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REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES (Serie documental de Geo Crítica) Universidad de Barcelona ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 Vol. VIII, nº 477, 5 de diciembre de 2003 |
DESCRIPCIÓN
Y RECONOCIMIENTO DE LA COSTA DE ASTURIAS EN 1806.
UN INFORME DEL
INGENIERO MILITAR THOMAS PASQUAL DE MAUPOEY
Elisenda Cartañà Marquès
Palabras clave: ingenieros militares, fortificaciones, defensas
marítimas, siglo XVIII
Key words: militar engineers, fortifications, sea defences, XVIIIth Century
Durante el transcurso del siglo XVIII, la monarquía borbónica llevó a cabo diferentes programas de reformas que afectaron a todos los ámbitos del territorio español. Las iniciativas llevadas a cabo, inspiradas en los ideales de la Ilustración, tenían el objetivo de favorecer el desarrollo económico y modernizar la sociedad[1].
Entre los diversos colectivos sociales y profesionales que participaron en dicho proyecto reformador, tuvo un especial relieve el cuerpo de ingenieros militares. Al no existir en España una corporación profesional de ingenieros civiles hasta bien entrado el siglo XIX con el régimen liberal, estos asumieron la responsabilidad de todas las infraestructuras del país como las carreteras, canales o puertos[2]. También ejercían las actividades de carácter castrense, inherentes a su profesión, y que principalmente consistían en la revisión, mantenimiento y modernización de las fortificaciones de las ciudades y de los principales puntos estratégicos del territorio[3]. El informe de Tomás Pasqual de Maupoey, que se transcribe a continuación es un buen ejemplo de esta labor.
En el Principado de Asturias, al igual que en el resto de España, también se impulsaron planes en este sentido, a pesar de las reticencias de la nobleza tradicional a cualquier tipo de innovación[4]. En el último tercio del siglo XVIII, Asturias sufrió una importante recesión económica. La pesca y el comercio marítimo, que en los siglos XVI y XVII habían conocido una gran prosperidad[5], se veían ahora perjudicados por los conflictos con Gran Bretaña, que paralizaban la salida de barcos hacia las colonias de ultramar[6]. Además, en 1789 y 1804 se produjeron malas cosechas, que provocaron una importante crisis de subsistencia[7] y que forzaron la emigración de un buen número de asturianos hacia otros puntos de España y América[8]. También hubo un movimiento de población hacia las ciudades del interior, como Gijón[9] y Oviedo[10], que se consolidaron como los núcleos principales del poder político y administrativo de la provincia, cambiando profundamente la geografía humana del Principado.
Esta recesión económica, favoreció la influencia de una nueva generación de ilustrados como Gaspar Melchor de Jovellanos, el padre Jerónimo Feijoo, Gaspar Casal [11], entre otros, que propugnaban cambios encaminados al desarrollo de un nuevo modelo económico y la mejora de la sociedad asturiana. Con el apoyo de la monarquía borbónica, y a través de la Real Audiencia[12], se impulsó la creación de instituciones de fomento entre las que cabe destacar la Sociedad Económica de Amigos del País o el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía[13].
En el ámbito militar, y para evitar nuevos ataques británicos, Carlos IV promulgó diversas Reales Cédulas en 1805, que tenían como objetivo mejorar la protección de la costa asturiana[14]. Una de estas iniciativas fue el encargo al ingeniero militar Tomás Pasqual de Maupoey de un informe sobre la organización de la defensa de la costa asturiana y sus posibles mejoras. Este documento, que se transcribe mas adelante, fue elaborado a inicios de 1806.
Sobre la vida del autor del documento, se dispone de escasa información. Se conoce sobre todo la actividad llevada a cabo entre 1808 y 1812, durante la guerra de la Independencia, en que redactó informes y levantó planos de diferentes emplazamientos civiles y militares de Castilla, Aragón y Andalucía[15].
En el documento aquí transcrito, Pasqual de Maypoey describe con cierto detalle la orografía de la costa asturiana[16]. Con un interior montañoso y una costa irregular. El autor destaca la dificultad que ofrece la topografía del litoral para una invasión enemiga, aunque la considera ideal como madriguera de piratas. Asímismo evalúa las plazas defensivas, muy mermadas durante el siglo XVIII.
Las reformas propuestas por este ingeniero militar se limitan a la estrategia defensiva y organización de los militares en la vigilancia y defensa de la costa, ya que, como señala el propio texto, la reconstrucción y reforma de las plazas defensivas se llevó a cabo desde la Real Cédula del 22 de octubre de 1805.
A partir de un estudio detallado de las fuerzas existentes, defiende la necesidad de aumentar el número de personal militar estacionado en la costa, concentrando las tropas en los enclaves más importantes y destinando avanzadillas a los puntos de difícil acceso.
El autor, pone también de relieve la conveniencia de ampliar el tiempo de permanencia de los oficiales en un mismo lugar, ya que se adquiriría un mejor conocimiento del territorio y de los nativos, cuya ayuda en caso de ataque es muy importante para una buena defensa. Además estas tropas debían encargarse del orden, ya que los responsables actuales, los Justicias, eran incapaces de mantener su autoridad. Para el mantenimiento de las reformas propuestas bastaría con una revisión anual ejecutada por los comandantes de ingenieros y artillería destinados en Gijón y Oviedo.
Asimismo Maupoey es consciente del alto coste económico que estas reformas supondrían para el erario público, aunque destaca que si se garantizase la seguridad del comercio marítimo, se restablecería la prosperidad económica del Principado, beneficiándose a su vez el propio Estado.
Este documento se encuentra en el servicio Histórico de Madrid, número 5 - 5 - 7 - 13 Descripción y reconocimiento de la costa de Asturias, 1806, Maupoey, consta de 21 folios. En ésta transcripción se ha modernizado la ortografía, a excepción de la toponimia, para una mejor comprensión del documento.
Descripción y reconocimiento de la costa de Asturias. Dirección de Castilla la Vieja. Principado de Asturias
Descripción general de los puertos, ensenadas, baterías[17], ciudades, villas, caminos, ríos, etc... de la costa del Principado de Asturias, y un estado de la fuerza que se contempla necesaria para la debida custodia de los fuertes y puntos donde puede verificarse invasión, como así mismo el de las vigías[18], y demás investigaciones conducentes para la debida seguridad de este Principado. Todo ejecutado por el capitán 2º del Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército Don Thomas Pasqual de Maupoey, en el reconocimiento que por superior orden ejecutó, de la enunciada costa en el año de 1805.
