Biblio 3W |
EDUCACIÓN PARA NIÑAS, ILUSTRACIÓN DEL ENTENDIMIENTO E IGUALDAD: UNA
BIOGRAFÍA DE JOSEFA AMAR Y BORBÓN (1749-1833)
LÓPEZ-CORDÓN CORTEZO, Mª V. (2005): Condición femenina y razón ilustrada. Zaragoza: Prensas Universitarias e Instituto Aragonés de la Mujer, 355 p. [ISBN 84-7733-774-8]
Hace ya tres años, al publicar en Sarmiento una versión revisada y actualizada de las ideas expuestas en un cursillo celebrado en Albarracín en el mes de julio de 1999, Antonio Viñao señalaba con gran modestia que al hablar del tratamiento dado a la educación en las obras de Josefa Amar y Borbón (1749-¿1833?) no descubría ningún Mediterráneo. Pues, en el contexto de los recientes cambios historiográficos, y sobre todo de la consolidación de la historia de las mujeres como campo de estudio, autoras como Mónica Bolufer –de modo genérico y en su libro Mujeres e Ilustración editado en 1998– o María Victoria López-Cordón –con una cuidada edición crítica en 1994 del Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres (1790) publicada por Cátedra en su prestigiosa colección Feminismos– habían roturado previamente y de modo sugeridor el tema objeto de su artículo, resaltando desde sus particulares intereses bien reflejados en el título de sus investigaciones algunas de sus aportaciones fundamentales. Y, con ello, haciendo visible a una estudiosa que, de la mano de Ángeles Galino, una mujer que mandaba mucho por aquella época, ya había recibido un fuerte espaldarazo al ser la única fémina entre los más de sesenta autores incluidos en la famosa antología de textos pedagógicos hispanoamericanos publicada en 1968.
La catedrática de Historia Moderna de la Universidad Complutense nos presenta una biografía en un libro que podría articularse en dos grandes bloques: los nueve capítulos iniciales y un amplio apéndice en el que se reproducen quince textos de muy diversa naturaleza. Hay, además, una introducción y, por supuesto, un apartado en el que se apuntan las fuentes y la bibliografía manejada.
En el primer capítulo –“El personaje y sus circunstancias– se expone el marco en el que vivió una mujer que, sin lugar a dudas, “merece ser rescatada del olvido” (p. 14). En el segundo –“Una biografía interrumpida”–se anotan los rasgos más importantes de su periplo existencial: nacimiento en una familia acomodada con gran tradición médica, hermanos dedicados a la milicia y a la Iglesia, eruditos preceptores cuyas enseñanzas la acostumbraron a “una forma de razonamiento varonil” (p. 49), boda a los 23 años con un hombre mucho mayor que ella que moriría tras grave enfermedad en 1798, final trágico de su hijo Felipe …
En el tercero –“La actividad pública”– se señala el reconocimiento a su temprana labor como traductora –el primer volumen de Lampillas apareció en 1782– y autora entre 1786 y 1790 de tres importantes estudios que le dieron una fama reducida “a diez años, la octava parte de una vida larga y silenciosa” (p. 74). En el cuarto capítulo –“Traductora y escritora”– se comentan sobre todo los aspectos más significativos de sus textos fundamentales: la Memoria … sobre la admisión de señoras en la Sociedad publicada en 1786 (es decir, el Discurso en defensa del talento de las mujeres …), la Oración gratulatoria … (1787) y el ya citado Discurso sobre la educación física … de 1790; resumiendo: una producción que, como se indica en la página 98, no por corta y sólo en parte original, deja de tener su interés. En el capítulo quinto –“Los tópicos ilustrados”– se muestra con claridad cómo el pensamiento de esta autora ha de leerse sin olvidar la atalaya desde la que se mira al mundo –una posición social elevada– para, de este modo, entender con mayor tino su apuesta por una razón que para ella no tenía sexo (p. 102) –como herramienta/medio para conseguir la felicidad del ser humano– y por la necesidad de controlar los sentimientos; todo ello, claro está, partiendo de la defensa de una salud corporal como condición necesaria para alcanzar otras metas.
