Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XVI, nº 907, 25 de enero de 2011

[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

 


JOSEP DANÉS (1891-1955), ARQUITECTO. UN ESTUDIO DE CASO AL SERVICIO DE
LA HISTORIA SOCIAL DE LAS PROFESIONES LIBERALES EN CATALUÑA

 

 

 

Joaquim M. Puigvert i Solà

Profesor Titular de Historia Contemporánea

Institut de Recerca Històrica-Universitat de Girona

joaquim.puigvert@udg.edu

 

 

Recibido: 17 de mayo de 2010. Devuelto para revisión: 20 de junio de 2010. Aceptado: 25 de octubre de 2010 


 

 

Josep Danés (1891-1955), arquitecto. Un estudio de caso al servicio de la historia social de las profesiones liberales en Cataluña (Resumen)

 

Los estudios de casos pueden contribuir al desarrollo de la historia social de las profesiones liberales en Cataluña, un campo de investigación poco desarrollado por la historiografía catalana. A partir del análisis de la trayectoria profesional del arquitecto noucentista Josep Danés se plantean varias cuestiones relevantes para la historia social de las profesiones liberales: ¿cuáles eran los orígenes geográficos y sociales de los profesionales liberales en las primeras década del siglo XX ?; ¿Cómo reclutaban su clientela ?; ¿Existía una frontera nítida entre el ejercicio libre de la profesión y el ejercicio profesional vinculado a la función pública ?; ¿ Por qué vias penetró la arquitectura culta o de autor en las comarcas rurales y de montaña ? La investigación sistemática de un caso significativo ha permitido dar algunas respuestas a estas preguntas, además de analizar el tipo de arquitectura desarrollada por este arquitecto catalán, de manera muy especial sus destacadas contribuciones al movimiento del regionalismo arquitectónico. 

 

Palabras claves: regionalismo arquitectónico,  profesión liberal, arquitectura


 

The architect Josep Danés (1891-1955). A case study at the service of the social history of liberal professions in Catalonia (Abstract)

 

Case studies may contribute to the development of the social history of liberal professions in Catalonia, a field where little research has been carried out by Catalan historiographers. Through the analysis of the professional trajectory of the noucentista Josep Danés, some questions of relevance for the social history of liberal professionals arise: Which were the geographical and social sources of liberal professionals during the first decades of the 20th century?; how were customers recruited?; was there a clearly defined boundary between the independent practice of the profession and the professional practice associated to public service?; how did cultured architecture or author’s architecture settle in the rural and mountain regions? Systematic research carried out on a significant case has implied the chance of answering to these questions, as well as the chance of analysing the kind of architecture developed by the Catalan architect, specially his outstanding contributions to the movement of architectural regionalism.

 

Key words: architectural regionalism, liberal profession, architecture


 

En los últimos años  hemos estado desarrollando una línea de investigación  sobre la historia social de  las profesiones liberales en la Cataluña contemporánea de los siglos XIX y XX, un campo de investigación poco desarrollado en Cataluña, tal como afirmó Àngels Solà en un  diagnóstico que en buena parte continúa aún hoy vigente, a excepción del estudio de Ramon Garrabou  sobre los ingenieros industriales y los más recientes estudios de Stephen Jacobson centrados en el mundo de la abogacía[1] Se trata de un campo de investigación  que otros historiadores están desarrollando en Alemania, Francia, Italia o España[2].

 

Las investigaciones  que hemos realizado hasta el momento se han centrado en tres direcciones: a) el estudio de los orígenes sociales de los profesionales liberales  a partir de los expedientes académicos del Archivo Histórico de la Universidad de Barcelona[3]; b) el estudio de los orígenes sociales y la evolución de la práctica profesional de los médicos, veterinarios y farmacéuticos en el paso del siglo XIX al XX[4] ; c) la reconstrucción de  la historia de vida y el análisis de  la práctica profesional del arquitecto catalán Josep Danés a partir del estudio sistemático de su  rico archivo personal depositado en el Arxiu Comarcal de la Garrotxa [5]. La estrategia de investigación seguida parte del convencimiento de la necesidad de combinar y ensayar debidamente  metodologías cuantitativas y cualitativas que nos han de garantizar  una sólida base empírica para construir una síntesis global sobre el tema suficientemente contrastada. Así mismo intentamos buscar siempre  un equilibrio entre la historia interna y externa de las profesiones, desarrollando enfoques interdisciplinarios.  

 

A través de estas líneas nos proponemos, ahora y aquí,  presentar los principales resultados de la última investigación monográfica desarrollada a partir del rico archivo personal del arquitecto Danés, antes mencionado,  y de un extenso trabajo de campo realizado  durante los años 2004-2008, que ha dado lugar al libro Josep Danés i Torras. Noucentisme i regionalisme arquitectònics[6].

 

 

Orígenes sociales, estudios e intereses intelectuales

 

Josep Danés nació en la ciudad de Olot en 1891 en el seno de una familia de orígenes menestrales originaria de la Vall del Bac (donde ya se encuentra documentada a finales del siglo XVIII vinculada al negocio de la herrería) que había protagonizado un proceso de movilidad social ascendente a través de los estudios universitarios en la segunda mitad del siglo XIX, que posibilitó a sus miembros masculinos acceder a las profesiones de médico, abogado, notario, farmacéutico o veterinario, entre otras. Cursó Josep Danés  el bachillerato en la escuela de los Escolapios de la ciudad de Olot, donde se formaba mayoritariamente la clase propietaria, las  clases medias y la burguesía de la ciudad y su comarca. En 1909 se trasladó a la ciudad de Barcelona para ingresar en  la Escuela Superior de Arquitectura, donde cursaría la carrera de arquitectura. Sería desde el inicio de sus estudios que entraría como socio en el Centre Excursionista de Catalunya (CEC), entidad en la que desarrollaría a lo largo del tiempo distintas responsabilidades. Para Josep Danés el CEC fue un potente estímulo para forjar su curiosidad intelectual en torno a la arquitectura de la masía y la arquitectura de montaña. En efecto, en 1914 ganaría el premio correspondiente al tema III del  concurso de arquitectura convocado por la Sección de Arquitectura del CEC dedicado a la monografía d’una masia catalana. Se le premió su trabajo monográfico titulado Arquitectura popular. Secció septentrional de la comarca d’Olot. Notes referents a les masies de les Valls de Bianya, Castellar de la Muntanya i Valldelbach. Sería, también, en los años de estudios universitarios en Barcelona cuando Josep Danés entraría en contacto  con distintos núcleos del catalanismo conservador próximo al partido de la Lliga que, junto, a su catolicismo profundo y arraigado, constituiría el principal binomio ideológico de su vida.

 

En los años finales de los estudios, para contribuir a financiarlos, desarrolló trabajos de delineante en el despacho del arquitecto Bernat Pejoan (1864-1926), un antiguo colaborador de Elies Rogent en la restauración del monasterio de Ripoll, lo que sin duda contribuyó a acrecentar  su interés por el arte románico que sería contemplado como el más representativo del “arte nacional” catalán. Terminó la carrera a finales del año 1916;  fueron sus compañeros de estudio, entre otros,  los arquitectos Francesc Folguera, Cèsar Martinell, Ramon Raventós, Isidre Puig Boada, Francesc Ràfols i Lluís Bonet i Garí, todos ellos integrantes de la llamada segunda generación de arquitectos noucentistes que a pesar de su fervor gaudiniano rompieron con el modernismo incorporando en su arquitectura el lenguaje clásico así como una cierta reinterpretación de la arquitectura rural catalana, de manera especial la masia[7].

