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UNIVERSIDAD
DE BARCELONA ISSN: 0210-0754 |
PRESENTACION DE LA SERIE GEOCRÍTICA (Enero de 1976)
La situación actual de la Geografía española hace necesario iniciar una crítica sistemática de las concepciones dominantes y de los estudios concretos que se efectúan. A esta tarea pretende contribuir la serie Geo-Crítica.El título de la serie debe entenderse como crítica de y desde la Geografía. Crítica de la Geografía, es decir de las concepciones teóricas dominantes y de las ideologías subyacentes. Crítica desde la Geografía, en cuanto intento consciente de utilizar la ciencia geográfica como arma crítica frente a la realidad social que nos rodea.
Creemos que el desarrollo de una actitud crítica es una imperiosa exigencia del momento actual. En la Geografía española ello debe significar crítica de las teorías, de los métodos, de las estructuras, de la organización de los estudios y de las carreras profesionales, de nuestras propias obras. Geo-Crítica pretende simplemente sumarse a otras iniciativas semejantes que en este sentido irán surgiendo en distintos puntos del país, entendiendo que esta "otra" Geografía ha de ser una creación colectiva fruto de la discusión rigurosa, no dogmática -y a ser posible, al mismo tiempo cordial-.
La serie que hoy iniciamos constará de fascículos
monográficos con contribuciones de uno o varios autores y publicará
trabajos originales, así como reimpresiones y traducciones de textos
ya publicados. Por el momento carecerá de periodicidad, aunque no ocultamos
el deseo de darle ese caracter si las circunstancias lo permiten.
CONTENIDO
La Geografía y el
nuevo Régimen político
La labor del Instituto Elcano
I
La ocupación de las cátedras
universitarias
Los planes de estudio
La estructura de los Departamentos universitarios
Las ideas dominantes
en la Geografía española
Los problemas de la Geografía
española Conclusión
La historia reciente de la geografía española, como la de prácticamente todas las restantes ramas científicas en España, ha de narrarse necesariamente partiendo de la guerra civil (1936-39), la cual supone una radical discontinuidad. en el proceso de desarrollo científico del país.
La derrota del
gobierno republicano y el advenimiento del nuevo régimen supuso, ante
todo, el exilio de millares de intelectuales que abandonaron el país
dejando atrás "un inmenso vacío, un triste y desolador vacío"
(1). También a la Geografía afectó
este éxodo, partiendo para el exilio un cierto número de geógrafos
que habían desarrollado actividades en los años anteriores,
y que en ocasiones realizarían aún en la emigración importantes
obras científicas o pedagógicas. Es el caso de Gonzalo de Reparaz,
de L. Martín Echevarría, o de Pablo Vila, por citar sólo
algunos nombres. Es el caso también de numerosos científicos
que cultivaban disciplinas que la Geografía tradicional acostumbra
a considerar como "ciencias afines" geólogos, botánicos, meteorólogos,
historiadores, economistas... Es el caso, por último, de un elevado
número de educadores influídos por las ideas de la Institución
Libre de Enseñanza y que habían impulsado de forma notable
el cultivo de una pedagogía activa en la que las preocupaciones geográficas
y el estudio de la naturaleza ocupaban un destacado papel. A estos exilados
deben unirse los que quedaron en situación de lo que se ha llamado
"exilio interior", totalmente marginados por la cultura oficial (caso de
José Iglesias).
LA GEOGRAFIA Y EL NUEVO REGIMEN
En su tarea de reconstrucción cultural del país fuertemente controlada y dirigida, el nuevo Régimen político asignó pronto a la Geografía un importante papel, y ello habría de repercutir claramente en el decidido apoyo que esta ciencia recibió a partir de 1940 -apoyo que, conviene recordarlo para uso de algunos geógrafos-, no alcanzó en igual medida a otras ciencias sociales.
Los beneficios que la Geografía recibió del nuevo régimen se refieren tanto a la enseñanza como a la investigación. En primer lugar, la Geografía fue mantenida como asignatura tanto en la enseñanza media como en las escuelas de grado medio o superior (Escuelas de Comercio, Escuelas Normales de Magisterio...) y en las Facultades universitarias (cátedra de "Geografía" en las Facultades de Filosofía y Letras y de "Geografía Física" en las Facultades de Ciencias). Ello permitió, como es natural, la dedicación de un elevado número de profesionales a la enseñanza de esta ciencia. En segundo lugar, en lo que respecta a la investigación, se creó el Instituto Juan Sebastián Elcano dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Este último hecho tendría, como veremos, importantes consecuencias, y de hecho constituye el germen de todo el desarrollo posterior de la Geografía universitaria en España.
Las razones para este apoyo prestado a la Geografía por el nuevo Régimen se encuentran en relación con el papel ideológico asignado a esta ciencia por los programas de enseñanza elaborados en toda Europa por la clase dominante desde finales del siglo XI X. Como es sabido la Geografía -al igual que la Historia- ha actuado ampliamente como vehículo de ideologías nacionalistas. Y ha contribuido a exaltar el espíritu patriótico a través de las descripciones parciales y orientadas del propio país. Ello explica el amplio papel concedido a nuestra ciencia en los programas de enseñanza primaria y secundaria en todos los países europeos desde el siglo pasado.
Pero el Régimen español surgido de la guerra civil entendía que este papel se cumpliera de una forma particular. El que desde 1939 era Jefe del Estado, obsesionado por la unidad y la grandeza de la patria, consideraba que el estudio de la Geografía y de la Historia contribuía a hacer grandes a los pueblos, mientras que estos entraban en decadencia con los estudios filosóficos y políticos. Véase, por ejemplo, lo que en 1936 escribía el General Franco al respecto:
"Geografía e Historia ocupaban los reducidos bagages de nuestros conquistadores y capitanes cuando por los mares y tierras del mundo escribían con sus armas nuestra Geografía: Geografía e Historia reinaban en el cerebro de nuestros excelsos gobernantes cuando el mundo se ceñ ía con la cadena de nuestras posesiones; sólo cuando los estudios históricos y geográficos dejan su paso a los filosóficos y políticos, los Ideales y espiritualidad españoles mueren a mano de la discordia entre los ciudadanos y surge esta España envenenada y maltrecho, que, tras sus luchas fraticidas a espaldas de la Geografía nos legaron nuestros padres. "(2)Y más adelante, en la misma obra y por si hubiera alguna duda sobre la importancia del papel asignado a la Geografía, el General Franco añade:
Debe añadirse también para entender la evolución de la Geografía española durante los últimos decenios, que desde 1939 fue Ministro de Educación Nacional un antiguo profesor de Geografía e Historia de. Enseñanza Media, José lbáñez Martín, el cual continuó ininterrumpidamente en ese cargo hasta 1951. Aparte de otras posibles influencias de las que luego hablaremos, puede pensarse que la actitud de este Ministro hacia la Geografía hubo de ser en principio favorable. De hecho, existen pruebas de que el apoyo del Ministerio a la Geografía fue decidido. En la clausura de la primera Reunión de Estudios Geográficos, celebrada en Jaca, en agosto de 1941, Y a la que asistió personalmente el señor Ibáñez Martín éste declaró lo siguiente:"He aquí que el estudio de la Geografía pone al descubierto cómo a sus espaldas y contra natura se forjan los separatismos criminales y traidores" (idem. pág. XVII).
"Los gloriosos antecedentes de España en la historia de los descubrimientos geográficos invitan a que el estudio y la enseñanza de la Geografía adquieran cada día en nuestra Patria mayor intensidad. Así lo desea el gobierno, que consagrará a esta obra la atención necesaria. Precisamente ahora se prepara una reforma fundamental de la enseñanza universitaria. En ella se dará mayor amplitud a la enseñanza de la Geografía, y hemos de procurar que se realice el ideal, muchas veces acariciado, de que exista en la enseñanza superior una Sección o Licenciatura enteramente consagrada a los estudios Geográficos" (3)Tras la guerra civil, las enseñanzas de Geografía se organizaron, en los distintos niveles, con los profesores que no se habían exilado. Tanto en la enseñanza media como en la universitaria, los programas de estudios fueron fuertemente controlados y censurados. Naturalmente desaparecieron de ellos todos los temas y enfoques que no coincidían con la política oficial vigente, lo cual afectó en particular a las enseñanzas de Geografía humana. El ambiente general, profundamente represivo, conducía frecuentemente a la autocensura de los profesores, que eludían ciertos temas que podían resultar conflictivos y que incluso llegaban a suprimir de sus programas las lecciones dedicadas a la URSS.
Esta situación alcanzaba también a la Universidad. Para que se tenga una idea del estado general de las enseñanzas de Geografía durante los años inmediatamente posteriores a la guerra civil, bastará citar un caso. El programa oficial de la asignatura de "Geografía" de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, realizado por el catedrático don Eduardo Pérez Agudo, y editado en 1943 por la propia Universidad (4) constaba de un total de 73 lecciones referentes a Geografía astronómica (lecciones 1 a 6), Física (7 a 14), Humana (15 a 17), Geografía de España (18 a 31) y Geografía universal por continentes y países (32 a 73). Todo ello había de impartirse en un solo curso académico. Entre las catorce lecciones dedicadas a la Geografía de España encontramos las siguientes:
Lección 20. Litoral. Viaje costero: accidentes principales de las costas.- Islas.- Vegetación.- Características de las diversas zonas.- La fauna peninsular.De este demencial y casi caricaturesco programa debe resaltarse -aparte de su absoluta falta de carácter científico- la importancia concedida al tema de la unidad de la patria, coincidiendo en ello con las palabras de Franco, lo que demuestra el fiel cumplimiento de la tarea asignada a la Geografía en el nuevo Estado. Otra prueba de ello la facilita el hecho de que en la parte dedicada a Geografía de países no se hable de la URSS; después de dedicar sendas lecciones a diversos países europeos (Italia, Alemania, Croacia, Inglaterra..,) aparece una lección (la 47) titulada Región Oriental. Situación actual, en la que sin duda se incluirían todos los países del este de Europa. Debe recordarse para evitar cualquier duda, que el programa corresponde a los estudios de enseñanza superior en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, y que el catedrático que lo elaboró siguió impartiendo sus enseñanzas en dicha universidad hasta 1950.Lección 21. La Raza, alma de la unidad de la Patria.- Los españoles.- Complejidad de la Raza.- Diferencias accidentales.- La unidad étnica.- La población de España: su crecimiento.- Nupcialidad. natalidad y mortalidad.- Densidad.- Distribución de la población.
Lección 22. La Religión, molde de la unidad de la Patria.- la catolicidad de España.- Predicación del Cristianismo.- la venida de la Virgen del Pilar.- los mártires.- los concilios.- ¡Santiago y cierra España!.- las órdenes religiosas españolas.- la Religión y el patriotismo.- Expansión de España por la Religión Católica.- Santuarios famosos.