La costa de Asturias se halla entre los 43º 24' y 43º 42' de latitud septentrional, y los 12º 11' y 9º 42' de longitud del meridiano de Teyde.[19] Abraza el espacio que media entre Santiyusti por levante y Castropol por poniente que serán como unas 10 leguas de extensión. En ellas la naturaleza ha obrado con fecundidad a fin de resguardarla de los insultos del enemigo, ya impidiendo con peñascos y bancos de arena las entradas de las rías y surgideros, y ya concediendo a sus aguas, un extraordinario impulso, del que generalmente se experimentan en estas costas. Parecerá pues que en vista de tanto escollo como presenta, que debiera de abandonarse a sus propias fuerzas, pero muy distantes de esta ilusión, debemos persuadirnos que en parte alguna son más esenciales las baterías, que en esta especie de costa, pues los muchos cabos que contiene, tantas ensenadas, surgideros, y frecuentes recodos, son otras tantas madrigueras de piratas, que se anidan en cualquiera de ellas para abalar[20] al infeliz mercante, que no tiene otro arbitrio que el de arriar su bandera; por otro lado las perniciosas borrascas son enteramente contrarias a nuestros mercantes, tanto en los temporales, como en el caso de avería perseguidos por el enemigo, y al mismo tiempo nunca es la naturaleza tan pródiga, que no deje algunos huecos en que el arte deba socorrerla, y así en las entradas de las rías, y en puntos semejantes es indispensable el establecimiento de fuerzas artificiales, a fin de que el todo de la costa quede con el preciso equilibrio que exige toda buena defensa.
El terreno contiguo a la costa, es por lo general muy montuoso, y aun cuando se encuentran algunos llanos no son de la mayor extensión, se halla bastante cultivado, pero su cosecha abundante solo es de maíz, habas y sidra; todo lo cual se consume por los naturales; de conformidad que solo se extrae del Principado la avellana y la judía. Contiene gran proporción de ganado vacuno, y de cerdo, como así mismo muchas crías de yeguas. Los dos ríos principales son los de Pravia y Navia, los restantes son de ninguna consecuencia. Los caminos tanto los de la costa como los del interior están cuasi intransitables y solo a las entradas de las buenas poblaciones es donde permanecen con alguna regularidad, pero como el numero de éstas es sumamente pequeño, aunque crecidísimo el de su vecindario a causa de no vivir reunidos sino a la desbandada, se deduce claramente cuan difícil se hace el transporte de artillería, y demás pertrechos etc. pues a más de la imposibilidad de los caminos, se encuentran ásperas montañas, y frecuentes desfiladeros coligiéndose evidentemente la suma dificultad que hallarían los enemigos para saltar tanto obstáculo en caso de invasión por este Principado, y la sobresaliente defensa que con poco numero de tropas pudiera hacerse por nuestra parte y si a esto se añade la ninguna indemnización que conseguirían los contrarios (a excepción de Gijón y Oviedo en donde las circunstancias varían) se vendrá en conocimiento de lo poco que debe temerse insulto formal por esta costa.
Baterías, puertos, y ensenadas de la costa de Asturias, por el orden sucesivo de Este a Oeste.
Santiyusti .- Este puerto se reduce a un arenal de corta extensión, y cuando en él pueden los enemigos desembarcar para hacer algunas correrías, no merece a pesar de esto el ejecutar obra alguna, respecto a que las inmediaciones no contienen intereses que puedan mover la codicia de los corsarios, y por lo mismo contemplo suficientemente la avanzada que se provee del destacamento de Llanes.
R.Purón [Santa Clara] .- A la distancia de legua y media de Santiyusti, se encuentra el río Purón en el cual pueden igualmente desembarcar pequeños corsarios; por lo que deberá ser del cargo del destacamento de Llanes, y de la avanzada anterior el vigilar, y socorrer este punto cuando sea necesario.
Llanes [Al margen] 6 u 8 cuerpo de guardia, explanada buena, no puertas ventanas y rastrillos .- Esta villa se halla situada en la confluencia del mar, y de la ría de su nombre que la divide en dos porciones en terreno bastante llano, pero muy pedregoso. Antiguamente contenía en sí sujetos muy acaudalados y su puerto, era bastante frecuentado, mas en la actualidad carece enteramente de uno, y otro beneficio, su población se reduce a unos 140 vecinos y su caserío es bastante regular. Este punto en el puerto es el primero de las Asturias por la parte de levante que se halle con alguna defensa; consistiendo ésta en una batería de dos cañones de a 24 que defiende imperfectamente la entrada de su ría, la que es sumamente estrecha, y de poco fondo, pues escasamente tiene unas 16 varas de latitud[21], y queda en seco en la bajamar, no prestando la situación de la batería ventaja conocida a los mercantes respecto a que los que vienen del Oeste pueden ser apresados a un tiro largo de fusil de ella, por impedirlo la punta de Gruna y únicamente flaquea el espacio que halla delante de la ensenada sobre que está construida, pero ésta, por los muchos bancos de arena, se hace intransitable en todo tiempo. Al cargo de este destacamento debe estar el río Purón, puerto de Po, río Niembro, y arenal de San Antolín. Tanto la batería como el cuerpo de guardia y repuesto se hallan en buen estado.
Puerto de Po [Al margen] Vigía .- A un cuarto de legua de Llanes se halla el puertecillo de Po, en donde puede desembarcar con comodidad pero en atención al ningún tránsito de los mercantes, y su inmediación a dicha villa, es excusada otra prevención, que la del conocimiento, y cuidado necesario por el oficial comandante del destacamento de Llanes.
Río Niembro [Al margen] Vigía .- Hasta la inmediación del puente de este río pueden entrar a cargar madera, buques de 50 toneladas por lo que siempre conducirá hacer cargo al destacamento dicho el que distando solo legua, y media, puede muy bien evitar cualquier correría de los piratas.
Río y Arenal de San Antolín .- A dos leguas de la villa de Llanes se halla el río de San Antolín, que desagua en el mar, a cuyos costados hay un arenal de un cuarto de hora de extensión en donde puede desembarcarse con el objeto de saquear alguna casa de campo, a causar extorsiones en los ganados etc., por lo que nada se aventuraría en proporcionar 12 a 15 fusiles a los vecinos del lugar de Naves.
Cabo de Mar .- A la distancia de tres leguas de Llanes, y dos de Rivadesella, se halla el cabo de Mar, en donde puede abrigarse cualquiera embarcación y es susceptible de fácil atracadero por lo que deberá ser del cargo del último destacamento el cuidado de socorrer este punto en cualquier acaecimiento.
Rivadesella.- Villa situada entre unos montes que la resguardan de los temporales como asimismo a su hermosa ría, que corre por su pie. Su caserío es bastante regular, su población asciende a 150 vecinos, y su tráfico es de los más frecuentes de la costa. La entrada de la sobredicha ría es muy peligrosa, pero una vez verificada, están los buques tranquilos, y quedan en flote continuo, hasta las fragatas mercantiles. La defensa de este puerto consiste en una batería, situada en la elevada cumbre del monte de la Guía, que defiende su entrada con 3 cañones de a 16, pero con fuego fijamente, y tal que pueden con alguna precaución, pasar las lanchas por su pie sin recibir daño de la artillería; pero como con la fusilería puede descubrirse, y flanquearse a satisfacción el defecto de aquella arma, contemplo ineficaz cualquiera otra advertencia, ni aumento que se pretenda para este punto.
Al cuidado de este destacamento deben estar los puntos siguientes: cabo de Mar, y los tres arenales que median, entre Vega y Espasa.
La batería, cuerpo de guardia y repuesto se hallan en buen estado, y solo falta el tinglado que está mandado ejecutar por Real Orden de 22 de octubre de 1805.