 

De su etapa de formación Josep Danés ya  no abandonaría su interés por el estudio sistemático de la masía. En efecto, dos años después de haber finalizado la carrera, en 1919, se publicó en forma de monografía el trabajo premiado sobre la masía en el concurso del CEC de 1914[8]; en 1924 se le encargó la codirección de l’ Estudi de la Masia Catalana, un gran proyecto de investigación financiado por el científico y mecenas Rafael Patxot (1872-1964)[9]; en los años treinta pronunciaría sendas conferencias sobre el tema y en 1933 organizaría una gran exposición sobre la misma temática que tendría una gran acogida en la prensa barcelonesa[10]. Sólo la Guerra Civil de 1936-1939 y la instauración del régimen del General Franco paralizó su  tozuda actividad de investigación (dejando investigaciones inéditas) que ha sido ampliamente citada y reconocida des del primer momento hasta la actualidad tanto por arquitectos (Leopoldo Torres Balbás, Fernando García Mercadal, Pere Benavent, Carlos Flores, Jeroni Moner, Arcadi Pla, Josep Riera, Salvador Tarragó…); geógrafos (Pau Vila, Salvador Llobet, Josep Iglésies, Enric Lluch, Joan Vilà i Valentí, Maria de Bolós…); etnólogos  (Fritz Krüger, Joan Amades, Violant i Simorrra, Julio Caro Baroja…); antropólogos (Llorenç Prats, Luis Calvo, Montserrat Solà…); críticos de arte (Joaquim Folch i Torres, Rafael Benet); historiadores del arte (Joaquim Garriga, Mercè Vidal, Raquel Lacuesta, Xavier Barral…); juristas (Joaquim Camps i Arboix) o historadores tout court (Carme Sanmartí, Llorenc Ferrer. Joaquim M. Puigvert)[11]. Tal como ha reconocido Jeroni Moner la principal aportación de Danés al estudio de la masía se produjo en 1931, después de haber madurado sus investigaciones juveniles y rechazar los supuestos orígenes de la masía en las villae romanas, cuando puso especial énfasis en destacar las constantes invariables de la masia de estructura clásica (un término suyo) de los siglos XVI-XIX[12]. Desde aquellos momentos sus interpretaciones (despojadas o no de sus sesgos ideológicos derivadas de su nacionalismo catalán conservador con clara tendencia a idealizar el mundo rural) y  sus esquemas se han repetido hasta la saciedad (fig. 1). 

 

 

Figura 1
Figura 1.  Esquema realizado por Josep Danés para mostrar las diversas tipologías de masías.
Fuente: Danés, 1933.

 

 

 

     

Geografía de su obra, perfil de su clientela

 

Una vez terminada la carrera Josep Danés  compartiría por un periodo breve de dos años despacho con Bernat Pejoan (del cuál “heredó” en buena parte su clientela y el cargo de arquitecto diocesano del obispado de Urgell) para después  abrir despacho en solitario en Barcelona. Al tomar aquella decisión el joven arquitecto olotense se comportó como la mayoría de sus compañeros de profesión que optaron por quedarse en la Ciudad Condal. Barcelona era entonces, recordémoslo, una ciudad con un fuerte crecimiento demográfico (pronto llegaría al millón e habitantes) que podía ofrecer buenas expectativas a los jóvenes arquitectos. Tal como ha afirmado Horacio Capel la inmigración ha tenido un papel clave para el desarrollo de los saberes técnicos y profesionales en la ciudad de Barcelona[13].  Una  prueba  más de ello es que del conjunto de las profesiones liberales la de arquitectura en la Cataluña de  las primeras décadas del siglo XX era la más altamente urbanizada y barcelonacéntrica tal como se desprende de estos contundentes datos, a saber: el 85 por ciento de los 277 arquitectos inscritos en la Asociación de Arquitectos de Cataluña en 1933 residían en Barcelona ciudad.

 

La opción de Danés de abrir despacho en la la ciudad de Barcelona se vio pronto correspondida por importantes encargos: Barcelona sería, en realidad,  la ciudad donde mayor número de obras realizaría a lo largo de su carrera profesional y donde ensayaría una mayor diversidad de tipologías arquitectónicas De su actuación en la Ciudad Condal es destacable, por ejemplo,  la casa-torre unifamiliar proyectada en 1924 para José Luis Pascual de Zulueta emplazada en la “ciudad-jardín” proyectada para la Cooperativa de Periodistas en el barrio de la Salut (fig. 2). También  en los años veinte y treinta del siglo pasado proyectó  varias casas de renta para grandes propietarios urbanos como eran los hermanos Sanllehy-Girona en la calle França Xica (núms., 13, 15 y 17) (fig. 3).

 

 

Figuras 2 y 3. A la izquierda asa unifamiliar situada en el  barrio de la Salut y a la derecha casa de renta proyectada para los hermanos Sanllehy-Girona en la calle França Xica Barcelona.

Fotos de Àngel Almazán.

 

 

 

               

Se trataba de bloques de pisos situados la mayoría en los alrededores de Montjuïc (en la Gran Via de les Corts Catalanes, calle Tamarit, calle França Xica) en una de las zonas que habían experimentando grandes transformaciones en torno a la Exposición Universal de 1929; de ellos son destacables sus suntuosas  fachadas de  monumentalidad más aparente que real a base de utilizar todo tipo de recursos decorativos (remates, volutas, balustres, copas, torreones y cúpulas en las esquinas…)  en piedra artificial con ciertos aires franceses, a veces, o con un lenguaje de un clasicismo más depurado, en la mayoría de casos.  Se trata, en definitiva,  de buenos ejemplos del modelo de casa de renta que tomó el relieve a las casas modernistas del ensanche barcelonés y que mereció la severa condena de  los jóvenes arquitectos de vanguardia  ya que para ellos respondía a la demanda de unos propietarios más ansiosos de mostrar externamente al público la categoría social propia y la de sus inquilinos que no de resolver el problema social de la vivienda. En Barcelona también proyectó en los años 1924-1932 varias   ampliaciones y reformas en  la Fábrica de Sanitarios Sangrá, situada en la Carretera del Port,  con sendos hornos cerámicos y una depurada entrada, con letrero inclusive de diáfana grafía (fig. 4). Para la misma ciudad proyectaría dos grandes templos: el de la parroquia de la Mare de Déu dels Àngels (1934) y el de la Bonanova (1940), de los que hablaremos más adelante en el apartado dedicado a analizar las aportaciones de Danés a la arquitectura religiosa contemporánea en Cataluña.

 

 

Figura 4. Josep Danés proyectó varias ampliaciones y reformas en la Fábrica Sanitarios Sangrá, situada en Barcelona.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés. 

Foto: de Quim Turon.   

 

   

 

Que las actuaciones del arquitecto Danés en Barcelona fueran, en número y dimensión, notables no implica que no estuviera presente como profesional de la arquitectura en otras comarcas catalanas o lugares más lejanos. En esta dirección la trayectoria profesional de Josep Danés resulta extraordinariamente reveladora ya que los 353 proyectos arquitectónicos catalogados se reparten en veinte comarcas catalanas, además de Andorra, Comunidad Valenciana y Mallorca (fig. 5). Los municipios que concentran más obras suyas  son, como ya hemos visto,  Barcelona (donde tenía la mayor cartera de clientes privados), Ribes de Freser (dónde actuó de arquitecto municipal) y Olot (donde disponía de una notable red de relaciones sociales, amistades y familia que mantuvo a lo largo de su dilatada vida profesional).

 

 

 

Figura 5. Localización de los proyectos y obras de Josep Danés en Cataluña, Andorra, Mallorca y  Comunidad Valenciana.
Fuente: elaboración propia a partir del ACGAX, Fons Josep Danés.
Ejecución: SIGTE,  UdG.  