Lección 23. El lenguaje, expresión de la unidad de la Patria. - El lenguaje.- Modalidades lingüísticas de la Península.- El castellano: su belleza.- Su fuerza expansiva.- Inmortalidad del castellano.- El nombre del Castellano.
Lección 24. El Estado.- El Caudillo.- El Gobierno español.- la Falange Española Tradicionalista y de las JONS.- El amanecer de España.- La unidad, grandeza y libertad de España.- El escudo de España.- El Imperio español.- la Tradición española.- Nuestras relaciones internacionales.- Nuestro glorioso Ejército.- Organización administrativa.- Desarrollo de la Educación Nacional: nuestra riqueza literaria. artística y cientlfica.- Progreso social: el Fuero del Trabajo.- Costumbres.
Lección 25. Agricultura.- Principales cultivos.- Zona seca y zona húmeda.- Los riegos.- Producción agrícola.- Cultivos industriales.- Riqueza forestal.- Ganaderla.- Minería.- Carbón, cobre, hierro, plomo y otros metales... (se estudian también en esta lección la industria y las comunicaciones, y se acaba con el siguiente tema: ).- Asombroso desarrollo de las obras públicas desde nuestra Gloriosa Cruzada".
LA LABOR DEL INSTITUTO ELCANO
Es preciso tener en cuenta este panorama de la Geografía española de la posguerra para valorar correctamente lo que representó el Instituto Juan Sebastián Elcano en el desarrollo reciente de la Geografía española. Creemos necesario destacar, sobre todo, dos hechos: 1) que la Geografía recibió un fuerte apoyo oficial por parte del nuevo Régimen, en relación con el papel ideológico-patriótico asignado a esta ciencia en la configuración cultural del país -apoyo que, volvemos a recordar, no recibieron otras ramas científicas (como la Sociología o la Antropología)-; 2) que a pesar de todas las limitaciones ideológicas impuestas, una serie de geógrafos españoles aprovecharon las facilidades que -en mayor o menor grado- tuvieron y consiguieron dar a la Geografía española un clima de trabajo y de rigor que explica los frutos que a partir de los años 50 se fueron alcanzando; todas las críticas que posteriormente haremos a la actual Geografía española no significa que desconozcamos este hecho ni que dejemos de valorar el enorme esfuerzo que se debió realizar para superar las fuertes limitaciones que el ambiente de la posguerra imponía.
En el desarrollo reciente de la Geografía española ha desempeñado un papel fundamental el Instituto Juan Sebastián Elcano, creado en 1940 dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (instituido por la ley de 24 de noviembre de 1939). El presidente fue, hasta 1965, el propio ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín y como secretario fue nombrado el edafólogo José María Albareda, del que Ramón Tamames dice que era un "significado miembro del Opus Dei", añadiendo que "desde este puesto tan estratégico Albareda contribuyó en grado máximo a la ulterior trayectoria del C.S.I.C". Acerca de esta trayetoria pueden citarse las palabras del mismo R. Tamames:
"Tal como en 1961 manifestó en ABC Rafael Calvo Serer, miembro del Opus y durante muchos años director de la revista general del C.S.I.C. "Arbor", el Consejo se concebía como la labor de "un catolicismo que emprende la tarea de recristianizar su cultura". Aunque hemos indicado que la presidencia del C.S.I.c. la ostentó oficialmente Ibáñez Martín, José María Albareda Herrera (fallecido en 1965) llegó a ser el verdadero rector de los destinos del Consejo, que pasó a disponer de una delegación en Roma desde 1947 -a poco de fijar su residencia en esa ciudad Escrivá de Balaguer En 1942 se inició la carrera hacia la ocupación sistemática de cátedras, de instituciones culturales como los Ateneos, de Colegios Mayores (...) las,universidades de verano (...) las empresas editoriales (Rialp), etc. E incluso hasta la enseñanza media oficial..."(5)Para comprender el desarrollo de la Geografía española actual, la figura de J. M. Albareda es absolutamente fundamental, ya que apoyó desde el primer momento de forma decidida la expansión del Instituto Juan Sebastián Elcano, y posteriormente la fundación del importante centro de Geografía Aplicada dependiente del CSIC en Zaragoza. Albareda apoyó también la celebración de las "Reuniones de Estudios Geográficos", participando personalmente y presentando incluso comunicaciones científicas, en las tres primeras que se realizaron: Jaca (1941), Granada (1942) y Santiago de Compostela (1943) y asistiendo junto con lbáñez Martín a la clausura de la cuarta (Pamplona, 1944).Dentro del CSIC, estructurado en ocho patronatos, se constituyó una sección dedicada a la ciencia geográfica. El Instituto Ju¡¡n Sebastián Elcano. Lo exigían así -como escribió el primer presidente del citado Instituto- "el alto valor intelectual y las trascendentales aplicaciones de esta disciplina científica. Lo reclamaban también los antecedentes gloriosos de España que, con el descubrimiento del Nuevo Mundo y el primer viaje de circunnavegación del globo constituyó prodigiosamente no sólo al adelanto de la Geografía, de todas las ciencias de la Naturaleza, sino al progreso general de la Humanidad en los más variados aspectos".(6)
Desde su creación, el Instituto Elcano fue puesto bajo la dirección de D. Eloy Bullón y Fernández, catedrático de "Geografía política y descriptiva" de la Universidad desde 1907 (en Valladolid y Madrid). A pesar de su cátedra, la labor de Bullón se dirigió sobre todo al estudio de la historia de la cultura española, realizando también diversas aportaciones a la historia de la Geografía española. Personalidad de tendencia conservadora, habfa llegado a tener un activo papel político en los años 20, llegando a vicepresidente del Congreso de Diputados, a Subsecretario y a Director General de Enseñanza Primaria. Fue también Presidente de la Sociedad Geográfica de Madrid en 1930-31. Tras la guerra civil fue nombrado Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, cargo que mantendría hasta 1951, después incluso de su jubilación.(7)
Sobre la idea que Eloy Bullón tenía de la ciencia geográfica en el momento de acceder a la Dirección del Instituto Elcano, pueden citarse sus palabras finales en el discurso de clausura de la Segunda Reunión de Estudios Geográficos celebrada en Granada en septiembre de 1943 (8):
"¿Cómo es posible que el estudio de las maravillas del Cosmos deje de revelarnos la oculta, pero en todas partes vivificante presencia del Supremo Hacedor? Una estrecha relación une el mundo visible con el invisible; y aunque aquel nos lleva a éste, es éste en definitiva el que explica aquél... ¡Desgraciados los que al término del difícil camino de la investigación científica no llegan a encontrar la Suma verdad, que por ser al mismo tiempo el Sumo Bien y la Suma Belleza no sólo ilumina los entendimientos sino que atrae las voluntades y las consuela y fortalece con el más sublime y fecundo de los amores!Junto a Bullón fueron nombrados para dirigir el Instituto Elcano el prof. Amando Melón y Ruíz de Gordejuela, catedrático de Geografía de la Universidad de Valladolid, como Vicepresidente; y Luis García Sáinz como Secretario. El prof. Melón se convirtió de hecho en la figura clave del Instituto, en particular tras su paso de la universidad de Valladolid (donde fue catedrático de 1921 a 1948) a la de Madrid, siendo nombrado Presidente en 1952 (9). En cuanto a L. García Sáinz, geógrafo aragonés fuertemente inclinado hacia la geografía física desde sus años de estudio en Alemania,ocupó efectivamente la Secretaría del Instituto hasta que pasó a ocupar la Cátedra de la Universidad de Valencia. (10)Este es el gran pecado y la gran tragedia de nuestro tiempo. Porque si estudiamos las causas de su profundo malestar, bien visible en las catástrofes que afligen al mundo, las encontraremos principalmente en una terrible perturbación ideológica, que al negar u olvidar los valores del más allá, ha sumido la vida de los humanos en densas tinieblas de los que brotan la frialdad, el egoísmo y el odio destructor.
Pocas veces ha sido tan necesaria como ahora una restauración de los fundamentales principios del orden filosófico y jurídico".
El Instituto Elcano abrió a lo largo de los años 50 fuera de Madrid dos secciones delegadas estrechamente relacionadas con la universidad: una en Zaragoza, dirigida por J. M. Casas Torres (y hoy por A. Higueras Arnal) y otra en Barcelona dirigida por el geólogo Luis Solé Sabarís (y hoy por J. Vilá Valentí). Posteriormente se establecieron también lazos diversos con otros varios departamentos universitarios (Valladolid, Murcia, Valencia...). De esta forma, pudieron trabajar en esas ciudades becarios y colaboradores científicos del C.S.I.C., íntegramente dedicados a la labor investigadora. Un buen número de estos becarios se han dedicado también posteriormente a la docencia universitaria o de otro nivel.
Es importante asimismo la labor editorial realizada por el Instituto Elcano, publicando numerosas investigaciones de los geógrafos españoles y concediendo anualmente premios a las mejores tesis doctorales y trabajos de investigación. Los libros editados por o con ayuda del Instituto Elcano alcanzaba la cifra de medio centenar en 1964, publicados esencialmente en Madrid y Zaragoza; desde entonces han aumentado de forma importante. gracias también a la actividad de los centros asociados de Valladolid y Valencia (12). Sin la labor editora de este Instituto. el panorama de la Geografía española no habría alcanzado el desarrollo conseguido en los últimos decenios.
También
en relación con el C.S.I.C. y dentro de! mismo Patronato Diego Saavedra
Fajardo al que pertenece el Instituto Elcano se encuentra otra iniciativa
importante para la Geografía española. como es la organización
del Instituto de Estudios Pirenáicos. con sede en Zaragoza (trasladada
posteriormente a Jaca). Durante mucho tiempo. este organismo de carácter
interdisciplinario estuvo dirigido por L. Solé Sabarís y tuvo
como vicedirector a J. M. Casas Torres. lo que explica las amplias ventajas
que de ello obtuvo la ciencia geográfica. Desde 1944 edita la revista
"Pirineos", de carácter interdisciplinario, pero en la que los
estudios geográficos han sido numerosos. A partir de 1950 se inició
también la celebración de los Congresos Internacionales de Estudios
Pirenáicos alternativamente en ciudades españolas y francesas.
Los siete Congresos celebrados han permitido así la relación
de geógrafos de uno y otro lado de la frontera. anudándose numerosos
lazos personales y científicos. particularmente importantes en la
década de 1950 en la que el aislamiento cultural de España era
aún muy grande.
LA OCUPACION DE LAS CÁTEDRAS UNIVERSITARIAS
El acceso a las cátedras universitarias de los profesores José Manuel Casas Torres y Manuel Terán Alvarez dio origen a los dos grandes grupos de geógrafos universitarios en la historia reciente de España. Los profesores Casas Torres y Terán son sin discusión los dos grandes maestros de la Geografía española actual.
