Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y
Ciencias Sociales Universidad de Barcelona, nº 38, 17 de julio de 1997 |
TOSCAS I SANTAMANS, Eliseu. L'Estat i els poders locals a la Catalunya
del segle XIX. Una visió des de Sarrià (1780-1860). Pròleg
de Raffaele Romanelli. Barcelona: Publicacions de l'Abadia de Montserrat,
1997. 344 p.
Horacio Capel
El autor muestra que la construcción del Estado liberal se efectuó
a costa de los grupos sociales mas débiles del mundo rural, e hizo
aumentar la diferenciación en el interior del campesinado. Analizando
en profundidad un buen número de contratos, muestra una gran variedad
de situaciones contractuales. Por ejemplo, al estudiar la evolución
de los contratos de rabassa morta (es decir, contratos de cultivo
de viña válidos hasta la muerte de las cepas) observa que
los carlistas establecían siempren contratos con extensiones mas
grandes de tierra y censos menos duros. Los liberales, en cambio, cedían
tierras de menor extensión media y hacían pagar comparativamente
censos mas onerosos. Al interpretar esos resultados el autor estima que
"los propietarios carlistas hacían generalmente mas concesiones
económicas a los campesinos, pero a cambio exigían una mayor
sumisión y lealtad política".
Los propietarios tenían mecanismos para evitar la legislación
liberal. Con frecuencia, tanto los propietarios carlistas como los liberales
hacían recaer sobre los censos los impuestos que el estado liberal
iba creando. Incluso en muchas ocasiones se incorporaban a los contratos
cláusulas estrictamente ilegales, como aquellas que establecían
en el censo que éste no podría redimirse ni siquiera en el
caso de que el gobierno o las Cortes dictaran leyes permitiéndolo.
De esta manera una medida en principio favorable al progreso social se
veía modificada o desnaturalizada por la correlación local
de fuerzas entre las partes contratantes.
De gran interés es en la Tesis el capítulo 6 de la tercera
parte sobre la división política en la colectividad local.
El objetivo es identificar las redes sociales liberal y carlistas, las
familias relevantes de cada una y sus relaciones sociales y espaciales.
Esa parte está reducida aquí a solo unas diez páginas.
Según muestra el autor, existían dos redes bien diferenciadas,
una y otra con familias centrales y secundarias. Una, la red carlista,
en cuyo centro se encontraban las familias de Llanza y Borràs. Otra
la liberal; en ella una familia, los Margenat ocupaba una posición
central, situándose a su alrededor otras tres destacadas familias
(los Canet de la Vila, los Cuiás y los Negrevernis). Tanto en una
como en otra existía una fuerte endogamia social y relaciones con
la capital, Barcelona, aunque la invocación o utilización
del parentesco con finalidad políticas o utilitarias parece ser
mas típicamente liberal, como si éstos, minoritarios en el
municipio, tuvieran mas necesidad de apoyo mutuo. Las dos familias mas
relevantes tenían su casa en la plaza mayor, cerca una de otra,
como si quisieran mostrar su poder en el mismo centro de la comunidad.
Todos estos capítulos de la Tesis están resumidos en el libro
en el capítulo 3 "La collectivitat", en el que es fácil
identificar los diferentes epígrafes referentes a los puntos antes
señalados.
La cuarta parte sobre la estructura del poder político local constituye
el núcleo esencial de la Tesis y una aportación de primera
magnitud al tema. En lo esencial puede encontrarse en este libro (capítulo
4), aunque con algunas diferencias. La mas importante, tal vez, sea la
incorporación de algunos conceptos teóricos nuevos que no
aparecían en la Tesis. Por ejemplo, los conceptos de "autonomía
débil" y "autonomía fuerte" procedentes de
A. Massafra; la primera se refiere a la autonomía que pide una comunidad
que en realidad es débil, para defenderse, mientras que la segunda,
es la que exige una comunidad fuerte que no se contenta con lo que posee
y busca afirmarse.
