948 y 1953, evidencian la transmisión de los principios formulados por los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna CIAM. Esta condición nos permite dar seguimiento a las ideas de Sert en especial el concepto de unidad vecinal referenciado en los planes y destacar el importante papel que desempeñó la vivienda en la concepción del urbanismo moderno y su resonancia en el caso Colombiano.

Palabras claves: urbanismo moderno, unidad vecinal, José Luis Sert, Colombia.

Sert y Wiener in Colombia. The social dwelling in the modern urbanism applications (Abstract)

The urbanistic plans elaborated by José Luis Sert (1902-1983) and Paul Lester Wiener (1895-1967) for Colombia between 1948 and 1953 evidence the transmission of the principles formulated by the International Congresses of Modern Architecture, CIAM. This condition allows us to give pursuit to the ideas of Sert, especially the neighborhood unit through the plans. The important roll that carried out dwelling in the conception of the modern urbanism and its resonance in the Colombian case.

Key words: modern urbanism, neighborhood unit, Jose Luis Sert, Colombia.

Los planes urbanísticos de Sert y Wiener en Colombia

Entre 1942 y 1959 los arquitectos José Luis Sert y Paul Lester Wiener, como socios de la firma Town Planning Associates con sede en Nueva York realizaron planes urbanísticos para ciudades latinoamericanas en Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Cuba. El proceso de crecimiento al que se enfrentaban las ciudades o su creación ex novo, hacia necesario ordenar y regular su desarrollo; algunos de estos planes no se realizaron y otros solo de manera fragmentaria. Estos planes representaron la aplicación de principios urbanísticos propuestos desde los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM. 

Sert y Wiener elaboraron entre 1948 y 1953, los planes para cuatro ciudades colombianas: Tumaco, Medellín, Cali y Bogotá. De su incursión en el país, podemos referenciar un primer contacto en 1945, cuando el arquitecto Wiener en un viaje con destino principalmente a Perú y Brasil, auspiciado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, realizó una corta visita a Bogotá para conocer la situación y avance en materia de planeamiento urbano. Para entonces Sert y Wiener se encontraban elaborando el plan para una nueva ciudad en el Brasil: Ciudad de los Motores. Sin embargo el acontecimiento que marcaría, sin duda alguna, su relación con Colombia fue la visita de Le Corbusier a Bogotá en junio de 1947, que abrió la posibilidad para ellos, de ser consultores con Le Corbusier del Plan Regulador para la capital colombiana. No obstante el primer contrato no fue Bogotá sino la pequeña población de Tumaco al sur del país. Un incendio destruyó parte de la población a finales del año 47, dando como desenlace el contrato de asesoría con Sert y Wiener para el plan piloto del nuevo Tumaco. A éste contrato siguió el del plan piloto de Medellín a finales del 48 y el de Cali y Bogotá al año siguiente. Los cinco años de trabajo en el país se entrecruzarían con los continuos viajes entre Perú y Venezuela, su oficina en Nueva York y con la participación activa de José Luis Sert en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM. [1]  

El Plan Piloto para una nueva ciudad en Tumaco, los planes piloto para Medellín y Cali, como guía en la reorganización de ciudades en crecimiento y el Plan Regulador para Bogotá como desarrollo de un Plan Piloto, contribuyeron al origen de la planeación urbanística en Colombia. Los planes representan en el país los primeros ejemplos de aplicación de directivas generales de reorganización y crecimiento de la ciudad y su región, propuestos desde “la arquitectura moderna” y Sert, Wiener y Le Corbusier sus principales exponentes.

El trabajo realizado por Sert y Wiener representa de un lado la puesta en acción de la Carta de Atenas y de otro la reafirmación de los principios planteados en el VI Congreso CIAM celebrado en 1947. Los CIAM, fundados en 1928, tenían en su origen la finalidad de establecer un forum de debate para intercambio de experiencias y formar un frente común de la arquitectura alineada con la modernidad frente a la arquitectura establecida. Le Corbusier sería la figura dominante a lo largo de estos encuentros. [2]

La revisión de los informes que acompañan los planes urbanísticos nos permite evidenciar esta condición de estar basados en la aplicación de la Carta de Atenas, como explicamos a continuación:

