REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Universidad de Barcelona ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 Vol. XVI, nº 925, 30 de mayo de 2011 [Serie documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana] |
Vicente Casals Costa*
Departamento
de Geografía Humana, Universidad de Barcelona
vcasals@ub.edu
Myriam Morales Benito, Marta Andreu Espuña, Joan Àngel Sabaté Piñol, Paula
Orduña Giró, Irene Piquer Castro
Estudiantes de la Licenciatura en Geografía, Universidad de Barcelona
Recibido: 9 de septiembre de 2010. Aceptado: 13 de enero de 2011.
Manuel Mujica Millán y el urbanismo novecentista en Cataluña, 1917-1927 (Resumen)
Manuel Mujica Millán fue uno de los más prestigiosos arquitectos y urbanistas de la primera mitad del siglo XX en Venezuela, aunque sus primeros años de actividad profesional transcurrieron en Cataluña, donde efectuó sus primeros trabajos.
Se estudian sus principales aportaciones durante este periodo, en relación con el contexto educativo, profesional y político en el que desarrolló sus iniciales actividades.
Palabras clave: Manuel Mujica, urbanismo, novecentismo, ciudad-jardín.
Manuel Mujica Millán and novecentista urbanism in Catalonia, 1917-1927 (Abstract)
Manuel Mujica Millán was one of the most prestigious architects and planners of the first half of the twentieth century in Venezuela, although the first years of professional activity took place in Catalonia, where he made his early work.
We study their major contributions during this period, in relation to educational, professional and political context, in which it developed its initial activities.
Keywords: Manuel Mujica, urbanism, novecentismo, garden city.
Índice
La formación en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona
Manuel Mujica y el contexto profesional de la arquitectura de los años veinte
El diseño de la ciudad-jardín La Florida, en Santa Perpètua de Mogoda
Un proyecto frustrado: el plan de reforma del barrio de Atarazanas, en Barcelona
La reforma de la Rambla de Mataró
Otros proyectos de Manuel Mujica
Una encrucijada de historias y destinos
Anexos
1. Profesorado de la Escuela Superior de Arquitectura y expediente académico de Manuel Mujica Millán
2. Memoria del proyecto de Ciudad-Jardín La Florida, en Santa Perpètua de Mogoda
3. Plan de Reforma del barrio de Atarazanas, en Barcelona
4. Textos sobre la Rambla de Mataró
En una obra de referencia sobre la arquitectura iberoamericana contemporánea, se califica a Manuel Mújica (Vitoria, España, 1897 - Mérida, Venezuela, 1963) como “uno de los arquitectos más destacados de la primera mitad del siglo en Venezuela”[1]. Pero este reconocido profesional, nacido en España, donde se formó y desarrolló sus primeros trabajos, cuya nacionalidad conservó durante toda su vida, apenas es conocido en su país de origen, incluso en los ámbitos profesionales de la arquitectura y el urbanismo.
Contribuir al conocimiento de la obra de este arquitecto no es la única razón que nos han movido a escribir las páginas que siguen. El estudio de su biografía y de su obra antes de su partida a Venezuela, que presentamos en este trabajo, tiene también interés desde otras perspectivas. Desde luego interesa en relación a la acusada personalidad, técnica y artística, de Mujica como arquitecto y urbanista. Pero también tiene un interés relevante el conocimiento de las “circunstancias”, un tanto en el sentido orteguiano del término, en las que se desenvolvió, propias de unos años que pronto darían paso a la esperanza republicana y concluirían abrupta y trágicamente con la guerra civil.
Igualmente presenta interés su biografía para el conocimiento del tipo de formación que se impartía en la Escuela de Arquitectura, que entonces formaba parte de la Universidad de Barcelona[2], los cambios en los planes de estudio, la renovación del profesorado de la misma y la emergencia de nuevas propuestas estéticas y nuevos modelos urbanísticos y arquitectónicos. Lo que en Cataluña se conoció como noucentisme, y que es de aceptación generalizada traducir como novecentismo, sintetiza algunas de estas últimas cuestiones, a pesar de las diversas orientaciones y puntos de vista diferentes que suelen englobarse bajo este concepto.
Finalmente, la labor profesional de Mujica en el periodo estudiado pone de manifiesto otro aspecto relevante: el de los conflictos corporativos y los de la no siempre fácil relación entre el poder político y los profesionales de la arquitectura, de todo lo cual el caso de Mujica nos parece un buen ejemplo.
Sus biógrafos venezolanos señalan su lugar de nacimiento en Vitoria (Álava) el 26 de mayo de 1897, aunque desde muy joven su familia se trasladó a vivir en Barcelona, quizás por razones profesionales del padre, Eladio Mujica y Urte, donde llegó el 11 de junio de 1906[3]. En esta ciudad residió y se formó profesionalmente hasta su marcha a Venezuela en 1927. Durante todos estos años, en la numerosa documentación académica que tuvo que cumplimentar, siempre hizo constar ser “natural” de Barcelona, residente en la calle de las Cortes número 512, 1º 4ª, lugar de la residencia familiar, lo que sin duda puede interpretarse como una muestra de enraizamiento en el medio social barcelonés.
En 1913, a los 17 años, comenzó las pruebas para ser admitido en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, lo que le tuvo ocupado durante los cursos 1913-14, 1914-15 y 1915-16. El 10 de octubre de 1916 obtuvo la certificación académica expedida por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona (de la que entonces dependía la Escuela de Arquitectura), que le permitía comenzar la carrera de arquitectura en la referida Facultad.
Desde el Plan de 1914, los estudios de arquitectura, una vez superada la prueba de admisión, los constituían dos cursos preparatorios, seguidos de cuatro cursos de la carrera propiamente dicha, para finalizar con un ejercicio de reválida. Mujica los cursó entre 1917-18 y 1923-24, obteniendo en título de arquitecto el 27 de enero de 1925. Por lo tanto, siete años de carrera, cuando lo normal eran seis, lo que ya da una idea de que Mujica tuvo algunas dificultades durante la misma, lo que la consulta de su expediente académico confirma. En efecto, las 25 asignaturas que se impartían durante la carrera de arquitecto, Mujica las superó con 19 aprobados, 4 notables y 2 sobresalientes. Durante estos años obtuvo también 7 suspensos.
Las asignaturas que suspendió y con las que más problemas tuvo fueron las de Cálculo infinitesimal (1916-17), Resistencia de materiales (1920-21), Conocimiento de materiales (1920-21), Historia de las artes plásticas (1918-19), Tecnología (1923-24) y, sobre todo, Hidráulica (1921-22, en junio y septiembre).
En cambio las mejores calificaciones las obtuvo en Modelado en barro (1917-18, notable), Teoría del arte (1921-22, notable), Proyectos de detalles (1921-22, notable), Proyectos de conjunto (1922-23, notable), Detalles (1917-18, sobresaliente) y Composición de edificios (1922-23, sobresaliente). De esta relación es fácil darse cuenta de las dificultades de Mujica con las asignaturas de tipo físico-matemático y su mayor facilidad con las de tipo compositivo y de diseño.
Además, en su expediente consta otro dato significativo, que seguramente tuvo una importancia considerable en su futuro profesional. A partir del curso 1921-22, Manuel Mujica se examina de numerosas asignaturas en la modalidad “libre”[4], que afectó a casi todo el tercer y cuarto año de carrera, más dos asignaturas de segundo y una de primero que le habrían quedado rezagadas.
No sabemos las razones de este atípico historial académico, pero disponemos de algunos datos que nos permiten efectuar una aproximación q las mismas. En torno a 1922 Manuel Mujica comenzó a trabajar como ayudante de algunos reconocidos arquitectos, algunos de ellos profesores de la Escuela. Nos consta sobre todo su colaboración con Eusebio Bona desde 1922, con Francisco de Paula Nebot en 1923, con Cayetano Cabañes Marfá, en 1924 y quizás con Fernando Tarragó. Bona, Nebot y Tarragó eran, además, profesores de la Escuela de Arquitectura, donde impartían, entre otras, las asignaturas de Historia de la arquitectura, Teoría del arte, Composición de edificios (Bona); Detalles, Modelado en barro (Nebot); Proyectos de detalles, Proyectos de conjuntos 1 (Tarragó), en las que Mujica cosechó sus mejores resultados, buena parte, además, en la modalidad “libre”. Es fácil adivinar que su facilidad para el dibujo y su habilidad compositiva fue lo que hizo que estos arquitectos buscaran la colaboración de su alumno.
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Figura
1. Muestra
de algunos ejercicios académicos realizados por Manuel Mujica durante sus
estudios de arquitectura. a) Dibujo del sepulcro de Mn. Borra, de la catedral
de Barcelona, realizado en 1918. En el extremo inferior izquierdo, junto a la
firma de “MMujica”, consta “Jujol profesor”. b) Croquis para una torre de
Aguas, ejercicio para la asignatura de Hidráulica, del curso 1922-23. c)
Instituto de 2ª enseñanza para una población de 2º orden. Alzado frontal, 1923. Fuente: Archivo gráfico de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. |
Menos claras son las razones que llevaron a Manuel Mujica a ponerse a trabajar para sus profesores, a mitad de la carrera y teniendo que renunciar a la matrícula oficial –y en consecuencia a la asistencia a las clases– en la mayor parte de las asignaturas, aunque seguramente, fueron de tipo económico. Su madre, Manuela Millán Falces, debió enviudar por estas fechas[5], lo que obligaría a Manuel a ponerse a trabajar. Lógicamente, recurriría a ocuparse en aquello en que se estaba formando, y de ahí el cambio que a partir de 1922 se produce en su historial académico. Por otra parte, su colaboración práctica con destacados profesionales de la arquitectura sin duda contribuyó a la adquisición de una sólida formación práctica.
En 1914 la Escuela de Arquitectura de Barcelona aprobó un nuevo Plan de Estudios. Fue una respuesta a los cambios que se habían ido produciendo en la sociedad de la época, que requería nuevas orientaciones en la formación de los profesionales de la arquitectura. Esta orientación se caracterizaba por el retorno al lenguaje clásico, de modo parecido a lo que sucedía en otros países europeos[6]. Una generación de nuevos profesores comenzó a impartir clases en la escuela, entre los que son nombres destacados los de Pedro Domenech Roura, Francisco de Paula Nebot, Eusebio Bona o Adolfo Florensa, que sintonizará desde la práctica de la arquitectura y el urbanismo, con lo que unos años antes Eugeni d'Ors había bautizado como novecentismo (noucentisme), y que se vería en la tesitura de abordar algunos nuevos problemas, y realidades, como algunos buenos conocedores de la tradición arquitectónica catalana han caracterizado de manera precisa:
“En Cataluña […] la corriente que desde cierto punto de vista llamamos novecentismo, recogió entre sus preocupaciones y quizás de una manera poco consciente la cuestión de dar respuesta tipológica y figurativa al problema de la vivienda masiva.
No es casual que simultáneamente a la difusión de las ideas de la ciudad-jardín como fórmula para resolver el problema del alojamiento urbano de las clases trabajadoras también en el nuevo periodo apareciese entre los arquitectos la necesidad de definir un código, un repertorio tipológico con el que dar respuesta al nuevo encargo y con el que configurar la nueva ideología residencial.
El hecho es que para resolver este problema se recurrió a lo que llamamos arquitectura vernácula, anónima y preindustrial. Así la masía, la casa de pescadores, la casa menestral suburbana nacida de una simplificación de elementos neoclásicos, e incluso la reencarnación de la villa, más o menos toscana, más o menos paladiana, “mediterraneista” si queremos utilizar la palabra habitual en la época, son las referencias en torno a las que se mueves estos tanteos poco conscientes y todavía mal definidos”[7].
En el curso 1919-20 Manuel Mujica aprobó una sola asignatura. El siguiente curso aprobó tres, pero una de ellas la había suspendido en junio y septiembre el curso anterior, y las otras dos lo hizo en la convocatoria extraordinaria de septiembre. En el curso 1921-22 solamente aprobará dos. Probablemente algo debió alterar profundamente la vida de Mujica a la vista de semejante bajón en su rendimiento académico. Ello parece confirmarlo el hecho de que en tal curso 1921-22, se presentó, además, a los exámenes en la modalidad de matrícula libre, modalidad a la que continuó recurriendo en la mayor parte de las asignaturas de las que fue examinándose en los restantes años.
Se puede aventurar que fue por razones económicas, quizás debido al fallecimiento de su padre, lo que obligaría al joven a ponerse a trabajar, como ya hemos indicado. De hecho, hay constancia documental de que en 1922 colaboró con Eusebio Bona, una de sus profesores en la Escuela, en el diseño del Palacio Real de Pedralbes, de que en 1923 trabajó para Francisco de Paula Nebot en el diseño y construcción del cine Coliseum de Barcelona, una de las obras destacadas de la época, también profesor suyo y además futuro director, en 1924, de la Escuela de Arquitectura de Barcelona. En 1924 lo encontramos como ayudante de Cayetano Cabañes Marfá en relación a algún proyecto de la ciudad de Mataró, ciudad de la que fue arquitecto municipal por aquella época (lo era en 1927) Fernando Tarragó Nogué, también profesor de Mujica.
Aunque pudiera ser que hubiera otros, estos fueron algunos de los personajes claves del entorno profesional de Mujica durante su periodo de estudiante. Bona y Nebot fueron dos de los más destacados representantes de novecentismo monumentalista en arquitectura. Bona debió ser quien primero se dio cuenta de algunas de las habilidades de Mujica en el terreno del dibujo, el diseño y la composición arquitectónica, llevándoselo con él cuando recibió el encargo de realizar el proyecto de Palacio Real en Pedralbes (Barcelona), de la mano de su principal promotor, el conde Güell[8]. El 26 de agosto de 1922, el periódico barcelonés La Vanguardia, dedicaba una página entera a esta obra, de cuyo aspecto, dice, “cabe formar juicio por el grabado que, del conjunto, acompaña estas líneas. Por él puede verse qué pintoresco emplazamiento será el suyo y el amable contraste de los bosques inmediatos con la elegante traza del edificio, de tan acertadas proporciones, y con los jardines que lo rodean”.
El grabado en cuestión reproduce un croquis de la capilla del Palacio firmado por Manuel Mujica, como puede fácilmente apreciarse, acompañado de un boceto del jardín, debido a Bona. Toda la capilla fue obra exclusiva de Mujica, en opinión de buenos conocedores de su obra[9].
Figura 2. Croquis de estructura de la capilla del Palacio Real de Pedralbes, de
Manuel Mujica Millán (1922). Fuente: Palacio Real de Pedralbes, La Vanguardia, 22 de agosto de 1922, p. 7 |
Figura
3. Capilla Real de
Pedralbes. Exterior. Manuel Mujica, 1922. Fuente: Archivo de la Cátedra Gaudí, Barcelona |
Figura
4. Capilla Real de
Pedralbes. Interior. Manuel Mujica, 1922. |
Los trabajos del Palacio Real fueron culminados por Francisco de P. Nebot, en lo que no sabemos si también colaboró Mujica. En cambio sí se sabe de su colaboración en la construcción del cine Coliseum, de Barcelona, unas de las joyas arquitectónicas del novecentismo. La iniciativa de su construcción se debió a José Solá Guardiola, que la puso en marcha mediante la constitución de la sociedad Metropolitan S.A. La idea era construir un suntuoso local, el más elegante, confortable y distinguido de la ciudad, dedicado no solamente a las proyecciones cinematográficas sino también al teatro, ópera, ballet y conciertos, es decir, un verdadero palace del espectáculo. Su construcción constituyó un verdadero acontecimiento ciudadano, en cuyos trabajos participaron los más importantes industriales y artesanos de Barcelona. Además, al parecer la propia construcción fue ya de por sí un espectáculo, con una enorme excavadora a vapor trabajando en el solar, la primera utilizada en España. La estructura metálica del edificio, de la firma Torres Herrerías, utilizó un sistema que permitió armar las vigas metálicas sobre el lugar, estructura que, con el tiempo se mostró muy resistente[10].
Lo que aquí debió aprender Mujica seguramente explica que años después, en 1927, decidiera aceptar un trabajo en Venezuela, el refuerzo de la estructura y cimentación del Hotel Majestic de Caracas, para lo cual su participación en los trabajos del Coliseum debió constituir una experiencia imprescindible.
En 1924 Mujica era ayudante del Cayetano Cabañes Marfá, arquitecto mataronés. La cobertura del torrente que pasaba por el centro de la ciudad había permitido convertir su antiguo curso en una rambla, pero ello requería efectuar diversos trabajos de reurbanización del lugar. Tal estado de cosas dio lugar a diversos artículos en el Diari de Mataró, firmados por Jaume Ciutadà. Uno de ellos, publicado el 7 de junio de 1924 se refería a dos grabados en que contenían un esbozo de propuesta para la Rambla y la anexa plaza de Santa Ana, que reproducía. El 4 de junio de 1927, en plena polémica por la propuesta de reforma de la Rambla, el Diari de Mataró volvió a reproducir los artículos de Jaume Ciutadà y los grabados de 1924, pero con una nota explicativa en la que se identifica a los autores. La nota dice así: “Los autores de los dibujos publicados entonces y que hoy reproducimos fueron dirigidos por el arquitecto señor Cabañes y ejecutados por su ayudante señor Mujica, hoy también arquitecto”[11]. Unos años después, en 1927, este último volverá sobre estas ideas y presentará un proyecto completo de la zona a reurbanizar, conjuntamente con Fernando Tarragó, arquitecto municipal y unos pocos años atrás profesor de Manuel.
Figura
5. Solución propuesta
por Cayetano Cabañes, y dibujada por Manuel Mujica, en 1924 para el cruce de la
Rambla, y las calles Sant Agustí y Camí Reial, de Mataró. |
Figura
6. Reinterpretación en
clave neobarroca de la fachada de la iglesia de Santa Ana, dibujada por Manuel
Mujica en 1924. |
No sabemos de cuando data la relación de Mujica con Cabañes, pero además de Mataró ambos intervinieron también en Sitges. El Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña incluye dos casas de Cabañes en Sitges, ambas de 1922. Por otra parte, en las biografías venezolanas de Mujica se menciona su intervención en esta ciudad, donde al parecer construyó algún chalet en la zona de Terramar, una urbanización inspirada en el modelo de la ciudad-jardín, impulsada por el industrial sabadellense Francesc Armengol[12] y proyectada por el arquitecto de orientación novecentista José M. Martino.
Vale la pena referirse, aunque sea brevemente, a esta experiencia que debió formar parte del bagaje intelectual de Mujica, puesto que a su probable participación en la construcción de alguna casa le añade el hecho de que por lo menos uno de los arquitectos con los que había trabajado, Cabañes, había construido en el municipio, aunque no hemos podido comprobar si también en la propia ciudad-jardín de Terramar. Además, en 1919, el promotor de Terramar, Francesc Armengol, convocó un concurso de proyectos arquitectónicos, cuyo jurado estaba compuesto por Miguel Utrillo, José M. Martino, Francisco de Paula Nebot, Eusebio Bona y Adolfo Florensa, los tres últimos profesores de Mujica en la Escuela de Arquitectura y que probablemente llamó la atención del joven estudiante, que ya destacaba en el diseño y composición de edificios. Por cierto, en las bases del referido concurso, en lo referente a los elementos constructivos, se decía que “deberá procurarse elegir aquellos que den al edificio un carácter más local, regional o nacional, huyendo de todo exotismo exagerado impropio de nuestra tierra”, que sintonizaba plenamente con el ideario novecentista.
Terramar estaba concebido como un lugar de descanso para personas adineradas y que representara un atractivo turístico y residencial, donde se celebraran congresos, exposiciones y, notablemente, actividades deportivas, sobre todo relacionadas con las carreras automovilísticas, que sin duda tenía que ver, a un nivel más general, con el desarrollo del turismo en la costa, emergente por aquellos años[13]. Aunque desde un principio también consideraba la creación de viviendas para obreros y equipamientos para el municipio[14].
Además de la relación personal o profesional, hay otros dos aspectos de la experiencia de Terramar que pudieron influir en Mujica. Por una parte, la estructura empresarial adoptada en Terramar. Ésta consistió en la compra de los terrenos por parte del promotor –Francesc Armengol– que seguidamente constituyó la sociedad Parques y Edificaciones S.A. (10 de marzo de 1919), destinada a impulsar la urbanización de los terrenos (figura 7) y que, además, debía atraer inversores privados dispuestos a invertir en la compra de acciones (6.000 acciones a razón de 500 pesetas cada una). El primer consejo de administración de la Sociedad quedó constituido con Francesc Armengol como presidente, Antoni Miracle Mercader como vicepresidente, y vocales Manuel Folguera Durán y José M. Martino. Este último actuaba también como secretario de la sociedad, lo que da una idea del elevado grado de implicación de Martino, sobre todo si tenemos en cuenta que también era el arquitecto municipal de Sitges[15].
Un modelo muy parecido al descrito lo podremos encontrar años después, en 1925, durante el proceso inicial de urbanización de la ciudad-jardín La Florida, en Santa Perpètua de Mogoda, cuyo trazado urbanístico y primeras construcciones diseñó Manuel Mujica. Las ideas sobre la ciudad-jardín habían sido ampliamente difundidas en Cataluña, sobre todo a partir de 1912, cuando se creó la Sociedad Cívica La Ciudad- Jardín, activamente animada hasta 1920 por su secretario, Cipriano de Montoliu[16].
Por otra parte, el “Projecte d'ordenances municipals pel Sector de Terramar, en la part que es refereix a construccions”[17] tiene, salvando las distancias entre el carácter de una y otra ciudad-jardín, evidentes parecidos en su estructura con las que en 1925 Manuel Mujica incorporó a la Memoria del proyecto de urbanización de La Florida.
Figura 7. Terramar.
Plano de urbanización y distribución de los solares. Hacia 1922. |
Figura 8. Plano topográfico
y estudio de urbanización de Can Horiach, J. Renom, 1924. |
Finalmente conviene referirse a otra cuestión. Hay buenas razones para pensar que el proyecto inicial de Francesc Armengol pudo estar influido por el arquitecto Josep Renom. Renom era amigo y pariente de Armengol, y a él se deben tres de los primeros proyectos de chalets proyectados para Terramar, entre ellos, y de manera significativa, el del propio Francesc Armengol, que todavía se conserva en la actualidad[18].
Además de proyectar numerosos edificios, Renom tuvo intervenciones destacadas en el terreno de la planificación urbanística, sobre todo en Sabadell, de donde era arquitecto municipal. Entre los trabajos urbanísticos que elaboró se encuentra un proyecto, no realizado, de ciudad-jardín en los terrenos ubicados en el actual barrio sabadellense de Ca n'Oriac, de 1924. El denominado “Plano topográfico y estudio de urbanización de Can Horiach” (figura 8) que hemos consultado[19] presenta muchas similitudes[20] con el que un año después, en 1925, trazó Manuel Mujica para la ciudad-jardín de La Florida, en Santa Perpètua de Mogoda, municipio colindante con el de Sabadell. No sabemos si hubo algún tipo de relación, directa o indirecta, entre Renom y Mujica, pero por lo menos puede afirmarse que uno y otro tienen una evidente cercanía profesional y, en el caso de La Florida, también territorial.
En cuanto a los chalets que supuestamente Mujica construyó –o colaboró en la construcción– en Sitges, no ha sido posible identificar elementos materiales (casas, planos o escritos) que permitieran su localización o confirmar su existencia en algún momento. De hecho, se ignora el año de la obra o proyecto, incluso de si es anterior o posterior a su recepción del titulo de arquitecto. El trabajo en varios archivos y el estudio sobre el terreno no nos han aportado ningún dato concreto, y las pistas que se han seguido no han resultado fructíferas.
El 27 de enero de 1925, Manuel Mujica recibió el título de arquitecto. En febrero, presentó el proyecto de urbanización completo (memoria y colección de planos) de la ciudad-jardín La Florida. También el febrero de 1925 presentó los planos de dos casas para la urbanización. En octubre presenta los planos de una tercera. Quizás proyectó alguna otra casa, pero no tenemos constancia de ello.
Parece lógico suponer que Mujica estaba trabajando en el proyecto de ciudad-jardín La Florida cuando todavía no había concluido sus estudios de arquitectura, como por otra parte confirma la fecha en que se hizo público el proyecto de ciudad-jardín. En efecto, en las actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Santa Perpetua, consta que en la sesión del 17 de febrero de 1925, presidida por el alcalde Pedro Escrigas Tort,
“[…] se da lectura de una Instancia presentada por D. Escolapio Cáncer por medio de la cual acompaña los planos para urbanización de los terrenos de su propiedad sitos en el término y paraje de “Can Andal” y en los cuales debe construirse una Ciudad Jardín, denominada “La Florida”.
Se acuerda pasar dichos planos a esta Comisión de Fomento para que informe al respecto, y además mandar las copias de los mismos a la Mancomunidad y División de F. C. del Norte para que informen sobre el fin que previene las disposiciones legales vigentes por hallarse parte de dichos terrenos enclavados en sitios por donde pasa la Carretera de la Mancomunidad y la vía del F. C. del Norte.
El citado Sr. Escolapio manifestó verbalmente su deseo de que se autorizara seguidamente la urbanización con el fin de empezar las obras. A este particular se le debe contestar que no es posible atenderle y que debe estar a las resultas de los informes que recaigan a los planos de referencia. Se acuerda pues contestarle en este sentido.”[21]
Conviene detenerse un momento en el contexto en que se tomó esta decisión. En 1923, el general Miguel Primo de Rivera había dado el golpe de estado e instaurado un gobierno que se calificaba así mismo de Dictadura. Como resultado de las instrucciones del Directorio Militar, fueron removidos todos los Ayuntamientos legalmente constituidos y sustituidos por otros afectos al nuevo régimen. En Santa Perpètua, el acto tuvo lugar mediante la intervención del sargento de la Guardia Civil del vecino municipio de Mollet, que el 3 de octubre de 1923 hizo acto de presencia en el pleno del Ayuntamiento y forzó el nombramiento de un nuevo Consistorio, encabezado por Pedro Escrigas[22]. Algunas de las decisiones tomadas por el Ayuntamiento en el periodo subsiguiente muestran algunos de los rasgos característicos de aquellos tiempos. Por ejemplo, el 14 de enero de 1925 se nombró Alcalde Honorario al Rey, Alfonso XIII, y el 15 de mayo de 1925, reunido en sesión extraordinaria, el Pleno del Ayuntamiento acordó solicitar al Rey que concediera “una distinción excepcional, la máxima posible, a favor de nuestro Capitán General”[23], Emilio Barrera y Luyando, sucesor de Miguel Primo de Rivera al frente de la Capitanía General de Cataluña.
En otro orden de cosas, en 1924 se había promulgado el Estatuto Municipal, un intento de introducir criterios reguladores en el desarrollo urbanístico; en 1925 se ampliaron los criterios de aplicación de la Ley de Casas Baratas, de 1911, ya modificada en 1921, en el sentido de facilitar que las clases medias pudieran también acogerse a ella, todo lo cual representó un primer intento de abordar el problema de la vivienda popular.
Este es, muy en síntesis, el contexto en el que nació el proyecto de ciudad-jardín La Florida. Su promotor, Escolapio Cáncer Duaso, un personaje dedicado a la compra-venta de terrenos y relacionado también con el negocio de la construcción, había adquirido los terrenos de la masía de Ca l'Andal, suponemos que con anterioridad a la presentación del proyecto urbanizador, aunque formalmente la venta tuvo lugar el 30 de abril de 1926, según consta en el Registro de la Propiedad. En el libro sobre las masías de Santa Perpètua, de Esteve Canyameres[24], se reproduce parte de la inscripción registral, en los siguientes términos:
“Porción de terreno llamado “Murtra Nou” y actualmente denominada “Ciudad Jardín La Florida” dentro de la cual existe una casa señalada de número tres, compuesta de bajos y un alto, situada en el término municipal de Santa Perpetua de Moguda, de superficie en junto noventa y un mil doscientos veintisiete metros, ocho decímetros y treinta y seis centímetros cuadrados, poco más o menos. Linda por el Norte, con la viuda de Soldevila y parte con la mayor porción de que procede, por el Sur con el Señor Ricart, parte con le camino de servicio y parte con la mayor porción de que procede, por el Este con la riera de Caldas y con terrenos de la misma procedencia, y por el Oeste con la misma Señora Soldevila, con terrenos de la casa Tayó y parte con la mayor porción de que procede. Vale veinte mil pesetas.”[25]
Escolapio Cáncer compró la finca por 22.600 pesetas. A esta finca se le debieron añadir otros terrenos, puesto que la ciudad-jardín ocupaba una superficie en el proyecto original de unos 300.000 metros cuadrados, mientras que Ca l'Andal, por lo que se señala en la inscripción del Registro, solamente tenía unos 91.000 m2 . Más tarde, nuevos terrenos se incorporaron a la urbanización, que después de la guerra civil de 1926-39 fueron nuevamente ampliados, ocupando la colina en la que se halla asentada una parte de La Florida actual.
Figura 9. Mapa planimétrico de Santa Perpètua de Mogoda, del año 1914. Instituto
Geográfico y Estadístico. Copia realizada por el Servei
Geogràfic de la Mancomunitat de Catalunya. A la derecha,
detalle del mapa anterior, donde pueden apreciarse los detalles de la zona
donde se ubicó la ciudad-jardín La Florida. |
En la Memoria del proyecto se indican los mismos limites que en el Registro, pero indicando una superficie de 300.000 metros cuadrados. Un terreno que se describe como destinados entonces al cultivo de gramíneas, legumbres y hortalizas que producían buenas cosechas debido a la fertilidad de su suelo, lo cual, señalaba Mujica, es “una garantía de salubridad para el futuro al establecer en él una ciudad-jardín”.
La Memoria, que hemos transcrito en el anexo 2, consta de diferentes apartados, el primero de los cuales trata sobre el “Emplazamiento”, al que acabamos de referirnos. Le siguen “Condiciones climatológicas”, “Motivo del trazado de este proyecto”, “Aspecto económico-social”, “Vías de comunicación”, “Razón de la ciudad-jardín”, “Geología del terreno”, “Trazados de calles y plazas”, “Manzanas”, “Canalizaciones y alcantarillado”, “Abastecimiento de aguas potables”, y una “Conclusión”. Incluye, además, dos apéndices, el primero de los cuales lo forman varios estados con las dimensiones de las calles y tres cuadros numéricos con la relación de las diversas superficies de la ciudad-jardín. El segundo apéndice lo constituye lo que denomina “Condiciones de edificación en los terrenos de la ciudad-jardín en Santa Perpetua de Moguda – Barcelona”, es decir, un breve reglamento de edificación a aplicar en La Florida. Está firmada por Manuel Mujica, en Barcelona, febrero de 1925.
La Memoria está acompañada por una completa colección de planos, en los que están representados los aspectos topográficos, la urbanización propuesta, el sistema de abastecimiento de aguas y el alcantarillado, los perfiles transversales y longitudinales de las calles y avenidas, detalles del cruce de la carretera de la Mancomunidad con las calles y un modelo de pozo séptico para las construcciones de la urbanización[26]. Todos los planos están firmados por Manuel Mujica, en Barcelona, febrero de 1925. También están firmados, a manera de visto bueno, por Escolapio Cáncer, que consta como “El Peticionario”.
Existen otros dos planos de interés que acompañan a los anteriores, que no se deben a Manuel Mujica, que son los siguientes:
Plano de la urbanización para la ciudad-jardín La Florida. Escala 1:1000. Se trata de un plano parcelario trazado posteriormente, posiblemente en 1930, por encargo del Ayuntamiento. Según consta en las Actas de la Comisión Permanente, el 25 de marzo de 1930 se acordó la realización de un plano parcelario de La Florida, acuerdo que se ratificó el 6 de mayo de 1930, de lo que debía encargarse el delineante J. M. García.
Plano de urbanización de la ciudad-jardín La Florida. Escala 1:2000. Es del año 1934. Refleja el estado de urbanización en esta fecha, aunque presenta añadidos a mano claramente posteriores.
La Memoria presenta dos partes bien diferenciadas. La primera, que ocupa aproximadamente la mitad del texto (sin contar los apéndices) es una reflexión general sobre el problema urbano y la conveniencia de la solución basada en la ciudad-jardín. Comienza señalando la localización de los terrenos escogidos para el proyecto, para plantear seguidamente la cuestión de las condiciones climatológicas del asentamiento, con un enfoque claramente de corte higienista en el que remarca el carácter benéfico del lugar desde el punto de vista de las características del clima, para seguidamente abordar la cuestión central de esta primera parte de la Memoria: cuál ha sido el motivo de la formación del proyecto de urbanización.
En primer lugar plantea la existencia de conflictos en el desarrollo de las grandes aglomeraciones urbanas, entre ellos el de la falta de vivienda para alojar a la inmigración que, señalará, se presenta de forma muy aguda en Barcelona y crecerá inevitablemente como resultado de la atracción que ejerce por el hecho de ser el principal núcleo industrial del país. Lo que, además se agravará a corto plazo como resultado de la prevista Exposición Internacional de Industrias Eléctrica y General Española, que “a plazo breve, cuando toque a sus postrimerías el certamen proyectado, será tal la absorción que ejercerá la ciudad que difícilmente se encontrará solución a ella”.
Las soluciones sobre la marcha, viene a decir, serían difíciles si no fuera porque desde hace unos años “nuestros hombres públicos han adivinado el problema” legislando de forma previsora de manera que cuando llegue el momento todo se reducirá a una mayor actividad edificatoria. Entre esta legislación, se refiere explícitamente al Estatuto Municipal, promulgado el año anterior, 1924, que en su opinión permitirá mejorar de forma muy sensible la fisonomía de las ciudades españolas, con confortables nuevos barrios y ciudades satélite todo higiene, sol, rodeadas de cinturas arbóreas y eficientemente comunicadas. “En una palabra –concluirá– la Ciudad-jardín, tanto tiempo en embrión, saldrá tal como la proyectó el entusiasmo del técnico y el cariño del estadista”.
Sigue con una breve descripción de cómo imagina el futuro urbano, no solamente de Barcelona sino de toda su área de influencia, de la región urbana, descrita en términos de cinturas sucesivas que cumplen funciones especificas, que representa una escueta, pero real, zonificación del área urbana barcelonesa.
En primer lugar, el centro urbano, convertido en una verdadera city al modo inglés, “centro de la vida bancaria, financiera y burocrática”. Le sigue un primer cinturón en el que se encontrarán las “casas de los magnates, burgueses y príncipes del dinero y de la sangre”, grandes sedes oficiales, hoteles y las estaciones urbanas de viajeros y líneas tranviarias, que el autor identifica con el Ensanche “edificado por completo”. Un segundo cinturón estará formado por los pueblos agregados del llano barcelonés, separados por grandes masas de vegetación de los parques, donde residirán la clase media, profesionales y pequeños negociantes, donde las líneas de tranvías se convertirán en ferrocarriles urbanos y punto de partida de los ferrocarriles interregionales. El tercer cinturón lo constituirán las colonias obreras, las fabricas, talleres y grandes almacenes; también de los grandes equipamientos. Más allá, desperdigadas por el territorio, se encontrarán las ciudades-jardín.
Y, ¿qué es la ciudad-jardín? Para nuestro autor no es ni trasladar el campo alrededor de la casa, ni vivir en plena naturaleza, ni el más exigente diseño del trazado de las calles. Más allá de todo esto, una ciudad-jardín debe abarcar un aspecto moral, cumplir una función ética.
Insiste sobre la necesidad de que La Florida este bien comunicada: “Es pues un punto fundamental el de las vías de comunicación”. Explica la necesidad del ferrocarril urbano, y la importancia de conseguir un apeadero para La Florida, y, en el ínterin, plantea la conveniencia de una línea de autobuses que conecten con la vecina estación de ferrocarril de Montcada-Ripollet.
Nuevamente aborda el tema de la ciudad-jardín, que considera es la consecuencia lógica de la racionalidad que impregnan las modernas orientaciones relativas al problema de la vivienda. Es propio del espíritu del hombre moderno buscar conciliar “los encantos de la vida en el campo” con las ventajas de los centros urbanos, el argumento más poderoso en defensa de la ciudad-jardín.
El imperativo categórico kantiano lleva a esta solución, insiste,
“que podemos admirar en gran número en Inglaterra, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, etc. que reservando para la vida del negocio la población propiamente dicha, alberga sus moradores en la campiña que la encuadra. En nuestra Barcelona ya podemos hacer análoga observación y volviendo la vista atrás no muchos años ¡cuántas observaciones podríamos hacer sobre este tema!, en nuestro proyecto, pues, no hacemos sino atender la resolución del problema, no ya bajo la forma de construir viviendas porque la escasez de las mismas las reclaman, sino con la vista en el futuro enfocado el asunto con la mirada de avance que para el urbanizador se requiere pues lo que hoy puede ofrecer a los profanos el sentimiento de una idea exagerada de imaginación calenturienta lo consagra la realidad como acertada interpretación de lo que ha de ser rincón del Paraíso en la tierra donde el hombre pueda hallar a un tiempo descanso y salud para el cuerpo, solaz y esparcimiento para la imaginación y alivio para el alma ‘mens sana in corpore sano’”.
La segunda parte de la Memoria es de tipo técnico. Comienza con una breve descripción de la geología del terreno para seguidamente pasar a abordar lo que constituye el núcleo central de esta parte: el trazado de las calles y las plazas. Y en primer lugar, la determinación del centro de la nueva ciudad, en lo que Mujica probablemente sigue muy de cerca a Raymond Unwin, cuya obra con seguridad conocía. Unwin había impartido algunas conferencias en Barcelona, en relación con las actividades de la Sociedad Cívica La Ciudad-Jardín, creada en 1912 a iniciativa sobre todo de Cipriano de Montoliu, convencido propagandista de tal modelo de urbanización. A principios de 1913, la Sociedad Cívica organizó un ciclo de conferencias, el segundo grupo de las cuales tenía el esclarecedor título de “La disposición arquitectónica de les ciudades jardín inglesas”, en las que sucesivamente se abordaban, después de una introducción general, las siguientes cuestiones: “La ciudad-jardín”, “La construcción de la ciudad-jardín”, “Las calles y las plazas”, “Los edificios”, “Drenaje de las calles”, “Los espacios verdes”[27]; es decir, un conjunto de temas bastante parecido al que constituye la Memoria de Mujica, que por esta época ya había decidido cursar arquitectura.
Entre los conferenciantes que participaron se encontraban varios ingleses, uno de los cuales era Raymond Unwin. Al siguiente año, Unwin impartió nuevamente dos conferencias en el Ateneo Barcelonés que, sin embargo, no fueron publicadas hasta 1916, en Civitas, y que trataban respectivamente sobre “El arte de la urbanización” y “El suburbio Jardín de Hampstead”, de carácter eminentemente práctico y profusamente ilustradas.
Además su obra escrita más destacada, Town planning in practice : an introduction to the art of designing cities and suburbs, publicada en 1909, seguramente era accesible a los estudiantes de arquitectura[28]. Por otra parte, en 1920, Francisco de Paula Nebot, uno de los profesores predilectos de Mujica y poco después director de la Escuela, entró como asesor en la Junta directiva de la Sociedad Cívica, y Eusebio Bona por la misma época era el principal diseñador de residencias para el proyecto estrella de la Sociedad Cívica, la urbanización de Sant Pere Màrtir.
La comparación de algunas partes de la obra con la Memoria de La Florida pone de relieve el parentesco en las ideas. Por ejemplo, sobre la elección del centro de la ciudad dice Unwin:
“Pero incluso en distritos, suburbios parroquias y barrios resulta deseable que exista algún centro. Debe haber algún lugar donde los pequeños edificios públicos del distrito se puedan agrupar y donde se pueda producir un claro efecto central a una menor escala. Nunca se insistirá suficientemente en la importancia de este punto central. Resulta por tanto inteligente el escoger desde un estado inicial de nuestro plan las localizaciones más adecuadas para los centros principal y secundarios, y como estos han de servir no solo como emplazamiento de los edificios públicos, sino también como focos de la vida pública de la comunidad, ambos puntos de vista deben influir en nuestra selección. Para asegurarse de que sean verdaderos centros donde la gente se pueda congregar, deben ser o bien ellos mismos los puntos focales en las directrices más importantes del tráfico, o deben estar cerca de dichos puntos, siendo esto último preferible por muchas razones. Hemos visto que un punto focal del tráfico suele estar en la estación del ferrocarril o cerca de ella, y que en la ciudad moderna la estación de tren a la que llega y desde la que se marcha la mayoría de la población parece reclamar el misma énfasis que se les daba a las puertas en las ciudades antiguas”. (p. 137-138)
Por su parte, en la Memoria, que no es un texto teórico, señala Mujica, en el apartado relativo al trazado de calles y plazas:
“En primer lugar, sobre todas las demás consideraciones, hemos tenido en cuenta un centro para que de él de una manera radial salieran las arterias que comunican todos los puntos extremos y más distanciados de la urbanización. […]
Un lugar ha llamado inmediatamente nuestra atención y él ha sido al fin el elegido en nuestro plano para ocupar el sitio del viable al que buscábamos acomodo. En efecto, creemos que todos los argumentos utilitarios, de emplazamiento, de tráfico activo y parado que necesita un ensanchamiento, son favorables al cruce de la carretera de la Mancomunidad con el ferrocarril y, en la parte indicada al Norte de la vía férrea, disponemos al efecto la plaza que la denominaremos de la Estación. Saltan a la simple contemplación del gráfico las ventajas de la elección: el que la carretera es y será la vía de más tráfico y movimiento, por ser la comunicación más expedita, y principalmente con vistas a lo venidero, en que, de conseguirse el día de mañana un apeadero ferroviario, sería el que nos ocupa el único punto de gran tráfico circulatorio, que duplicaría o intensificaría el movimiento actual de la carretera.”
Elegido en centro pasa a ocuparse de los diversos subcentros constituidos por el sistema de plazas:
“Partiendo asimismo en su origen de la plaza, al Noroeste del 2° tramo de la carretera o avenida anterior, está la n° 4, cuyo eje es prolongación del primer tramo de la carretera citada tantas veces, y que a su vez es un eje de simetría de la plaza. A esta avenida le damos el mayor ancho y la denominaremos el paseo principal de «La Florida», y bajo este aspecto la hemos urbanizado como se ve en el dibujo. [...]. En esta plaza, cerrando la perspectiva de ella y de la estación y la avenida, proyectamos sitio para un emplazamiento destinado a un edificio público, que aconsejamos sea la iglesia para de esta manera darle majestuosidad y masas a la perspectiva terminal citada, que sería bellísima. A la izquierda dejamos otro solar para otro edificio público que pudieran ser las escuelas de ambos sexos”.