En el capítulo séptimo –“Las grandes cuestiones”– se comentan asuntos relacionados con una religiosidad que ella entendía como algo íntimo; la importancia del espacio doméstico como ámbito educador en el que, dentro de esa nueva civilidad, podían enseñarse contenidos y maneras de comportarse que mitigasen la propensión al lujo y la excesiva dependencia de muchas mujeres de una moda valorada negativamente y convertida ya en un fenómeno social (p. 129); la relación matrimonial, enfocada más con la cabeza que con el corazón; y la crítica a un nuevo modelo doméstico que, dejándola en una ignorancia que era siempre un mal punto de partida tal y como se anota en la página 133, pretendía recluir a las mujeres en el hogar. En el capítulo séptimo se presentan “Las ideas sobre educación” de esta mujer aragonesa, encuadrándolas dentro de una corriente pedagógica optimista que la entendía como un importantísimo medio que, gracias a la presencia en el currículum de nuevos contenidos para las niñas, abría las inteligencias de las personas y, al menos, posibilitaba una cierta transformación social y hasta una mayor felicidad particular y general.
Dada la trayectoria profesional de la colega madrileña no extrañará nada a nuestros lectores que señalemos la gran relevancia del contenido de un capítulo, el séptimo –“Conciencia de mujer”–, en el que se expone la participación de Josefa Amar y Borbón en el debate intelectual conocido como la polémica de los sexos, defendiendo una línea que la sitúa claramente como antecedente del feminismo de la igualdad; como es sabido, para los representantes de este pensamiento ilustrado las diferencias entre hombres y mujeres radican no en su diferente naturaleza sino, sobre todo, en el influjo de una sociedad que, entre otras cosas debido al diferente acceso a la educación, ha condicionado trayectorias muy distintas de hombres y mujeres. En su “primera parte” el libro se cierra con un capítulo –“Entre la vindicación y la cautela”– en el que se reclama la necesidad de una re-lectura de la obra de Josefa Amar y Borbón en la que, sin dejar de lado lo referido a la polémica de los sexos, se incluya igualmente, dada su complementariedad, la dimensión ilustrada de una mujer cuyo pensamiento, pese a tener afinidades genéricas con el de Olimpia de Gougues, Madame de Genlis, Madame de Staël o hasta Mary Wollstonecraft –la explosiva autora en 1792 de la Vindicación de los Derechos de la mujer–, se mantuvo siempre firme en su defensa de ese feminismo de la igualdad alejado de otras posturas que, apelando al mundo de los afectos, revindicaron la existencia de una subjetividad femenina específica. Como ya apuntamos, en el libro se dedica un apartado a las “Fuentes y bibliografía” –manuscritas, hemerográficas e impresas– y se incluyen variados apéndices entre los que deseamos destacar el décimo –con el Discurso en defensa del talento … (1786)– y el quinceavo, en donde puede consultarse el Prólogo al Discurso de 1790.
Quienes nos hayan seguido hasta aquí habrán podido comprobar cómo, coherentemente con las preocupaciones de Mª Victoria López Cordón, lo relacionado con la escuela y el currículum ocupa en este libro una posición “subordinada”. Pues el análisis de la vida y obra de Josefa Amar y Borbón está orientado hacia una cuestión básica que se menciona en el capítulo noveno: a saber, aclarar si, en su versión femenina, la Ilustración tuvo rasgos específicos; y, entre ellos, la reflexión desapasionada sobre la propia condición de mujer (p. 183). Pese a lo expuesto, y de ello es un buen ejemplo el contenido del capítulo que acabamos de citar, no deja de reconocerse que lo escrito por la erudita aragonesa sobre educación es una aportación fundamental; tesis igualmente compartida por el ya citado colega murciano en el apartado final de su artículo pues, aunque reconoce la existencia de planteamientos teóricamente más ambiciosos en ilustrados franceses o en algunos liberales españoles, lo cierto es que, sobre todo en lo relacionado con la educación de las niñas, la traducción práctica de esas ideas en Informes o normativas aparecidos aquí en España en 1813, 1814, 1821, …, dejó mucho que desear y quedó por detrás de las propuestas más ambiciosas de Josefa Amar y Borbón.