El profesor José Manuel Casas Torres alcanzó la cátedra de la Universidad de Zaragoza en 1944. permaneciendo en ella hasta 1966. y desarrollando allí una importante labor. En Zaragoza organizó 1a primera Sección del Instituto Elcano de! C.S.I.C. Y. posteriormente, el Departamento de Geografía Aplicada del C.S.I.C.; dirigió un amplio conjunto de tesis de Licenciatura y de Tesis doctorales; organizó y animó diversos trabajos en equipo y fundó y dirigió la revista "Geographica", desde 1954 (13). Discípulos directos de Casas Torres en esta etapa zaragozana fueron Alfredo Floristán Samanes (catedrático de Granada desde 1955, pasando luego a la Universidad del Opus Dei en Pamplona); Manuel Ferrer Regales (1958, catedrático de Oviedo; pasando luego a la Universidad del Opus Dei en Pamplona); Salvador Mensua Fernández (catedrático de Zaragoza desde 1962); Antonio Higueras Arnal (catedrático de Zaragoza desde 1965); Rosario Miralbés Bedera (Catedrático de Santiago de Compostela desde 1967); Pedro Plans y Sanz de Bremond (profesor agregado de Madrid desde 1971 y Catedrático de Murcia desde 1974) y M. del Pilar Torres Luna (prof. Agregado de Santiago de Compostela desde 1973) (14). También formó parte de este grupo zaragozano Eusebio García Manrique, aunque diversas circunstancias motivaron su alejamiento de la Universidad, alcanzando sólo la cátedra universitaria mucho más tarde (Profesor Agregado de Granada desde 1969; catedrático de Murcia desde 1971; y de la Autónoma de Barcelona desde 1973).
Desde 1966 el profesor Casas Torres obtuvo la 2ª cátedra de la universidad de Madrid, al jubilarse A. Melón. En Madrid consiguió crear al año siguiente el Instituto de Geografía Aplicada, dentro del Patronato Alonso de Herrera del C.S.I.C.(15), reiniciándose desde enero de 1971 la publicación de la revista "Geographica" (2ª época) ahora como revista del Instituto de Geografía Aplicada. Discípulo de Casas Torres en esta etapa madrileña es José Estébanez (1974, Profesor agregado en Valencia y posteriormente en Madrid).
El otro gran grupo de geógrafos españoles tiene como maestro al prof. Manuel de Terán. Educador en el Instituto Escuela de Madrid, e influído por las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, el prof. Terán estuvo ligado al Instituto J. Sebastián Elcano desde los años 40, alcanzando la segunda cátedra de Geografía de la Universidad de Madrid en 1951 (16) siendo nombrado también Secretario del Instituto Elcano. Discípulos directos suyos (y en parte también del Prof. Melón) han sido los profesores Antonio López Gómez (desde 1955 catedrático de Oviedo y posteriormente Valencia (17); Jesús García Fernández (desde 1958 catedrático de Valladolid); Angel Cabo Alonso (catedrático de Salamanca desde 1962); Juan Benito Arranz (catedrático de Oviedo desde 1955 y luego Sevilla) y Bartolomé Barceló Pons (prof. Agregado de Palma de Mallorca desde 1971). Discípulos, a su vez, de A. López Gómez durante su larga estancia en la universidad de Valencia, son los también catedráticos Vicente Roselló Vergel (desde 1967 catedrático de Murcia, y luego Valencia); Pedro Pérez Puchal (desde 1971 catedrático de Valencia); Antonio Gil Olcina (desde 1972 catedrático de La Laguna, en Canarias) y Eugenio Burrial de Orueta (desde 1972 catedrático de La Laguna).
Una parte importante de los trabajos de este segundo grupo de geógrafos se ha publicado en la revista "Estudios Geográficos" de Madrid. El grupo valenciano, a su vez, edita desde 1964 en Valencia la revista "Cuadernos de Geografía" de la que se han publicado hasta hoy 16 números, así como numerosos estudios agrarios y de estudios locales realizados con un esquema clásico muy repetido. En Valladolid J. García Fernández ha logrado organizar uno de los grupos de geógrafos españoles más exigentes y rigurosos (J. Ortega Valcárcel, Sánchez Zurro, J. L. García Merino...) habiendo publicado diversas monografías de indudable interés. También comienza a tener una actividad editora el grupo de geógrafos que en Oviedo dirige F. Quirós Linares. Por último en Palma de Mallorca B. Barceló ha mantenido durante mucho tiempo una activa presencia a través de! "Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación" de dicha ciudad y hoy desde la nueva Facultad de Letras allí creada.
Con una cierta independencia respecto a los dos grandes grupos anteriores se han ido desarrollando los de Granada y Barcelona.
En Granada, en torno a Joaquín Bosque Maurel, catedrático de Geografía desde 1965, se ha ido constituyendo un activo grupo de geógrafos que han realizado notables aportaciones al estudio de Andalucía oriental. Discípulo suyo es Francisco Villegas Molina, Profesor Agregado de Granada desde 1974. Además de otras publicaciones, desde 1971 editan regularmente los "Cuadernos de Geografía" (luego "Cuadernos Geográficos").
En Barcelona la llegada de Juan Vilá Valentí (catedrático de Murcia desde 1958; y de Barcelona desde 1965) contribuyó a impulsar fuertemente los estudios geográficos. En esta ciudad tras la guerra civil la escuela de Geografía se fue constituyendo bajo el estímulo del prof. Luis Solé Sabarís (Catedrático de "Geografía física" en la Facultad de Ciencias) con la influencia de naturalistas (como el botánico O. de Bolós) y la influencia del geógrafo francés Pierre Deffontaines, director del Instituto Francés de Barcelona desde 1940 a 1965. Desde muy tempranamente en la década de los 40 se deja sentir la actividad de Salvador Llobet Reverter, profesor adjunto de la Universidad y luego investigador del C.S.I.C. en la delegación de Barcelona. Otros geógrafos más jóvenes, como el citado J. Vilá, María de Bolós o Enric Lluch formaron parte de este grupo (18). Con la organización del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona en 1966 y con el de la Universidad Autónoma de Barcelona, desde 19.70, la Geografía alcanzó un sostenido desarrollo. En 1967 se incorporó como Profesor agregado Salvador Llobet Reverter (desde 1974 Catedrático de .Geografía humana) y en 1975 también como Profesor agregado Horacio Capel Sáez (discípulo de J. Vilá Valentí en la Universidad de Murcia y Profesor de Barcelona desde 1966). Desde 1967 el órgano del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona es la "Revisto de Geografía" con dos números anuales.
En Murcia desde
1958 a 1965 J, Vilá Valentí organizó el Departamento
de Geografía que en los últimos diez años otros tres
catedráticos han contribuido sucesivamente a impulsar. La continuidad
durante todo este período ha sido mantenida por Francisco Calvo. Los
primeros trabajos se publicaron en los "Anales de lo Universidad de Murcia"
y desde 1968 se edita la revista "Papeles de lo Universidad de Murcia"
con una periodicidad anual.
LOS PLANES DE ESTUDIO
El apoyo del ministro lbáñez Martín hizo posible que los estudios de Geografía -aunque no pudieron constituirse en Sección especializada, tal como había prometido- se intensificaran en la enseñanza universitaria. A partir del Plan de 1944, junto a la cátedra y asignatura de "Geografía Física" en las facultades de Ciencias, se crearon nuevas asignaturas de Geografía en las Facultades de Filosilfía y Letras, dentro de la Sección de Historia, y posteriormente nuevas cátedras.
Según el Plan de 1944, durante los cinco años de la Licenciatura de Filosofía y Letras (dos años de estudios 'comunes y tres de especialización) habrían de cursarse las siguientes asignaturas. En los estudios comunes: "Geografía General", en 2° curso, obligatoria para todos los estudiantes de la Facultad; en algunas universidades se añadía también la "Geografía de España", En los estudios de especialidad de Historia: "Geografía General 2", (en 3er curso); "Geografía de España y de los pueblos hispánicos" (4º curso) y "Geografía descriptiva del mundo" (5º curso). Con las excepciones que a continuación señalaremos, estos son los estudios de implantación del nuevo plan de 1973.
En 1955 la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza organizó un Plan de Estudios que permitía una cierta especialización en Geografía durante los tres años finales de los estudios. Se trataba de permitir dentro de la Sección de Historia, y "sin romper la unidad de la Sección", una orientación geográfica, permitiendo además una cierta opción al estudiante. Tras seguir dos cursos de "Geografía General" durante los dos años de estudios comunes, el estudiante que elegía la Sección de Historia, y dentro de ella la opción geográfica, podía estudiar las siguientes materias; como materias obligatorias: Geografía General (3er curso), Geografía Descriptiva (4°) y Geografíá de España (5°); como materias optativas: dos materias en cada curso de entre las distintas que organizara la Facultad (entre ellas, Edafología, Geografía botánica, Geografía agraria, Geografía económica, Planificación regional). Por último este plan permitía también estudiar algunas asignaturas de otras Facultades, señalando concretamente como materias obligatorias de 4º curso la "Historia del Derecho" y la "Economía Poi ítica" ambas de la Facultad de Derecho". Se trataba, como su mismo autor señala (19) de un plan posibilista, dentro de lo que permitían entonces las enseñanzas existentes en la Universidad de Zaragoza. El estudiante debía cursar también asignaturas de Historia; esta no separaéión de la Geografía y la Historia venía impuesta por las normas legales vigentes, pero respondía también a una clara afirmación de las relaciones entre estas dos ciencias, así como a la circunstancia de que en la enseñanza media, la principal salida profesional de los geógrafos, la Geografía y la Historia están unidas en una misma cátedra.
Un plan de estudios semejante al de Zaragoza, en el sentido de permitir una cierta orientación geográfica dentro de la Licenciatura en Historia, fue implantado en la Universidad de Madrid desde 1968.(20)
En la Universidad de Barcelona la implantación en 1968 de un plan que permitía una cierta organización autónoma de los estudios de la Facultad de Filosofía y Letras hizo posible crear en ese año una especialización exclusivamente geográfica, la primera que de este tipo ha existido en la Universidad española. Desde 1968 los estudios de Geografía en la Universidad de Barcelona han tenido la siguiente estructura. Durante los dos primeros años de estudios comunes (durante los cuales el estudiante debía cursar diez asignaturas y de ellas cinco obligatorias y cinco optativas), se debía estudiar obligatoriamente por todos los estudiantes de la Facultad la asignatura "Geografía de España"; existían, además, como materias optativas, la "Introducción a la Geografía" y la "Geografía humana", que podían ser cursadas por todos los estudiantes y que habían de ser elegidas obligatoriamente por los que desearan cursar la especialidad de Geografía. Durante los tres años de especialidad en la opción Geografía, los estudiantes habían de estudiar 16 asignaturas, elegidas entre las que el Departamento ofrecía cada año, siendo también posible si el estudiante lo deseaba cursar asignaturas de otros departamentos (se recomendaban en particular las asignaturas de Historia social y económica moderna y contemporánea). Las asignaturas de Geografía que durante los tres años de especialización se ofrecían al estudiante eran las siguientes: como asignaturas de tipo B (dos horas lectivas semanales): "Geomorfología", "Climatología", "Biogeografía", "Metodología de la Geografía Física", "Metodología de la Geografía Humana", "Geografía Social", "Geografía Agraria", "Geografía Urbana", "Geografía regional de España", "Países Tropicales", "Países Mediterráneos", "Países Aridos", "Países templado-fríos.", "Países Iberoamericanos". Como asignaturas de tipo C (1 hora semanal) se han ofrecido una gran diversidad de cursos monográficos cambiantes de un año a otro, entre los que destacamos los más frecuentemente ofrecidos: "Estadística", "Geografía cuantitativa", "Metodología de la Enseñanza de la Geografía", "Cartografía Temática", "Geografía urbana de España", "El clima en Cataluña". etc. Debe advertirse que dos asignaturas de tipo C equivalían para el cómputo del estudiante, a una asignatura de tipo B.(21)
A partir de 1973, un nuevo Plan de estudios hace posible la especialización en Geografía en todas las Facultades de Filosofía y Letras aunque señalando rígidamente las asignaturas a cursar, no permitiendo la opción del estudiante. Pero como este plan no ha sido aún totalmente implantado prescindiremos de exponerlo aquí.