 

 

 

                  

De la geografía danesiana sobresale, vale la pena destacarlo,  su intervención  en prácticamente la totalidad de las comarcas catalanas  pirenaicas, además de Andorra. En efecto, las comarcas del  Ripollès, Cerdanya, Alt Urgell, Berguedà, Pallars Sobirà y Pallars Jussà disponen obras del arquitecto Danés. Si bien es cierto que no tiene obra en la  Val d’Aran y en la Noguera Ribagorçana vale la pena destacar que en ellas desarrolló un extenso trabajo de campo, ya fuera estudiando in situ las iglesias románicas de la Vall de Boí por encargo del Servei de Catalogació de Monuments de la Mancomunitat de Catalunya o la arquitectura aranesa que sería una de sus fuentes de inspiración para proyectar arquitectura en las otras comarcas pirenaicas.  A través del caso estudiado ha sido posible plantearnos, pues,  una serie de cuestiones e hipótesis relevantes: ¿Por qué vías la arquitectura culta o de autor puede penetrar en unas comarcas donde no existía en ellas ningún despacho o estudio de arquitectura y en dónde la gran mayoría de obras eran construidas por albañiles y maestros de casas locales a la manera “tradicional”? A partir del caso  estudiado la respuesta está, sin la menor duda, en las obras públicas encargadas por distintas instituciones, civiles o eclesiásticas. La obligación legal, ya desde mediados del siglo XIX,  que las obras arquitectónicas  públicas fueran proyectadas por arquitectos titulados a medida que se hizo realmente efectiva a partir de las tres primeras décadas del siglo XX,  permitió a los arquitectos titulados penetrar en unas comarcas hasta el momento vírgenes para la mayoría de ellos al existir una escasa demanda proveniente de la clientela privada. Es por ello que en muchas poblaciones rurales y de montaña, en rigor,  la primera obra arquitectónica contemporánea formada por un arquitecto sea la escuela, una nueva iglesia o cualquier otro edificio público. La excepción que conformaría la regla está en  las localidades donde existían sendas colonias de veraneantes (como sería el caso, por ejemplo,  de Puigcerdà o Camprodon)  donde la burguesía barcelonesa encargaría a sus arquitectos “de ciudad” sendos proyectos para sus torres o villas de veraneo, convirtiéndose, el fenómeno social del veraneo, en un potente instrumento de difusión para el conjunto del territorio catalán, de determinadas corrientes arquitectónicas como son los eclecticismos decimonónicos, el modernismo, el noucentisme o el racionalismo de base funcionalista y de vanguardia[14].

 

En el caso de Josep Danés  sus intervenciones en el Pirineo vendrían en su mayoría motivadas por el hecho de ejercer, desde el año 1927,  los cargos públicos de arquitecto diocesano del obispado de Urgell (la diócesis catalana que tiene más extensión territorial en comarcas pirenaicas) y de arquitecto municipal de Ribes de Freser durante buena parte de la Segunda República y primeros años del franquismo (1933-1955). Estos dos cargos oficiales le permitieron realizar todo tipo de obras públicas pero, a la larga, serían, también,  una fuente de obtención gradual de una clientela privada en unas comarcas donde el arquitecto era un profesional “casi exótico” o muy desconocido, mucho más que los médicos, farmacéuticos, o veterinarios, profesionales ya muy arraigados en el mundo rural catalán desde la segunda mitad del siglo XVIII; o que los ingenieros forestales, de caminos e industriales que, aunque no residentes, visitaban a menudo las comarcas pirenaicas desde la segunda mitad del siglo XIX ya fuera, respectivamente, para supervisar el estado de los montes públicos y la red de carreteras o realizar las grandes infraestructuras hidroeléctricas. La presencia constante en una determinada población y comarca de un arquitecto para desarrollar determinadas obras públicas,  aunque discontinua, le supuso nuevos encargos de naturaleza privada.

 

En este sentido la actuación de Danés en el Valle de Ribes, en el corazón de la comarca del Ripollès, resulta paradigmática; primero empezó con el encargo del nuevo santuario y complejo hotelero de Núria por parte del obispo de Urgell Justí Guitart en 1922 que analizaremos más adelante; luego siguió con el encargo de varias obras públicas en la villa de Ribes de Freser como fueron la ampliación del Matadero (1933-1934), la Font de la Margarideta (1933),   una importante reforma y ampliación de la Escuela Pública (1936), un jardín público (1936),  mobiliario urbano (1934), urbanización de la Plaça del Mercat (1941-1943), un indicador turístico (1942-1944), puente sobre el río Segadell (1943), ampliación y cruz del cementerio (1945-1946) y el  Monumento a Los Caídos (1942-1943), entre otras obras menores. De su actuación en Ribes de Freser como arquitecto municipal hay que destacar su contribución al ideal noucentista de  fomentar la belleza pública, de manera muy especial en su proyecto de ampliación de la Escuela Pública (fig.6), un majestuoso edificio diseñado por Jeroni Martorell en 1925, en el pequeño Jardín (Jardinets) proyectado al lado de la Escuela en el extremo del Passeig Guimerà (fig.7) o  en la Font de la Magarideta, una de las fuentes más frecuentadas por los veraneantes de los año treinta que reformó inspirándose en algunas de las fuentes que Forestier y Nicolau Rubió i Tudurí proyectaron para el parque barcelonés de Montjuïc (fig. 8)[15]. Sin duda Danés como buen noucentista consideraba que la arquitectura podía llegar a ser un potente instrumento al servició de la extensión e implementación del  ideal de la “Catalunya Ciutat” también en las comarcas rurales y de montaña  Esta densa intervención pública en el corazón del Ripollès provocaría, a su vez, que recibiera encargos privados  para  proyectar y construir casas unifamiliares y plurifamiliares, fábricas y  hoteles, entre otras tipologías. Se trata, pues, de un buen ejemplo de cómo las fronteras entre el ejercicio libre de la profesión y los encargos profesionales de carácter oficial lejos de estar  bien delimitadas o de ser excluyentes se retroalimentaban.

 

 

Figuras  6 y 7.  A la izquierda Escuela Pública de Ribes de Freser ampliada por Josep Danés en 1936; a la derecha Jardinets proyectador también por Josep Danés en 1936 al lado de la escuela de Ribes de Freser.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés.
Fotos de Quim Turon.

 

 

 

 

Figura  8. Font de la Margarideta de Ribes de Freser.

Fuente: Arxiu d'Imatges d'Olot.

 

 

 

 

En el conjunto de las obras de Josep Danés el porcentaje de las encargadas por instituciones civiles y eclesiásticas supera a los encargos provenientes de la clientela privada. Así si el 42,20 por ciento de sus encargos se reclutaron entre su clientela privada, el 25,49 por ciento lo fueron por el obispado de Urgell, el 20,67 por ciento por otras instituciones eclesiásticas, el 5,00 por ciento del Ayuntamiento de Ribes de Freser, el 3,39 por ciento otras instituciones públicas y el 3,11 restante eran proyectos personales, para la familia o concursos.

 

Si bien casi la totalidad de las obras de Josep Danés se concentran en el marco regional de Cataluña y Andorra vale la pena desvelar  las motivaciones por las cuáles y de manera puntual en tres ocasiones  se superó este marco territorial: se trata de sus pabellones escolares del Castillo de Onda, en Castellón de la  Plana (fig. 9); de las reformas y ampliaciones de Can Tem de Campos, en Mallorca (fig. 10) ; y de una fábrica con la correspondiente  casa del director en Oriola (Alicante). En los dos últimos casos son las relaciones familiares las que explican los encargos: en el caso de Can Tem se trataba de la casa de su hermano notario establecido en la villa de Campos; y en el caso de la fábrica de Oriola el encargo le vino de su primo Albert Noguera, un industrial barcelonés del sector textil. En el primer caso el comitente era un fraile Carmelita, el padre Elies M. Cendra, que conoció al arquitecto durante su estancia como prior del convento carmelita de Olot, estableciendo relaciones de amistad con su familia. Pocos años después el mismo fraile, que había  sido traslado a las misiones carmelitas de Porlamar en la Isla Margarita (Venezuela) le propuso en 1926 que diseñara una cúpula para una basílica; encargo que el arquitecto rechazó a pesar de las promesas de cobrar unos buenos honorarios y de crearle buenas expectativas: “tu nombre quedará grabado en estas tierras americanas, y quien sabe si este trabajo será el principio de otros que te puedan salir”, le decía, por ejemplo, en carta. El encargo de las escuelas de Onda y este encargo (no realizado) para la Isla Margarita son un buen ejemplo de cómo la Iglesia (a través de las órdenes religiosas y la alta jerarquía episcopal) en la medida que sus miembros eran sometidos a una cierta movilidad geográfica (dentro de España pero también en territorios de ultramar a través de las misiones)  podía encargar obras a arquitectos destinados a territorios muy alejados de su  radio de acción profesional habitual pero que eran consecuencia de las redes de relaciones sociales establecidas a nivel local y regional[16].