El carácter moderadamente renovador de estas alternativas –no ha de olvidarse que, sin dejar de lado a una minoría de mujeres cultivadas, la aragonesa escribía pensando en lectores mayoritariamente masculinos que controlaban los resortes de poder– se manifiesta con rotundidad en el contenido que se incluye en las dos partes de su Discurso de 1790 y del que citaremos en este párrafo siguiendo la edición de 1994. En la primera de ellas –“De la educación física”–, y de modo coherente con la tradición familiar, nos encontramos con un moderno discurso médico-higienista encaminado a mejorar una salud corporal puesta al servicio de una escala conservadora de valores. En los capítulos sexto, séptimo y octavo de la segunda –“De la educación moral”– se proponen para niñas de las clases pudientes diferentes asignaturas divididas en grandes grupos: básicas –entre otras, una historia “que enseñaba a conocer los hombres y sus diversas pasiones” (p. 174-175)–; luego, y ello no dejaba de ser novedoso, se defendía el valor formativo de las lenguas clásicas y modernas (sobre todo francés, pero también inglés e italiano). Más adelante nos encontramos con un elogio de la geografía por ser ”un estudio divertido y útil a toda clase de gentes” (p. 182), señalándose cómo podrían utilizarse con mucho fruto obras del cartógrafo Tomás López (1730-1802 y, entre otros, hasta los muchos tomos del Viaje por España que había publicado Antonio Ponz (1725-1792). Junto a lo expuesto, y a modo de importante complemento, se apoyaba igualmente la necesidad de adquirir otras “habilidades” que, proporcionadas por materias como el dibujo, la música o el baile, abrían nuevos espacios de sociabilidad a quienes las dominasen; en este último caso ello se debía al magisterio de unos maestros de baile que tenían gran prestigio –algo que puede verse con claridad en muchas de las cartas, recientemente traducidas al castellano y editadas en Acantilado, que Lord Chesterfield envió entre 1750 y 1752 a su hijo Philip que estaba en París finalizando su Grand Tour– al enseñar a “manejar el cuerpo con aire” (p. 193). De las labores mujeriles se apuntan en el capítulo cuarto dos cosas: por un lado que son útiles e instructivas y, por el otro, que este aprendizaje de carácter –digamos– instrumental es del todo compatible con otros de naturaleza intelectual.
La lectura de esta biografía, en la que se echa en falta una mayor estructuración formal de los capítulos así como la inclusión de un índice onomástico para facilitar la tarea lectora, es de utilidad para entender la configuración de un pensamiento que, con las limitaciones propias de la época y los condicionamientos personales de la biografiada, pretende que, mediante nuevos contenidos y diferentes métodos de trabajo, la escuela colabore en la creación de un nuevo tipo de subjetividad femenina. Es verdad que, de modo coherente con su formación clasicista, nuestra ilustrada “se mantuvo en la equilibrada distancia de quien no busca cambiar el mundo sino sólo acomodarse un poco mejor en él” (p. 199). Pero no lo es menos que el contenido de sus aportaciones, en algunos casos novedosas tanto en lo referido al tema elegido como en lo relacionado con su tratamiento escolar, no merecía ese total olvido desde los inicios del siglo XIX. Afortunadamente, obras como la que acabamos de comentar, reparan parcialmente esa injusticia. Pues, junto a las servidumbres del pensamiento de la ilustrada aragonesa, María Victoria López-Cordón no ha dejado de lado el análisis de ciertas luces que dejan entrever también la existencia de una Josefa Amar y Borbón moderna.
© Copyright: Alberto Luis Gómez y Jesús Romero Morante, 2007
© Copyright: Biblio3W, 2007
Ficha bibliográfica
LUIS GÓMEZ, A. ROMERO MORANTE, J. Educación para niñas, ilustración del entendimiento e igualdad: Una biografía de Josefa Amar y Borbón (1749-1833) Biblio 3W Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol.XII, nº 698, 10 de enero de 2007. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-698.htm]. [ISSN 1138-9796].