Espasa.- En el espacio que media desde Vega a este río que es de una legua se hallan tres arenales de bastante capacidad, pudiéndose desembarcar en cualquiera de ellos a pesar de la fuerza con que les barren las aguas y lo pedregoso de la orilla. En la última guerra, un buque francés que se refugió en el arenal de Espasa fue saqueado por un corsario inglés; en este supuesto convendrá que tanto el destacamento de Rivadesella, como el de Lastres, proporcionen el debido auxilio, en caso de alguna incursión por los piratas.
Lastres.- Villa situada en una rápida ladera, en medio de barrancos penosamente transitables, contiene 200 vecinos, y entre ellos algunos bien acomodados. La concha de este puerto ( la cual no tiene barra) se forma por los montes de Penote y San Roque hallándose en lo elevado de éste una batería de figura parabólica (pero abierta por la gola, y sirve de paso a las gentes y caballerías etc...) con dos cañones de a 16, y tiene por objeto la defensa del puerto, y el proteger los mercantes, que tengan que montar[22] el cabo de Lastres, distantes de ella media legua.
La batería, y cuerpo de guardia se hallan en buen estado.
Puntal y ría de Villaviciosa.- La barra de esta ría es sumamente difícil, pues en la confluencia de ella con el mar, hay una grande losa, que queda descubierta como cosa de un pie en la bajamar de aguas vivas, y sirve como de barrera a los buques, que forzosamente la han de salvar, para verificar su entrada en el puerto. A pesar de este impedimento entran bergantines, urcas de bastante porte. La batería de Tazones flanquea la barra de esta ría, y a más tiene en lo interior de ella una casa llamada del Puntal, en donde se pone un corto destacamento para su custodia.
Tazones.- Al Este de éste pésimo pueblo, cuya situación es en lo profundo de un barranco, se halla en la falda de un monte una batería con tres cañones de a 24 que al paso, que protege la concha Tazones, defiende igualmente la barra de la ría de Villaviciosa. Tanto la batería como el cuerpo de guardia se hallan en buen estado.
Cabo de San Lorenzo.- A la parte del Este del cabo de San Lorenzo y a la distancia de una legua de Gijón, se halla en la caída de una montaña, la batería llamada de San Lorenzo, con dos cañones del calibre de a 16 con el objeto de evitar las continuas piraterías, que cometían los enemigos, con cuantos buques salían del enunciado puerto de Gijón, y los que navegaban de Oeste a Este pues al tiempo de montar dicho cabo se veían diariamente acometidos por los corsarios que se apostaban en este punto. Este destacamento debe vigilar de algunos atracaderos que hay hacia la parte del Este, los cuales son accesibles en tiempos serenos. Esta batería se halla en el debido estado de servicio que conviene, y se han hecho últimamente en ella lo que está mandado por Real Orden de 22 de octubre de 1805.
Gijón.- Entre las poblaciones del Principado tiene la primacía, después de la capital, la villa de Gijón; la cual se halla situada en una hermosa, y despejada llanura; su caserío por lo general es de solo un piso pero bueno, y sus calles anchas, y rectas, sus comestibles abundantes, su campiña, a excepción de los dos grandes arenales que tiene a su inmediación, es pingüe y deliciosa, y contiene 1200 vecinos. Este puerto es el único de las Asturias, habilitado para América, para cuyo destino salen anualmente de 12 a 14 embarcaciones. La dársena de Gijón está contigua a él, y entran por su boquete hasta fragatas mercantiles, en donde gozan un seguro refugio contra los temporales; pero tiene la contra de que en bajamar queda enteramente en seco, y de consiguiente los buques padecen notablemente; a más tiene este puerto, la notable falta, que lo común de los de la costa de Asturias, y es la barra que impide la entrada, y salida de las embarcaciones, pues se necesita viento y marea para salvarla, cuya detención origina muchas averías en tiempos borrascosos, a pesar del buen fondeadero de Musel que hay delante de la batería de Arnás. Hay también ocasiones en las sicigias[23], en que se puede entrar sin necesidad de marea, pero siempre se hace precisa la detención para lograr la dársena.
Las aguas de esta concha quedan bien defendidas, con las tres baterías que las flanquean, esto es, la de Santa Catalina con 5 cañones de a 24, la del muelle con tres cañones de bronce del calibre de a 8, y la de Arnás con 4 de a 24, y lo propio sucede con la ensenada del Oeste llamada de San Pedro en donde hay igualmente una batería de este nombre con 4 cañones del calibre de 24 que defiende esta entrada.
La guarnición actual, es insuficiente para sostener un regular desembarco, pues contempla necesariamente de 1200 a 1500 hombres. Si el enemigo intentase alguna invasión en esta costa por parte alguna, debiera temerse que por esta villa, pues su comercio, su inmediación a la capital, cuya distancia es de 4 leguas, y camino real y las fábricas de armas y municiones de Oviedo y Trubia son otros tantos alicientes que obligan a persuadirnos de esta verdad, aunque no obstante no contemplo un caso igual, si no bien distante de que llegue a debido efecto.
Batería de San Pedro.- Esta batería se halla al Este de Gijón, y con 4 cañones de a 24 defiende la entrada, y arenal de este nombre, hasta el río Piles, y evita con la de Santa Catalina, el abrigo de todo buque enemigo, que quisiera aproximarse a la inmediación de la montaña, sobre que existen ambas. Esta batería hubiese sido conveniente el avanzarla hacia la parte del norte a fin de que descubriese y defendiese mejor el pie de la sobredicha montaña de Santa Catalina, y las aguas que median hasta el cabo de San Lorenzo, pero tal vez el aparente riesgo que manifiesta el arenal de San Pedro, obligaría a construirla en un puesto tan retirado. Conviene el hacer esta advertencia porque siempre se ha creído accesible, y aun el punto mas conveniente para verificar cualquier desembarco, pero si se ha de dar crédito a los inteligentes, debe tenerse por cuasi impracticable, y de consiguiente libre de cualquier tentativa del enemigo. En efecto jamas fondea buque alguno en dicha ensenada, ni aun las pequeñas lanchas del puerto frecuentan sus inmediaciones.
Esta batería de halla enteramente servible, nada necesaria de reparo.
Batería de Santa Catalina.- La batería de más consideración de la costa, es la de Santa Catalina, y se halla al Norte de Gijón con 5 cañones de 24 que cruzando su fuego, con la de San Pedro, la del muelle y de Arnás, impide la aproximación de los enemigos a cualquier punto de las aguas que bañan a este puerto. Está enteramente en buen estado de servicio, tanto su explanada, y barbeta[24], como su repuesto, tinglado y cuerpo de guardia.
Batería del muelle.- Sobre el murallon que cubre la dársena del puerto de Gijón, se halla situada una batería con tres cañones de bronce del calibre de 8 cuyos rasantes fuegos defienden la entrada de la barra, y la del estrecho boquete de la dársena; en donde hay situada una guardia, para la tranquilidad de la gente de mar, y para evitar que entren, y salgan las embarcaciones del puerto, sin los precisos requisitos. Esta batería se halla en buen estado, a excepción de los tiempos lluviosos que por tener horizontal el techo superior del revestimiento del talud de la muralla, se reembalsan las aguas, y filtran necesariamente la bóveda del cuerpo de guardia; cuyo reparo sería sumamente dispendioso, pues se necesitará levantar el parapeto de sillería, y luego volverle a poner de nuevo.
