Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XIX, nº 1086, 15 de agosto de
2014
[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

LAS INTERVENCIONES DE LOS INGENIEROS ITALIANOS EN LA
FORTIFICACIÓN ALICANTINA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI

Mª Isabel Pérez Millán
Universidad de Alicante

Recibido: 12 de febrero de 2014; devuelto para revisión: 10 de marzo de 2014; aceptado: 26 de mayo de 2014


 

Las intervenciones de los ingenieros italianos en la fortificación alicantina durante la segunda mitad del siglo XVI (Resumen)

El siglo XVI supuso tanto para la ciudad de Alicante como para su fortaleza un momento fundamental para la actividad arquitectónica y militar, fruto del auge económico. Se realizaron diferentes proyectos que configuraron un nuevo recinto defensivo a la ciudad. Sin duda el momento más importante para la fortaleza de Alicante se encuadra en la segunda mitad del siglo XVI, durante el reinado de Felipe II. Es en este siglo cuando de la mano de ingenieros italianos como Calvi, el Fratín y los Antonelli, y del virrey Vespasiano Gonzaga, se rehabilitan y se refuerzan las fortificaciones defensivas del castillo de Alicante. Dichas reformas fueron motivadas por los continuos ataques de los piratas, en su mayoría turcos y berberiscos. Ante estos ataques el rey se vio obligado a restaurar, fortificar y amurallar el castillo de Santa Bárbara, a dotarlo de una estructura a la moderna.

Palabras clave: Ingenieros militares, Calvi, Fratín, Vespasiano Gonzaga, Antonelli, siglo XVI, fortificación


The interventions of Italian engineers in the defensive enclosure of Alicante place in the second half of 16th Century (Abstract)

 Sixteen century was for the Alicante City and her castle a fundamental moment for military and architectural activity, because gave place to an economic peak. Different projects were designed for a new defensive enclosure of the city. But arguably the most important moment for the castle of Alicante take place in the second half of the sixteenth century, during the reign of Philip II. In this century is when the hand of Italian engineers like Calvi, the Fratín and the Antonellis brothers, and the viceroy Vespasiano Gonzaga, the defensive fortifications of the castle of Alicante were rehabilitated and streghthened by order of Philip II. These interventions were above all motivated by the continuous attacks from pirates, Turks and Berbers. Faced with these attacks the king was forced to restore, fortify and wall the Santa Barbara Castle, giving it a modern structure.

Key words: military engineers, Calvi, Fratín, Vespasiano Gonzaga, Antonelli, 16th Century, defensive enclosure.



Al iniciarse la Edad Moderna, con la unificación de España en las dos Coronas, la función estratégica de la ciudad de Alicante y su castillo cambió sustancialmente. Hasta ahora había sido un bastión del Reino de Valencia, pero una posible pérdida del fuerte tenía consecuencias también para la entrada en la meseta castellana por el Vinalopó. En estos momentos las luchas con los Estados árabes del Mediterráneo ocupaban su puesto[1]. Además, Alicante había dejado de ser un puerto más entre los muchos que tenía Aragón, para erigirse como el puerto de la meseta castellana, por el que se realizaría el comercio marítimo de importación y exportación. Numerosos mercaderes extranjeros se establecieron a los pies del Benacantil, convirtiéndose el castillo de Santa Bárbara en el guardián de esta ruta mercantil.

El origen del bastión en Alicante. Las intervenciones de Calvi

Es en esta época cuando la evolución de la artillería[2] desembocó en un proceso de modernización de las fortificaciones en los dominios de la Corona española. Carlos V acometió la modernización de los recintos amurallados de las ciudades estratégicas de la Península, dotándolos de torreones circulares capaces de alojar artillería, mucho más bajos y anchos que los medievales, y cortinas planas de mucha mayor longitud para evitar ángulos muertos[3]. El Emperador ante un intento de modernización de la plaza alicantina, fortaleció sus murallas con el levantamiento de torreones redondos.

La imagen que adquirió Alicante se asemejaba por tanto a las nuevas disposiciones del arte de fortificar, en un momento en que el desarrollo del bastión se debatía entre la forma circular, más resistente al impacto de los disparos de los cañones, y la forma angular, más costosa de ejecución pero carente de ángulos muertos[4].