Figura
10. Plano de
urbanización de la Florida, en el que puede apreciarse el sistema de plazas que
constituyen el sistema de centros y subcentros de la estructura urbana de la
ciudad-jardín. |
Figura
11. Plano de
urbanización de la Florida. Emplazamiento de calles sobre plano topográfico. |
Figura
12. Plano de
urbanización de la Florida. Anteproyecto de abastecimiento de aguas y
alcantarillado. |
El sistema de centros y subcentros de la urbanización lo constituyen, tal como se puede ver en la figura 10, la plaza de la Estación y la plaza Terminal, ya descritas, y otras tres plazas que determinan otros respectivos subcentros: la plaza Alta, en la que se ubica la antigua masía de Ca l'Andal, la plaza de las Cinco Calles, prácticamente simétrica con la anterior tomando como eje la avenida 4, y la plaza Baja, al otro lado de la vía del tren y cerca de la prevista estación de los ferrocarriles.
Figura 13. Perfiles transversales de las avenidas 1, 3,
4 y 5. |
Figura 14. Detalle del cruce de la carretera con las
calles. |
Figura 15. Modelo de pozo séptico. |
Figura
16. Plano parcelario de
la urbanización para la ciudad-jardín La Florida. Escala 1:1.000. Hacia 1930. |
La ciudad-jardín La Florida en los acuerdos del Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda[29]
En las actas de la Comisión Permanente y del Pleno de Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda quedaron reflejadas algunas de las decisiones que permitieron el inicial desarrollo del proyecto urbanizador. Así, con fecha 17 de febrero de 1925, la Comisión Permanente municipal, presidida por el alcalde Pedro Escrigas Tort, dio cuenta de lo que podría casi considerarse como el acto fundacional de la ciudad-jardín con la presentación de la instancia de Escolapio Cáncer, a la que nos hemos referido con anterioridad y transcrito los párrafos de las actas del Ayuntamiento que hacen referencia a la misma.
El 26 de junio de 1926 el Ayuntamiento concedió permiso para la construcción de los primeros edificios en la nueva urbanización a los propietarios José López, Fulgencio López y Higinio Cots[30]. No constan otras autorizaciones en las actas de las reuniones municipales, lo cual parece mostrar la existencia de dificultades para el avance de la urbanización. Las razones de ello, parecen radicar, por lo menos en parte, en los desacuerdos entre el arquitecto autor del proyecto, Manuel Mujica, y el promotor, Escolapio Cáncer. Las divergencias culminarán con la renuncia como arquitecto de La Florida de Manuel Mujica, según expresamente consta en una carta enviada por Escolapio Cáncer a la Comisión Permanente municipal, a cuya contenido se refiere el acta del día 3 de agosto de 1926. En esa misma reunión se refiere también a los problemas en el desarrollo de la urbanización de La Florida, en los siguientes términos:
“Vistas las reiteradas solicitudes que se presentan a esta Alcaldía en demanda de permisos para edificaciones en el paraje llamado hoy Ciudad Jardín “La Florida” de este término municipal, cuya demora en la concesión causa perjuicios tanto al Municipio como a los mismos propietarios de aquel paraje y dadas las disensiones entre el Sr. Cáncer y el Sr. Mugica, Urbanizador y Arquitecto respectivamente de aquella Urbanización, se acuerda que el Arquitecto Municipal Señor Romaní, proceda al examen de los planos que, acompañando las solicitudes de permiso para edificaciones en dicha Urbanización se presenten, dictaminando respecto de ellos si se han levantado de conformidad con el Estatuto de la Florida.”[31]
Formalmente, aquí termina la relación entre Manuel Mujica y Escolapio Cáncer y la ciudad-jardín La Florida, aunque como veremos el diseño original de la urbanización de Mujica se mantendrá durante largo tiempo, e incluso las tipologías arquitectónicas diseñadas inicialmente por él, se mantendrán como referencia pública durante bastantes años (figuras 17a y 17b).
Otra cuestión es las razones de las disensiones entre Mujica y Cáncer. Sobre eso, apenas existe información, y debemos recurrir a suposiciones para intentar averiguar dónde residían los problemas.
El único documento que hemos hallado que pudiera referirse a estos problemas es una carta de Escolapio Cáncer a Manuel Mujica, fechada en Barcelona el 15 de septiembre de 1925, siete meses después de presentado el proyecto urbanizador. La carta, formalmente cordial, explica que, al haber redactado Mujica las “condiciones que se añaden a las Ordenanzas Municipales de Santa Perpetua” y que deben cumplir los propietarios de terrenos que deseen edificar en La Florida, le manda el escrito, “con copia para el Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Perpetua de Moguda”, recordándole “que corresponde a V. el hacerlas cumplir como arquitecto que es del fundador D. Escolapio Cáncer y Duaso de dicha ciudad-jardín La Florida”[32]. Seguidamente, transcribe las “Condiciones para la edificación” que forman el apéndice nº 2 de la Memoria del proyecto de urbanización (véase anexo 2).
Cómo debe interpretarse este escrito es una cuestión que presenta dificultades. Por una parte, puede entenderse como la comunicación formal al Ayuntamiento de que es Mujica quien tiene la responsabilidad de hacer cumplir la normativa urbanística específica de la ciudad-jardín, sin más. Pero el último párrafo del escrito también da pie a entenderlo en el sentido de que quizás Mujica no prestara suficiente atención a su papel de arquitecto de La Florida; o –y esta es la opción por la que nos decantamos– que interpretara las normas manera diferente a Cáncer. De hecho, en las dos primeras casas proyectadas para La Florida, que se deben a Mujica y son de 1925, está presente una anomalía que no se repetirá posteriormente en ninguna otra de las edificaciones construidas durante el periodo en la urbanización: son dos casas adosadas, pero que en la publicidad en la prensa de la empresa urbanizadora se presentaban como casas independientes.
Esto permite hacer la suposición de que las “disensiones” a las que se refiere la Comisión Permanente municipal tenían que ver con la forma de interpretar el documento sobre las “Condiciones de urbanización” al que debían sujetarse los propietarios y que a la postre darían lugar al rompimiento entre Mujica y Cáncer. Más adelante veremos que hubo otras cuestiones que pudieron también tener que ver con la ruptura.
En el acuerdo de la Comisión Permanente donde se habla de este tema hay otro dato al que prestar atención. Las diferencias entre Mujica y Cáncer habían retrasado la construcción de nuevas edificaciones, ante lo cual el Ayuntamiento optó por encargar al arquitecto municipal de Santa Perpetua, Mariano Romaní Rius, la aprobación de los nuevos proyectos, en detrimento del arquitecto de La Florida, función que poco después Cáncer la encargaría a Matías Colmenares Errea.
Mariano Romaní era compañero de promoción de Manuel Mujica y, aunque no sabemos cuales fueron sus relaciones, en principio debemos suponer que eran buenas. Romaní a partir de aquel momento tuvo un papel significativo en el desarrollo de La Florida, no solamente en cuanto arquitecto responsable de garantizar el cumplimiento de la normativa específica de la ciudad-jardín, sino también como autor de un cierto número de proyectos de construcciones en la urbanización. Mariano Romaní, que tuvo una larga trayectoria profesional, fue arquitecto municipal, además de Santa Perpetua, del vecino municipio de Sant Fost de Capsentelles y de Martorelles, municipios en los donde dejó una considerable obra[33].
A partir de este momento cabe suponer que se aceleró la construcción de nuevas edificaciones en La Florida. En las actas de la Comisión Permanente constan autorizaciones el 8 de noviembre de 1927 a Carlos de Ribera, Domingo Ortiz, J. Grande y Ángel Femenias; y 21 de febrero de 1928 se concede licencia para edificación a Ramona Clauchet de Esquenais[34] y a Constantino Sanjuan.
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Figura
17. Tipologías de
viviendas construidas en La Florida, 1925-1931. a) y b) Dos casas de Manuel
Mujica de 1925; c) casa de Matías Colmenares, de 1927; d) y e) casas de 1928 y
1930, de arquitecto desconocido; f) casa de Escolapio Cáncer, proyectada por
José M. Deu, que estaba a la venta en 1931. En aa), ba) y ca) estado actual de las dos casas de Mujica y la de Colmenares. |
a
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c |
Figura
18. Tres de los primeros proyectos de vivienda de La
Florida. a) y b) dos proyectos de Manuel Mujica de febrero y octubre de
1925; c) proyecto de restaurante de Matías Colmenares, de 1926 o 1927. En el caso del primer proyecto de Mujica, se trata de dos casas adosadas, de dimensiones relativamente modestas (a). El segundo proyecto de Mujica fue una casa destinada a un doble uso: los bajos a tienda y el primer piso a vivienda (b). La tercera casa, del arquitecto Matías Colmenares, también fue pensada para una doble finalidad: vivienda en el primer piso y restaurante en la planta baja (c). Esta últlima función continúa desempeñándola en la actualidad. |
En los extensos anexos de la obra de Esteve Canyameres, Masos, masies i masoveries. Estudi de l'agricultura de Santa Perpètua de Mogoda i Santiga (segles XI-XX), se incluye la tabla del cuadro 1, que refleja el ritmo de venta de parcelas en La Florida hasta 1967, de la que nosotros tomamos los datos hasta 1936. No incluye datos de 1925 y 1926, año este último en el que constan, como hemos visto, la aprobación de tres licencias de obras lo que, en principio, precisaba de la venta de las correspondientes parcelas; por otra parte, en 1925 existen varios proyectos de construcciones, firmados por Mujica, en los que constan los propietarios de las parcelas. En 1927 se concedieron por lo menos cuatro licencias de obra, que quizás podrían corresponder a la fragmentación de la parcela de 2.000 metros cuadrados que se señala en el cuadro.
Con estas salvedades, el resto de la tabla puede considerarse representativa de la evolución de las construcciones en la ciudad-jardín La Florida, con un máximo en 1930, en el momento en que Escolapio Cáncer vendió la urbanización a un nuevo propietario.
Año | Núm. parcelas |
Dimensión parcelas (m2) |
Superficie total segregada (m2) |
1927 | 1 |
2000 |
2.000 |
1928 | 2 |
3.135 - 756 |
3.891 |
1929 | 2 |
2000 |
4.000 |
1930 | 18 |
Entre 5.103 y 190 |
18.700 |
1931 | 9 |
La mayoría de 378 |
4.240 |
1932 | 4 |
2.832 |
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1933 | 8 |
3.800 |
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1934 | 9 |
4.441 |
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1935 | 7 |
2.899 |
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1936 | 6 |
2.481 |
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66 |
49.284 |
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Fuente:
Canyameres, 2009. En el CD que acompaña el libro se incluyen las “Fitxes dels masos de Santa Perpètua de Mogoda
i Santiga (segles XI-XX)”. Los
datos de la tabla están tomados de la ficha de Ca l'Andal. |
En la figura 19 puede observarse lo que creemos era el estado de la construcción hacia 1936, dado que, aunque el plano lleva fecha de 1934, hay algunos añadidos a mano. En total salen 61 construcciones, número no muy alejado de las parcelas vendidas contempladas en el cuadro 1, aproximadamente el diez por ciento del total de construcciones previstas en el proyecto urbanizador inicial.
Figura
19. Plano de
urbanización de la Ciudad-Jardín La Florida. Escala 1:2.000. Año 1934. Marcado
con puntos están indicadas las construcciones existentes. Algunas de ellas
están añadidas a mano, por lo que puede suponerse que reflejan la situación
algo posterior. |
De éstas, existe documentación gráfica localizada en el Archivo Municipal de 32 casas, cuya relación consta en el cuadro 2 y que, con alguna excepción, coincide de manera aceptable con las localizaciones del plano de la figura 19.
Cuadro 2Arquitecto |
Propietario |
Fecha |
Manuel Mujica |
Constantino Sanjuan |
febrero de 1925 |
Manuel Mujica |
Joaquín Grau Gracia |
octubre de 1925 |
Matías Colmenares |
Constantino Sanjuan |
sin fecha (probablemente 1926) |
José Masdeu |
Carlos Cots |
sin fecha (probablemente 1926) |
Matías Colmenares |
Del Corral |
febrero de 1927 |
Matías Colmenares |
abril de 1927 |
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J. M. Deu |
Ramona Clauchet de Esquenais |
noviembre de 1927 |
Mariano Romaní |
Jaime Suau Solé |
abril 1928 |
Matías Colmenares |
abril de 1928 |
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Carlos Martínez |
Pepita Arradi |
30 de junio de 1928 |
J. M. Deu |
Escolapio Cáncer |
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Juan Padrós |
1929 |
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Matías Colmenares |
abril de 1930 |
|
J. M. Deu |
abril de 1930 |
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Mariano Romaní |
Faustino Ferret |
14 de octubre de 1930 |
José M. Ribas |
Vich Gabarró |
octubre de 1930 |
Jaime Sanllehy (maestro de obras) |
septiembre de1931 |
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Mariano Romaní |
Fulgencio López |
sin fecha (posiblemente 1931-32) |
Juan Roig |
Julián Toledano |
julio de 1931 |
Mariano Romaní |
Joaquín Mainadé |
febrero de 1932 |
Luis Colomer y Ballot |
abril de 1932 |
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ilegible |
abril de 1933 |
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ilegible |
Sr. Matamala |
mayo de 1933 |
ilegible |
Sebastián Bosch |
mayo de 1933 |
José Alemany |
Alberto Martinell |
abril de 1933 |
Luís G. Colomer Ballot |
junio de 1933 |
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Luís G. Colomer Ballot |
julio de 1933 |
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José Alemany |
Juan Alcazar |
enero de 1934 |
José Alemany |
febrero de 1934 |
|
José Alemany |
Vich Gabarró |
28 de marzo de 1934 |
José Alemany |
Vich Gabarró |
1 de abril de 1934 |
José Alemany |
Vich Gabarró |
15 de mayo de 1934 |
Fuente:
Elaboración de los autores a partir de los proyectos localizados en el Archivo
Municipal del Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda. |
Después de solventados algunos problemas de delimitación de la zona urbanizable en la parte sujeta a servidumbre de la línea férrea que cruza por la urbanización[35], el Ayuntamiento acordó solicitar la creación de un apeadero del ferrocarril en La Florida[36], algo ya contemplado en el proyecto urbanizador, cuestión sobre la que se volverá en diferentes momentos, y en lo que también intervino el conde Güell, gran propietario agrícola del municipio[37].
El 25 de marzo de 1930, el Ayuntamiento acuerda levantar un plano parcelario de La Florida, sobre lo que se insiste nuevamente el 6 de mayo de 1930, donde se indica que el trazado del mismo estaría a cargo del delineante J. M. García. El resultado de este acuerdo debió ser el plano parcelario de la figura 10, que refleja el estado del parcelario en 1930. Seguramente la formación del plano estuvo relacionada con el cambio de promotor de la urbanización, que pasó a manos de la sociedad Vich Gabarró
El entramado empresarial de la ciudad-jardín La Florida
La puesta en marcha de la urbanización La Florida comportó la creación de un conjunto de empresas relacionadas con la iniciativa. Este aspecto merecería ser estudiado en detalle, cosa que no hemos hecho porque nos alejaba quizás en exceso del objeto del trabajo. De todas formas, hemos ido obteniendo una serie de informaciones que pueden contribuir a un primer esbozo de esta estructura.
En 8 de diciembre de 1925 el diario La Vanguardia, de Barcelona, publicó un extenso anuncio publicitario con el llamativo título de “Solución al problema de la vivienda”. Con una estructura de entrevista, el anunció pretendía hacer una presentación pública del proyecto urbanizador sobre el que da diferentes detalles. Del mismo se desprende que la empresa urbanizadora se llamaba Sociedad Anónima Chalets “La Florida”, constituida ante el notario Isidoro Lafuente, y con sede en la calle de las Cortes número 512, es decir, en la misma dirección que la residencia familiar de Manuel Mujica. Del gerente de la Sociedad dice ser persona muy entendida en asuntos de terrenos y del Presidente –es decir, de Escolapio Cáncer–, “es persona muy conocida, fundador de una resonante obra que reportó varios millones de pesetas a nuestros combatientes en África...”[38].
Se intuye que sería un tipo de sociedad parecida a la que urbanizó Terramar, en Sitges, de la mano del sabadellense Francesc Armengol, y de la que formaba parte el arquitecto urbanizador José M. Martino, cuyo papel equivalente, para el caso de La Florida, desempeñaría Mujica, a la vista de la coincidencia entre la sede de la Sociedad y el domicilio del arquitecto.
De todas formas, si eso fue así, debió ser por poco tiempo. De hecho, al hablar del arquitecto encargado de la urbanización, aunque no da el nombre, por los detalles que expone más que a Mujica, parece referirse a Matías Colmenares[39], lo cual solamente es explicable si ya se hubiera producido la ruptura pero aún no hubiera tenido lugar la modificación de la Sociedad. De hecho, la presentación pública de Matías Colmenares como nuevo arquitecto de La Florida se hizo casi un año después, en octubre de 1926; pero este periodo de tiempo pudiera explicarse por la paralización de los trabajos de la urbanización del que se quejaba en agosto de 1926 el Ayuntamiento de Santa Perpetua.
La Sociedad se había constituido con un capital de 1.400.000 pesetas, siendo la propietaria de los 5.600.000 palmos del terreno de la urbanización, dividido en 630 parcelas. Cada una de estas parcelas, de unos 5.000 palmos, podía adquirirse por 11.900 pesetas, a pagar a plazos en 20 años. La idea inicial era poner en marcha un proceso de construcción en serie –“es el secreto de la economía”, dice– “y a este efecto se lanzarán al mercado 2.000 obligaciones al portador de 500 pesetas cada una con un interés del 6 por ciento anual, libre de impuestos, al tipo de 475 pesetas, lo que constituirá una renta de 6,35 por ciento neto, y ésta es la razón por la que la banca ha dado ya por descartada la colocación de dicha emisión”. Los compradores de solares podían decidir construir por su cuenta “o pedir que la Sociedad le construya, lo que se efectuará rápidamente”.
La forma adoptada por la estructura empresarial de la urbanización es probable que fuera otra de las causas de las disensiones entre Mujica y Cáncer, además de las señaladas. En cualquier caso, a finales de diciembre de 1925 consta como dirección provisional de la Sociedad los Talleres La Sudamericana, en la calle de las Cortes, 448-452, y unos meses después, en marzo de 1926, la dirección de la sede ya es plaza de Cataluña, 17, 1º A, bajo el nombre de Cooperativa de Casas Baratas La Florida, después de adquirir nuevos terrenos que aumentaron el terreno disponible hasta las 860 parcelas. En esta sede permanecerá hasta mediados de 1930, momento en que pasa a ubicarse en la Ronda de San Pedro, 10, principal, al ser adquirida por la sociedad Vich Gabarró. En mayo de 1931 se encontraba a la venta la casa de Escolapio Cáncer en La Florida, cuya maqueta estuvo expuesta en varios céntricos establecimientos de Barcelona. Durante todo este tiempo, la base gráfica de la publicidad de La Florida la constituyeron diferentes modelos de chalets, sobre todo el primero diseñado por Mujica, con diferencia el más ampliamente utilizado[40].
La sede en 1926 de la Cooperativa de Casas Baratas la Florida lo fue también de la Sociedad Fiduciaria Española SA, constituida en abril de 1929 y cuya actividad pública era la compraventa de terrenos, a cuyo frente se encontraba Escolapio Cáncer y en torno al que se había constituido el núcleo financiero de la operación.
Escolapio Cáncer no solamente se ocupó de controlar los aspectos urbanizadores, constructivos y financieros, sino que también intervino en la creación de los nuevos servicios de transporte precisos para la funcionalidad de la nueva urbanización. Ésta, aunque se preveía que estuviera bien conectada con las poblaciones del entorno, y en especial con Barcelona, en el momento en que se construyera el previsto apeadero del ferrocarril, lo cierto es que en el momento de ponerse en marcha estaba pésimamente comunicada, no solo con Barcelona y los pueblos próximos sino con propio núcleo de Santa Perpètua.
Ante ello, Cáncer creó una línea de autocares que unían Santa Perpètua con La Florida y la estación de tren de Masrampinyo, en Montcada i Reixac, con lo cual mejoró de manera significativa la accesibilidad de la ciudad-jardín. La compañía de autobuses estaba regentada por Ramón Albareda que más tarde se convirtió en propietario de la misma[41].
La Cooperativa de Casas Baratas de La Florida fue presentada públicamente en octubre de 1926, en un acto celebrado en la nueva urbanización para, formalmente, bendecir las obras que allí se están realizando, por parte del párroco de Santa Perpètua, Sr. Mallafré. La crónica periodística de La Vanguardia da detallada noticia del acto, en el que participaron el teniente coronel de infantería don Jorge Villamide, en representación del gobernador civil de Barcelona; por el ayuntamiento de Santa Perpetua, el concejal señor Llopart; por la Diputación Provincial, el diputado señor Marcet; por la Delegación de Casas Baratas, don Pio López; el alcalde de Santa Perpetua, señor Escrigas, los concejales Soley, Sala, Morral y Congost; los médicos señores Torruella y Miró; el señor Ricord, por la Cooperativa de Periodistas de Casas Baratas de Barcelona; el señor Cortadellas, por la Federación de Cooperativas de Casas Baratas de Cataluña y Baleares.
Fueron recibidos por la junta directiva de La Florida, formada por el presidente, Escolapio Cáncer, y los señores Cots, López, Sanjuán, A, López, C. Cots y Maynadé, que eran algunos de los primeros compradores de parcelas en la urbanización. En este acto, se presentó también al nuevo arquitecto, Matías Colmenares. En la comida organizada al aire libre participaron unos 200 comensales[42].
Una nueva etapa comenzaba para La Florida, pero aún así la urbanización creció muy lentamente. Solamente años después, en 1930, cuando compró la misma Vich Gabarró, las ventas de parcelas crecieron bastante más rápidamente, como hemos podido ver en el cuadro 1, crecimiento que se verá bruscamente interrumpido en 1936, al estallar la guerra civil.
Diversos autores han señalado que en el siglo XX el Ejército tuvo un destacado papel en la construcción y desarrollo de la ciudad moderna, lo que, para la ciudad de Barcelona, ha sido tratado desde trabajos de largo recorrido[43], hasta estudios más de detalle, referidos en algún caso a la reforma de la zona de las Atarazas barcelonesas[44], que es en lo que nos interesa.
Siguiendo a Francesc Roca (1977) que, a su vez, toma como referencia el proyecto de reforma de Atarazanas, elaborado por el comandante de ingenieros Mario Giménez y los arquitectos Manuel Mujica y Luis Girona, de 1927, del que nos vamos a ocupar en este apartado, los militares no solamente no se oponían a la reforma de la ciudad antigua sino que creían firmemente en su necesidad, no solamente por las exigencias de la adaptación de los viales circulatorios a la creciente intensidad del tráfico, sino también por la conveniencia de su saneamiento y por representar un instrumento de control de las revueltas que con frecuencia habían tenido el barrio como escenario, en un lugar, se señalará, que constituía “la puerta de entrada del extranjero”[45], lo que, leído en clave de 1927, quería decir también la puerta de la Exposición Internacional que se estaba organizando y acabaría celebrándose en 1929.
Además, existía el problema de la obsolescencia de las instalaciones militares situadas en el entorno de las Atarazanas. En abril de 1926, el comanda de ingenieros Mario Giménez, elaboró un informe, solicitado por el capital general Emilio Barrera, en el que planteaba claramente el problema:
“Las necesidades han aumentado considerablemente y al acumularse servicios que forzosamente se han alojado por falta de otro local, resulta actualmente inapropiado y hasta poco digno de la importancia del servicio a que incompletamente atiende.
En efecto, gran número de servicios provinciales directamente concernientes a la cabecera de la Región están distanciados de su centro en locales impropios y diseminados, muchos de los cuales han de desaparecer al desarrollar el plan de acuartelamiento de las tropas. Ello obliga a continuo vaivén de personal, desde general a soldado, que para el despacho de cualquier asunto ha de visitar sucesivamente edificios muy alejados unos de otros, con gran molestia personal, gastos y, lo que es peor, con retraso para el servicio e imperfección del mismo, pues multitud de asuntos que en una entrevista breve entre dos autoridades y aun simples funcionarios, tendría rápida solución, ha de aplazarse para la ocasión en que el tiempo disponible permita perder unas horas en tranvía u otros medios de marcha.
Es tendencia moderna en todas las ciudades populosas, la de acumular en un solo edificio los servicios similares para ahorrar el tiempo como factor tan importante de la vida actual y mucho más en el ramo militar.”[46]
Pero el proyecto (véase en el anexo 3 el texto completo del mismo) iba más allá de la mera reforma de las infraestructuras militares, adentrándose decididamente en el terreno de la urbanización a escala de ciudad. Esto se reconoce explícitamente en el proyecto, al señalarse que la reforma de las instalaciones militares “entraña la urbanización del barrio de Santa Madrona y luego el de su enlace con el resto de la ciudad”. Lo que, indican, se sale de los límites del trabajo oficial de Mario Giménez en la comandancia de ingenieros –aunque no a título particular– para lo que se consideraba conveniente el concurso de profesionales de la arquitectura. De ahí que en el proyecto presentado “estando de antiguo unidos en dicho trabajo y por lazos de afecto la continuamos los tres autores del actual proyecto refundiendo nuestros mutuos trabajos e ideas, en una síntesis obtenida durante dos años de no pocos desvelos”[47].
Aunque los lazos de afecto no queda claro si se refieren a los ingenieros y los arquitectos en general, o al ingeniero Giménez y los arquitectos Mujica y Girona, en concreto, sí parece claro que la gestación del proyecto procede de un conocimiento anterior, quizás amistad, entre los tres y que estuvieron trabajando en el mismo durante dos años antes de que se hiciera público.
La primera noticia sobre el proyecto de urbanización de las Atarazanas a la que hemos tenido acceso es del 21 de abril de 1926, fecha en que se publicó en los periódicos La Vanguardia y Las Noticias, idéntica nota de prensa, probablemente redactada desde la Capitanía General, que informaba en los siguientes términos:
“La reforma de la plaza de la Paz
Ayer mañana el comandante general de ingenieros don José López Pozas presentó al capitán general, don Emilio Barrera, los planos del anteproyecto o bosquejo de la entrada marítima de esta capital, con las futuras edificaciones y calles de la plaza de la Paz, de que es autor el comandante de ingenieros don Mario Giménez Ruiz con la colaboración del arquitecto don Manuel Mujica.
Entre los grandes edificios que figuran en el anteproyecto se halla el que comprende la Capitanía general, gobierno y demás dependencias militares y una espaciosa calle transversal que pondrá en comunicación la plaza de la Paz con la de Santa Madrona, que se uniría con la del Marqués del Duero al desaparecer los cuarteles de Atarazanas, el que ocupa el segundo regimiento de artillería de plaza y posición y la Maestranza.
El boceto gustó mucho al general Barrera, y el alcalde, barón de Viver, que tuvo ocasión de verlo le dedicó calurosos elogios”[48].
A partir de este momento fueron frecuentes las informaciones aparecidas en la prensa relativas a esta iniciativa o vinculadas con ella, dada la trascendencia de la misma, que, además, se asociaba, por lo menos parcialmente, con la Exposición Internacional a celebrar en 1929 en la colindante área de la montaña de Montjuïc[49].
El punto de partida del proyecto de urbanización y reforma del barrio de Atarazanas formado por Giménez, Mujica y Girona, constituía la prosecución de una propuesta de Ildefonso Cerdá. El diseñador del Ensanche barcelonés había previsto en su propuesta de reforma de la Ciudad Antigua, dos vías que transcurrían en la dirección de mar a montaña –las vías A y B– y una tercera vía, la C, perpendicular a las otras dos. Después de la aprobación del Plan Baixeras en 1889 se abrió la vía A, que recibió el nombre de Vía Layetana, entre los años 1908 y 1913.
Las otras dos vías nunca llegaron a completarse. De la vía C, que preveía conectar Montjuïc con el parque de la Ciudadela, solamente se construyó el tramo de la avenida de la Catedral y de la avenida Francesc Cambó. La vía B, que según Cerdá constituía una prolongación de la calle Muntaner hasta el puerto, con el tiempo solamente se ha construido la parte correspondiente hasta la zona de la rambla del Raval.
La gran zona a urbanizar de lo que Giménez, Mujica y Girona llamaban barrio de Atarazanas quedaba comprendida por el espacio delimitado por el paseo Colón, la avenida del Marqués del Duero (actualmente avenida del Paral·lel), Santa Madrona y la Rambla de Santa Mónica.
Algunos aspectos del proyecto estaban sujetos a plazos muy cortos, como por ejemplo el referido a la Puerta de la Paz y los alrededores del paseo Colón, puesto que en esta zona los trabajos deberían haber estado finalizados antes de la inauguración de la Exposición Internacional de 1929.
El proyecto de reforma del barrio de Atarazanas presentaba dos problemáticas específicas, más allá de las propias de cualquier proyecto de reforma de un casco antiguo. Por una parte, era preciso racionalizar las instalaciones militares situadas en el interior de la ciudad, algunas de las cuales se encontraban en situaciones muy precarias. Para ello era preciso completar un procedimiento muy lento, puesto que se trataba de terrenos afectados por un régimen especial que debían cederse al Ayuntamiento de la ciudad. Según al arquitecto Buenaventura Bassegoda, esta circunstancia fue la causa de un retraso de cincuenta años en el planteamiento de la reforma del barrio de Atarazanas[50].
Por otra parte, sobre el proyecto pesaba la naturaleza histórica del territorio afectado, ya que se trataba de la reforma de una parte importante del casco antiguo. En este aspecto, el proyecto topaba con sectores de la opinión pública sensibilizados por el recuerdo de cómo se había realizado la apertura de la Vía Layetana –la vía A– derribando o trasladando restos del patrimonio arquitectónico de la ciudad. La remodelación del barrio de Atarazanas afectaba a diversos edificios de indudable valor histórico, para alguno de los cuales los autores del proyecto no descartaban su posible traslado de emplazamiento. Por ejemplo, en el apartado de la memoria titulado “Los tesoros artísticos comprendidos”, los autores señalaban que
“las antiguas dressanes, que actualmente no pueden ser admiradas por el público, podrían conservarse en su lugar en el centro de una de las manzanas trazadas con acceso abierto al mismo. Sin embargo, por su buena conservación y facilidad de ser desmontadas, creemos podrían trasladarse a orillas del mar, su verdadero ambiente, transportando también las gradas enterradas [...] que junto al museo marítimo o en un lugar apropiado en el puerto franco podrían ofrecerse con más ambiente de realidad naval a la visita del público nacional y extranjero. Nada desmerecerían con ello y no es nuevo procedimiento, muy empleado en la época actual hasta para edificios mucho más importantes”[51].
El opúsculo de presentación del proyecto no contemplaba, pues, la desaparición de las naves de la Atarazanas, sino su conservación. Pero una de las alternativas que barajaba era de que ello podía hacerse aplicando un “procedimiento muy empleado en la época actual”, con lo que seguramente se referían al traslado de numerosos edificios singulares efectuado durante las obras de la vía A o Layetana.
La nueva vía B
La idea directriz del proyecto presentado por Giménez, Mújica y Girona era que la nueva vía B tendría una forma de “Y”, con una bifurcación en su tramo más cercano al puerto. Básicamente se trataba de prolongar la calle Muntaner más allá de la calle Sepúlveda, hasta su cruce con la calle Conde del Asalto (actualmente Nou de la Rambla). A partir de ahí se separaba en dos ramales, uno de los cuales conectaba con la avenida del Paral·lel y el otro se dirigía hacia la Puerta de la Paz.
Figura
20. Perspectiva a vista
de pájaro del proyecto de reforma del barrio de Atarazanas, dibujado por Manuel
Mujica en abril de 1926. |
Figura
21. Zonas afectadas por
la reforma del barrio de Atarazas, según el proyecto de Giménez, Mujica y
Girona, de abril de 1926. |
Los autores del proyecto argumentaban la necesidad de la nueva avenida invocando la tendencia “moderna” a reunir en un solo barrio determinadas actividades de la ciudad. En el sector que proponían reformar deberían concentrarse las compañías y los negocios relacionados con las actividades marítimas debido a su localización contigua al puerto. Esta vía, simétrica a la Vía Layetana, formaría con ésta los dos extremos del barrio comercial de Barcelona, lo que permitiría descongestionar las Ramblas, la única vía que, hasta la construcción de la Vía Layetana, conectaba la zona portuaria con el Ensanche.
Se proponía que la nueva vía tuviera cuatro carriles para la circulación, dos en cada sentido. Las aceras, de 4,60 metros de ancho, se calculaba que podrían absorber 268 personas por minuto. En el subsuelo, propone la posibilidad de instalar un sistema de líneas subterráneas de ferrocarriles[52]. En el cruce de la prolongación de la calle Muntaner y Conde del Asalto estaba prevista la formación de una gran plaza, llamada de la Reina Victoria, que era el punto donde se formaba la bifurcación en “Y”, antes mencionado.
Figura
22.
La plaza de la reina Victoria, dibujada por Mujica en el proyecto publicado en
1927. Esta gran plaza, que constituía el centro monumental del proyecto, estaba
situada en una posición ligeramente inferior a la ocupada actualmente por la
rambla del Raval, y era de dimensiones parecidas. |
La existencia de esta gran plaza se justificaba, por una parte, como punto de enlace de los dos ramales de la nueva avenida, uno de los cuales conectaba con la Estación Marítima, facilitando también el acceso a la estación de mercancías del Morrot, el paseo Marítimo, la avenida de Casa Antúnez y los viales de la costa sudoeste de la ciudad. El otro ramal, constituía una prolongación de la avenida hasta la Puerta de la Paz. En el cruce con el Portal de Santa Madrona se ensancharía hasta alcanza la anchura de las Ramblas (30 m).
En torno al monumento a Cristóbal Colón –es decir, en la Puerta de la Paz– estaba prevista una plaza con edificios de estilo neobarroco, que conferían solemnidad al conjunto, en el que convergían grandes vías de circulación, y donde proponía ordenar el tráfico adoptando el “sistema llamado de turbina, aunque no radicalmente”[53] debido a las especificidades del lugar.
Figura
23.
Tratamiento del tráfico en el proyecto de reforma del barrio de Atarazanas: a)
solución adoptada para el cruce de la calle Conde del Asalto con la nueva
avenida que se proponía crear, b) solución adoptada para la Puerta de la Paz.
En ambos casos, la aportación del comandante de ingenieros Mario Giménez era
relevante. |
El proyecto de reurbanización del barrio del entorno de las Atarazanas partía de una expectativa de reforma urbanística integral que generó mucha polémica, y en cuyo debate intervinieron personalidad destacadas de mundo científico y académico, como el historiador Francesc Carreras Candi o el arquitecto –y antiguo profesor de Mújica– Buenaventura Bassegoda.
En un largo artículo publicado en La Vanguardia[54], Bassegoda comenzaba analizando las circunstancias que habían contribuido al atraso de la necesaria reforma del barrio y calificando, irónicamente, de “espontáneo” el gesto de Mujica, Girona y Giménez de presentar el proyecto en aquel momento, para abordar seguidamente los dos problemas que, en su opinión, enmarcaban la iniciativa.
El primer problema residía –señalaba– en la incomunicación del casco antiguo con la periferia urbanizada, al haberse aprobado solo fragmentariamente el plan de enlaces, basado en el proyecto de Jaussely. El otro problema, consistía en la resolución de la cuestión de la obsolescencia de las instalaciones militares situadas en el casco antiguo, problema que se arrastraba desde 1876, cuando desde la Capitanía General de Cataluña se comenzó a trabajar en el tema. La cuestión implicaba, entre otras cosas, la reurbanización del entorno de las Atarazanas, donde se concentraban un buen numero de estas instalaciones militares, y se precisaba del concurso, y acuerdo, del Ayuntamiento barcelonés a fin de que se pudieran verificar los canjes necesarios.
Pero lo que motivaba el escrito de Bassegoda era su preocupación por el futuro de las instalaciones de las Atarazanas medievales barcelonesas, situadas en pleno centro de la zona objeto del plan de reforma. No se trata, subrayaba Bassegoda, de un proyecto con un alcance solamente militar y urbanístico, sino también artístico y arqueológico.
Bassegoda se mostraba de acuerdo con las líneas generales del proyecto, cuyas soluciones en su mayor parte decía compartir. Incluso desde el punto de vista de la conservación de monumentos le reconocía aciertos y buen criterio. Sant Pau del Camp, el Palau Güell, el teatro Principal o la iglesia de Santa Madrona son monumentos que mejoraban con la reforma, señalaba. Pero discrepaba totalmente con la sugerencia de trasladar las Atarazanas al Puerto Franco (idea no recogida en las propuestas gráficas del proyecto, que las conservaban en el mismo lugar), sobre lo que, quizás curándose en salud, afirmaba: “Me invade un santo horror cuando se trata de atentar a la integridad de estos monumentos”[55].
Finalmente, Bassegoda elogiaba la calidad gráfica de la propuesta, en una clara referencia a su antigua alumno Manuel Mujica, en la que ve “una mano diestrísima en manejar el lápiz y en componer con un gran sentido de la proporción en los órdenes clásicos”, aunque no parece compartir lo que denomina “su excesiva tendencia al sky-scrapper”, todavía exótico para una ciudad como Barcelona[56].
El artículo de Bassegoda claramente fue la primera manifestación pública de que algo no marchaba bien para la propuesta de Giménez, Mujica y Girona, oficiosamente reconocida como un proyecto avalado –y probablemente inspirado– por la Capitanía General, es decir, por Emilio Barrera. El 15 de marzo de 1927 se había creado por Real Decreto la Junta Mixta de Urbanización y Acuartelamiento, en donde se señalaba que el Ejército cedía a la ciudad diversos edificios y solares a cambio de que la ciudad debía construir o mejorar una serie de cuarteles e instalaciones en otros puntos de la ciudad de mayor funcionalidad militar. La Junta, que reunía amplias competencias en materia urbanizadora, estaba presidida por el capital General Emilio Barrera y el alcalde de la ciudad, barón de Viver.
Ya con anterioridad a la publicación del artículo de Bassegoda, el 2 de abril de 1927 el Centre Excursionista de Catalunya había tomado cartas en el asunto, organizando una exposición monográfica sobre la reforma de Atarazanas. El presidente de la entidad ni siquiera se planteaba –decía– el posible derribo de las mismas por considerar que no habría quien quisiera echar sobre sus hombros tamaña responsabilidad, centrándose el debate sobre cómo debía efectuarse la reforma de modo que el monumento pudiera conservarse en “su merecido esplendor”. Durante la apertura de la exposición, Manuel Girona expuso detalladamente los aspectos técnicos bajo los que se planteaba la cuestión, según se informó en la prensa[57]. Otras instituciones como la Academia de Bones Lletres, la Comisión Provincia de Monumentos o la Academia Provincial de Bellas Artes también se habían interesado por el asunto.
Después de la creación de la Junta Mixta de Urbanización y Acuartelamiento, en marzo de 1927, todo se precipitó. Los promotores del proyecto de urbanización de Giménez, Mujica y Girona –sin duda la Capitanía General– decidieron dar amplia publicidad al proyecto, que fue editado en forma de folleto a mediados de 1927, aunque lleva fecha de febrero de 1927 seguramente para intentar desvincularlo de la creación de la Junta[58]. En el articulado de creación de la referida Junta, el Ayuntamiento conservaba amplias facultades para la conservación de monumentos y, además, el artículo 10 le facultaba para reformar la vía B que tenía directa relación con las Atarazanas. El Ayuntamiento finalmente decidió intervenir en el asunto, aunque de manera indirecta. El 9 de julio de 1927, el alcalde, el barón de Viver firmó la convocatoria de un “Concurso de ideas para la reforma del casco antiguo de Barcelona” que fue ampliamente difundida en los periódicos[59].
El Concurso constaba de ocho bases, en las que se abordaba lo relativo a su desarrollo, pudiendo participar en el mismo cualquier persona que acreditara experiencia en materia de urbanismo y ornato público. Estas ideas se debían plasmar sobre el vigente plano de reforma, que facilitaba el Ayuntamiento, acompañadas de una breve memoria y, en el caso de puntos singulares, una planta de detalles a escala 1:500. No cabe duda de que el objeto del concurso era, por una parte, buscar propuestas relacionadas con el problema que se había creado con las Atarazanas y, por otra, y probablemente en primer lugar, dejar fuera de juego el proyecto presentado por Giménez, Mujica y Girona. Por si acaso, la base cuarta del concurso decía explícitamente: “No se admitirán perspectivas, escritos ni dibujo alguno; y el concursantes que quebrantado este precepto los presentare, quedará automáticamente descalificado”. Por si quedara alguna duda sobre el significado de la expresión, Carreras Candi, que sin duda estaba muy bien informado sobre el asunto, aclara: “Es dir, que no volien dexarse enlluernar per lo llápís de cap bon artista, qu'influís en la labor urbanisadora, la qual devia esser clara y senzillament presentada”[60]. En otras palabras, Manuel Mujica quedaba implícitamente excluido.
Los cinco primeros trabajos premiados fueron los de Jerónimo Martorell, Amadeo Llopart, Adolfo Florensa, Ramón Raventós y Joaquín Vilaseca. Todos ellos o bien trabajaban para la Administración (Jerónimo Martorell, jefe del Servicio de Catalogación y Conservación de la Diputación de Barcelona; Adolfo Florensa y Joaquín Vilaseca, del Servicio de Edificios Artísticos y Arqueológicos del Ayuntamiento de Barcelona; Ramón Raventós, jefe del Servicio de Edificios Culturales del Ayuntamiento de Barcelona) o eran profesores de la Escuela de Arquitectura, como Adolfo Florensa y Amadeo Llopart.
