Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] Nº 125, 24 de noviembre de 1998 |
EL ESTUDIO DE LA FRONTERA EN AMÉRICA. UNA APROXIMACION BIBLIOGRAFICA
En el ámbito académico las investigaciones llevan varios años y, como se dijo anteriormente, diferentes disciplinas científicas se ocupan del mismo. La consulta de la serie Geographical Abstracts, a través, de palabras claves, nos ha permitido obtener un conjunto de referencias que dan idea de la atención prestada al tema de la frontera en el campo de la geografía. Posteriormente, se localizaron y leyeron algunas de las publicaciones citadas, desde 1993 al presente. Es necesario aclarar, que éste artículo se basa en la consulta de la publicación antes mencionada, por lo que tiene ciertas limitaciones. He considerado oportuno, sumar la opinión de artículos publicados en Geocrítica y en Scripta Nova (htpp/www/geocrit/menu.htm).
Para comprender las nuevas líneas de interpretación del fenómeno se intenta responder a varios interrogantes. Por ejemplo: ¿cuáles son las áreas geográficas hacia donde se enfocan las investigaciones actuales?, ¿a qué disciplinas científicas interesa mayormente el tema?; ¿desde qué nuevas perspectivas se estudia?; ¿ qué actores sociales se interrelacionan en estas zonas?; ¿qué impacto sobre el ambiente tienen las actividades que realizan los llamados pioneros o colonizadores?; ¿cómo ha afectado y cuánto a las zonas de fronteras el crecimiento de la población, las políticas de los gobiernos y las variaciones del contexto internacional?; y finalmente; ¿cuál es la importancia de estudiar el tema en la actualidad, cuando tanto se aspira a la desaparición de las fronteras o el cierre de las mismas? La lectura de las publicaciones permite responder a algunos de estos cuestionamientos y deja abierta las posibilidades a nuevas búsquedas y propuestas.
Las referencias reseñadas proceden de varias ciencias, particularmente de la geografía, la historia, la antropología y la economía. Los datos que utilizan para confirmar las hipótesis de investigación, provienen generalmente de censos, encuestas a familias de colonos, estadísticas y archivos.
Si recordamos que los primeros estudios sobre frontera se dieron sobre áreas templadas y frías del planeta, podemos comprobar, como ya señalaron algunos autores (Reboratti 1990), que la tendencia en los últimos años se dirige al análisis de fronteras en zonas tropicales y subtropicales. Confirma esta afirmación el hecho de que una mayoría de artículos publicados sobre el continente americano, se refieren a las siguientes áreas concretas: la Amazonia ecuatoriana, Brasil, México-Estados Unidos, y en menor medida Argentina, Venezuela y Colombia. La mayoría corresponden a climas cálidos y particularmente las primeras citadas a ecosistemas tan fértiles como frágiles.
Parece que los geógrafos se encuentran entre los científicos sociales que más se interesan en el tema. Estos investigadores tienden al estudio de la relación hombre-medio; y prestan atención al impacto socioeconómico y ambiental de los movimientos de población hacia la frontera y la evolución de los sistema urbanos en dichas zonas .
La mayor parte de los trabajos estudian áreas concretas. Son escasos los estudios de carácter general. Uno de los pocos existentes, es el de Pierre Renard (1992), invita a reflexionar sobre los efectos de la frontera en las poblaciones que viven en contacto o en proximidad. Opina que influyen sobre los comportamientos culturales, demográficos y en la estructura de la población. Formula interesantes preguntas, por ejemplo: ¿existen poblaciones fronterizas particulares?; ¿ las fronteras diferencian realmente a las dos poblaciones vecinas? Considera que los estudios geográficos intentan responder a esta problemática y observa que deben tenerse en cuenta los aportes de la demografía. Su publicación analiza diferentes teorías sobre la frontera y ejemplifica citando trabajos y zonas estudiadas por diversos autores.
Considera el tema de la frontera como un campo de estudio de mucha riqueza y diversidad. Entre los temas más relevantes para investigar hoy propone: frontera y reparto de la población; frontera y movilidad; frontera y comportamiento (demográficos y culturales); frontera y estructura de la población. A través de los diferentes efectos de la frontera, directos o indirectos, ésta puede cumplir funciones diversas. Comenta los progresos metodológicos recientes, considerando que los más importantes corresponden a la utilización de los análisis cuantitativos y de métodos de clasificación automática , basados en datos estadísticos.
Siguiendo al autor, es preciso distinguir entre dos tipos de frontera. Por un lado, las fronteras lineales: formadas por los límites de los territorios nacionales o las discontinuidades internas de los estados en el caso de organizaciones de carácter federal, o sociedades con diversidad de componentes culturales. Y por otro lado, los espacios fronterizos, que se forman en el proceso de conquista y de integración del territorio, donde el crecimiento, las estructuras y los comportamientos de la población pueden ser particulares. Un caso sería la frontera norteamericana.
Renard, utiliza ejemplos de fronteras de todo el mundo y delinea cinco casos que explican los múltiples efectos que pueden ejercer las fronteras sobre la población. En primer lugar, las fronteras como efecto de un centro o poder nacional esencial, que puede permitir derivar la población y luego desarrollar funciones estratégicas (político-militares); segundo, las fronteras reveladoras de discontinuidades con funciones de disyunción y de disimetría; tercero, las que poseen funciones de filtro y selección; cuarto, las que tienen funciones de creación y acumulación; y finalmente, el espacio transfronterizo un espacio de metamorfosis y de contacto cultural. Suma a su análisis algunos esquemas que clarifican las variables en cada una de estas cinco funciones fronterizas. Concluye su artículo señalando la necesidad de los estudios que proporcionan aproximaciones generales.