En el informe del plan para Tumaco, indicaban como se habían basado “en la aplicación de los principios expuestos por los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna -CIAM- en la Carta de Atenas formulada en 1933, así como las directivas del último Congreso de los CIAM celebrado en Bridgwater, Inglaterra, en 1947.” La propuesta para la ciudad se subdividía “de acuerdo a las cuatro funciones del urbanismo: Habitación, Trabajo, Esparcimiento (cultivo del cuerpo y el espíritu) y Circulación” incluyendo al final el “centro cívico y comercial” que como concentración de actividades diversas se describía aparte de las cuatro funciones. [3]

La misma inspiración se observa en el plan piloto de Medellín que afirmaban: “Se ha tenido como base al establecer el uso futuro de la tierra en el Área Metropolitana, la clasificación de acuerdo a las cuatro funciones establecidas como standard internacionales por el C.I.A.M. son: habitar, trabajo, recreación, (cultivar el cuerpo y el espíritu), y circular (transporte).” [4] La propuesta definía en las diferentes escalas, los usos de la tierra y las comunicaciones,-áreas residenciales, zonas industriales y comerciales, áreas verdes, servicios sociales y el centro cívico-.

Respecto al de Cali, en forma similar al de Medellín, la clasificación del territorio urbano se realizaba “de acuerdo con las cuatro funciones básicas: habitación, trabajo, esparcimiento (cultivo del cuerpo y el espíritu) y circulación. El moderno criterio urbanístico exige la división del territorio urbano de acuerdo con estas funciones básicas.” [5]

En el plan regulador de Bogotá explicarán como: “La carta del urbanismo o Carta de Atenas expone los principios y resoluciones que son la base del urbanismo moderno. [...] Las cuatros funciones básicas de toda ciudad son: habitación, servicios sociales (culturales y recreativos), trabajo y circulación. Estas funciones establecen la base de la zonificación general, y el área urbana y su territorio se clasificarán y dividirán de acuerdo con las mismas. En esto consiste la zonificación por función, sin la cual no hay urbanismo posible. Esta clasificación necesaria en cualquier población, es imperativa en las grandes ciudades.” [6]

La vivienda concebida como función urbana prioritaria

Al resaltar esta relación directa entre los planes urbanísticos elaborados para Colombia como aplicación de la Carta de Atenas, no queremos dejar de hacer alusión al IV Congreso CIAM de 1933 que da origen a la Carta. El tema principal del congreso fue la Ciudad Funcional estableciéndose cuatro funciones básicas: habitar, recrear el cuerpo y el espíritu, trabajar y circular. Por otro lado debemos recordar las publicaciones que emergen como resultado del congreso, la versión de Le Corbusier publicada en 1943, Urbanisme des C.I.A.M. La Charte d’Athènes; y la de Sert, ya exiliado en Estados Unidos, Can our cities survive?-an ABC of urban problems, their analysis, their solutions, en 1942.

En el IV Congreso, la vivienda se consideró como la función primordial de toda ciudad, poniendo en evidencia su situación crítica en las urbes contemporáneas. Esta situación se caracterizaba por la alta densidad de población, la falta de espacios libres, la distribución arbitraria de los servicios comunitarios y la mala ubicación en contradicción con la higiene. En contraposición, consideraban fundamental como exigencia para las zonas residenciales, la selección de los mejores emplazamientos del espacio urbano, una distribución racional de la población, establecer densidades y prohibir su localización en vías muy transitadas. Esperaban que estas exigencias  pudieran conducir en un futuro a proponer una legislación para lograr una mejor calidad de vivienda.

En los diferentes planes urbanísticos para Colombia estuvieron presentes todas estas consideraciones siendo primordiales en la determinación de las zonas de habitación. Al trazar un recorrido a través de las ideas de Sert la unidad vecinal aparece como modelo en el desarrollo de la vivienda. Este tema tratado durante el V CIAM (1937) es desarrollado en su libro Can our cities survive?. En este texto definía la unidad vecinal como un conjunto formado por grupos de vivienda y servicios comunitarios, rodeados de espacio y de otros elementos capaces de conducir a mejorar las condiciones de vida. Sert afirmaba que “una célula de vivienda no estará completa sin unos servicios comunitarios que amplíen sus funciones”. [7]

Pocos años después en su artículo The human scale in city planning(1944), Sert describe la ciudad como un “organismo vivo” compuesto de partes u órganos diferentes donde “cada órgano o unidad tiene que llenar una función específica, y arreglarse de manera que cada una cumpla su función en la ciudad entera de la manera mas eficiente. [...] La vida de cada una de estas unidades debe centrarse alrededor de una estructura social, donde la vida de la comunidad tome forma y se desarrolle”. [8] El factor humano constituía entonces, para Sert, el elemento que debía regir la planeación urbana, a la vez  que enfatizaba la escala humana como módulo para los nuevos planes a realizar en el futuro.