Este capítulo 4 se inicia con un apartado dedicado a las competencias
y autonomías locales bajo el Estado liberal, con especial atención
a la relación entre las normas y las prácticas reales. De
forma especial, se presta atención a las normas legales de las leyes
municipales de 1823 y 1845, y las prácticas concretas en el ayuntamiento
de Sarriá, para ver el grado de cumplimiento de las mismas.
En lo que se refiere a las prácticas, lo primero que debe destacarse
es que la continuidad de los Jefes Políticos (luego, Gobernadores
Civiles) era muy escasa: en los tres años anteriores a 1848 hubo
42 jefes políticos en la provincia de Barcelona, uno cada 4 meses,
y 16 entre 1844 y 1849. En realidad, el papel que no podían desempeñar
los jefes políticos -que, además no eran catalanes, en general-
lo desempeñaron los secretarios del gobierno civil, y los secretarios
de los ayuntamientos. Son ellos los que aseguraron la continuidad de la
gestión administrativa y política, desempeñando además
un papel importante de relación -por ejemplo, de relación
con otros secretarios- y de intermediación.
En cuanto a la organización municipal, debe recordarse que los ayuntamientos
gozaban en el estado liberal de un amplio abanico de competencias. La ley
de febrero 1823 atribuía amplia competencias a los ayuntamientos
en cuestiones relacionadas con la policía de salubridad y la salud
de los habitantes, sobre administración de caudales y sobre enseñanza,
y en relación con todo ello podían imponer ciertas multas.
También les daba funciones esenciales para el mantenimiento del
estado liberal tales como el repartimiento y recaudación de contribuciones,
el alojamiento de la tropa, la realización de la estadística
de riqueza y población, o el registro civil.
La ley de 1845 señalaba aproximadamente lo mismo, aunque especificaba
mas claramente las responsabilidades municipales en obras públicas,
caminos o pósitos. De todas formas, remitía mas a leyes y
reglamentos de carácter general y establecía una mayor tutela
por parte del jefe político de la provincia, que debía aprobar
los acuerdos municipales. En cambio no señalaba una limitación
del número de sesiones del ayuntamiento, al contrario de lo que
ocurría en las leyes municipales de Francia e Italia.
El aspecto fundamental en lo que se refiere a las competencias de los municipios,
es, como señala el autor, la existencia de "una contradición
entre el hecho de que el Estado liberal haga recaer sobre los ayuntamientos
incumbencias administrativas primordiales, y el hecho de no recibir una
'contrapartida' financiera suficiente por parte del Estado". Lo que
generó un déficit crónico de las haciendas locales.
En lo que se refiere a la participación de los habitantes en los
temas del municipio, hay que destacar que si la ley de 1823, elaborada
durante un período liberal, permitía a éstos asistir
a las sesiones del ayuntamiento (sin voz ni voto), y apelar a la superioridad
respecto a los acuerdos que se tomaran, en la de 1845 esa posibilidad había
desaparecido, con lo que se perdía también cualquier posibilidad
de control de la población sobre el ayuntamiento.
Pero, seguramente, tan importante o mas que el aumento o disminución
de competencias municipales, es su orientación y función
social sobre el medio local. Efectivamente, tal como muestra el autor,
con la misma competencia administrativa los ayuntamientos podían
dedicarse a hacer unas cosas u otras; por ello, y esta es una de las aportaciones
básicas del libro, se hace necesario prestar mas atención
a la 'gestión' política que a la legalidad.
En la escala local lo que los grupos dominantes locales hicieron es repercutir
las cargas económicas en los grupos sociales subalternos, con lo
cual, además, aseguraban su propia preeminencia socioeconómica.
Los años 1840, acabada la guerra civil, fueron de "fomento
de los intereses materiales", con iniciativas sobre ferrocarriles,
industrias, carreteras, minas o urbanización. En ese ambiente, los
acuerdos municipales de Sarriá en las décadas de 1840 y 1850
muestran la importancia que adquieren las inversiones municipales en obras
de "decoro público", tales como el nuevo cementerio, la
construcción de una fuente, el embellecimiento de paseos, el acondicionamiento
de caminos y otras; se trata de inversiones que aseguran la conversión
de Sarriá en centro de segunda residencia para la burguesía
barcelonesa.