Se ha afirmado que este concurso de ideas marca la fecha de nacimiento del planeamiento moderno en la ciudad antigua de Barcelona. Las ideas del concurso se convirtieron en manos de Florensa y, sobre todo, de Joaquín Vilaseca en materiales con los que elaborar un plan en 1932 que sería aprobado en 1934, modificado en 1941 y nuevamente aprobado en 1943. El proyecto, que recibió el nombre de “Plano de reforma y urbanización y de enlace entre los puntos singulares del Casco Antiguo de la Ciudad”, conocido como Plan Vilaseca, marcaría en medida importante el desarrollo posterior de las actuaciones en materia de reforma de la ciudad antigua hasta nuestros días[61].
La suerte del proyecto de Giménez, Mujica y Girona estaba echada. Tanto Florensa como Vilaseca presentaron, en el concurso de ideas, proyectos para la zona de Atarazanas que rompían radicalmente con la lógica del proyecto de Giménez, Mujica y Girona. Poco después vendría la puntilla. El 4 de septiembre de 1927, el general Emilio Barrera emitió un comunicado público sobre el asunto, en el que decía textualmente:
“Coincidiendo con la publicación de un folleto sobre la urbanización de la puerta de la Paz y barrio de Atarazanas y con la exposición en varios escaparates céntricos de perspectivas de plazas de dicho barrio situadas y encuadradas por altos edificios, aparecen en la prensa de esta capital juicios y comentarios acerca de los cuales nada tendría que objetar la Junta Mixta de Urbanización y Acuartelamiento, si no se interpretara por algunos, como se ha interpretado, el proyecto a que aquellos se refieren, como proyecto de la Junta, o, por lo menos, por la misma encargado y patrocinado.
No siendo esto exacto, y con el exclusivo objeto de orientar a la opinión, se cree la Junta en el deber de hacer constar, que no solamente no tiene ella nada que ver con el proyecto de que se habla, sino que ni siquiera se ha ocupado de una función (la urbanizadora) que es privativa del Ayuntamiento de esta capital.”[62]
Años después, Adolfo Florensa recordará este episodio, aunque sin hacer ni la más mínima mención al proyecto de Giménez, Mujica y Girona. Relata que en el momento de constituirse la Junta Mixta de Urbanización y Acuartelamiento, que presidía el capitán general, Emilio Barrera lo nombró asesor técnico de la misma. Según explica, sus relaciones con Barrera fueron excelentes, lo que le permitió intervenir de manera efectiva en el tema de las Atarazanas, hasta el punto de convencer al general de la conveniencia de su conservación íntegra[63]. Tal decisión comportó, inevitablemente, la liquidación del proyecto de reforma de la zona presentado por Giménez, Mujica y Girona que un par de años antes había impulsado el propio general Barrera. La buena relación entre Florensa y Barrera se mantendría y en 1928, Florensa sería llamado para colaborar en la renovación del edificio de Capitanía General, de cuya fachada es autor; una fachada, por cierto, a la que Alexandre Cirici califica de testimonio de la influencia de la arquitectura del fascismo italiano[64].
Aparentemente del proyecto de Giménez, Mujica y Girona apenas ha quedado un recuerdo en algunas – muy pocas – obras especializadas. Pero los resultados prácticos de la labor de la Junta Mixta de Urbanización y Acuartelamiento fueron importantes, y en tal medida, algo quedó del que fue su proyecto urbanístico estrella, por muy repudiado que fuera después por su principal impulsor. Francesc Roca considera como consecuencias directas del mismo la reurbanización del entorno de Sant Pau del Camp, con el derribo del cuartel de Sant Pau y la construcción del grupo escolar Collaso y Gil; la construcción de las dependencias generales del Gobierno Militar en la Puerta de la Paz, tal como se recogía en el proyecto; y la conversión, años después, de las Atarazanas en equipamiento cultural, propuesto también el el proyecto de Giménez, Mujica y Girona. Roca concluye que “alguns elements del projecte de 1927 serien, en els anys següents, realitzats. Però l’accent seria posat més en els equipaments culturals que en la vialitat i els gratacels que revaloritzaven ràpidament el sòl”[65].
Pero lo que es más claro, y menos reconocido, es la influencia de la propuesta urbana de desarrollo de la antigua vía B formulada en el plan de Vilasea de 1934 y 1943, que toma lo esencial de Mujica, aunque con algunas modificaciones que no impiden sea claramente perceptible su deuda con el plan de 1927. La serie de figuras que reproducimos figuras 24a, 24b, 24c, 24d, 24e y 24f) son suficientemente elocuentes. Añadamos, sin embargo, una referencia textual de Vilaseca como elemento complementario. En 1935, el Ayuntamiento de Barcelona presentó una memoria de las actuaciones de los servicios urbanísticos municipales que dirigía Joaquín Vilaseca, al congreso de la Internationaler Verband für Wohnungswesen, en la que se refiere al barrio de Atarazanas en términos parecidos a los del proyecto de Giménez, Mujica y Girona en lo que respecta a la necesidad de su saneamiento, y que orientará la actuación del Ayuntamiento hasta la actualidad[66].
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Figura
24. Las diferentes
propuestas de urbanización relacionadas con la cerdaniana vía B: a) Cerdá 1859,
b) Baixeras, 1889, c) Giménez, Mujica y Girona, 1927, d) Vilaseca, 1930, e) Plan
de 1956, y f) imagen actual de la zona. |
Manuel Mujica y los concursos de la Exposición de 1929
El 5 de diciembre de 1926 la junta directiva de la Exposición Internacional hizo público el fallo emitido por el jurado encargado de juzgar los anteproyectos del concurso para la construcción del palacio del Sol, al que se había presentado Manuel Mujica. El resultado debió desilusionarle, puesto que el premio recayó en Pelayo Martínez, titulado en 1921 (y profesor de la Escuela desde 1925), sin obtener siquiera ningún accésit, aunque recibiría, al igual que otros arquitectos, una indemnización de 1.000 pesetas[67].
Era una mala noticia para Mujica, que venía a añadirse a otras relacionadas con la Exposición Internacional, por la que parece haber apostado decididamente. El 2 de octubre de 1926, la junta de la Exposición ya había emitido otros fallos, entre los que se encontraba también un primer fallo del concurso para el palacio del Sol, que quedó desierto y al que no consta que se hubiera presentado Mujica[68]. Si consta haberse presentado en el concurso de anteproyectos para el palacio de Deportes, al parecer conjuntamente con E. Gutiérrez, y para el palacio de la Luz, parece que también conjuntamente con E. Gutiérrez. Para el palacio de Deportes resultaría ganador Antonio Sardá, y para el Palacio de la Luz lo fue el presentado por E. Canosa y J. Roig. Mujica y Gutiérrez solamente accedieron a una indemnización de 2.000 pesetas para el anteproyecto de palacio de Deportes y no consta que recibieran ni siquiera indemnización para el del palacio de la Luz[69].
Figura 25. Perspectiva de la fachada posterior del palacio del Sol presentada al
concurso de anteproyectos de la Exposición Internacional de Barcelona. Dibujado
con tinta china y acuarela para el color, está firmado en Barcelona, diciembre
de 1926. |
El palacio del Sol, a juzgar por la información de los periódicos, debió ser objeto de dos convocatorias. Mujica se presentaría solamente a la segunda, después de conocer el escaso éxito en las dos anteriores. Que debió ser así, lo muestra la fecha del dibujo de la perspectiva presentada al concurso (figura 25) que lleva fecha de diciembre de 1926, y es el único caso en el que hemos obtenido información gráfica.
El palacio del Sol no llegaría a realizarse, lo que fue lamentado desde las páginas de La Vanguardia por el reputado astrónomo José Comas Solá que, señala, podría haber representado “una brillante manifestación astronómica, y que hubiera podido contener un Observatorio popular”[70]. El ganador del concurso de este anteproyecto, Pelayo Martínez, acabaría diseñando el palacio de Artes Gráficas, quizás como compensación de la no realización del palacio del Sol.
En cualquier caso, el fracaso en los concursos para al Exposición Internacional, el retorcido proceso que condujo a que el proyecto de urbanización del barrio de Atarazanas finalmente no prosperara y la áspera polémica en torno a la Rambla de Mataró, que examinaremos seguidamente, finalmente hicieron mella en el ánimo del joven arquitecto. Entonces apareció por Barcelona el empresario venezolano Eloy Pérez, vinculado al entorno del presidente Juan Vicente Gómez. Pérez buscaba un arquitecto para reforzar la estructura del Hotel Majestic de Caracas, que presentaba problemas de cimentación[71]. Mujica aceptó el encargo; Venezuela ganó un arquitecto.
Situada a unos 30 kilómetros al nordeste de Barcelona, la ciudad de Mataró constituía desde siglos atrás el principal núcleo urbano de la comarca del Maresme, en la zona litoral barcelonesa. De origen romano, Mataró va adoptando alguna de sus rasgos morfológicos más característicos a partir del siglo XVI, cuando se levantan sus murallas, lo que dio lugar a que el desarrollo urbano posterior fuera presidido por la dualidad entre el “dentro” y el “fuera” murallas. Como han puesto de relieve diversos trabajos sobre la historia urbana de la ciudad[72], estos dos espacios eran social, topográfica y morfológicamente muy diferenciados, con una zona central en la que residían los notables, comerciantes y oficios más bien retribuidos, y una zona periférica ocupada por los campesinos, pescadores y los trabajadores de menores ingresos. Este esquema, se ha señalado, “quedarà reafirmat i accentuat amb els creixements de finals del segle XVII i principis del XVIII i no farà més que confirmar-se en les etapes posteriors”[73].
Desde principios del siglo XVIII, en el “fuera” mataronés y junto a la puerta de Barcelona que daba acceso a la ciudad amurallada por el sur, comenzó a formarse un nuevo centro, constituido sobre todo por la plaza de Santa Ana y la Rambla que, como su nombre indica, era una zona que en épocas de lluvia se convertía en cauce temporal de las aguas, en especial de las que procedían de la parte conocida como la Riera. A mediados del siglo XIX ya podían distinguirse claramente dos centros: uno rico y tradicional, en el interior de las murallas, y otra área central más moderna que tenía por eje la Rambla y la plaza de Santa Ana[74].
En 1878, el ingeniero de caminos Melchor de Palau y el arquitecto Emilio Cabañes presentaron el Plan de Ensanche de Mataró[75], que, teóricamente, orientará el crecimiento urbano de la ciudad durante casi un siglo. Este plan no ha sido muy bien valorado con posterioridad, al que se le ha censurado su “realismo”, por su excesivo apego a hacer encajar sus propuestas con los intereses de los propietarios mataroneses[76]. El plan contemplaba también algunas intervenciones en el centro histórico, tanto en el centro del interior como en el nuevo centro de la Rambla – Santa Ana. Sin embargo, estas intervenciones se limitaban por lo general a actuar sobre las alineaciones de las calles, adaptándose a la realidad urbana preexistente.
En el proyecto de Plan de Ensanche de Palau y Cabañes que se conserva en el Archivo Histórico Comarcal de Mataró, se encuentra un plano suelto, firmado por Emilio Cabañes, relativo a la plaza de Santa Ana y parte de la Rambla (figura 26), en el que se muestra el diseño urbano propuesto para esta zona, cuyas características básicas se mantendrán hasta finales de la década de 1920.
Figura 26. Plano de la Rambla y plaza de Santa Ana, firmado por Emilio Cabañes, con diversas propuestas de
detalle de ordenación de la misma [1878]. Básicamente consiste en una propuesta
de dignificación del espacio, sin modificaciones sustanciales, a juzgar por las
informaciones disponibles sobre las características urbanas del lugar. |
A mediados de la década de 1920 el problema de la plena urbanización de la Rambla y de la plaza de Santa Ana todavía no estaba solucionado. En buena parte el problema residía en cómo lograr que la Rambla dejara de ser, literalmente, lo que su nombre indica, es decir, lograr el completo encauzamiento subterráneo de las aguas pluviales. Proyectos al respecto había habido varios, el primero de los cuales al parecer databa de 1836. El impulso más importante en este sentido no vino hasta finales de siglo, durante los años en que Josep Puig i Cadafalch fue arquitecto municipal de la ciudad, cuando elaboró una memoria, junto con el médico Lluis Viladevall, en la que se abordaba esta cuestión, a la que siguió la formación de un proyecto aprobado por el Ayuntamiento en 1894, aunque no sin polémica. La polémica, por cierto, fue en buena parte protagonizada por Emilio Cabañes, entonces concejal del sector conservador del consistorio, que votó en contra, formalmente por cuestiones de tipo técnico[77].
Aunque diferentes intervenciones posteriores al derribo de las murallas y desaparición de las puerta de Barcelona buscaron solucionar el desagüe y mejoraron el carácter urbano central que ya tenía la Rambla-plaza de Santa Ana, el impulso definitivo de la urbanización vino de otra parte, de la necesidad de adaptar el lugar a las exigencias de la circulación del tranvía que debía unir Mataró con la vecina ciudad de Argentona, entonces en vías de construcción[78].
La primera noticia sobre la existencia de un proyecto de urbanización de la Rambla lo encontramos en las actas del Ayuntamiento, de 20 de abril de 1927, donde se recoge lo siguiente:
“La Presidencia puso de manifiesto a la Comisión, el proyecto y planos de reforma de urbanización de la Rambla de Castelar, calle de Sta. Ana y Plaza de este nombre, [...], formado o hecho por el arquitecto de Barcelona Manuel Mujica, quien lo ha ofrecido a la Corporación Municipal por si es del agrado de ésta.
La Comisión hizo constar su complacencia y el gusto con que lo había visto, hallándolo ajustado a lo que conviene y perfectamente completo”[79].
Con anterioridad en las actas del Ayuntamiento se pueden encontrar algunos acuerdos que presuponen la necesidad de un proyecto urbanizador. Por ejemplo, el 10 de marzo había acordado modificar las alineaciones en varios puntos de la Rambla; y el 28 de marzo concedió a la empresa constructora de la línea del tranvía autorización para tender los raíles.
La manera en que se hizo público el proyecto de Mujica recuerda las maneras seguidas en el caso del proyecto de las Atarazanas: una decisión tomada por un órgano político-administrativo vinculado al poder primorriverista que encarga a alguien de confianza –léase Manuel Mujica– la formación del proyecto, que lo presenta directamente al organismo en cuestión antes de la existencia de cualquier tipo de concurso público. Los vínculos concretos de Mujica con el Consistorio mataronés, en manos de la Unión Patriótica, el partido creado por el general Primo de Rivera para intentar dar un barniz de legitimidad civilista al gobierno de la Dictadura, no los conocemos a ciencia cierta, pero podemos presumir por lo menos dos caminos, quizás confluyentes: por una parte, Cayetano Cabañes Marfá –arquitecto hijo del ya referido Emilio Cabañes, el coautor del Plan de Ensanche de la ciudad, arquitecto municipal, concejal conservador, luego alcalde y uno de los fundadores del muy influyente Centre Catòlic de Mataró, con el que también estuvo vinculado Cayetano– de quien Mujica era ayudante en 1924 y con el que precisamente realizó, como hemos visto, algunas propuestas para la Rambla; otra vía es la de Fernando Tarragó, en aquel momento arquitecto municipal de Mataró y antiguo profesor de Mujica, con quien acabaría presentando el proyecto definitivo del espacio a reurbanizar.
Siguiendo también las pautas utilizadas en el proyecto de Atarazanas, el proyecto de la Rambla mataronesa fue ampliamente difundido antes de que se convocara el preceptivo concurso público. En este caso, lo fue a través del oficialista periódico de Mataró, La Unión, vinculado a la Unión Patriótica. El 16 de mayo de 1927 publicó un extenso artículo con el título de “Proyecto de urbanización de la Rambla y Plaza de Sta. Ana por el arquitecto Sr. Mujica” (véase su transcripción en el anexo 4) que ocupa dos páginas completas del periódico y en la que se incluyen dos dibujos con reproducciones del proyecto. Estas reproducciones (figuras 27 y 28) están firmadas por Manuel Mujica con fecha abril de 1927.
Figura 27. Proyecto de urbanización de la Rambla y plaza
de Santa Ana, Mataró. Conjunto a vista de pájaro desde la entrada. Manuel
Mujica Millán, abril de 1927. |
Figura 28. Urbanización de la Rambla. Detalles de la
esquina a la carretera. Manuel Mujica Millán, abril de 1927. |
La intervención central del proyecto consistía en la transformación de la vieja Rambla, con un paseo central, en un boulevard, es decir, la supresión del paseo central, por exigencias de la construcción de la línea de tranvía, que quedaría compensado, como lugar de paseo, con el ensanchamiento de las aceras laterales.
Además, el proyecto preveía convertir el lugar donde se hallaba la Cruz de Término en un pequeño jardín que serviría a su vez de burladero para los peatones; así como la construcción de un monumental templete con fuente, de estilo neoclásico, junto a la fachada posterior del gimnasio de los Padres Escolapios, que quedaría liberada una vez derribadas las casas del Cos d'en Saldoni. El redactor del periódico explicaba en el texto que acompañaba a los dibujos del proyecto, que a la vista de las últimas decisiones del Ayuntamiento sobre la urgencia de urbanizar la Rambla y plaza de Santa Ana, Manuel Mujica había presentado al Ayuntamiento “un completo y acabado proyecto de urbanización de dichos sitios” por si pudiera servir de orientación al Ayuntamiento “y encontrar en él algo aprovechable”. Seguidamente, se refería a la importancia del proyecto de Atarazanas, en Barcelona, del que era coautor Mujica, y pasaba a hacer una breve descripción del proyecto, del que destacaba su relativamente bajo costo y de que no precisaba efectuar derribos de edificios, con la excepción de las dos casas del llamado “Cos d'en Saldoni”, ya aprobado por el Ayuntamiento. El artículo concluía alabando el carácter realista de la propuesta, así como el acuerdo municipal de mostrar su “complacencia” a Manuel Mujica por el proyecto.
Sin embargo, esta complacencia no era general y pronto se vio que desde otros sectores sociales mataroneses el proyecto era visto con suspicacia, entre otras razones por la manera en que se había hecho público, aunque las discrepancias afectaban también, y mucho, al propio contenido del proyecto.
El día 4 de junio de 1927 estas discrepancias vieron la luz pública en el Diari de Mataró, de orientación catalanista, que había sido creado en 1923, pocos meses antes del golpe de estado de Primo de Rivera, y se publicaba en catalán; representaba, de hecho, el periódico de la oposición a la Dictadura a escala de Mataró. La fecha es significativa, puesto que se trata de un número especial del periódico con motivo de la Fira de Mataró, celebrada habitualmente el día 5 de junio, un importante acontecimiento en la localidad.
El periódico dedicaba una separata completa de 4 páginas al tema de la Rambla y al proyecto de urbanización presentado hacía unas semanas. Significativamente, comenzaba reproduciendo diversos artículos publicados unos años antes, en especial en 1924 con motivo también de la Fira de Mataró; en estos artículos[80], como ya lo hemos señalado, se incluían dos dibujos de Mujica trazados, al parecer, siguiendo instrucciones de Cayetano Cabañes. Varias de las propuestas contenidas en estos artículos las encontramos, en 1927, incorporadas al proyecto de Mujica.
Pero el periódico va más allá. Después de recordar las propuestas esbozadas desde las páginas del periódico, entra abiertamente en la crítica del proyecto oficialista –es decir, el de Mujica– y en el esbozo de una alternativa, con propuesta gráfica incluida.
En el anexo 4 hemos reproducido el texto de la propuesta alternativa, a la que remitimos para una información en detalle. Señalemos aquí solamente que el motivo de la oposición trasmitida desde las páginas del Diari de Mataró residía sobre todo en la necesidad de conservar el carácter de paseo de la Rambla, es decir, en mantener la estructura con la vía peatonal central, a la manera, por ejemplo, de la Rambla de Barcelona, cuyo modelo, creemos, planea sobre la propuesta alternativa. Simplificando, digamos que la propuesta del Diari de Mataró cree posible la convivencia de la estructura de Rambla, con el paseo central, y la nueva infraestructura tranviaria, mientras que en la propuesta de Mujica no se considera posible, razón por la que en su proyecto modificaba la Rambla, convirtiéndola en boulevard.
Figura 29. Croquis de la propuesta de urbanización defendida por el Diari de
Mataró, con el mantenimiento del carácter de Rambla. El pie que acompaña el
croquis dice lo siguiente: “Croquis que demostren
gràficament i de manera clara el que podria ésser la nostra Rambla si es
realitzés la idea que proposem avui en aquestes planes. En la perspectiva i
planta hom pot veure que la Rambla proposada arribaria des de la Riera fins al
carrer de la Mercè i en la secció es compren perfectament que les amplades son
prou suficients per a totes les necessitats del trànzit”. |
Figura 30. Vista de la Cruz de Término y de la entrada al patio del Colegio de
los Escolapios, contenida en la alternativa auspiciada por el Diari de Mataró. |
Pero había otros aspectos polémicos. De entre ellos, el más destacado era la propuesta de templete con fuente adosado a modo de cerramiento al patio del Colegio de los Escolapios, una vez derribadas las dos casas que constituían el Cos d’en Saldoni (figura 28). La propuesta alternativa suprimía esta actuación y la sustituía por un ligero ajardinamiento del entorno inmediato de la Cruz de Término y la construcción de una entrada al patio de los Escolapios que, señala el redactor, además iría a cargo de la referida orden religiosa, lo que supuestamente redundaría en beneficio de las arcas municipales[81]. Por la documentación gráfica que hemos manejado, creemos que esta parte de la propuesta alternativa acabó realizándose.
Claro está que este ahorro venía claramente compensado por otra sugerencia que apuntaba en la siguiente dirección:
“Tornant a la nostra Rambla ens sembla que es podria cedir en venda als Pares Escolapis el terreny sobrant que queda fins a la línia del carrer de Sant Agustí, solució que la creiem immillorable i altament econòmica, perquè per via pública no es necessita i si es vol conservar requereix una despesa considerable com la proposada pel senyor Múgica en la part del projecte que coneixem, ja que per omplir-lo proposa la construcció d'una font monumental que si es porta a cap, com una obra així reclama, amb materials nobles pressuposa una despesa que segons opinió de persona entesa no baixaria de 250.000 pessetes. Aquesta proposició la fem completament d'acord amb el Reverend Para Rector dels Escolapis, a qui havem consultat la seva opinió, els quals estan disposats a fer una bonica entrada al pati del Col·legi en aquell lloc i a treure l'edifici destinat a gimnàs. Així quedaria tot l'espai exclusivament per a pati.”
Es decir, se trataba de “ceder en venta” la mayor parte del espacio público resultante de derribo de las casas del Cos d’en Saldoni, con el falaz argumento de que los Escolapios eran una institución mataronesa y que, por lo tanto, lo que era buena para ellos también lo era para la ciudad. Finalmente, en el artículo se planteaba la necesidad de un concurso público para abordar tan importante cuestión.
La respuesta oficialista, desde las páginas de La Unión, no se hizo esperar. El día 11 de junio apareció una columna con el título de “La reforma de la Rambla”, en la que, en tono comedido anunciaban una refutación detallada a las críticas vertidas desde el Diari de Mataró, al tiempo que se reafirmaban en su apoyo al proyecto de Manuel Mujica, pero también se anunciaba la próxima aparición de las bases del concurso que se convocaría para el proyecto de urbanización que se debatía. Y, efectivamente, unos días después, el 18 de junio, apareció en las páginas de La Unión una nueva columna, más larga, que con el título de “La urbanización de la Rambla”, presentaba la prometida refutación.
Pero el tono ya no era comedido sino todo lo contrario. Después de la presentación, en el artículo se entra a saco en el tema del siguiente modo:
“Comentarios, artículos, cantos en prosa y verso, todo ello en defensa de la Rambla, que después ellos mismos confiesan que es una porquería y que hay que urbanizar rápidamente por el decoro de la Ciudad.
¿En qué quedamos?”
La respuesta, que explícitamente sale en defensa de Mujica, es dura y panfletaria pero técnicamente rigurosa. Aunque no va firmada, está claro que detrás de ella no se halla solamente un periodista: ignoramos si Mujica intervino de alguna manera en la redacción, o fue Fernando Tarragó quien aportó los elementos técnicos que abundan en el artículo, pero en cualquier caso es una defensa cerrada de la aportación de Mujica. Además, aborda ásperamente el tema de la cesión de terrenos a los Escolapios:
“Y, hablando de este asunto, les decimos que encontramos de mal gusto involucrar en el asunto a personas que, aunque muy respetables, son parte tan interesada en el mismo, que no pueden verlo con ojos imparciales (nos referimos a los Rdos. P.P. Escolapios) y contestando a la pregunta de cederles el trozo de terreno del "cós d'En Saldoni" hasta la línea de la calle de San Agustín: “¿No ho creieu de veritable interès per la ciutat?” ¡No! De verdadero interés para ellos, sí.”
Finaliza comunicando nuevamente la decisión del Ayuntamiento de sacar el proyecto a concurso público, para concluir secamente: “entonces podremos hablar del asunto, sin perder el tiempo como ahora”. Poco después, el 20 de junio de 1927, el Ayuntamiento aprobó las bases del concurso[82], el 21 de julio de abrió plazo para la presentación de los proyectos, y el 12 de noviembre se hace constar el resultado del mismo:
“Fallose el concurso de proyectos de urbanización de ambas a favor del único presentado, de los Arquitectos F. Tarragó y M. Mujica, aprobándose el mismo lo propio que las memorias, presupuestos, memorias, planos, así como los de los chaflanes de las partes superior e inferior de la Riera”[83].
Pero por entonces Manuel Mujica ya llevaba un mes en Venezuela, a cuya capital, Caracas, había llegado el 12 de octubre de 1927[84]. Nunca más volvería a ejercer como arquitecto en España.
Las obras duraron hasta mediados del siguiente año, 1928. Durante todo este tiempo en las actas municipales van apareciendo anotaciones sobre los trabajos que se iban desarrollando, presupuestos, salarios, costes de algunas construcciones o materiales. También aparecen los nombres de determinados personajes que estuvieron vinculados con diferentes aspectos de la ejecución del proyecto. Hay referencias a los informes del jefe de Obras Públicas de Barcelona, o a la creación de la “Asociación de Propietarios de la Rambla de Castelar y de la Plaza de Santa Ana”. La empresa encargada de las obras se llamaba “Urbanizaciones y Construcciones S.A.”, a la que repetidamente el Ayuntamiento agradece su colaboración, descuentos en los precios y préstamos.
El 27 de mayo de 1928 se inauguró la nueva línea del tranvía Mataró-Argentona, dando por finalizado el proyecto y la polémica, cuando Manuel Mujica ya llevaba más de medio año en Venezuela. Durante este tiempo, la ejecución de la obra debió estar a cargo del segundo firmante del proyecto, el arquitecto municipal mataronés Fernando Tarragó.
Además del ya referido chalet en Sitges, Mujica intervino en algunos otros proyectos, de los cuales tenemos constancia de tres. El primero de ellos es su participación en el concurso para el edificio de la Compañía Telefónica, en Madrid, en el que obtuvo el segundo premio según la referencia que consta en unas cuartillas escritas a mano conservadas en el archivo de la Cátedra Gaudí[85], aunque no documentación gráfica localizada. El segundo lo constituye su proyecto para un hotelito en la villa cántabra de Laredo, y el tercero lo constituye el proyecto de casa para Marcos Alonso, en la población de Tiana, en la comarca litoral del Maresme, a medio camino entre Barcelona y Mataró.
La intervención de Mujica en Laredo, de la que disponemos de escasas noticias[86], debió relacionarse con la expansión del Ensanche de esta ciudad por la zona de las Alamedas, donde adoptó una morfología próxima a la ciudad-jardín, y más tarde hacia la zona de la Alameda de Miramar, donde se construyeron edificios del estilo denominado en ocasiones regionalista[87], equivalente con matices a lo que en Cataluña se llamaba noucentisme o novecentismo. Seguramente la intervención de Mujica se relacionaría, en una perspectiva más general, con los intentos de potenciar Laredo como villa turística, de manera parecida a Sitges, aunque no sabemos si esta última ciudad sirvió en alguna medida como punto de referencia[88].
Disponemos en cambio de la documentación del proyecto de la casa para Marcos Alonso, fechado en febrero de 1927, lo que lo sitúa entre sus últimas intervenciones arquitectónicas, quizás la última (no así urbanísticas, puesto que el proyecto de la Rambla de Mataró es de fecha algo posterior, abril de 1927).
No disponemos de información sobre si llegó a construirse; la casa es claramente de mayor prestancia que sus intervenciones en La Florida, pero con claros elementos comunes con las mismas, por ejemplo la utilización de una estética que combina elementos clasicistas con otros tomados de la vivienda popular tradicional, como el caserío vasco o la masía catalana. Además, en el proyecto incluye unos planos (la solución a un cruce de calles y la fosa séptica) que son copias exactas de los presentados para La Florida un par de años antes, con idéntica finalidad.
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Figura
31. Proyecto de casa
para Marcos Alonso, en Tiana. a) fachada.; b) plano planta baja. Febrero de
1927. |
Los años de actividad profesional de Manuel Mujica coincidieron en gran medida con la llamada Dictadura de Primo de Rivera, un periodo en el que se gestaron cambios trascendentes para la España contemporánea, no solamente en el aspecto político, sino también en el social, cultural y científico. También fue el periodo de incubación de lo que se ha denominado los “huevos de la serpiente”, es decir, del fascismo. Los personajes que han ido surgiendo a lo largo de este texto, participarán de todo ello. No está de más, en consecuencia, echar una mirada sobre cuál fue su futuro, al que sin duda ellos contribuyeron a forjar pero que en ocasiones acabó devorándolos.
Escolapio Cáncer
Falleció en Barcelona en diciembre de 1951; el entierro tuvo lugar el 27 de diciembre, en el cementerio del sudoeste de Barcelona. El 3 de enero de 1952 se celebraron sus funerales en la Casa Provincial de la Caridad, de Barcelona, y misas en Selgua (Huesca), La Batlloria, Santa Perpètua de Mogoda, Vacarisses y en la capilla de Torre Baró, lo que con toda probabilidad es una muestra de los diferentes lugares a los que estuvo vinculado. En julio de 1947 había fallecido su esposa, Vicenta Bometón Carreras.
Además de crear la Sociedad Fiduciaria Española en 1929, a la que ya nos hemos referido, Cáncer actuó como administrador o concesionario de los terrenos propiedad de Mauricio Sivatte en el barrio barcelonés de Torre Baró, donde a principios del siglo XX el padre de Mauricio, Manuel Mª de Sivatte y Llopart, intentó fundar una ciudad-jardín, que no prosperó. Manuel Mª Sivatte, además de gran propietario de terrenos en la zona de Torre Baró y Vallbona, fue durante unos años vicepresidente de la Sociedad Cívica La Ciudad-Jardín, cuando el presidente era el conde Güell y el secretario Cipriano de Montoliu. Su hijo Mauricio fue uno de los jefes históricos del carlismo en Barcelona, participando en 1936 en la formación del Tercio de Requetés Virgen de Montserrat, que tuvo una intensa intervención en la guerra civil desde en bando franquista.
Durante la guerra civil, Cáncer mantuvo una actitud de intentar estar a bien con ambos bandos. Por ejemplo, poco después de estallada la sublevación militar, el 20 de agosto de 1936, La Vanguardia publicaba una relación de las personas que habían efectuado donativos “para las víctimas leales a la República y causadas por los rebeldes militares y fascistas”, entre las que encontramos a la familia Cáncer al completo[89]. Pero acabada la contienda, su nombre consta en otra colecta de “donativos pro-aguinaldo de la 'División Azul'”, organizada por la Sección Femenina de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.[90].
Finalizada la guerra, lo hallamos como administrador de Manuel de Sivatte, dedicado a la venta de parcelas en Torre Baró. En diciembre de 1941 se constituyó la Asociación de Pequeños Propietarios de la Urbanización de Torre del Barón, de la que Escolapio Cáncer era el socio número 1. Algunos de los mecanismos de promoción recordaban a los de La Florida. Por ejemplo, la promesa de construcción de un apeadero del ferrocarril. El apeadero se construyó finalmente en 1949, en lo que tuvo una intervención decisiva Cáncer, pero en este caso tuvo que ser pagado por los vecinos de la urbanización[91]. Actualmente la avenida central de este barrio barcelonés recibe el nombre de avenida Escolapi Cancer.
Matías Colmenares Errea
Fue el arquitecto que Escolapio Cáncer escogió en sustitución de Manuel Mujica para el desarrollo de la urbanización de La Florida, donde construyó diferentes casas e intervino también en alguna infraestructura. Natural de Estella (Navarra), cursó estudios en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, obteniendo el título en 1910. Arquitecto municipal de Haro en 1912 y de Estella en 1913, donde fue autor de la plaza de Toros, construyó el estadio del Real Club de Fútbol Español, en Barcelona, inaugurado en 1923. Aficionado al fútbol, deporte que practicó, fue también árbitro y socio del club. En Estella tuvo además una intensa actividad cultural, sobre todo en torno al semanario La Merindad Estellesa, de la que fue fundador, y de La Teatral Estellesa[92]. Hacia finales de la década de 1910 se trasladó a Barcelona, donde se estableció profesionalmente. Hombre inquieto, en los años treinta comenzó a intervenir en política, con una orientación marcadamente derechista. El 4 de marzo de 1934 fue detenido en Barcelona, junto con otras 43 personas, en una reunión presidida por el diputado filofascista José María Albiñana[93]. En 1935 fue nombrado presidente del recién creado Frente Españolista, situado en posiciones conservadoras próximas a la extrema derecha, de la que era jefe nacional Antonio Royo Villanova[94]. El 15 de febrero de 1937, Matías Colmenares fue detenido por una patrulla de milicianos al salir de la inspección de una obra y seguidamente ejecutado en el cementerio de Cerdanyola, en las cercanías de Barcelona[95].
Mariano Romaní y José Mª Deu
Mariano Romaní y José Mª Deu, fueron otros dos arquitectos que tuvieron una intervención de cierta relevancia en La Florida. El primero como arquitecto municipal del municipio de Santa Perpètua de Mogoda y el segundo como arquitecto proyectista de varias casas en la urbanización, entre ellas la de Escolapio Cáncer. Ambos permanecieron en el bando republicano, Romaní en su puesto profesional, al principio, y después movilizado en 1938; y con cargos representativos vinculados a la CNT en el caso de Deu. Los dos partieron al exilio, por breve tiempo en el caso de Romaní, que después de pasar por el campo de concentración de Argelès regresó a España, donde fue detenido e internado en el campo de concentración de Burgos, de donde fue liberado al cabo de un tiempo, reintegrándose poco después a su despacho de arquitecto de Barcelona. Josep Mª Deu recaló finalmente en Venezuela donde continuó con su labor profesional[96].
Emilio Barrera y Luyando
El capitán general de Cataluña entre 1922 y 1930, donde había sucedido al golpista general Miguel Primo de Rivera, abandonó Cataluña para pasar a ser jefe del Estado Mayor Central. Con la llegada de la República, en 1931, pasó al retiro, pero mantuvo una intensa actividad conspirativa que le llevó a participar en la formación de las decurias carlistas, grupo paramilitar que contribuiría a la formación del Requeté, a participar en el intento fallido de golpe de estado del general Sanjurjo en agosto de 1932, que le obligó a exiliarse en París, así como a intervenir en diversas gestiones a nivel internacional orientadas al derrocamiento violento de la República, entre ellas su viaje a Roma en marzo de 1934 para entrevistarse con Mussolini y el mariscal Balbo. En 1936 fue detenido en Madrid pero logró fugarse incorporándose al bando franquista, donde fue nombrado presidente del Tribunal de Justicia Militar. Pasó a la reserva en 1939 y falleció en 1943[97].
Mario Giménez Ruiz
El comandante Mario Giménez Ruiz continuó su carrera profesional durante la que tuvo alguna nueva colaboración con el arquitecto Luis Girona, por ejemplo para el Patronato de la Residencia de Viudas y Huérfanas de Militares y Marinos, en 1934, por encargo del general Batet[98]. Posteriormente, Mario Giménez intervino en actuaciones trascendentes, como fue su participación como vocal en el consejo de guerra que condenó a muerte en Barcelona, en agosto de 1936, al sublevado general Goded. Durante la guerra civil participó, ya con el grado de teniente coronel de ingenieros, en la Comisión de Industria de Guerra de la Generalitat donde desempeñó un papel relevante[99]. Después de la ocupación de Barcelona por el ejército franquista, los miembros del tribunal que había condenado al general Goded fueron sometidos a consejo de guerra. El tribunal se constituyó el 27 de abril de 1939, y sus sesiones fueron ampliamente recogidas por la prensa. A pesar de los testigos que afirmaban que Giménez Ruiz había colaborado desde la retaguardia en las labores de espionaje en favor de los sublevados, Mario Giménez fue condenado a treinta años de cárcel, al igual que otros cuatro miembros del tribunal. Otros tres fueron condenados a muerte. El mejor librado, lo fue a 12 años de cárcel: era el defensor del general Goded[100].
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Figura 32. Dos imágenes de Manuel Mujica: a) Junto a su esposa Berta Heny de
Mujica, hacia 1950; b) fotografía del arquitecto hacia el final de su vida. |
Manuel Mujica, ya afincado en Venezuela, no debió estar al margen de los acontecimientos españoles durante los convulsos años de la década de 1930. Aunque hemos obtenido muy poca información al respecto, puesto que tampoco era el objeto de la investigación, existen algunos elementos que nos inducen a pensar que su actitud debió ser activa en algún grado que no nos atrevemos a precisar. Quizás el dato más significativo es que le fuera concedida, el 30 de marzo de 1946, la Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Católica[101], que, tanto por el año como por la condecoración, implicaban un grado de identificación muy alto con el Régimen, quizás el reconocimiento a servicios prestados con anterioridad.
Los dos años de actividad profesional de Manuel Mujica posteriores a su titulación no son muchos para conformar una determinada manera de ser, profesionalmente hablando. Podría pensarse entonces que su llegada a Venezuela en octubre de 1927 representó el comienzo de la verdadera carrera profesional de Mujica, que le llevaría a convertirse en uno de los arquitectos más prestigiosos del siglo XX en Venezuela.
En cierto sentido puede que fuera así. Pero creemos que sus años catalanes marcaron de forma muy profunda su personalidad arquitectónica y urbanística, más allá de lo que estrictamente puede considerarse su formación académica que, evidentemente, está claramente vinculada a la Escuela de Arquitectura barcelonesa y al tipo de formación que allí se impartía, sobre todo desde el plan de estudios de 1914. Más allá de esto, creemos que los dos años de labor profesional, entre 1925 y 1927, que podríamos retrotraer a 1922, cuando aún era estudiante y comenzó a ejercitarse en la práctica constructiva, fueron decisivos para el desarrollo de sus actuaciones en Venezuela, por lo menos en su primera época americana.
Mujica llegó a Caracas para hacerse cargo del refuerzo de la estructura y cimentación del Hotel Majestic, que presentaba serios problemas. Choca un tanto que un joven arquitecto, que durante su periodo de formación no había destacado por sus habilidades en las asignaturas de carácter físico-matemático, al que por su expediente académico no se le podía suponer una especial competencia en materia de cimentación y cálculo de la resistencia, recibiera este encargo. No sabemos cómo el empresario venezolano Eloy Pérez entró en contacto con Manuel Mujica, pero cabe suponer que buscara un técnico con experiencia en el refuerzo de las estructuras de los edificios y que alguien se lo recomendaría. ¿Quizás Francisco de Paula Nebot? En cualquier caso, el único aval que podía aportar Mujica en este sentido era su participación, como ayudante de aquel en la construcción del cine Coliseum de Barcelona en 1923, donde los aspectos estructurales desempeñaron un papel técnicamente destacado durante su construcción. Además, el Coliseum no se había concebido como un mero cine, sino un verdadero centro de espectáculos, con lo que su relación con el moderno hotel Majestic de Caracas, en cuanto a su concepción, no es difícil de establecer. Posiblemente esta experiencia práctica de Mujica es la que interesó a Eloy Pérez y le induciría a contratar los servicios del joven arquitecto barcelonés.
El buen resultado de su primera intervención le abrió nuevas perspectivas para continuar su labor profesional en tierras venezolanas. De entre ellas, la que le reportó mayor renombre en estos primeros tiempos fue su reforma del Panteón Nacional de Caracas (1930), que transformó, desde el preexistente estilo neogótico, al neobarroco con el que tan familiarizado estaba. Aunque Mujica había utilizado ampliamente un neobarroco monumentalista en su proyecto para el barrio de Atarazanas, éste se quedó en el papel, como hemos visto. Las realizaciones prácticas entre 1925 y 1927 de Mujica no tuvieron el carácter monumental de otros proyectos suyos. Pero en cambio, su participación en la construcción del Palacio Real de Pedralbes, en Barcelona, de la mano de E. Bona, sí que lo tuvo; además, su intervención en la capilla del palacio fue lo suficientemente importante como para que se le atribuya su autoría plena. Seguramente en esta experiencia se encuentra, por lo menos parcialmente, alguno de los antecedentes de su proyecto de Panteón venezolano, aunque a una escala diferente, obviamente.
La influencia del proyecto de Atarazanas está presente, por las informaciones que hemos podido obtener, en otra propuesta, no realizada, de Manuel Mujica, para la remodelación de la plaza Bolívar, de Caracas (1927). También parece que algunos de los esquemas compositivos utilizados en el barrio barcelonés lo fueron más adelante en su tardío proyecto de urbanización El Rosario, en Mérida (1961)[102], lo que mostraría la larga pervivencia de la memoria de su experiencia barcelonesa.
Pero quizás la más destacada de sus intervenciones a uno y otro lado del Atlántico que presentan similitudes evidentes lo constituyen los respectivos proyectos –y en gran parte realizaciones– de urbanización de una ciudad o barrio jardín llamada La Florida. El primero, como hemos visto, en 1925 en Santa Perpètua de Mogoda, en las cercanías de Barcelona, y el segundo en 1928, en la periferia de Caracas. Llama la atención la coincidencia en el nombre[103], aunque ciertamente era de uso frecuente para bautizar este tipo de barrios, pero el estudio de las características de uno y otro proyecto pone claramente de manifiesto que la coincidencia iba más allá. Investigadores que han estudiado La Florida caraqueña han puesto de manifiesto una serie de rasgos en esta urbanización[104] que fácilmente se pueden relacionar directamente con la experiencia de La Florida de Santa Perpètua de Mogoda, a pesar del carácter mucho más modesto de la urbanización catalana. Si se puede aceptar que la idea de ciudad-jardín se plasmó por primera vez en Venezuela a través de esta urbanización, que “se constituyó como el modelo de urbanización a seguir y por lo tanto se convirtió en arquetipo de los promotores inmobiliarios a partir de los años treinta”[105], entonces sin duda su antecedente inmediato, desde el punto de vista de la experiencia práctica, cabe buscarlo en La Florida de la localidad catalana.