 

 

Figuras  9 y 10. En la  imagen de la  izquierda escuela de  los padres carmelitas en Onda (Foto de Xavier Puigvert). A la derecha, proyecto de reforma y ampliación para  Can Temp, en la villa de Campos (Mallorca).
Fuente de la imagen de la derecha: ACGAX, Fons Josep Danés. 

 

 

                                                           .        

 

 Un arquitecto versátil y “generalista”

  

Sin duda Josep Danés, como la mayor parte de sus compañeros de profesión,  fue un arquitecto doblemente versátil, por las muchas diversificadas tipologías que proyectó y por los distintos lenguajes arquitectónicos utilizados. En efecto,  a pesar que, como buen noucentista,  predomine en su obra cierto clasicismo depurado y estilizado, en algunas ocasiones practicará incursiones próximas al  art déco y al racionalismo arquitectónico. Su práctica profesional respondía, ciertamente, a la de un arquitecto generalista que tenía que atender a las demandas muy diversificadas de su clientela, además de dirigir  todo el proceso constructivo, diseñando todo tipo de elementos constructivos y  decorativos en distintos materiales (piedra, hierro, madera, mosaico, cerámica, terracota, vidrio…) que ejecutarían distintos artesanos y artistas bajo su  dirección y supervisión. No es casualidad que su delineante Francesc Rodamilans para describir la actuación profesional de su jefe  utilizara la metáfora, del todo apropiada,  del director de orquesta que contrasta enormemente con la actual tendencia de la arquitectura a la hiperespecialización: “baix la batuta del Sr. Danés tot funcionava. Els picapedrers, fusters, manyans, electricistes, paletes, etc. Treballaven molt a gust. Als patrons el hi donava tot mastegat: croquis acotadíssims, plànols a les escales més convenients i  si era necessary a tamany natural. Seguia la feina anant als tallers artesans, sobre la marxa i en la mateixa obra quantes vegades fos precís”.

 

De los muchos artesanos y artistas que colaboraron con Danés destacan, por su prestigio,  los picapedreros de Girona Casellas y General Soler; los ceramistas Serra de Cornellà y Cosme Toda de Hospitalet; el mosaicista Lluí Bru, en las iglesias de la Bosanova y Els Àngels, en Barcelona; y en el templo parroquial de Ribes de Freser o la iglesia de los Capuchinos en Olot (fig. 11); los cerrajeros J.  Mas Duxans (puerta del jardín de la Masia Mariona en Mosqueroles, fig. 12) y Josep Perpiñà; el dorador Tomàs Priu; del restaurador ebanista Rafael Forcada; el esgrafiador Ferdinandus Serra; de los vidrieros de la casa Rigalt Granell; del mueblista y decorador Satiago Marco; del orfebre Ramon Sunyer; de los pintores artistas Dàrius Vilà, Francesc Labarta y Josep Obiols; de los escultores Josep M. Camps Arnau, Manuel Martí Cabrer y Rafael Solanich.

 

 

Figuras 11 y  12.  Josep Danés hizo uso de un amplio repertorio decorativo que debe inscribirse dentro de la iconografía propia del  arte déco. A la izquierda decoración en mosaico de un altar de la iglesia de los Capuchinos de Olot, proyectado por Josep Danés y ejecutado por Lluís Bru en los años 1944-1948; a la derecha puerta de entrada a la Masia Mariona en Mosqueroles, proyectada por Josep Danés y ejecutada por J. Mas Duxans en 1928.
Foto de la izquierda de Xavier Puigvert.
Fuente de la derecha: Arxiu d'Imatges d'Olot.

 

 

 

Cuando se considera esta nómina de colaboradores y se observan, a su vez, las muchas horas que el arquitecto Danés dedicó, además de proyectar edificios, a organizar espacios y hacer cálculos de estructuras, diseñar todo tipo de detalles ornamentales para puertas, barandillas, altares o vidrieras, se llega a la conclusión que las artes decorativas y aplicadas e integradas en la arquitectura para los arquitectos noucentistes fueron muy importantes, como lo fueron para los arquitectos modernistas, herederos, unos y otros,  de la tradición inglesa de las arts and crafts. Tal como ha afirmado Oriol Bohigas el hecho que después del movimiento moderno de arquitectura de vanguardia nos hayamos acostumbrado a ver la ornamentación de los edificios como un añadido secundario y prescindible que esconde los aspectos estructurales de la arquitectura no nos permite proyectar en la arquitectura del pasado anacrónicamente este juicio estético[17]

 

 

 

Regionalismo arquitectónico

  

El regionalismo arquitectónico fue un movimiento muy extendido en la Europa de Entreguerras. España y Cataluña darían a este movimiento internacional notables contribuciones. De la misma manera que Leonardo Rucabado practicó la arquitectura neomontañesa (inspirada en las viejas casonas santanderinas),  Antonio Palazio la arquitectura neogallega (inspirada en los pazos), Manuel Maria Smith la neovasca (inspirada en los caserios), Aníbal González la neoandaluza,  los arquitectos catalanes noucentistes se inspirarían en la masía para realizar determinadas tipologías arquitectónicas. Todos ellos compartían el ideal regionalista de adaptar la arquitectura a las características edafológicas, climatológicas y paisajísticas de cada lugar[18]. En realidad, aunque la historiografía arquitectónica catalana no lo haya destacado con la claridad conceptual necesaria (quizás por limitarse a vez en el término regional un concepto connotado más políticamente que geográficamente), buena parte del llamado noucentisme arquitectónico es, en rigor, y en buena medida, también, un buen ejemplo de arquitectura regionalista, que podía (o no) estar preñada de connotaciones nacionalistas de signo diverso, en clave española o catalana, según las tendencias políticas de los comitentes y de sus arquitectos.  En la labor de intentar integrar la arquitectura en el paisaje, para mostrar el  genius loci,  fue importante y decisiva la reinterpretación de las arquitecturas vernáculas. En este aspecto Josep Danés sería un aventajado. Por dos motivos. Primero, porque, tal como ya hemos visto,  ya desde joven estudió de manera sistemática la masía catalana. Y segundo, por conocer de primera mano la arquitectura pirenaica y de alta montaña en la medida que pudo unir a su condición de arquitecto la del  excursionista experto y experimentado. Es por todo ello que hay en Josep Danés una gran coherencia entre la arquitectura estudiada y la arquitectura proyectada en el bien entendido, claro está, que no todas las tipologías arquitectónicas resultaban apropiadas para plantearlas en lenguaje regionalista. El mismo, por ejemplo, había afirmado que no se trataba de llenar “les ciutats de Catalunya de cases de pagès”, sino de ver las lecciones arquitectónicas que desprendían las masias de tipo estructural y funcional ya que, siguiendo sus palabras, “són les  modernamente considerades de més valor arquitectònic, doncs lo pintoresc sortosament ja no és confon amb la bella arquitectura”[19].

 

Los máximos exponentes de arquitectura regionalista salidos del despacho profesional de Josep Danés serían las torres o casas (de veraneo o no) proyectadas para zonas urbanizadas a la manera de “ciudad-jardín”, reformas y ampliaciones de grandes masias catalanas o “possessions” mallorquinas, refugios pirenaicos, hoteles y hospederías de alta montaña, estación para el tren cremallera de Núria, así como algunas iglesias construidas en comarcas pirenaicas. En este sentido las tipologías arquitectónicas en que Danés adopta el programa del regionalismo arquitectónico coinciden prácticamente en su totalidad con las que señala Jean Claude Vigato en su estudio sobre la arquitectura regionalista en Francia[20]. Veamos, pues, los principales ejemplos de arquitectura regionalista producidos por Josep Danés.