Muchos de estos proyectos venían de atrás, pero solo ahora,
con la consolidación del Estado liberal, se pudieron realizar; por
ejemplo, las inversiones para el abastecimiento de agua. Esas inversiones,
y las que tenían como objetivo la mejora de la imagen del municipio
no siempre lograron mejorar las condiciones de vida de sus habitantes,
ya que, por ejemplo, aumentó la mortalidad en algunas epidemias.
En el libro se plantea también el problema de las consecuencias
de los procesos desamortizadores en las haciendas locales. La eclesiástica
de Mendizábal suprimió los conventos que realizaban asistencia
social (especialmente importante en los de franciscanos), y esa función
acabó recayendo en el municipio, lo que supuso nuevas cargas para
éste.
También se analiza la práctica de la autonomía municipal,
analizando el tema de las quintas, o reclutamientos anuales para el servicio
militar. En este aspecto los ayuntamientos estaban sometidos a la presión
desde arriba (autoridades) y desde abajo (vecinos). En general, con alguna
excepción como la de 1846-48, las quintas fueron regularmente gestionadas
por el consejo municipal de Sarrià, lo que significa que los grupos
dominantes locales de más peso compartían con el gobierno
la necesidad de dicha conscripción, de la misma forma que eran solidarios
con otras medidas de los gobiernos liberales.
El trabajo muestra que, en realidad, no todos los grupos sociales de una
colectividad gozan de una misma autonomía política, de una
misma capacidad de decisión en esta esfera. El autor estima que
la periferia del Estado liberal "no es solo heterogénea vista
desde fuera, contemplada desde un centro que la pretende absorber y homogeneizar;
lo es también en su propio interior. Consecuentemente, la concesión
de autonomía política a los entes locales por parte del Estado
liberal no significa lo mismo según las regiones, según las
localidades y según los diversos grupos sociales y fracciones que
integran una colectividad dada".
Otra aportación esencial de este libro es la que se refiere a los
sistemas de acceso al poder local oficial. En este apartado las normas
que regulan de manera formal el acceso al poder local oficial se confrontan
con las prácticas locales efectivas.
La idea fundamental es que poder formal no es siempre poder real; y funcionamiento
legal no significa necesariamente funcionamiento de hecho. Por debajo de
la uniformidad institucional la vida política local presenta siempre
rasgos originales.
Esa parte enlaza de forma natural con la dedicada a los cambios en el personal
político local, estudiados en relación con los mecanismos
de acceso al poder local oficial durante el Antiguo Régimen, y durante
el Estado liberal.
Impresiona verdaderamente la investigación realizada en esta parte
del libro, en la que a partir de un trabajo casi detectivesco el autor
ha podido resolver los problemas que se planteaban para identificar al
personal político local entre 1770 y 1860. Para ello ha llegado
incluso a cotejar las firmas de las distintas personas que poseen nombres
y apellidos similares, utilizando no solo documentación oficial
sino también la correspondiente a pleitos y documentación
notarial. Gracias a ello ha podido establecer la continuidad y cambio entre
una mayoría (concretamente 290) de los concejales de todo el período;
de 153 de ellos ha podido también conocer el grupo social al que
pertenece (alto, medio o bajo) a partir de datos muy variados (listas de
contribuciones, rentas, misas en los testamentos, inventarios post mortem).