Fuera de las Facultades de Filosofía y Letras, la Geografía se ha cursado también en la universidad en las Facultades de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales, creadas en 1953. Pero en ellas la Geografía no ha tenido en general gran peso, y no se han constituido Departamentos ni equipos de trabajo, salvo parcialmente en un solo caso (Madrid). También se imparte la Geografía en las Facultades de Ciencias, en alguna de las cuales existe una cátedra de "Geografía Física", en otras de "Geografía física (Geodinámica interna)" y en otras, por último, de "Geografía física y Geología aplicada", al cuidado siempre de geólogos. En Madrid ha sido catedrático de esta asignatura el prof. Francisco Hernández Pacheco, y en Barcelona el Prof. Luis Solé Sabarís (hoy catedrático de "Geodinámica externa", habiendo desaparecido la anterior denominación).
La Geografía ha sido y es enseñada también en algunas escuelas de grado medio (hoy Escuelas Universitarias), y particularmente en las Escuelas Normales del Magisterio y en las Escuelas de Comercio.
En las Escuelas Normales del Magisterio, donde el cultivo de la Geografía había alcanzado un cierto desarrollp desde las primeras décadas de nuestro siglo gracias a la docencia de un grupo de prestigiosos profesores (Beltrán y Rózpide, Doporto, Taboada) , la reforma de 1917 permitió la separación de las cátedras de Geografía e Historia. Dicha reforma se debió a Eloy Bullón, entonces Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública. Ello hizo posible la aparición de un nutrido grupo de geógrafos -particularmente importante en la Escuela Normal Superior de Madrid- preocupados por la pedagogía activa del medio geográfico. La guerra civil afectó duramente a estos centros de enseñanza, que habían realizado un gran esfuerzo de renovación durante los años 30. Por otra parte, desde 1940 nuevamente volvieron a unirse en una cátedra las enseñanzas de Geografía e Historia, lo que también contribuyó a truncar el favorable ambiente alcanzado en la etapa anterior. Aún así, todavía siguieron contando las Escuelas Normales con geógrafos formados en la preguerra y que desplegaron tras la guerra civil una actividad pedagógiéa entre los que pueden citarse P. Chico, L. García Sainz e I. Reverte. En los programas de estudios de estos centros (destinados a la formación de maestros de enseñanza primaria), las asignaturas de Geografía han sido en los planes antiguos "Geografía de España" y "Geografía General"; y "Geografía General" y Geografía Universal y de España" en el Plan de 1971.
Las Escuelas de Comercio fueron fundadas en 1850 con el nombre de Escuelas Mercantiles, y desde entonces han contado con estudios de Geografía Comercial y Estadística y, desde 1900 de "Geografía Económica" (22). Desde 1922 se estudiaba en estas Escuelas "Geografía universal y especial de España" y "Geografía económica general y especial de España". La reforma de las enseñanzas realizada en 1953 elevó a tres el número de material de Geografía: "Geografía Universal", "Geografía de España" y Geografía Económica". Por último en la reforma de 1956 las enseñanzas de Geografía quedaron estructuradas así: "Geografía económica 1" (en 1er curso del grado Pericial); "Geografía económica 2", especialmente de América, y "Geografía económica de España" (en el grado de Profesorado).
Finalmente,
conviene recordar que la Geografía ha sido hasta nuestros días,
una asignatura fundamental en el Bachillerato (enseñanza secundaria).
No vamos a detallar las diversas asignaturas concretas que han impartido,
modificadas con la sucesión de los diversos planes de estudios (23), pero sí creemos conveniente recordar que
las cátedras existentes en enseñanza media se denominan de "Geografía
e Historia", por lo que los profesores son nombrados para impartir estas
dos disciplinas. Como la enseñanza media ha sido, con mucho, la principal
salida profesional de los geógrafos españoles, debe tenerse
en cuenta este hecho y contar con que ello ha determinado de manera clara
las posibilidades de una auténtica especialización en Geografía.
LA ESTRUCTURA DE LOS DEPARTAMENTOS UNIVERSITARIOS
La estructura universitaria española concede una papel esencial a la figura del catedrático. Durante mucho tiempo este docente fue el único que poseía una situación de estabilidad profesional, disponiendo además de un poder prácticamente total (que continúa teniendo) en la organización de los Departamentos. Como ya hemos señalado, desde 1944 y, sobre todo, desde 1955, han ido accediendo a las cátedras los veinte catedráticos de Geografía hoy existentes en las Facultades de Letras (a las que a partir de ahora limitaremos el análisis).
Más recientemente, en 1966, se creó la figura del profesor Agregado, de categoría profesional y económica inferior a la anterior, pero que desempeña funciones análogas a las del catedrático. En la actualidad, el número de profesores agregados de Geografía en las Facultades de Letras es de cinco.
Sólo en 1970 se ha creado el Cuerpo de Profesores Adjuntos de Universidad, con carácter estable y permanente. De él forman parte hoy (noviembre 1975) quince profesores.
El número total de profesores numerarios de Geografía en las Facultades de Filosofía y Letras es, pues, de 40. Esta cifra representa aproximadamente el 20-30 por ciento del total del profesorado de Geografía realmente existente en estas mismas Facultades. El 70-80 por ciento restante está constituido por el profesorado no numerario categoría profesional que se encuentra en situación de absoluta eventualidad, con contratos renovables cada año (y rescindibles, sin previo aviso, por la Universidad) y con un reducido poder sobre la organización de los Departamentos. Este profesorado está constituido por las siguientes categorías: profesores interinos (a nivel de agregado o adjunto), contratados (a estos mismos niveles), encargados de curso y ayudantes; cada uno de estos grados puede ser: con dedicación exclusiva, dedicación plena o sin dedicación (dependiendo de ello el salario).
El profesorado no numerario ha aumentado considerablemente desde la segunda mitad de los años 60, en razón al crecimiento extraordinario de los efectivos estudiantiles de la Universidad española. Su función ha sido frecuentemente la docente, aunque su papel en la dirección o en la toma de decisiones de los Departamentos ha sido muy reducido. Naturalmente, la razón de esta proliferación de niveles docentes se encuentra en la estrategia ministerial de dividir y parcelar el cuerpo docente para intentar romper la solidaridad de intereses entre ellos.El sistema de acceso al profesorado numerario se realiza a través de un concurso- oposición de nivel nacional, superado el cual el profesor pasa a ser funcionario del Ministerio de Educación (tras jurar fidelidad, como todos los funcionarios del Estado, a los Principios del Movimiento Nacional).
Los tribunales están constituidos (hasta agosto de 1975) por cinco catedráticos. Desde la guerra civil a 1951 todos los miembros eran nombrados directamente por el Ministro de Educación Nacional, para asegurar firmemente el control ideológico del profesorado. A partir de esa fecha, con el ministerio Ruiz Jiménez, se introdujo una importante modificación, ya que tres miembros del tribunal eran nombrados automáticamente según un turno entre los catedráticos existentes, mientras que los otros dos miembros eran nombrados, uno por el Ministerio (el presidente del tribunal) y otros por el Consejo Nacional de Educación. Desde 1975 se ha previsto el sistema de sorteo para el nombramiento de todos los miembros (excepto el presidente), pero este sistema no ha entrado aún en funcionamiento.
El concurso-oposición consta de una serie de ejercicios (hasta seis sucesivos), en los que se valora sucesivamente: las publicaciones y la actividad docente de los aspirantes; su concepción de la disciplina; sus dotes expositivas; su conocimiento del programa de la disciplina; su capacidad para desarrollar un tema propuesto por el tribunal; su capacidad para resolver una serie de ejercicios prácticos. Tras la realización de los ejercicios bastan tres votos para decidir la elección de un candidato.
Este sistema
de selección del nivel superior del profesorado presenta una serie
de graves inconvenientes entre los que pueden citarse los siguientes: determina
la aparición de dos castas de profesores -los que han superado la oposición
y los que no- con poderes muy diferentes, a pesar de desempeñar funciones
docentes muy semejantes; produce una desvalorización de la función
docente en beneficio de la investigadora, ya que las publicaciones de los
aspirantes se tienen en cuenta de forma esencial; contribuye a individualizar,
aislar y enfrentar a los docentes, creando entre ellos una fuerte competencia
y haciendo muy difícil el auténtico trabajo en equipo; determina
un control de la selección del profesorado por los grupos o escuelas
más numerosos y primeramente constituidos.
La estructura de los Departamentos puede caracterizarse en cierta manera como feudal, concediendo la legislación a los catedráticos y agregados prácticamente todo el poder para seleccionar al profesorado no numerario, así como el control en lo que respecta a la determinación de fondos económicos y relaciones con la autoridad académica. Esta jerarquización llega a extremos ridículos en algunos Departamentos, como lo refleja el hecho de que cierta revista geográfica ordene los artículos de acuerdo con el nivel profesional del autor (primero el catedrático y luego los otros profesores, según su jerarquía) en lugar de ordenarlos, como parecería lógico, de acuerdo con los temas a que se refieren o, en todo caso, el interés objetivo de los artículos.Las relaciones entre los dos grandes grupos de geógrafos existentes en la Geografía española han pasado por vicisitudes diversas, aunque puede decirse que, en general, se han ido deteriorando pogresivamente. Curiosamente, las reticencias entre los miembros de uno y otro grupo se van haciendo mayores según se desciende en la escala del discipulado: son los más jóvenes los que incomprensiblemente -pues sus intereses y puntos de vista son objetivamente coincidentes- mantienen posiciones personales más enfrentadas.