La unidad vecinal, UV, representaba para Sert la primera unidad básica de planeamiento, la unidad más pequeña que compone la ciudad, constituida por el numero de viviendas necesarias para alojar una cantidad suficiente de personas capaces de aprovechar los servicios de una escuela elemental. [9] Al referirse a la población necesaria para la unidad vecinal hacía referencia al estudio para la replanificación de Londres (1939) del grupo MARS (Modern Architectural ReSearch), CIAM Inglaterra. Éste consideraba la UV formada por grupos de 6.000 habitantes capaces de suministrar el numero de niños necesarios para una escuela elemental. [10]

Al respecto Sert, comentaba en su artículo: “Mucho se ha dicho al respecto y poco se ha hecho. La población de estos vecindarios ha sido adoptada por definición, como la necesaria para mantener una escuela elemental. Ha sido fijada variando de 5.000 a 10.000 habitantes. Una unidad vecinal puede pagar solamente el mantenimiento de los más elementales servicios tales como: una escuela elemental, varios espacios de juego para niños, el campo de juego de la unidad, iglesia, almacenes, tiendas de reparación, lotes para estacionamientos, sucursal de la biblioteca pública y clínica de emergencia.” [11]

A su vez, la agrupación de unidades vecinales formaba parte de una unidad superior, unidad municipal o de distrito (township o subcity) [12] que ocupa una extensión mayor. Su tamaño y número de habitantes estaría dado por las posibilidades económicas para mantener unos determinados servicios sociales. En la propuesta del grupo MARS se estimaban en 50.000 habitantes y en el estudio del caso Amsterdam Sur para Holanda, una población de 35.000. [13]   Las tres unidades de planeamiento establecidas por Sert (la unidad vecinal, la sub-ciudad o township y la ciudad propiamente dicha como adición de la unidades anteriores) permitían establecer las subdivisiones necesarias para planear una estructura social básica. [14] Para Sert, una estructura social orgánica como era la ciudad moderna, facilitaría la vida comunal y los contactos sociales sin inhibir de ninguna manera las actividades individuales, “principio democrático básico de vida aplicado al planeamiento”. [15]

Con posterioridad Sert reiteraríala importancia que para él tenían las intervenciones en áreas residenciales, ya que consideraba que los “problemas de vivienda” no encontrarían solución si no eran considerados dentro del marco más amplio del urbanismo, “el cual implica la organización de un medio ambiente mejor y del cual la vivienda es únicamente un factor, por importante que pueda ser”. La vivienda significaba algo más que proveer casas a la gente, por lo que el vecindario debía constituir unidades integrales en áreas residenciales planeadas y con servicios para la comunidad. [16]  

La unidad vecinal en los planes para Colombia

En la práctica, los diferentes planes propuestos para Colombia representaron la aplicación del concepto de la unidad vecinal como unidad básica de planeamiento; como se evidencia en los planes de Tumaco, Medellín y Cali.

En el plan para Tumaco, la unidad vecinal es el módulo organizador del conjunto que da forma a la nueva ciudad. El concepto de ciudad por órganos a partir de la UV, está representado en los diversos esquemas preliminares para la isla del Morro -isla adyacente a Tumaco donde se propone la nueva ciudad-.El diseño de la primera unidad vecinal, basado en el concepto de vivienda con servicios complementarios, se concebía  para 300 unidades de habitación, aproximadamente 3.000 habitantes, de acuerdo con la baja densidad propuesta para la isla. La población prevista para la isla era de 30.000 a 50.000 habitantes.