 

 

La alpinización del Pirineo a través de la arquitectura: el santuario de Núria y los refugios pirenaicos

 

Las intervenciones arquitectónicas en el Pirineo catalán de Josep Danés tienen un común denominador, a saber: su inspiración en la arquitectura alpina; inspiración que supo reinterpretar a partir de la arquitectura propia pirenaica. Que los Alpes fueron también  una potente fuente de inspiración para arquitectos e ingenieros tiene que ver con su “descubrimiento” a finales del siglo XVIII y con la nueva sensibilidad romántica que cambió radicalmente la percepción de la alta montaña que pasaría de ser percibida como espació estéril y horrible a ser considerado bello y sublime. Este proceso tampoco sería neutro desde un punto de vista arquitectónico ya que a partir de él la arquitectura alpina se convirtió en modelo (y estereotipo) para muchos arquitectos. En efecto, tal como mostró  Jacques Gubler en la segunda mitad del siglo XIX el estilo suizo se exportó y se internacionalizó a partir de las exposiciones nacionales y universales. Así, por ejemplo, fue decisiva la Exposición Nacional de Ginebra de 1896 que al construir le Village Suisse, contribuyó, sin duda,  a la difusión del modelo arquitectónico del chalet[21] ; proceso que comportaría en Cataluña y España la introducción gradual en el vocabulario del galicismo chalet que muy pronto añadiría a su significado primigenio (“casa suiza de madera temporal de verano donde se fabrican quesos”) la acepción, más general,  de “casa de recreo o vivienda, generalmente rodeada de un pequeño jardín”. Otra prueba inequívoca de descodificación y construcción de la imagen de los territorios de montaña propios a partir del modelo alpino o suizo fue que determinados valles y poblaciones se presentaran, con voluntad publicitaria,  como “suizas”  catalanas o españolas, tal como han destacado Josefina Gómez Mendoza y Francesc Roma[22].

 

¿De qué manera  Josep Danés participaría en este proceso de alpinización del Pirineo a través de la arquitectura regionalista?,  ¿Cuáles son sus intervenciones más emblemáticas y representativas? Para responder a estas cuestiones utilizaremos el criterio del orden cronológico, des de la primera intervención en esta dirección a la última.

 

Fue en el santuario de Núria donde Josep Danés empezó a incorporar explícitamente modelos alpinos en sus proyectos arquitectónicos[23]. El encargo le vino en 1922 del obispo de la Seu d’Urgell Justí Guitart. Este obispo era consciente de las nuevas posibilidades turísticas, excursionistas  y deportivas (práctica del alpinismo y deportes de nieve) que ofrecía este valle del Pirineo oriental catalán. El obispo Guitart era consciente, además, de la necesidad de replantear radicalmente el primer proyecto de modernización del santuario que había promovido el obispo anterior Joan de Benlloch; proyecto  realizado en 1918 por el arquitecto Bernat Pejoan, con la colaboración del ingeniero Joan Matabosch. Este proyecto de 1918  había sido vetado por el Estado (al que el obispado de Urgell había solicitado la cesión de los terrenos comunales del municipio de Queralbs que rodeaban el santuario), asesorado por el Cuerpo de Ingenieros Forestales, por el hecho que implicaba la urbanización de parte del valle. La  posición contraria de los ingenieros forestales al primer proyecto urbanizador de Núria entronca con las posiciones conservacionistas a favor de la naturaleza de los primeros años del Cuerpo de Ingenieros Forestales del Estado[24].  El nuevo obispo para salir del impasse encargó a Josep Danés un nuevo proyecto que no contemplara la construcción de calles y chalets delante del santuario.  Se trataba, en primer lugar,  de construir un nuevo santuario (con nueva iglesia,  hospederías y un hotel confortable de gran capacidad)  que sustituyera al antiguo con el  segundo objetivo de encontrar una empresa que invirtiera en la construcción de un tren cremallera que facilitara el acceso, hasta el momento sólo accesible a pie o en mula o caballo. Sin duda se trataba de un proyecto ambicioso de modernización del santuario de una gran complejidad. Cuando en 1931 se inauguró el tren cremallera el nuevo hotel ya funcionaba y la empresa constructora empezó a rentabilizar la inversión efectuada.

 

La intervención de Danés en Núria consistió en proyectar en el centro de todo el complejo una gran basílica neorománica situada en el mismo lugar del templo neogótico inaugurado en 1911 pero que se planteaba derribar (fig.13). La opción de sustituir el templo neogótico por uno de neorománico hay que interpretarla en doble clave; por un lado, muestra hasta que punto en determinados ambientes intelectuales, culturales y políticos del momento se consideraba el arte románico como el máximo representante del “arte nacional” catalán[25]; y, por el otro, en clave paisajística en la medida que se asociaba el románico a los territorios pirenaicos (donde se habían conservado los mejores ejemplos de arquitectura religiosa románica) y el gótico a las ciudades. Entorno a la basílica se proyectaban seis grandes pabellones que formaban una gran plaza (fig.14).

 

 

Figura 13. Perspectiva del  nuevo Santuario de Núria proyectado por Josep Danés en una postal diseñada por el mismo arquitecto.
Fuente: colección particular del autor.

 

 

Figura  14.  Croquis del nuevo complejo del santuario de Núria proyectado por Josep Danés en 1922-1923.
Foto de Quim Turon.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés.

 

                                                   

  

 

El conjunto de los seis edificios ofrecía la posibilidad de alojar a 1.500 personas a repartir entre las habitaciones del hotel, las celdas de la hospedería, los apartamentos para familias o la residencia de verano del obispo de la Seu d’Urgell. Los pabellones que se construyeron hasta 1931 fueron cuatro: las llamadas casas de Sant Justí, Sant Antoni, Sant Josep y Sant Gil. El complejo adoptó, finalmente, la formo de U que tiene en la actualidad (fig. 15), tomándose la decisión acertada de no construir los dos pabellones que cerraban el conjunto, de esta manera el diálogo entre la arquitectura construida y el paisaje abierto del valle  es mucho más intenso, tal como ha afirmado Xavier Barral: “la relació de l’Església [de Núria] con el paisaje és la seva característica principal”[26].Este fue, sin duda,  el primer objetivo de Josep Danés, subordinar su proyecto al hecho de que se trataba de un santuario, por lo cuál el templo constituía el eje central ordenador de todo el complejo: “como Santuario que es [afirmaba] se da al edificio iglesia todo el realce preciso para que centre el conjunto y sobresalga de todos los demás edificios, por su emplazamiento, situación relativa, dimensiones…”.

 

Fig. 15. El Santuario y Hotel de Núria en la actualidad.

Foto de Xavier Puigvert.

 

 

 

 

Además del románico catalán otras fuentes de inspiración internacional, más cosmopolitas, fueron utilizadas por Josep Danés para su proyecto de Núria, a saber: el Hospicio suizo del Gran San Bernardo (fig.16) y los viejos  puentes de madera de la ciudad de Lucerna (fig. 17). Los croquis e imágenes conservadas en el archivo del arquitecto y el puente que une la estación del tren cremallera de Núria con el santuario constituyen pruebas inequívocas de ello.  

 

 

Figura 16.  El Hospicio suizo del Gran San Bernardo fue una fuente de Inspiración para Josep Danés en el momento de proyectar el nuevo Santuario de Núria.  
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés.
Foto de Quim Turon.

 

 

Figura 17.  Para proyectar el puente de Núria (a la izquierda) Josep Danés se sirvió como fuente de inspiración de la imagen (a la derecha)  de uno de los viejos puentes de madera de la ciudad suiza de Lucerna.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés.