Es importante apuntar que fue durante el reinado de Carlos V cuando se creó el Consejo de Guerra que se encargaba de supervisar los proyectos y elevarlos al rey para su aprobación[5]. Además contaba con otras competencias como la defensa peninsular, la logística, justicia militar, planificación estrategia, y sobre todo, la de proponer al rey el nombramiento de ingenieros militares. Otra competencia del Consejo de Guerra en cuanto al diseño y ejecución de obras de fortificación era la de dirección de las obras. Enviaba a expertos ingenieros militares para una primera inspección de las plazas fuertes, para posteriormente pedirles el proyecto de fortificación correspondiente con plantas, secciones y perfiles, e incluso, en ocasiones, modelos para su mejor comprensión. Una vez aprobada la ejecución de las obras se contrataba en primer lugar a un maestro de obras, después y una vez iniciadas se contaba con un jefe militar que ordenaba los pagos, un veedor que comprobaba las partidas y levantaba actas, un contador y por último, un pagador[6].

En pocas décadas se acabó imponiendo el bastión angular. Los avances en las fortificaciones modernas se desarrollaban con gran premura en las plazas españolas. Se disminuyó la altura de las fortificaciones, se terraplenaron murallas, se desecharon los torreones redondos que pronto se vieron convertidos en baluartes en ángulo menos vulnerables a la nueva artillería. La arquitectura militar tuvo que adaptarse a las nuevas armas de fuego, a su tamaño y a su peso, a sus ángulos de giro, debían prever el espacio suficiente para que recularan, así como prever espacios para almacenes de municiones y armas[7].

Las fortificaciones alicantinas también se vieron afectadas por estos cambios. El recinto que se había ejecutado durante el reinado de Carlos V pronto quedó obsoleto ante la capacidad de la nueva artillería[8], también la defensa del castillo de Santa Bárbara. Los torreones redondos eran incapaces de resolver las necesidades defensivas, además de que las obras se encontraban todavía inacabadas, no se habían finalizado las obras referentes al foso y revestimientos de piedra de las murallas de Carlos V. Algunas construcciones incontroladas cercanas a las murallas perjudicaban también la defensa, así lo expresa un memorial posterior de Antonelli[9].

La amenaza era inminente de los Estados árabes. En 1556, ante la pérdida de Bujía y las amenazas recaídas sobre Orán y Mazalquivir el rey pidió socorros a la población de la costa alicantina[10]. En agosto de ese año el Turco sitió Orán. En 1562 el virrey D. Alonso de Aragón advirtió del peligro que corría todo el litoral del Levante de ser atacado por una armada de sesenta bajeles africanos procedentes de Constantinopla[11]. En 1565, tras el sitio de Malta se invirtió la balanza en el Mediterráneo a favor del Imperio hispánico, consumado posteriormente en la batalla de Lepanto en 1571. Había que seguir invirtiendo a las fortificaciones y levantando defensas en un gran número de plazas. Entre ellas Alicante.

En este proceso de modernización de las fortificaciones de la Corona participaron algunos ingenieros militares procedentes de Italia y Alemania. Los ingenieros contribuyeron al progreso de la monarquía española que los requirió durante esta época para "dominar tierras y describirlas, controlar reinos, defender fronteras, construir ciudades, navegar ríos, dominar aguas"[12]. Los informes de los ingenieros militares posibilitaban la gloria en tiempos de guerra, consecuencia de sus informes, dibujos y proyectos de las fortificaciones[13].

Tras los comienzos de modernización de las fortificaciones de Alicante, llevadas a cabo por el duque de Calabria, virrey de Valencia[14], entra en escena el ingeniero Juan Bautista Calvi, siendo Felipe II todavía Príncipe de España. Juan Bautista Calvi era uno de los ingenieros más prestigiosos de la época, poseedor de un enorme bagaje de reconocimientos, proyectos y actuaciones en numerosas fortificaciones italianas y españolas[15]. Fue llamado por el Príncipe en 1552 para organizar el sistema de fortalezas de los reinos de España[16].

Ahora el sistema defensivo era bastionado, con baluartes en ángulo y casamatas en los dos puntos de encuentro con las cortinas. Así, Juan Bautista Calvi, levantó por orden del emperador numerosas defensas abaluartadas en nuestra Península. En menos de diez años -1552 a 1560- hizo reconocimientos y proyectos de las principales plazas, desde el golfo de Rosas a Cádiz[17].