Este “crecimiento orgánico y armónico” a través de unidades vecinales había sido aplicado ya en las propuestas para las ciudades nuevas que Sert y Wiener venían adelantando en otros países de Latinoamérica. En Ciudad de los Motores en Brasil, la unidad vecinal se proyectaba para una población de 6.000 habitantes, agrupadas en cuatro unidades iniciales con una población total de 24.000. En el plan piloto para la ciudad de Chimbote en el Perú, precedente por pocos meses al de Tumaco, los arquitectos establecieron en el planteamiento inicial diez “secciones de habitación” para una población aproximada de 35.000, que oscilaba entre 2.400 y  6.000 habitantes por “sección”. [17]

En los planes de reordenamiento para las ciudades de Medellín y Cali, la unidad vecinal fue propuesta como unidad básica de planeamiento y el distrito como su agrupación. Para las zonas existentes la UV permitía plantear una reorganización en la distribución de servicios sociales, no obstante presentaba una mayor dificultad de implementar, debido al trazado existente. En cambio, en las zonas de expansión de la ciudad, la UV representaba la unidad básica que sustituía “la cuadra” el modelo de expansión tradicional de la estructura urbana desde época colonial. 

La UV para Medellín “se basa en la agrupación de una población que pueda justificar la construcción y el mantenimiento de unos servicios sociales elementales. [...] Las nuevas unidades como conjunto tendrán aproximadamente de 5.500 a 6.000 habitantes. [...] Cada uno de estos grupos de unidades vecinales forma un distrito, el cual tiene también núcleos separados de servicios sociales mayores” [18] (figura 1). De igual forma, para Cali se estimaba una población aproximada de 6.000 habitantes por unidad vecinal. El modelo propuesto en los planes piloto fue la base para la zonificación de las nuevas áreas residenciales, jugando un papel importante en la nueva estructura física de la ciudad (figura 2).

 
Figura 1
 
Figura 2

La organización formal de la unidad vecinal estaba determinada por unárea con calles de servicio secundario, donde ninguna calle directa rompía la unidad, y contemplaba casas unifamiliares adosadas, edificios de cuatro pisos o en altura con ascensor y unos  servicios comunales básicos. Los modelos propuestos en los planes responden a este esquema. En el caso de Cali, además, se proponía un modelo de “comunidades satélite” en el que se distribuía la unidad vecinal con servicios a un lado de un eje vial (línea férrea y autopista) y los centros industriales al otro.

Al analizar este modelo de UV propuesto en los planes para Tumaco, Medellín y Cali, es necesario relacionarlo con el modelo de sector que introduce Le Corbusier en su propuesta para el Plan Piloto de Bogotá. Allíel sector es la unidad o módulo principal en la formulación del plan. En el informe para el Plan Regulador de Bogotá que redactan Wiener y Sert, se aclaraba que la unidad vecinal resultaba demasiado pequeña para organizar barrios completos, por lo que el sector se proponía como una unidad con mayor capacidad de habitantes. En el informe explicaban: “nos da unidades más completas, con mejores servicios, con áreas verdes integradas y con un núcleo cívico (núcleo de sector), lugar de reunión de la población, donde se fomente el espíritu de vecindad en un plano más alto del que sería posible en la unidad vecinal.” [19] Y las unidades vecinales se definían como “grupos de vivienda y servicios con sus áreas verdes y calles de servicios limitados por arterias de tráfico que no lo atraviesan ni cortan. [...] Son grupos de tantas viviendas como sean necesarias para alojar la cantidad de habitantes capaz de sostener una escuela primaria.” [20] El sector se componía de varias unidades vecinales y tenía una población variable entre 35.000 y 70.000 habitantes.

Le Corbusier había aplicado en el plan piloto para Bogotá la teoría de la “unite de quartier” o “unidad de barrio” que corresponde al sector. Éste se sustentaba en la división de una red vial clasificada de acuerdo a las 7Vs, como modelo en la ordenación del territorio. [21]   Las densidades propuestas para Bogotá y el tamaño de la ciudad requerían para su planeamiento de un módulo de dimensiones mayores.Para Medellín y Cali, Sert y Wiener habían sustentado su propuesta urbana a partir de la unidad vecinal como módulo base y su agrupación “el distrito”, que componen la ciudad orgánica.