Arnás.- A la distancia de unos tres cuartos de hora, línea recta, de la batería de Santa Catalina, se halla situada sobre la punta de la Piedra Ladra, y al Este de la montaña, que constituye el cabo de Torres, la batería de Arnás, con 4 cañones de a 24 cuyos fuegos defienden el fondeadero de Musel, como asímismo con los de Santa Catalina, y los del muelle, toda la concha de Gijón.
Esta batería debiera tener una avanzada en el vigía de Torres, a fin de evitar el ser sorprendida, pues en tiempos bonancibles puede desampararse por el río que está al Oeste de la sobredicha montaña llamado de Aboño; pero teniendo la precaución debida, con poca gente se puede imposibilitar el acceso, a causa de lo fragoso del terreno.
Candás.- Villa de poca consideración, situada en la falda de una grande colina, y tiene un pequeño muelle en su concha que sirve para abrigo de pinazas[25], y pequeños pataches[26], los cuales necesitan precisamente marea para su entrada y salida. Tiene para su defensa una batería con tres cañones de 24, de donde entendida su poca utilidad, y el ningún auxilio que puede prestar a los mercantes, convendrá el que extraiga uno de sus cañones, y se traslade a la nueva batería de Llumeres.
Esta obra se halla en buen estado. El destacamento de Candás deberá vigilar desde el río Aboño, de donde dista solo una legua, y en cuyo espacio hay tres atracaderos, para lanchas de remo.
Luanco.- Villa de 400 vecinos, pero los más son gentes de mar, y poco acaudalados, se halla situada, en la concurrencia de dos suaves caídas, y contigua a una ensenada en donde existe un murallón para resguardo de los buques, suficiente hasta las 150 toneladas. A un cuarto de hora de este puerto se halla, sobre la punta de la Baca, situada una batería con tres cañones de 24, que defiende un surgidero, que está a un frente, en el cual, aseguran los naturales, que puedan fondear fragatas de guerra, pero esta sumamente desabrigado, flanquea así mismo, la entrada del puerto, y su barra, sobre la que hay en bajamar de aguas vivas de 20 a 21 pies de agua. Este destacamento debe vigilar de 3 atracaderos, que hay desde el puerto de Candás, hasta esta villa distante media legua larga, y sería muy conveniente, respecto a los pocos oficiales, y tropa que se hallan destinados para la guarnición de esta costa, que el oficial destinado en Luanco fuese también jefe principal de los destacamentos de Candás, y Llumeres, en atención a la corta distancia de uno y otro punto, y porque establecida la batería de Llumeres, serán las otras dos de poca entidad, pues la rada de este nombre, ofrece segura recalada a toda especie de buque por su inmediación al Cabo de Peña y por su grande fondeadero.
La batería y almacén que hay en la inmediación se hallan en estado de buen servicio.
Bañugues.- Aldea situada, en la caída de una montaña a cuyo pie, se halla un arenal de bastante capacidad, en donde atracan con facilidad las lanchas, etc..., lo que deberá ser del cargo del destacamento de Llumeres, el cuidado de este punto.
Llumeres.- Al Norte de Bañugues, y contiguo a la ensenada del Cabo de Peñas, se halla un fondeadero de bastante extensión, y bien abrigado, a excepción de los vientos desde el Norte Noreste hasta cerca del Este pudiendo andar cualquier navío de línea. Este es uno de los puntos, en que los corsarios enemigos, han hallado todo el amparo que necesitaban; Aquí se preveían de la aguada; aquí se abrigaban en los temporales; aquí es donde ejercían con mas seguridad la piratería contra los mercantes que navegaban del Este a Oeste y aquí es donde menos cuidado se había puesto para evitar estos daños tan notorios; pero en virtud del Real Orden del 2 de Octubre de 1805 se está finalizado una batería que deberá tener 3 cañones de 24, que con sus fuegos flanquearán la rada de que se habla, la ensenada dicha de Peñas, los [carreros de los merendalveres] que se hallan delante del mismo cabo, la ensenada que se halla hacia Luanco, y aun en algún modo la entrada del arenal y río de Bañugues. Verificada esta batería pueden los mercantes seguir su navegación desde Gijón, al cabo de Peñas, aunque el enemigo se halle a la vista, y una vez en él pueden continuar su rumbo con facilidad.
La artillería para esta batería pudiera extraerse de Candás, Luarca, y San Juan de Nieva, esto es, un cañón de cada una de ellas.
Ensenada y cabo de Peñas.- Este cabo que es el más avanzado de la costa de Asturias, y el más conocido de los navegantes, es así mismo el mas frecuentado de los corsarios, pues en ningún otro tienen iguales proporciones, y ventajas, y por la seguridad de los fondeaderos inmediatos, y ya porque en ellos hacen sus aguadas sin riesgo, pero mediante la nueva batería de Llumeres, quedan allanados estos inconvenientes, pues en procurando evitar cualquier desembarco en el arenal de Batín, cuya precaución corresponde al destacamento de la enunciada batería y colocando un asta-bandera más hacia la parte del Oeste del actual vigía de Peñas, respecto a que la única que hay, solo sirve para los que vienen del Este queda el difícil paso de Peñas sin el menor obstáculo para nuestro comercio. La utilidad de este vigía, es demasiado conocido, y como lo evidencia el rencor que contra él manifestaron los enemigos en la pasada guerra, pues resentidos de haberles privado en pocos días de 7 u 8 presas, desembarcaron en la ensenada del Este del cabo, y rompieron la puerta, saquearon la casa y llevaron las banderas, bocinas, y cuanto en ella encontraron.
Arenal de Batín o de Verdino.- A corto trecho del cabo de Peñas se halla el arroyo, arenal, y ensenada de Batín. A este arroyo concurren los enemigos, en todas la guerras a renovar sus aguas, y a aposentarse para asaltar a los buques que navegan de Este a Oeste, en cuyo punto han sido las más de las presas que han conseguido, tanto en las antecedentes guerras como en la actual; en la última con los ingleses, desembarcaron varios marineros, armados, y se llevaron varias cabezas de ganado. Este punto, como ya se ha dicho, debe estar a la vigilancia del destacamento de Llumeres.
San Juan de Nieva.- En la embocadura de la ría de Avilés, y distante a una legua larga por mar, y legua y media por tierra de esta villa, se halla colocada una batería con 4 cañones de a 24, la cual defiende la entrada y concha inmediata que es el fondeadero. Tiene esta batería la contra de que los enemigos pueden arrimarse y navegar desde Peñas hasta un tiro largo de fusil de ella, sin que su artillería, pueda causarles el menor obstáculo, pues lo imposibilita la punta misma, sobre que está formada la batería, y de consiguiente, su utilidad se reduce a la sola entrada de la ría, pero de modo alguno, a la característica de las pequeñas baterías de la costa que es la de proteger los mercantes.
En esta inteligencia nunca estaría de más el que se sacase provisionalmente un cañón, y se pusiese sobre la parte más avanzada.
La ría de Avilés es de muy poca profundidad, lo que precisa a los mercantes a dejar sus buques en la concha, y transportar sus efectos a la villa por medio de lanchas. Y aun éstas forzosamente tienen que esperar la marea; de lo que se colige lo infundado, y nocivo de la costumbre inveterada, de tener el oficial, y los dos tercios del destacamento de San Juan de Nieva, destinados en la villa de Avilés, pues en un caso necesario llegarían demasiado tarde al cumplimiento de su deber, y respecto a que los alojamientos del oficial, y tropa, se hallan ya finalizados convendría la orden para que se trasladasen a ellas; y lo propio al guarda-almacén, pues de lo contrario hay que apelar al arbitrio de arrojar las puertas a tierra para sacar las municiones.