El análisis de los concejos municipales de Sarriá y de Barcelona
permite llegar a una sorprendente conclusión. Comparados con los
de Barcelona, los consejos municipales de Sarrià durante la Década
Ominosa -es decir la década de 1823-1833, caracterizada por una
feroz represión de los liberales- son, dice el autor casualmente
mucho mas "democráticos", debido a que la presencia de
hacendados y hombres ricos es escasa, al contrario de lo que ocurre durante
el liberalismo. Esa asociación entre consejos 'democráticos'
y personas no ricas, y 'elitistas' con dominio de hacendados y gente rica
aparece en varias ocasiones. Aunque seguramente podría aceptarse
que los consejeros menos ricos -y por tanto 'democráticos'- podían
estar al servicio de intereses de los hacendados o familias poderosas.
Otra conclusión interesante del análisis de los concejos
municipales es que en períodos conservadores la agricultura (hacendados
y agricultores) parece estar sobrerepresentada en ellos, mientras que en
los liberales el ayuntamiento refleja mas fielmente (o se aproxima a) la
composición socioeconómica de la localidad. En varias ocasiones
la proporción de representantes 'campesinos' era mas elevada que
la fuerza que realmente tenían en el municipio en ese momento, lo
que, por cierto, parece coincidir con una característica bastante
frecuente en los ayuntamientos de los pueblos rurales durante el siglo
XX, tal como con referencia a Francia ha puesto de manifiesto Bernard Kaysser
en su libro La Renaissance rurale.
En esta parte del libro se muestra asimismo de forma convincente que el
poder local no es solamente una cuestión de grupos sociales, sino
también de familias. El consejo municipal es frecuentemente un consejo
de familias y el parentesco tiene una importancia crucial en las relaciones
de poder político.
El autor ha analizado las relaciones de parentesco que ha podido identificar
entre los concejales. Afectan a 175 concejales (de los 290-300 que hubo
en los ayuntamientos de Sarriá), es decir, en un 60 %: lo que muestra
que efectivamente en Sarriá el poder político local era un
asunto entre familias.
Si se repasan las relaciones de parentesco intermunicipales a lo largo
del período, encontramos un fenómeno llamativo: las estrategias
de continuidad política local utilizadas por una familia de hacendados,
los Cuiás, durante los años 1850 no eran muy diferentes de
las que utilizaban en el último cuarto del siglo XVIII. Esta familia
desempeñó un papel muy importante en la instauración
del liberalismo en Sarriá. Lo cual, y otros datos que se aportan,
indicaría que el Estado liberal modificó poco los mecanismos
locales tradicionales de competición política.
La discusión sobre si realmente se formó una administración
pública independiente en el siglo XIX es abordada por Eliseu Toscas
con el estudio del régimen municipal y los empleados municipales
en Sarrià entre 1780 y 1860. El análisis de los secretarios
de ayuntamiento y las relaciones con los concejales le lleva a la conclusión
de que los hombres que detentaban los cargos 'administrativos' a lo largo
del período formaban parte, generalmente, de los mismos grupos sociales,
familias o facciones que los que detentaban los cargos 'políticos'.
De manera que a escala local, "el mundo "político"
y de los concejales y el mundo 'administrativo' de los empleados municipales
son inextricables".
La legislación liberal prohibía las relaciones de consanguinidad
entre políticos y funcionarios. Eso se cumplía mucho mas
en los grandes municipios como Barcelona que en los pequeños, como
Sarriá, donde pueden encontrarse a veces un regidor y alcalde que
eran primos. Es decir, pesaban mas las necesidades políticas locales
que la concordancia política ideológica con el régimen
imperante en el poder central.
En el municipio de Sarrià el autor ha detectado numerosos casos
de relaciones consanguíneas en el concejo municipal. Hay 5 casos
de relaciones de abuelos a nietos y 46 de relaciones padre-hijo. En estos
casos generalmente el hijo no está en el ayuntamiento si antes no
ha estado su padre, es decir que éste le precede casi siempre en
el uso de la autoridad municipal; por tanto, el padre estaba en condiciones
de transmitirle a su hijo un patrimonio en 'saber' sobre las relaciones
de poder político local, patrimonio y herencia de carácter
inmaterial pero, sin duda, muy importante. Además el hijo era también
en estos casos 'hereu', o heredero, de su padre, de forma que la transmisión
del patrimonio material solía comportar la del poder político.