Juan Bautista Calvi era un ingeniero importante y experimentado. Obtuvo gran éxito como ingeniero militar en España con Carlos V y Felipe II. En 1553 se ocupó de la frontera de Francia por Guipúzcoa y Navarra, de donde pasó a Cádiz y Gibraltar. Encontrándose en Málaga, recibió la orden de la reina gobernadora de trasladarse a las Islas Baleares[18]. Juan Bautista Calvi se dirigió a Denia y Valencia, desde donde se embarcó a Ibiza, a donde llegó el 29 de noviembre de 1554. Allí realizó el proyecto de seis baluartes que envió a la reina en enero del año siguiente, pasando a la isla de Mallorca para efectuar los reconocimientos que se le habían encargado. El virrey de Navarra, duque de Alburquerque, en carta al Príncipe D. Felipe del 3 de febrero del mismo año, definía al ingeniero como “hombre bien entendido y cuerdo”. En ese mismo año de 1554, trazaría las fortificaciones modernas de Cádiz y viajaría también a La Coruña para modernizar sus defensas[19]. En 1555 se trasladó de Mallorca a Menorca. Allí realizó un proyecto del puerto de Mahón y del castillo de San Felipe. A finales de la década de 1550 y principios de 1560 la enfermedad casi no le permitía cumplir con el trabajo que se le había encomendado, sobre todo en Mallorca[20]. Falleció en Perpiñán en 1563. Sería sustituido en sus trabajos en 1565 por Giacomo Palear Fratín, que poco más tarde desempeñaría un papel decisivo en la historia de las fortificaciones de plazas como Alicante y Pamplona.

No conocemos con exactitud cuándo visitó Calvi Alicante, pero debió ser poco antes del 31 de octubre de 1560. En estas fechas el duque de Segorbe y Cardona se dirigía a los jurados de Alicante para ordenar que se hiziesse de nuevo ala parte dela marina un terrapleno y que una puerta q cae a la misma marina se hiziese côforme a la traza q el mismo Jnº. Bautista os dexo, porque con esta essa ciudad si que stara sin peligro de qualquier invasión de enemigos[21].

A pesar de no contar con más noticias de los resultados de la visita de Juan Bautista Calvi a Alicante sino esta modificación que se refiere a la puerta de Monserrat, es de suponer que elaboraría un proyecto de la plaza y castillo. No existe la traza que se nombra en la carta ni ninguna otra documentación en referencia a los proyectos de Juan Bautista Calvi[22].

Este proyecto, sin duda, sería la primera aplicación de bastiones modernos en Alicante, que no llegó a ejecutarse, tal y como sucedió en otras plazas de la Península[23]

El proyecto de Juan Bautista Antonelli

Tras la muerte de Carlos V, Felipe II basó su dominio en todos sus reinos en la construcción de poderosas fortalezas. En América promovió un sistema de defensas costeras en los puertos del Atlántico preferentemente y también en el interior, para defenderse de los indígenas. En el Mediterráneo hizo lo propio frente al Turco. Y en sus dominios europeos y los reinos que le servían, se construyeron modernas ciudadelas, como las de Turín y Amberes, paradigmas del arte de fortificar durante décadas. Ninguna nación como la española tuvo más necesidad de murallas, castillos y plazas fuertes, por el odio que despertaba su gran imperio en sus reinos fuera de la Península.

El monarca destinaba un militar a cada zona para ocuparse de las obras, acompañado siempre de un ingeniero. El virrey Vespasiano Gonzaga era para la costa levantina el encargado de visitar e informar las fortificaciones, entre ellas las de la plaza de Alicante, acompañado en ocasiones por el ingeniero Juan Bautista Antonelli y en otras por Fratín.

Felipe II ordenó consultas, proyectos y obras que hicieran del castillo de Santa Bárbara un reducto defensivo inexpugnable ante la eficacia de las nuevas armas de artillería[24].

Es en este momento de incapacidad defensiva del recinto fortificado y del castillo de Alicante, cuando entra en escena el ingeniero Juan Bautista Antonelli[25]. Felipe II confió en Antonelli. Inició la fortificación sistemática de los reinos peninsulares y tuvo que decidir dónde y cómo había que hacerla. La capacidad de Juan Bautista para una comprensión global de la fortificación de la península, le llevó a pensarla como una ciudad que había que fortificar[26]. Participó en numerosísimos proyectos; tuvo que visitar, informar, y proyectar casi todas las fortificaciones que tuvieran interés tanto en la península como en las del otro lado del Atlántico. Intervino en las plazas de Orihuela, Benidorm, Peñíscola, Palma de Mallorca, Cartagena, Tortosa, Valencia, etc. Veía España como si se tratara de una fortificación que recorrería las costas y fronteras españolas; los "puertos" eran las puertas y los "lugares" o fortalezas eran los baluartes[27]. Fortificando la Península, el Imperio español llegaría “a la cumbre del más alto círculo donde nunca haya llegado otro imperio ninguno”[28].