Como resultado de esta situación se ha llegado a una real falta de coordinación de las investigaciones geográficas en España. En 1961 la situación pareció que iba a cambiar con la iniciación de unas reuniones geográficas patrocinadas por la Asociación Española para el progreso de las Ciencias. La Primera Reunión se celebró en Zaragoza en dicho año y congregó a unos 60 participantes, entre geográfos, cartógrafos, ingenieros, etc.(24). Cifras semejantes de participación se dieron en la Segunda Reunión, celebrada en Madrid en 1963 (25) y la Tercera, celebrada en Salamanca en 1965 (26). La Cuarta (Oviedo, octubre de 1975) ha tardado diez años en organizarse y sólo se convocó tras la celebración en Barcelona del "I Coloquio sobre Enseñanza de la Geografía y Mundo Actual" (abril, 1975). El avance cuantitativo experimentado por la Geografía española en estos últimos diez años se refleja en la presencia de más de dos centenares de participantes en la reunión de Oviedo.
Este avance
de la ciencia geográfica española, si bien se ha visto facilitado
por ciertos factores favorables ya señalados, se ha producido también
en un ambiente general de gran pobreza de medios. En este sentido, aunque
las diferencias son importantes y algunos Departamentos han disfrutado de
elevadas subvenciones y amplias facilidades, otros, la mayoría, han
contado con medios escasísimos, y puede afirmarse que sólo
la vocación de los geógrafos y su sacrificio, en el sentido
más literal del término, ha permitido alcanzar los frutos conseguidos
(27). Debe añadirse que a nivel personal
la situación es particularmente penosa para los profesores no numerarios,
en situación de interinidad permanente, con bajos salarios y obligados
casi a financiar sus propias investigaciones debido a la pobreza general de
medios de los Departamentos.
LAS IDEAS DOMINANTES EN LA GEOGRAFIA ESPAÑOLA
El rasgo más característico de la Geografía española posterior a la guerra civil es la fuerte influencia de la Geografía francesa. Las ideas dominantes han sido, en general, las de dicha escuela, tanto desde el punto de vista de la concepción general de la disciplina, como en lo referente a métodos y técnicas de trabajo.
A pesar de todo no puede decirse que las influencias de otras escuelas hayan estado totalmente ausentes.
En los años inmediatamente posteriores a la guerra civil la influencia de la escuela alemana adquirió una cierta importancia, particularmente en lo que hace referencia a la Geografía física. La antigua tradición de trabajos de geógrafos y geólogos alemanes sobre la Península Ibérica se reforzó durante los años 30 y 40 con la realización de una serie de trabajos de climatología dirigidos por el Prof. Hermann Lautensach, especialista en temas españoles. El dominio de la lengua alemana por parte de unos geógrafos y los estudios realizados en aquel país, por otros, ayudaron también a este trasvase de ideas con la Geografía alemana. En este sentido debe destacarse la labor transmisora realizada en la década de los 40 por un discípulo de Bullón, José Gavira (28), por L. García Sáinz, por J. Gómez de Llerena (29), por J. Candel y por el mismo Melón. La influencia alemana decreció desde el final de la Segunda guerra mundial. De todas formas en la década siguiente, el grupo de geógrafos zaragozanos incorporó también ideas geográficas alemanas, sobre todo en trabajos de tipo urbano (por ejemplo, de Hans Boesch, de Hans Caro!, de Peter Scholler) y edafológicos (Kubiena) y el grupo madrileño mantuvo también contacto con dicha escuela (a través de M. de Terán, F. Fernández Alonso...).
La influencia. inglesa y norteamericana ha sido, en general mucho menor. En "Estudios Geográficos", la reseña bibliográfica de obras de estas escuelas comienza a aumentar desde 1946, destacando en esta labor geógrafos como el citado J. Gavira (30) y J. T ortajada (31), y R. Martínez (32). En la década de los 50 se realizan diversas traducciones de obras de Geografía anglosajona (por A. Abascal y otros geógrafos zaragozanos) mientras que M. de Terán introduce conceptos teóricos precedentes de dichas escuelas. Desde aproximadamente los años 1954, algunos discípulos de Terán comienzan también a incorporar sistemáticamente ideas norteamericanas en algunos campos de investigación; puede destacarse en este sentido la labor de A. López Gómez introduciendo nuevos conceptos sobre climatología y meteorología.
En los años 40 tuvo también cierta importancia el conocimiento de lo Geografía portuguesa. Las buenas relaciones con aquel país en esa década de aislamiento cultural y político español, y la realización del Congreso Internacional de Geografía de Lisboa en 1949 explican este hecho en el que también influiría el interés personal de E. Bullón por las relaciones hispano-lusas. En la década 1940-50 se publican en "Estudios Geográficos" un total de 21 recensiones bibliográficas de lengua portuguesa, cifra que desciende considerablernente en las décadas posteriores.
La influencia de otras escuelas es muy escasa. A pesar de la facilidad de la lengua, las relaciones con la Geografía italiana son escasas; de hecho, sólo en la década 1951-60 las obras italianas reseñadas en "Estudios Geográficos" aumentan un poco, pero aún así no alcanzan las 10 obras en los diez años. Respecto a otras escuelas puede señalarse la influencia de los métodos cartográficos del sueco Sten de Geer, introducidos por M. de Terán y ampliamente utilizados por los discípulos de Casas Torres en la década de los 50 para la realización de una serie de mapas de población.
La influencia francesa, siempre importante en la Geografía española, adquirió un fuerte peso a partir de los años 1948-50. La influencia de esta escuela viene facilitada por ser el francés una lengua muy usual en España y por la amplitud que alcanza el influjo de la cultura francesa sobre la española a partir del siglo XVIII. En la ciencia geográfica ello vino reforzado por los estudios realizados por algunos geógrafos españoles en universidades galas a partir de los años indicados; es el caso, por ejemplo, de A. Floristán que siguió cursos en Burdeos en 1949-50 y de J. Vilá Valentí en esa misma ciudad en 1953-54. A ello pueden añadirse las relaciones anudadas a través de los Congresos Internacionales de Estudios Pirenaicos, ya citados y la acción del geógrafo Pierre Deffontaines, como director del Instituto Francés de Barcelona, estimulando los intercambios y las visitas de profesores franceses.
Un reflejo de este fuerte peso de la escuela francesa en la geografía española puede verse en el número de obras reseñadas en la revista "Estudios Geográficos". Aparte de las obras españolas, que siempre han representado la cifra más elevada (con porcentajes que oscilan entre 30 y 43 por ciento del total), han sido las francesas las más ampliamente representadas. Del total de obras extranjeras reseñadas en dicha revista el porcentaje de las francesas ha representado el 23 por ciento en la década 1940-50; el 45 por ciento en la de 1951-60; y el 47 por ciento en la de 1961-70. El cuadro siguiente (33) permite ver esta evolución de forma comparativa
El fuerte influjo de la Geografía francesa se refleja igualmente en los métodos concretos empleados y en las obras de referencia utilizadas por los autores españoles. En la mayor parte de los trabajos geográficos la gran mayoría de las citas bibliográficas son francesas y en general éstas suponen por lo menos la mitad de las referencias bibliográficas de carácter metodológico(34). En cuanto a los métodos, baste señalar que las tesis regionales españolas casi nunca dejan de incluir el cálculo de una serie de índices (climáticos, botánicos, demográficos, etc...) de procedencia francesa (índices de Birot, Gaussen, Martonne...).La influencia de la geografía francesa sobre la española se traduce en la amplia aceptación de la concepción de la Geografía como ciencia de síntesis, y en la primacía concedida a los estudios locales y regionales.
La idea de que la Geografía es una ciencia que estudia las relaciones que se establecen en un marco espacial concreto y de que lo característico de la investigación geográfica es el análisis de las combinaciones particulares de elementos que individualizan las distintas parcelas de la superficie terrestre, es una idea ampliamente aceptada entre .los geógrafos españoles. Uno de los maestros de la Geografía española ha defendido que:
"la región, los medios geográficos, el complejo o combinación de hechos de' superficie, según la expresión de Allix, el paisaje, he aquí lo que asegura a la Geografla su autonomía y el criterio de certeza para todo deslinde de campos y competencias con otras ciencias de la Tierra" (35).De esta forma la realización de la síntesis entre los diversos fenómenos que entran en esa combinación se convierte en la tarea esencial para el geógrafo. El análisis geográfico consiste así -como ha escrito J. M. Casas Torres, el otro maestro de la Geografía española, en:
"volver a unir en una visión de conjunto, mostrando la Intima relación que existe entre ellos, los múltiples fenómenos que han analizado separadamente las ciencias -desde su punto de vista auxiliares-"(36).Todavía en el IV Coloquio de Geografía celebrado en Oviedo (octubre 1975) se ha podido oír a profesores bien conocidos y -lo que es bien significativo- pertenecientes a los distintos grupos geográficos que existen en el país, decididas defensas de la concepción que Schaeffer llamó "excepcionalista" .de nuestra ciencia, y del carácter sintético de la misma: "la Geografía -llegó a decir uno de ellos- es una ciencia de síntesis, aunque esta síntesis sea difícilmente transmisible".En relación con esta concepción dominante se encuentra la importancia que todavía hoy tienen las monografías regionales en la Geografía española. La tradición establecida desde los años 40 es la de que el geógrafo debe mostrar su competencia mediante la realización de un estudio regional. Esta idea, que ha guiado fa elaboración de la mayor parte de las tesis doctorales de los geógrafos españoles, aparecen claramente expuestas en el comentario que relizó M. de Terán a la primera tesis regional publicada en la posguerra.
En él señalaba que las tesis doctorales:
"Han de ser labor de método y disciplina, que deje a su autor en posesi6n de la técnica apropiada para toda clase de trabajos ulteriores. En este sentido nada más recomendable que la monografía regional, en la que quedan abarcadas todas las direcciones posible de la investigación geográfica. De otra parte, sólo cuando en España exista un número de monograflas regionales comparable a la de aquellos paises que figuran hoya la cabeza de la ciencia geográfica se habrá hecho posible el conocimiento y la síntesis de conjunto de la Geografía nacional" (37).Se explica así que la mayor parte de los profesores de la universidad española hayan realizado como tesis doctoral un estudio regional, utilizando el método puesto a punto por la escuela francesa. Primeramente Salvador Llobet y luego otros geógrafos han ido realizando así una serie de estudios que hoy se cuentan, a pesar de las críticas teóricas y metodológicas que pueden hacérseles, entre los más importantes logros de la escuela española, y que en los dos decenios posteriores a la guerra civil representaron, sin duda, una importante innovación en el panorama de la Geografía española (38).Pero lo que era aceptable, e incluso innovador en aquellos decenios, se ha convertido con el tiempo, en una escolástica y ha dado lugar, cuando faltó sensibilidad y cultura, a ejemplos caricaturescos de los que los franceses llaman el "plan a tiroirs", es decir, a tesis en las que las distintas partes del estudio (geomorfología, climatología, etc) están sucesivamenw tratados, de forma yuxtapuesta y compartimentada, y sin realizar a veces ni siquiera un intento de conclusión general. Las tesis regionales se han seguido realizando con el mismo plan todavía en la década de los 70 (39), contribuyendo a ello la idea sostenida por no pocos profesores españoles de que es preciso conocer todo el territorio español -lo que en su concepción quiere decir, es preciso cubrir todo el territorio con tesis regionales- para poder realizar la famosa síntesis final.