Otro estudio de orden general es el de Alan Nash (1996) acerca de los progresos en la geografía de la población. Considera importante mejorar la comunicación y difusión de las investigaciones. Dentro de los temas que trata en la publicación, expresa como áreas más fructíferas la geografía y la demografía histórica, que se ocupan de los modelos de frontera. Brevemente se refiere a autores y propuestas, por ejemplo: la relación de las variaciones de los índices de fertilidad en respuesta a la posibilidad de tierras libres en la frontera, citando trabajos de la década del setenta. Considera que este modelo es usado ingeniosamente por Bogucki (1988) al explorar la demografía en el noreste de Europa durante el período neolítico. Asimismo comenta el estudio de Charles Hirschman (1994) aplicado al análisis del crecimiento de la población en el siglo XX en el sudeste asiático en relación al cultivo de arroz en las áreas periféricas y basado en la contribución de Geertz (1963).
Las contradicciones que existen entre las relaciones socioculturales estables y las inestabilidad en las relaciones políticas producidas por las modificaciones recientes de las fronteras en Europa han sido estudiadas por autores como, Milan Bufón (1994), el cual propone en su estudio sobre la frontera italo-eslovena, zona de Gorizia, un enfoque diferente ante la visión general de la frontera como espacio de separación. De hecho, para el autor, las poblaciones del área conservan tipos de comportamientos de larga duración, pese a las transformaciones de carácter político, que se han dado en los últimos años. Sugiere una nueva dimensión a la problemática de la cooperación transfronteriza en el continente europeo, políticamente fraccionado y culturalmente rico.
Hoy el tema de la frontera es de especial importancia en Asia y en África , donde han tenido un papel preponderante en la redistribución de la población y, a la vez, han sido clave en la formación y consolidación de los nuevos Estados. Así se percibe en algunos de los trabajos publicados recientemente sobre las áreas; como el de Rodolphe De Koninck y Steve Déry (1997) que analizan la frontera en cuatro países del sudeste Asiático, Filipinas, Indonesia, Vietnam, y Tailandia.
Frente a ésta situación, las fronteras americanas poseen ya más de siglo y medio de estabilidad, aunque también se presentan a veces como problemáticas y conflictivas. Son zonas de poblamiento con procesos de urbanización espontáneos o planificados por los Estados, que han provocado interesantes cambios sociales, culturales y ambientales. Son éstas algunas de las razones que promueven el interés de los estudios de las fronteras americanas y, al mismo tiempo, la justificación de nuevas investigaciones.
La frontera en la Amazonia ecuatoriana
Lawrence Brown, Rodrigo Sierra, Scott Digiacinto y Randy Smith (1994) en un artículo sobre la Amazonia ecuatoriana, investigan sobre la evolución del sistema urbano en la zona de frontera. Opinan que los modelos aplicados en las investigaciones de la frontera para el caso en estudio pueden ser completados. Se le deben sumar los resultados de la interacción social ( fuerzas endógenas) y las circunstancias políticas de los gobiernos del Tercer Mundo (fuerzas exógenas). Centran su atención en el estudio de la zona este de Ecuador, mostrando los procesos de cambio de las ciudades en el sistema urbano fronterizo. Consideran que las fuerzas exógenas que han afectado a este proceso en el área analizada son la situación económica y política mundial y las condiciones y políticas nacionales. Por ejemplo, la Amazonia ecuatoriana ha sido influida por el comercio de caucho, del oro, de la quinina y el petróleo, por el conflicto territorial con Perú, y por el desarrollo de la evolución regional, las reformas policiales y la colonización a través de la construcción de carreteras. A todas estas variables pueden añadirse fuerzas endógenas, que afectan a áreas concretas.
En el caso de Nueva Loja y Coca, las características locales son : el descubrimiento de petróleo, las oportunidades económicas, y el establecimiento de carreteras de conexión . Para mejorar la comprensión de la expansión fronteriza, del crecimiento urbano y sus cambios en el dominio de unas ciudades sobre otras en Ecuador proponen que se aplique un apropiado marco conceptual que integre a largo plazo los ciclos económicos y a corto plazo las fluctuaciones de los mercados y el papel de las estructuras económicas que afectan y se magnifican en las áreas de frontera. Los investigadores también afirman que para comprender el proceso de urbanización general de América Latina hay que prestar atención a los procesos de urbanización de la frontera.
Estos autores publicaron así mismo, un artículo sobre la migración de la zona (Brown y Sierra, 1994), en el que consideran que la migración en ella es un fenómeno múltiple que refleja el juego de las macro fuerzas y las condiciones locales. En esta publicación intentan responder a algunos interrogantes. Por ejemplo, el lugar de donde proceden los migrantes, los cambios en las oportunidades económicas de los migrantes originales, la trayectoria de éstos hasta su llegada a Oriente y el modelo espacial que desarrollan los nuevos colonizadores. La investigación muestra la diversidad del origen de los migrantes, de localidades urbanas y rurales. Generalmente, estos colonizadores realizaron paradas y estaciones anteriores en otras localidades. A partir de estadísticas ponen de relieve diversas tendencias existentes. En primer lugar, la complementariedad en los modelos de desarrollo regional, en la migración y la actividad pionera, que junto a un conocimiento cualitativo del lugar, les permitió una mejor comprensión y entendimiento de la zona de fronteras y de los movimientos de población en general. En segundo lugar, la necesidad de tratar la frontera en su totalidad por lo que, aún reconociendo la multiplicidad de procesos que afectan al desarrollo fronterizo, proponen sin embargo una visión holística.