Los años catalanes de Mujica resultan de interés, pues, bajo diferentes puntos de vista, a los que vamos a añadir otros varios. En primer lugar, en relación a los conflictos corporativos entre los arquitectos y los mecanismos de promoción interna que se daban en su seno. Aunque hemos tratado poco este tema, han ido apareciendo elementos que permiten intuir la existencia de graves dificultades para la promoción de Mujica, a pesar de su reconocida valía, probablemente debidas, en un grado difícil de precisar ahora mismo, a su ubicación periférica dentro de la estructura profesional de los arquitectos barceloneses de la época. Esto explicaría, por ejemplo, las dificultades de Mujica para abrirse paso en el entorno competitivo de los arquitectos de finales de la década de 1920.
A ello también podría haber contribuido las contradictorias y cambiantes relaciones mantenidas con el poder, en especial con el poder político-militar, personalizado, en este caso, por el capital general de Cataluña Emilio Barrera. Recordemos de pasada que los capitanes generales habían representado históricamente para Barcelona un activo agente urbanizador, y que su papel, en la década de 1920, era casi todavía el de los virreyes. Las relaciones entre los arquitectos y el poder, aunque son sobradamente conocidas, merecerían, a pesar de todo, un mayor estudio. Mujica sería, con seguridad, un buen ejemplo de las mismas, como beneficiario pero también como víctima. A la postre, Manuel Mujica, cuando llegó a Venezuela en 1927, en realidad constituía, en cierta manera, una suerte de exiliado económico.
Mencionemos, finalmente, otros dos aspectos en los que la biografía de Mujica resulta ilustrativa. Uno de ellos se refiere al mejor conocimiento del periodo novecentista en el terreno de la arquitectura y el urbanismo. También en este caso, este periodo ha sido estudiado pero, creemos, no suficientemente. Sin entrar en más detalles, señalemos que el casi total desconocimiento en España de la labor de Manuel Mujica es una muestra de ello. El otro aspecto a destacar es la necesidad de insistir también en el mejor conocimiento de los flujos de ideas establecidos entre España y América, en este caso Venezuela, también claramente insuficiente.
* El presente trabajo es el resultado de una investigación iniciada durante el curso 2009-2010, en el marco de la asignatura “La Geografía Urbana y sus aplicaciones”, de la licenciatura de Geografía, impartida, en calidad de profesor, por Vicente Casals Costa desde el Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, en el transcurso de la cual se constituyó un grupo de estudio con la finalidad de investigar la labor, muy poco conocida, del arquitecto hispano-venezolano Manuel Mujica Millán antes de su partida a Venezuela.
El grupo, coordinado por el profesor de la asignatura, lo constituían los alumnos Myriam Morales Benito, Marta Andreu Espuña, Joan Àngel Sabaté Piñol, Paula Orduña Giró e Irene Piquer Castro, cada uno de los cuales abordó aspectos específicos de la labor de Mujica, a partir sobre todo de la consulta de diversos archivos y la elaboración de los respectivos informes. El presente artículo se basa en las informaciones así recopiladas, ampliadas y complementadas posteriormente. La redacción final del artículo es de Vicente Casals, revisada en su totalidad por el conjunto de los autores que lo firman.
[1] Ramón Gutiérrez (coord.). Arquitectura latinoamericana en el siglo XX. Barcelona: Lunwerg Editores, 1998, p. 374.
[2] Y que se encontraba ubicada en el segundo piso del edificio central de la Universidad de Barcelona, construido años atrás por Elías Rogent, donde se impartía la docencia universitaria desde 1871.
[3] Según la anotación contenida en un borrador manuscrito existente en el archivo de la Cátedra Gaudí, presumiblemente escrito por su antiguo director, Juan Bassegoda. También en: Juan Bassegoda Nonell. Un arquitecto español en Venezuela. ABC, Madrid, miércoles 23 de septiembre de 1998, p. 60. De autores venezolanos: Manuel Mujica Millán, arquitecto. Aproximación crítica a su obra. Caracas: Fundación Galería de Arte Nacional y Fundación Museo de Arquitectura, 1991; Meridalba Muñoz Bravo. Manuel Mujica Millán: aproximación a su idea de ciudad. Proyecto de urbanización 'El Rosario' en Mérida. Mérida: Universidad de los Andes y Archivo Archidiocesano, 2000, 135 p.; Sofía Pérez Garrancan. Manuel Mújica Millán en España, 1897-1927. Trabajo dirigido por Joan Bassegoda. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, 1995. (no publicado, Archivo Cátedra Gaudí), entre otros. Algunos datos de su adolescencia se encuentran relatados en Francisco Lluch. Manuel Mujica Millán (1897-1963). Elogio de Don Manuel Mujica Millán pronunciado en el acto de colocación de una placa de bronce en su honor en el edificio central de la Universidad de Los Andes, el 13 de febrero de 1964 (texto mecanografiado; archivo de la Cátedra Gaudí).
Cabe señalar que los datos de su periodo de niñez y adolescencia son imprecisos. Por ejemplo, el único dato relativamente preciso sobre su llegada a Barcelona es el contenido en el Padrón de Habitantes municipal, de 1930, en el que su madre, ya viuda, Manuela Millán Falces, hacía constar que llevaba 20 años residiendo en Barcelona, lo que, de ser cierto, situaría el año de llegada de Mujica a 1910, frente a 1906 que señalan sus biógrafos. Claro está que la información contenida en el Padrón que debió suministrar la madre de Mujica, puede ser interpretada en el sentido de “unos 20 años” que bien habrían podido ser 24. En cualquier caso, Mujica llegaría a Barcelona en la segunda mitad de la década de 1900.
[4] 1921-22: Construcción, Teoría del arte; 1922-23: Hidráulica, Salubridad e Higiene, Composición de edificios, Tecnología, Proyectos de conjuntos 1; 1923-24: Historia de la arquitectura, Arquitectura legal, Topografía, Tratado y urbanización de poblaciones; según consta en su expediente académico, conservado en el Archivo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.
[5] Según el Padrón General de Habitantes de 31 de diciembre de 1930, del Ayuntamiento de Barcelona, en la calle de las Cortes, 512, 1º 4ª residía únicamente Manuela Mújica Falces, nacida en Zaragoza, de 65 años de edad y de estado civil viuda. Como ya hemos visto, en el Padrón se señala también que residía en Barcelona desde hacía 20 años
[6] Exposició commemorativa del centenari de l'Escola d'Arquitectura de Barcelona 1875-76 / 1975-76. Barcelona: Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, 1977, p. 93.
[7] Exposició, 1977, p. 134. Existe una literatura relativamente abundante sobre novecentismo y arquitectura. Algunas obras que hemos consultado son las siguientes: Josep F. Ràfols. Despliegue bruneleschiano en el novecentismo catalán. Cuadernos de arquitectura, 40, 1960, p. 24-29; Oriol Bohigas. Carta al director. Despliegue bruneleschiano en el novecentismo catalán. Cuadernos de arquitectura, 41, 1960, p. 11-12; Sibina Rossell. Esquemes i preguntes sobre l’arquitectura del nou-cents. Cuadernos de arquitectura y urbanismo, 113, 1976, p. 11-18; Ignasi Solà-Morales. Sobre noucentisme y arquitectura. Notas para una historia de la arquitectura moderna en Cataluña (1909-1917), Cuadernos de arquitectura y urbanismo, 113, 1976, p. 19-34; Josep M. Rovira i Gimeno. La arquitectura catalana de la Modernidad. Barcelona; Edicions de la Universitat Politècnica de Catalunya, 1987, 267 p., entre otras. Para una visión general de los estilos arquitectónicos aplicados a la vivienda en la época contemporánea, Horacio Capel Sáez. La morfología de las ciudades. II. Aedes facere: técnica, cultura y clase social en la construcción de edificios. Barcelona: Ediciones del Serbal, 2005, en especial el capítulo 5, p. 207-253.
[8] Sobre el Palacio Real de Pedralbes y su relación con otros proyectos véase Vicente Casals Costa. Barcelona, Lisboa y Forestier. Del parque urbano a la ciudad-parque. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2009, vol. XIII, núm. 296 (2) <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-296-2.htm>
[9] Así lo afirma Juan Bassegoda Nonell, arquitecto y antiguo director de la Cátedra Gaudí, con buen conocimiento de la obra de Mujica, en varias ocasiones. Véase, Juan Bassegoda. El Panteón Nacional de Caracas. La Vanguardia, 26 de noviembre de 1976, p. 51; Juan Bassegoda. Un arquitecto español en Venezuela. ABC, 23 de septiembre de 1998, p. 60. Dice Bassegoda: “Sus condiciones de excelente dibujante atrajeron la atención de los profesores Eusebio Bona y Francisco de P. Nebot, con los que colaboró en la transformación de la Finca Güell en el Palacio Real de Pedralbes de Barcelona, en 1922. La capilla del palacio, detrás de la fachada posterior, fue obra exclusiva de Mujica”.
[10] Jorge Torras. Viaje sentimental por los cines de Barcelona. El Coliseum. 1ª parte. Sus creadores. La Vanguardia, 6 de julio de 1975, p. 59.
[11] Diari de Mataró, 4 de junio de 1927, nota al pie de la página II.
[12] Sobre Francesc Armengol véase: Lluís Subirana. Francesc Armengol i Duran. Un sabadellenc enamorat de Sitges. Sabadell: Fundació Ars, 2006, 86 p. Sobre su relación con el novecentismo, Joaquin Sala-Sanahuja. Pensament i producció cultural. En E. Deu, J. Calvet, M. Marín, J. Sala-Sanahuja. Sabadell al segle XX. Vic: Eumo Editorial, 2000, p. 281-396. La figura de Armengol está tratada en el apartado “Empresa i utopia: la societat Folguera-Armengol”.
[13] Sobre esta cuestión, véase Mercé Tatjer Mir. En los orígenes del turismo litoral: los baños de mar y los balnearios marítimos en Cataluña. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2009, vol. XIII, núm. 296 (5) <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-296-5.htm>. También Joan Rosselló i Raventós. L'arquitectura i l’urbanisme d'estiueig al Penedès. Miscel·lània penedesenca, vol. 13, 1989, p. 421-437
[14] El 26 de septiembre de 1919, la empresa urbanizadora de Terramar, Parques y Edificaciones S. A., se dirigió al Ayuntamiento de Sitges con el siguiente ofrecimiento:
“El Consejo de Administración de esta Compañía, teniendo en cuenta la escasez de viviendas económicas para obreros, problema palpitante que ha de acentuarse de día en día, dado el crecimiento y progreso de la vida industrial de Sitges, y así mismo, queriendo cooperar en la medida de sus fuerzas a la laudable obra de engrandecimiento y mejora que, con tanto celo, está llevando a cabo el Ayuntamiento de su digna presidencia, ha acordado:
1º.- Ofrecer gratuitamente al Ayuntamiento de Sitges el terreno que sea necesario para la construcción de siete u ocho casas baratas para obreros.
2º.- Ofrecer, también gratuitamente, a dicho Ayuntamiento el terreno preciso para la construcción del Matadero Municipal que tiene proyectado.
Los solares a que se refieren los dos acuerdos antedichos, están emplazados en las inmediaciones del camino antiguo del Viñet, próximo a la Carretera, en terrenos que fueron, anteriormente, de Doña Rosario Sans, viuda de D. Eduardo Amell.
Cumplimentando acuerdo del propio Conejo de Administración, nos complacemos en notificar a este Iltre. Ayuntamiento los acuerdos arriba transcritos.
Dios guarde a V.S. Muchos años.
Barcelona 26 de Septiembre de 1919.
-Parques y Edificaciones S.A.-
-El Secretario-
Marcelino Martino
Vº Bº El Presidente del Consejo de Admon.
F. Armengol”
[Fuente: Archivo Municipal de Sitges]
[15] Sobre Sitges, Terramar y el novecentismo, véase: Isabel Coll. Arquitectura de Sitges: 1800-1930. Sitges: Ajuntament de Sitges, 2001.
[16] Sobre la ciudad-jardín en Cataluña hay una amplia bibliografía, entre la cual citaremos una de las primeras obras que la estudio de manera rigurosa, la tesis doctoral de Francesc Roca Rosell, Política urbana i pensament econòmic. Barcelona, 1901-1939 (Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Barcelona, 1977, 2 vols.) y el libro a que dio lugar (Francesc Roca. Política econòmica i territori a Catalunya 1901-1939. Barcelona: Ketres, 1979. 237p.), y otra tesis doctoral más reciente, Una experiència urbana retrobada. Les comunitats jardí a Catalunya (Departament d’Urbanisme i Ordenació del Territori Universitat Politècnica de Catalunya, 2008), de la que es autor Jordi Franquesa i Sánchez. Ambas obras van acompañadas de una amplia bibliografía.
[17] Archivo Histórico de Sitges.
[18] Un estudioso de la obra de Renom, ha explicado la relación en los siguientes términos:
“Es posible que Renom hubiese intervenido en la concepción de Terramar –o que le hubiese asesorado [a Armengol] de alguna manera–, aunque su nombre, oficialmente, no conste en ningún lugar, aparte de los chalets proyectados que, junto con otros tres chalets de Martino, serían los primeros propuestos para la urbanización. Y, precisamente, estos tres encargos, facilitados por Armengol, serían una manera de corresponderle.” (Josep Casamartina i Parassols. Josep Renom arquitecte. Sabadell. Fundació Bosch i Cardellach, 2000, p. 116).
[19] Casamartina, 2000, p. 153. El original se encuentra en el Archivo Josep Renom, de Sabadell.
[20] Entre estas similitudes: diseño del plano en base a la combinación de una estructura radiocéntrica, que conecta diferentes plazas, con trazados de corte ortogonal en otras partes; uno de los centros de la urbanización viene dado en los dos casos por la antigua masía cuyos terrenos se debían urbanizar; las calles, paseos o avenidas reciben nombre de números, etc.
[21] Actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Santa Perpetua de Moguda, 17 de febrero de 1925. Archivo Municipal de Santa Perpètua de Mogoda.
[22] Actas del Pleno del Ayuntamiento de Santa Perpetua de Moguda, 3 de octubre de 1923. Archivo Municipal de Santa Perpètua de Mogoda.
[23] Actas del Pleno del Ayuntamiento de Santa Perpetua de Moguda, 14 de enero de 1925 y 15 de mayo de 1925. Archivo Municipal de Santa Perpètua de Mogoda.
[24] Esteve Canyameres. Masos, masies i masoveries. Estudi de l'agricultura de Santa Perpètua de Mogoda i Santiga (segles XI-XX). Santa Perpètua de Mogoda: Ajuntament de Santa Perpètua de Mogoda, 2009, 165 p. + CD.
[25] Canyameres, 2009, CD. Ficha de Ca l'Andal.
[26] Una relación de los planos más relevantes trazados para el proyecto es la siguiente:
- Plano de la urbanización La Florida sita en la finca de C'an Andal del término de Santa Perpetua de la Moguda. Emplazamiento de calles sobre plano topográfico. Escala 1:1.000.
- Plano de urbanización para la ciudad-jardín La Florida. Detalle de las calles y viables. Escala 1:1.000.
- Anteproyecto de abastecimiento de aguas y anteproyecto de alcantarillado. Escala 1:1.000.
- Detalles de los perfiles transversales. Avenidas. Colección de planos a escala 1:100.
- Detalles de los perfiles transversales. Calles. Colección de planos a escala 1:100.
- Detalle del cruce de la Carretera con las calles. Escala 1:200.
- Modelo de pozo séptico que deberán adoptar las construcciones para la depuración de las aguas residuales.
[27] Según consta en el folleto La Comissió executiva de la Societat Cívica La Ciutat Jardí, de fecha 15 de abril de 1913 y firmado por Cebrià de Montoliu, como Secretario, y J. Antoni Güell, como Presidente.
[28] En la actual biblioteca de la ETSAB se encuentra un ejemplar de la referida obra, correspondiente a la segunda edición (London: T. Fisher Unwin, 1911), que probablemente procede de aquella época. También dispondrían de la traducción francesa de la obra de Unwin, del año 1922, que igualmente puede localizarse en la biblioteca. La traducción española es muy tardía, de 1984.
[29] En las Actas del Ayuntamiento se habla siempre de Santa Perpetua de Moguda y no Mogoda como se escribe actualmente. Aunque puede haber razones históricas y filológicas que avalen la nueva grafía, lo cierto es que sobre todo entre el vecindario y una parte del movimiento asociativo continúa prefiriéndose Moguda, a pesar del significado peyorativo que se le ha querido encontrar a la expresión (“moguda”, “en celo” en catalán).
[30] Actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Santas Perpetua de Moguda, 26 de junio de 1926. Archivo Municipal del Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda.
[31] Actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Santas Perpetua de Moguda, 3 de agosto de 1926. Archivo Municipal del Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda.
[32] “Carta de Escolapio Cáncer dirigida a Manuel Mujica”, 15 de septiembre de 1925. Archivo Municipal de Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda.
[33] Miles Broughton. Mariano Romaní, arquitecte. Capsentelles, 12, 2009, p. 113-136.
[34] Algunos de los nombres de estos propietarios son de transcripción dudosa, en especial este último.
[35] En las Actas de la Comisión Permanente municipal de 15 de febrero de 1927 consta lo siguiente:
“En Santa Perpetua de Moguda a quince de Febrero de mil novecientos veintisiete.
Siendo las veinte horas, se han reunido, en el Salón de Sesiones de la Casa Consistorial bajo la presidencia del Alcalde, los señores anotados al margen que componen la C. M. P., al objeto de celebrar sesión ordinaria de primera convocatoria. […]
Se da cuenta de una comunicación del jefe de Sección del Negociado de Ferrocarriles del Gobierno Civil de esta provincia, dando cuenta de la aprobación por el Sr. Gobernador, por acuerdo de 22 de Noviembre del año último, en vista del dictamen favorable de la 2ª División de F. C., referente a los planos remitidos y aprobados por esta Corporación de la Ciudad Jardín “La Florida” para la urbanización de los terrenos sitos frente los Kms. 15|164 y 15|532 de la línea del f. c. de Barcelona a San Juan de las Abadesas, resolviendo otorgar el permiso pedido con arreglo a las condiciones propuestas por dicha División, que se acompañan y que se transcriben a continuación: “Condiciones que se citan. Las condiciones del apartado 1º de la R. O. de 17 de Febrero de 1908 poniendo en su tercero el plazo de un año y añadiendo además las condiciones especiales siguientes: 1º Las obras que se conceden son las emplazadas dentro de la zona de servidumbre del F. C. y fuera de los límites del mismo. Estas obras son exclusivamente las de urbanización de calles, aceras, adoquinado o afirmado, así como alcantarillados e instalaciones de agua, etc. 2º Los propietarios que deseen construir dentro de la parte cuya urbanización se autoriza por esta concesión dentro de la zona de servidumbre del f. c. deberán pedirlo por separado cada uno, con arreglo a lo expuesto por el art. 12 del Reg. de Policía de f. c. 3º Las obras de cruce del f. c. con alcantarillado, conducciones de agua, luz y fuerza tendrán que pedirlo por separadamente de esta concesión. 4º Esta autorización se entiende otorgada sin perjuicio de tercero, dejando a salvo el derecho de propiedad y a título precario. = Es copia = El Jefe de Sección = firma ilegible.”
Practicada la precedente transcripción, se acuerda el enterado con satisfacción.”
[36] Comisión Permanente municipal, 12 de julio de 1928.
[37] El 10 de agosto de 1928, la Comisión Permanente acuerda agradecer al conde Güell su interés por el tema del apeadero.
[38] “Solución al problema de la vivienda”. La Vanguardia, 8 de diciembre de 1925.
[39] En el referido anuncio se presenta al arquitecto de La Florida como “un joven arquitecto que ha trabajado en una de las obras más importantes que recientemente se han terminado en Barcelona”, lo cual no parece poder referirse a Mujica, que había recibido el título de arquitecto a principios de 1925 (a no ser que se refiriera a alguna de sus colaboraciones de su periodo de final de carrera, como el Cine Coliseum, del que ya hemos hablado), y en cambio encajaría bien con Matías Colmenares, que en 1922 había construido el estadio del Real Club de Fútbol Español, una destacada obra arquitectónica de la época.
[40] En 1935, aparece junto a la publicidad de La Florida, otro anuncio sobre la urbanización de Torre Baró, en Barcelona, propiedad de la familia Sivatte, de cuya administración –es decir, de la venta de los terrenos– se encargará Cáncer. En 1940, encontramos un nuevo agente urbanizador en La Florida, la Sociedad Vilcom, formada por dos antiguos empleados de Vich Gabarró, con sede en la calle Urgel, 67, y que impulsará una nueva extensión de La Florida en lo que se conocerá como Ensanche del Vallés.
[41] Joan Soley i Sala (Sila). Les cròniques d'en Sila. Ajuntament de Santa Perpètua de Mogoda, 2006, p. 42.
[42] La Vanguardia, 26 de octubre de 1926.
[43] Marc Lloret Piñol. La modernización del sistema de acuartelamiento en la ciudad de Barcelona: del derribo de las murallas (1854) a la Guerra Civil de 1936. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 84, Universidad de Barcelona, 15 de marzo de 2001, <http://www.ub.edu/geocrit/sn-84.htm>.
[44] Francesc Roca i Rosell. Política urbana i pensament econòmic. Barcelona, 1901-1939. Facultat de Ciències Econòmiques i Empresarials, Universitat de Barcelona, 1977, 2 vols.
[45] Mario Giménez, Manuel Mujica, Luis Girona. Reforma y urbanización del barrio de Atarazanas. Barcelona: Atenas A. G., 1927, p. 9.
[46] Mario Giménez. Informe dirigido al capital general Emilio Barrera, 12 de abril de 1926. Incluido en Giménez, Mujica, Girona, 1927, p. 12-16.
[47] Giménez, Mujica, Girona, 1927, p. 17.
[48] La Vanguardia, 21 de abril de 1926; Las Noticias, 21 de abril de 1926.
[49] El 6 de marzo de 1927, el alcalde de Barcelona, barón de Viver, declaraba a la prensa que calculaba que el conjunto de trabajos durarían unos cinco años, pero que la parte correspondiente a las Atarazanas, “que es la más interesante”, estaría terminada cuando se inaugurara la Exposición Internacional de Industrias Eléctrica, de 1929 (La Vanguardia, 6 de marzo de 1927).
[50] Buenaventura Bassegoda. Reformas urbanas. La reforma y urbanización del barrio de Atarazanas. La Vanguardia, 15 de julio de 1927, p. 1.
[51] Giménez, Mujica, Girona, 1927, p. 18.
[52] “En el subsuelo se ha creído conveniente, para establecer el emplazamiento de las cloacas, suponer una línea de tranvía subterráneo que conste de cuatro vías, pues al crecer la población se sentiría la necesidad de establecer trenes que se detengan en todas las estaciones (llamadas locales en las ciudades que cuentan con esta disposición) y otros que solo lo hagan en algunas de ellas para poder transportar el pasaje con mayor rapidez (expresos)” (Giménez, Mujica, Girona, 1927, p. 28)
[53] Giménez, Mujica, Girona, 1927, p. 26.
[54] Bassegoda, 1927, p. 1.
[55] Bassegoda, 1927, p. 1.
[56] Bassegoda, 1927, p. 1.
[57] La reforma de Atarazanas, La Vanguardia, 5 de abril de 1927.
[58] Un contemporáneo, Francesc Carreras Candi, afirma refiriéndose al proyecto de Giménez, Mujica y Girona: “Tant immediatament seguí aquest al decret llei de 1927, que, molt lo relacionaven ab la predita Junta” (F. Carreras Candi. Les Dreçanes barcelonines. Butlletí del Centre Excursionista de Catalunya, 396, maig, 1928, p. 190)
[59] Fue publicado simultáneamente el día 9 de julio de 1927 en El Día Gráfico, El Noticiero Universal y en La Vanguardia, según señala, Carreras Candi (1928, p. 192). Nosotros hemos consultado la edición publicada en La Vanguardia.
[60] Carreras Candi, 1928, p. 192.
[61] Véase V. Martorell Portas, A. Florensa y V. Martorell Otzet. Historia del urbanismo en Barcelona. Del plan Cerdá al Área Metropolitana. Barcelona: Editorial Labor, 1970, capítulo III, “La reforma interior”; X. Peiró. Adolf Florensa i el patrimoni arquitectònic de la ciutat de Barcelona. La seva labor en la restauració de monuments i conjunts urbans”, en: Manuel Ribas Piera (coord.). Adolf Florensa i Ferrer (1889-1968). Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2002, p. 33-88.
[62] La reforma de las Atarazanas. Una nota oficiosa. La Vanguardia, 4 de septiembre de 1927, p. 6.
[63] Adolfo Florensa. Alguns records personals. En Manuel Ribas Piera (coord.). Adolf Florensa i Ferrer (1889-1968). Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2002, p. 18-19. Florensa habla de que la intención de Barrera era proceder al derribo de las Atarazanas, lo que desde luego no se traduce en la propuesta equivalente en el proyecto de Giménez, Mujica y Girona, donde se plantea su posible traslado al Puerto Franco, pero que en la propuesta gráfica del proyecto, dibujadas por Mujica, se conservan en su actual situación, aunque eso sí, rodeadas en su mayor parte de altos edificios.
[64] A. Cirici Pellicer. Barcelona pam a pam. Barcelona: Teide, 1980, p. 194.
[65] Roca, 1977, p. 365-366.
[66] “Su aglomeración y atraso de construcciones sanitarias pone en peligro las vidas de sus habitantes, honrados en su mayoría y pertenecientes a las clases más modestas de la sociedad” (Giménez, Mujica y Girona, 1927, p. 9-10).
“Des logements ou la mortalité est de 2 à 5 fois plus élevés que la moyenne de la ville (9,15 %) doivent être évacués et démolis. On démoli actuellement la vielle caserne. L’assainissement du quartier qui est commencé va dégager la belle église romane de Sant Pau del Camp” (Vilaseca, 1935, citado por F. Roca, 1977, p. 367).
Un enfoque no sustancialmente diferente ha presidido las actuaciones en las últimas décadas del siglo XX que han dado lugar a la llamada rambla del Raval, continuación de la lógica del plan Vilaseca y, más atrás, del proyecto de 1927.
[67] La Vanguardia, 9 de enero de 1927, p. 12.
[68] La resolución de octubre de 1926 sobre el concurso del palacio del Sol decía así: “El fallo recaído en el mentado concurso es como sigue: Palacio del Sol, concursantes, don Juan Gumá, don Ramón Termens y don J. Moragas, don Jaime Mestres, don S. Casulleras y don J. Rodríguez, don Agustín Barlet y don Luis de Sala. Se propone que este concurso sea declarado desierto” (La Vanguardia, 7 de octubre de 1926, p. 17)
[69] La nota de La Vanguardia (7 de octubre de 1926, p. 17) es la siguiente: “Palacio de los Deportes, concursantes, don Antonio Sardá, don Jaime Mestres, don E. Gutiérrez y don M. Mújica, don Fernando García Mercadal, don Fernando Arzadún y don Javier Banón. Se propone la adjudicación del premio al proyecto del señor don Antonio Sardá; accésit de 3.000 pesetas al de don Jaime Mestres, e indemnización de 2.000 al de los señores don E. Gutiérrez y don M. Mújica.
Palacio de la Luz, concursantes, don Francisco Monrabá, don Pelayo Martínez, don J. Santomá y don M. Cases, don E. Canosa y don J. Roig, don Ramón Argilés, don Luis Girona, don G. Rodríguez y don F. Fábregas, don E. Gutiérrez y don M. Mújica, y don Fernando Arzadún. Se propone la adjudicación del premio al proyecto de los señores E. Canosa y J. Roig”.
[70] J. Comas Solá. Un ejemplo. La Vanguardia, 21 de marzo de 1928, p. 5.
[71] A. Darias Principe. Juan Vicente Gómez y la arquitectura de su tiempo: aportación de Venezuela al lenguaje neocolonial. En E. Rey y P. Calvo (coords.) 200 años de Iberoamérica (1810-2010): Congreso Internacional: Actas del XIV Encuentro de Lationoamericanistas Españoles. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela, 2010, p. 772-797. Darias explica del siguiente modo la situación creada a Mujica: “La brillante carrera que se abría ante él, se vio amenazada por las envidias ante la posibilidad, bastante probable, de que tomara parte activa en la Exposición de 1929 en Barcelona. En ese momento, Eloy Pérez solicitó de Mujica Millán su traslado a Venezuela” (p. 784).
[72] En especial, Manuel Guàrdia Bassols. Mataró 1500-1900: la continuïtat en les formes de fer ciutat. Barcelona: Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, 1987, 2 vols. Tesis Doctoral.
[73] Op. cit. p. 687.
[74] Op. cit. p. 406.
[75] Melchor de Palau y Emilio Cabañes. Proyecto de rectificación y ensanche de la ciudad de Mataró. Memoria y planos. Mataró, 1878. Archivo Histórico de Mataró.
[76] En la Memoria del plan, Palau y Cabañes señalan que “nos hemos limitado á hacer rectificaciones que por lo sencillas sean realizables si bien algunas no pueden serlo hoy, no afectarán nada en el conjunto del Plano ni podrán perjudicar intereses comunales ni particulares, todos ellos atendibles y que de no hermanarlos hubiéramos contribuido más bien que de ordenar un plan á destruir lo ya existente", lo que inducirá en el comentarista las siguientes consideraciones: “El plantejament de respecte a la realitat construïda i als interessos dels propietaris porta directament a les solucions, justificades a la memòria, de continuïtat entre les xarxes velles i noves, aprofitament dels eixos i camins existents i d'expansió natural, i adopció progressiva d'una trama més regular en allunyar-se el traçat dels punts de contacte amb la ciutat antiga, més condicionats per les preexistències” (Guàrdia, op. cit., p. 527).
[77] Joaquim Llovet. El Pla de Sanejament del subsòl de Mataró de 1894. Fulls del Museu Arxiu de Santa Maria núm. 51, Mataró, 1995, p. 34.
[78] Manuel Cusachs. El tramvia, ara fa setanta-cinc anys (1928-1965). Fulls del Museu Arxiu de Santa Maria núm. 77, Mataró, 2003, p. 34-39. En este artículo se hace un somero análisis del proyecto de Manuel Mujica para la Rambla mataronesa y la polémica subsiguiente.
[79] Actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Mataró,1927, p. 102 y 121. Archivo Histórico Comarcal de Mataró.
[80] La mayoría de los artículos de 1924 los firma Jaume Ciutadà, autor sobre el que no disponemos de ninguna información. Pudiera ser un seudónimo. Entre 1923 y 1927 el director del Diari de Mataró fue el notable escritor Lluis Llanas i Rabassa. A partir de 1927 la dirección estuvo a cargo de Marçal Trilla, que desempeñó un papel importante en la redacción del diario desde el principio (Josep Puig i Pla. Julià Gual (1905-1964), periodista i escriptor de combat. Gazeta, 2, 2010, p. 85-99). Otro miembro de la redacción era Julià Gual, que dedicó unos versos a la Rambla, que encabezan la separata del Diari de Mataró de 1927 dedicado a la urbanización del lugar. No es aventurado suponer que es a algunos de estos personajes a los que se deben la serie de artículos sobre la Rambla y la plaza de Santa Ana de 1924 y 1927.
[81] La parte gráfica de la propuesta alternativa publicada en el Diari de Mataró se debe al joven Marià Ribas, entonces colaborador del periódico y excelente dibujante, que con el tiempo destacará en el terreno de la arqueología y la historia. Sobre este autor, véase, entre otros, Antoni Pladevall. L'amic Marià Ribas i Bertran. Fulls del Museu Arxiu de Santa Maria, 58, 1997, p. 6; Josep Guitart. Marià Ribas, l'arqueòleg de la Laietana. Fulls del Museu Arxiu de Santa Maria. 58, 1997, p. 4-5.
[82] El 20 de junio de 1927 se acordaron las bases del concurso, en los siguientes términos:
“Aprobar las bases redactadas para el concurso abierto sobre urbanización de la R. de Castelar y Plaza de Sta. Ana, a saber:
Primera: Es objeto del concurso la presentación de proyectos de urbanización de ambas, desde el extremo inferior de la calle de la Riera hasta el cruce de la calle Real con las de Lepanto y Montserrat y en transversal, desde las fachadas de las casas que delimitan la Plaza Sta. Ana y Rambla de Castelar y las de la calle Real.
Segunda: Dichos proyectos deberán ser suscritos por Arquitecto español.
Tercera: Se considerarán derribadas a los efectos del proyecto, las casas cuatro y seis de la calle Tras Sta. Ana, hoy Real.
Cuarta: No se adquirirá proyecto alguno, que contenga cesión de terreno viable o de dominio municipal.
Quinta: El proyecto contendrá planos, memoria, presupuesto y pliego de condiciones.
Sexta: Los planos generales serán a escala de uno por doscientos o uno por trescientos y los de detalle, de uno por veinte.
Séptima: El proyecto versará sobre todo lo referente a urbanización en general y ornamentación pública en particular, dejará bien resueltas las cuestiones de aguas, líneas eléctricas y subterráneas, alcantarillado desagües, iluminación y pavimentos, resolviendo al propio tiempo el paso del tranvía por dicha urbanización. Hay que tener en cuenta que en la parte inferior de la Rambla. de Castelar, pasa la carretera de primer orden de Madrid a Francia.
Octava: El autor del proyecto tendrá también en cuenta, las rasantes oficiales que afluyen a dicha urbanización, resolviendo los problemas que puedan presentarse.
Novena: El proyecto elegido quedará de propiedad de este municipio, retribuyéndose a su autor, los honorarios que le correspondan según tarifas oficiales y tendrá la Dirección de la obra.
Décima: Los nombres de los Sres. miembros que forman el jurado lo darán a conocer públicamente, una vez fallado el concurso.
Undécima: El plazo de presentación de los proyectos será el comprendido dentro de dos meses siguientes, a la publicación del anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia.
Décimo segunda: Los que pretendan tomar parte en el concurso, podrán obtener los datos que consideren convenientes (cróquis, rasantes, etc.) en la oficina técnica de esta Secretaría municipal.
Décimo tercera: El jurado podrá conceder un accésit al proyecto que considere en segundo lugar, dentro de los presentados, el que tendrá la retribución de mil pesetas.
Décimo cuarta: Las bases del presente concurso serán puestas en conocimiento de la Asociación de Arquitectos de Barcelona.
Décimo quinta: Que como se tiene acordado, para el cruce de la calle Real, con las de Lepanto y Montserrat, se reformen también chaflanes en los extremos superior e inferior de la Riera.
Décimo sexta : Que en el concurso se incluya la formación o proyecto de los chaflanes indicados, dejando al libre criterio de los facultativos la forma que debe darse a las plazoletas.
Décimo séptima: Que dichos facultativos deben presentar el proyecto de fachadas de los respectivos chaflanes con la perspectiva que dichas fachadas habrán de ofrecer.”
[Actas de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Mataró, 1927, p. 149-150. Archivo Histórico Comarcal de Mataró]
Añadido aprobado en la sesión del 27 de junio de 1927:
"Décimo octava. Los concursantes por tratarse de obras distintas separadas deberán formular por separado los planos, presupuestos y memorias referentes al extremo superior de la Riera, formándose asimismo expedientes por separado, debiendo, no obstante, quedando excluido el concursante que no presente proyectos, para las dos zonas indicadas. Y que en virtud de dichos acuerdos se comunique a la Compañía del Tranvía de Mataró a Argentona que la autorización obtebida para tender la línea en las zonas sujetas a nueva urbanización ha de entenderse provisional para adaptarla luego al resultado de dicha nueva urbanización".
[La Unión núm. 60, 9 de julio de 1927, p. 4]
[83] Actas del Pleno del Ayuntamiento de Mataró, 1927. p. 63. Archivo Histórico Comarcal de Mataró.
[84] O el 13 de octubre, según su viuda Berta Heny de Mujica, en su conversación con Meridalba Muñoz Bravo (Muñoz Bravo, 2000, p. 111). En esta entrevista se da como año de llegada de Mujica a Venezuela 1926, un error quizás tipográfico.
[85] Posiblemente escritas por Juan Bassegoda.
[86] Se trata de las cuartillas referidas en la nota anterior, que dan la impresión de ser borradores para alguno de los artículos que Juan Bassegoda publicó relativos a Mujica, que ya hemos citado; en estas cuartillas se refiere a la intervención de Mujica en Laredo habría consistido en la construcción de lo que califica como chalet Yníguez o bien como el hotelito “La Chabola”, quizás del año 1926.
[87] Para una somera exposición de la evolución urbana de Laredo en esta época, véase Ángel Revuelta Pérez. Tres vidas una historia. Laredo en la Época Contemporánea. Cabezón de la Sal (Cantabria): Comité Festival Cabuérniga. Premio Cabuérniga, 2010, p. 71-82.
[88] En algunos aspectos, la zona de la Alameda y su continuación por el Arenal, en Laredo, recuerdan la urbanización de Terramar, en Sitges, por la misma época. Abundando en los puntos en común, Laredo y Sitges utilizarán el evento de la Batalla de Flores, en la primera, y la Exposición Nacional de Claveles, en la segunda –en cuyo impulso colaboró, en 1918, Miguel Utrillo, novecentista e implicado en la urbanización de Terramar–, como reclamo importante para su promoción turística.
[89] “Escolapio Cáncer, 25 pesetas; Vicente Bometón, 25; [...] Pilar Cáncer, 25; Mercedes Cáncer, 25; María Cáncer, 25; José Cáncer, 25; Maruja Cáncer, 25” (La Vanguardia, jueves 20 de agosto de 1936, p. 5).
[90] “Han sido impuestos en la Regiduría Provincial de Administración de la Sección Femenina de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., Paseo de Gracia, 38, los donativos pro-aguinaldo de la “División Azul” que a continuación se citan:
El Partido Nacional Socialista ha efectuado la primera entrega pro-aguinaldo de la “División Azul”, de todos los alemanes residentes en Barcelona, 3.000 pesetas; […] Escolapio Cáncer, 100” (La Vanguardia, 13 de diciembre de 1942, p. 10).
[91] Información recogida por los alumnos Roberto Becerra e Iván Rincón, de la asignatura “Geografía Urbana y sus aplicaciones”, del curso 2009-2010.
[92] J. Itúrbide. Publicaciones periódicas estellesas (1866-1990). Principe de Viana, 190, 1990, p. 705-742.
[93] La Vanguardia, 6 de marzo de 1934, p. 9.
[94] “Frente Españolista”, en Isidre Molas (ed.). Diccionari dels Partits Polítics de Catalunya. Segle XX. Barcelona: Enciclopèdia Catalana, 2000.
[95] “Identificación de cadáveres en Sardanyola”, La Vanguardia, 5 de mayo de 1943, p. 8.
[96] Para Mariano Romaní, véase el citado artículo de Broughton, 2009. Sobre José Mª Deu Amat y, más en general, sobre Venezuela como lugar de acogida de arquitectos republicanos españoles, Juan José Martín Frechilla dice lo siguiente: “La doble circunstancia -arquitecto y cónsul- de Fernando Salvador hasta abril de 1939 explica las contrataciones para trabajar en el Banco Obrero de su hermano mayor, el también arquitecto Amos Salvador, y de Francisco Íñiguez. José Lino Vaamonde, Juan Capdeville y Joaquín Ortiz fueron otros de los arquitectos que llegaron a Venezuela en los primeros años del exilio informados por su colega de las posibilidades de trabajo. Lino Vaamonde trabajó para la Compañía Shell, mientras que Capdeville y Ortiz lo hicieron en una de las más grandes empresas constructoras y de inversiones inmobiliarias de los años cincuenta: 'Vica, C. A.’; Amos Salvador y Francisco Íñiguez también lo hicieron luego de su pasantía por el sector público. Los arquitectos Deu Amat y Eduardo Robles Piquer recalaron en Venezuela en la segunda etapa de su exilio americano.” (Juan José Martín Frechilla. Construcción urbana, profesiones e inmigración en el origen de los estudios de urbanismo en Venezuela: 1830-1957. En: Estudios demográficos y urbanos, nº 33, México, 1997, p. 499).
[97] Hemos utilizado la nota necrológica titulada “El fallecimiento del teniente general D. Emilio Barrera Luyando”, publicada en ABC (6 de mayo de 1943, p. 10), que ofrece informaciones con cierto nivel de detalle.
[98] La documentación de este proyecto se encuentra en el Archivo de Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (Barcelona).
[99] Informaciones sobre la participación de Mario Giménez Ruiz en la Comisión de Industria de Guerra pueden hallarse en Francisco Javier Madariaga Fernández. Las industrias de guerra de Cataluña durante la guerra civil. Tarragona: Universitat Rovira i Virgili, 2003. Tesis de Doctorado.
[100] Una amplia información sobre el consejo de guerra fue publicada en La Vanguardia, el 28 y 29 de abril de 1939, páginas 4 y 7, respectivamente.
[101] Archivo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. El documento de la fecha es la comunicación por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores español de la concesión de la referida Cruz.
[102] Véase al respecto Meridalba Muñoz Bravo. Manuel Mujica Millán: aproximación a su idea de ciudad. Proyecto de urbanización ‘El Rosario’ en Mérida. Mérida: Universidad de los Andes y Archivo Archidiocesano, 2000, 135 p.
[103] La urbanización La Florida de Caracas fue impulsado por los promotores Luis Roche y Bernardo Arismendi. Se cuenta que el nombre de La Florida se le habría ocurrido a Luis Roche como resultado de un comentario medio en broma de un conocido suyo relativo al carácter yermo de la zona a urbanizar, que calificó con la expresión “¡la flor, ida!”. La existencia de La Florida catalana, que recibió tal nombre por el carácter fértil del lugar, sin duda permite pensar en otra procedencia del nombre, aunque sus dos posibles orígenes no tienen porque ser necesariamente excluyentes. Véase, José Jacobi. La Florida, una urbanización a 7 minutos de la Plaza Bolívar. <http://www.automotriz.net/historia/la-florida.html>.