La idea de que el estudio geográfico ha de establecer las relaciones entre fenómenos físicos y humanos, buscando la síntesis, está tan aceptada que no es difícil encontrar su reflejo en los mismos estudios urbanos. En las páginas de las revistas geográficas españolas es posible encontrar aún hoy estudios de ciudades o barrios urbanos en los que la exposición se inicia -de acuerdo con las ideas defendidas por Blanchard en los años 1920- con una discusión sobre la situación y el emplazamiento, y continúa con el análisis de algunos caracteres de la geografía física del lugar (geología, clima, etc.).
En general, todas las ideas geográficas francesas han sido ampliamente conocidas y seguidas en España. Los nombres y las obtas de los grandes geógrafos franceses, desde P. Vidal de la Blanche a Pierre George son bien familiares a los geógrafos españoles no sólo en sus obras originales sino en las numerosas traducciones existentes. La mayor parte de los manuales básicos usados por los universitarios españoles durante los últimos veinte años han sido franceses (de autores como A. Allix, P. Gourou y L. Derruau, J. Labasse, Y. Lacoste, P. Viers, P. Claval, etc...). El caso extremo es sin duda el de P. George, posiblemente uno de los científicos sociales más traducidos al castellano, existiendo actualmente en el mercado español casi una veintena de libros traducidos de este autor.
La influencia de la Geografía anglosajona, y en particular las nuevas tendencias de la Geografía cuantitativa comienzan a llegar a España a partir de los años 1968. Creemos que en este sentido debe señalarse la aportación del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona, que ha intentado desde esas fechas introducir de forma sistemática las ideas teóricas y los métodos de trabajo de otras escuelas, en particular la norteamericana, a través de las páginas de la "Revista de Geografía" Y mediante otras publicaciones realizadas por este Departamento o por editoriales barcelonesas. Asímismo en las publicaciones del Instituto de Geografía Aplicada de Madrid, Y sobre todo en las páginas de las revistas "Geographica, 2ª época" han empezado a aparecer desde 1971 trabajos que muestran una clara preocupación por los nuevos métodos cuantitativos, particularmente en lo referente a cartografía automática y aplicación de la teoría de los lugares centrales. Están contribuyendo igualmente a la difusión de las ideas de la Geografía cuantitativa urbanistas y economistas que desde hace un quinquenio utilizan más o menos ampliamente algunos métodos de esta tendencia en sus investigaciones. Desde el punto de vista de la difusión editorial de estas ideas debe señalarse las traducciones que ha realizado el Instituto de Estudios de Administración Local de Madrid, dirigido durante un tiempo por el arquitecto Fernando Terán (hijo del geógrafo del mismo apellido).
Las corrientes
más recientes (Geografía de la percepción y del comportamiento,
geografía radical) sólo ahora comienzan a llegar a la Geografía
española, y en este sentido Barcelona parece desempeñar otra
vez un cierto papel pionero (si es que la perspectiva desde la que escribimos
estas páginas no nos engaña).
LOS PROBLEMAS DE LA GEOGRAFIA ESPAÑOLA
A pesar del indudable desarrollo conseguido por la Geografía española en los últimos decenios, es evidente que su nivel no ha alcanzado todavía el de otras escuelas nacionales de mayor tradición. Puede intentarse mostrar, a modo de conclusión, algunos de los problemas que en este momento hay planteados.
Ante todo, debe
hacerse notar que el cultivo de la Geografía se realiza sobre todo
en el ámbito de la docencia y la investigación, y en particular
en relación con la enseñanza universitaria en las Facultades
de Letras. Naturalmente, existen otros especialistas que realizan en España
investigaciones de carácter más o menos geográfico, pero
forman cuerpos profesionales con tradiciones científicas diferentes:
ingenieros geógrafos, geólogos, ingenieros de caminos, meteorólogos,
botánicos, economistas, urbanistas, historiadores, militares... En
España, como en otros países, los geógrafos que realizan
un balance del estado de su ciencia acostumbran a citar a todos estos especialistas
que cultivan ciencias de la Tierra y disciplinas con una dimensión
espacial. Por nuestra parte, sin embargo, no estamos seguros de que ello sea
correcto, y por eso hemos preferido limitar nuestro análisis a la
docencia e investigación de la Geografía estrictamente considerada
como tal y a los profesionales que se denominan a sí mismos geógrafos.
Definido así el ámbito profesional geográfico, debe señalarse a continuación que la principal salida profesional de los geógrafos formados en las. Facultades de Letras (que es donde esencialmente se forman los geógrafos españoles) es la enseñanza en algunos de sus diferentes niveles. En esencia la enseñanza de la Geografía sirve para reproducir el cuerpo de geógrafos que enseña Geografía. En el camino de su promoción profesional, estos geógrafos realizan también investigaciones geográficas, las cuales se utilizan como méritos para dicha promoción. De esta forma se alimentan las revistas especializadas de Geografía. Paralelamente, la demanda de libros de texto. y de obras de divulgación geográfica estimula también la redacción de textos geográficos específicos, facilitando a la vez algunos puestos de trabajo a los geógrafos.
La participación de los
geógrafos españoles en la planificación o en la resolución
de problemas concretos de carácter técnico o empresarial es
muy reducida o casi inexistente. En España las corporaciones públicas
de carácter local, regional o nacional (Ayuntamiento, Diputaciones,
Ministerios...) prácticamente no emplean geógrafos en sus gabinetes
de planificación; estos están en manos de abogados, ingenieros,
arquitectos o economistas, profesionales que -todo hay que decirlo- poseen
en teoría una mejor preparación profesional que el geógrafo,
debido a la existencia de Facultades específicas para su formación.
La demanda de geógrafos para estas tareas de planificación es excepcional, y se debe generalmente a relaciones de tipo personal con los organismos contratantes o al disfrute de facilidades especiales. Debe señalarse, de todas formas, que J. M. Casas Torres ha mantenido desde la década de 1950 una clara actitud favorable hacia la Geografía aplicada (40) y que a él se deben numerosos impulsos e iniciativas en este sentido, los cuales culminaron en la creación de un Departamento de Geografía Aplicada en la Universidad de Zaragoza y en el Instituto de Geografía Aplicada del C.S.I.C. en Madrid (41). Tanto él como sus discípulos de Zaragoza, Madrid y de otras universidades, aprovechando sus amplias relaciones con miembros de la Administración y de entidades públicas, han podido participar en numerosos proyectos e incluso tomar parte activa en algúnos de los trabajos relacionados con el Plan de Desarrollo (42). Otros geógrafos y particularmente los más jóvenes mantienen una actitud más reticente a la colaboración en estas tareas de pseudo planificación convencidos de la inutilidad de esos trabajos en la situación política española y en general en cualquier estado capitalista.
La participación de los geógrafos españoles en las tareas de planificación y el mismo desarrollo de la investigación geográfica viene gravemente dificultada además por un grave defecto de formación. En efecto, la tardía aparición de estudios especializados de Geograffa, y la inclusión de estos estudios en las Facultades de Letras dan lugar a una preparación incompleta de los geógrafos españoles, los cuales sólo con un gran esfuerzo personal logran superar esta dificultad, Particularmente grave es la falta de una buena. formación matemática, defecto atribuible no sólo al carácter literario y humanfstico de las Facultades de Letras, sino también a la deficiente pedagogía de esta ciencia en el bachillerato. En cualquier caso, esta circunstancia dificulta por ejemplo la incorporación y utilización de los métodos puestos a punto por la Geografía cuantitativa -los cuales sin embargo están siendo utilizados en España por economistas y urbanistas que hacen así competencia al geógrafo con sus propias armas.
Desde una perspectiva más teórica, creemos que los más graves defectos de la geografía española actual derivan de la permanencia de las concepciones regionales clásicas, de la utilización de métodos de trabajo caracterizados por el más burdo empirismo, y de la indigencia de las concepciones teóricas.
1. La permanencia de las concepciones regionales clásicas, de las que ya hemos hablado, va unida -como en otros países- a frecuentes llamadas de atención orales y escritas, por parte de los maestros de la Geografía española ante el peligro de los nuevos conceptos y nuevos métodos. Así por ejemplo, en el extenso comentario efectuado por J. M. Casas Torres a la edición española de la obra Socioeconomics models in Geography de R. J.Chorley y Peter Hagget, ha escrito:
"no puedo ocultar mi temor de que el desmembramiento de la Geografía "tal como existe hoy" pueda producirse precisamente por el empleo indiscriminado y exclusivo, por parte de geógrafos incipientes y estusiasmados con todo lo nuevo, de los métodos que preconizan Chorley y Hagget"(43).Naturalmente, el mantenimiento de la concepción de la geografía como ciencia ideográfica y sintética, va unido a la pretensión de que el geógrafo ha de tener una amplia formación en todo el espectro de las llamadas ciencias auxiliares, desde la Geología a la Economía, y mostrar su competencia realizando trabajos de investigación sobre aspectos diversos, físicos y humanos. El ejemplo viene dado por los catedráticos, que tienen a gala realizar al mismo tiempo investigaciones -a veces excelentes- sobre geomorfología, climatología, demogeografía y Geografía urbana sin que de hecho acabe de verse bien la relación de unas investigaciones con las otras -relación que sólo aparecerá, se supone, en la síntesis regional final. Desgraciadamente, en este ambiente los geógrafos más jóvenes se sienten obligados, para realizar méritos profesionales, a dispersar su tiempo entre líneas de investigación de métodos y objetivos radicalmente diferentes o, lo que es más grave, a publicar artículos de ocasión sobre cuestiones diversas alejadas de su verdadera especialización.
La abundancia de los estudios
locales o regionales (en forma de Tesis doctorales o de Tesis de Licenciatura)
es otra de las consecuencias de la permanecia de esta concepción ideográfica
y sintética (44). Se trata de cubrir el
espacio con suficientes estudios que permitirán, cuando la región
esté totalmente cubierta, realizar la síntesis regional -síntesis
que, naturalmente, algunos catedráticos consideran que deberá
realizar ellos, se supone también que al final de su vida. Desgraciadamente
estos estudios, si por un lado son poco estimulantes desde el punto
de vista intelectual, por utilizar un cliché siempre repetido, por
otro resultan muchas veces absolutamente incomparables por la disparidad de
las fuentes, de las series cronológicas y de los tratamientos que se
realizan. Por último debe señalarse que las áreas estudiadas
se eligen con frecuencia arbitrariamente (de acuerdo con las facilidades personales
existentes) y cubren de manera irregular el espacio.