Otro autor que estudia la influencia de los movimientos de población sobre la Amazonia ecuatoriana es Francisco Pichón (1997), el cual realiza una investigación detallada de las familias colonizadoras del área, sus características socioeconómicas y demográficas, la base de recursos naturales que controlan y los criterios de utilización del suelo. Apoya sus conclusiones sobre una muestra de 400 familias colonizadoras en 1990. Advierte, que la mayoría de los trabajos sobre la zona, consideran la frontera como un proceso evolutivo contradictorio y resalta dos variables importantes de análisis: en primer término, las características de la economía de los colonos y en segundo lugar, el significado que adquiere la frontera debido a las políticas puestas en marcha por sus gobiernos.
Al considerar la primera variable de análisis, afirma que las familias colonizadoras comparten diversas particularidades en lo económico; por ejemplo, una tecnología agrícola simple, el interés por la ganadería, el uso de la familia como fuerza de trabajo y una sobreexplotación de la tierra, incorporando nuevas áreas, con poca consideración de los recursos naturales.
Con respecto a las políticas del gobierno, el autor opina que fomentan la destrucción del suelo y la deforestación. Estima que la Amazonia ecuatoriana no puede estudiarse teniendo en cuenta el ciclo del pionero común -que usaría prácticas dictadas solamente por los recursos naturales- ya que existen muchos condicionantes para el colonizador de la zona. La base de recursos naturales que utilizan es muy frágil y generalmente aplican técnicas de producción experimentadas en otras áreas que han habitado. Insiste en que sus sistemas de producción no tienen una motivación "subsistencial". Además, no debe olvidarse la influencia del contexto institucional y político.
El autor recomienda para el estudio de la zona no mirar solo un indicador de deforestación, ni lo que realiza un sólo hogar, porque entonces, se obtienen conclusiones erróneas. Experimentos de agricultura para desarrollar sistemas de producción sostenibles en las regiones tropicales húmedas han revelado tanto lo apropiado como las limitaciones de la agricultura de los colonizadores. Se han interesado además en aplicar innovaciones tecnológicas basadas en el cultivo permanente de árboles adaptados a las propiedades del suelo y a las características de los medios tropicales, logrando resultados favorables.
Pichón, identifica las causas responsables de la "inhabilidad" de los colonizadores para establecer formas sostenibles de utilización del suelo. Señala concretamente: la calidad, el tamaño y la localización geográfica de la propiedad; la infraestructura de las rutas; la disponibilidad de mano de obra y de técnicas modernas; la falta de trabajo; la inseguridad en la tenencia de la tierra y la inexistencia de otras fuentes alternativas a la agricultura.
El artículo finaliza proponiendo soluciones para evitar la deforestación de la cuenca del Amazonas. Expresa que cualquier tipo de sistema que quiera organizarse no ayudará, si primero no se solucionan los problemas recién mencionados. Piensa que la preocupación por establecer sistemas experimentales en la zona, por parte de instituciones académicas y empresas ecológicas privadas, refleja desde hace tiempo una voluntad de solucionar problemas sociales con tecnología. Pero estas intenciones se enfrentan a la necesidad de cambios estructurales y políticos más amplios, cuya finalidad será evitar la carrera para convertir el bosque en uso agrícola.
Francisco Pichón junto a Laura Murphy y Richard Bilsborrow (1997), publica otro artículo sobre la zona este de la Amazonia ecuatoriana, en el que examinan variables que no han recibido, según ellos, suficiente atención. Se proponen ir más allá de las implicaciones ambientales de la expansión agrícola en el trópico, examinando con mayor atención la naturaleza de las familias colonizadoras con respecto al sustento y a la calidad de vida. La investigación sobre el bienestar de la población y sus necesidades ha sido elaborada en base a las rentas de familias minifundistas, siendo importante aclarar que esta medida representa sólo una dimensión de las posibles.
Los autores consideran que existe una justificación ambiental para el estudio de la zona, suficientemente documentada. A partir de los años setenta la región comenzó a ser densamente poblada y deforestada. Los países que comparten la Amazonia tropical (Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela) experimentaron a partir de 1950 un gran crecimiento demográfico en la región. Esta situación ha justificado las políticas y estrategias de los gobiernos, que han visto el poblamiento fronterizo como una alternativa para mejorar la reforma agrícola. De esta manera, sostienen los autores, las estrategias gubernamentales se han reducido a la distribución de la tierra a los campesinos pobres. Estas políticas han sido percibidas por las familias rurales como la posibilidad de mejorar sus circunstancias materiales. La investigación se propone examinar los resultados de la aplicación de dichas políticas para los pobladores y el porqué del enriquecimiento de unos sobre otros. Pretenden que sus reflexiones auxilien a los gobiernos en la aplicación de estrategias que ayuden a los campesinos y, a la vez, promuevan la conservación y protección del valor ecológico de la zona.
Describen en el trabajo las características de la colonización y la calidad de vida de las pequeñas familias campesinas. Consideran que las políticas agrícolas no tiene en cuenta el problema de la deforestación del bosque, lo cual mejora la renta de los campesinos pero va generalmente asociado al aumento de la degradación ambiental. Este proceso se acelera en las décadas de 1970 y 1980. Se advierte en este momento el aumento paralelo de la deforestación. Los gobiernos tratan de poblar la frontera y repartir las tierras. Es característico de toda América Latina la desigual distribución de la tierra y en la frontera de la Amazonia ecuatoriana, los campesinos son pobres en su mayoría, situación que contrasta con la existencia de grandes latifundios y empresas agrícolas.