En la mayor parte de los casos, la trasmisión del poder padre-hijo
se daba mucho mas durante el Antiguo Régimen que durante el Estado
liberal. Pero también puede detectarse en éste, con una matiz
importante: hay familias que solo colocaban a sus hijos en períodos
absolutistas (Cuiàs de Les Corts, Font Nanot..), otras solo en períodos
liberales (Cuiàs de Sarriá, Mombrú, Planella) y otras
en períodos absolutistas y liberales (Canet de la Riera, Castelló
de la Travesera, Colim, Marata....).
Las relaciones hermano a hermano se han podido detectar en 5 casos. Las
de tío-nieto en 29 casos, aunque faltan seguramente otros muchos.
La mayor parte de los casos se refieren a familias de los grupos dominantes
ya citados, pero hay también casos de familias de los grupos medios
y bajos. El autor pienssa que la relación tío-sobrino respondía
fundamentalmente a una época de inestabilidad institucional.
Relaciones entre primos aparecen en 8 casos.Entre suegro y yerno en 21
casos (después de los cuñados es la relación de alianza
mas frecuente). Entre consuegros, 15 casos.
El Estado liberal modificó los mecanismos de acceso al poder local,
tratando de evitar los lazos de consanguinidad en la administración
pública. Dichos lazos tenían, como se ha dicho, mas peso
en las estrategias políticas locales bajo el Antiguo Régimen
que durante la construcción del Estado liberal en los municipios
pequeños; aunque seguramente se reducían considerablemente
en las ciudades cabeza de corregimiento.
De todas formas, tanto en el Antiguo Régimen como en el Estado liberal,
los obstáculos a la continuidad del poder político de unas
misas familias se podían sortear a través de los cuñados.
Esta relación de parentesco entre cuñados, que es la que
liga a más concejales (51 casos) es, en efecto, una relación
especialmente importante en el municipio estudiado. Nos encontramos en
una comunidad en la que los lazos de alianza asumen una gran importancia
política. Pero la relevancia política de los cuñados
tiene unos fundamentos sociales y económicos; los albaceas de los
testamentos son frecuentemente cuñados, los préstamos en
el interior de la parentela se realizan muchas veces entre cuñados,
y además cuando las hijas no pueden actuar económicamente
son sus maridos quienes lo hacen. Del total de cuñados, el 50 %
tienen la misma profesión. Los datos runidos por Toscas muestran
"la diversificación y la movilidad socio profesional de la
colectividad: las alianzas no se producen solamente entre familias campesinas
de manera antagónica, sino también a medida que avanza el
siglo XIX cada vez mas entre aquellas y las no campesinas, especialmente
las que viven de actividades relacionadas con la construcción y
la urbanización, y más si son del territorio estricto de
Sarriá".
La relación entre cuñados se hace mas intensa durante el
régimen liberal, lo que permite superar los obstáculos legales
a la continuidad de unas mismas familias, especialmente durante los períodos
mas propiamente liberales, es decir los progresistas (1820-23, 1836-43,
1854-56), que es cuando las leyes municipales son muy restrictivas en cuanto
a permitir las relaciones de consanguinidad en el interior y entre los
diferentes consistorios. Toscas cree que "la utilización intensiva
de los cuñados a partir de los años 1830 es una estrategia
de adaptación de las familias a un período de gran incertidumbre
(como es el de mediados del XIX). El nuevo tipo de Estado obliga a cambiar
determinadas estrategias políticas en la colectividad: las familias
recurres mas frecuentemente que antes a la colocación de aliados,
especialmente cuñados, en el poder local oficial. De esta manera,
si con la implantación del Estado liberal no se modifican apenas
los mecanismos locales de competición política, si que cambian
los mecanismos de acceso al poder local oficial: con el liberalismo las
familias utilizan mas los lazos de alianza que los de consanguinidad, mientras
que bajo el Antiguo Régimen sucedía al revés"
(pág. 540 de la Tesis)
En conjunto, bajo el Antiguo Régimen se prefería utilizar
consanguíneos como forma de transmisión de cargos. Los cambios
legales del Estado liberal trataron de evitar esa situación, pero
era posible ignorar las normas. Por ejemplo, en Sarriá los hacendados
Cuiàs conculcan repetidamente la legalidad liberal de la que se
declaraban defensores, y esto por necesidades políticas locales.