[104] Véase en especial Izaskun Landa Doxandabaratz. Modelos urbanos y transferencias en Caracas: el caso del primer suburbio jardín de Manuel Mujica. En Proceedings 11th Conference of the Internacional Planning History Society (IPHS), Barcelona 2004.
[105] Op. cit., p. 10
BASSEGODA, Buenaventura. Reformas urbanas. La reforma y urbanización del barrio de Atarazanas. Barcelona: La Vanguardia, 15 de julio de 1927, p. 1.
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PLAN 1914 ESCUELA TECNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE BARCELONA |
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ADMISIÓN | ||
PREPARACIÓN | ||
Primer curso | Cálculo infinitesimal | B. Bassegoda Muste [A] (1920-1926); A. Darder Marsa [EC, C](1917-1932) |
Geometría descriptiva | A. Rovira Rabassa [C] (1914-1917); E. Cata i Cata [C] (1917-1932) | |
Copia del yeso | F. Azua Pastor [AN] (1914); F. Monraba Soler [Ai] (1921-1927); Ll. Canals Arriba [AN] (1927-1932) | |
Detalles | F. Nebot Torrents [C] (1914-1932); J. M. Jujol i Gibert [Ec] (1914-1932); F. Monraba Soler [Ai] (1921-1927); Ll. Canals Arriba [AN] (1927-1932) | |
Segundo curso | Mecánica racional | A. Florensa Ferrer [C] (1921-1932); B. Basssegoda Muste [Ai] (1924-1927) |
Perspectiva y sombras | A. Florensa Ferrer [Ai] (1914-1920); E. Cata i Cata [C] (1917-1932) | |
Flora y Fauna | A. Rovira Rabassa [C] (1914-1917) | |
Modelado en barro | F. Nebot Torrens [C] (1914-1932); F. Monraba Soler [Ai] (1921-1927); Ll. Canals Arriba [AN] (1927-1932) | |
CARRERA | ||
Primer curso | Resistencia de materiales | J. Bayo Font [C] (1914-1932); A. Darder Marsa [Ai] (1914-1916); B. Bassegoda Muste [Ai] (1914-1927) |
Conocimiento de materiales | A. Soler March [AN, C] (1917-1932); A. Llopart Vilalta [A] (1917-1922) | |
Historia de la Arquitectura | P. Domenech Roura [A] (1914-1919); E. Bona Puig [EC] (1917-1921); A. Calzada Echevarría [C] (1922-1932) | |
Dibujo de conjuntos | P. Domenech Roura [A] (1914-1919); E. Bona Puig [EC] (1917-1921) | |
Segundo curso | Aplicación de los materiales a la Construcción | J. Bassegoda Amigo [PN] (1914-1918); A. Florensa Ferrer [C] (1921-1927); B. Bassegoda Muste [C] (1928-1932); E. Cata i Cata [PN] (1914-1916) |
Teoría del Arte | F. Aznar Sanjurjo [Ai] (1914-1932); E. Bona Puig [Ai, C] (1915-1932) | |
Hidráulica | A. Darder Marsa [Ai] (1914-1916) | |
Proyectos de detalles | A. Font Carreras [Ec] (1914-1917); F. Tarragó Nogues [A] (1921-1932); F. Aznar Sanjurjo [Ai, C] (1914-1932); F. Azua Pastor Ai(1914-1932) | |
Tercer curso | Aplicaciones de segundo curso | A. Soler March [C] (1914-1932); A. Llopart Vilalta [AN] (1914-1922) |
Estudio de los edificios bajo el punto de vista de su fin social | Ll. Domenech i Muntaner [C] (1914-1920); E. Bona Puig [Ai, C] (1915-1932) | |
Tecnología | E. Cata i Cata [A] (1914-1916); G. Borrell Cardona [AN] (1914-1932); J. Bassegoda Amigó [A] (1914-1918) | |
Electrotécnia | A. Soler i March [C] (1914-1917); A. Darder Marsa [C] (1917-1932); B. Bassegoda Muste [Ai] (1924-1927) | |
Proyectos conjunto primero | Ll. Domenech i Muntaner [C] (1914-1920); P. Domenech Roura [C] (1921-1932); F. Aznar Sanjurjo [Ai] (1914-1932); F. Tarragó Nogués [AN] (1921-1932) | |
Cuarto curso | Máquinas | A. Casademunt Vidal [C] (1914-1918); A. Darder Marsa [Ai] (1914-1932); B. Bassegoda Muste [Ai] (1924-1932) |
Arquitectura legal | G. Borrell Cardona [C] (1914-1932); E. Cata i Cata A] (1914-1916) | |
Topografía | A. Casademunt Vidal [C] (1914-1918); A. Llopart Vilalta [C] (1923-1932) | |
Tercer curso de Proyectos | Ll. Domenech i Muntaner [C] (1914-1920); P. Domenech Roura [C] (1921-1932); F. Aznar Sanjurjo A] (1914-1932) | |
Urbanización y trazado de poblaciones | A. Casademunt Vidal [C] (1914-1918); A. Llopart Vilalta [C] (1923-1932) | |
C=Catedrático; EC=Encargado de Cátedra; Ec=Encargado de curso; Ai=Auxiliar interino; A=Auxiliar; AN=Auxiliar Numerario |
[Fuente: Elaboración propia a partir del cuadro de profesores contenido en Exposició commemorativa del centenari de l'Escola d'Arquitectura de Barcelona 1875-76 / 1975-76. Barcelona: Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, 1977]
Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona |
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EXPEDIENTE del alumno D. Mujica y Millán, Manuel |
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natural de Barcelona provincia de Barcelona |
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GRUPOS | ASIGNATURAS | APROBACIÓN EXÁMENES |
CURSOS | OBSERVACIONES | ||
Ordinarios | Extraor- dinarios |
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A D M I S I Ó N |
Aritmética y Álgebra. Análisis 1º |
Aprobado | 14-15 | Universidad de Barna | ||
Geometría y Trigonometría. Geometría métrica |
Aprobado | 14-15 | “ “ | |||
Complemento de Álgebra. Análisis 2º |
Aprobado | 15-16 | “ “ | |||
Geometría analítica |
Aprobado | 15-16 | “ “ | |||
Mineralogía y Petrilogía |
Aprobado | 14-15 | “ “ | |||
Física |
Aprobado | 15-16 | “ “ | |||
Nociones de Química |
Aprobado | 14-15 | “ “ | |||
Dibujo lineal y al lavado |
Aprobado | 913-914 | ||||
Dibujo de figura |
Aprobado | 913-914 | ||||
P R E P A R A C I Ó N |
1.er Curso | Cálculo infinitesimal |
Aprobado | 917-918 | Suspenso junio y septiembre 916-917 | |
Geometría descriptiva y ejercicios |
Aprobado | 916-917 | ||||
Copia del yeso/Elementos ornamentales |
Aprobado | 916-917 | ||||
Detalles |
Sobresaliente | 917-918 | ||||
2º Curso | Mecánica racional |
Aprobado | 917-918 | |||
Historia de las artes plásticas |
Aprobado | 918-919 | Suspenso en enero 918-919 | |||
Modelado en barro |
Notable | 917-918 | ||||
C A R R E R A |
1.er Curso | Construcción 1º |
Aprobado | 918-919 | ||
Resistencia de materiales |
Aprobado | 920-921 | Suspenso junio y septiembre 919-920 | |||
Conocimiento de materiales |
Aprobado | 920-921 | Suspenso junio 920-921 | |||
Historia de la Arquitectura |
Aprobado | (l) | 923-924 | |||
Dibujo de conjuntos |
Aprobado | 918-919 | ||||
2º Curso | Construcción 2º |
Aprobado | (l) | 921-922 | ||
Teoría del Arte |
Notable | (l) | 921-922 | |||
Hidráulica |
Aprobado | (l) | 922-923 | Suspenso junio 921-922. Suspenso septiembre 921-922 | ||
Proyectos de detalles |
Notable | 920-921 | ||||
3.er Curso | Salubridad e higiene |
Aprobado | 922-923 | (l) | ||
Composición de edificios |
Sobresaliente | (l) | 922-923 | |||
Tecnología |
Aprobado | (l) | 923-924 | Suspenso en septiembre 922-923 | ||
Proyectos de Conjuntos 1er. curso |
Notable | (l) | 922-923 | |||
4º Curso | Máquinas y Electrotécnia |
Aprobado | 919-920 | |||
Arquitectura legal |
Aprobado | 912-924 | (l) | |||
Topografía |
Aprobado | (l) | 923-924 | |||
Proyectos de Conjuntos 2º curso |
Aprobado | 923-924 | ||||
Tratado y urbanización de poblaciones |
Aprobado | (l) | 923-924 | |||
EJERCICIO DE REVÁLIDA …......................................................................................... |
TÍTULO DE ARQUITECTO Le fue expedido en ….............................................. |
[Fuente: Archivo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona]
MEMORIA
DESCRIPCIÓN DE LA FINCA SOBRE LA QUE SE PROYECTA EL TRAZADO DE LA CIUDAD-JARDÍN DENOMINADA «LA FLORIDA»
EMPLAZAMIENTO
En el término Municipal de Santa Perpetua de la Moguda existe una finca denominada Can Andal, de 300.000 metros cuadrados de extensión aproximadamente y que está atravesada en la dirección Norte-Sur por una carretera de la Mancomunidad de Cataluña; en el tercio inferior y formando un ángulo de 60° con la dirección indicada pasa en talud el ferrocarril de Barcelona a San Juan de las Abadesas de la Compañía del Norte. Como límites tiene, al N. los predios del Sr. Soldevila y en el ángulo izquierdo una fábrica de planta baja solamente, al S. con terrenos de Don Ramón Ricard y un camino de servicio divisorio que desemboca en la carretera de Barcelona a Granollers, a Levante con la riera de Caldas y a Poniente con terrenos del Sr. Soldevila en la parte superior y en la inferior con la finca de Can Tayó.
Este terreno en su mayor parte es plano con una ligera inclinación hacia la parte S. teniendo una elevación hacia la parte de Poniente cuya cota máxima con el resto del terreno es de 25 metros.
Este terreno en la actualidad está destinado al cultivo de gramíneas, legumbres, hortalizas etc. que debido a las buenas cualidades y riquezas en la composición de las tierras quedan aseguradas las cosechas en la actualidad, lo cual es una garantía de salubridad para el futuro al establecer en él una ciudad-jardín y asegurar que el arbolado y jardines, denominados pulmones de la ciudad, llegarán a tener un aspecto agradable a todos los sentidos por su frondosidad y exuberancia.
CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS
Estas características tan dignas de ser tenidas en cuenta por el urbanizador son en nuestro proyecto de una bondad tal que, si no lo hiciéramos resaltar en esta Memoria, no pasarían desapercibidas para el más lego espectador que discurriese por los terrenos objeto del mismo.
Las humedades peculiares de las zonas costeras que, por su permanencia y aun agudización en determinadas condiciones y épocas del año, son grave amenaza para la salud de los sanos y lenta al par que seguro azote para los enfermos y ancianos, no se dejarán en esta Ciudad-Jardín, merced a la modificación que las brisas marinas, vehículo obligado de dichas humedades, sufrirán al verse obligadas a atravesar la frondosa y secular vegetación que cubre las elevaciones montañosas interpuestas entre el latino Mare Nostrum y el fértil valle donde tiene lugar su emplazamiento.
De providencial podemos calificar en nuestro caso la existencia de dichas elevaciones que, al estar coronadas en su casi totalidad por plantaciones de la familia de la coníferas, no solo desproveen al aire atmosférico en sus corriente de mar a tierra de las malsanas humedades, sino que le comunican aquellas propiedades curativas que a organismos débiles o cansados le son elemento vivificador, y que a la humanidad en masa no se han cansado de recomendar doctos galenos que de cerca siguen el progreso aterrador que en todas edades y más en la juvenil va alcanzando ese terrible azote llamado el bacilo de Koch.
Y al par que esta modificación se efectúa con las brisas marinas los mismos agentes que la llevan a cabo obran de seguro y firme valladar contra los vientos huracanados que pudieran asimismo proceder del mar cuando encrespa sus aguas y se agita el de ordinario dulce y poético mediterráneo.
No menos dañina que la humedad del mar es la procedente de la evaporación de las aguas estancadas en la superficie del suelo y aún de las que permanecen empapando las capas inferiores del mismo, porque o bien están desprovistas de las emanaciones salitrosas de aquellas primeras, es más frecuente comuniquen al ambiente y lo dejen en suspensión miasmas y microorganismos que tan perjudiciales son para la armonía del organismo como las sales marinas para la doméstica y la del reino vegetal, y ni que decir tiene que sobre ésta, por muy importante que sea, debemos atender preferentemente a aquella.
Pero ¿existen en los terrenos de nuestra Ciudad-Jardín aquellas condiciones estructurales del terreno que lo hagan insalubre desde el punto de vista que estamos tratando?
Nada más lejos de ello por cuanto las capas superiores del terreno son de gran permeabilidad y arenosas por lo que contribuyen a una buena filtración, haciendo que las aguas tanto de lluvias como de riegos pasen fácilmente hasta la capa impermeable del subsuelo por la cual discurren unida a la corriente acuífera subterránea.
Contribuye además a desposeer el terreno de los peligros que pudiera irrogar la fermentación de materias putrescibles y por ende la comunicación a la atmósfera de los microbios e insectos que, como efecto obligado de dicha fermentación, crecen y se multiplican siguiendo las indicaciones del Divino Maestro, el cultivo especial de gramíneas farináceas, vides y otras análogas no productoras de residuos ni detritus orgánicos a que están entregados en su totalidad los predios circunvecinos.
Otro inconveniente grave que, en nuestro caso, no se producirá, es el originado por la excesiva velocidad de los vientos y corrientes aéreas que, en tales circunstancias, más que a la renovación de la atmósfera dan lugar a daños y trastornos, que no sólo afectan a las personas sino a los edificios y arbolados. Y ¿quiénes son los agentes encargados de llevar a cabo esta mejora climatológica? De un lado, las elevaciones de que antes hemos hablado, y en los limites restantes la peculiar configuración orográfica del terreno, que el plano topográfico presentado nos hace ver mejor que la más clara y detallada descripción que pudiese salir de nuestra torpe pluma. La relativa proximidad de los Pirineos deja sentir su influencia bien a las claras por lo que al suelo de nuestra futura Ciudad-Jardín se refiere.
Esta influencia benéfica es la que presta su más firme colaboración al problema de desagüe y alojamiento de las aguas pluviales y residuales, pues merced a la suave pendiente, de un 3 % de promedio, en nuestro caso permite establecer una red sanitaria de cloacas que soluciona el problema del saneamiento en una de las más importantes facetas que incluimos en este Capítulo por la directa e íntima influencia que con la depuración del ambiente tiene.
Y en fin por no hacer interminable este apartado no insistimos sobre otras particularidades que con la acción solar, la lluvia, etc. etc. podrían llevarnos a hacer nuevas y fundamentales divagaciones, que creo son por otra parte innecesarias en gracia a la cultura o inteligencia del lector que aun podrá apreciar motu propio ventajas, peculiaridades, detalles, etc. etc. que nuestro afán de querer abarcarlas todas y dar una referencia sintetizada de las mismas, nos hayan quedado en el tintero; por eso mismo nuestro buen deseo, que al agolparse en nuestra imaginación y tener que dar forzadamente preferencia a algunas de ellas, habrá hecho que quedasen en el olvido al tiempo de recopilar estas deslavazadas notas.
MOTIVO DEL TRAZADO DE ESTE PROYECTO
Si nos remontamos al origen de una ciudad, vemos que dimana de las condiciones eminentemente sociables del hombre que, al procurarse abrigo de las inclemencias de los agentes atmosféricos y cobijarse en una construcción, procuró que ésta formara un núcleo con la de sus semejantes para defenderse y ampararse mutuamente. A medida que el hombre ha ido perfeccionándose, esta perfección ha trascendido a su morada y así vemos que al pasar por las épocas de esplendor ha alcanzado la vivienda dimensiones extraordinarias justificadas por la fastuosidad; que se han reducido, sin tener en cuenta más motivo que la economía en épocas de decadencia, llegando a tal extremo que puede decirse se amontonaban las viviendas sin preocuparse en lo más mínimo de las condiciones higiénicas y de sociabilidad que son características en el trazado actual de las poblaciones. Juntamente con otras que atañen a la belleza en el conjunto y cada una de sus partes.
Modernamente, la gran absorción que ejercen las ciudades sobre los habitantes del campo hace que la aglomeración de habitantes en ellas produzca conflictos de varios órdenes, siendo uno de ellos la incapacidad de cobijar en su seno esta inmigración que da origen al problema llamado de la vivienda, el cual por multitud de causas es el que más ha preocupado por ser el que motiva con su resolución la prosperidad de un pueblo. Este problema se encuentra muy agudizado en nuestra ciudad por la excesiva absorción antes aludida y muy lógicamente cabe suponer que irá en progresión cada vez mayor esta absorción, si consideramos las condiciones geográficas, marítimas y el ser el primer centro industrial y fabril de la Nación. Pero hay otra consideración importantísima que induce a creer que el problema de la escasez de vivienda, tal como en nuestros días está, será pálido reflejo de lo que dentro de unos años se agudizará y constituirá uno de los más serios problemas que absorberán la atención de los gobernantes. Nos referimos, al decir esto, a la próxima celebración de la Exposición Internacional de Industrias Eléctricas y General Española. Y abona esta afirmación razones de historia: de todos es sabido, y por lo tanto a vuela pluma pasaremos por ello, que el jalón más importante, el dato más influyente, el factor de más calidad que hace que la ciudad esté en el desarrollo actual fue la Exposición Universal que se celebró en nuestro solar en la última década del pasado siglo. Es por consiguiente lo que decíamos líneas anteriores una suposición que garantiza un hecho cierto, y es por tanto de prever, de casi asegurar con todas las probabilidades de acierto, que a plazo breve, cuando toque a sus postrimerías el certamen proyectado, será tal la absorción que ejercerá la ciudad que difícilmente se encontrará solución a ella.
Y decimos difícilmente al terminar el párrafo anterior, con toda la responsabilidad que encierra la palabra. Difícil en aquel momento si se intenta organizar la congestión que habrá, difícil por ser el desbordamiento romperá toda la organización de tráficos y la metodización de servicios, difícil porque la aglomeración y el desbarajuste consiguiente anularán la serenidad y todo será precipitación en buscar solución adecuada, momentánea y aún si se quiere provisional al magno problema. Todo esto visto desde un punto pasivo en la actualidad. Pero afortunadamente ese punto de vista se ha anticipado y con una previsión merecedora de todo encomio, desde hace años nuestros hombres públicos han adivinado el problema y rompiendo los moldes arcaicos que hasta hace poco eran clásicos dejando el idoneismo a un lado, enfocaron con una precisión magnífica el asunto, atisbaron en lontananza los acontecimientos futuros, y fruto de ello legislaron con vista no al presente, sino a lo venidero. Y gracias a ello el problema magno de que nos ocupábamos no tendrá en su día una difícil solución, esa solución que pintábamos antes casi a la desesperada, sino que todo se reducirá a una actividad mayor que la habitual en el problema de la edificación, pero contando esa edificación sobre una urbanización concebida antes con toda tranquilidad, con la serena reflexión y ecuanimidad que permitirá ver como espectador impertérrito como todos los afanes van desarrollándose según la idea concebida anteriormente.
De ahí vienen muchas leyes, pero culminando en importancia entre ellas el Estatuto Municipal vigente, que con los boatos[i] que toda gran obra tiene por ser humana, da margen a todas las iniciativas por amplias y radicales que sean. Ello va a permitir que España cambie de fisonomía, mude de traje como con frase gráfica se dijo en cierta ocasión, y nuestras ciudades, nuestros pueblos presentarán junto con lo típico y con los vestigios medievales de nuestros siglos románticos, la impresión de los barrios nuevos de las ciudades confortables, de esas ciudades de práctico idealismo con que tanto soñaron nuestros arquitectos e ingenieros y que por la rutina legendaria no podían llevar de sus planos a las realidad. Las ciudades satélites, todo higiene, todo urbanizadas, soleadas, con servicios completos, con su orientación adecuada, con su cintura de arbolados pulmones de la población, con sus medios de comunicación precisos, rápidos y cómodos, que permitirán comunicar a pesar de las distancias con la ciudad núcleo en unos minutos; en una palabra la Ciudad-Jardín, tanto tiempo en embrión, saldrá tal como la proyectó el entusiasmo del técnico y el cariño del estadista. Encerrándonos en el caso concreto nuestro, podemos ver a Barcelona tal como nos la forja nuestra imaginación dentro de unos cuantos lustros. El centro se habrá convertido en el barrio exclusivamente destinado a almacenes, despachos, comercios, centro de la vida bancaria, financiera y burocrática; y por tanto incapaz ya por sus ruidos, por su trajín, por su actividad y por su movimiento de azogue[ii], inadecuado para la casa-habitación y para el hogar, ya que estará reñida la paz y el sosiego que la sociedad necesita en sus menesteres familiares con el nerviosismo en tensión que caracteriza a este barrio, que caería por entonces en la definición que se da la palabra inglesa city. Y pasaremos al primer cinturón de la ciudad, dejándonos encerrados ya los almacenes, los talleres del vestir, los cafés y grandes restaurants, cines y dancing, todo lo que significa en una palabra agitación y bullicio, para que en este cinturón estén las casas de los magnates, de los burgueses, de los príncipes del dinero y de la sangre, de los palacios oficiales, de los que por su posición y por su vida necesiten estar en contacto, cerca de la circunferencia que encierra la city. Y será el sitio de los grandes hoteles y de las estaciones urbanas de viajeros, de donde nacerán las líneas tranviarias que estarán vedadas ya de pasar por la city donde la aglomeración ha requerido ya su sustitución por los metropolitanos y autobuses, será todo nuestro actual ensanche edificado por completo con todas las manzanas repletas de casas. Pasaremos entonces a lo que ahora llamamos suburbios, pueblos agrupados, separados ya por grandes masas de parques y jardines que tengan la función necesaria de purificar el aire viciado, y de esparcimiento infantil y para ancianos; será este segundo cinturón para los que caen dentro de la llamada clase media, para los profesionales, para los pequeños hombres negociantes, para el comercio de segunda clase y para todos los servicios derivados de las viviendas; será el fin de las líneas de tranvías que aquí se convertirán en ferrocarriles urbanos, serán las estaciones de término subterráneas, y las de partida de las vías grandes interregionales que nos conduzcan a todos los ámbitos de la Nación. Y entonces vendrá ya el último cinturón partido ya, las ciudades, colonias obreras, fábricas en su amplio sentido, grandes talleres de mecánica, los grandes almacenes depósitos de todas las materias primas, las estaciones de mercancías, de ganado, de productos, todo en fin lo que por sus condiciones molestas, por sus olores, por sus ruidos sean impropios de estar asentados dentro de los anteriores núcleos; aquí estarán los campos de sport, los gimnasios, los institutos de educación física, los hipódromos y todo lo que requiera grandes solares que a todo ello da margen los intersticios y las lagunas sin edificar que serán los orificios que separen las ciudades satélites del último cinturón. Y por último desperdigado, donde así lo aconsejen las circunstancias climatológicas, orográficas, geológicas e hidrográficas, sin orden ni concierto, rompiendo las leyes de la simetría se encontrarán las ciudades jardines, minúsculas, desparramadas con admirable y completa unión con la ciudad propiamente dicha.
Porque una ciudad-jardín es un término que oímos de todos los labios y que no todos se dan cuenta de lo que debe ser, de lo que debe representar en una colectividad bien organizada. No es el disfrute material de una parcela más o menos amplia, ni el disponer de un sitio de expansión para los gustos del individuo, ni un sitio de ensayo para las aficiones botánicas o de jardinería que lleva dentro todo sujeto; en un término menos vulgar que el anterior, que enfoca ya parte del problema no es el trasladar el campo alrededor de nuestra casa y el que ésta reúna las condiciones que dicta la higiene y que son de necesario complemento a la salud; no es el que tengamos la vivienda completamente en la naturaleza, con los preceptos asépticos en los desagües, con las máximas condiciones de insolación y ventilación, con todo el saneamiento acabado, alejadas de las contaminaciones viciosas que despiden las grandes urbes, con, si se quiere la menor exposición que es posible a los muchos peligros que principalmente la circulación expone a nuestros niños y a nuestros ancianos[iii]; ni el descanso a nuestros nervios, a nuestra máquina cerebral que se tonifica y compensa energías gastadas. En otro aspecto más técnico aún, más moderno bajo el prisma de la urbanización, no es el resolver todo el problema con vistas a lo que pudiera exigir el más intransigente urbanista en el trazado de calles, en sus estudiados perfiles, en tener muy en cuenta el tráfico más futuro que actual, que las canalizaciones sean lo menos peligrosas posibles, que en los sitios de reposo –squares– estén admirablemente situados, que en el punto más accesible a todos los sitios estén los servicios de edificios públicos, en fin, toda la gama más o menos complicada que lleva hoy consigo una urbanización modelo esté ordenada y resuelta con arreglo a los preceptos y a la observación más cuidadosa. Tras todos estos aspectos, completando la visión y completando los puestos, una ciudad jardín tiene un aspecto moral, es un factor importantísimo a la psicología humana, debe estar ideada para resolver sobre todo[iv] una función ética que tanta falta hace en la sociedad moderna. Es tal como lo miraría un amante de la escuela clásica, así lo hubiera tenido en cuenta. Kant, si[v] hubiera sido de nuestro siglo, en su famoso «imperativo categórico» hubiera desarrollado algún concepto sobre la Ciudad que hubiera influido algo en su no menos célebre escolástica altruista. Y no nos olvidemos tampoco de que los modernos maestros de la Pedagogía española –pues no necesitamos ir a Suiza– Manjón, Siurot[vi], etc. llevan ya el espíritu del niño a una orientación plausible, al poner sus escuelas en un bosque o en un jardín, alejadas del núcleo para hacerles ver la conveniencia y la idealidad de un hogar enclavado en aquellos parajes cuando el niño sea hombre. La sola enunciación del problema habrá dejado seguramente un convencimiento a quien leyera esta Memoria, y por otro lado sería un desacato a la cultura del lector, o sería un alarde fanfarrón el demostrar este culto del que hombres ilustres se han ocupado con su docta erudición y preclaro talento.
ASPECTO ECONÓMICO Y SOCIAL
Trataremos ahora de él en su relación con la Ciudad-Jardín, interesantísima faceta, eslabón importantísimo causa de las más influyentes que encierra el problema vasto de que tratamos. Como se comprende, todo tiene un valor relativo y está sujeto a una ola, a una marea de alza y baja que hace que lo que ayer era cosa que se podía alcanzar con solo extender el brazo, hoy esté a un punto casi inaccesible, y viceversa objetos que antes eran el sueño dorado, que se vislumbraba como una imaginaria, sean hoy de un valor ridículo con las disponibilidades de los modernos temperamentos.
La sociedad aunque los pesimistas y los descorazonados, los eternos escépticos y los proverbiales pobres de espíritu crean lo contrario, avanza cada vez más y a pasos de gigante hacen que se vayan borrando paulatinamente barreras y lindes, y se compenetren los sentimientos de los que la forman para ir haciendo la línea única, la máquina perfecta en que todo ser forma una pieza, tiene un resorte que contribuye a la marcha completa, a la función colectiva, de la organización societaria. Y como cada cual se da cuenta de su situación, de su valor, del positivo fruto que atesora, será asimismo razón de las conveniencias suyas. El que un obrero aspire, por ejemplo, a poseer una finca urbana en el centro de la población, cabe dentro de su ambición, lo que no entra sin embargo en sus cábalas es que con su actual modo de vida pueda mantener su entretenimiento y llene sus gustos y costumbres actuales; se sentiría cohibido, fuera de ambiente al habitarla, no sería campo para sus expansiones. Por el contrario, si en una casa humilde –y humilde no quiere decir que la habitación carezca de sus condiciones dentro de la modestia–, pusiéramos a un opulento magnate, o a un banquero acomodado, echaría en seguida a faltar una serie de servicios y un sinnúmero de detalles que le harían francamente insoportable la vivienda. Y es que el obrero en su casa, en general, se distrae más en sus ratos de ocio en ejercicios manuales, en podar un árbol o hacer un injerto, ponemos por caso, o en deportes atléticos de distancia y saltos, ejercicios musculares, que en las distracciones del prócer o del burgués que su mayor encanto son una buena biblioteca, una partida de ajedrez o un asalto de esgrima.
Todo esto en cuanto a la parte social; en la económica no hay que decir que el modesto empleado, el que su sueldo o renta sea pequeño, no puede humanamente por fatalidad construir su vivienda propia en el primer cinturón de la ciudad, pues, aparte lo costoso de los solares, sabido es que las Ordenanzas Municipales modernas tienden a hacer que así como las casas tienen una elevación máxima sea también en lo sucesivo mínima la altura de las edificaciones. No hay que comentar que el presupuesto, en su consecuencia, para estas habitaciones alcanza cifras no ya exageradas, sino imposibles de estar al alcance de la gran parte de los ciudadanos. Y tiene, claro es, que recurrir o al último cinturón de la ciudad para hacer su construcción o a las ciudades jardines; en éstas mucho mejor, mucho más independiente que en los arrabales de la urbe, en que la proximidad de industrias, los humos de las chimeneas, la suciedad de las estaciones de mercancías, el vaho[vii] de la población etc. etc. hace que las condiciones sean sumamente inferiores a las que ofrece la ciudad-jardín.
VÍAS SE COMUNICACION
Pero todas las ventajas, todas las idealidades que al través de esta Memoria van quedando latentes, serían anuladas por una desventaja capital: la falta de comunicaciones, de no existir éstas. Sería una paradoja el hacer y construir, se puede decir que casi exclusivamente para el empleado y el pequeño hombre de negocios, un barrio con todas las comodidades y en el ambiente de su clase si no les pusiéramos un medio rápido para trasladarse desde su oficina, su comercio o su despacho a su hogar: sería un absurdo el que hiciéramos esto para el disfrute y los diésemos para gozarlo en paz y sosiego para pasar la mayoría, por no decir la totalidad, de sus horas libres y sólo pudiera disponer de contados momentos el estar en él. Es pues un punto fundamental el de las vías de comunicación; vamos a hacer un examen de ellas. Para las distancias a que están asentadas las ciudades jardines queda descartado el metropolitano, cuya utilidad o condición sine qua non es el que en los trayectos de circulación y tránsitos difíciles donde el tranvía y medios de transporte que pueden ir por la vía pública, o no existen por imposibilidad de la arteria, o su camino está tan lleno de obstáculos que la marcha es difícil y penosa a más de lenta; si acaso el ferrocarril subterráneo será un medio indirecto y sólo una etapa para llegar a la Ciudad-Jardín. Estas están emplazadas en una distancia que fluctúa desde los ocho a los dieciocho kilómetros, ya que a más distancias las corporaciones oficiales no permiten que vivan sus empleados. Es muy problemático que para el máximo de distancia señalado lleguen los tranvías, ya que el aspecto económico de momento no aparece claro, pero puede existir alguna probabilidad de que estudiando en sus raíces, hondamente el problema, no fuese del todo descabellada la idea de tal medio de transporte. Nos quedamos, pues, solo con el ferrocarril urbano entendiendo por tal el que va desde la ciudad capital a los pueblos próximos de gran contingente –ejemplo el eléctrico de Tarrasa y Sabadell, San Cugat, etc. o el que tiene por estación la de la Riera-Magoria. Y todos los vehículos mecánicos que puedan ir por carretera; autobuses, autocares, camiones y automóviles, motocicletas, tranvías de vapor etc.
La Ciudad-Jardín que proyectamos tiene actualmente la siguiente red de comunicaciones: el ferrocarril de la Compañía de los Caminos de Hierro Norte de España, línea de Barcelona (Norte) a San Juan de las Abadesas; aproximadamente dos kilómetros antes de la urbanización que proyectamos existe la estación denominada Moncada-Ripollet y unos dos mil quinientos metros después la de Mollet. No hay que decir que se establecerían las gestiones necesarias para el logro de un apeadero sito en la Ciudad-Jardín, si se viera que el éxito acompañaba a nuestro proyecto y se lograba constituir rápidamente un importante caserío. La carretera general del Estado de Barcelona a Granollers pasa rozando nuestra urbanización; y partiéndola por así decirlo, constituyendo una de las vías más importante de «La Florida» está la carretera de la Mancomunidad de Cataluña que enlaza la anteriormente dicha con el pueblo de Santa Perpetua de la Moguda. Tanto el trazado, que podemos calificar de magníficamente concebido con una pendiente sumamente suave –quinientos por cuatro y medio–, como la conservación en un estado que pone a una altura grande el ilustre Cuerpo de Ingenieros encargado de ellos, se presta para toda clase de vehículos, sin miedo alguno aun los más lujosos y delicados de que puedan sufrir un desgaste excesivo, ya que las curvas son admirables de trazados y en ciertos trozos el pavimento es asfaltado y en los restantes el macadán[viii] está en un estado perfectísimo. Entra con todas las probabilidades de éxito debido a ello, el establecimiento de un servicio periódico y regular de autobuses directos a Barcelona, ya que en la actualidad lo existe desde Santa Perpetua de la Moguda a la estación ferroviaria de Moncada Ripollet. Como se ve de este examen nada hay que temer respecto a comunicaciones generales y particulares, pues las primeras atendidas hoy día serían intensificadas al poco tiempo de empezar a tener vida el proyecto actual y las segundas, o sea el coche particular que cada día será más frecuentes y más al alcance de todos por modestos que sean, las carreteras son tan soberbias que honran, lo repetimos en su elogio, a los ingenieros que las conservan.
RAZÓN DE LA CIUDAD-JARDÍN
Las modernas orientaciones para el establecimiento de nuestras viviendas son de una racionalidad tal, tan imperiosamente las señalan los usos, las costumbres, el deseo del disfrute de máximas comodidades, el ansia de expansión espiritual, la razón de economía y por tanto de factibilidad en muchos casos, que nos llevan de la mano aun sin quererlo a la solución de las ciudades jardín.
Porque preguntad uno por uno, desde el acaudalado prócer hasta el modesto obrero, donde desearían tener enclavado el hogar y sin el menor titubeo, sin el más leve asomo de duda, como persona segura de su opinión que una y más veces ha contrastado en su magín sospesando los pros y los contras de las diversas soluciones que se le pueden haber ocurrido, os contestarán que los alrededores de la urbe donde pueda disfrutar, por un lado, de los inefables encantos de la vida del campo y, por otro, acudir a los centros urbanos donde la struggle for life[ix] tiene lugar.
Y ¿qué es esta contestación sino el argumento más poderoso, la defensa más acabada, el más ferviente voto en favor de la Ciudad-Jardín? Aun podríamos reforzar nuestro aserto con la sola observación del desarrollo de la vida en las ciudades. Sin que entidad alguna directora encauce el problema, sin que ninguno de los elementos llamados a intervenir en el mismo se ponga de acuerdo con los restantes, ved como toda ciudad que se ve precisada a aumentar su capacidad por el desarrollo y prosperidad de los negocios e industrias que con ella tienen su asiento, como asimismo para facilitar hogar a los que de centros urbanos de menor vida intensiva a ella acuden llamados por esa prosperidad que admite y aun necesita crezca el número de sus partícipes, experimenta su aumento por barriadas de casitas con su trozo más o menos amplio de jardín, que ofrecen agrupándose en los alrededores un aspecto de mayor comodidad por estar situadas en lugares lo mejor servidas por vías de comunicación.
He aquí, pues, patente la tendencia innata del individuo que, recogida, modificada y completada por los urbanizadores, ha servido de madre a la de la Ciudad-Jardín.
Siguiendo el imperativo categórico que la misma, como hemos visto, nos impone sin violencias ni extorsiones sino escalonadamente, como consecuencia obligada de necesidades que se van sucediendo, es como se han operado las transformaciones de las ciudades modernas que podemos admirar en gran número en Inglaterra, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, etc. que reservando para la vida del negocio la población propiamente dicha, alberga sus moradores en la campiña que la encuadra. En nuestra Barcelona ya podemos hacer análoga observación y volviendo la vista atrás no muchos años ¡cuántas observaciones podríamos hacer sobre este tema!; en nuestro proyecto, pues, no hacemos sino atender la resolución del problema, no ya bajo la forma de construir viviendas porque la escasez de las mismas las reclaman, sino con la vista en el futuro enfocado el asunto con la mirada de avance que para el urbanizador se requiere, pues lo que hoy puede ofrecer a los profanos el sentimiento de una idea exagerada de imaginación calenturienta, lo consagra la realidad como acertada interpretación de lo que ha de ser rincón del Paraíso en la tierra, donde el hombre puede hallar a un tiempo descanso y salud para el cuerpo, solaz y esparcimiento para la imaginación y alivio para el alma, mens sana in corpore sano.
Convencidos pues ya de que la Ciudad-Jardín nos llama, que ella representa la verdadera solución que la misma vida nos impone, pasemos a describir las características del terreno sobre el cual emplazaremos nuestra Ciudad-Jardín.
GEOLOGÍA DEL TERRENO
Los terrenos de la finca del Can Andal, donde pretendemos llevar a cabo nuestra urbanización, son de los llamados de acarreos o de arrastre; como ya indicamos, se puede observar en los márgenes de la riera hoy existentes que en otro tiempo fue cauce de la corriente que sirvió de vehículo para el citado acarreo.
Por ser de dicha naturaleza lleva implícita la condición de ser arenoso y, por tanto, de excelentes condiciones para la construcción desde el punto de vista de la permeabilidad para absorber las aguas pluviales y, por ende, no quede la superficie húmeda, evitando así que por capilaridad ascienda por los muros de las construcciones y las haga insalubres.
Las aguas que discurren por el subsuelo son de buena calidad por la filtración a que las capas superiores del terreno las someten hasta que llegan a la capa impermeable; y así podemos disponer de este elemento indispensable de vida en cantidad y calidad tales que no se dejan sentir, por ninguno de dichos conceptos, las angustias e incomodidades que aun en grandes centros urbanos padecen en nuestros días.
Los pozos ya abiertos y hasta las galerías de minas que también existen son refuerzo y contraste de nuestro argumento.
TRAZADOS DE CALLES Y PLAZAS
En primer lugar, sobre todas las demás consideraciones, hemos tenido en cuenta un centro para que de él, de una manera radial, salieran las arterias que comunican todos los puntos extremos y más distanciados de la urbanización, para que directamente de una manera clara y precisa y sin ningún rodeo puedan comunicarse directamente con el centro escogido. El problema que tras esta concepción teníamos que resolver era la elección de este corazón del trazado; para situarlo hemos mirado y examinado cada una de las conveniencias y desaciertos que pudieran llevar los sitios más indicados para ello. El escoger el centro geométrico del polígono, tal como era clásico en las ciudades antiguas y como casi sin excepción está resuelto en todas las villas y ciudades antiguamente formadas tiene desde luego la innegable ventaja de que todas las distancias a la periferia son sensiblemente idénticas y de que el desplazamiento a recorrer es corto; ello nos parecería acertadísimo y nos hubiera decidido a adoptarlo si hubiera algún interés creado en el centro de la actual finca, servicios públicos, como mercados, como oficina administrativa, o simplemente si alguna zona de arbolado lozano y ya criado hubiera prestado a dicho sitio un por hoy indiscutible lugar para establecer el foco principal origen y clave de todo el trazado. Pero nada de esto existe, y sí en cambio otro emplazamiento le gana en conveniencia, como más adelante especificaremos, por lo cual desechamos de firme tal orientación. Descartado por tanto la idea anterior, son de tan poca monta, tan imperceptible, de tan escaso valor las razones de elección de un desplazamiento que, sin ser el centro matemático ni uno cualquiera de los puntos de periferia, esté enclavado dentro del núcleo que pasamos por alto en gracia a la brevedad las consideraciones que nuestro criterio ha tenido para no hacer objeto a un paraje de estas condiciones como preferido para ser foco de la Ciudad-Jardín. No nos queda por tanto examinar más que las razones en pro y en contra para que el perímetro sea el agraciado en uno de sus sitios. No negaremos que halagó nuestra sensibilidad artística y hasta hipotéticamente inundó nuestro corazón de entusiasmo cuando, al examinar el plano topográfico, vimos que al Oeste una prominencia, un altozano, habría dado un punto de vista excelente para establecer una plaza que, a manera de mirador, dominara toda «La Florida» y sus alrededores y aun hubiera llevado a nuestros ojos la visión plástica de la rica gama de colores que los fértiles campos y de los pueblos limítrofes, que habrían dado al espíritu del que lo contemplara toda la visión maravillosa de la Naturaleza. Pero sobre el romántico y sobre las razones artísticas naturales hay a veces -y esta es una de ellas- que supeditar toda la lírica a la utilidad; nada en verdad tan enojoso y tan falto de sentido como el hacer que un punto alto aislado sea el nervio principal de un núcleo; bien para adorno, para cosa superflua y accidental, pero nunca para razón principalísima y eje de todo un problema. El que el punto elegido como primordial, fuera de un acceso incómodo por finas rampas y por escalinatas sin más abogado a su favor que la contemplación, hubiera sido imperdonable.
Un lugar ha llamado inmediatamente nuestra atención y él ha sido al fin el elegido en nuestro plano para ocupar el sitio del viable[x] al que buscábamos acomodo. En efecto, creemos que todos los argumentos utilitarios, de emplazamiento, de tráfico activo y parado que necesita un ensanchamiento, son favorables al cruce de la carretera de la Mancomunidad con el ferrocarril y, en la parte indicada al Norte de la vía férrea, disponemos al efecto la plaza que la denominaremos de la Estación. Saltan a la simple contemplación del gráfico las ventajas de la elección: el que la carretera es y será la vía de más tráfico y movimiento, por ser la comunicación más expedita, y principalmente con vistas a lo venidero, en que, de conseguirse el día de mañana un apeadero ferroviario, sería el que nos ocupa el único punto de gran tráfico circulatorio, que duplicaría o intensificaría el movimiento actual de la carretera.