La frontera este del Amazonas ecuatoriana está dividida políticamente en cinco provincias, con una densidad de 2 habitantes por kilómetro cuadrado, en comparación con los 60 habitantes por kilómetro cuadrado en el resto del país. Sin embargo, desde 1982 en dos de éstas provincias fronterizas se ha producido un alto crecimiento demográfico y esta particularidad constituye el centro de la investigación. Opinan que en la década de los ochenta la política del Ecuador trató de encarar el proceso migratorio a la región de frontera como válvula de escape. A dicho proceso se sumaron otras variables como la construcción de carreteras y la exploración y explotación del petróleo desde los setenta. Los autores señalan la acción de los colonizadores de la zona este de Ecuador que reclaman la posesión y la titulación legal de las tierras al Instituto de Reforma Agraria (I.E.R.A.C) para uso agrícola. Asimismo los investigadores comparan la situación de Brasil y Ecuador, resaltando las siguientes diferencias: la colonización en el Ecuador fue espontánea; la calidad del suelo es aparentemente mejor en este país; el verano es más seco y la agricultura es de "tabla y quema"; finalmente en la Amazonia ecuatoriana todavía no hay grandes áreas urbanas como en Brasil.
Al analizar las causas de la mejor situación de algunos campesinos con respecto a otros, opinan que la riqueza de algunas familias es el resultado de numerosos factores entre los que señalan: la composición familiar, el nivel educativo, la mayor experiencia agrícola, el gran capital en el área de origen, la posesión de más tierras y de mejor calidad, el acceso a los servicios del gobierno (asistencia técnica, créditos) y, finalmente, la proximidad a los mercados y servicios.
La última parte del artículo discute las implicaciones políticas. Comentan que los resultados estadísticos ilustran la calidad de vida de los pobladores del Ecuador y los factores indicativos que conducen a que algunas familias estén mejor que otras. Por ejemplo: las familias que alcanzaron mayor riqueza, lograron la posesión de la tierra, vivieron cerca de las carreteras y recibieron asistencia técnica y escolarización cuando llegaron al Amazonas, ganando así destreza y habilidades agrícolas. Con altas rentas e instalados en la capital, ellos lograron finalmente comprar los títulos de las tierras y obtuvieron créditos. Probablemente la mayoría de las familias pobres llegaron más recientemente; son pequeñas, tienen poco capital y viven aisladas en los bosques con dificultades en el acceso a las ciudades y a los servicios. Se suma que, además, carecen de títulos legales y poseen deudas.
¿Qué pueden hacer los medios oficiales para mejorar las situación de éstos pobladores? Los autores advierten que existen varias estrategias de intervención. Por ejemplo: concesión de títulos legales, acceso a los créditos oficiales o a otra forma de financiación, construcción de carreteras, provisión de asistencia técnica, aumento del valor de la productividad y mejora de la posibilidades de empleo de los campesinos. La llegada de más familias pobladoras tiende a convertir el bosque tropical en tierras de pasturas para el ganado. Los pobladores perciben la ganadería como una posibilidad de mejorar su nivel de vida porque requiere menos trabajo que realizar las cosechas. Pero a la vez la actividad extensiva, al soportar poco ganado por hectárea, eleva la degradación y acelera la erosión.
El bosque tropical tiene un valor único e irremplazable y está seriamente amenazado. Estos procesos irreversibles han sido señalados muchas veces en el Amazonas por investigadores de todos los países que lo comparten. Aunque la escala de ranchos ganaderos es menor en el Ecuador que en Brasil, los campesinos ecuatorianos aspiran al aumento de la actividad. Los autores observan que se deben tomar medidas para lograr que las inversiones de capital en la zona promuevan la sustentabilidad ecológica. Como alternativas proponen: que los créditos apoyen a los agricultores y limiten las actividades ganaderas, la construcción de rutas que al reducir el costo de las cosechas mejoren la renta familiar y puedan, a la vez, ejercer un mayor control sobre áreas ecológicas importantes. Consideran que los agricultores amazónicos necesitan mayor dirección para la utilización de la tierra en forma intensiva y sustentable .
El tamaño de la explotación agrícola es un tema delicado. La reducción de dicho tamaño requiere un auxilio apropiado, acompañado de incentivos económicos. Los investigadores dan gran importancia a las oportunidades de empleo en otro tipo de actividades. Por ejemplo, la expansión de pequeñas áreas urbanas incrementaría la oportunidad de trabajo en las administraciones locales, en los servicios y en el ecoturismo. Proponen el desarrollo de actividades que mejoren la renta familiar y auxilien las tareas agrícolas de los campesinos como por ejemplo, carpintería y automecánica. La intervención ofrece un camino de ayuda a los pobladores y protege el ambiente, pero al mismo tiempo, son convenientes la aplicación de incentivos fiscales, infraestructura, servicios y asistencia técnica.
Sobre esta misma área de la Amazonia ecuatoriana, M. G. Muchagata (1998) analiza la relación del bosque de la frontera amazónica oriental y el hombre. Su estudio considera a familias de colonos pobres, los cuales utilizan el bosque de muchas formas. Usan un gran número de plantas y animales que les aseguran la subsistencia de alimentos, combustibles y medicamentos, representando el 58 por ciento de su renta. Sin embargo, a pesar de esta relación de dependencia entre los campesinos y el bosque, se lo está reemplazando por la ganadería. Es contundente al decir que el problema actual del bosque es el aumento de esta actividad. Como soluciones expresa que las alternativas se reducen a la conversión y reorganización de la producción de los colonos, buscando estrategias de diversificación, dónde el bosque sea un componente más. Propone la consulta a los colonos sobre sus problemas y el apoyo de instituciones de investigación.