Repasando las relaciones de parentesco a lo largo del período estudiado,
el autor encuentra un fenómeno llamativo: las estrategias de continuidad
política local utilizadas por esta familia de hacendados durante
los años 1850 no son muy diferentes de las que utilizaban en el
último cuarto del siglo XVIII; lo que es especialmente significativo
ya que esta familia desempeñó un papel muy importante en
la instauración del liberalismo en Sarriá. Todo indica así,
concluye Toscas, que el Estado liberal modificó poco los mecanismos
locales tradicionales de competición política (pág.
560).
El autor señala que las relaciones de parentesco, que se ven afectadas
por las tensiones existentes en el seno de la colectividad son al mismo
tiempo instrumentos y canales de estabilidad y de reproducción social,
así como también de conflicto y de cambio.
La sección V de la Tesis (resumida en el capítulo 5 del libro)
aborda las relaciones entre el mundo político local de Sarrià
y el de Barcelona, y las tensiones y lazos existentes entre ésta
y el municipio satélite.
El estudio de la diversidad de esas relaciones entre la capital y el municipio
de Sarriá ofrece un gran interés no solo desde la perspectiva
estrictamente histórica en la que se sitúa la Tesis de Eliseu
Toscas sino también desde el punto de vista de los problemas geográficos,
y de organización del territorio.
El autor analiza las luchas por el poder en el municipio de Sarrià
y reconstruye las conflictivas relaciones sociales en el interior del medio
local.
Esas relaciones eran diversas: de dependencia clientelar, derivadas de
la posesión de tierras en Sarrià por parte de grandes propietarios
de Barcelona; de parentesco, que ligaban a grupos dominantes del municipio
satélite con grupos acomodados (y frecuentemente dominantes) de
la capital; de doble residencia de hacendados locales y burgueses barceloneses;
de intercambios económicos, en particular crediticios; de antagonismos
campo-ciudad, con complejos juegos de alianzas entre el mundo rural y el
urbano; de carácter intereclesiástico, en particular interparroquiales;
de alianzas y amistades entre grupos sociales políticamente afines
de Sarrià y Barcelona.
Finalmente, en la Tesis ofrece asimismo un gran valor el capítulo
VI 2 sobre "La crisis política local de 1857", en el que
se centra la atención en una crisis concreta considerando que casos
aparentemente marginales permiten detectar conflictos mas generales. El
autor hace un gran esfuerzo para elaborar previamente una metodología
referida al estudio del caso, en el que señala las diversas cuestiones
que deben ser objeto de atención, desde el papel de los grupos y
personas en el interior de la comunidad, la conflictividad vecinal interpersonal
y las instancias en las que se decantan las correlaciones de fuerzas, hasta
la incidencia de los factores externos. El conflicto se refiere al uso
de los acuíferos del Pla de Barcelona y a la competencia entre distintos
posibles usuarios por la utilización de esta agua, en un momento
en que crecía el interés de Barcelona y otros municipios
por los recursos hídricos que podían derivarse desde Sarrià.
El análisis permite al autor detectar los intereses y estrategias
de los diversos grupos así como las alianzas que se van tejiendo.
Esta parte ausente del libro que comentamos puede encontrarse en uno de
los artículos publicados por el autor, y que cito en la bibliografía
de ésta nota.
Para acabar, deseo simplemente insistir en que la investigación
que realiza Eliseu Toscas, de la que este libro es un exponente, constituye
un programa excepcionalmente bien planteado y que llega a resultados de
gran valor no solo desde la perspectiva histórica sino también
desde la de otras ciencias sociales, tales como la geografía, la
sociología, la antropología y la ciencia política.