Debe advertirse, de todas formas, que de manera creciénte y ante la imposibilidad de alcanzar un dominio profesional en los aspectos diversos que entran en la síntesis regional, comienzan a aparecer tesis doctorales especializadas, aunque generalmente ello se realiza concentrando la atención sobre algunos de los aspectos que intervienen en dicha síntesis. Se realizan así sobre una determinada región tesis de geomorfología, climatología, geografía de la población, agraria, urbana, etc... con la intención de profundizar el análisis y hacerlo más completo, pero sin poner en revisión las concepciones tradicionales. Creemos, sin embargo, que esta especialización destruye, inconscientemente, la concepción clásica, sin por ello sustituírla por otra nueva (45).
La defensa de la Geografía clásica y del método regional va unida con cierta frecuencia a ataques contra los métodos deductivos y contra la formalización cuantitativa. Para ello se esgrimen en ocasiones argumentos del tipo: "la realidad es muy yompleja, y no deben realizarse simplificaciones", olvidando que con el método regional se realizan simplificaciones arbitrarias de los factores y variables a analizar. Algunos pretenden que la negativa a realizar tesis regionales procede, más que de un planteamiento teórico, del miedo a enfrentarse con los diversos aspectos que entran en la síntesis regional (geomorfológicos, climatológicos...) y particularmente los de tipo físico; pero olvidan que el mismo miedo demuestran ellos a la especulación teórica, a la discusión y revisión de los conceptos y métodos caducos, al planteamiento verdaderamente riguroso de ciertos problemas (económicos, demográficos... sobre lo que sólo se dicen superficialidades en las tesis regionales) y a la profundización de determinadas dimensiones que son sistemáticamente eliminadas de la síntesis regional (por ejemplo: las estructuras institucionales o de poder que afectan al espacio, las estrategias de los distintos grupos sociales y su incidencia espacial, los problemas de percepción y comportamiento...). Otros -generalmente los mismos- en su ataque a los nuevos métodos, se atreven incluso a sostener -presumiendo de progresistas y confundiendo gravemente las cuestiones- que la Geografía cuantitativa no puede ser aceptada porque es "capitalista"; curiosamente, esa afirmación puede ser realizada por personas que aceptan una estructura feudal en sus Departamentos, que adoptan posiciones sistemáticas neutras y no comprometidas en sus monografías locales o regionales, y que jamás se han preocupado del carácter enajenante que posee el trabajo que obligan a realizar a sus discípulos.
2. Otra característica de la actual ciencia geográfica española es el empleo de métodos de trabajo de carácter empírico e inductivo: En general se acepta -sin que de hecho exista una discusión y una posición explícita respecto a ello- que se ha de partir de la realidad, elaborando datos que posteriormente permitirán por generalizaciones sucesivas y a través de comparaciones llegar a una visión de conjunto. La investigación geográfica se convierte en una descripción, sin que generalmente existan hipótesis de partida, ni planteamiento del problema dentro de un marco teórico general. Las tesis españolas de Geografía generalmente carecen de tesis, son simples descripciones. Desde el punto de vista de la elaboración matemática de los datos, muchos trabajos siguen utilizando esencialmente lo que Varenio en el siglo XVII llamó la "regla áurea de la Geografía", es decir, la regla de tres, y formulando sus comparaciones exclusivamente en términos de porcentajes. Junto a ello debe señalarse una general pretensión a la recogida exhaustiva de la información, sin que exista una utilización del muestreo. Forma parte de la tradición geográfica que el geógrafo recoja personalmente -quizás para demostrar su vocación- toda la información, lo que le obliga a dedicar miles de horas a trabajos mecánicos tales como la elaboración de los datos censales, aunque ello vaya unido al uso simultáneo por ese mismo geógrafo de estadísticas publicadas que han sido elaboradas por muestreo.
3. Por último debe señalarse que la indigencia de los trabajos teóricos en la Geografía española es muy grave. Con muy pocas excepciones (entre las que, se esté o no de acuerdo con ellas, cabe contar las de M. de Terán, J. M. Casas Torres, J. Vilá Valentí) los geógrafos españoles no han publicado trabajos teóricos, ni tan siquiera reflexiones críticas sobre su ciencia o sobre sus métodos de trabajo. Existe incluso una cierta idea difusa de que el joven geógrafo (que a veces puede tener 30 ó 40 años) ha de utilizar primeramente los métodos geográficos (clásicos, se entiende) y no aventurarse en especulaciones teóricas. El resultado es la aceptación por estos geógrafos más jóvenes de ideas y métodos tradicionales y la canalización de sus esfuerzos hacia tareas e investigaciones que no corresponden a las necesidades del momento actual.
A los aspectos
anteriormente citados deberán añadirse otros dos rasgos relacionados
con ellos que caracterizan igualmente a la Geografía española:
se trata de la importancia concedida a la evolución histórica
y la carencia de estudios de conjunto. El primero es un resultado de la
formación histórica de los geógrafos españoles,
que en su casi totalidad proceden de la especialidad de Historia, así
como de la influencia de la escuela francesa, donde la aproximación
historicista es también muy frecuente. El segundo está en relación
con el valor concedido a los estudios monográficos y con la idea de
que sólo a partir de la multiplicidad de éstos se alcanzará
la síntesis final; pero, por un lado, falta decisión a la hora
de abordar la realización de la síntesis, y por otro, se echan
en falta estudios de conjunto que planteen problemas generales y que señalen
hipótesis y líneas de investigación en las que insertar
los análisis monográficos parcíales.
CONCLUSION
El panorama que hemos trazado de la Geografía española reciente ha pretendido ser crítico, sin que por ello desconozcamos los importantes avances realizados en los últimos decenios, y de los que son buena prueba la multiplicación del número de geógrafos, de revistas universitarias y de publicaciones científicas.
Si en este panorama hemos dedicado una gran atención a ciertos aspectos sociales y de organización (estructura de las cátedras universitarias, vinculaciones con la Administración...) ello responde al convencimiento de que la Ciencia posee un desarrollo socialmente determinado y que en la creación de las tradiciones científicas que han dado lugar a las ciencias particulares intervienen de forma destacada los condicionamientos sociales y en particular la estructura de poder -entendido esto tanto a nivel político general como en lo que se refiere al poder ya los prestigios científicos y profesionales-.
En lo que hace referencia a la Geografía española, creemos que muchos de los problemas teóricos que hemos señalado anteriormente derivan concretamente de un hecho tan aparentemente alejado como es la estructura de los Departamentos universitarios, del extraordinario poder que ellos poseen los profesores numerarios y del mantenimiento del sistema de oposiciones para acceder a la estabilidad profesional. En general, los catedráticos -en mayor o menor grado, y a veces de una forma inconsciente- imponen y reproducen su concepción de la ciencia y de la sociedad, sobre todo a través del control del futuro profesional de los jóvenes geógrafos -que como dijimos son elegidos y promocionados por ellos-.
Estamos convencidos
de que la modificación de la estructura universitaria, es decir, la
pérdida del carácter autoritario y de las relaciones feudales
que en ellas se establecen, así como la implantación de unas
estructuras más libres y democráticas permitirá a la
Geografía española iniciar un rápido desarrollo a partir
del nivel y del ambiente científico hoy alcanzado.
Notas
1. DIAZ. Elías. Notas para una historia del pensamiento español actual (1939"1972), "Sistemas, Revista de Ciencias Sociales", Madrid. nº 1 enero 1973. pag. 109. Ver tambien del mismo autor Pensamiento español actual (1939-1973), Madrid, Edicusa, 1974.
2. FRANCO, Francisco, Prólogo a la Geografía Militar de España de José Díaz de Villegas, Madrid 1940. El texto fue escrito en abril de 1936. La cita procede de la pág. XVI (cursivas añadidas).
3. Primera reunión de Estudios Geográficos celebrada en la Universidad de verano de Jaca. Agosto 1941, Madrid, Instituto Juan Sebastián Elcano C.S.I.C., 1942, pág. 308.
4. PEREZ AGUDO. Dr. D. Eduardo. Programo de Geografía por el Dr. D.____ Catedrático de Geografía. Universidad de Barcelona. Facultad de Filosofía y Letras. 1943, 12 págs.
5. TAMAMES, Ramón, La República. La Era de Franco, vol. VII de la Historia de España Alfaguara, dirigida por M. Artola, Madrid, Alianza Universidad 1973, págs. 580-582. Conviene tener en cuenta que, como dice Tamames, tras la fase liberalizadora representada por el paso de J. Ruiz Giménez por el Ministerio de Educación Nacional (1951-1956) la situación volvió a cambiar con el ministerio de Lora Tamayo, "con quien el balance en favor del Opus volvió a recuperar una situación cuando menos tan ventajosa como la que gozó con lbáñez Martín" (pág. 583).
6. BULLÓN, Eloy, Palabras preliminares, "Estudios Geográficos", Madrid, vol. 1, n.o 1, octubre 1940, págs. 3-9.
7. Véase MELÓN, Amando, A la memoria de D. Eloy Bullón (Bio-Bibliografía). "Estudios Geográficos", Madrid, XVIII, nº 67-68, mayo-agosto 1957, págs. 227-237.
8. BULLÓN, Eloy, Florecimiento de los estudios geográficos en Andalucía. Segunda reunión de Estudios Geográficos, celebrada en Granada, septiembre de 1942, Madrid, Instituto Juan Sebastián Elcano, del CSIC, 1943, págs. 281-300. La cita procede de las págs. 299-300.
9. La actividad investigadora de A. Melón se centró esencialmente en la historia de la Geografía y en la Geografía histórica, realizando también diversos artículos sobre la población y las divisiones administrativas españolas y una amplia labor de comentarios bibliográficos en las páginas de "Estudios Geográficos". Véase la nota de bio-bibliografía redactada con motivo de su jubilación. TERAN, M., A Don Amando Melón. Palabras de Salutación y homenaje, "Estudios Geográficos" Madrid, XXVI, 1965, págs. 5-19.
10. MELON, A., Luís García Sainz, "Estudios Geográficos", Madrid, XXVI, 1965, págs. 245-250.
11. CASAS TORRES, José Manuel. Estado actual de los estudios geográficos en España en Aportación española al XX Congreso Geográfico Internacional, Reino Unido 1964, Zaragoza, 1964, págs. 275-287. Existe también una versión italiana de este artículo en el "Bolletino della Societá Geografica Italiana", Roma, 1962, nº 1-3.
12. Entre las publicaciones
más recientes destacamos algunas de carácter colectivo
- Aportación
española al XX Congreso Geográfico Internacional, Reino Unido
1964, Zaragoza. 1964. 304 págs. (se incluye también aquí
una lista de las publicaciones del Instituto Elcano hasta 1964).
- Aportación
española al XXI Congreso Geográfico Internacional. India 1968,
Madrid. 1968. 463 págs.
- Homenaje
al Exmo. Sr. D. Amando Melón y Ruiz de Gordejuela, Zaragoza 1968.
213 págs.