Las fronteras en Brasil
La Amazonia brasileña ha estado marcada por una gran movilidad intraregional en los años ochenta. Ese es el tema del trabajo de Alexandre Diniz (1997), el cual centra su atención en la gran cantidad de pobladores que ocuparon zonas y ciudades lejanas, promoviendo el surgimiento de áreas urbanas en la Amazonia Brasileña. Estudia la capital del estado de Roraima, llamada Boa Vista, dónde obtiene la información sobre las características de los migrantes y las historias de la migración. El autor expresa que la mayoría de las investigaciones que han tratado el proceso de urbanización de la Amazonia se han ocupado de los factores de desplazamiento y desarrollo de los colonizadores rurales, descuidando la presencia de otros tipos de migrantes.
Diniz señala que el poblamiento de Brasil se ha caracterizado tradicionalmente por una gran concentración de población en la costa. Algunos gobiernos intentaron poblar el interior por razones geopolíticas hasta la construcción de Brasilia. Los gobiernos militares tuvieron una política agresiva de relocalización de la población, realizando arriesgados planes de ocupación de tierras vacías. Las estrategias aplicadas se basaron en la construcción de carreteras, la libre distribución de tierras junto a éstas vías de circulación y la aplicación de un conjunto de incentivos para las inversiones en la región. Primero se beneficiaron agricultores en pequeña escala; sin embargo, en 1974 las políticas cambiaron a favor de la especulación e inversión a gran escala en el sudeste del país.
La batalla por la ocupación de la Amazonia brasileña se dio desde dos posiciones: la del frente campesino, formado por agricultores, y la del frente capitalista, compuesto por corporaciones nacionales y multinacionales dueñas de grandes posesiones agrícolas y ganaderas. Cada frente ocupó diferentes áreas hasta que finalmente se enfrentaron y los campesinos, menos poderosos, fueron desplazados.
Ubicado en el noreste del Brasil, el estado de Roraima es un buen ejemplo de esta situación de conflicto. En los ochenta esta olvidada frontera noreste, experimentó un gran crecimiento demográfico, provocado por los factores de atracción rural, como la libre distribución de tierra agrícola, y algunas noticias sobre la existencia de minas de oro y diamante. La masa de población aumentó en los centros urbanos, sobre todo en la capital Boa Vista, y este proceso no fue un evento aislado en el movimiento general de población a las ciudades del Amazonas. Durante los ochenta el Estado brasileño elaboró programas de colonización pero a partir de 1987 el poblamiento se realizó espontáneamente por el descubrimiento de las minas.
Roraima comparte algunos rasgos con otros estados fronterizos de la Amazonia brasileña, por ejemplo: la construcción de carreteras, los programas de colonización, la destrucción de la vegetación, el conflicto entre los indígenas y los pobladores; o entre las compañías mineras y los garimpeiros (mineros). La migración estuvo motivada en un primer momento por la explotación de los recursos naturales y la abundancia de tierras. Cuando estos recursos se agotaron se desarrolló una economía agrícola, creció la capitalización y como consecuencia aumentó progresivamente la concentración de tierras. Con la llegada de la agricultura a gran escala y los proyectos ganaderos, los pequeños campesinos fueron desplazados y obligados a emigrar a otras áreas remotas de la región o a ciudades cercanas.
Entre los factores de la urbanización de la Amazonia brasileña el autor señala los siguientes: la mecanización de la agricultura local, la demanda de trabajo estacional asociada a la introducción del pago en efectivo de las cosechas, las actividades ganaderas, la concentración en la tenencia de la tierra y los conflictos sobre ésta. Así el desarrollo conduce al rápido fin de la frontera agraria con la consolidación de grandes holdings de tierras. Los campesinos se marchan y subsisten precariamente en las ciudades. La migración comienza a ser una estrategia de supervivencia. El gobierno es el principal capitalizador del desarrollo en la región y el responsable de la construcción de carreteras, de los programas de colonización y de los grandes proyectos mineros y energéticos. En los programas de colonización el acceso a la tierra es fácil pero el autor muestra la dificultad en la obtención de los títulos de propiedad y, en consecuencia, también de los créditos.
Diniz expresa que el sistema de migración comprende una serie de fases y movimientos como, por ejemplo: de zonas rurales a otras zonas rurales, o a pequeños pueblos, de éstos a grandes ciudades y finalmente a las metrópolis. En esta investigación descubre relevantes aspectos de la migración a finales del boom a zonas de la Amazonia brasileña. Señala que la mayoría de estudios olvidan algunas tipologías de migrantes, entre las cuales considera a cinco grupos en su trabajo: inmigrantes por primera vez, profesionales, migrantes urbanos (que han migrado más de una vez), campesinos y garimpeiros.
Estima que la migración en Roraima proviene esencialmente de áreas rurales. Su estudio aporta la idea de "volatilidad", es decir la gran movilidad, de las poblaciones rurales en el Amazonas y la insensible posición del gobierno ante el choque de los campesinos y el frente capitalista. Sugiere, que los gobiernos brasileños, deberían adoptar un papel preponderante y activo en relación al sistema de tenencia de la tierra, concediendo a los pequeños agricultores una apropiada infraestructura. Propone que futuras investigaciones se ocupen de explorar la circulación a los centros urbanos de los campesinos y mineros desplazados.
El conflicto entre pequeños campesinos, y grandes empresas es también abordado por Jaquelin Chase (1997), la cual analiza la flexibilidad del trabajo agrícola en Brasil ante los cambios de la economía global, centrando sus estudios en el área llamada "el sudoeste Goias", en la región central del Brasil. Considera que las ambiciones del país por competir en el mercado global han impulsado una fuerte política de inversiones en las nuevas industrias y en la exportación agrícola. Para la autora, en el Brasil central los agricultores capitalistas han convertido una gran cantidad de tierras en la frontera agrícola para la producción de semillas de soja, principalmente para el mercado europeo y asiático. Los cambios en la orientación de la exportación han creado una contradictoria demanda para la fuerza de trabajo aún dependiente. Se han sumado otras dificultades como el alto coste de las maquinarias agrícolas y la necesidad de mejoras en la calidad de la producción para cubrir el mercado mundial. El trabajo se centra en las formas de competencia y en la flexibilidad del trabajo practicado por las familias colonizadoras urbanas y por los empresarios agrícolas de la región.