Este destacamento debe vigilar por el Este del arenal de Virdisio de Llampero, y de Chagon, y por el Oeste del arenal que tiene a su vista y del puerto de Santa María del Mar.
El todo de la obra se halla en buen estado.
San Esteban de Pravia.- A la distancia de un cuarto de hora de este pequeño lugar se hallan en la caída de una montaña dos baterías con sus correspondientes explanadas, y artilladas con 4 piezas de a 16 y una de 24, su objeto es la defensa de la barra de la ría de Pravia, y la general de todas, que es la de favorecer a los mercantes. Tiene a más de los 5 cañones referidos uno del calibre 24 colocado en la mayor eminencia del monte, pero sin esplanada, ni parapeto con dirección al poniente la mencionada barra a más de ser muy peligrosa queda con solo tres pies de agua en la bajamar, y es así mismo muy poco frecuentada de los mercantes; por lo que contemplo que con solo los 4 cañones de 16 tiene la suficiente defensa, y los dos restantes pueden destinarse para la dotación de la nueva batería de Artedo, de donde solo dista dos leguas, cuya propuesta tengo remitida al director subinspector de la provincia.
En esta batería esta mandado por Real Orden construir un tinglado, y cerrarla por la gola lo que se ejecutará lo más pronto posible.
Al cargo de este destacamento debe estar el arenal de Punta de Vidrias, de la ensenada de Aguilar, y de la villa de Cudillero; aunque convendría también que el oficial de San Esteban fuese Jefe del destacamento de Artedo.
Cudillero.- Villa de 450 vecinos, y de mucha industria. Es el puerto más abundante de marineros de la costa, y de mayor pesca; pero su situación es enteramente inversa, pues se halla en lo profundo de un barranco, y consiguientemente su territorio nada abundante en producciones. De esta ensenada, se han dado siempre informes contrarios a lo que es en la realidad. Se ha dicho que por su poca agua, mal fondeadero, y ningún abrigo, no debía ni merecía el establecimiento de ninguna defensa; pero habiéndome los naturales, asegurando lo contrario, resolví, a fin, de dictar el informe conveniente verificar personalmente el fondeo; y en efecto, en la bajamar hallé a la entrada de la concha de 30 a 31 pies de agua. Más inmediata al pueblo 28,26,23 disminuyendo progresivamente de dos en dos pies próximamente hasta la entrada de un murallon, que sirve de muelle o más bien, de resguardo a las lanchas de pesca que tienen atracadas en la orilla, en donde solo hallé 5 pies, y lo más del fondo es sable[27]. A excepción del Norte y Noreste dicha ensenada se halla bien abrigada, a causa de lo elevado de los inmediatos montes, y de la regular configuración de la concha. Si no se hubiese construido la batería de Artedo hubiese sido conveniente el acceder a la solicitud de los naturales que era la de facilitar por su cuenta la sillería y mampostería necesaria para una batería de dos cañones.
El cuidado de este punto debe ser peculiar del destacamento de San Esteban, y aun del de Artedo, luego que se verifique.
Artedo.- Famoso fondeadero para cualquiera navío de línea, tanto por su mucho fondo, como por lo limpio de él, se halla resguardado de todos vientos a excepción de los de parte del primer cuadrante. En esta concha se abrigan los corsarios enemigos, ejecutan sus aguadas, y se anidan para acometer a los mercantes que navegando de Oeste a Este se tienen que montar el inmediato cabo de Vidio, y en donde han ejecutado muchas presas, en las anteriores guerras. En la actualidad se está construyendo una batería provisional para dos cañones de a 24 cuyos fuegos (aunque elevados por no haber modo alguno para ponerlos más rasantes sin un grande dispendio) flanquean la concha, las aguas próximas de Cudillero, y la porción que permite la localidad del terreno, entre las islas de Reveyón, y la punta del Este de la ensenada de Olero. El destacamento que se supone en esta batería debe de vigilar por el Este de la ensenada de Cudillero, y por el Oeste de la de Olero, de San Pedro, y aun de la de Cadavedo, a pesar de que esta última, es más propia del destacamento de Luarca.
Ensenada de Olero.- Al Oeste de Artedo se halla una ensenada bien resguardada de los temporales, y al parecer muy buena, pero aseguran los naturales ser de malísimo fondo; no obstante siempre será conveniente el que esté bajo la vigilancia de aquel destacamento.
Ensenada de San Pedro.- Entre Olero y Cabo Vidigo, se halla esta pequeña ensenada, en la cual se atraca con facilidad, y en atención a que a un cuarto de hora se halla Soto de Luiña, donde puede temerse alguna incursión de los piratas, debe siempre estar al cargo del destacamento de Artedo el cuidado de este punto.
Cabo Vidigo.- Este cabo es el más avanzado de los de Asturias, después del de Peñas, desde el cual se descubren mutuamente y desde aquel se avista por el Oeste hasta el cabo de [en blanco] en este supuesto, y en atención a la ninguna utilidad de el de San Esteban, como se evidencia tan a la simple vista, no hallo razón por que no deba transmitirse este ultimo vigía al Vidigo , pues de ello resultaría un bien directo a los mercantes.
Cudaveo.- Aunque esta ensenada se halla a una distancia razonable de las inmediatas baterías de Artedo por el Este y de Luarca por el Oeste para proteger los buques en sus travesías, pues tienen que montar los dos cabos de Vidigo, y Busto; sin embargo atendida su pequeñez, y bajo la suposición, de que en estos dos cabos se trasladen los vigías que existen indebidamente en San Esteban y Luarca; no hallo preciso el establecimiento de fuerza alguna para la defensa de esta ensenada; pero sí, que esté bajo la custodia del destacamento de Luarca.
Cabo Busto.- Si en la punta de este cabo se pusiese el vigía que está destinado en Luarca como queda dicho anteriormente el de San Esteban en Vidigo y terminada la batería de Artedo, con dificultad se verificarían tantas presas como se han ejecutado en las ocho leguas de travesía que ha estado siempre a la dirección de los enemigos, pero de otro modo será la más funesta la suerte de los mercantes.
Rio Canein.- En este rió pueden abrigarse barcos de 80 toneladas; por lo que será del cuidado del destacamento de Luarca, el acudir a su socorro en caso de insulto enemigo.
Portezuelo.- Este punto que se reduce a un pequeño arenal, y fácil de desembarcar, debe ser de inspección de la tropa de Luarca, de donde solo dista media hora.
Luarca.- Villa situada parte en la caída de una montaña, y lo restante en el pie de la misma pero de bastante consecuencia, tanto por los regulares caudales que contiene, como por su buen caserío, por la abundancia de sus víveres, y por el tráfico que proporciona su resguardado puerto. La concha de éste se forma por las dos puntas llamadas de Focicon, y de las mujeres. Su fondo es limpio, y admite buques de 1200 toneladas. Tiene hacia dentro y con inmediación al pueblo otro segundo fondeadero en el cual solo pueden abrigarse pequeños pataches, y aun éstos necesitan de marea para poder salvar la barra. Sobre la punta del Este de la concha tiene establecida para su defensa una batería con 4 cañones de 16, la que se halla bien situada y en un estado regular.