Visitó Alicante en 1562[29], pero al parecer no realizó en esta primera visita ningún proyecto específico de fortificación. Así se desprende de una carta de Felipe II de 27 de agosto de 1562 dirigida a los jurados y justicia de Alicante[30].

Las palabras del monarca eran bienintencionadas –“que bivais y podais estar con la seguridad que se requiere[31]- pero no iba a estar dispuesto a asumir los costes de dichas obras de fortificación. Esta carga recaería, según era práctica habitual, entre los habitantes de la ciudad. El virrey de Valencia escribió a la ciudad el 6 de diciembre de 1562 indicando que, siguiendo el mandato del rey, enviaba al maestre racional y al ingeniero Juan Bautista Antonelli. En la misma carta solicitaba al Concejo que acometieran cuanto antes las obras que determinaran estos expertos, a la vez que debían proveerse de armas y municiones[32]. El reto se presentaba imponente y la carga de trabajos y economía que debían asumir los habitantes no resultaba tarea grata. Así se demostró una vez que Juan Bautista Antonelli realizó su proyecto. El virrey, el duque de Calabria, ya había adelantado en su Memorial de lo que paresce se debe de proveer en Alicante quanto a las cosas de la guarda y guerra cómo deberían sufragarse los gastos y acometerse las obras, estableciendo tandas entre los vecinos[33]. También Antonelli tenía en cuenta este sistema de tandas, aumentando la mano de obra y añadiendo a los pobres, marineros, etc., y ordenando que trabajasen en días de fiesta, así lo indica en su memorial de 23 de enero de 1563[34]. El dinero para la fortificación se sacaría de la ciudad retirándose de algunos gastos y consignando cada año dos mil o mil quinientos ducados para la fortificación[35].

El proyecto de Juan Bautista Antonelli merece especial atención por ser un documento que describe con detalle las obras, sistemas constructivos, planificación, etc., y nos da una idea del estado en que se encontraban las fortificaciones de Alicante en esa época[36]. Daba especial importancia a la fortificación del muelle y costa, por ser la amenaza turca y musulmana las más preocupantes en ese momento. El frente de la muralla hacia el barrio extramuros del convento de San Francisco también ocupa especial atención. Primero se realizarían poderosos baluartes, algunos de elevada altura sobre el foso, y posteriormente las cortinas, fosos y contraescarpas. El memorial, de fecha 23 de enero de 1563, viene firmado por Juan Bautista Antonelli y el maestro racional[37]. Las obras se desarrollarían en diversas etapas durante ocho años.

En la última parte del memorial hace referencia a la fortificación del castillo, pero no especifica ninguna intervención en concreto: "De la fortificación del castillo a su Mag.d dare cuenta q a su costa lo mandara fortificar y proveer de artillería, municiones y vituallas como conviniere hecho en la Ciudad de Alicante a los 23 de Henero 1563".

Ante un proyecto tan ambicioso y que conllevaría cargas importantes para la población no se podía hacer esperar las respuestas de sus representantes. Al día siguiente de la llegada del memorial de Juan Bautista Antonelli, el 24 de enero de 1563, el consejo de la ciudad escribió al rey y a los firmantes de la memoria para mostrar su más absoluto rechazo[38].

La ciudad de Alicante contaba en estas fechas con tan sólo 1.400 habitantes. Recientemente se habían realizado obras con cifras desorbitantes para los trabajos de las fortificaciones de Carlos V, obras que todavía no habían finalizado. Además, los ciudadanos eran pobres y vivían al día para mantener a sus familias[39].

No cabe duda de las exageraciones de los alicantinos en la defensa de sus intereses. Otras ciudades habían acometido proyectos similares en la península. Juan Bautista Antonelli, a pesar de las alegaciones de la ciudad, ordenó que en tres meses se derribaran las casas del arrabal de Nuestra Señora de Gracia, que eran perjudiciales para la defensa, y se iniciasen los primeros trabajos recogidos en su memorial. Los alicantinos siguieron alegando incapacidad para llevar a cabo un proyecto tan ambicioso, y volvieron a suplicar al rey que diera marcha atrás en sus pretensiones[40].