Goias ha sido en los últimos quince años el epicentro de una explosión en la producción de semillas de soja. A partir de las entrevistas a familias que habitan la periferia urbana de la región, la autora considera que hay una disputa sobre la crisis de flexibilidad del trabajo en la zona, debido a que la agricultura y la ganadería comenzaron una fase de expansión necesaria para la producción global. Las respuestas a la crisis por parte de campesinos y de empresarios fueron diversas. La autora demuestra que los trabajadores usan la infraestructura social de las ciudades para reducir o eliminar su dependencia del trabajo estacional. En Goias el campo y la ciudad están estrechamente unidos a diario, conectados por los movimientos de los trabajadores, que ensayan su futuro en el casi impredecible ambiente económico.
La frontera mexicano-norteamericana
La frontera entre México y Estados Unidos ha experimentado grandes cambios a través del tiempo. Los investigadores han abordado su análisis desde una perspectiva histórica y demográfica en algunas de las publicaciones. Asimismo dicha frontera actualmente parece interesar más desde una perspectiva económica a partir de los cambios que ha introducido el tratado de libre comercio entre los dos países.
El artículo de Myron Gutmann y Kenneth Fliess (1993) se preocupa por indagar las causas determinantes del control de la fertilidad en las poblaciones de la frontera de Texas, desde la segunda mitad del siglo XIX a principios del XX. El análisis se basa en los registros de población (censos civiles, eclesiásticos y de asentamiento) y en el desarrollo de diferentes variables de análisis, cohortes de madres migrantes, etnicidad, ocupación del marido y religión. Resaltan la importancia de la incorporación de otras variables como el lenguaje, las prácticas religiosas y el status de ocupación. Consideran estas últimas como determinantes de la declinación de la fertilidad en la población de Gillespi (comunidad de inmigrantes germanos). Los resultados sugieren que Texas participó del descenso de la fertilidad que ocurrió en otros lugares para la época. Pero los autores aclaran que debe prestarse especial atención a las características de los grupos de población que habitaron la frontera.
Desde la demografía histórica Marta Works (1992) investiga, el papel que cumplió el comercio en las formas de estructura social y espacial en las primeras poblaciones españolas en Nuevo México, durante más de dos siglos (desde 1598 hasta 1847). En su trabajo intenta conocer en qué medida los cambios en los modelos sociales de interacción entre españoles e indios, a través del comercio, provocaron una transformación del espacio. Para la autora, el norte de Nuevo México fue modelado por la lucha entre pueblos indios, españoles, comerciantes franceses y el control norteamericano del intercambio. El legado del comercio colonial influyó en la distribución de los grupos culturales y en la importancia relativa de los lugares comerciales.
El crecimiento de la actividad económica en la lejana frontera del noroeste del nuevo mundo hispánico comenzó en la era precapitalista. La época que analiza se extiende, desde la introducción del sistema comercial y de trabajo europeo hasta la emergencia del capitalismo industrial, con la llegada de los norteamericanos y del ferrocarril a fines del siglo XIX. Durante este tiempo la actividad comercial se intensificó en Nuevo México, y se incorporó al naciente mundo cultural y económico del capitalismo. La autora considera de gran importancia el análisis de la "vida cotidiana" en la producción y reproducción de la sociedad.
Respecto al comercio indio en el norte de México estima que el modelo básico del mismo entre los Indios Pueblo y los indios de las llanuras se basaba en intercambios complementarios entre agricultores sedentarios. Con la llegada de los españoles en el 1500 el comercio se intensificó, los intercambios entre los indios y los europeos provocaron considerables efectos en la estructura poblacional de Nuevo México. El análisis del comercio durante los siglos XVI, XVII y XVIII en la zona le permite observar como alternan en importancia los centros de intercambio, como influyen las relaciones con los españoles, la repercusión de la imposición del sistema de encomienda, y las consecuencias de la acción de los misioneros. Con respecto a este último grupo, afirma que existió una gran preocupación en la cristianización y conversión de los indios para la defensa de la frontera ante el avance francés en 1680.
En el siglo XVIII, cuando la presencia de comerciantes franceses en la planicie es mayor, los españoles debieron repensar sus estrategias defensivas. Asimismo fueron importantes los cambios espaciales que ocurrieron con la presencia de los comanches en la zona, hasta que se logró la paz con ellos, en 1778. Durante el siglo XIX, la incorporación de la zona de Nuevo México a EE.UU. (1847), introdujo cambios esenciales y contribuyó a la desaparición del comercio indígena. A ello se suman otros factores como la declinación de la caza del búfalo, el aumento de la ganadería , el crecimiento del comercio competitivo de los norteamericanos y la instalación de las vías férreas en 1880. En conjunto, la autora, a través de un completo análisis de lo ocurrido durante trescientos años en esta frontera, considera que la repercusión espacial de la actividad comercial fue realmente decisiva.
Para la región del sudoeste norteamericano, Alice Scheleguel (1992), intenta aplicar el modelo de "frontera interna "o de "intersección" elaborado por Kopytoff para África (1987), con el cual explicó las características de organización política y social de algunas comunidades africanas. La frontera interior comprendía áreas que bordeaban las regiones metropolitanas.