A esta plaza le damos una forma rectangular de 45 por 50 metros a sus lados que hace que tenga un área total de 2.250 metros cuadrados, más que holgada para las exigencias que puada tener en un futuro en que estuviera todo con la vida en su apogeo.
Cruzando esta plaza por una cuerda está la carretera de la Mancomunidad que conduce a Santa Perpetua de la Moguda, cuyo ancho actual es de 6 metros y que nosotros ampliamos con las cunetas parterres y las aceras hasta 14 metros, con el fin de poder dar al tráfico que por ella transite todo el desembarazo que debe tener una vía, la más importante en movimiento sin duda alguna de toda la Ciudad-Jardín. Esta carretera va en línea recta y en toda su extensión desde la plaza de la Estación hasta fuera de los límites de la urbanización, y en otra recta que forma un ángulo muy obtuso desde los mismos límites, pero en sentido inverso. El vértice ideal de estos tramos está por consiguiente dentro del área de la plaza y no hay que decir que ha sido una de las razones que tuvimos en cuenta para el emplazamiento de esta última. El ancho que hemos fijado de 14 metros es constante en todo el recorrido de la carretera que, a partir de la plaza, sigue la orientación Norte. En el plano es la avenida 3.
Partiendo asimismo en su origen de la plaza, al Noroeste del 2° tramo de la carretera o avenida anterior, está la n° 4, cuyo eje es prolongación del primer tramo de la carretera citada tantas veces, y que a su vez es un eje de simetría de la plaza. A esta avenida le damos el mayor ancho y la denominaremos el paseo principal de «La Florida», y bajo este aspecto la hemos urbanizado como se ve en el dibujo. Tiene su sección transversal de 20 metros, de los que 7 corresponden a un paseo central de peatones, 5 a cada uno de los laterales de vehículo y 1,50 a cada acera. Terminalmente a esta avenida hacemos otra plaza, ésta irregular, cuyas ordenadas medias viene a ser de 40 por 45 metros, que dan aproximadamente 1.800 metros cuadrados de área. En esta plaza, cerrando la perspectiva de ella y de la estación y la avenida, proyectamos sitio para un emplazamiento destinado a un edificio público, que aconsejamos sea la iglesia para de esta manera darle majestuosidad y masas a la perspectiva terminal citada, que sería bellísima. A la izquierda dejamos otro solar para otro edificio público que pudieran ser las escuelas de ambos sexos.
Volviendo otra vez a la primera plaza, veamos otra vía radial que de ella sale. Es la avenida 5, que es simétrica en su partida sensiblemente con la carretera avenida 3 y bajo el eje del anteriormente descrito. La sección asimismo constante es igual que la 3 y con las mismas particularidades descritas allí. Lo que la diferencia es que antes del centenar de metros a contar de su origen va tomando su eje paulatinamente la forma curva, en curva de sentimiento, obligada por la pendiente del terreno en este paraje -a la que aludíamos en párrafos anteriores y que permite romper la monotonía de la recta. Otra plaza en acentuado desnivel ésta hacia la avenida, existe al terminar y que, como se ve en el gráfico, es plaza obligada por no existir calle que enlace unas calles con otras en esta parte Oeste en el sentido Norte-Sur y que obliga a una gran manzana. Esta plaza, que llamaremos Alta, es irregular con lados rectos y curvos y tiene unas ordenadas medias aproximadas de 36 por 25 metros, que dan un área asimismo probable de 900 metros cuadrados. La avenida descrita tiene en su parte curva un radio hipotético, pues hemos dicho que no es curva matemática, de unos 400 metros.
Por último, constituyendo otro eje de simetría normal al citado antes, está atravesando la plaza de la estación la calle 1, cuya anchura es de 9 metros, 5 para el arroyo[xi], 0,75 a cada lado para parterre y cuneta y 1,25 para cada acera[xii]. Esta calle al Oeste se compone de dos tramos rectos formando un ángulo muy obtuso. Al final, al encuentro con la avenida 6 sale un pasaje escalonado que conduce a la avenida 7, proyectado así por tener una pendiente que excede de la reglamentaria para calle y por dicha razón, por ser pasaje exclusivo para peatones, redujimos su ancho a 7 metros. En esta calle, limitando entre ella y el ferrocarril, dejamos indicado, donde forma ángulo, un solar grande y que sería muy a propósito para establecer en él el mercado de abastos, ya que está en una calle muy céntrica y muy próxima a la plaza, orilla de la futura estación, y sin embargo en parajes aislados relativamente de las vías más importantes, no estorbando a ellas los olores que siempre despiden, aun con la mayor limpieza, estos servicios públicos.
Quedan descritas todas las vías que nacen o cruzan la pieza principal y, por consiguiente, para acabar de ella hablemos algo de la urbanización que le hemos adoptado. La carretera cruza el ferrocarril subterráneamente y antes de llegar a la plaza quedan dos rectángulos simétricamente dispuestos entre los elementos dichos: vía férrea, carretera y plaza. Los destinamos, por ser el sitio estratégico, a oficinas públicas, de informaciones o delegación de la Autoridad local o alcaldía rural o de barrio etc. en una palabra para la administración y dependencias de la Autoridad, que pueda existir en la Ciudad-Jardín, así como para estafeta de Correos y Telégrafos.
A la plaza en sí la rodeamos en su parte poligonal por una acera de mucha anchura y dejamos para el futuro proyectar un burladero central, que a más de ordenar la circulación alrededor de un centro, daría un motivo para establecer en él un elemento ornamental y decorativo tal como una fuente, un busto etc., rodeado de parterre que diera una nota de estética y color a este viable.
Hagamos ahora un estudio de las restantes avenidas, que por no quedar afectadas a la estructura de la plaza principal no hemos descrito, y sentemos la observación que se escapó antes, de que llamamos avenidas a aquellas vías que van en la dirección de Norte a Sur, y en cambio calles a las que cruzan el terreno en sentido normal al indicado, o sea de Este a Oeste.
La avenida 1 es el límite o linde de la urbanización y sigue la dirección de dicha linde en su mayor parte. Presenta la particularidad de que en uno de sus lados está enclavada la riera o arroyo que se ve en el plano, razón por la cual no presenta edificaciones en dicho margen. Dejamos un malecón de contención para evitar que con probables y eventuales avenidas, que en la época de lluvias tan frecuentes son en estos cauces, salgan las aguas de ellos e inunden la avenida con el consiguiente perjuicio de inundación, primero, y luego de aguas estancadas tan nocivas a la salud por ser como se sabe incubadoras de los maléficos mosquitos que traen las fiebres. Dicho malecón en el talud que orilla la avenida, que va con plantación de arbustos y césped que aporte la misión altamente decorativa que presta, servirá de positiva consolidación a las tierras, consolidación que una hilera de árboles plantado en la arista inferior se encargará de hacer más sólido; dejamos inmediatamente después un paseo de 5,25 metros para que en él se instalen bancos, ya que debido, por una parte, al talud de verde entonación y al arbolado y, por otra, a la orientación, será sitio que en el rigor del estiaje convidará por su sombra y frescura al reposo. El arroyo de vehículos le damos 7 metros y a la cuneta 0,75 metros, quedando una acera de 1,25 metros. Sumadas todas estas medidas da un total de 15 metros que es el ancho de la avenida.
Al final de ella, hasta el linde que avanza y penetra por decirlo así en el predio vecino, queda un gran espacio que nosotros destinamos a parque por ser sitio adecuadísimo por sus privilegiadas condiciones, al par que nos complementa sin ser notada la regularidad del trazado, ya que de hacer esta parcela edificable se resentiría éste al quedar a manera de pegote esta área en perjuicio y detrimento del gusto del observador.
El perímetro es irregular, un trapezoide que mide un área de 5.800 metros cuadrados, área suficiente si tenemos en cuenta la densidad de la futura población.
La avenida 2 es paralela a la anterior, sin ninguna particularidad digna de mención en su trazado, que es en línea recta en toda su longitud, tiene 9 metros la sección transversal, 5 para arrollo, 0,75 en cada borde de césped y línea que cobija el arbolado y 1,25 para cada acera.
La avenida 6 es de muy corta longitud en comparación con sus hermanas, ya que únicamente se extiende desde la calle 1 allí donde dijimos que se convertía ésta en paraje pino[xiii], hasta su encuentro con la avenida 5 curva de que hemos tratado. El perfil y distintivos son análogos a las de sección de 9 metros.
La avenida 7 partiendo de una dirección recta, acaba en otra recta que forma un ángulo de más de un recto con la primera, salvándose ostensiblemente este trazado gracias a una curva elíptica de forma; aunque el trazado cae completamente fuera de las matemáticas a él nos hemos visto obligados a recurrir por exigirlo así la topografía del terreno y salvar desniveles grandes. Pasa esta vía por la plaza Alta en su parte inferior a la que sirve de límite. Su perfil y ancho es idéntico a los anteriores. Solo podemos añadir que es la que más estudio nos ha ocasionado y dificultad para él, por las razones ya apuntadas.
La avenida 8 parte de la anterior y también tiene una pendiente acentuada, y posee[xiv] un perfil longitudinal obediente a la topografía del lugar de enclavación de ella. El transversal sigue siendo idéntico a los anteriores.
Por último la avenida 9, recta, en la cresta de nuestra urbanización, de planimetría casi uniforme, ofrecerá un punto de vista admirable y gozará por su altura de unas corrientes de aire altamente saludables. No ofrece particularidad alguna, por lo demás, y es gemela en su ancho con las que le preceden.
De las calles, de lo que convencionalmente hemos denominado así, pecaría de monótono al hacer el examen una por una, como hemos hecho con las avenidas, ya que la mayor parte son del perfil tantas veces repetido de 9 metros de ancho y respecto a su trazado tenido en cuenta que son únicamente para uniones de las avenidas y regularización de manzanas. Con el plano a la vista creemos que huelga toda otra observación.
Llamemos la atención sobre la calle 6 que por concurrir a la plaza Terminal de la avenida 4 y ser lazo de unión con la 3 la hemos hecho objeto de especial trazado, dotándola de un paseo lateral que sustituye a la acera de un lado de 4,35 de ancho, continuando siendo iguales las otras características y arrojando un total para el perfil de 12 metros.
Hemos hecho un perfil de 8 metros para las calles que consideramos secundarias desde el sitio en donde están así como su longitud pequeña y este perfil consta únicamente de aceras y arroyo, separados por un sencillo encintado de piedra. EL arbolado lo situamos dentro de las parcelas de jardinería de los solares adosados al seto vivo que les sirve de cerca. Las calles son las del pasaje Menor y alguna otra.
Separada del núcleo principal de la urbanización por el ferrocarril de San Juan de las Abadesas, queda un espacio triangular de pequeñas dimensiones en comparación con el descrito.
Consta en síntesis de dos calles de 8 metros unidas entre sí por otras dos y un ensanchamiento en el origen de una de ellas. Esto en la parte Este de la carretera; al Oeste en un triángulo dejamos lugar para si se construye el apeadero ferroviario, con toda la amplitud que la Compañía del Norte pueda necesitar para el desarrollo del proyecto, que, de llevarse a cabo, tanto beneficio redundaría en nuestra Ciudad-Jardín, en particular, y de una manera menos directa, pero desde luego ventajosísima, a Santa Perpetua de la Moguda.
MANZANAS
Estudiados los viables, ocupémonos de las manzanas y así tendremos hecha toda la descripción planimétrica de la Memoria. Afectan formas muy varias, a base del triángulo y del cuadrilátero más o menos perfectos y definidos, y más o menos irregulares. Excepto las manzanas lindantes con los límites de la finca, todas las demás están destinadas a poseer edificación siguiendo sus contornos, motivo que hemos tenido muy presente para hacer la división de solares. En el interior de estas últimas dejamos unos accesorios o pasadizos de un metro de anchura que servirán para los servicios domésticos –saque de basuras, entrega de carbón etc.– y para tener una salida excusada a la parte posterior o lateral de los solares. Hemos creído muy conveniente la implantación de estas vías de servicios por las innumerables condiciones de limpieza, aspecto e independencia que reportará a las fachadas principales y entradas preferentes de las viviendas.
Retrasamos las fachadas de las casas de 3 metros, a contar desde la línea interna de las aceras, medida adoptada por los urbanizadores ingleses maestros en la materia que nos ocupa. Sobre la ventaja primordialísima de tener la terraza natural delante de las viviendas, para desahogo y solaz de sus habitadores, es previsión muy merecedora de tener en cuenta para si algún día resultara insuficiente el ancho útil de la calle o avenida, ser susceptible de ampliación rápida y poco costosa para la entidad que haga la expropiación. El cerramiento del solar en la parte que da al viable público es de seto vivo excepto en la parte inferior que se permitieran unos centímetros de obra de fábrica; y la altura bajo ningún concepto podrá exceder de unos diez metros, por lo que la visibilidad será manifiesta, alegre, sin obstáculos ni estorbos y la estética sacará un gran partido. La construcción, en su amplia acepción, no podrá nunca ser superior a una planta encima de la del piso bajo, sin excepción ni consideraciones de ninguna clase, permitiéndose únicamente el poder hacer torreones, minaretes y pérgolas, que nunca tendrán más de otro piso de altura. Es razón, el que creemos que si no hubiera esta condición alteraríamos en su esencia el trazado de la Ciudad-Jardín y el criterio que tenemos de ésta; y así queremos que cada solar sea para habitación de una sola familia y nunca una casa de vecindad. Y que no se nos aduzcan razones de arte, que esto sea cortapisa al lápiz que dibuja, el que sea un freno a la inspiración del proyectista, ya que a pesar de estas prescripciones el artista sabe cuánto partido puede sacarse a las casas de una o dos plantas, en sus combinaciones de los planos de cubiertas simétricas, a varias vertientes y distintas alturas. Si permitiésemos, por otra parte, edificaciones altas para el lucro del propietario al alquilar varios pisos, nuestra Ciudad-Jardín solo tendría de tal el nombre.
Es más, para que no desentone, para que la armonía no se rompa haremos en lo justo y permitido que los proyectos de construcción pasen a ser examinados por el arquitecto [del] fundador, o su sucesor facultativo, todos los gráficos en las debidas condiciones de colorido, para que el aspecto sea todo lo más en relación con nuestro criterio y nuestra visión de [la] urbanización. Y no se vea en esto, más que una buena fe, un inmenso cariño, un entusiasmo sin límite por el proyecto y por la idea que lo ha perseguido.
Por último, hacemos también ciertas limitaciones para la construcción con respecto a las medianeras, siempre bajo el punto de vista anteriormente citado. Todo ello podrá verse en detalles y al lector remitimos los apéndices que acompañamos al final de este trabajo, que trata de las condiciones de venta y construcción con todas sus limitaciones.
CANALIZACIONES Y ALCANTARILLADO
Es el complemento del plano y una de las condiciones indispensables para que la higiene presida y dé acto de presencia real a la construcción. De nada serviría que nos hubiésemos preocupado de los otros problemas tratados y que hemos tenido presentes, si no los ayudásemos por la más elemental condición salutífera. Una de las características precisamente de esta urbanización es la admirable perfección de estos servicios; el ornato puede suprimirse, aunque con ello padezca la vista y repugne al sentido estético del individuo el aspecto; es necesario únicamente para el agrado, para el placer del espíritu y equilibrio de los nervios. Pero la falta de condiciones asépticas[xv] es un descuido que no se puede aceptar nunca, ya que influye en la vida del organismo humano directísimamente. No tenemos nada más que fijarnos en que las más modernas escuelas filosóficas, incluyen entre los deberes del hombre la observancia y práctica de la higiene ¿de qué serviría esta higiene individual del cuerpo del habitante, si luego las condiciones de la vivienda fueran un foco de inmundicias? Es problema, para terminar, en el que han estado de acuerdo todos los técnicos que se han ocupado de la construcción y todos los tratadistas especializados en la materia, sin que haya habido una sola discrepancia.
Establecemos, en su vista, lo siguiente para la red de saneamiento. Cada vivienda debe de tener una fosa séptica que, como se pudo ver en el proyecto que acompaña a los gráficos, es una modificación de los tan conocidos pozos Mouras[xvi]. A ella tienen que ir todas las canalizaciones y desagües de la casa, water-closet, cocinas, fregaderos, lavabos, baños y las aguas pluviales recogidas y trasportadas por canalones. Todos estos desagües deben ir provistos de un sifón o válvula de agua que impida que los olores fétidos penetren por los aparatos de saneamiento en el aire de la habitación, viciándolo. La fosa comunicará con la alcantarilla e, ínterin se construya ésta, debe ir a un pozo poroso, especie de pozo negro, tal como indica el proyecto adjunto, ya que dijimos en su lugar que las capas superiores del terreno son de gran permeabilidad y no hay que temer por tanto la saturación de dichas capas.
Esto en cuanto a las condiciones que deba reunir cada vivienda. Faltan los colectores generales, de los cuales tan solo hemos hecho anteproyecto, pues los datos precisos para hacer el proyecto completo no los posee el Ayuntamiento de Santa Perpetua de la Moguda, a cuyo término municipal pertenece la finca Can Andal, ya que carece de alcantarillados tal población y, por consiguiente, el problema de dar las aguas residuales nuestras que discurran por una red de cloacas a un colector que enlazara con el general del Municipio, no es posible por no existir este último. Dejamos, eso sí, hecho el anteproyecto que sirva de guía para el día de mañana al proyectista que tenga la misión de solucionar y dar cima a ese trabajo. En el nuestro hemos seguido lo aconsejado para tales estudios y, aprovechando el desnivel del terreno, proyectamos la cloaca general partiendo de los alrededores de la plaza Terminal de la avenida 4 para recoger allí las aguas sobrantes de las fincas superiores vecinas, siguiendo luego el curso de dicha avenida y terminando en el triángulo inferior del plano, para ir a buscar un colector general que desagüe en el que en el futuro el Ayuntamiento de Santa Perpetua construya.
Todas las calles van provistas de sus cloacas, que discurren a tres o cuatro metros de profundidad del bordillo de la acera, y va proyectada desde luego en todo el trazado a nivel inferior de las cañerías de abastecimiento de aguas potables, para proveer el peligro de unas filtraciones en caso de rotura de la cloaca, que contaminaría las aguas y no hay que decir lo grave que sería el caso. En el plano del anteproyecto puede verse, por lo demás, todos los detalles generales de distribución, la acometida de los imbornales etc. y por tanto sobra toda otra explicación en este sitio.
Otras canalizaciones son las de electricidad, ya que el moderno Estatuto Municipal prohíbe terminantemente que las líneas de alta tensión sean aéreas. Esta canalización es desde luego para todas las calles y avenidas, discurre a 1 metro aproximadamente de profundidad y a su trazado en estas condiciones tendrán que sujetarse las compañías abastecedoras el día que quieran dotar de la energía eléctrica a «La Florida»[xvii].
El gas del alumbrado, raro es que se establezca dada la preponderancia que hoy se tiene, y con razón, por la electricidad, y por este motivo hemos creído innecesario hacer ningún ante-proyecto ni indicación con respecto a estas canalizaciones; pero en el caso improbable que alguien quisiera hacer el abastecimiento de dicho fluido a la Ciudad-Jardín, tendrá que sujetarse en un todo al plano que el facultativo le imponga para su distribución por los viables y emplazamiento del depósito, caso que lo haya.
ABASTECIMIENTO DE AGUAS POTABLES
Otro terna a debatir y razonar –y ciertamente no de los menos importantes– es el abastecimiento de aguas potables que tan directamente influye en una urbanización, ya que es el preciado líquido insustituible para la economía doméstica, animal y humana.
Por lo trascendental del asunto, porque requiere un estudio minucioso, extenso y complicado, no queremos tratarlo a la ligera y hacer un esbozo mal pergeñado de un estudio que tiene que ser tratado con todo detalle. Es esa la razón por la que ahora no hemos hecho ese trabajo, que requería un tiempo del que no podíamos disponer para dar cima con éxito a nuestra labor.
Necesitábamos muchos datos que no poseíamos, tales como un estudio geológico completo y detenido del terreno para por él poder sacar en consecuencia si allí mismo podríamos disponer de agua potable, sondeos para sacar un aproximado aforo de ella, un examen bacteriológico para conocer las bacterias y microorganismo que posee en suspensión el líquido, otro examen químico para estar enterado de las sales y cuerpos que llevan en suspensión dichas aguas; en fin, un sinnúmero de factores que contribuyen todos y cada uno de ellos a la resolución del intrincado problema, que no se pueden improvisar y que nuestra honradez profesional no hubiera admitido de no haber venido con completa garantía de certeza; preferimos obrar así con esta nobleza, a no publicar todo un luminoso capítulo lleno de vaciedades y errores en el que sí hubiéramos dado rienda suelta a todos los conocimientos que tenemos de la materia, pero no hubieran sido más que un engaño al lector.
Faltaríamos, sin embargo, a la honradez de que antes blasonábamos, sino dijéramos que existen datos materiales que permiten abrigar buenísima impresión respecto a la existencia de agua en buenas condiciones de potabilidad y en cantidad tal que nos han inducido a hacer otro anteproyecto para una red de abastecimiento, cuyo origen o depósito hemos reservado en un emplazamiento que domina toda la ciudad, y estudio que añadimos a este documento en la parte gráfica.
CONCLUSIÓN
Y nos parece llegada ya la hora de dejar conclusa esta Memoria, en la que a nuestro juicio quedan tratados todos los Capítulos que pueden ser de interés para formarse una idea clara del proyecto ejecutado, y que reúne a nuestro criterio las condiciones esenciales que debe tener esta parte documental; ayudar a los planos y gráficos para formarse cabal cuenta de lo que indican, desmenuzar el por qué de haber hecho una cosa y no otra y, en fin, explicar con concisión, pero categóricamente, todas las dudas o confusiones que pudieran salir al examinar los planos.
Después de todo lo expuesto, solo nos resta hacer presente nuestro agradecimiento, por las facilidades grandes de que se nos ha hecho objeto por parte de las Oficinas en que hemos tenido que buscar orientación y sacar notas, de una manera especial a los funcionarios encargados de la Sección de Carreteras en la Mancomunidad de Cataluña, de donde ha salido una orientación no pequeña de este trabajo.
Barcelona - Febrero de 1925.
EL ARQUITECTO,
Manuel Mujica
APÉNDICE N° 1
l. longitud
a.v. anchura viable
a.f. id. entre fachadas
s.v. superficie viable
s.f. id. entre líneas de fachada
Calle n° 1 |
||||||
l. | 516 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 4.194 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 8.290 |
|||
Calle n° 2 |
||||||
l. | 430 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 3.870 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 6.450 |
|||
Calle n° 3 |
||||||
l. | 290 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 2.610 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 4.350 |
|||
Calle n° 4 |
||||||
l. | 375 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 3.375 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 5.625 |
|||
Calle n° 5 |
||||||
l. | 75 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 675 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 1.125 |
|||
l. | 305 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 2.745 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 4.575 |
|||
Calle n° 6 |
||||||
Paso. | l. | 155 m. |
||||
a.v. | 12 m. |
s.v. | 1.860 |
|||
a.f. | 18 m. |
s.f. | 2.790 |
|||
Calle n° 6 |
||||||
l. | 170 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 1.530 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 2.550 |
|||
Calle n° 6B |
||||||
l. | 142 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 1.136 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 1.988 |
|||
Calle A |
||||||
l. | 270 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 2.160 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 3.790 |
|||
Calle B |
||||||
l. | 200 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 1.600 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 2.800 |
|||
Calle C |
||||||
l. | 70 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 560 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 980 |
|||
Calle D |
||||||
l. | 90 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 720 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 1.260 |
|||
Pasaje Mayor |
||||||
l. | 125 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 1.000 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 1.850 |
|||
Pasaje Menor |
||||||
l. | 60 m. |
|||||
a.v. | 8 m. |
s.v. | 480 |
|||
a.f. | 14 m. |
s.f. | 840 |
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Avenida 1 |
||||||
l. | 280 m. |
|||||
a.v. | 15 m. |
s.v. | 2.940 |
|||
a.f. | 18 m. |
s.f. | 5.040 |
|||
Avenida 2 |
||||||
l. | 226 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 1.998 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 3.402 |
|||
Avenida 3 |
||||||
l. | 373 m. |
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a.v. | 14 m. |
s.v. | 5.782 |
|||
a.f. | 20 m. |
s.f. | 8.314 |
|||
Avenida 4 |
||||||
l. | 259 m. |
|||||
a.v. | 14 m. |
s.v. | 5.180 |
|||
a.f. | 26 m. |
s.f. | 6.734 |
|||
Avenida 5 |
||||||
l. | 259 m. |
|||||
a.v. | 14 m. |
s.v. | 3.626 |
|||
a.f. | 20 m. |
s.f. | 5.180 |
|||
Avenida 6 |
||||||
l. | 140 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 1.260 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 2.100 |
|||
Avenida 7 |
||||||
l. | 370 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 3.330 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 5.550 |
|||
Avenida 8 |
||||||
l. | 177 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 1.593 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 2.655 |
|||
Avenida 9 |
||||||
l. | 140 m. |
|||||
a.v. | 9 m. |
s.v. | 1.260 |
|||
a.f. | 15 m. |
s.f. | 2.100 |
|||
Plaza baja |
660 |
660 |
||||
Id. de la Estación |
2.200 |
2.200 |
||||
Id. alta |
910 |
910 |
||||
Id. cinco calles |
1.050 |
1.050 |
||||
Total superficies viables |
59.304 m2 |
95.148 m2 de superficiales entre líneas de fachada |
||||
CUADRO NÚMERO 1
Relación de las superficies destinadas a solares viables.
Superficie total del terreno | 300.000 m2 |
Viables | - 59.304 m2 |
Superficie destinada a solares | 240.690 m2 |
Relación: 240.696/59.304 = 4:1
CUADRO NÚMERO 2
Relación de viables futuros (anchura entre fachadas) y total del terreno.
Superficie total del terreno | 300.000 m2 |
Viables | - 95.148 m2 |
Superficie que resta para los solares | 204.852 m2 |
Relación: 204.852/95.148 = 2:1
CUADRO NÚMERO 3
RELACIÓN entre la superficie probable ocupada por las construcciones y la total.
Suponiendo que cada construcción se asiente sobre una superficie de setenta metros cuadrados y que aprovechando el terreno para su división en el máximo número de solares sean éstos ochocientos, se necesitará un área de cincuenta y seis mil metros cuadrados.
Superficie total del terreno | 300.000 m2 |
Id. ocupada por las viviendas | - 56.000 m2 |
Superficie libre | 244.000 m2 |
Relación: 244.000/56.000 = 4,4 : 1
APENDICE N° 2
CONDICIONES DE LA EDIFICACION EN LOS TERRENOS DE LA CIUDAD-JARDÍN EN SANTA PERPETUA DE LA MOGUDA -BARCELONA.
1° - Atenerse a las Ordenanzas Municipales de la localidad.
2° - A cercar el solar o construir en él dentro del primer año a partir de la fecha de la escritura de compra.
3° - El cerramiento del solar será de 1 metro 10 de altura como máximo en la fachada anterior y medianera hasta 15 metros de aquella y el resto hasta 2 metros, pudiendo emplear obra de fábrica (ladrillo, piedra, etc.) solamente hasta sesenta centímetros de altura en toda su extensión.
4° - La alineación de fachadas vendrá indicada por una línea roja en el plano de venta y en ningún caso podrá avanzarse.
5° - Las construcciones serán de planta baja y un piso como máximo, pudiendo habilitar la parte de desván siempre que se adopte la forma de tejado; en todos los casos la cornisa o remate estará inmediata al piso indicado, podrán construir torreones que no excedan más que en un piso de altura.
6° - Siempre que sea posible en los solares de 7 metros de ancho, en el frente se procurará que la construcción esté adosada a una sola pared medianera, quedando así tres fachadas separadas una de ellas ciento cincuenta centímetros como mínimo de la línea divisoria del otro vecino, y en solares de ocho metros de frente o más viene obligado a dejar en la forma indicada las tres fachadas (anterior, posterior y de la línea medianera).
7° - La construcción tendrá una apariencia con el fin a que se destina esta urbanización, adaptándose a las condiciones requeridas por las ciudades-jardín, a cuyo efecto el constructor presentará planos o perspectivas, ambos en colores, que den idea clara del aspecto que tendrá la construcción para ser visado por el Arquitecto del fundador de esta Ciudad Don Escolapio Cáncer y Duaso.
[i] En el original utiliza la inexistente palabra “moatos”. La Memoria de Manuel Mujica que hemos transcrito presenta un número considerable de erratas y errores sintácticos que, por lo menos en gran parte, creemos son atribuibles a la persona que mecanografió el original manuscrito. En otros casos, utiliza expresiones que fácilmente pueden dar lugar a malentendidos si no se tiene en cuenta el lenguaje técnico utilizado en la época. En la medida de lo posible, hemos corregido los primeros y clarificado, mediante notas al pie de página, los segundos.
[ii] «Azogue» debe entenderse en el sentido de la acepción segunda del Diccionario de la Real Academia Española: «Plaza de algún pueblo, donde se tiene el trato y comercio público» (nota del autor de la transcripción).
[iv] El original decía, «para resolver sobre todo el materialísimo una función ética...», que carece de sentido.
[vi] Andrés Manjón (1846-1923) pedagogo granadino fundador de las Escuelas del Ave-María; Manuel Siurot (1872-1940), abogado y magistrado, se dedicó desde 1908 a la educación de niños pobres, sobre todo mediante su colaboración con las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús.
[viii] Capa asfáltica que se coloca sobre las carreteras, inventada por el ingeniero escocés John Loudon MacAdam (1756-1836).
[x] «Viable» en el sentido que la da la acepción segunda del Diccionario de la Real Academia Española: «Dicho de un camino o de una vía: Por donde se puede transitar»
[xi] «Arroyo» en el sentido de «parte de la calle por donde suelen correr las aguas», según la acepción tercera del Diccionario de la RAE
[xii] En el original dice «1,25 para cada arroyo, digo acera», lo que sin duda es una corrección del mecanógrafo.
[xv] «Sépticas» en el original, lo que sin duda es otro de los numerosos errores mecanográficos del original.
[xvii] Sin embargo, 86 años después de que se redactara esta Memoria, el cableado aéreo continúa caracterizando el paisaje de La Florida.
[Fuente: Memoria. Descripción de la finca sobre la que se proyecta el trazado de la ciudad-jardín denominada “La Florida” (1925). Original mecanografiado guardado en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda]
PLAN DE REFORMA DEL BARRIO DE ATARAZANAS
REFORMA Y URBANIZACIÓN DEL BARRIO DE ATARAZANAS
MARIO GIMÉNEZ
MANUEL MUJICA
LUIS GIRONA
Febrero de 1927
MEMORIA
Este proyecto comprende:
PRIMERO. El trazado de una vía en forma de «Y» (y griega) con su pie en la plaza de Sepúlveda enfocando la calle Muntaner y su bifurcación en la calle del Conde del Asalto, desde donde sus ramas se dirigen: una a la Puerta de la Paz, y la otra, frente a la Estación Marítima.
SEGUNDO. Una plaza que tiene por centro el monumento a Colón, desde donde parten radicalmente las vías ya existentes, Paseo de Colón y Ramblas y una de las vías en proyecto, formando los ejes de estas dos últimas el mismo ángulo con el del Paseo de Colón o con el eje normal al muelle y Paseo de Colón.
TERCERO. Dos calles transversales desde las Ramblas a la del Marqués del Duero y otras dos perpendiculares a ellas que con los ensanches de otras existentes completan la reforma del Distrito 5° y enlazan las vías que se proyectan con las proyectadas por el Ayuntamiento.
ANTECEDENTES
Barcelona, por su situación geográfica, ha recibido en todos los periodos de la Historia los beneficios de su emplazamiento, constituyendo la población más importante de la ribera Mediterránea en nuestra Península.
La densidad superficial de su población llegó a adquirir durante el pasado siglo una cuantía desproporcionada respecto a otras ciudades y, antes de aprobarse el proyecto Cerdá, una aglomeración tal que obligó a la adopción del llamado plan de ensanche. Pero el hacinamiento de construcciones en el recinto amurallado de la Ciudad, aun después de adoptarse el plan de ensanche, en lugar de aminorar fue en aumento, viéndose la necesidad de abrir nuevas vías que descongestionaran la Ciudad antigua facilitando su comunicación y enlace con la ciudad nueva y la región marítima.
A fin de lograr esto, el propio Ingeniero don Ildefonso Cerdá trazó, como apéndice del plan de ensanche aprobado, tres vías que ponían en comunicación la ciudad nueva que se construía con el casco antiguo.
Posteriormente, en el año 1879 don Ángel J. Baixeras presentó al Excmo. Ayuntamiento de Barcelona el anteproyecto de reforma interior, el cual, una vez aceptado como base de estudio en sesión de 3 de Diciembre de 1879, fue aprobado definitivamente en sesión de 3 de Enero de 1881, y seis años después, en 12 de Abril de 1887, fue aprobado en principio por R. D. y definitivamente en 16 de Julio de 1889 por otro R. D. en el que, además de aprobarse la totalidad del proyecto, ordenaba se convocara a subasta pública, con arreglo a la Ley de Expropiación forzosa, para el otorgamiento de la concesión. No obstante, después de haber sido aprobado e incluso haberse procedido a la subasta y haberse adjudicado las obras, el Gobernador Civil al resolver en 15 de Mayo de 1892 el recurso de alzada interpuesto por la Sociedad de Defensa de la Propiedad Urbana, contra los acuerdos de concesión y traspaso de los derechos del concesionario al Banco Universal, tuvo en consideración el recurso y declaró la nulidad de la subasta.
Se estudiaron entonces los inconvenientes que se oponían a la realización de tan conveniente plan y se abrió una información pública entre las entidades, comisiones de propietarios y distinguidas personalidades que representaban los elementos vitales de la ciudad, la cual en síntesis aconsejó al Excmo. Ayuntamiento la adquisición del proyecto Baixeras a fin de poderle realizar en la forma que el Ayuntamiento estimara conveniente, pues esta era en realidad una de las causas, quizás la principal, que se oponían a la realización de la reforma.
Posteriormente se presentaron dificultades de orden legal para su adquisición, pero después de limitar el precio estipulado en sesión de Ayuntamiento y teniendo en consideración la carestía de trabajo producida por la crisis motivada por la guerra de las Colonias y por ende la necesidad de construir obras de carácter público, fue autorizada la adquisición por R. O. de 26 de Noviembre de 1898. Pero la Sociedad de Defensa de la Propiedad, con el temor de que el Ayuntamiento construyese el plan completo de Reforma, se opuso a la apertura de la vía «A» y aún con posterioridad se presentaron dudas sobre la aplicación de la Ley de Expropiación forzosa, todo lo cual retrasó su aprobación definitiva hasta que en sesión del Ayuntamiento celebrada en 18 de Enero de 1901 y sancionada por R. O. de 3 de Agosto del mismo año fue aprobada su realización, la cual se acordó emprender en 3 de Junio de 1902 en lo que se refiere a la primera sección de la gran vía «A», sacándose en pública subasta a fin de concederla a una empresa o a un particular. Pero aún no se llevó a la práctica hasta que el Ayuntamiento en sesión de 7 de Febrero de 1905 nombró la Comisión especial de Tesorería, Reforma y Obras extraordinarias, la cual contrató las obras de reforma con el Banco Hispano Colonial, cuyas bases de contrato fueron aprobadas el día 28 de Diciembre de 1905 por la Corporación Municipal, las cuales regulaban la realización de las grandes vías de Reforma del interior de Barcelona según el proyecto Baixeras.
De este contrato sólo se llevó a la práctica la realización de la vía «A» de la Reforma en su totalidad, cuya utilidad vemos demostrada hoy, pues además de embellecer y aumentar el valor del sector que cruza, da paso a gran parte de la circulación que proviene del ensanche.
Actualmente, debido al continuo desarrollo del barrio moderno, resulta el recinto antiguo punto obligado de paso y, en gran número, de ocasiones, centro de actividades de los habitantes de la Ciudad, interpuesto entre aquél y el mar, siendo en muchos lugares insuficiente la capacidad de sus calles tortuosas para dar cabida al tránsito que por ellas discurre e inadecuadas bajo todos conceptos.
Teniendo en cuenta esto y a fin de dar vida a la realización de las restantes vías de reforma, el Ayuntamiento en sesión de 6 de Noviembre de 1918 encargó a sus técnicos la reforma del plan Baixeras en lo referente a las vías que aún habían de abrirse, confeccionándose la modificación de lo que en él era la vía «C» y parte de la vía «B», siendo rápidamente aprobado el nuevo plan y sancionado por R. O. de 10 de Junio de 1920.
Por otra parte, el conjunto urbano de Las Corts, Sarriá, Bonanova y Pedralbes, de creciente importancia y densidad, establece un exceso de circulación por las vías que en la actualidad le sirven de enlace, así como por las que están proyectadas en el plano de reforma y en el modificado posteriormente por los servicios técnicos Municipales, que resultan por esta causa insuficientes e inadecuadas para reunir y concentrar el hoy disperso tráfico que se verifica por calles de insuficiente capacidad, o bien desplazadas y por consiguiente no siguiendo las líneas directas que ha de seguir la circulación.
La resolución del problema tropezaba sin duda con numerosas dificultades y mientras una sola subsistiese se hacía imposible su resolución y así quedó dormido todo intento de reforma del barrio más necesitado, cuna y teatro de sucesos sangrientos, luchas sociales y dramas policíacos, formando una lacra en el corazón de la urbe junto a la puerta de entrada del extranjero.
Su aglomeración y atraso de construcciones sanitarias pone en peligro las vidas de sus habitantes, honrados en su mayoría y pertenecientes a las clases más modestas de la sociedad.
Por otra parte existía a cargo del ramo de guerra un problema militar de acuartelamiento que si en toda la Nación merecía la mayor atención de los Gobiernos, en Barcelona especialmente adquiría mayor relieve y dificultad, tanto por la moderna arquitectura de sus construcciones en contraste con los vetustos cuarteles, como por el alejamiento progresivo de los campos de instrucción impulsados al exterior por el crecimiento urbano.
Este problema, agudizado con las nuevas leyes de reclutamiento y plantillas, que acumulaban en los cuarteles mayores contingentes, siguió sin resolver y a pesar de haberse votado en las Cortes un crédito de trescientos millones de pesetas para estas atenciones en toda la Península y del constante trabajo de los Ingenieros Militares que formularon proyectos y más proyectos, lo cierto es que su práctico resultado fue minúsculo; los créditos no fueron librados, los proyectos eran con frecuencia devueltos o modificados para adaptarse a nuevas organizaciones y plantillas y como la labor proyectista y menos la constructiva no podían seguir a igual velocidad que las modificaciones y nuevas normas, el único resultado era aumentar el volumen de papel de los archivos. En Barcelona fueron proyectados varios cuarteles, hospitales y otras obras, alcanzando los proyectos aprobados la cifra de 25 millones, pero las cantidades libradas sólo permitieron construir, aparte de mejoras y entretenimientos en los viejos edificios, la terminación del cuartel de Alfonso XIII en Sans, cuya primera piedra fue colocada por S. M. la Reina Madre, unos barracones provisionales para la compañía de ametralladoras de un Regimiento de infantería, junto al cuartel de Jaime I, la habilitación de una fábrica en Mataró para un Regimiento de Artillería, la adaptación del Castillo de Montjuich para albergar un Batallón de Infantería y Prisiones Militares y un grupo de pabellones en el cuartel de Gerona (calle Travesera). Pero siguieron en pie (y siguen) el viejo Hospital militar, cabecera sanitaria vergonzosa de la 4.a Región (2.a en importancia numérica), los cuarteles de caballería de la Barceloneta y el Buen Suceso, peores que Atarazanas y enclavados en las acumulaciones urbanas menos higiénicas, a cuyos malos gérmenes contribuyen mutua y recíprocamente; así como sin edificar o en situación de obra suspendida, los cimientos y obra subterránea de dos cuarteles de Infantería llamados del Bruch en la Travesera y de María Cristina en Sans, hace más de 20 años y sin elevar construcciones en solares de tan elevado valor como el antiguo Parque de Ingenieros, San Pablo, Peso de la Paja, Santa Madrona y Marqués del Duero, contra todo lo cual han luchado y trabajado sin fruto todos los Ingenieros que han pasado por la Comandancia, de cuya eficacia técnica individual nadie puede dudar visitando los Cuarteles de Alfonso XIII y Gerona de esta Capital si no estuviese de antemano ya bien cimentada en edificios como la Lonja, el Teatro Principal, el Palacio de la Reina Regente, y otros construidos fuera de esta ciudad como el Hospital de Carabanchel, del anterior plan de acuartelamiento, y otros muchos del nuevo plan que ponen el nombre del Cuerpo de Ingenieros a la altura que se merece.
Es triste observar el paralelismo de las dificultades y atrasos urbanos civil y castrense, revelación una vez más de un asfixiante régimen burócrata capaz de anular la eficacia de organismos compuestos de individuos de eficaz capacidad aislada.
AUTORIZACIÓN PARA EL CANJE
Desde 1876 el Capitán General de Cataluña fue autorizado para, de acuerdo con los informes de la Comandancia de Ingenieros, establecer con el Ayuntamiento un convenio mediante el cual pudiera verificarse el canje de los cuarteles y solares inadecuados para el servicio de Guerra por otros solares y edificios situados en mejores condiciones higiénicas y proyectados con las modernas normas. Dicha autorización dio origen a un voluminoso expediente más, en el que tras numerosos informes, programas de necesidades, proyectos y consultas, todos los ministerios intervienen sin resultado positivo. Durante el tiempo transcurrido fue ordenada varias veces la enajenación de dichos edificios y hasta puesto en venta alguno, entre ellos Atarazanas, sin que fuera posible llevarla a cabo existiendo solamente una proposición del Ayuntamiento para adquirirlo sucesivamente por parcelas de cien mil pesetas de valor aproximado, que fue rechazada por el ramo de Guerra. Así hubieran continuado indefinidamente las cosas; pero la remoción de actividades, que la situación actual impone y el renacimiento de la eficacia a que se tiende por los poderes públicos, puso en más rápido movimiento la máquina burocrática haciendo chirriar y hasta saltar algunas de sus enmohecidas ruedas.