Lo cierto es que esta petición fue bien recibida por Felipe II, quien decidió dar marcha atrás en sus planes sobre Alicante, entendiendo que el proyecto de Juan Bautista Antonelli era excesivo para la capacidad de los vecinos, y centrando su atención en las obras del castillo y del muelle.

No hay documentación referente a obras y reparaciones en el castillo hasta el 28 de junio de 1570, fecha en la que D. Alfonso Pimentel, conde de Benavente y capitán general del reino de Valencia, virrey de Valencia, solicitaba al rey mil libras para las obras y reparaciones del albacar de la fortaleza y otras dos mil para munición, para las fuentes de la ciudad y obras de finalización del muelle[41].

Es en este mismo año cuando Vespasiano Gonzaga y Juan Bautista Antonelli visitaron y reconocieron, por orden de Felipe II, la costa valenciana y murciana[42], proponiendo un sistema de guarda basado en torres situadas en puntos estratégicos para la vigilancia y defensa de la costa[43]. Los continuos ataques en las costas de este reino hicieron necesario que la monarquía se preocupara de hallar el modo de defenderlas.

Juan Bautista Antonelli, una vez en Cartagena y trabajando junto a Vespasiano Gonzaga, fue llamado por Felipe II a visitar de nuevo Alicante en 1571 con el fin de reconocer el castillo y el muelle del puerto[44]. De este reconocimiento realizaría indudablemente un proyecto para el castillo, que posteriormente criticaría el Fratín, uno de los más competentes y renombrados ingenieros militares al servicio de Felipe II.

La rivalidad entre los dos ingenieros italianos duró prácticamente hasta el final de sus carreras profesionales. Tal como indica Sartor, ambos ingenieros tenían concepciones diferentes sobre la forma de fortificar. Antonelli consideraba que la máquina fortificativa "tenía que ser funcional y de rápida ejecución, desprovista de excesos de elaboración estructural, preparada para actuar y con costes razonables, para no perder su función básica"[45]. Pero las circunstancias bélicas de la época, con la amenaza constante de los turcos, hizo que no se pudiera considerar un lugar totalmente seguro en el Mediterráneo con lo que Antonelli trató de organizar un verdadero plan de defensa para la península. El encargo de fortificar Alicante debida a la mucha necesidad que tenía esta ciudad, llevó a Antonelli a desarrollar una propuesta de coste elevadísimo que no llegaría a ejecutarse jamás. No consta en la documentación histórica referencia alguna a la ejecución del proyecto de la ciudad.

Las intervenciones del Fratín y Vespasiano Gonzaga

La carencia de documentación y alusiones posteriores indican que el proyecto de Juan Bautista Antonelli dejó paso a la actuación de uno de los ingenieros más prestigiosos al servicio de Felipe II: Jacobo Palear Fratín, Giovan Giacomo Paleari Fratin. En el año 1565 fue nombrado ingeniero para la sede vacante tras la muerte de Juan Bautista Calvi.  Su nombre fue españolizado, convirtiéndose en Jacobo Palear más conocido todavía por un apelativo: Fratino o, en español, Fratín.

A partir de este momento supervisó los trabajos de las plazas peninsulares. En ocasiones las visitó personalmente, y procedió por orden del rey a realizar proyectos para el reforzamiento de sus fortificaciones[46]. Otras veces sólo realizó proyectos a distancia, aún con desconocimiento de los condicionantes del relieve y padrastros exteriores, ya que las máximas de fortificación en ocasiones podían aplicarse con un conocimiento menor de estos condicionantes.

Con la finalidad de avalar que las intervenciones propuestas para las mejoras de las fortificaciones eran de máxima calidad proyectual, y que las obras se hacían con la firmeza adecuada, Felipe II enviaba en ocasiones a otros entendidos o ingenieros en la materia para poder contrastar las diversas opiniones. En este acto, solicitaba trazas, dibujos y proyectos de todas las defensas y posteriormente se analizaban en el Consejo de Guerra. Era muy frecuente que surgieran enconadas disputas entre los ingenieros que inspeccionaban las mismas plazas[47], que querían demostrar su preparación técnica para ganarse el favor del rey, quien le acabaría otorgando un apropiado ascenso[48].