Por Real Orden esta mandado ejecutar un repuesto para las municiones, el que se construirá a la mayor brevedad posible.
Basaro.- A una legua larga de Luarca, y media de Vega, se halla un arenal, en el cual puede desembarcarse con facilidad, y en efecto parece que en la guerra anterior lo verificaron los ingleses; pero como sus inmediaciones, no prometen mayor interés, y puede ser prontamente socorrido de los destacamentos inmediatos, no contemplo necesaria otra providencia, que la prevención ordinaria a sus comandantes, para que sabedores de esta ensenada, vigilen con la exactitud que corresponde.
Bega.- Antiguamente fue esta población de mucho comercio, pero en el día a excepción de dos veces al año que vienen de Rusia, algunos, cargamentos de lino, lo restante es de ninguna consideración. Este puerto está sumamente resguardado, y no puede ser reconocido por el enemigo sin forzar la entrada, en la cual no hay barra alguna. En la inmediación del muelle tiene de 14 a 15 pies en plena mar pudiendo entrar en él libremente, buques de 110 a 150 toneladas. Tiene sobre la punta del Oeste llamada de la Luna, una batería con dos cañones de 24, los cuales defienden bien la entrada del puerto, y su situación es muy a propósito para la protección del comercio.
Tanto la batería como el cuartel, cuarto del artillero y repuesto, se halla en buen estado.
En esta obra está prevenido por Real Ordenanza que se cierre por su gola.
Fregulce.- A la distancia de una media legua de Vega se halla el arenal de Fregulce, en la cual desembarcaron los ingleses en la pasada guerra; pero a pesar de esto, no contemplo necesaria otra providencia que el debido cuidado del destacamento de Vega.
Navia.- Esta villa está situada a la parte del poniente de la ría del mismo nombre, y a media legua de su embocadura. Su caserío muy malo, su población ascienda a 110 vecinos, y los comestibles están bien abundantes. La ría de Navia, tiene a su entrada una peligrosa barra, y a más manda muy poca agua, por lo que solo arriban las pequeñas lanchas de pesca. En este supuesto no merece el establecimiento de batería alguna y interin no se aumente la fuerza de la guarnición destinada a esta costa, tampoco considero necesaria tropa alguna en este destino, respecto a distar solo una legua de Vega, de donde puede atenderse a un pronto socorro.
Viavelez.- A causa de ser tan estrecha la embocadura de este pequeño aunque abrigado puerto, y de la ninguna entidad de la población, hallo que para proteger a los mercantes que en él se refugian es suficiente el distribuir 10 o 12 fusiles a los vecinos del pueblo, y respecto a estar en la medianía de Vega y Tapia, pueden ser común a ambos destacamentos el prestarle auxilio en caso de necesidad.
Porcia.- En esta ensenada pueden verificarse desembarques para pequeñas correrías, y suelen refugiarse buques enemigos; pero atendida la poca utilidad, que pudieran sacar de estas inmediaciones conceptué que a más de la debida vigilancia del destacamento de Tapia, será suficiente el repartir 12 o 14 fusiles a los vecinos de Gamus, y El Franco.
Tapia.- La villa de Tapia tiene unos 150 vecinos y su caserío no pasa de regular: la pequeña concha de este pueblo se halla defendida por una batería de dos cañones de 24, cuya buena situación favorece mucho al comercio como se ha verificado repetidas veces. Esta batería se halla en buen estado, y solo falta el cerrarla por la gola como está prevenido por Real Orden de 22 de octubre de 1805.
Figueras.- Al Oeste de la ría de Ribadeo se halla situada la población de Figueras, y a una media hora de su embocadura. Esta ría es uno de los más seguros puertos en tiempo de guerra para los buques que siguen su travesía por esta costa. En ella fondean embarcaciones de mucho porte, pues tiene de 30 a 34 pies de agua sobre la barra en bajamar.
Esta ría se hallaba anteriormente defendida por dos baterías, una situada en la parte de Galicia con 5 cañones de a 18, 4 de a 16 y dos de a 12 (la cual permanece en estado de servicio) y la otra llamada del Rojo, dirigida por el célebre marqués de Santa Cruz, situada en la parte de Asturias en la ensenada de Arnás que se halla al Norte de Figueras, y artilladas con cañones de 24, pero en el día solo existen algunos vestigios de esta obra, y las dos piezas mencionadas se trasladaron a la batería de Vega.
De modo que una ría de tanta consideración y comercio se halla sin más defensa que la expresada batería de Rivadeo llamada de San Damián. Esta batería se compone de tres frentes, de los cuales el uno, defiende la entrada de la ría, otro la internación al puerto, y el otro el fondeadero; pero no cubre el espacio que media entre las puntas de la Pancha y Caballas que se hallan entre la barra y el fuerte hacia la parte de Galicia, de modo que ésta fue la causa de haber penetrado un corsario inglés en las pasadas guerras, hasta dicho punto en persecución de un correo marítimo, nombrado el Grimaldi. Si la batería del vado hubiese estado habilitada, sin duda que el corsario inglés, hubiese respetado la entrada, o bien hubiese sido echado a pique por ella; en este supuesto, y en el de que la referida obra de San Damián, aunque en situación ventajosa para la defensa de la ría, no puede proteger los mercantes que se hallan fuera de puntas, a causa de estar internada, más de mil varas, se propuso el año anterior una batería sobre la punta de las Cruces, y cuyos rasantes fuegos prestaran a la ría la más alta seguridad en su entrada, y fondeadero, y en ella encontraran los mercantes, el amparo, de que este sobresaliente punto es susceptible.
Por Real Orden de 22 de octubre último esta mandado ejecutar la batería propuesta en la punta de las Cruces, la cual se principiará a la mayor brevedad posible.
Castropol.-
A
media hora de Figueras, y a igual distancia de Ribadeo se halla la villa
de Castropol, ultima población de las Asturias, situada en la parte
superior de un escarpado que baña la ría de Ribadeo. Bien
se echa de ver a primera vista (según el plano de la costa)
cuanto más expuesto se halla Figueras, contra cualquier tentación
de los corsarios, y con cuanta más prontitud se puede acudir desde
este pueblo a la defensa de la costa, que no desde Castropol, que se halla
tan retirado de ella, y con todo Figueras ha estado siempre
sin tropa alguna y en Castropol ha permanecido constantemente un destacamento.
En esta inteligencia, y dado caso que hubiese más tropa que la actual
debiera de preferirse la situación de Figueras, pero en la actualidad
ni en uno, ni en otro punto, pues la tropa destinada en Tapia puede socorrer
la entrada de la ría; hasta tanto que se verifique la nueva batería
de las Cruzes.