Estos conceptos discutidos en el VII CIAM celebrado en Bergamo en 1949, como lo evidencia el siguiente comentario de Antonio Bonet a Ferrari Hardoy, nos permite apreciar la diferente aproximación entre el sector propuesto por Le Corbusier y la unidad vecinal de Sert. Bonet al relatar las discusiones surgidas en Bergamo y hablar sobre el Plan para Buenos Aires, comentaba:  “[...] creo que acertamos en el 90% del problema. Sert no quiso aceptar totalmente la idea de la unidad de barrio como unidad vecinal, pero creo que fue un poco por amor propio. Le Corbusier estuvo completamente de acuerdo que no hay más que la unidad de habitación de “grandeur conforme” como él llama y el barrio”. [22]

La unidad vecinal propuesta por Sert en los planes urbanísticos, determinaba una escala de intervención con mayor posibilidad de realización que el sector, dada su dimensión intermedia entre éste y la unidad de habitación.En el caso de Bogotá el sector conformado por unidades vecinales delimitaba una población entre 35.000 y 70.000; la escala del sector representaba la población promedio de las nuevas ciudades propuestas por Wiener y Sert para entonces. En este sentido, es interesante resaltar una propuesta posterior de investigación de trazado realizada por Wiener y Sert para un sector residencial en La Habana, Cuba, en 1953. La reflexión sobre las dimensiones adecuadas de una unidad vecinal quedaron plasmadas en esta propuesta que podemos calificar como aproximación a un modelo basado en los elementos propuestos en Chimbote, Perú, más la consideración de las directrices de un plan piloto como el propuesto para Medellín. Este modelo ideal de unidad vecinal presentaba una tipología de casas con patio en serie y unidades de servicios. [23]

A este punto es importante incluir el tema de la implementación de la unidad vecinal en la ciudad consolidada. Esta implementación requería en la mayor parte de los casos, de una unidad de suelo o de instrumentos de gestión que permitieran el manejo de un suelo subdividido o fragmentado entre varios propietarios. Al respecto, Sert en su libro Can our cities survive?,exponía como la renovación urbana, aparte de los obstáculos financieros y políticos, tenía que superar técnicamente dos obstáculos: el primero, la subdivisión del suelo en lotes con propietarios diferentes, y el segundo, el sistema reticular de calles preexistente. Éstas dos condiciones paralizaban cualquier proyecto de renovación en la ciudad. [24]   En su libro evidenciaba lo que, en diferentes estudios y análisis realizados por los CIAM, se definía como corolario básico, el principio de la reagrupación de la tierra indispensable para el cambio de la estructura básica de la ciudad. [25] El tema, que había llevado a diferentes posiciones en la redacción de las constataciones del IV CIAM, había conducido a adoptar una posición neutral que políticamente no comprometiera. Como aclaraba Sert al afirmar que “esta reagrupación de la tierra en ningún momento significa la pérdida de derechos de propiedad” y las implicaciones legales de tal reagrupación no serían la finalidad del libro.

En el caso colombiano, la ausencia de una legislación urbanística fue una de las principales dificultades en la puesta en marcha de los diferentes planes. En términos de la edificación en altura, se establece la ley 182 de 1948, para el “régimen de propiedad horizontal”, que permitía la “desvertebración” de los diferentes apartamentos que conforman un edificio. Esta medida constituía una solución viable para el desarrollo de la edificación en altura, al no estar sujeto el edificio a un solo propietario. [26] Sin embargo en la puesta en práctica del modelo de unidad vecinal, una de las principales dificultades se presentó ante la existencia de un suelo subdividido perteneciente a varios propietarios. Los instrumentos de gestión posibles para lograr una integración inmobiliaria o de predios, especialmente para casos de renovación, no existían, ni llegaron a desarrollarse.

En los Planes Piloto de Cali y Medellín no se profundizó en estos temas, por su propia condición de planes que sólo marcaban directrices generales. En el Plan Regulador de Bogotá los procesos de intervención propuestos tenían que hacer frente a la ausencia de una normativa específica para casos de renovación. Un ejemplo lo constituyó el proyecto de la manzana de la carrera 7ma con calle 8va, evidenciando la imposibilidad de llevar a cabo el planeamiento propuesto por la Oficina del Plan. Éste consistía en un reloteo de la manzana y la apertura de calles interiores definiendo un uso comercial; propuesta que fracasó rápidamente por la oposición de los propietarios. En Colombia no fue hasta 1989, con la Ley 9 o de Reforma Urbana, cuando se introdujeron instrumentos o mecanismos que harán viable este tipo de práctica. Posteriormente en 1997, con la Ley 388 de Ordenamiento Territorial, se ampliaron estos instrumentos de gestión que permiten pensar  en propuestas de este tipo para llevar a cabo la planeación. En suma, ha tenido que pasar mucho tiempo entre las propuestas de Sert y Wiener y la actualidad, para que este tipo de soluciones de unificación de predios tengan cabida en la legislación urbanística.