Cuando Jacobo Palear, o el Fratín, llegó a Alicante en 1574 debía contar unos cincuenta años, y una gran experiencia. Estaba en el ápice de su carrera profesional. Según Cámara Muñoz “fue, hasta su muerte en Pamplona en 1586, el ingeniero con mayores responsabilidades, comparable únicamente con Antonelli, y llegó a tener doble sueldo que el Capitán General de Artillería”[49]. Según consideraciones de Víctor Echarri “hay que pensar que superaba a Antonelli”[50]. El rey Felipe II tenía una confianza plena en su criterio, que mandaría imponer allí donde existiesen opiniones contrarias, prohibiendo reformar sus trazas. Conocemos mucho de su vida, origen, formación, y personalidad gracias al trabajo de M. Viganò[51]. Puede decirse que no le faltaba carácter, y que su vida fue difícil y viajera, siempre al servicio de su señor[52].

Las primeras noticias que tenemos del Fratín sobre Alicante es una carta en italiano, firmada por éste, fechada por el AGS entre 1567 y 1569. Esta carta podría haber sido escrita por él mismo en su estancia en abril de 1570 con motivo de la Guerra de Granada, la revuelta de los moriscos que había convulsionado la parte meridional del reino de 1568 a 1570. Probablemente coincida con las fechas de dicha carta en italiano pudiendo ser ésta de su visita a Alicante. Por tanto, la carta estaría fechada en abril de 1570[53]. En este informe destacaba sobre cualquier otra consideración el penoso estado y la deplorable guardia del castillo, aunque con la ventaja que le daba la extraordinaria situación del conjunto en la cima del Benacantil[54].

No tenemos posteriores noticias del Fratín hasta 1574, mismo año en el que el marqués de Mondéjar, virrey de Valencia, escribió un informe sobre la Relación delo que al marques de mondejar le parece necesario para la guarda y defensa del Reyo de valencia y especialmente de los lugares marítimos del dho Reyo, fechado el 18 de noviembre. Entre los años 1572 y 1574, el virrey dejaba de nuevo constancia de la importancia de la defensa de la costa valenciana ante los ataques enemigos por mar. En esta relación de 1574 ordenaba visitar la marina, esta vez a la parte de levante, tal cual se había visitado anteriormente el mes de abril del mismo año la parte de poniente. Determinaba que los alcaides de las fortalezas residieran personalmente en ellas, proveyendo las fortalezas con el número necesario de personas, munición y artillería necesaria para defenderlas. De igual forma, mandaba la reparación y fortificación de las fortalezas para ponerlas en estado de defensa, reedificando y reparando las torres que tuvieran necesidad de ello, y construyendo otras nuevas donde fuera necesario, así como la fortificación de los lugares de marina. Es evidente la necesidad que muestra este memorial de fortificar las ciudades de la costa valenciana. El Fratín comenzó un reconocimiento de la costa aportando su parecer sobre el modo de fortificarla.

Tras los problemas suscitados entre los vecinos de Alicante por el proyecto de Antonelli, y teniendo en cuenta la gran confianza de Felipe II por el Fratín, se decide posponer las obras hasta que dicho ingeniero elaborase informe y proyecto. Así se refleja en carta del marqués de Mondéjar dirigida al rey el 19 de diciembre de 1574[55].

Son varias las cartas que denotan el interés que el proyecto del Fratín había suscitado para la fortificación de Alicante. El marqués de Mondéjar manifestaba que ya se había tratado con los alicantinos, en fechas anteriores, la necesidad de fortificación y defensa de la ciudad. Asimismo, en cuanto a la ejecución que iban a llevar a cabo según parecer y traza de Juan Bautista Antonelli, se debía esperar a la del Fratín para que se eligiese la mejor[56].

A pesar de la estabilidad del Mediterráneo tras la Batalla de Lepanto en 1571, se esperaba con impaciencia la llegada del Fratín a Alicante. Los acontecimientos se precipitaron tres años después gracias a la toma de La Goleta el 23 de agosto de 1574. Era necesario inspeccionar las plazas de la costa levantina, y el rey envió a su mejor ingeniero: el Fratín.