Ninguna persona interesada por el tema del poder local debería dejar
de consultar sus trabajos.
NOTAS
1. La Tesis se defendió en octubre de 1996
ante un tribunal compuesto por los siguientes miembros: Presidente: Dr.
Horacio Capel Sáez, Catedrático de Geografía Humana
de la Universidad de Barcelona; Vocales: Dr. Raffaelle Romanelli, Catedrático
del Instituto Universitario Europeo de Florencia, Dra. María Teresas
Pérez Picazo, Catedrática de Historia Económica de
la Universidad de Murcia, Dr. Joaquín del Moral Ruiz, Catedrático
de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid,
y Dr. Manel Risques Corbella, Profesor Titular de Historia Contemporánea
de la Universidad de Barcelona, y obtuvo la calificación de Apto
cum laude por unanimidad.
Bibliografía complementaria
AYALA, F. y TOSCAS, E. Entorn dels poders i les hisendas locals de dos
municipis de Catalunya a mitjan del segle XIX: Sarrià i Masquefa
(1847-1856). Una anàlisi comparativa. En Fiscalitat estatal i
hisenda local (ss. XVI-XIX: funcionament i repercusions socials. Palma
de Mallorca, 1988, p. 481-527.
TOSCAS i SANTAMANS, Eliseu. Los estudios sobre el poder local en la Francia
rural (ss. XVIII-XIX.Un comentario bibliográfico. Noticiario
de Historia Agraria, Murcia, nº 2, 1992, p. 73-116.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. Sobre la questió política local
a mitjan segle XIX. Aproximació a l'estudi de les relacions entre
els poders locals i l'ajuntaent al municipi de Sarrià en 1840-1856.
Estudis d'Història Agrària, Barcelona, nº 9,
p. 73-126.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. Poder local y Revolución. Balance crítico
de un coloquio internacional. Noticiario de Historia Agraria, Murcia,
nº 6, 1993, p. 143-149.
TOSCAS i SANTAMANS, Eliseu. Sentimiento de pertenencia local en una colectividad
del Llano de Barcelona entre el Antiguo Régimen y el Estado liberal:
Sarrà 1780-1860. Estudios Geográficos, Madrid, vol.
LV, nº 216, julio-septiembre 1994, p. 503-529.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. Poderes locales y Estado en la Catalunya el
siglo XIX. Bollettino del Diciannovesimo Secolo. vol. 3, 1994, p.
60-62.
TOSCAS i SANTAMANS, Eliseu. Estat i poders locals a la Catalunya del
segle XIX a través d'un estudi de cas: Sarriá 1780-1860
", Tesis doctoral dirigida por el Dr. Jaume Suau. y presentada en
la Universidad de Barcelona, Noviembre 1995, 2 vols.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. Els lligams polítics entre Barcelona
i Sarrià al segle XIX: la conexió Vives. Estudis Històrics
i Documentals dels Arxius de Protocols. Barcelona, nº XIII, 1995,
p. 253-278.
TOSCAS i SANTAMANS, Eliseu. Les rapports entre l'Etat et les pouvoirs locaux
en Catalogne (1780-1860): bilan des recherches. En R. Dupuy (sous la direction
de). Pouvoir local et Revolution 1780-1850, Paris, 1996.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. La oposición campo-ciudad en Cataluña
durante el Trienio liberal. Un estudio de caso. Trienio, Madrid,
1996.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. La visión del Estado en la historiografía
española del siglo XIX. Bollettino del Diciannovesimo Secolo,
1997, nº 6, p.
TOSCAS i SANTAMANS,, Eliseu. Conflitti e discorsi di legittimazione in
una comunità catalana dell'Ottocento. Quaderni Storici, Roma,
Nº 94, anno XXXII, fascicolo 1, aprile 1997, p. 75-104.