Resonancia en los planes de la vivienda social

Sert y Wiener colaboraron como asesores en algunos proyectos de vivienda de intervención estatal, involucrados como parte del desarrollo de los planes urbanísticos. En este aspecto hacemos referencia a la interacción de algunos programas del Instituto de Crédito Territorial, ICT, para la vivienda social en Colombia con las directrices propuestas en los planes para la reorganización y crecimiento de la ciudad. La participación de Sert y Wiener con el ICT, entidad encargada de la vivienda rural en Colombia que inició su acción en la promoción de vivienda urbana a partir de 1942, se vió reflejada en los programas para la construcción de la primera unidad vecinal en Tumaco, un barrio obrero en Medellín y el diseño de la primera parte del barrio Quiroga en Bogotá. Estos ejemplos de vivienda social, aun cuando sus resultados difieren de los planteamientos propuestos inicialmente, representaron la aplicación del modelo de unidad vecinal y su participación en el diseño de diversas tipologías de vivienda. La UV que, como hemos explicado, representaba un conjunto de viviendas y servicios comunitarios.

En el caso del plan piloto para Tumaco, la asesoría para el proyecto de reconstrucción abarcaba desde la escala del planeamiento de la nueva ciudad hasta el diseño arquitectónico de las distintas construcciones. El grupo de jóvenes arquitectos de la sección de Edificios Nacionales, bajo la consultoría de Sert y Wiener, realizaron el estudio de los diferentes aspectos sociales y económicos de la población para adecuar a ellos el diseño de las viviendas, dando origen a una variedad de tipos. La distribución y organización de espacios y servicios se realizó de acuerdo a las necesidades de las familias; de ellas, una mayoría habitaba y trabajaba en el mismo espacio, lo que generó una propuesta tipológica de calle comercial al interior del núcleo, con posibilidad de vivienda con comercio y pequeños talleres en la parte posterior.

Los factores climatológicos (temperatura, lluvia, vientos dominantes) en general y, los recursos técnicos y constructivos de fácil consecución en la zona, fueron también determinantes en el estudio de las propuestas. La separación entre cada vivienda se propuso en bloque de concreto y las divisiones interiores en madera. Los servicios sanitarios se localizaron en el exterior de la vivienda contiguo al patio, reduciendo así costos de instalaciones. Se proyectaba una ventana de tipo especial, giratoria que servía de protección contra el sol y facilitaba la ventilación transversal en las distintas habitaciones, eliminando la utilización de vidrios y bisagras; variaciones de este diseño ya se habían propuesto en el proyecto de Ciudad de los Motores en Brasil; elemento empleado posteriormente en otros diseños por los arquitectos de Edificios Nacionales.    

En el caso de Medellín, la Oficina del Plano Regulador, después de la entrega del Plan Piloto, inició el desarrollo del sector occidental de la ciudad según las directricesmarcadas por éste. La zona occidental representaba el principal sector de expansión de la ciudad, pero su desarrollo se había visto en parte frenado a causa de los desbordamientos del río Medellín. El inicio de las obras de canalización del río, previstas en el plan regulador, dieron lugar a distintas obras complementarias, como la canalización de las quebradas -Ana Díaz y la Hueso-, la ampliación y construcción de vías -calle Colombia y transversales-, la zonificación, uso comercial y zona recreativa, -el futuro estadio y las distintas unidades vecinales-.