Para la autora el modelo de Kopytoff puede adaptarse a diferentes zonas y propone aplicarlo a la sociedad Hopi que ocupa el sudoeste de Estados Unidos y el noroeste de México. Analiza el sistema político y social como formas de adaptación a la frontera. Añade que la mayoría de arqueólogos y etnólogos que han estudiado la adaptación al sudoeste norteamericano, han resaltado las características de aridez del clima, y la distribución de tierras cultivables. De alguna manera estos científicos explican el temprano desarrollo cultural de algunas sociedades, como respuestas sociales a variables ecológicas. Scheleguel piensa que las explicaciones ecológicas pueden completarse.
La investigadora finaliza opinando que el modelo de "frontera interna" aplicado en su estudio ha sido útil para clarificar el sistema político de los Hopi y sus consecuencias culturales. Considera que la adaptación de éste modelo en otras regiones del mundo puede ser también útil. Asimismo la autora, reflexiona sobre la visión de historiadores y geógrafos de la frontera , mostrando, que los historiadores han observado la frontera como territorios organizados y relatados por los Estados y los geógrafos, en cambio han profundizado más en el estudio del territorio.
En las primeras investigaciones sobre el crecimiento económico en zonas de frontera no se había dado importancia ni valor al trabajo femenino. Elizabeth Herr (1995) hace visible la contribución de la mujer como fuerza de trabajo en el siglo XIX en Colorado. Para lograrlo se basa en datos que le proporcionan los censos de 1880 sobre cinco condados con diferente modo de producción (agricultura, manufacturas, ganadería, minería y economía mixta), cuestiona el trabajo realizado con los censos en el siglo XIX, porque han ignorado la contribución del trabajo femenino, particularmente en el sector agrícola. Opina que el "culto a la domesticidad" expresado en la prensa y escritos científicos de la época, solo dieron un ideal de "Hombre de Frontera". Con su trabajo demuestra con datos, que las mujeres fueron capaces de realizar las tareas agrícolas más difíciles, responder a los censos y ser las "guardianas del hogar".
Ante el controvertido tema de las consecuencias de la instalación de industrias, en la frontera de Estados Unidos y México, Gordon Hanson (1996) pretende mostrar que la integración Estados Unidos-México está contribuyendo a la expansión económica de las ciudades limítrofes. Este análisis se ha concentrado en las actividades económicas de seis ciudades, ubicadas en zonas limítrofes de ambos países. Estas son San Diego, Imperial, El Paso, Laredo, MacAllem y Brownsvill.
Utilizando técnicas empíricas, ha analizado sobre todo las industrias de manufacturas. Las ciudades limítrofes de Estados Unidos se especializan en producir partes y componentes que ensamblan las plantas ubicadas en México, especialmente de motores de vehículos y equipos electrónicos. Opina que el Nafta ha contribuido a la expansión y relocalización de las industrias en las ciudades del límite. Los resultados contradicen la visión predominante sobre la escaza incidencia de la economía de México para el Nafta y el beneficio únicamente para Estados Unidos. Afirma que el tratado entre estos países, al relocalizar la industria de manufactura en las ciudades del límite, implica costos de transporte y a la vez, crecimiento de los servicios complementarios como finanzas, mercados y distribución. Estima finalmente que las investigaciones futuras deben enfocarse hacia los efectos de la integración de Estados Unidos -México.
Las fronteras en Argentina
En Argentina, dónde hay una larga tradición de conflictos fronterizos y de estudios sobre la frontera, hoy se sigue prestando atención al tema.
Gabriela Schiavoni (1995) se ha interesado por las características particulares de la familia y los procesos de diferenciación social en zonas de frontera en Argentina centrando sus estudios en el análisis de la organización familiar que acompaña a un reciente (1960) proceso de instalación agrícola en tierras fiscales, en el nordeste de la provincia de Misiones. Selecciona casos de estudio, en el contexto de lo que llama "frontera agraria" es decir, la ocupación de tierras despobladas de espacio nacional permitida e impulsada por el Estado, para resolver tensiones sociales. En la frontera agraria el Estado delega a la organización familiar y comunitaria, la tarea de estructuración del espacio. Este proceso le permite indagar las relaciones entre las estrategias familiares y los movimientos sociales en la frontera agraria y a la vez la trayectoria social de estos pobladores de "ocupantes" a "colonos". La autora considera que el aporte de este estudio es tomar como unidad de análisis los grupos familiares en lugar de la explotación agrícola.
Referido también a Argentina, es interesante consultar el estudio de Carlos Reboratti (1990) sobre las fronteras agrarias en América Latina en dónde se proporciona un completo panorama sobre la evolución de la frontera en América. Precisa términos y conceptos, describe diversas formas de interpretación de la frontera, tipologías (primarias, secundarias, móviles, lentas, estancadas, sólidas, vacías, huecas, espontáneas y planificadas), sus elementos constitutivos y las fuerzas que influyen sobre ella. El geógrafo argentino presenta un esquema de frontera para la zona que consta de cuatro fases: la frontera potencial; la apertura de la frontera; la expansión de la misma y finalmente su integración y consolidación a la sociedad central. En la última parte, el autor opina que la frontera es un fenómeno complejo y múltiple que influyó en el pasado y lo continua haciendo en la actualidad en el desarrollo de los países. Sin embargo, cree que la frontera es "un mundo que se va", que su desaparición está próxima porque no existen ya tierras libres. Asimismo considera que la frontera ha modelado y condicionado el desarrollo de América Latina en muchos aspectos, por lo que aconseja seguir profundizando en su estudio.