13. Puede verse una relación de las publicaciones e iniciativas del Prof. Casas Torres en el Prólogo escrito por A. MELÓN para el volumen José Manuel Casas Torres (7944-7969). Veinticinco años de docencia universitaria. Homenaje a una labor, Zaragoza 1972, págs. IX-XVI.
14. Curiosamente, un cierto número de los geógrafos de este grupo parecen pertenecer al Opus Dei. Algunos de ellos, por ejemplo, son citados como tales en la obra de J. Ynfante: La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia, París, Ediciones Ruedo Ibérico, 1970, Anexo, págs. I-LXXII.
15. CASAS TORRES, José Manuel, La Geografía aplicada en España, en Aportación española al XXI Congreso Geográfico Internacional (India 1968), Zaragoza, 1968, págs. 449-453.
16. Debe advertirse que a pesar de haber llegado tardíamente a la cátedra universitaria el Prof. Terán realizaba ya un auténtico magisterio en años anteriores. Así en un artículo escrito en 1944 es citado ya como uno de los maestros de la Geografía española (junto con Bozal, Chico, Huguet de! Villar, Martín Echeverría y Gonzalo de Reparaz); en ese artículo se citan también a "una nueva promoción de geógrafos (Casas, Gavira, Escagües Xavierre, Ramos) que permite presagiar un buen futuro a la Geografía española". Véase MARTINEZ V AL, J. M., Panorama de la Geografía humana actual, "Estudios Geográficos", Madrid, vol. VII, 1946, pág. 94.
17. Una breve biografía de A López Gómez y de A. Floristán, con indicación de los ejercicios realizados para acceder a la cátedra, en Nuevos catedráticos de Geografía, "Geographica", Zaragoza 11, nº 5-6, enero-junio 1955, págs. 74-75.
18. Véase sobre todo ello la Presentación realizada por J. Vilá Valentí en el nº 1 de la "Revista de Geografra" de la Universidad de Barcelona. julio-diciembre 1967.
19. CASAS TORRES, José Manuel, Lo Geografía en el Plan de Estudios de 1955 de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, "Geographica", Zaragoza 111, nº 9-12, enero-diciembre, 1956, págs. 110-113.
20. CASAS TORRES, J. M., op. cit. en nota 15.
21. El número
de estudiantes inscritos en el Departamento de Geografía de la Universidad
de Barcelona para cursar la especialidad de Geografía ha evolucionado
así:
22. BOSQUE MAUREL, Joaquín,
La enseñanza de la Geografía en las Escuelas de Comercio,
"Geographica", Zaragoza, 111, nº 9-12,1956, págs. 114-119.
23. Véase por ejemplo
PLANS, Pedro,
La Geografía.en el nuevo plan de Bachillerato, "Geographica",
Zaragoza, 1, 1954, pág. 24-28.
MOLINER, Matilde,
La Geografía en la enseñanza media. Lo que es y lo
que debe ser, "Geographica", Zaragoza, 111, nº 9-12,1956, págs.
120-134.
24. MELÓN, Amando, Coloquio sobre problemas y enseñanza de la Geografía, "Estudios Geográficos", Madrid, vol. XXIII, 1962, págs. 79-85.
25. CAPEL, Horacio.
El Segundo Coloquio de Geografía, "Anales de la Universidad
de Murcia. Facultad de Letras, Murcia. 1963-64, págs. 23-36.
MELÓN,
Amando, Segundo Coloquio sobre Geografía, "Estudios Geográficos",
Madrid, vol. XXV, 1964, págs. 264-280.
26. MELON, Amando, 1I1 Coloquio de Geografía, (Salamanca, 25 al27 de octubre de 1965), "Estudios Geográficos", Madrid. vol. XXVI, 1965, págs. 560-73. Las comunicaciones a este Coloquio fueron publicadas en Tercer Coloquio sobre Geografía, Madrid, Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, Madrid, 1966.
27. El presupuesto anual de algunos Departamentos universitarios para todas las necesidades (compra de libros, financiación de investigaciones, gastos de enseñanza, equipamientos; pero con exclusión de los sueldos de los profesores) es muy poco superior al que se calcula como presupuesto de gastos familiares mínimos anuales de un matrimonio con dos hijos. en una gran ciudad (150.000 a 200.000 ptas. anuales en 1973). Así por ejemplo, el Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona ha tenido como media en los últimos cinco años unos ingresos que no llegan a las 500.000 ptas/año; en el Departamento de Geografía de la Universidad de Murcia (según datos facilitados por Francisco Calvo) los ingresos por todos los conceptos, suponen una media de 350.000 ptas. anuales entre 1973 y 1975. También puede ser interesante señalar que los profesores universitarios españoles pueden verse obligados a dar cada año 3 ó 4 cursos de materias distintas, a la vez. Algunos de estos cursos pueden tener entre 100 y 300 alumnos.
28. MELON, Amando, Perfil bio-bibliográfico de José Gavira, "Estudios Geográficos", Madrid, vol. XII, nº 44, agosto 1951, págs. 611-617.
29. Esos tres autores, junto con Dantín Cereceda asistieron en marzo de 1942 a la Reunión de Geógrafos alemanes, junto con geógrafos italianos, búlgaros y fineses. Véase J. DANTÍN CERECEDA, La reunión de geógrafos europeos en Wurzbürg (Alemania), "Estudios Geográficos", Madrid, vol. 111, 1942, págs. 423-441.
30. GAVIRA, J., La ciencia geográfica en Europa y América al finalizar lo guerra, "Estudios Geográficos", Madrid, vol. VII, 1946, págs. 525-545.
31. Autor también de una Crónico sobre lo Escuela de Oxford, publicado en "Estudios Geográficos", 1949.
32. Realizó, por ejemplo, varios comentarios a la obra de E. Huntington ("Estudios Geográficos", 1947 y 1948) y numerosas notas bibliográficas de obras anglosajonas. A pesar de todo este autor, "por su formación y tendencia podía filiarse en la escuela francesa de Geografía", según dice A. Melón en la nota necrológica de R. Martínez ("Estudios Geográficos", vol. XV, 1954, págs. 251-253.
33. Comprende las reseñas incluidas en las secciones "Libros nuevos" y, desde 1945, "Bibliografía". Se agrupan las obras según nacionalidad de su autor, aunque en la revista se comente la traducción a otra lengua (caso poco frecuente). Se incluyen todas las obras, aunque algunas hayan sido comentadas en la revista más de una vez.
34. Ello ocurre tanto en los escasos trabajos de conjunto existentes como en los estudios concretos de tipo regional o urbano. A título de ejemplo daremos unos datos: en el trabajo de M. de TERAN, Hábitat rural. Problemas de método y representación cartográfica (Zaragoza, C.S.I.C., 1946) de un total de 83 citas bibliográficas, 50 son en lengua francesa, 13 alemanas y 5 inglesas o norteamericanas y el resto italianas, portuguesas y españolas. En el estudio de J. M. CASAS TORRES, sobre Un plan para el estudio de lo Geografía de la población española ("Geographica", Zaragoza, 111, nº 9-12, 1956, págs. 30-46) de un total de 150 citas bibliograficas referentes a obras de referencia de demógrafos, geógrafos, sociólogos (citadas en las notas 10 a 19 de dicho articulo) son francesas 80; en el resto se incluyen también las españolas.
35. TERAN, M., Introducción sobre la Ciencia geográfica en Geografía Ilustrada Labor, Barcelona, Editorial Labor, 1970, vol. 1, págs. 15-31.
36. CASAS TORRES, J. M., Las fronteras de la nueva Geografía, Lección inaugural del curso académico 1964-65, Universidad de Zaragoza, 1964, pág.8.
37. TERAN, M., Comentario a la obra El medio y la vida en el Montseny, de Salvador L/obet, "Estudios Geográficos", vol. IX, 1948, pág. 704.,
38. Las primeras tesis regionales publicadas posteriores a la guerra civil son las de: LLOBET, Salvador, El medio y la vida en el Montseny, Barcelona, CSIC, 1947. FLORISTAN, Alfredo, Lo Ribera tudelana de Navarra, Zaragoza, CSIC, 1951.
39. De todas formas, algunas de las tesis regionales recientemente realizadas pueden ser valiosos estudios geográficos. Destacamos entre ellas la excelente de ORTEGA VALCARCEL, José, Los Montañas de Burgos, Universidad de Valladolid, 1974.
40. CASAS TORRES, J. M., Las fronteras de la Nueva Geografía, op. cit. en nota. También han mantenido actitudes favorables a la Geografía aplicada J. BOSOUE En torno a las posibilidades de aplicación de la Geografía, en Homenaje al Prof. Amando Melón, Zaragoza 1966, y VILA VALENTI, Algunos puntos de vista acerca de la Geografía aplicada, "Revista de Geografía", Universidad de Barcelona, 11, nº 2,1968, págs. 43-55; Geografía científica y Geografía aplicada, Barcelona, C.S.I.C., 1968,24 págs.
41. Véase op. cit. en nota 15.
42. Véase por ejemplo, CASAS TORRES, J. M., La selección de núcleos de población "cabezas de comarca" para el bienio 1972-73 (un caso de colaboración de los geógrafos con la administración pública), "Geographica, 2ª época", Madrid, abril-junio, 1973, págs. 79-104.
43. CASAS TORRES, J. M., Modelos y paradigmas en Geografía, según R. J. Chorley y P. Haggett, "Geographica, 2ªa época", Madrid, abril-junio, 1971, pág. 92.
44. Véase, a
título de ejemplo, la relación de las investigaciones efectuadas
en algunos Departamentos universitarios: GONZALEZ, Nazario, Diez años
de Memorias de Licenciatura en Madrid, "Estudios Geográficos",
Madrid, XXVI, 1965, págs. 403-413.
- Trabajos
y publicaciones del Departamento de Geografía de Murcia, "Anales
de la Universidad de Murcia. Facultad de Letras", XX, 1961-62, págs.
141-147; "Anales Universidad de Murcia. Facultad de Letras" XXIII, 1964-65,
págs. 165-168; "Papeles del Departamento de Geografía", Murcia
1970, págs. 159-164.
- V.M. R.: Tesis
Doctorales y de Licenciatura elaborados en el Departamento de Geografía
de Valencia, "Cuadernos de Geografía", Valencia, nº 10, 1972,
págs. 93-97, nº 15, 1974, pags.69-70.
45. Entre las tesis
especializadas de este tipo recientemente publicadas pueden citarse las siguientes.
que se cuentan entre las más valiosas:
- BARCELO. Bartolomé,
Evolución reciente y estructura actual de la población en
las islas Baleares, Madrid, C.S.I.C.. 1970.
- LÓPEZ
BERMUDEZ, Francisco, La Vega alta del Segura. Clima, hidrología
y geomorfología, Universidad de Murcia. 1973.
- OCAÑA.
Mª Carmen, La Vega de Granada, Granada, C.S.I.C., 1974.
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1976