Reflexiones en general de la costa y Principado de Asturias anexas a la descripción antecedente
El Principado de Asturias, su costa, baterías quedan en tiempo de paz sin tropa alguna que pueda atender a su tranquilidad, y conservación. De aquí es, que las Justicias no pueden muchas veces, mantener su autoridad por faltarles la fuerza con que poderla sostener. En muchos puestos de la costa, se ven obligados los dependientes de rentas, a tolerar ciertos fraudes por no ser ellos suficientes para impedir estas vejaciones que tanto perjudican a la Real Hacienda. Las baterías se hallan por la misma razón al cargo de los alcaldes o jueces, los cuales debiendo mudarse anualmente resulta que al cabo de pocos años no se encuentra a quien poder hacer cargo de cualquier menoscabo que se note, y mayormente cuando las más son entregadas sin inventario ni documento que lo justifique; a esto debe añadirse que hallándose muchas de ellas abiertas por la gola los vecinos, y en particular los muchachos, atacan los cañones con piedras, barrotes, etc... quitan el herraje de las cureñas, cierran los tragaderos de las baterías, estropean los tejados, y ejecutan cuanto daño tienen por conveniente. A fin de precaver los dosprimeros puntos y captar o mover la afición de estos robustos jóvenes hacia la carrera de las armas; sería muy conveniente el que en tiempo de paz permaneciese a lo menos un batallón o regimiento en la capital (a) [nota del documento]
En Oviedo existe un edificio espacioso (antiguamente colegio de los jesuitas) con todas las comodidades necesarias para la tropa el cual con el importe del alquiler de dos o tres años cuando más de las casas que debieran tornarse para alojar aquellas pudieran habilitarse este colegio para cuartel. Debe de advertirse que el colegio en cuestión permanece indebidamente en poder del reverendo ilustre obispo de Oviedo, pues habiendo después de la expulsión de los jesuitas ofrecido el prelado de aquella Diócesis el establecimiento de un nuevo colegio con tal que se le cediese dicho edificio, el soberano condescendió a lapropuesta respecto a que con ello daba una prueba no solo de su benignidad, sino un testimonio nada equívoco de sus patentes deseos por el fomento de las ciencias, y buenas letras; pero como esta oferta tan recomendable no haya llegado a pesar de los muchos años que han mediado desde entonces a tener el fin que debía esperase de su promulgador, ni que tampoco haya en la actualidad viso alguno de que llegue a debido efecto. Sería de dictamen que dicho edificio se reclamase ya con el objeto de destinarlo para cuartel, o ya con el de que sirviese para la provisión de utensilios del Principado que aún sin perjuicio de aquel hay cabida suficiente para esta.]
que al paso que sirviera para mantener el decoro debido a la Audiencia, pudiera destacar las partidas conducentes para el buen orden de la costa. En cuanto a la custodia de las baterías, y conservación de sus pertrechos etc.., sería necesaria la permanencia de un artillero en cada una de ellas, o más bien, confiar este cuidado a los inválidos que hubiesen servido en dicho Real Cuerpo, a modo de guarda-almacenes, pero debieran habitar en los alojamientos de sus respectivas baterías, así mismo se tiene por indispensable a fin de precaver los daños dichos el cerrar todas las baterías por la gola. El comandante de Ingenieros, y de Artillería que se suponen destinados en Gijón u Oviedo, debieran anualmente hacer una revista de todas las defensas de la costa, a fin de que cada uno por su ramo habilitase lo que fuera necesario. De esta conformidad tanto las municiones y demás pertrechos de artillería como lo correspondiente a la fortificación, se hallarían, en todo evento, prestos y en el debido estado de servicio, lo que de otro modo se originan infinitos gastos al Erario, y tal vez, en el tiempo que se encuentra más exhausto. A más de esto en un pronto todo se presenta hecho un cuerpo informe, y al cabo se procede sin conocimiento ni noticias de la provincia que se ha de defender.
El único almacén general de pólvora que hay en la costa de este Principado se reduce a un pequeño palomar que hay situado a un cuarto de hora de Gijón. La pequeñez de esta obra, la falta de ventilación, y la de estar su pavimento a nivel del río, son otras tantas causas que han originado la pérdida de una gran porción de barriles de pólvora. A más de esto otro palomar se halla sin cerca que le resguarde de cualquier acontecimiento por lo que se hace preciso el conocimiento de la resolución que se juzgue mas oportuno.
En varias baterías de esta costa quedan algunos cañones por montar a causa de no haber las cureñas necesarias; hallándose muchas de las existentes enteramente inútiles, y lo que es infinitamente mas sensible que no hay otras en el Depósito de artillería, con que poderse reemplazar. Como acontece ordinariamente que las baterías de la costa después de alguna refriega con los corsarios quedan sin municiones hasta tanto que se les remiten de Gijón, sería conveniente, respecto al perjuicio que pueda originarse de estas demoras, que en Ribadesella, y Luarca se tuviese depositada una cantidad de pólvora, extraordinaria de la de sus dotaciones respectivas para que en un caso ejecutivo se pudiese suministrar de estos dos puntos la necesaria a las baterías inmediatas que se hallasen desprovistas. Con respecto al poco numero de tropas que tienen hoy día algunos destacamentos sería conveniente que se alojasen en los cuerpos de guardia próximos de las baterías a fin de que tanto de día, como de noche se hallasen prontos en su puesto, y no quedasen nunca sin la fuerza necesaria.
Interin
permanezca el Principado de Asturias con el número de tropas que
tienen en la actualidad no puede de modo alguno aumentase la fuerza de
los destacamentos ni cubrirse los puntos que quedan anteriormente indicados;
pero por si llega a verificarse el arribo de nuevas tropas, o bien para
que se tenga el conocimiento debido de las que se requieren, manifestaré
a continuación el número de las que hoy en día existen,
y las que convendría tener para una regular defensa, expresando
del mismo modo, por lo que corresponde al número de artilleros,
cañones, y paisaneje armado.