El Excmo. señor don Emilio Barrera, primera autoridad de la Región, que tanto debe a sus iniciativas, actividad y cariño, puso desde su toma de posesión, una especial atención al alojamiento de sus tropas, función suya primordial, de la que no le distrajo un momento ninguna otra atención militar ni política y continuando la labor va iniciada por su antecesor en el cargo, el General Primo de Rivera, dio impulso tanto a la resolución de expedientes como a los trabajos de los técnicos, resultando del mismo los proyectos de talos los cuarteles para los que el ramo de Guerra posee terrenos y el estudio de su programa para todos los que no lo tenían.
Una parte de este trabajo fue desarrollada por uno de nosotros en sus funciones oficiales y al ser encargado de informar respecto a una parte del problema lo hizo del modo siguiente:
INFORME
«Instaladas las oficinas del actual Gobierno Militar y el alojamiento del General en un edificio de planta baja que anteriormente había servido de «Parque de Ingenieros», debían adolecer y adolecían del defecto de ocupar unos locales que no habían sido construidos para ello, faltándoles la comodidad y el buen gusto que debieran tener.
Los antiguos almacenes de Ingenieros fueron sucesivamente transformándose en pabellones para el General Gobernador y para el Comandante de Ingenieros de la Plaza, en algunas habitaciones para oficinas del Gobierno, dormitorios y almacenes para las tropas de Ingenieros encargadas de las reparaciones de las líneas telefónicas militares de la Plaza, y por si esto no fuera bastante, se habilitó un local como depósito de bastes del 4.° Regimiento de Zapadores Minadores y un patio para picadero, en donde pudieran, ejercitarse los Jefes y Oficiales que, siendo plazas montadas, no estuvieran afectos a ninguna unidad de caballería que tuviese picadero en su cuartel.
Cuando los Gobiernos Militares de las cabeceras de las Capitanías Generales se convirtieron en Subinspecciones de los cuerpos de Ejército, aumentaron su personal de una manera asombrosa y la de este Cuerno de Ejército no fue posible que cupiera en el espacio reducido de las oficinas del antes Gobierno Militar, aun cuando se habilitaron los pasillos, siendo preciso construir un pabelloncito en el centro del patio que se utilizaba como jardín. Por último, al efectuarse el cambio de Comandantes de Ingenieros de la Plaza, se obligó al que vino a ocupar el destino, a que se instalara en el pabellón que desde hace muchos años tenía asignado, al igual que el General Gobernador, en el edificio de Roger de Lluria, y que no ocupaba por lo retirado que resulta con relación al centro de la población.
En el pabellón del Comandante de Ingenieros se instalaron las oficinas de la sección de contabilidad y mayoría de plaza, quedando por lo tanto el Gobierno Militar alojado con una holgura que 110 tendrá ni habrá tenido ningún otro servicio del listado, pero al mismo tiempo con una modestia espartana.
Si de la capacidad pasamos al aspecto exterior del edificio, veremos que desde luego da a conocer su origen, si no fuera por el letrero que aún conserva de «Parque de Ingenieros», aspecto por lo tanto muy humilde y que se aviene mal con el que debe tener una dependencia tan importante como el Gobierno Militar y Subinspección de un cuerpo de Ejército de una población en que son tantos y tan hermosos los edificios que se han construido.»
Las palabras que anteceden no son del informante; están copiadas de la memoria que en Febrero de 1906 (!!) encabezaba el proyecto de un nuevo edificio para Gobierno Militar que había de construirse entonces en el solar de Santa Mónica y fue aprobado por R. O. de 3 de Noviembre de 1906.
Las necesidades han aumentado considerablemente y al acumularse servicios que forzosamente se han alojado por falta de otro local, resulta actualmente inapropiado y hasta poco digno de la importancia del servicio a que incompletamente atiende.
En efecto, gran número de servicios provinciales directamente concernientes a la cabecera de la Región están distanciados de su centro en locales impropios y diseminados, muchos de los cuales han de desaparecer al desarrollar el plan de acuartelamiento de las tropas. Ello obliga a continuo vaivén de personal, desde general a soldado, que para el despacho de cualquier asunto ha de visitar sucesivamente edificios muy alejados unos de otros, con gran molestia personal, gastos y, lo que es peor, con retraso para el servicio e imperfección del mismo, pues multitud de asuntos que en una entrevista breve entre dos autoridades y aun simples funcionarios, tendría rápida solución, ha de aplazarse para la ocasión en que el tiempo disponible permita perder unas horas en tranvía u otros medios de marcha.
Es tendencia moderna en todas las ciudades populosas, la de acumular en un solo edificio los servicios similares para ahorrar el tiempo como factor tan importante de la vida actual y mucho más en el ramo militar.
Por otro lado resulta económicamente inconcebible la propiedad de un solar, de valor muy elevado por su situación en zona de gran densidad y actividad urbanas, para usarlo con una sola planta baja, en gran parte descubierta o cubierta de tinglados.
Estas razones serían suficientes para opinar por la conveniencia de construir en el solar del Gobierno Militar un edificio a toda altura, que sirva de alojamiento a todos los servicios regionales y provinciales de Barcelona, o sean: La Capitanía General de la 4.a Región, con su P. M., incluyendo los alojamientos o pabellones correspondientes; sección de E. M., de contabilidad, Auxiliares, Profesor Mayor de equitación, la Comandancia General de Artillería, la Comandancia General de Ingenieros, la Comisión de movilización de industrias civiles, la Auditoría de Guerra, la Fiscalía jurídico-militar. los Juzgados de Instrucción, la Intendencia Militar, la Pagaduría general de haberes, la Intervención militar, la Inspección de S. M., la Tenencia vicaria castrense y la Jefatura de Veterinaria militar.
Las dependencias y servicios permanentes afectos a la región y de residencia en Barcelona, o sean: Gobernador Militar y sus Ayudantes, Mayoría de Plaza, Auxiliares, Asistencia facultativa, Servicio administrativo de transportes y propiedades. Expedientes administrativos, Servicios de los cantones, Farmacia de Santa Mónica, Regimientos de Reserva de Barcelona números 32 y 33 con sus cajas 53, 54 y 55 y los Regimientos de Reserva de caballería, artillería, ingenieros e intendencia, y centrales telefónicas y telegráficas.
Todo ello está alojado muy deficientemente, a saber: parte de la Capitanía General en el edificio de dicho nombre, de vieja construcción; otra parte en los edificios ruinosos de Santa Madrona y San Pablo, declarados en estado ruinoso hace tiempo, y que forman parte de los destinados a canje o enajenación; otra parte en Atarazanas; otra en locales alquilados y las Reservas y Comandancia General de Ingenieros en el edificio de Roger de Lluria, ocupando pabellones y locales que han de pertenecer al Regimiento de Infantería que en dicho cuartel se aloje cuando, al desarrollar el plan de acuartelamiento, quede el de Jaime I para uno solo de infantería.
Se deduce, pues, que todo aquello que sería oportuno centralizar en un solo edificio, carece además actualmente de alojamiento apropiado, u ocupa edificios que han de desaparecer.
El solar del Gobierno Militar o antiguo Parque de Ingenieros tiene la situación y capacidad suficiente para sustentar, con un coste de tres millones quinientas mil pesetas, un edificio capaz de alojar las necesidades antedichas, proyectado con dignidad, sin lujo, con modestia militar, pero no con miseria que contraste con el confort de otros servicios de no mayor importancia y desprestigie ante el pueblo aquello que debe mantenerse con la debida austeridad, sí, pero al nivel de las cosas esenciales: la dirección de los servicios de defensa nacional. — Y actualmente hay que reconocer que no está instalada a dicho nivel.
El problema económico está resuelto: el ramo de Guerra posee valores en la ciudad que permiten por canje, o con pequeña diferencia en uno u otro sentido, obtener las cantidades necesarias para alojar como corresponde las tropas y servicios que habitan los viejos edificios que se ceden en otros de nueva planta, con notable mejora para el servicio, para la comodidad e higiene de la tropa y para el prestigio del elemento armado.
La posibilidad y oportunidad del proyecto es actual; pues la vitalidad de que da pruebas el Municipio desde su última constitución, emprendiendo reformas urbanas de importancia, plantea, en unión del canje de edificios inadecuados, el problema de urbanización de la Puerta de la Paz.
Esta plaza, al hacer la transformación de los edificios, puede y debe ser la más bella entrada de la ciudad y una de sus mejores o la mejor de sus plazas. En la de Cataluña faltó a su tiempo, hace años, un criterio uniforme que, obligando la edificación, formara la plaza o su marco, que es lo principal, y la reforma emprendida sólo resuelve el problema del suelo; pero es tarde y sería muy costosa la reforma de los edificios. En la Puerta de la Paz, no; cedido Atarazanas y los solares de guerra de San Pablo, Santa Madrona y calle del Marqués del Duero, y edificándose en el Parque de Ingenieros el edificio militar que antes proponemos, la plaza puede resolverse de un modo artístico al par que práctico, tanto en lo referente a valoración, como a circulación, ubicación de edificios y belleza arquitectónica.
Ahora bien: un proyecto de esta naturaleza no puede ser hijo de muchas iniciativas y esfuerzos aislados, que no es posible concuerden, conduciendo a la desarmonía.
Al proyectar un edificio en la plaza se da el primer paso en su urbanización y de no planearse de principio un conjunto, más tarde sería difícil obtener una solución perfecta, pues parcelado Atarazanas y construidos por múltiple iniciativa particular sus solares, el conjunto sería abigarrado y el Jefe que suscribe no cumpliría por completo su misión si no añadiese un bosquejo de su proyecto de urbanización y de edificaciones por si la Superioridad y entidades afectas considerasen dignas de su atención sus modestas observaciones.
Son base del proyecto el respeto de las alineaciones concordadas entre el Municipio y el ramo de Guerra para el Paseo de Colón, calle de Clavé y final de la Rambla; la prolongación de la calle de Santa Madrona hasta la del Marqués del Duero, suponiendo a ésta de un ancho de cincuenta metros sin pórticos, de los que creemos debe prescindirse desde la calle de San Pablo.
El croquis número uno indica la actualidad. El croquis número dos el plano de la urbanización que proyectamos. Las perspectivas bosquejan las posibilidades constructivas.
Tomando como centro el monumento de Colón, que se respeta en su totalidad (convenientemente reparado), se añade del lado del mar otro embarcadero simétrico al actual, formando entre los dos un amplio desembarco que admite el adorno de la escultura. Se abre una nueva calle, cuyo eje parte del monumento, dividiendo Atarazanas, para dar mayores luces y desarrollo de fachadas de esos solares, la cual se simetriza con el final de la Rambla, quedando entre ambas un solar para un gran edificio a toda altura. El encuentro de esta calle con la de Santa Madrona puede ser el principio de la desaparición futura de todas las callejas antihigiénicas, mediante futuros proyectos de calles o jardines. Se armonizan las líneas de ambos lados de la entrada mediante los edificios de Capitanía General (actual Parque de Ingenieros) y resto de Atarazanas parcelado para casas de pisos. Se modifican los andenes y aceras para obtener una perfección en la circulación de tranvías y vehículos libres y peatones que integre la máxima seguridad y comodidad dentro de las ideas modernas de circulación urbana. Con ello creemos obtener un conjunto concordante con las disposiciones municipales y de gran conveniencia económica y moral para ambas entidades y para la población en general.
Es cuanto puede informar a V. E. cumplimentando su orden verbal. — Barcelona, 12 de Abril de 1926. —El Comandante, MARIO GIMENEZ (firmado).
CONFECCIÓN DEL PROYECTO
Efectivamente, el trazado de la planta del edificio central militar no es posible sin contar con las nuevas alineaciones, y éstas a su vez no pueden trazarse sin implantar las de toda la plaza. Esta lleva consigo el problema de urbanización del bloque de Atarazanas, y éste, a su vez, como racimo de cerezas, entraña la urbanización del barrio de Santa Madrona y luego el de su enlace con el resto de la Ciudad, etc., todo lo cual se salía de los límites del trabajo oficial que como Ingeniero de la Comandancia podía exigirse a uno de sus miembros; pero sí entraba de lleno en su actuación facultativa particular y en sus aspiraciones como ingeniero y en sus amores como ciudadano de Barcelona, mas no considerándose con fuerzas para emprenderlo solo, y siendo además parte de ello acción privativa de los Arquitectos y estando de antiguo unidos en dicho trabajo y por lazos de afecto la continuamos los tres autores del actual proyecto refundiendo nuestros mutuos trabajos c ideas, en una síntesis obtenida durante dos años de no pocos desvelos.
Esta síntesis es el Anteproyecto cuyas características fundamentales se encabezan. Con su realización, las dos líneas paralelas, civil y militar, que durante años marcharon sin posible contacto ni punto de realidad, se confunden en una sola, haciendo de una vez posibles el acuartelamiento y la urbanización. Esta, al verificarse, convierte en efectivo el valor de los viejos solares de guerra, que de continuar en pie sus edificios seguiría desvalorizado y con su situación desvalorizando sus alrededores. En el barrio de Santa Madrona, precisamente por su mala urbanización, a pesar de estar enclavado en el corazón de la ciudad, tiene el suelo un valor superficial escaso, el menor del casco antiguo. Al ser abiertas las calles del proyecto su valor alcanzaría a los mayores de la ciudad, y aunque en nuestros cálculos sólo se le asigna como posible, igual al alcanzado por los de la reforma Layetana, cuando se vendieron, terminada la urbanización de Santa Madrona, sería seguramente mayor.
LOS TESOROS ARTÍSTICOS COMPRENDIDOS
En esta parte antigua de la ciudad existen algunas construcciones y obras de arte que por su mérito y antigüedad precisa conservar. La capilla del actual Hospital Militar con sus notables frescos, que la vía "B" del proyecto Baixeras destruiría, ha de conservarse aunque procedería el derribo del resto del edificio dejando mayores espacios libres. Lo mismo decimos del Hospital Provincial que el citado proyecto destruía y cuyas salas-enfermerías del siglo XIV al XV podrán conservarse derribando en su día cuando se construyan otros hospitales las partes no interesantes dedicándolas a jardines.
La iglesia de San Pablo del Campo, declarada Monumento Nacional por su alto valor artístico e histórico muy superior a los demás edificios comprendidos, mejorará su situación al quedar entre calles más espaciosas y despegada del viejo picadero con arreglo a las alineaciones ya concordadas entre el Municipio y el Ramo de Guerra.
Igualmente quedan mejorados por la ampliación de calles en que están enclavados, el Palacio Güell. Teatro Principal e Iglesia de Santa Mónica y finalmente las Atarazanas o antiguas drassanes, que actualmente no pueden ser admiradas por el público, podrían conservarse en su lugar en el centro de una de las manzanas trazadas con acceso abierto al mismo. Sin embargo, por su buena conservación y facilidad de ser desmontadas, creemos podrían trasladarse a orillas del mar, su verdadero ambiente, transportando también las gradas enterradas que formaban el acceso para las embarcaciones y reconstruirlas proporcionándoles elementos históricos de herramientas, modelos de embarcaciones y demás, que junto al museo marítimo o en lugar apropiado en el puerto franco podrían ofrecerse con más ambiente de realidad naval a la visita del público nacional y extranjero. Nada desmerecerían con ello y no es nuevo el procedimiento, muy empleado en la época actual hasta para edificios mucho más importantes.
DESCRIPCIÓN GENERAL DEL PROYECTO
URBANIZACIÓN
Si nos imaginamos desaparecido el cuartel de Atarazanas, que ocupa actualmente una superficie de 26.575 metros cuadrados y tiene por límites las calles de Paseo de Colón, Marqués del Duero, Santa Madrona y Ramblas de Santa Mónica, queda un gran espacio para edificar que forzosamente hay que dividirlo en calles y urbanizarlas convenientemente, a fin de enlazar su urbanización con el resto de la Ciudad, modificando sus lindes según las calles proyectadas y según las modificaciones de las actuales, logrando al propio tiempo formar la Plaza que reúna toda la circulación, por ser el núcleo central de varías vías, una de ellas, la que sustituya la de hace tiempo proyectada vía "B" de la Reforma Baixeras.
El enlace de este sector con el resto de la Ciudad, forzosamente hay que obtenerlo por las grandes vías, actualmente abiertas. Rambla Santa Mónica y Marqués del Duero y por otras que se proyectan entre estas dos. Pero como en esta zona, limitada por las Ramblas, subiendo por la calle de San Pablo, siguiendo por ésta hasta Marqués del Duero y bajando por él hasta la Puerta de Santa Madrona, no existe ninguna calle capaz para establecer la circulación apetecida, hay que proyectar una red total, a fin de establecer un plan de urbanización, precisamente en el sector de Barcelona en que no se han realizado siquiera reformas parciales que hubieran mejorado sus condiciones higiénicas.
BENEFICIOS DE ESTA URBANIZACIÓN
Esta urbanización, no solamente es de gran necesidad, sino que forzosamente está enlazada con el derribo del bloque de cuarteles de Atarazanas, pues sin su realización no podría valorarse los solares que quedarían a la venta una vez derribados aquellos, ya que la vecindad del barrio lindante, llamado de Santa Madrona, quitarla toda aplicación a los edificios que en ellos se construyesen y desvalorizaría de una manera ostensible los solares que diesen fachada a dicho barrio.
idea conjunta las vÍas proyectadas y su enlace con el plano general de la ciudad
Como hemos dicho, la reforma proyectada consiste en la prolongación de la calle de Muntaner, a partir de su terminación en la calle de Sepúlveda, hasta su cruce ideal con la calle del Conde del Asalto, cortando en su recorrido las dos arterias que definitivamente sustituyen a la vía "C" del proyecto de reforma Baixeras. Ampliada su anchura actual a treinta metros, capacidad suficiente para contener dos aceras de gran amplitud, dos líneas de tranvías, tres líneas ascendentes de carruajes y tres descendentes, cumple las exigencias de la circulación que por la nueva discurriría.
Siendo esta calle la que sustituye a la proyectada vía "B" del plano Baixeras, queda justificada su importancia y el que se haga servir de arteria principal en el presente proyecto.
A partir del cruce indicado de la expresada vía con la calle del Conde del Asalto, donde se establece una gran Plaza, a fin de normalizar la circulación, la vía de treinta metros se divide en dos de la misma anchura, una de las cuales, formando una inflexión, establece la comunicación con la Puerta de la Paz y la otra, siguiendo una curva de gran radio, desemboca en el enlace de la calle del Marqués del Duero con el Paseo de Colón. Hay que consignar que la vía que afluye a la Plaza formada en la Puerta de la Paz, se ensancha en su último tramo hasta cuarenta y dos metros, a fui de establecer una avenida de situación y anchura simétrica a la actual Rambla de Santa Mónica con respecto al eje central de la Plaza que corta normalmente a la dirección del Paseo de Colón.
Las comunicaciones que se establecen siguiendo una dirección transversal a las vías descritas, se concretan a las más precisas, en lo que se refiere a la zona comprendida cutre las Rondas de San Antonio y la calle de San Pablo, consistiendo en el ensanchamiento de todas las calles que la cruzan en unas zonas aproximadas de veinte metros, a contar desde las líneas de fachada de la gran vía proyectada y normales a ella. En cambio, en la otra porción de reforma, o sea a partir desde la calle de San Pablo hasta el Paseo de Colón, desaparece toda la zona urbana, exceptuando la faja de casas que dan frente a las Ramblas, estableciendo una red de calles completamente nuevas, a excepción de la prolongación de la Calle de la Unión con su ancho actual y ensanchamiento de la de Conde del Asalto. A fin, pues, de establecer la comunicación de los núcleos de circulación que tienen origen en las Ramblas con las principales vías que nacen en la indicada dilección, en la calle del Marqués del Duero, se trazan dos nuevas vías, que partiendo de las Ramblas atraviesan todo el nuevo barrio, formando manzanas de superficie a propósito para el máximo provecho en las edificaciones y resolviendo los problemas de perspectiva que se ofrecen en los cruces de las calles trazadas en sentido perpendicular.
Desde la iniciación de las obras, y durante el transcurso de ejecución, se debe ajustar su realización al proyecto en su totalidad y los trámites y procedimientos a las disposiciones de la Ley de Expropiación forzosa del año 1879 o la de 1895, según se elija y adopte una u otra.
Sin embargo, en los comienzos de realización de cada una de las secciones que se proponen como de sucesiva y no interrumpida ejecución, podrían aparecer dificultades que entorpecieran o demorasen, en determinados sectores, la continuación de los trabajos y obras, en tal forma que pudieran producirse soluciones de continuidad entre las zonas que la reforma modifica y oirás de la Ciudad no afectadas por ella.
Previendo la necesidad de que no se presenten tales contingencias, se ha de fijar la extensión y cuantía de las obras en forma que sea un éxito su realización y que la situación y cuantía de las ya realizadas no pueda dificultar, en caso de interrupción o supresión, la adopción de futuras soluciones de mejoras más lentas y modestas. No sólo se han de prever estas contingencias, sino que en la presente reforma, estando atravesada por las dos vías producto del ensanche de las hoy existentes calles del Carmen y San Pablo, se ha de tener en cuenta los trabajos de apertura de estas vías, los cuales pueden coincidir con los de la reforma proyectada, precederlos o sucederlos. Por consiguiente, la apertura de las vías principales ha de sujetarse a los principios establecidos en la realización de la actualmente aprobada Reforma de Barcelona.
Debiendo tener presente:
1. °– Que terminadas las obras, parcial o totalmente, dejen enlazados con el resto de la Ciudad todos los servicios urbanos.
2. °– Que la apertura de las vías proyectadas no dificulte el trazado de las vías ya aprobadas que la cruzan, y
3. °– Que la apertura de la presente reforma no sea obstáculo para realizar ulteriores mejoras en la Ciudad, en el caso de adoptarse trazados distintos de los que se fijan.
Así se atiende al enlace de nuevas vías, con los actuales servicios de la Ciudad y con los servicios de las demás calles que se abrirán, y se deja la puerta abierta para las posibles modificaciones que en lo sucesivo pudieran ser convenientes.
DIVISIÓN DE LOS TRABAJOS DE URBANIZACIÓN
Falto el sector a urbanizar de una comunicación directa en el sentido N.O.-S.E., o sea desde la Ronda de San Antonio hasta la parte marítima, las obras de apertura y urbanización que sigan esta dirección, no pueden interrumpir el tráfico en su sentido longitudinal, y sí tan sólo pueden interrumpirlo en el cruce con las vías que siguen la dirección N.E.-S.O., por lo cual y debido a la imposibilidad de realizar de una sola vez y sin ninguna interrupción el plan completo de apertura y urbanización, está indicadísima la división en secciones de trabajo a fin de no llevar ningún trastorno al tráfico de conjunto y hacer prácticamente factible la gran cantidad de derribos y obras a realizar y disponer de una manera sucesiva y ordenada de los solares producto de la nueva urbanización y destinados a la venta, calculando así que su disponibilidad esté en razón directa con la cantidad que se destine a la venta durante cada anualidad.
No pudiendo ser solventada la circulación, tan necesaria de establecer en la dirección descrita, hasta que esté terminada o casi terminada la apertura de la vía proyectada, no tiene gran importancia respecto a este punto de vista el establecer ningún orden de realización de las obras comprendidas en las secciones que se establezcan. Pero teniendo en cuenta que la terminación de algunos sectores establece parcialmente, valiéndose de otras vías ya existentes, líneas de tráfico necesario y que además en su extensión hay sectores cuya rápida terminación es conveniente bajo otros conceptos, ya con anterioridad es necesario establecer un orden de prelación empezando por la terminación de la Plaza que se forma en la Puerta de la Paz, hasta la calle del Carmen, en su cruce con la proyectada vía "C". Dejando para su posterior realización las dos últimas secciones que se describirán.
Teniendo en cuenta las múltiples necesidades que ha de solventar la presente reforma, la división en secciones más racional, es en número de cinco, estando la primera limitada por la linea que forman los ejes del Paseo de Colón, de la Rambla de Santa Mónica, Plaza de Santa Madrona, Mediodía, Cirés, Conde del Asalto y Marqués del Duero, cuya región, reformada además de terminar la Plaza que da entrada a la Ciudad por vía marítima, la pone en comunicación con la vía de mayor circulación que abarca esta reforma, o sea la calle del Conde del Asalto y termina toda la parte afectada de la calle del Marqués del Duero, haciendo desaparecer los cuarteles y llevando a término la construcción del nuevo Gobierno Militar e iniciando al mismo tiempo la Plaza que se proyecta en el cruce de la vía central con la calle del Conde del Asalto.
La segunda sección linda con ésta, coincidiendo con los ejes de las calles de Plaza de Santa Madrona, Mediodía, Cirés, Conde del Asalto, y siguiendo por la de San Olegario, San Pablo, y por la zona que queda sin expropiar que da fachada a las Ramblas. Esta sección, una vez urbanizada, pone en comunicación la calle del Conde del Asalto con la proyectada vía "C" en el ensanchamiento de la calle de San Pablo, y termina la urbanización de la zona comprendida entre esta calle y la Puerta de la Paz, dejando completamente terminada la reforma del actual barrio de Santa Madrona y toda la región N.E. a partir de la calle de San Pablo hasta la del Conde del Asalto y en su totalidad desde esta calle hasta el mar.
La tercera y cuarta sección comprende toda la parte a expropiar siguiendo una ancha zona fijada por la prolongación en línea recta de la calle de Muntaner hasta su cruce ideal con la de San Pablo, logrando con su apertura la comunicación de la zona urbanizada con la parte izquierda del ensanche.
La quinta sección es la que resta del plan conjunto, limitada por las calles de San Olegario, San Pablo, Abad Zafont y Conde del Asalto, completando su urbanización la reforma total de toda la parte S.O. del casco antiguo de la Ciudad. El expresado orden de sucesión de secciones, teniendo en cuenta la necesidad y conveniencia de su ejecución, está basado en circunstancias análogas a las existentes en las otras reformas proyectadas en el casco antiguo de nuestra Ciudad.
DEMARCACIÓN DE LAS ZONAS A EXPROPIAR
Ha de establecerse un orden y una relación entre las zonas de expropiación, ocupación y realización de las obras, con el fin de que se sucedan estas tres operaciones necesarias, de una manera práctica y en 511 debida proporción, estableciéndose una completa armonía con la urbanización hoy existente, con el resto del proyecto y con las variaciones que en lo futuro pudieran realizarse.
En la parte que se expropia la totalidad de la zona urbana, a fin de lograr su completo saneamiento y la valoración en grado máximo de los solares que quedan libres para la venta, es necesario el derribo de la totalidad de las casas existentes con objeto de trazar la nueva red proyectada. En cambio, en las demás secciones que comprenden, únicamente, la vía que une la región saneada y embellecida con el Ensanche, la zona de expropiación se limita a las fajas necesarias y limitadas por la Ley de Expropiación forzosa ampliadas en la forma que se establece en ella, a fin de lograr una profundidad suficiente de los edificios a construir con fachada a la vía, el enlace racional de las nuevas vías con las actuales y el trazado de solares de forma regular.
Por consiguiente, en el actual proyecto hay que hacer uso del derecho de ocupar las fincas necesarias para la formación o regularización de manzanas en lo referente a las secciones primera, segunda y quinta y en las tercera y cuarta la demarcación de zonas paralelas a la vía en proyecto, ampliadas en ciertos casos, a fin de atenuar la rigidez de la zona rectilínea e inquebrantable.
DE LAS VÍAS PROYECTADAS Y DE SU RAZÓN TÉCNICA
Es necesario cuando se proyecta una reforma dentro del casco antiguo de una Ciudad, que dicha reforma no presente solución de continuidad, esto es, que el resto no afectado por la reforma no quede aislado por ella en alguno de sus puntos. Por otro lado, es también preciso que esta reforma solucione de una manera clara la unión entre los barrios más propensos a crecer o ya crecidos con aquéllas partes de la Ciudad que hoy se comunican con dificultad o rodeos.
El complemento de obras de la urbanización iniciada por la apertura de calles y demarcación de manzanas, exige las relativas a los servicios de afirmados, desagüe, riegos, incendios, alumbrado, teléfonos y transporte de fuerzas. Las características de estas obras complementarias se describirán, juntamente con las calles en que están enclavadas, en los párrafos siguientes.
Existiendo el precedente de la construcción del edificio destinado a Gobierno Militar en el solar que actualmente ocupa el Parque de Ingenieros y debiendo ser éste el primero de una serie de edificios, que en conjunto constituirán el marco de la Plaza llamada Puerta de la Paz, es lógico que no estando dicha Plaza urbanizada, y teniendo por lo tanto todos los elementos, a fin de emprender con toda holgura dicho cometido, lo primero que debe tenerse en cuenta es la forma en que dicha Plaza queda limitada.
Si examinamos en el .plano la situación de elementos que son la base para dicho trazado, como es el monumento a Colón, la Aduana y la alineación del muelle en dicho lugar, vemos un eje normal al del Paseo de Colón, por el centro del monumento, eje que es paralelo a las caras menores de la Aduana y normal al desembarcadero.
Por otra parte, podemos trazar una línea que partiendo del centro del monumento a Colón, sea el eje de las Ramblas en sus comienzos (casi existente hoy), eje que forma con el anterior un ángulo. Si consideramos la importancia de la Plaza futura que nos ocupa, vemos que además de las razones impuestas por la simetría, hemos de abrir una nueva calle, cuyo eje forme el mismo ángulo que los antes mencionados y precisamente con el primero de ellos y produzca desde el punto de vista más interesante (entrada desde el muelle o Paseo de Colón), la apetecida simetría.
El recinto de la Plaza, o sean sus alineaciones, vienen por tanto obligadamente paralelas al primero de los ejes y en prolongación de la fachada lateral de la Aduana como uno de los lados de la Plaza y el otro simétrico al anterior respecto a dicho eje, dejando con visualidad el edificio del antiguo Banco de Barcelona, hoy Comandancia de Somatenes, que por su arquitectura es digno de figurar entre el marco de esta Plaza.
Este punto singular (esquina del Banco de Barcelona) se repite, por las razones de simetría antes expuestas, al otro lado del eje de la Rambla y en ambas del simétrico a este eje en la nueva calle que se proyecta. De este modo queda una manzana que es la frontal principal de la plaza, en forma triangular con puntos singulares que motivan el poder llegar a gran altura en su masa general y avanzar hacia el monumento en sus primeras plantas, según indican los detalles y perspectiva.
Hechas estas consideraciones, pasemos a describir las características del proyecto, tanto de las obras superficiales y subterráneas como las de ordenación del tráfico, cuestión ésta tan importante hoy día, que debe tenerse constantemente en consideración al proyectar, llegando al punto de ser en algunos casos la que soluciona por sí sola la forma del elemento estudiado.
En cuanto a la ordenación del tráfico, se ha adoptado el sistema llamado de turbina, aunque no radicalmente, por la serie de circunstancias que observando la solución dada se comprenden fácilmente. Los vehículos que salen de las Ramblas pueden dirigirse por el arroyo lateral de la Plaza para unirse a los procedentes de la nueva avenida o despegarse tomando dicha calle o unos cuantos metros más adelante hacer lo mismo en el Paseo de Colón y también dar la vuelta al monumento (centro de rotación) para tomar de nuevo las Ramblas; la misma operación ejecutan todos los procedentes de la nueva avenida.
Los que procedan del Paseo de Colón y lo abandonan, siguen por el arroyo lateral simétrico del anterior, para seguir por las Ramblas o Avenidas, y los que cruzan la Plaza sólo sufren una pequeña desviación en su itinerario recto al pasar junto al monumento.
En cuanto a la calle de A. Clavé, facilitaría mucho la ordenación del tráfico que el Ayuntamiento tomara la decisión de que sólo tuviese un sentido, siendo éste de afluencia a la Plaza.
En el embarcadero se repiten las escalinatas que hoy existen, al otro lado del eje "A" de la Plaza, intercalando unos elementos decorativos que acusen de una manera clara dicho embarcadero y separen un tanto la circulación de la plaza del movimiento intenso de vehículos de carga por el muelle.
Aparte de elementos necesarios, como postes de tranvías y faroles del alumbrado, el establecimiento de cualquier otro, consideran los autores, que además de ser un estorbo a la visualidad de la Plaza, constituiría merma a la belleza del ya existente e importante monumento a Colón.
La disposición de vías de tranvías adoptada junto a este último, permite que la Plaza sea indistintamente punto de paso o final de línea, pudiendo disponer también de pequeños trozos de vía muerta.
En lo referente al tránsito de peatones se ha seguido el criterio de que éstos, al atravesar cualquier calzada, solamente encuentren vehículos en una sola dirección y puedan tomar todas las direcciones apetecibles dentro de la Plaza, por las disposiciones de sus andenes y aceras y por la de los espacios muertos destinados a paradas de vehículos de alquiler, evitando así el peligro de tomarlos situados en lugares de tráfico.
Creemos conveniente, para ayudar a la buena ordenación de todas estas fases del tráfico, señalar todos estos espacios, como actualmente se hace en casi todas las ciudades de los EE. UU. por medio de fajas cuyo color sea visible tanto de día como de noche, con lo cual se consigue, entre otras ventajas, el poder suprimir guardias en muchos puntos.
LA NUEVA AVENIDA
La necesidad del trazado de esta Avenida queda patente al considerar que modernamente se tiende a reunir en un solo barrio determinadas actividades de la urbe, y siendo estas marítimas, en la nuestra el barrio citado queda bien emplazado en las inmediaciones del puerto. Esta tendencia ya está iniciada con la apertura de la Vía Layetana que hoy existe; esta vía y la que proyectamos formarán los extremos del barrio comercial de nuestra ciudad.
Otra consideración de tener en cuenta es que así se realiza Ja unión de este barrio con otros populosos de los extremos que hoy se comunican por medio de una arteria que queda interrumpida precisamente en su punto de contacto con la parte de la ciudad de mayor movimiento, haciendo que su tráfico tenga que afluir a las Ramblas, congestionando esta vía de por sí insuficiente.
Se impone, como queda dicho, que la calle llamada de Muntaner, teniendo un principio justificado, tenga una terminación apropiada.
Respondiendo a este criterio, se ha prolongado dicha calle según una de sus alineaciones, hasta la de Conde del Asalto con mayor amplitud, pues a medida que nos acercamos al corazón de la Ciudad, aumenta el tráfico.
La capacidad de esta nueva vía en su suelo es de dos filas en movimiento y una de reposo en sus dos direcciones, con aceras de 4,6o metros de ancho, que pueden cobijar un tráfico de 268 personas por minuto. En el subsuelo se ha creído conveniente, para establecer el emplazamiento de las cloacas, suponer una línea de tranvía subterráneo que conste de cuatro vías, pues al crecer la población se sentirá la necesidad de establecer trenes que se detengan en todas las estaciones (llamadas locales en las ciudades que cuentan con esta disposición) y otros que sólo lo hagan en algunas de ellas para poder transportar el pasaje con mayor rapidez (expresos), lo cual obliga a que las estaciones tengan una disposición especial que permita a estos últimos pasar a toda velocidad por no tener la vía ni interrupción ni inflexión y en caso de necesidad detenerse y desalojar el pasaje. Como se ve por el gráfico que se acompaña, las vías destinadas a trenes expresos son las que ocupan el centro de la calle y las extremas son las destinadas a circular los locales, que al llegar a las estaciones sufren una separación del eje para dejar espacio para un andén. En los puntos en que se establecen estas estaciones, vemos que dejan espacio suficiente para que holgadamente se sitúen uno o dos túneles destinados a cloacas de gran capacidad, cuyo modelo se debe ajustar en todo a lo establecido por los servicios técnicos de este Excmo. Ayuntamiento, cuyos tipos son los que reúnen las más modernas exigencias.
Los autores juzgan necesario completar las ordenanzas municipales obligando a que los propietarios, al hacer los sótanos de sus casas en la pared de fachada y en su parte exterior, hagan galerías que sirvan para establecer la conducción de agua, gas, electricidad, teléfono, etc., con registros en la aceras a fin de evitar la apertura de zanjas, que por la imprevisión, constituye una ele las pesadillas de los barceloneses.
Como la construcción de casas en esta avenida será posterior al establecimiento de los servicios públicos descritos antes, el importe de estas galerías, una vez construidas por el Ayuntamiento, deberá ser abonado en la parte correspondiente por el propietario de la casa que se erija en cada solar.
Hemos hablado del subsuelo en los anteriores párrafos: pasaremos a describir el tráfico en el suelo de la avenida.
Las aceras serán de 4,60 metros de anchura en general con salientes en las paradas del tranvía a fin de conseguir: Primero: Que los vehículos en reposo queden junto a las aceras y la linea de tranvías que les sigue sirva de punto neutro a los que circulan por el centro. Segundo: Que acorte la distancia entre las aceras para que los peatones al cruzar ocupen por poco tiempo la calzada al tener menos recorrido Tercero: Que al tomar el tranvía no sea necesario descender a la calzada. Estos salientes deben establecerse solamente en las paradas del tranvía, pues aunque hay calles en gran número que cruzan la avenida, no todas tienen la misma intensidad de afluencia y como ésta ocasiona las paradas de tranvía y cruce intenso de la calle, el lugar más adecuado y conveniente para la circulación es el que los sitúa antes de atravesar el arroyo de la calle a cruzar, de modo que en este cruce de calles queden en contraposición.
La iluminación, como indica el plano del detalle, es a base de una fila de luces altas en el centro del arroyo y al tresbolillo con éstas, las colocadas en las aceras, en doble número que aquélla, pudiendo aprovechar los postes de la línea aérea de los tranvías como sostén de los faroles laterales en los puntos que existan, cuyas distancias sean múltiplos de las de la colocación de faroles para lograr este fin.
Hemos descrito las características de la avenida y el punto terminal de la misma formado por la Puerta de la Paz; sólo falta describir el de unión de la calle de Muntaner con esta nueva vía. Este es la Plaza de Sepúlveda, la cual no proporciona ningún punto de vista y por lo tanto sólo debe resolverse en el sentido de no perder la idea de continuidad de la calle de Muntaner y de la fácil solución del tráfico.
PLAZA FORMADA POR EL CRUCE DE LA NUEVA AVENIDA Y LA CALLE AMPLIADA DEL CONDE DEL ASALTO
El trazado de esta Plaza en la forma del proyecto presente se justifica:
1. ° –Por la necesidad de unir este punto con otros dos (Estación Marítima y Puerta de la Paz), debe existir una bifurcación que cumpla con este cometido; por tanto, el eje de la nueva avenida en su punto de cruce con el de Conde del Asalto, ha de partirse en dos de igual inclinación con respecto a él.
2. ° – Por la necesidad de proporcionar un punto de vista que aumente la grandiosidad de la nueva avenida al cerrar su alineación recta y dar con ella una perspectiva, de la que hoy carece el ensanche por no tener sus calles límite alguno prolongándose indefinidamente, y
3. ° – Para la fácil ordenación del tráfico en este cruce y bifurcación a la vez es necesario un ensanchamiento que permita con ello esta sencillez en el movimiento tanto de vehículos como de peatones.
Por la primera razón se consigue, no solamente unir esta Avenida con la Estación Marítima, sino también acortar distancias con este punto y otros, como son la estación de mercancías del Morrot, y Paseo Marítimo, avenida de Casa Antúnez y todos los colocados a lo largo de la costa de esta parte S.O. de la ciudad. Esto en cuanto se refiere a la rama que sale por la izquierda.
En cuanto a la rama de esta «Y» griega que conduce hacia la derecha, constituye la verdadera prolongación de la avenida, terminándola en la Plaza de la Paz. Esta rama no es de un solo eje recto, sino que tiene una inflexión en su cruce con la calle «1» ensanchándose la sección de la calle, igualándola a la de las Ramblas: este ensanchamiento se hace sólo por una de las alineaciones de fachadas, y de este modo desde la Puerta de la Paz se consigue otra perspectiva en el ángulo de la calle «1» y Avenida que se interna para conseguir el ancho de 30 metros general en esta arteria.
Por la segunda razón expuesta dispondremos de un solar que por su situación merece un edificio de carácter monumental en el orden arquitectónico y de gran altura, para que con ello domine y sea el punto culminante de esta Plaza, edificio que podría ser destinado a cualquier servicio público.
DE LAS CALLES COMPRENDIDAS ENTRE LAS DEL ASALTO Y PUERTA DE LA PAZ
Paralelamente a Conde del Asalto se han trazado dos calles, la primera arranca de la Plaza del Teatro, en la que hoy es Arco del Teatro y sigue un trazado en línea quebrada, a fin de regularizar los cruces con las otras calles que la atraviesan y poder también terminar en el Marqués del Duero, en el mismo punto que la calle normal a ella que pasa junto a la iglesia de San Pablo del Campo.
La segunda es la que sustituye a la actual de Santa Madrona, de trazado recto, que deja a uno de sus lados los solares de Guerra y que termina en Marqués del Duero, como la anterior en el mismo lugar en que termina la bifurcación de la avenida.
En la calle del Conde del Asalto se ha modificado el ancho, haciéndola mayor, pero no tanto que permita un tráfico intenso en las dos direcciones, ya que sólo lo es en una de ellas, la que afluye a las Ramblas, pues desde éstas hasta el Paralelo queda el camino acortado por la calle de San Pablo, cuando se proceda de la Plaza de Cataluña, y procediendo de la Puerta de la Paz no ha lugar por existir la del Marqués del Duero en su arranque o también la nueva vía de reforma.
Esta modificación en anchura se efectúa por la alineación Sur desde la del Marqués del Duero hasta la calle que hoy se llama de Lancáster, pues a partir de este punto hasta las Ramblas existen una serie de construcciones muy notables por su arquitectura. En cuanto a la distancia entre calles que son paralelas a la avenida algo mayor que las del Ensanche, se justifica por la menor que hay entre las que le son normales, a fin de poder dejar sus patios interiores capaces para, en unos casos, albergar jardines para la infancia y en todos como medida de salubridad.
Punto obligado en esta reforma es también el ensanchamiento de la calle de Barbará hasta alcanzar el de la Unión, ya que es prolongación de ésta, finalizando esta reforma en la calle de San Pablo, una de cuyas alineaciones está ya afectada por la reforma del trazado de la vía «C» aprobada.