La segunda etapa del barrio La Floresta, localizada al noroccidente de este sector, representó un primer ejemplo de vivienda económica para obreros. Este proyecto fue realizado en colaboración con la oficina de Plano Regulador y construido por el Instituto de Crédito Territorial, obedeciendo el diseño a normas dadas por los consultores Wiener y Sert. Se desarrolló en los años siguientes a la entrega del Plan Piloto. Las viviendas, diseñadas con un máximo de economía, estaban “planeadas de acuerdo con las normas más avanzadas del urbanismo moderno”. Sert propuso la utilización de bóveda en rasilla, sistema innovador en el medio; sin embargo de las 140 casas diseñadas inicialmente en bovedilla sólo se construirán 40, cubriéndose el resto por problemas de costos con teja de asbesto cemento. Los servicios sociales diseñados, iglesia, centro de salud, escuela y campo de juegos no llegaron a construirse. El posterior desarrollo de obras viales a lo largo de la quebrada y entre cada grupo de viviendas, contribuyeron a hacer desaparecer la unidad de conjunto inicialmente propuesta.   

En el caso de Bogotá los terrenos de la antigua Hacienda Quiroga, localizados al sur oriente de la ciudad y de propiedad del municipio, se designaron para la construcción de vivienda obrera, proyecto a cargo de la Oficina del Plano Regulador en asociación con los arquitectos del Instituto de Crédito Territorial. El trazado urbanístico de la primera etapa del barrio partió de los esquemas elaborados por los arquitectos Wiener y Sert, adaptados posteriormente por los arquitectos del la OPR de Bogotá y del ICT. En el proyecto inicial se propusieron diversas tipologías de vivienda que combinaban unidades de una planta con edificios de tres, sin embargo solo se desarrolló el tipo de vivienda unifamiliar. Como solución de cubierta se propuso también la utilización de bóvedas de rasilla, y como ensayo de prefabricación  masiva, bóvedas de concreto.

Estos tres casos ejemplifican la interacción de Sert y Wiener y sus propuestas urbanísticas con algunos programas del ICT para la vivienda social. Sin embargo no podemos dejar de reconocer la importante actividad desarrollada en este período por algunos arquitectos colombianos en la convicción de que la vivienda social no podía desligarse del desarrollo urbano. Entre estos debemos mencionar al arquitecto Jorge Gaitán Cortés (1920-1968), quien compartiría una relación profesional y de amistad con Sert y Wiener durante su estancia en Colombia. Gaitán Cortés trabajó como Director Técnico de Edificios Nacionales en Bogotá donde impulsó la contratación de Wiener y Sert para la asesoría del Plan Piloto de Tumaco, renunciando al poco tiempo para trabajar en el Instituto de Crédito Territorial.

El arquitecto colombiano había realizado estudios en la Universidad Nacional de Bogotá (1942) y de postgrado en la Universidad de Yale en Nueva York (1943-1945). Fue el delegado del grupo CIAM en Colombia, organizado con motivo de la visita de Le Corbusier a Bogotá y constituido por arquitectos en su mayoría pertenecientes a Edificios Nacionales y colaboradores del proyecto para Tumaco. El paso de Gaitán Cortés por el Instituto de Crédito Territorial en 1948, significó una visión renovada de la vivienda social, su intención fue darle un vuelco total a los programas del Instituto que le permitiera poner en práctica las ideas de la Nueva Arquitectura. [27] En el tiempo que estuvo desarrolló en colaboración con otros arquitectos esquemas innovadores de agrupación y propuestas técnicas en la construcción de viviendas. Al revisar las obras en que participó con el ICT, resulta significativo el diseño de barrios como los Alcázares y la urbanización Muzo en Bogotá, [28] que representan en la historia de la vivienda estatal en Colombia, ejemplos de propuestas innovadoras de distribución con base a la unidad vecinal. [29]  

Las actuaciones de los primeros arquitectos y planificadores modernos latinoamericanos en estos años, como lo afirma Saldarriaga, fue la de ser conscientes de su posible apoyo a los proyectos estatales de vivienda. En palabras del mismo autor “El idealismo de su aproximación combinó los elementos del papel social del arquitecto-planificador propios de los paradigmas internacionales con sentimientos de contribución e impulso al progreso nacional. El cambio tecnológico y los planes racionales fueron asumidos como armas en la conquista del progreso social”. [30]

Conclusión

Los planes urbanísticos de Sert y Wiener para Colombia representaron los primeros ejemplos de aplicación de directivas generales para la reorganización y el crecimiento de la ciudad y su región propuesta desde la arquitectura moderna. Su trabajo, realizado entre 1948 y 1953 en colaboración con los profesionales de entidades nacionales y de las diferentes administraciones municipales, determinó un importante inicio en la planeación física de las ciudades colombianas. Sin embargo no podemos hablar de una política urbana integral entre los planes urbanísticos y los programas de vivienda social en este período que hemos referenciado, pero sí queremos destacar el interés de los autores de los proyectos y los arquitectos colaboradores en lograr una interacción entre los planes propuestos y los proyectos de vivienda. 