 

                      

  

Además del santuario de Núria es un buen exponente del regionalismo arquitectónico para un ambiente de alta montaña la serie de refugios que Josep Danés proyectó en el Pirineo catalán que son, ciertamente, un buen indicador de hasta qué punto se hizo un nombre en la Cataluña noucentista como arquitecto especializado en la tarea de proyectar y construir en zonas de alta montaña. De los cinco refugios que proyectó son especialmente notables el Xalet de la Molina (1925), por encargo del Centre Excursionista de Catalunya (fig.18) y el Xalet del Port de la Bonaigua (1929), por encargo de la  Sociedad Productora de  Fuerzas Motrices (fig.19). En los dos casos se inspiró en la arquitectura tradicional de cada lugar. En el caso del Xalet de La Molina se inspiró en la arquitectura  de la comarca de La Cerdanya,  permitiéndose la licencia (novedosa en la Cerdanya de entonces) de introducir en su tejado sendas mansardas para potenciar y recrear su carácter “alpino”; de este proyecto cabe destacar el contraste entre la “rusticidad” exterior con la decoración interior que responde a las exigencias del confort moderno y los gustos de la burguesía de la época. Salvando todas las distancias en este refugio (que hoy necesita una urgentísima rehabilitación)[27] se producen ciertos paralelismos con los chalets construidos por el arquitecto Henri Jacques Le Même en la estación alpina  de Megève[28].

 

 

 

Figuras 18  y 19.   A la izquierda perspectiva del refugio-chalet de La Molina; a la derecha el Refugio-chalet del Port de la Bonaigua.
Fotos de Xavier Puigvert.

 

 

En el caso del Refugio del Port de la Bonaigua, construido a 2.072 metros de altitud, las fuentes de inspiración sería la arquitectura tradicional de la Vall d’Aran que el arquitecto Danés conocía a fondo por su dilatada trayectoria excursionista[29]. En este caso, sin embargo, resultaron no menos determinantes para la resolución final del proyecto las indicaciones recibidas por parte del ingeniero que le hizo el encargo, el  suizo Alfred Würth (1886-1947), director de la Sociedad Productora de  Fuerzas Motrices, sobre todo referentes al uso de grandes sillares de piedra granítica; uso de sillares que, recordémoslo fue, introducido por primera vez en el Pirineo catalán en las grandes centrales hidroeléctricas construidas por los ingenieros en las primeras décadas del siglo pasado. En este sentido vale la pena señalar que Josep Danés también  proyectó, por el encargo del mismo ingeniero, las fachadas de la Central de Fuerzas Hidroeléctricas de Andorra, construida entre 1931 y 1934 en Encamp, donde el uso del granito “en sillarejo tosco” es su principal seña de identidad. Esta construcción fue pionera, tal como ha destacado Raquel Lacuesta, de la llamada arquitectura del granito andorrana[30].       

 

 

La masía como fuente de inspiración arquitectónica

 

No fue para Josep Danés la masía un simple objeto de estudio sino una potente fuente de inspiración para su práctica profesional[31]. Ya en su primer ensayo publicado en 1919 ya planteaba claramente la masía como fuente de lecciones de tipo funcional y estructural para el arquitecto contemporáneo. No lo sería, claro está, para todo tipo de proyectos; sería en la reforma de grandes masías y  en las casas de veraneo aisladas donde tendría más sentido buscar en la masía unas claras referencias a seguir. Es en este tipo de  proyectos que el arquitecto buscaría conciliar equilibradamente  las necesidades  y demandas de sus clientes con el ejercicio de reinterpretación de la estructura arquitectónica de la masía. Dos buenos ejemplos de reformas notables  de masías proyectadas por Josep  Danés fueron las correspondientes al manso El Pradell (1925), en la Plana de Vic (fig.20) y Ca l’Huguet  (1925-1934) de Vilallonga de Ter, en la Vall de Camprodon (fig. 21). Los dos proyectos (el primero no realizado y el segundó sí) tendrían como común denominador la construcción de sendas torres (recreando las grandes masías fortificadas) y grandes galerías. Añadiendo un cuerpo de galerías el arquitecto utilizaba un recurso propio de las masías de zonas lluviosas y frías que en los siglos XVIII y XIX construyeron galerías con el objetivo de conseguir una mayor aislamiento climatológico, ya fuera para resguardarse de la lluvia o para asegurar un mayor equilibrio de temperaturas.

 

Figuras  20 y  21. A la izquierda proyecto (no realizado) de reforma del manso El Pradell, situado en la Plana de Vic; a la derecha, reforma del manso Ca l'Huguet, en Vilallonga de Ter.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés (Imagen de la izquierda).

Fotos de Quim Turon (izquierda) y de Àngel Almazán (derecha). 

 

 

 

También la masía sería una buena referencia para proyectar casas unifamiliares aisladas como  casas de veraneo o torres para la burguesía. Dentro de esta tipología cabe destacar la torre de veraneo para el industrial Josep M. Guitart en Sant Julià de Vilatorta (1925) (fig. 22); la Masia Mariona para el mecenas Rafael Patxot en la montaña del Montseny (1926-1934); la torre para el industrial Josep M. Plana en l’Eixample Malagrida de Olot, una de los proyectos más notables de ciudad-jardín de perfil burgués de Cataluña, tal como ha destacado Josep Franquesa (2009) (fig.23); la torre de veraneo para la familia Burés (la Vil·la Antònia, 1931-1932) (fig.24) , situada en la  avenida Sofía de Sitges; y la Torre Sacrest  (1945-1948), en la ciudad de Olot (fig. 25).

 

Figuras  22 y  23.  A la izquierda  perspectiva en acuarela de la casa de verano de Josep M. Guitart en Sant Julià de Vilatorta; a la derecha la Torre Plana, situada en el corazón de l'Eixample Malagrida,  una de las ciudades-jardín más relevantes de Cataluña.
Fuente: ACGAX, Fons Josep Danés; foto de Quim Turon (imagen izquierda).

Foto de Xavier Piuigvert (imagen derecha).

 

 

 

Figuras  24 y  25.  A la izquierda detalle de la Vila Antònia, en Sitges; a la derecha, torre Sacrest en la ciudad de Olot.
Fotos del autor (imagen izquierda) y de Àngel Almazán (derecha).

 

 

 

 

De todas ellas quizás sea la Masia Mariona (figs. 26, 27 y 28) el ejemplo que refleja con más exactitud qué tipo de reinterpretación de masía hizo el arquitecto Danés cuando se trataba de construir una casa de nueva planta. Veámoslo a continuación.

 

En rigor, la casa de veraneo que proyectó Josep Danés para Rafael Patxot en Mosqueroles, al pie de la montaña del Montseny, más que una masía se trataba de una neomasia. Si bien en su aspecto exterior la estructura correspondía a las características principales de una gran masía, en la organización de su espacio interior respondía a las demandas provinentes de  la alta burguesía de la época y de su concepción del confort moderno: así, por ejemplo, se proyectaron dos escaleras, una para los propietarios y la otra para el servcio;  se crearon salas  ad hoc para el  laboratorio fotográfico y   para el billar o el office, como espacio de transición entre la cocina y el comedor. Sin duda en la Masía Mariona el arquitecto y su cliente se propusieron conciliar, tradición y modernidad.

 

 

Figura  26.  Alzado de la fachada de la Masia Mariona, casa de veraneo del mecenas Rafael Patxot, situada en Mosqueroles, en la falda del Montseny.
Fuente: ACGAX,  Fons  Josep Danés.

Foto de Quim Turon.

 

 

 

Figura 27 y 28. A la izquierda, fachada posterior de la Masia Mariona, convertida actualmente en la sede del Parc Natural del Montseny. A la derecha, entrada principal de la Masia Mariona, cuyo interior fue decorado por Santiago Marco.
Fuente: Arxiu d'Imatges d'Olot.