Hugo Gagiotti (1998) por su parte ha estudiado la percepción del espacio de la Pampa Río Platense, como un espacio degradado en el imaginario hispano-criollo. Es interesante observar que la percepción de éste espacio se va construyendo a través del tiempo por sus diferentes actores sociales (élites y masas populares). A través de su lectura se observa el concepto de frontera de los españoles para esta zona americana, como un espacio del nomadismo e improductivo. La asignación de determinadas características a la "frontera" creada por los hispano-criollos durante la colonia, le hace aparecer como un espacio vacío, como el borde de la civilización. Durante el siglo XIX, la noción de frontera es revitalizada y transformada. En la Pampa se intentó reorientar la representación de un nuevo espacio, con sus elementos preconstituidos de desierto y con los nuevos de civilización y urbanidad, construyendo una nueva idea de frontera. Según el autor, el proyecto de Nación y la idea de desierto de la segunda mitad del XIX se asociaron a la necesidad de los mercados extranjeros. Por todas estas causas, la percepción de este espacio, de alguna manera, condiciona y produce consecuencias en su historia, dándole al mismo una estructura marginal y una tendencia extralocal.
La frontera en Venezuela
Actualmente interesa también el análisis de los llamados frentes pioneros, término ligado a la frontera, entendido como un fenómeno transitorio, una línea móvil de contacto entre diferentes tipos de asentamiento y uso del espacio. El frente puede no estar ligado al desarrollo posterior de una frontera y es tanto una forma de organizar el espacio como un momento del contacto de la sociedad con territorios hasta el momento no utilizados. Los frentes atraviesan los territorios sin dejar un rastro muy marcado, y están por lo general ligados a actividades extractivas. Muchas veces un frente no trae consigo una frontera, pero siempre la frontera es anunciada por un frente, ya esté basado en la misma actividad o en otra (Reboratti 1990).
Anne Laques y Philippe Berienguier (1994) han estudiado la evolución prospectiva de los frentes pioneros en la reserva de Ticoporo (Venezuela). Analizan las direcciones seguidas por los frentes pioneros ganaderos en el bosque tropical, presentando un modelo espacial con el objetivo de cooperar en las decisiones respectivas al ordenamiento territorial regional. Consideran que los mecanismos de transformación del espacio, están ligados a las etapas características de los frentes pioneros. Las razones para las conquistas pioneras en esta zona venezolana son las tierras fértiles y las mejores condiciones climáticas con respecto a otras zonas de los llanos.
Ante la rápida progresión del frente asociado a la deforestación del pie de monte, el Estado decidió proteger el patrimonio forestal por su biodiversidad y su valor comercial. En 1955 le da el status de reserva a la región de Ticoporo. Veinte años después, la reserva es repartida en concesiones a empresas privadas y al mismo Estado. Los autores comparan los diferentes modos de acción sobre el espacio de ambas entidades. Finalmente proponen tres hipótesis sobre la evolución del territorio. La primera considera la continuidad del bosque y de las zonas de pasturas; la segunda señala la regresión del bosque y la tercera la ruptura. A la luz de estas hipótesis prospectivas, los autores piensan, que finalmente el rico bosque de pie de monte desaparecerá, las tierras serán recuperadas por los grandes propietarios y los campesinos sin tierra, partirán hacia el sur en busca de nuevas tierras.
Conclusiones
El tema de la frontera tiene en la actualidad un gran interés y es estudiado desde varias perspectivas. En los trabajos referenciados pueden apreciarse diferentes posiciones a la hora de "mirar" la frontera, así como también, la interdisciplinariedad en el uso de metodologías y conceptualizaciones, característica que es enormemente enriquecedora. Ante estas nuevas formas de analizar el fenómeno fronterizo, serian destacables aquellas que acentúan el "factor humano" como eje de su perspectiva. Por ejemplo, el estudio de la formas de vida de los habitantes de la frontera; o la construcción por los actores sociales del imaginario de su espacio como "frontera" en determinada etapa histórica pero que al mismo tiempo influye en su presente. Asimismo me parecen interesantes aquellos trabajos que destacan la influencia de la frontera en la composición familiar y en la puesta en práctica por los campesinos de estrategias particulares ante esta realidad. Es muy apropiada la propuesta que sugieren la consulta a los actores sociales que habitan la zona de frontera para la resolución de sus problemas, porque son ellos los que pueden aportar opiniones muy valorables sobre el espacio en el que viven. Llama la atención el reducido número de estudios que todavía hoy, hay sobre la mujer en la frontera.
Pese a la insistencia de los investigadores que ofrecen los resultados de sus estudios para auxiliar y cooperar con los gobiernos en la planificación del espacio, en las decisiones del poblamiento, o en cualquiera de las problemáticas de las zonas, la mayoría de las veces queda en los ámbitos de discusión científica. En general son ignorados a la hora de poner en práctica políticas y estrategias en las fronteras. Probablemente esto se deba a que en la mayoría de las decisiones gubernamentales sobre los espacios fronterizos primen finalmente otro tipo de intereses.
La fronteras han dejado de ser "aquellas zonas lejanas", se ven cada día más influenciadas por los fenómenos de la economía global o la expansión urbana. Sin embargo palpita un tema aun sin resolver en los espacios de América Latina y África; y es la tan anhelada como postergada "reforma agraria".
Concluyendo: la frontera es un tema, que debería seguir siendo
estudiado desde todas las perspectivas, aunque no queden espacios vacíos
en el planeta, por su importancia en el presente de la sociedad, de las
naciones y para la comprensión de los procesos actuales de la humanidad.
Se hace necesario redefinir el concepto de frontera dado que los fines
con los que se intenta actualizar, no indica la terminación de estas,
sino la adecuación a nuevos intereses geopolíticos y económicos.
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