Baterías | Oficiales | Sargentos | Cabos | Soldados | Cañones | Calibres | Artilleros | Paisanos |
Santiyusti | 0 | 0 | 1 | 4 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Llanes | 1 | 1 | 2 | 12 | 2 | 24 | 2 | 40 |
Navas | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Rivadesella | 1 | 1 | 2 | 12 | 3 | 16 | 0 | 40 |
La Ysla | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Lastres | 0 | 1 | 1 | 10 | 2/1 | 16/24 | 2 | 0 |
Puntal | 0 | 0 | 1 | 4 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Tazones | 0 | 1 | 2 | 15 | 3 | 24 | 3 | 40 |
Cabo de San Lorenzo | 0 | 0 | 1 | 4 | 2 | 16 | 2 | 0 |
Gijón | 9 | 10 | 16 | 70 | 13/3 | 24/8 | 0 | 0 |
Candás | 0 | 1 | 1 | 8 | 3 | 24 | 0 | 0 |
Luanco | 1 | 1 | 1 | 10 | 3 | 24 | 2 | 40 |
Bañugues | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Llumeres | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Nieva | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Avilés | 1 | 1 | 2 | 12 | 0 | 0 | 0 | 40 |
San Esteban | 0 | 0 | 1 | 4 | 3 | 16 | 2 | 40 |
Cudillero | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Artedo | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Cadavedo | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Luarca | 1 | 1 | 2 | 16 | 4 | 16 | 0 | 40 |
Vega | 0 | 0 | 1 | 4 | 2 | 24 | 0 | 0 |
Navia | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Tapia | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Figueras | 1 | 1 | [7] | 12 | 4 | 24 | 0 | 0 |
Total | 15 | 19 | 39 | 197 | 48 | 13 | 280 |
Baterías | Oficiales | Sargentos | Cabos | Soldados | Cañones | Calibres | Artilleros | Paisanos |
Santiyusti | 0 | 1 | 1 | 10 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Llanes | 1 | 1 | 2 | 20 | 2 | 24 | 2 | 15 |
Naves | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Rivadesella | 1 | 1 | 2 | 20 | 3 | 16 | 3 | 15 |
La Ysla | 0 | 1 | 1 | 10 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Lastrer | 1 | 1 | 2 | 15 | ? | 16/24 | 2 | 15 |
Puntal | 0 | 1 | 1 | 10 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Zarzones | 1 | 1 | 2 | 16 | 3 | 24 | 3 | 15 |
Cabo de San Lorenzo | 1 | 1 | 2 | 16 | 2 | 10 | 2 | 0 |
Jijón | 50 | 0 | 0 | 1200 | 13/3 | 24/8 | 30 | 0 |
Candás | 1 | 1 | 2 | 14 | 3 | 24 | 3 | 15 |
Luanco | 1 | 1 | 2 | 20 | 3 | 24 | 3 | 15 |
Bañugues | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Llumeres | 1 | 1 | 2 | 20 | 4 | 14 | 4 | 0 |
Niera | 1 | 1 | 2 | 20 | 4 | 24 | 3 | 15 |
Avilés | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
San Esteban | 1 | 1 | 2 | 20 | 3 | 16 | 3 | 15 |
Cudillero | 0 | 1 | 2 | 10 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Artedo | 1 | 1 | 2 | 20 | 4 | 24 | 4 | 15 |
Cadavedo | 0 | 1 | 2 | 8 | 0 | 0 | 0 | 15 |
Luarca | 1 | 1 | 2 | 20 | 4 | 16 | 4 | 15 |
Vega | 1 | 1 | 2 | 16 | 2 | 24 | 2 | 10 |
Navia | 0 | 1 | 1 | 10 | 0 | 0 | 0 | 10 |
Tapia | 1 | 1 | 2 | 16 | 2 | 24 | 2 | 10 |
Figueras | 1 | 1 | 2 | 20 | 4 | 24 | 1 | 20 |
Total | 65 | 21 | 38 | 1531 | 62 | 44 | 290 |
Convendría que los oficiales destinados en las baterías permaneciesen en sus respectivos puntos por todo el tiempo de la guerra, o a lo menos que no se mudasen sin una causa justa, pues a más del perfecto conocimiento que adquirirían de la localidad del terreno, es consiguiente que con el trato a los naturales tengan una idea del carácter de ellos, y en un día necesario sabrían los resortes, y medios que pudieran proporcionarle en los diferentes casos que puedan ocurrir, pero de todos modos siempre será preciso que tanto a los oficiales, como a los demás que se hallen de comandantes de las baterías se les prevengan estar a su cuidado, pues en la actualidad solo tienen orden de los puntos en que particularmente se hallan destinados.
Como toda la tropa sin oficial a su cabeza es demasiado sabido el desorden que le acompaña, sería de dictamen (en atención al corto número de los que hay destinados en esta costa, y que de consiguiente, no puede haber uno en cada destacamento) que en los puntos donde no haya oficial destinado, sea considerado aquel destacamento como una avanzada del inmediato donde lo haya establecido y que por ellos reciban las ordenes y demás providencias que convengan, y aun en caso de insulto enemigo, sea igualmente peculiar de estos oficiales el reforzarles con los auxilios que permitan las circunstancias; y bajo este principio, el oficial destinado en Llanes, debe ser Jefe de la avanzada de Santiyusti; el de Ribadesella, de Lastres; el de Luanco, de Candás y Llumeres; el de San Esteban, de Artedo; el de Luarca de Vega y el de Tapia, de la punta de las Cruces.
El verdadero y más seguro modo de proteger el comercio, como así mismo el más económico, es el de establecer vigías en aquellos puntos mas avanzados de la costa, pues de lo contrario son las más veces infructuosas, tanto las tropas, como las baterías de tierra, a causa de que no pueden como aquellos, transmitir a los mercantes, de si hay o no posibilidad para continuar la navegación.
Esta verdad lo ha manifestado la experiencia a expensas de muchas pérdidas, y en esta costa se tienen bien sabidas las presas, que han logrado el enemigo, junto a la concha de Artedo, y entre los Cabos de Vidio y Busto, por esta misma razón ; no ignorando tampoco los buques que ha libertado del cautiverio, el vigia que hay en el avanzado cabo de Peñas, según lo evidencia el rencor que contra él manifestaron los ingleses en la pasada guerra, cuando desembarcaron en la ensenada del cabo, saqueándole la casa, y quemando el asta-bandera etc... según se ha dicho ya anteriormente por solo el resentimiento de haberle privado en pocos días de la aprensión de 7 u 8 buques.
Los puntos que puedan considerarse más esenciales para el establecimiento de los vigías son a saber; Llanes, cabo Prieto; cabo de Mar; Ribadesella; cabo Lastres; cabo de Tazones; cabo de San Lorenzo, Santa Catalina de Gijón; cabo de Torres; punta de la Vaca; cabo de Peñas; punta de Vidrías; cabo Vidio; cabo Busto; Vega; y cabo Blanco, en todos 17; pero como para esto sería necesario aumentar algunos de los existentes, y de consiguiente se originarían estos gastos más, comprendo que con trasladar los dos de San Estaban, y Luarca al Vidio y Busto puede quedar regularmente servida la costa por este ramo, y sin necesidad de otros dispendios que los practicados hasta aquí.
Los vigías que hay en la actualidad necesitan precisamente de banderas, y gallardetes, pues muchas de las que tienen se hallan ya inservibles, por lo mucho que han padecido, y padecen en los recios temporales.
Por sobresaliente que sea la situación de una batería se sabe que jamás puede defender con perfección ciertas ensenadas, y recodos, que la naturaleza tiene dispuestos; y así creo que el medio de remediar estos inevitables defectos, como igualmente el de poder prestar el debido auxilio a los fugitivos mercantes en sus persecuciones, y aun el de mantener en algún modo el tráfico de estos puertos a otros, sería el de destinar a cada uno de los dos o tres de éstos mas esenciales de la costa de Cantabria, dos lanchas de fuerza para que los escoltasen de un punto a otro, pues de lo contrario, serán infructuosas cuantas precauciones quieran tomarse en el particular y el comercio, base de la prosperidad de toda provincia, estará de una total inacción. Debe de advertirse que las lanchas de que se trata no debieran permanecer fondeadas en las ensenadas como lo estaban anteriormente las de Gijón, sino convoyando los buques de un puerto a otro de los dos o tres destinados, o bien siguiendo el método que se ha establecido desde Bilbao a Ferrol, aunque este no es tan continuo como lo exigen las circunstancias y como lo sería el arriba propuesto, pero de uno, y otro modo se consigue el fomento del comercio, y se reanima a tanta multitud de buenos vasallos, los cuales al paso que proporcionan bien al Estado, se acrecenta su amor al soberano pues reconocen el amparo, y protección que les facilita aún en medio de tantas calamidades.
Luanco 21 de Abril de 1806.
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