Evidentemente en los proyectos de vivienda no podríamos hablar de una transferencia de planteamientos de organización social y económica que proponía el modelo anglosajón de la unidad vecinal, pero sí de la materialización física que se introduce con la aplicación de las unidades vecinales, influyendo de forma determinante en el trazado y expansión urbana en Colombia y de manera concreta en la vivienda de interés social. 

 

Notas

[1] José Luis Sert fue nombrado presidente de los CIAM en el VI Congreso de 1947 en Bridgewater, Inglaterra. 

[2] Acerca de los CIAM y el urbanismo ver (Mumford. 2000)

[3] (Sert, Wiener. 1948, p.10)

[4] (Sert, Wiener. Medellín,1950, p.353)

[5] (Sert, Wiener. Cali, 1950,  p.15)  

[6] (Sert, Wiener. 1953. p. 19) El subrayado es del informe.

[7] (Sert. 1942, p.70)

[8] (Sert. 1944, p.398)  

[9] Ibid. p.399. El termino "unidad vecinal", es acuñado en 1916 por el urbanista americano Clarence Perry (1872-1944). 

[10] (Sert. 1942, p.70)

[11] (Sert. 1944, p.399)  

[12] Denominación que dará para la segunda clasificación en The human scale in city planning.

[13] (Sert. 1942, p.72)

[14] (Sert. 1944, p.404) Sert plantearía dos divisiones adicionales, el área metropolitana y la región económica.

[15] Ibid. p.406

[16] (Sert. 1948,  p.215)

[17] Informe Plano Piloto para la urbanización de la ciudad de Chimbote. Lima,  14, feb. 1948. PLW  SC UO. En este informe no se utiliza el término “unidad vecinal”.

[18] (Sert, Wiener. Medellín, 1950. p. 362)

[19] (Sert, Wiener. Bogotá, 1953, p.75 ) 

[20] Ibid. p.73

[21] Sobre este tema ver (Monteys. 1996, p.55)

[22] Carta de Antonio Bonet a Ferrari Hardoy, París, agosto 1949.SC HU Hardoy E14. El arquitecto Bonet fue delegado argentino al VII CIAM, presentó el plan de Buenos Aires y el proyecto del Bajo Belgrano que se caracteriza por la unidad de habitación de “grandeur conforme”. 

[23] New town plans integrate recreation. En: Architectural Record. Enero, 1954. Aparece también publicado en Architectural Design. Junio, 1957.

[24] (Sert. 1942, p.74)

[25] Ibid.  p. 216.

[26] (Mejía Velásquez. 1949) Expone el carácter innovador de la ley.

[27] Como comentaría Gaitán Cortés a Sert y Wiener en correspondencia (8, abril, 1948) PLW SC UO.

[28] Al respecto (Téllez. 1984,  p. 376-377)

[29] Gaitán Cortés se retiraría en 1949 del ICT para tomar parte activa en la política. Fue elegido concejal en 1949 y en entre los períodos 1958-61, y fue Alcalde Mayor del Distrito de Bogotá entre 1961-1966.

[30] (Saldarriaga. 1996, p. 30)

 

Bibliografía

AA.VV. J Ll. Sert, Arquitecto en Nueva York. Catálogo exposición. Museo de Arte contemporáneo de Barcelona. Barcelona: Actar, 1997.

DAVILA, Julio. Planificación y política en Bogotá. La vida de Jorge Gaitán Cortés. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2000.

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Abreviaturas

SC HU: Special Collection Harvard University

PLW SC UO: Paul Lester Wiener Special Collection University of Oregon

 

© Copyright Patricia Schnitter Castellanos, 2003
© Copyright Scripta Nova, 2003

 

Ficha bibliográfica:
SCHNITTER, P.
Sert y Wiener en Colombia. La vivienda social en la aplicación del urbanismo moderno. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(035). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(035).htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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