 

 

 

Arquitectura religiosa

  

 

La dedicación de Josep Danés a la arquitectura religiosa fue muy destacada. Que fuera arquitecto diocesano del obispado de Urgell desde 1927 y que tuviera estrechos lazos de amistad con sacerdotes y religiosos contribuyeron, no cabe la menor duda,  a ello. Fue en plena postguerra, en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado cuando se produjo la verdadera eclosión de la arquitectura religiosa salida del despacho de Josep Danés. En total proyectó y dirigió la construcción de ocho templos de nueva planta; participó en la reconstrucción de catorce y planificó reformas y ampliaciones en otros nueve templos[32]. Todos ellos repartidos en los obispados de Urgell, Barcelona y Girona. Todo este trabajo ingente se benefició, claro está, del contexto de reconstrucción de templos después de la Guerra civil española; proceso animado con no pocas ayudas de la Dirección General de Regiones Devastadas o de la Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales. Todo este complejo proceso, destaquémoslo, tendría fuertes connotaciones políticas e ideológicas al ser un instrumento más de propaganda a favor del nuevo régimen franquista, que hizo del nacionalcatolicismo una de sus señas de identidad seminales[33].

 

Antes de sintetizar las principales aportaciones de Josep Danés a la arquitectura religiosa vale la pena plantearnos una serie de problemas e interrogantes generales: ¿Es cierto el diagnóstico de Juan Plazaola según el cuál España después de la Guerra Civil perdió la oportunidad de renovar su arquitectura religiosa por estar hipnotizada por su pasado histórico?[34]; y en la medida que el patrimonio arquitectónico es una pieza del entorno físico y emocional de una sociedad, tal como ha planteado Ascensión Hernández  ¿fue  inevitable que en el contexto de las reconstrucciones postbélicas se impusieran las reconstrucciones clónicas cómo instrumento que ayudara  supuestamente a  cicatrizar les heridas abiertas por la Guerra Civil? [35].

 

A partir del estudio de las iglesias construidas y reconstruidas por Josep Danés no es fácil dar respuestas unívocas y sin matices a los interrogantes planteados. En algunos de sus iglesias, como es el caso del nuevo templo parroquial y santuario de la Bonanova (1942-1962), en Barcelona, el diagnóstico de Juan Plazaola se cumple. En efecto, el templo de la Bonanova, sin ser una reconstrucción clónica del templo derruido, es una majestuosa iglesia que se inspira “hipnóticamente” en las iglesias italianas del Renacimiento (fig. 29 y 30).

 

Figuras  29 y 30.   A la izquierda, perspectiva exterior de la iglesia-santuario de la Bonanova en Barcelona;  en la imagen derecha, detalle de la nave interior del mismo templo.
Fuente de la imagen izquierda: Arxiu d'Imatges d'Olot.

Foto de la imagen derecha de Xavier Puigvert.

 

 

 

 Por  contrario,  en la iglesia de la parroquia de la Mare de Déu dels Àngels (figs 31, 32 y 33), situada en el corazón del Eixample de Barcelona, en el cruce de calles Balmes-Valencia,  el diálogo con la arquitectura religiosa europea contemporánea resulta evidente. Se trata de un templo proyectado en 1934 que empezará a construirse en 1942 sin variar ni un ápice su proyecto original. De este templo y de los edificios parroquiales  anejos que lo acompañan,  hay que destacar su plena inserción en la trama urbanística de Cerdà.

 

 

 

Figura  31. Exterior del complejo parroquial de la Mare de Déu dels Àngels, situada en pleno ensanche de la ciudad de Barcelona. Destaca su extraordinaria integración a la trama urbanística de Cerdà, además de su campanario de inequívoco regusto art déco, inspirado en los rascacielos americanos.
Foto de Xavier Puigvert.

 

 

  

En este caso Danés rompe con la tradición que las iglesias en las ciudades intenten construirse de manera aislada, sin edificio adosados, con el objetivo de darles mayor vistosidad y monumentalidad. Y lo hace sin renunciar al imperativo de dar a la iglesia un carácter monumental. Y lo consigue a través de varias estrategias: primero, colocando la fachada y el campanario del templo en la esquina, donde puedan tener un mayor campo de visión; hecho que determinó que la planta de la iglesia siguiera el eje diagonal de todo el solar disponible en toda su profundidad. Segundo, utilizando para la fachada y campanario piedra de Montjuic que contrastara  cromáticamente con la obra vista de tonos rojizos utilizada en las fachadas de los edificios parroquiales anejos. Y, tercero,  abriendo patios de luces entre las paredes del templo y de los edificios anejos que permitieran abrir sendos ventanales en su interior que, desde dentro, dan al templo apariencia de edificio exento. Sin duda se buscaron soluciones espaciales complejas e imaginativas para dar respuestas a problemas derivados del imperativo de edificar un templo urbano monumental, con sus edificios anejos, sin desperdiciar ni un palmo del solar de que se disponía.

 

 

Figuras  32   y 33.   A la izquierda en blanco y negro, dos imágenes del interior del templo barcelonés dels Àngels poco antes de ser inaugurado; a la derecha, visión del crucero y presbiterio del mismo templo.
Fuente de la imágenes en blanco y negro: Arxiu d'Imatges d'Olot.

Foto en color de Xavier Puigvert. 

 

 

Desde un punto de vista formal y estilístico este templo barcelonés busca un equilibrio entre los estilos históricos (sin mimetismos) y una cierta modernidad. Son claras, por ejemplo, en él  las influencias del arquitecto francés August Perret, autor de la primera iglesia europea en hormigón armado en Notre Dame du Rancy (1921), de manera muy especial en las celosías de los ventanales con unas formas geométricas del más puro estilo art déco. También tiene características propias del art déco el campanario del templo, con coronamiento escalonado que parece emular, salvando todas las distancias,  los coronamientos de no pocos rascacielos de Nueva York, en especial el de la Chrysler Building. De este templo hay que destacar, también, toda la decoración (lámparas, pavimientos) y mobiliario (altares, confesionario, sagrarios) obra del mismo arquitecto.

 

Otro templo de Josep Danés que obliga a matizar (más no a desmentir) las afirmaciones de Juan Plazaola  y de Asunción Hernández, es el nuevo templo parroquial de Ribes de Freser, edificado entre 1940 y 1945 (fig. 34, 35 y 36). Del viejo templo barroco de Ribes de Freser los revolucionarios del verano de 1936 sólo respetaron el campanario (por razones militares) y unos pocos metros de tres ábsides románicos que habían quedado al descubierto al derruir las capillas laterales barrocas que los ocultaban; restos de ábsides que salvaron  por el hecho que hacían de pared medianera con una casa y patio vecinos. El proyecto de Josep Danés consistió más que en proyectar una reconstrucción hacer un nuevo templo.  Se pondría como principal objetivo reconstruir los ábsides románicos; decisión que le condicionaría todo el proyecto,  tal como dejó escrito: “al estudiar el proyecto del nuevo templo parroquial, hicimos un firme propósito de respetar todas y cada una de las piedras de la iglesia románica (…) e incluso para el logro de una visual parecida a aquella que había tenido, situamos una puerta lateral del nuevo templo, en la fachada de la plaza, frente mismo del que fue ábside mayor y en el mismo sitio en que habría existido la puerta del templo románico en lo que era su fachada principal”. Esta opción implicó  en el interior reconvertir los tres ábsides recreados en tres capillas laterales de una nave perpendicular a ellos construida con grandes arcos parabólicos de claras resonancias gaudinianas; y, en el exterior, implicó realizar una reforma urbanística con el objetivo que se visualizara la recreación de los tres ábsides románicos.

 

 

Fig. 34   y 35.  A la izquierda, planta del templo parroquial de Ribes de Freser; a la derecha nave principal del mismo templo.
Fuente de la imagen eizquierda: ACGAX, Fons Josep Danés.

Foto de la imagen derecha de Xavier Puigvert.