Las calles paralelas a la Avenida, en número de dos, tienen como objeto de su trazado la unión de puntos ya existentes y por tanto obligados. Una comienza en la calle de San Pablo frente a la que hoy es Mendizábal y como punto de término el que la deja a igual distancia de las Ramblas y nueva Avenida en la de Santa Madrona. En cuanto a la segunda, es la prolongación de la ya aprobada y que pasa junto a la Iglesia de San Pablo, hasta su encuentro con la del Marqués del Duero y la paralela a Conde del Asalto.
DATOS A TENER EN CUENTA EN LA REALIZACIÓN DEL PROYECTO
Para llevar a cabo esta reforma hay que realizar trabajos de orden económico enteramente distintos:
1. ° – Replanteo del proyecto, expropiación de fincas, venta de solares y adquisición de los necesarios para cuarteles.
2. ° – Obras de urbanización de las nuevas calles, desde el derribo de los inmuebles expropiados hasta la instalación de los servicios públicos de carácter municipal, y construcción de cuarteles.
Teniendo en cuenta que, siendo los recursos económicos de la empresa, de distinta procedencia, hay que clasificarlos distintamente; los producidos por un empréstito, los provinentes de la cuenta corriente con intereses de las cantidades depositadas, los que resulten de la venta de solares disponibles, y los producidos por contribuciones, impuestos especiales y subvenciones.
Para calcular pues de una manera racional los gastos que representa el llevar a cabo la reforma proyectada y los ingresos que reporta su realización, hay que considerar una serie de datos resultantes de cálculos sobre la documentación gráfica, a fin de deducir en primer término la superficie de los solares disponibles para edificar tina vez realizada la reforma y su precio de coste.
Antes de emprender el desarrollo del proyecto hay que establecer un plan de realización de las obras, adoptando el siguiente orden de ejecución:
Primer periodo. Tres años:
Construcción de los edificios militares señalados durante el cual se procederá a instruir los correspondientes expedientes de expropiación de las casas afectadas por la reforma.
Segundo período. Cinco años:
Urbanización del Distrito de Atarazanas, construcción de la Puerta de la Paz, expropiación y derribos sucesivos de las cinco partes descritas de la forma comenzando la venta de solares y su libre construcción según las normas fijadas.
Tercer período. Dos años:
Vías de tranvías y subterráneas, organización de las construcciones sucesivas públicas y privadas.
Cuarto período. Diez años:
Construcciones urbanas públicas y particulares no efectuadas en los períodos anteriores. Liquidación.
Pesetas |
|
Atarazanas |
11.848.537 |
Santa Mónica |
850.158 |
Marqués del Duero |
306.000 |
San Pablo |
902.100 |
Almacén de paja |
325.520 |
Buensuceso |
387.216 |
Hospital Militar |
1.047.627 |
San Fernando
(Barceloneta) |
603.720 |
San Carlos |
603.720 |
Total |
16.874.598 |
Solares Pesetas | Edificios Pesetas | |
Gobierno Militar |
solar existente |
3.500.000 |
8.° Ligero de
artillería |
“ “ |
3.500.000 |
Cuartel de María
Cristina |
“ “ |
2.450.000 |
8° Regimiento pesado |
“ “ |
3.500.000 |
Cuartel del Bruch |
“ “ |
24.456.500 |
Terminación del
Cuartel de Gerona |
“ “ |
2.457.640 |
Terminación del
Cuartel de Montesa. |
“ “ |
1.003.380 |
Transformación del
de Jaime I y del de Roger de Flor para Infantería |
“ “ |
800.000 |
Maestranza y Parque
de Artillería |
2.850.000 |
4.000.000 |
Regimiento de Plaza
y Posición |
2.500.000 |
3.382.300 |
4.° de Zapadores |
2.500.000 |
3.000.000 |
4º Sanidad |
2.000.000 |
3.500.000 |
Hospitales Militares |
5.000.000 |
8.000.000 |
Parque y 4.°
Regimiento de Intendencia |
2.500.000 |
4.000.000 |
17.350.000 |
45.550.760 |
En junto importan:
Pesetas |
|
Terreno | 17.350.000 |
Edificios | 45.550.760 |
Total | 62.900.760 |
SUPERFICIE DE LOS SOLARES DISPONIBLES PARA EDIFICAR UNA VEZ REALIZADA LA REFORMA
Superficie de los solares que cede el ramo de Guerra en la zona de reforma |
49.823 m2 |
Superficie de las casas a expropiar comprendidas en la misma |
218.074,85 m2 |
Superficie de las calles actuales |
39.374 m2 |
Total |
307.271.85 m2 |
Total superficie ocupada por la zona de reforma |
307.271,85 m2 |
Superficie a restar de las calles resultantes de la reforma |
96.024 m2 |
Superficie de los solares disponibles para edificar |
211.247,85 m2 |
Pesetas |
|
Expropiación de los edificios particulares afectados. (Anexo núm. 1) |
58.456.500 |
Gastos de los expedientes y valoraciones de los mismos |
1.170.000 |
Escrituras según arancel |
1.753.695 |
Urbanización (Anexo núm. 2) |
5.359.073 |
Constitución y sostenimiento de oficina y su personal durante la realización de las obras |
2.000.000 |
Total |
68.739.268 |
Pesetas
|
|
Importe de los materiales aprovechables del derribo de los edificios militares |
1.335.052
|
Importe de las casas expropiadas 8 % de su valor. |
4.676.520
|
Total |
6.011.572
|
Pesetas
|
|
Diferencia a cubrir con el producto de la venta de los solares resultantes e impuestos autorizados |
62.727.696
|
Prescindiendo de la recaudación de impuestos el débito de pesetas 62.727.696 dividido por el núm. de los 211.247,85 m2 edificables o sean 5.591.730 palmos cuadrados, da un precio del palmo cuadrado de pesetas 11,22, quedando también los impuestos más la diferencia de este precio al de venta.
Suponiendo éste fuese el de 18 pesetas palmo cuadrado como media en los 20 años, resulta una diferencia por palmo cuadrado de ptas. 7,78 y global de ptas. 43.503.659 en la venta de solares (además de los impuestos), como beneficio.
RESULTADO ECONÓMICO PARA LAS DOS ENTIDADES AFECTADAS
Para el Municipio
Pesetas |
|
Beneficio de la reforma sin contar los impuestos | 43.503.659 |
Desembolso total en 20 años | 30.000.000 |
Beneficio resultante | 13.503.659 |
Habiendo obtenido además de la completa higienización, belleza, valoración y mejora con la reforma y urbanización del Distrito V, el montante de la recaudación de los impuestos autorizados.
Para el ramo de Guerra.
Pesetas |
||
Importe de los solares y edificios que obtiene. | 62.900.760 |
|
Valor de los solares y viejos edificios que cede | 16.874.598 |
|
Desembolso en 20 años | 30.000.000 |
|
Suma cedida | 46.874.598 |
46.874.598 |
Beneficio que obtiene con el canje | 16.026.162 |
Y la rapidez en la construcción de los cuarteles y demás edificios.
¿A qué son debidos estos beneficios? Al aumento de valor de la propiedad del suelo en la zona una vez efectuada la urbanización. Sin ella y sin la rapidez en la construcción, compra y venta de solares, sería muy distinto el resultado económico.
No se ha tenido en cuenta el aspecto financiero del asunto ni los intereses de los empréstitos, cuentas corrientes e impuestos durante la ejecución de las obras.
Este aspecto de la cuestión, en el que influyen todos los elementos variables del negocio bancario y de construcción, lo trataremos en estudio separado.
Tampoco se tienen en cuenta las cuestiones referentes a los actuales poseedores que se limitan a la indemnización por la expropiación de su valor actual por la ley forzosa que obliga al individuo en bien de la colectividad- Sobre este tema, que tanto se discute y que pone en juego los más sólidos intereses, no hemos de hacer la menor consideración, pues la Cámara de la Propiedad al aunar los intereses comunes sabrá llevar la compensación entre los aparentemente perjudicados con los favorecidos. Pero no seria lógico que el aumento del valor obtenido en la reforma fuese en beneficio exclusivo de los actuales propietarios.
El presente anteproyecto se limita al estudio técnico de la cuestión y aspecto económico desde el punto de vista de las partes interesadas Ramo de Guerra y Ayuntamiento, que en suma representan las del Ejército y la Ciudad que forman parte integrante de los intereses del Estado.
CONCLUSIÓN
El proyecto que presentamos convierte en posible realidad la construcción del plan de acuartelamiento de las tropas de Barcelona en breve tiempo con el mínimo esfuerzo por el ramo de Guerra por la posible enajenación de sus edificios inadecuados, aspiración constante del mando y de los elementos técnicos durante muchos años.
Resuelve el problema de la urbanización y reforma del barrio más necesitado abriendo en canal al aire y sol sus callejas y solventando el problema de la descongestión de las Ramblas y de la circulación de la izquierda de la ciudad, intento indeterminado de los Ayuntamientos anteriores y considerados de difícil solución.
Proporcionarán las obras una época de actividad y trabajo, comienzo efectivo de la época de renacimiento y nueva expansión industrial y comercial que con la Exposición y el Puerto Franco ha de iniciar nuestra ciudad.
Su realización sólo depende de las facilidades burocráticas y legales que el Gobierno aprecie convenientes al bien público. Barcelona, 14 de octubre de 1926
Mario Giménez, Ingeniero militar. Manuel Mujica, Arquitecto. Luis Girona, Arquitecto (rubricados).
ANEXO N.° 1
EXPROPIACIONES
Comprende este anexo, que no adjuntamos por su extensión y aridez, el cálculo finca por finca de tenia la zona afectada por la expropiación con todos sus elementos valorables, según los datos de la Hacienda, sirviendo de base el liquido imponible que hemos aumentado en un cincuenta por ciento.
Figuran en el mismo estado las superficies edificables, las dedicadas a patios y las longitudes de fachadas.
ANEXO N.° 2
URBANIZACIÓN
Alineaciones. — Se describen éstas con arreglo a los planos presentados cuyas fotografías se publican, razonando su establecimiento para obtener el máximo resultado tanto a lo referente a enlaces, visualidades y perspectivas, buena circulación y especialmente a la forma y superficie de los solares resultantes jara obtener la máxima utilidad dentro de las mejores condiciones de higiene.
Rasantes. — Las de la Avenida prolongación de la calle de Muntaner se adaptan en diversas inclinaciones siempre descendentes hacia el mar, en forma de coincidir con las de las calles proyectadas por el Ayuntamiento en su punto de cruce y en los cruces con las antiguas calles no reformadas ni proyectada su reforma, la coincidencia, aunque no exacta, es muy aproximada diferenciándose en algunos centímetros, fácilmente salvables con ligerísimas modificaciones de acceso y acoplamiento.
Se conservan las mismas rasantes en las calles que se ensanchan, y en cuanto a las dos Avenidas que de la bifurcación conducen al mar, cada una de ellas enlaza con una sola rasante los puntos actuales existentes que une.
Las plazas resultan sensiblemente horizontales y las pendientes de las calles no plantean ningún problema visual, muy apropiadas tanto para la circulación, como para la evacuación pluvial.
Longitudes de nuevos alcantarillados. — Para el desagüe y saneamiento de la zona reformada será preciso construir 6.645 metros lineales de cloacas, de los cuales 3.680 serán cloacas principales cuyo perfil es el que representa el plano correspondiente.
Bordillos, aceras, faroles, jardines y elementos decorativos. — Las aceras serán de losetas de cemento comprimidas con bordillos de piedra de Montjuich.
El pavimento será de adoquines de piedra granítica rejuntados con mortero de cemento Portland.
En una Avenida tan importante como la que es objeto de este proyecto, no conviene fiar todo el alumbrado a un solo sistema, por lo que dispondremos un alumbrado mixto de gas y electricidad, así es que el alumbrado fundamental será de focos de gas a presión, situados en las aceras de la Avenida principal y en las de todas las nuevas calles, y como alumbrado auxiliar focos eléctricos en el centro de la Avenida principal.
Pesetas |
||
Cloacas principales |
3.680 m. l. |
1.019.360 |
Idem secundarias |
2.965 m. l. |
281.675 |
Aceras |
||
Bordillos |
11.079 m. l. |
243.738 |
Losetas |
42.234 m2 |
506.808 |
Pavimentos de adoquines |
53.790 m2 |
1.882.650 |
Alumbrado |
||
Focos de gas a presión |
1400 |
308.000 |
Focos eléctricos |
350 |
3.850 |
Elementos
decorativos, arbolado |
700.000 |
|
Movimientos de tierras |
210.000 |
|
Cercado de solares |
200.000 |
|
5.359.071 |
[Fuente: GIMÉNEZ, Mario; Manuel Mujica y Luis Girona. Reforma y urbanización del barrio de Atarazanas. Barcelona: Atenas A. G., 1927. El documento original incluye diversos dibujos, planos e imágenes, una parte de los cuales hemos reproducido en el artículo. No se han transcrito diversas notas periodísticas de la época, anexadas al documento]
TEXTOS SOBRE LA RAMBLA DE MATARÓ
PROYECTO DE URBANIZACIÓN
de la Rambla y Plaza Sta. Ana por el arquitecto Sr. Mujica
El Ayuntamiento que afortunadamente nos rige, se preocupa grandemente del embellecimiento de la ciudad, y una de las mejoras ciudadanas más indispensables y urgentes es el de la urbanización de la Rambla de Castelar y Plaza de Santa Ana, sobre todo desapareciendo dentro de pocos días las dos casas de la calle Real que forman esquina con el llamado «Cós d'en Saldoni» y la Rambla.
Sabedor de eso don Manuel Mujica, arquitecto barcelonés, ha presentado a nuestro Ayuntamiento un completo y acabado proyecto de urbanización de dichos sitios, por si pudiera servirle de orientación y encontrar en él algo aprovechable. El señor Mujica —que aunque joven se ha especializado ya en esta clase de trabajos, pues es uno de los autores de la gran reforma que va a llevarse a cabo en la vecina Barcelona, en el barrio de Atarazanas— haciendo honor a su firma, ha dibujado un proyecto del cual tenemos el gusto de reproducir dos de las varias hojas que contiene, que resuelve de una manera práctica los problemas de visualidad, comodidad y economía, base que han de tener, a nuestro entender, las urbanizaciones.
Como verán nuestros lectores, por los grabados que acompañamos, transforma el paseo en un espacioso bulevard, con una acera de unos ocho metros de anchura que con la poca pendiente que tendrá será un paseo verdaderamente agradable y que llegará desde la Riera hasta la calle de Montserrat. Deja lo que llamamos plataforma de Santa Ana de menor anchura que la actual, aunque de proporción espléndida, hace llegar la calle de San Agustín hasta el arroyo central, dejando un sitio tranquilo frente a la calle Santa Marta formado por el triangulo de las calles Real, San Agustín y Rambla, en el cual aprovechando la hermosa Cruz de Término, proyecta unos jardines y bancos y que con la acera que lo rodea serviría a la vez de burladero a los peatones hermanando así lo bello con lo práctico. En lo que llamamos Plaza Santa Ana lo resuelve con bancos, jardines y parterres que dan un conjunto sumamente agradable y vistoso.
Y en donde echa el resto es en el sitio que más se necesita, que es en la fachada posterior del gimnasio de los Padres Escolapios, en el cual proyecta un espléndido templete con una fuente de un estilo clásico modernizado que junto con la totalidad de la urbanización y sus jarrones, farolas y jardines cambiaría por completo el feo aspecto de nuestra Rambla.
La cuestión del arbolado está también perfectamente resuelta, tanto en la Rambla propiamente dicha como en la Plaza, sembrando también algunos árboles de ramaje alto detrás de la monumental fuente, que, además de servirle de fondo, taparían la no muy bonita perspectiva del gimnasio de la Escuela Pía.
Los desniveles los ha solucionado de la mejor manera posible sin perjudicar a los propietarios vecinos y con escaleras espaciosas en los sitios más indispensables que a la vez sirven de elementos decorativos.
Y la gran ventaja de este proyecto, además de su gran visualidad, estriba en el coste relativamente pequeño y lo fácil que es llevarlo a cabo. Porque el señor Mujica, con muy buen acierto, se ha limitado a urbanizar la Rambla tal como está actualmente, suponiendo nada más derribadas las dos casas anteriormente dichas. Claro está que si dicho señor se hubiera dejado llevar por su fantasía y hubiera ensanchado la Rambla, ya sea desde la calle Teresa a la de Montserrat, ya desde la Cruz de Término a la de Lepanto, cosa muy fácil en el papel, pero de insuperables dificultades en la práctica, de un lapso de tiempo larguísimo y de un presupuesto enorme, hubiera podido hacer cosa mayor, incluso conservando el paseo central, cosa hoy día imposible por su poca anchura. Y ahora viene muy a punto el hacer constar la poca afición que tiene nuestra gente en pasear por la Rambla. Será por la forma? Prefieren el boulevard? Nosotros creemos que sí, pues en la Riera, sitio preferido por el público está solucionado así, siendo además más ventajosa esta forma para los comercios que lucirían sus escaparates, cosa que también hay que tener en cuenta.
Hay que alabar igualmente en este proyecto al simplicidad de dibujo del mismo, sobre todo en la perspectiva que acompañamos. Dibuja dicho señor lo que ha de ser verdaderamente; no lo que podría ser, si los propietarios reedificaran sus casas y los Padres Escolapios arreglaran la fachada de la Plaza, que bien lo necesita, pues es muy práctico que para hacer más tragadero un proyecto, poner en él las casas arregladas y renovadas a gusto del arquitecto, cosa que después es imposible de llevarlo a cabo.
Por todo lo dicho y lo que pueden ver nuestros lectores, este proyecto responde prácticamente a las necesidades urbanas por lo que no nos extraña y alabamos que nuestra Corporación Municipal tomara el acuerdo al recibirlo, de significar a dicho señor Mujica su complacencia por dichos planos, como se lo significamos nosotros.
La Unión
[16 de mayo de 1927]
Els gravats
Un bon amic que és ensems un gran artista i que ha seguit amb acurada atenció el desenrotllament dels meus escrits, em va remetre fa algun temps, els dibuixos que avui reproduïm en aquesta plana.[§] Aquests dibuixos no tenen la pretensió d'ésser un projecte detallat per a portar-lo a la pràctica. Són, no més, suggerits per la fantasia enclosa en els primers articles d'aquesta sèrie, sense haver-se fet cap estudi conciençut de l'urbanització d'aquells indrets. El meu amic, en llegir els esmentats escrits va veure a la seva manera com resultaria en la realitat i ho va plasmar gràficament sobre un paper. Els dibuixos tenen el valor d'ésser una idea inspirada per un gran amor a la ciutat, i, en fer-los conèixer als redactors del DIARI, aquests han acceptat de molt bona gana la llur publicació, creient com jo, que amb això, prestàvem un bon servei a Mataró. Hem cregut convenient, per a establir comparació, publicar al costat de cada dibuix una fotografia de l'estat actual del lloc la modificació del qual proposem. I així, d'un cop d'ull tothom es pot fer càrrec del que diem.
L'un d'ells es refereix a l'encreuament de la Rambla amb el carrer de Darrera Santa Anna i Sant Agustí, un cop tretes les cases que hi han al mig fins el Cós d'En Celdoni. Aquí l'artista, en lloc de construir una casa, como jo proposava, en el solar resultant (Cós d'En Celdoni i fins a la línia del carrer de Sant Agustí) fa una ampliació del pati del Col·legi dels PP. Escolapis, donant així una major visualitat a la façana interior, que amb el seu conjunt de galeries resulta força agradable. Ademés amb aquesta solució no es necessiten obertures i aprofita el pany de paret per a instal·lar-hi una bonica font que arrodoneix el conjunt, situant la Creu de Terme al mig de la plaça formada.
Aquesta solució em sembla molt encertada i m'hi adhereixo de bon grat, car si s'hi construïa una casa, sempre resultaria esquifida i de poca capacitat. L'espai on col·loca la Creu podria limitar-se formant una placeta i a l'entorn de la Creu s'hi podria fer un parterre. L'artista, segons la meva intenció, urbanitza la Plaça de Santa Anna ampliant-la amb la plataforma del davant de l'església, deixant en aquest lloc una vorera ampla d'uns dos metres, i un pas de carruatges seguint la línia d'aquesta vorera, i d'aquest modo quedaria molt més gran la plaça central i més ampla la Rambla, fins l'indret de la Creu. La circulació, segons aquest croquis, no queda resolta del tot i per tant necessita un major estudi, que no sóc jo l'indicat per fer-lo. Únicament llenço l'idea del dibuixant que crec és aprofitable i digna de ternir-se en compte. L'autor dels dibuixos també suposa resolt el problema de la conducció de les aigües del carrer de Santa Teresa que es podria recollir en un imbornal en l'extrem d'aquest carrer, mentre no es resolgui amb el "Desvio" occidental.
L'altre dibuix és inspirat en la meva idea de restaurar l'edifici dels PP. Escolapis que exposava en un dels primers articles. Es una bella fantasia suggerida per l'estil de l'època en que fou construïda l'església, època que tan bells exemples d'esgrafiats ens ha deixat. A Mataró mateix tenim les façanes de les esglésies de l'Hospital i Sant Josep que són d'aquell estil: la primera presenta tota la façana esgrafiada amb dibuix i l'altra ressegueix les línies principals amb faixa esgrafiada formant algun plafó o quadros, etc. Modifica la capçalera restituint-la a l'època que li correspon i que indubtablement devia tenir abans de reformar-la en la situació que ara està, com les dues esglésies esmentades.
Encara que l'artista s'ha limitat exclusivament a l'església, crec que convindria una ampliació d'aquest adornament a tot l'edifici que aleshores es convertiria potser en el millor de la nostra ciutat.
I prou per avui. Des d'aquestes planes hem sembrat idees. Arribaran a fructificar...?
Jaume Ciutadà
[§] Els autors dels dibuixos publicats aleshores i que avui reproduïm foren dirigits per l'arquitecte senyor Cabanyes i executats pel seu ajudant senyor Múgica, avui també arquitecte.
Diari de Mataró, Any II, número 360 del 7 de juny 1924. Extraordinari de la Fira.
La nostra Rambla
De temps ha estat com una mena de preocupació nostra i de molts ciutadans l'urbanització definitiva de la nostra Rambla l'únic passeig ciutadà que posseïm, ja que la Riera, convertida actualment pels mataronins en l'avinguda de les llurs preferències perquè no en tenen d'altra on deambular lliurament, no és un passeig. La Riera no reuneix condicions per aquest fi; les seves voreres no tenen prou amplitud en molts indrets per engolir la gent que s'hi agambola els dies de festa. Es per tant necessari un bon passeig ciutadà i aquest podria ésser la Rambla posada en les degudes condicions de viabilitat i comoditat pel públic.
Actualment la Rambla no es pot mirar. Tal com està no resol cap problema. I cal d'una manera urgent, quan s'han portat a cap reformes urbanes d'importància, dedicar l'atenció a la Rambla per tal de convertir-la en un passeig magnific com pertoca al decorum i al bon nom de Mataró.
No sabem si els rumors que hem sentit seran certs o no, peró es diu que hi ha el projecte de convertir la Rambla en "Boulevard" és a dir, en un carrer més o menys ample, amb voreres més o menys espacioses. Voldríem que la nostra opinió, en aquest moment tant interessant, quedés lliurament aclarida i concreta: No som partidaris d'aquesta solució. I no ho som, no per esperit de critica, sinó perque creiem que la conversió de la Rambla en "Boulevard" suprimeix l'únic passeig ciutadá que posseim. Ens permetem manifestar ben clarament que en un cas de tanta importància entenem que potser aniria millor convocar un concurs de projectes a base de conservar la Rambla utilitzant-la en tota la seva amplitud que quedarà augmentada en enderrocar-se les cases anomenades del "Cos d'En Celdoni".
Les despeses que una solució per l'estil ocasionarien serien insignificants comparades amb el que podria costar qualsevol altre projecte que tractés de dotar Mataró d'un passeig utilitzable pels ciutadans amb una proximitat còmoda i efectiva.
Cal no perdre de vista aquest punt: Mataró no té un bon passeig interior i l'únic que pot fer aquest servei és la Rambla. Totes les poblacions de certa importància han procurat solucionar aquesta necessitat moderna. Recordem, sense gaire esforç Sabadell, Vilanova, Figueres, Manresa entre d'altres. Perquè no ha de tenir Mataró un bon passeig per l'estil?
Editorial del Diari de Mataró, Any V
número 1185 del 3 de maig 1927
El nostre punt de vista
[...] passarem ara a exposar l'idea que ens hem format sobre el que conceptuem millor sistema d'urbanització des del punt de vista d'utilitzar-la per a passeig sense interrompre les necessitats del tràfec d'acord amb el que diferents vegades hem exposat respecte al que creiem que ha d'ésser un passeig ciutadà. Hem considerat que la manera de fer aquesta idea més comprensible era acompanyar-la de gràfics en els quals es demostrés palesament els avantatges que reportaria si algun dia s'arribava a posar en pràctica. Així, amb el croquis a la vista, anem a explicar-lo detalladament.
A la recerca d'un emplaçament
En una població com la nostra és difícil cercar un passeig eminentment ciutadà com el que tenen altres ciutats més afortunades de situació. La Riera ja hem dit que no és un passeig sinó un carrer irregular que no reuneix cap condició per a aquest fi. La Riera de Cirera per la poca amplada i per la forma en que ha estat urbanitzada tampoc resulta utilitzable per passeig. Així, doncs, recercant per dintre Mataró no trobem altre espai que la Rambla i la Placa de Santa Anna que pugui transformar-se amb relativa facilitat i amb una despesa petita en el centre urbà que desitgem.
Situats, ja, en el lloc precís examinem les condicions que requereix una urbanització que resulti pràctica per a servir tots els aspectes que presenta un indret d'intensa circulació de carruatges de totes menes que, segons sembla, s'ha d'agreujar amb l'instal·lació d'un tramvia, i principalment en l'extrem que acaba en front del carrer de la Mercè i en el trajecte del Camí Reial fins a la Creu de Terme.
A més, convé deixar algun espai lliure per a carruatges, que pugui ésser punt de partida dels òmnibus de la Comarca, etc. Això en el que fa referència a la circulació. Par altra banda hi ha la necessitat de l'espai destinat a passeig pròpiament dit, amb arbres, bancs, paviment adequat, etc. Creiem haver trobat solució, dintre les possibilitats, per totes aquestes exigències.
La Placa de Santa Anna
Presenta una certa dificultat conservar l'aspecte de placa amb una urbanització particular cosa que, com havem vist en l’esbós d'història, no ha pogut fer-se mai. Amb aquest peu forçat trobem que la millor solució és aprofitar una part d'aquesta Placa per a allargar per l'extrem superior la Rambla fins al davant de la Riera. Aleshores ens queda una part que pot formar una placera ornada amb arbres i jardins i en la qual se situarien els carruatges de parada fixa que hem esmentat més amunt. D'aquesta manera es resoldria el problema de la circulació de tota mena sense els obstacles que el deixar l'espai en forma de Placa ens presenta.
La Placa de Santa Anna, segons aquest croquis, quedaria, doncs, formada així: Una vorera ampla a la part alta. Un pas de carruatges. Dos burladors o plataformes, per l'estil del que hi ha ara a la Placa del Rei, que seguirien la línia de les cases de la Rambla. El monument existent, o bé s'hauria de traslladar quelcom més amunt, o, i això ho creiem més encertat, podria emplaçar-se en algun altre indret. Potser la Placa de Pi i Margall seria un excel·lent lloc per a contenir-lo, tota vegada que és més espaiosa.
La Rambla
El croquis la representa allargada des de la Riera fins al carrer de Montserrat, amb una longitud total d'uns 205 metres per una amplada de 28, dividida com es veu en la secció del gravat gran en la forma següent, o sia com està acotat el dibuix: 2 metres de vorera per banda; 6 metres de pas de carruatges també per banda incloent-hi la via del tramvia i 12 metres de passeig central arbrat i amb bancs. L'amplada total de 28 metres és molt aprop de la de la Rambla de Catalunya de Barcelona, que en té 30 i que tothom deu conèixer.
La dimensió de 28 metres ens la dona la distància que hi ha entre les cases de la part alta de la Rambla des del carrer de Santa Teresa al de Santa Marta i la paret del pati dels Escolapis. El tros de Rambla que amb aquesta distribució resulta fins uns metres més enllà de la Placeta de la Creu de Terme, es podria realitzar tot seguit que fossin enderrocades les dues cases del "Cos d'En Cendoni" el que sembla que va a ésser una cosa immediata, que ja queda trencat en el croquis que il·lustra aquestes planes.
L'altre tros de la Rambla que proposem fins al carrer de la Mercè es de més costosa realització tant econòmica com pràctica perquè pressuposa el retirar les cases des de la Creu de Terme fins al carrer de Lepanto en una profunditat que varia entre ésser gairebé insignificant en el primer punt fins a uns sis metres en el Rec del Molí i un bon xic més les següents fins a la cantonada perquè la línia actual entra molt més dins del que s'hauria de destinar a via pública.
Com proposem resoldre aquestes dificultats? Primerament hem tingut en compte que el plànol de Mataró traçat l'any 1878 per l'arquitecte senyor Emili Cabanyes i l'enginyer de Camins, Canals i Ports senyor Melcior de Palau, aprovat per la Direcció General d'Obres Públiques, assenyala una rectificació de línia a les esmentades cases força important. I, basant-nos en aquesta rectificació, nosaltres, ampliant-la quelcom i proposant fer-la tota d'un cop i no de mica en mica, ens permet allargar la Rambla amb un altre tros ben important.
Aquest tros és bastant complicat per haver-hi el pas de la carretera, les necessitats de la qual han d'ésser tingudes en compte. Per això en el croquis està dibuixada la Rambla partida, encara que ens agradaria més una solució que donant major amplada a la part de baix permetés la circulació de vehicles en dos sentits i per descongestionar-lo més es podria fer baixar el tramvia pel carrer de Sant Agustí.
I ara que parlem del tramvia ens sembla que podria pujar per la Muralla de Sant Llorenç, carrers de Sant Josep i Sant Rafel per sortir al d'Isern. D'aquesta manera passaria per llocs molt cèntrics i no embarassaria la Riera, que ja és prou insuficient pel trànsit que hi ha. I consti que això ho diem com una idea més, car no coneixem el projecte d'instal·lació de l'esmentat tramvia.
Tornant a la nostra Rambla ens sembla que es podria cedir en venda als Pares Escolapis el terreny sobrant que queda fins a la línia del carrer de Sant Agustí, solució que la creiem immillorable i altament econòmica, perquè per via pública no es necessita i si es vol conservar requereix una despesa considerable com la proposada pel senyor Múgica en la part del projecte que coneixem, ja que per omplir-lo proposa la construcció d'una font monumental que si es porta a cap, com una obra així reclama, amb materials nobles pressuposa una despesa que segons opinió de persona entesa no baixaria de 250.000 pessetes. Aquesta proposició la fem completament d'acord amb el Reverend Para Rector dels Escolapis, a qui havem consultat la seva opinió, els quals estan disposats a fer una bonica entrada al pati del Col·legi en aquell lloc i a treure l'edifici destinat a gimnàs. Així quedaria tot l'espai exclusivament per a pati.
En defensar aquesta modalitat de la solució no ens guia cap interès personal, com ja comprendran els nostres llegidors. Però creiem que el Col·legi de Santa Anna es pot considerar ja com una institució verament mataronina. La major part d'unes quantes generacions han passat i s'han educat per les aules regentades pels Pares Escolapis. Considerant això, és alguna exageració que sia cedit un tros de via pública mitjançant el pagament que s'estipulés, per engrandir el pati d'esbarjo dels alumnes que en tan gran nombre assisteixen a l'esmentat col·legi i que avui dia resulta insuficient? No ho creiem de veritable interès per la ciutat? Sincerament estem convençuts de la justícia que es faria, i, per altra part l'estalvi que per la Ciutat representaria aquesta solució podria aplicar-se, i així potser encara resultaria més econòmica, a l’indemnització per l'adquisició de part de les cases que tindrien que fer-se enrere.
Tenim entès que en el projecte presentat pel senyor Múgica, que en aquesta part no coneixem sinó per referències, proposa uns grans xamfrans a les canonades del carrer de Montserrat i Lepanto, cosa que apropa aquest projecte a la nostra idea, ja que també proposem l'enderroc en aquell indret, completament imprescindible si es vol regularitzar la circulació.
Conclusions
Resulta de tot el que acabem d'exposar que una Rambla-Passeig és perfectament factible en aquell indret, sense que sia cap obstacle per la circulació de carruatges de tota mena tant dels que són de Mataró com dels que passen per la carretera. Cal tenir, però, ben en compte que això que publiquem i proposem avui no és un projecte definitivament acabat, sinó les bases per a un estudi seriós portat a cap els tècnics que mereixin la confiança del Municipi que són els cridats a resoldre.
Un dels punts importants és que la circulació rodada es fa per cada banda i en el sentit corresponent, amb doble via pel tramvia projectat.
Queda també, en la Plaça de Santa Anna un lloc adequat pels vehicles aturats sense que destorbin la circulació, fora del pas de trànsit.
La circulació a peu és feta a base d'unes voreres de dos metres d'ample a cada banda i un passeig central de 12 metres d'amplada i uns 205 de llarga.
En la part econòmica l'estalvi gran que s'obtindria en suprimir la font, aplicant-lo a l'indemnització als propietaris és una base estimable per a que resulti pràctica la solució que proposem.
A més, no hi ha necessitat de realitzar-la tota d'un cop, ja que es podria fer de moment el tros més llarg o sia fins passada la Creu de Terme i l'altre tros, que necessita expedient llarg per l'expropiació i ensems per dependre aquella part de la Direcció General d'Obres Públiques es necessita l'aprovació de l'esmentat centre, cosa que també podria ésser d'expedienteig quelcom llarg. Mentre es resolen totes aquestes qüestions es podria realitzar una gran part del projecte.
Convé recordar també que per alguna de les parts que es necessita col·laboració de fora del Municipi ja es pot comptar en principi amb l'adhesió dels interessats.
I ara, abans de donar fi, al nostre treball demanen que aquells que vegin lesionat algun interès per la nostra solució, ens perdonin. Cal que tinguin en compta que nosaltres posem per damunt de cap altre l'interès suprem de la ciutat pel qual tots tenim l'obligació de sacrificar-nos.
Els dibuixos dels gravats que il·lustren els articles d'avui, són originals del nostre estimat amic i companys de redacció, el jove artista mataroní Marian Ribas el qual ha sapigut plasmar intel·ligentment la nostra idea amb una gran simplicitat de línies, sense deixar-nos emportar ni ell ni nosaltres per la fantasia.
I finalment: Qui més hi sàpiga, que més hi digui. No ens considerem infal·libles. Únicament hem volgut contribuir, en la mida de les nostres forces, a solucionar un problema urbà que considerem de veritable importància.
Juny 1927
[Diari de Mataró 4 de juny de 1927]
La reforma de la Rambla
Mucho nos ha complacido que el Diari de Mataró –guiado sin duda por un espíritu de ciudadanía– haya tenido el acierto de exponer una vez más –y con pruebas muy laudables– su respetable criterio hacia el magno problema que nos ocupa y que mantiene a la opinión en un estado expectante.
No obstante, y para dar una idea más clara y convincente de lo que ello representa, y para que se vea que el asunto no hay propósito de llevarlo a término a tontas y a locas, en el próximo número procuraremos, serenamente y con toda lealtad, refutar el punto de vista de dicho apreciable colega y señalar debidamente las varias inexactitudes que –seguramente de buena fe– le han manifestado con respecto al proyecto del hoy notabilísimo arquitecto señor Mujica. (¡Por Dios, que alguna vez al alumno le era dado el llegar a Maestro!).
Nosotros, a pesar de todo, anticipamos que nuestro criterio se identifica más, es decir, se ajusta más favorablemente al de dicho señor que no al del Diari, y en este parecer hemos podido controlar que se suma una inmensa mayoría de nuestra Ciudad.
Respecto a la parte económica se han padecido grandes y lamentables errores que con toda exactitud y claridad procuraremos manifestar.
Las bases que deberán regir para el Concurso próximamente serán dadas a luz.
La Unión
La urbanización de la Rambla
Como anunciábamos a nuestros lectores en el número pasado, vamos a refutar, serenamente y sin apasionamientos de ninguna clase, algunos puntos de vista que los Srs. del Diari exponen desde su periódico.
Comentarios, artículos, cantos en prosa y verso, todo ello en defensa de la Rambla, que después ellos mismos confiesan que es una porquería y que hay que urbanizar rápidamente por el decoro de la Ciudad.
¿En qué quedamos?
El Diari, al acompañar a su proyecto la explicación del mismo y haciendo, de paso, la crítica del Sr. Mujica, comete una serie de errores e inexactitudes que, algunas de ellas, saltan a la vista del más lerdo. Porque, vamos a ver: ¿Cómo hacen entrar en la calle de San Agustín los carruajes procedentes de la Riera? ¿Cómo resuelve las rasantes de las calles que afluyen a la Plaza de Sta. Ana, rebajando el nivel de ésta? ¿Cómo ganan en valor las tiendas y las casas, al aislarlas con los viandantes? Y, además de todo esto, invitamos a los que hayan contemplado el proyecto a que aludimos, a que cojan un doble decímetro y a escala, deduzcan la altura de los vehículos, tranvías y personas, y creemos estarán de acuerdo con nosotros en que el Sr. Ribas dibujó una Rambla liliputiense, con unos árboles en completo desarrollo, de una altura máxima de 6 metros y con unas figuras de una altura de 1 metro a 1,10, dignas de figurar, por su tamaño, en la compañía de enanos que se ha exhibido últimamente en el teatro Olimpia, de la vecina capital. ¡Se debe dibujar con más sinceridad, señores! Y además (y esto es más sencillo aún de comprobar) hablan de lo que habrían de retroceder las casas de la parte sur de la Rambla, según su proyecto, y cogiendo cualquier plano nos encontramos que la primera casa, o sea el n° 397, retrocede unos dos metros en su parte media, en vez de la insignificancia de que ellos nos hablan, y la casa del "Rec del Molí" 9,20; pudiéndose calcular, por lo dicho, lo que retrocederían las demás, y se ve bien claro que desaparecen todas las edificaciones, quedando solo los jardines. A nosotros nos parece que, puestos a cortar y dibujar fantasías, estaría mejor hacerlo por el otro lado, siguiendo la linea norte de la Plaza de Sta. Ana hasta la calle de Montserrat, y entonces sí que quedaría espléndido. Pero hay que ponerse a la realidad, y ni una ni otra cosa creemos verían nuestros nietos, por buena voluntad y energía que tuvieran los Ayuntamientos sucesivos. Eso es soñar.
Y si los señores del Diari se preocuparan de verdad de las cosas ciudadanas, sabrían, por ejemplo, que el Ayuntamiento, en el pleno de 10 de marzo ultimo, tomó por unanimidad el acuerdo de que la línea actual de fachadas, desde el "Rec del Molí" hasta la calle de S. Agustín, sea la línea oficial, rectificando el plano de 1878, de los Sres. Palau y Cabañes, y que se formen, además, chaflanes en los cruces de Montserrat y Lepanto con la calle Real; que dicho acuerdo estuvo expuesto al publico el tiempo reglamentario y publicado en los periódicos oficiales, sin que nadie pusiera la más mínima objeción al mismo.
Y sobre el emplazamiento de la hermosa fuente en el "cós d'En Saldoni", debemos decirles que el señor Mujica, con seguridad, ha empleado la fuente allí, no porque no sepa que hacer de dicho espacio, sino para dar un buen aspecto al punto más visible y eje de una visual desde la calle de la Merced. Y, hablando de este asunto, les decimos que encontramos de mal gusto involucrar en el asunto a personas que, aunque muy respetables, son parte tan interesada en el mismo, que no pueden verlo con ojos imparciales (nos referimos a los Rdos. P.P. Escolapios) y contestando a la pregunta de cederles el trozo de terreno del "cós d'En Saldoni" hasta la línea de la calle de San Agustín: "¿No ho creieu de veritable interés per la ciutat?" ¡No! De verdadero interés para ellos, sí.
Y hemos dejado para el final el hablar del presupuesto, y sobre ello diremos que los Srs. del Diari se deben haber confundido al hablar de pesetas y que quizás se querían referir al coste total de la obra y no a la fuente solamente. Nos consta que al hacer dicho proyecto, el Sr. Mujica partió de un coste total igual a dicha cifra de 250.000 ptas.
De todas maneras, el Ayuntamiento ya tiene acordado sacar a concurso el proyecto de urbanización que nos ocupa. Cuando haya tenido lugar éste y hayamos visto el proyecto premiado entonces podremos hablar del asunto, sin perder el tiempo como ahora.
La Unión
ALCALDÍA CONSTITUCIONAL DE MATARÓ
ANUNCIO
El Pleno del Excmo. Ayuntamiento, en sesión de 12 de los corrientes, acordó resolver el concurso convocado para la presentación de proyectos de nueva urbanización de la Rambla de Castelar, Plaza de Santa Ana y chaflanes de los extremos inferior y superior de la calle de la Riera, adoptando el presentado por los señores arquitectos don Manuel Mujica y don Fernando Tarragó.
Lo que se anuncia, a los efectos procedentes, por el plazo de treinta días, durante los cuales se hallará el expediente de manifiesto en la Secretaria municipal.
Mataró, 16 de noviembre de 1927.
El Alcalde, Antonio de Palau
[La Unión núm. 78, 19 de noviembre de 1927, p. 4. Publicado nuevamente en el núm. 81, 10 de diciembre de 1927, p. 4.]
© Copyright Vicente Casals Costa; Myriam Morales Benito, Marta Andreu Espuña, Joan Àngel Sabaté Piñol, Paula
Orduña Giró, Irene Piquer Castro, 2011
© Copyright Biblio3W, 2011
Ficha bibliográfica:
CASALS COSTA, V.; MORALES, M.; ANDREU, M.; SABATÉ, J. A.; ORDUÑA, P.; PIQUER, I. Manuel Mujica Millán y el urbanismo novecentista en Cataluña, 1917-1927. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XVI, nº 925, 30 de mayo de 2011. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-925.htm>. [ISSN 1138-9796].