 

 

 

                           

 Todo este proyecto se completó con la utilización de un lenguaje románico muy depurado en el exterior  que no esconde su carácter contemporáneo, así como la construcción de unos grandes tejados con pizarra y mansardas de aire “alpino” que quieren poner énfasis en el carácter pirenaico de la población, siguiendo los principios del regionalismo arquitectónico tan arraigado en Josep Danés.

 

 

Figura  36. Visión exterior del templo parroquial de  Ribes de Freser.
Foto de Àngel Almazán.

 

 

A modo de conclusión

 

A grandes rasgos hemos podido observar a partir del caso estudiado la trayectoria profesional de un arquitecto representativo de la llamada segunda generación de arquitectos noucentistes catalanes. La virtualidad de un ejercicio de estas características en aras a contribuir a un mayor conocimiento del papel de los profesionales liberales nos parece suficientemente probada. Como mínimo por tres razones. En primer lugar, se confirma  que los profesionales liberales a comienzos del siglo XX tendían a autoreclutarse en familias ya vinculadas con el mundo de los profesionales liberales; en segundo lugar, nos ha permitido observar cómo los cargos oficiales fueron instrumentos decisivos para los arquitectos para conquistar nuevos mercados profesionales en las comarcas rurales; y en tercer lugar, se pone en evidencia, que más allá de las prácticas profesionales estos colectivos, con una amplia formación humanística, podían desarrollar un papel destacado en el terreno cultural e intelectual hasta el punto de ser más conocidos por sus aportaciones en estos campos que no como simples profesionales. El caso de Josep Danés en este sentido resulta paradigmático ya que hasta hoy ha sido más conocido como estudioso de la masía que no por su tarea profesional como arquitecto. Mostrar la coherencia y los vasos comunicantes existentes entre las dos facetas ha sido nuestro principal objetivo, además de mostrar como desde la perspectiva de la historia social el estudio sistemático de las “segundas” figuras (por decirlo de algún  modo) de un determinado campo profesional puede resultar de gran interés. Demasiado a menudo la historia, también en la historia de las profesiones, se ha centrado demasiado en los nombres de relumbrón, olvidando la importancia de que exista una  masa crítica, formada por buenos profesionales casi-anónimos,  que es la que da, en realidad,  el tono y la cultura profesional mediana a un determinado colectivo, además de garantizar su verdadera  incidencia social.          

               

 

 

Notas

 

[1] Este artículo se inserta en el contexto del Proyecto I+D+I “Reconstrucción de la actividad económica en Cataluña- Trabajo y movilidad social”, HAR2008/01998, Ministerio de Ciencia y Tecnología. Véase Àngels Solà (1993), Ramon Garrabou (1982) y Stephen Jacobson (2009).

 

[2] Eespecto a Alemania, véase Kocka (2000); Francia, Guillaume (1995); Italia, Banti (1994) y Malatesta (1996); España, Villavorta (2001).

 

[3] Véase Joaquim M. Puigvert (2005, 2009a).

 

[4] Véase Joaquim M. Puigvert (2002a, 2007, 2009b, 2010b).

 

[5] Véase Joaquim M. Puigvert (2003, 2008a, 2008b, 2010a). De ahora en adelante el Arxiu Comarcal de la Garrotxa será citado con la abreviatura ACGAX.

 

[6] Véase Joaquim M. Puigvert (2008). Si no se especifica nada en contrario todas las informaciones de este artículo y las imágenes que lo ilustran proceden de este libro donde el lector podrá ampliar de manera más amplia  las fuentes documentales y bibliográficas utilizadas

 

[7] Véase Solà-Morales (1980) y AA.DD (2002)

.

[8] Véase Josep Danés (1919).

 

[9] Véase Joaquim M. Puigvert (1998), Montserrat Solà (2010) y Jeroni Moner-Joaquim M. Puigvert (2010).

 

[10] Véase Josep Danés (1931, 1933).

 

[11] Recientemente en colaboración con el arquitecto Jeroni Moner y el filólogo David Prats hemos reeditado las publicaciones de Josep Danés sobre la masía, así como la edición  de las  investigaciones que quedaron inéditas. Véase Josep Danés (2010) y Jeroni Moner-Joaquim M. Puigvert (2010).

 

[12] Véase Jeroni Moner (2005).

 

[13] Véase Horacio Capel (1997).

 

[14] Sobre la importancia de las colonias de veraneantes des de un punto de vista social, urbanístico y arquitectónico véase Soler (1995), Puigvert (2002b, 2010f ), Tatjer (2002), Clusellas (2003) y Franquesa (2010). .

 

[15] Veáse Joaquim M. Puigvert (2010f).

 

[16] Véase Horacio Capel (2005, p. 364-365) y Joaquim M. Puigvert (2008b).

 

[17] Véase Oriol Bohigas (2002, p. 96).

 

[18] Véase Horacio Capel (2005, p. 223-226).

 

 [19] Véase Josep Danés (1919, p. 32).

 

[20] Véase Jean-Claude Vigato (1994). Para una panoràmica internacional del movimiento del regionalismo arquitectónico es de gran utilidad el libro editado por  Vicent B. Canizaro (2007).

 

 [21] Véase el libro seminal de Jacques Gubler (1988). Tal como han afirmado B. Debarbieux (1997) y  Marina Frolova (2002, p.8), el nombre de los Alpes sirve para describir los paisajes de las montañas del mundo. La influencia de la arquitectura alpina tradicional (sobre todo suiza) en los arquitectos del siglo XX no se registra, claro está, solamente en el Pirineo catalán; fenómenos similares ocurren en otros territorios ya sean  europeos,  como en el Valle de Aosta y en el Piamonte estudiado por Antonio De Rossi (2005), o en América del Sur, como en el Parque Nacional de Nahuel Huapi, en la Patagonia argentina  (Berjman-Gutiérrez, 1985). En la actualidad estamos desarrollando un estudio de historia comparada de este hecho arquitectónico en el Pirineo catalán y la Patagonia argentina.

 

[22] Véase, para el conjunto de España, Josefina Gómez mendoza (1992) y para Cataluña, Francesc Roma (2004).

 

 [23] Recientemente hempos presentado una comunicación en el 135 Congres des Societés Historiques et Scientifiques celebrado en abril de 2010 en Neuchâtel dedicado al tema Paysages, con el título “Le Sanctuarire pyrénéen de Núria gace au miroir suise” (Puigvert, 2010e). 

 

 [24] Véase Gómez (1992), Casals (1996) y Casado de Otaola (1996).

 

 [25] Sobre el proceso histórico que convierte al arte románico en màxima expresión del “arte nacional” catalán son notables las contribuciones de Xavier Barral (2006, 2009).

 

 [26] Xavier Barral (1999, p. 163).

 

 [27] Véase Joaquim M. Puigvert (2007a, 2007b, 2010c). Actualmente está proyectada su rehabilitación intgeral a cargo de la Generalitat de Catalunya y la Diputació de Girona  con el objetivo de convertirlo en una centro-residencia de tecnificación de deportes de alta montaña.  

 

 [28] Véase Brusson (1996).

 

 [29] Véase Joaquim M. Puigvert (2010d).

 

 [30] Véase Raquel Lacuesta (2005).

 

 [31] Véase Joaquim M. Puigvert (2010a)

 

 [32] Para una visión panoràmica de estos proyectos de templos se puede consultar Joaquim M. Puigvert (2008a, p. 143-147 y p. 246-268).

 

 [33] Véase Checa (1998) y  Puigvert (2007c).

 

 [34] Véase Juan Plazaola (1965, p. 551).

 

 [35] Véase Ascensión Hernández (2997, p. 65).

 

 

 

Bibliografia

 

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Ficha bibliográfica:

PUIGVERT i SOLÀ, Joaquim M. Josep Danés (1891-1955), arquitecto. Un estudio de caso al servicio de la historia social de las profesiones liberales en Cataluña. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XVI, nº 906, 25 de enero de 2011. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-907.htm>. [ISSN 1138-9796].