El Fratín llegó a Alicante el 19 de diciembre de ese mismo año, tras inspeccionar otras plazas valencianas y alicantinas[57]. El 20 de diciembre escribía al marqués de Mondéjar indicándole que había llegado a Alicante el día anterior y que de camino había visitado Cullera y el castillo de Denia. Es interesante observar que no dice nada sobre el recinto amurallado de la ciudad de Alicante, lo que prueba que se había abandonado definitivamente la idea del ambicioso proyecto de Antonelli, dando por buenas las alegaciones de las autoridades locales. En el informe surgen de nuevo las críticas a lo proyectado por Antonelli. Así lo hace observar en dicha carta al marqués de Mondéjar:

“Ayer llegue aquí en Alicante y por el Camino e visitado a Cullera denia y este Castlo de Alicante aunque en Cullera yo no visite el Castlo por de dentro pareciendome cosa de muy poca ymportancia y que se conocía Muy bien por de fuera pero por lo que toca a la Villa me paresçe que V. Exa. puede mandarle hazer vnos andamios Por de dentro Con unas escaleras de trecho a traigo consimiles de las que se trato de hazer en el grao de Valencia y el Castlo dexarle como se esta En lo de denia y Castº de Alicante e informado al governador … conforme al t.po y dispusiçion del sitio y aquellos lo rreguleren y consulten A V. Exa., no dexare de decir que quando Su mag.t se determinara de fortificar de propósito el Castlo de alicante que seria bien a considerarlo y rresidir al enpeçar dello algunos Pocos dias por que tengo por çierto q. Su mag.t ganara mucho En el dinero y t.po y según la Información que aquí Mean dado de la opinión de Juanbap.ta antoneli Creo q. Seria mucho mas en la perfection del sitio que a mi Juizio El dexa el bueno por el malo creçe da poca fabrica en mucha y deonesta guardia en mûy gran guardia y por lo que devo al Juy.ode Su m.t me a parecido no callar esto A V. Ex.a Remitiendome siempre a mejor Juicio y parecer de V. Ex.ª la que N. S. prospere[58].

El mismo 20 de diciembre el marqués de Mondéjar escribía a los jurados y justicia y síndico de la ciudad de Alicante para que autorizasen las obras para terminar de fortificar el albacar viejo del castillo, hacer un nuevo baluarte y todo lo que fuera necesario para la fortaleza[59]. En otra carta de la misma fecha suplicaba al síndico y jurados de Alicante que le concediesen licencia para hacer las obras de fortificación en el castillo –albacar vell-, así como dinero para ejecutarlas[60].

De la brevísima estancia del Fratín en Alicante nos ha quedado alguna noticia. Subió al castillo acompañado por el capitán Pedro de Velasco, y prestó una especial atención a la fortaleza porque el virrey la consideraba de extremada importancia. Llevaba ambos personajes una traza o plano anterior. Sin duda, se trataba de la que había realizado Antonelli recientemente. Así se desprende también por las críticas que hicieron de la fidelidad de dicho documento a lo preexistente y a la inconveniencia de lo proyectado. Antonelli y Fratín eran rivales por ganarse la confianza de Felipe II y ostentar la responsabilidad de la supervisión, proyectación y dirección de obras de las fortificaciones de la Península. En materia de fortificación se confirmaba que ante un mismo problema de defensa cabían diversas soluciones técnicas.

Recogemos las palabras de Pedro de Velasco sobre la inspección realizada:

“Subimos don enrique y el fratín y yo al Castillo y le bimos muy bien y çierto que el Sitio es Estremado y sobre la traça que antes Estaua dada pareçeme que estan diferentes (...) El fratín y yo diximos lo que nos pareçio según la breuedad y distancia del tiemp hasta que se haga cosa de mas sustancia”[61].

En una carta posterior del año 1576, se desprende que D. Pedro de Velasco, D. Enrique Palafox, el alcaide y jurados de Alicante, una vez realizada dicha visita al castillo de Alicante, fueron del parecer del Fratín. Éste consideraba que el baluarte proyectado por Antonelli, no estaba en un sitio adecuado, debiendo emplazarse en otro lugar para que el gasto y la guardia fuesen menores[62].

El 19 de enero de 1575 el marqués de Mondéjar escribía una carta al rey como respuesta a la carta que éste había escrito el pasado 6 de enero. En ella mencionaba que tenía constancia de lo que el Fratín había escrito sobre los reparos de Cullera y Denia, pero no había dejado constancia por escrito de reparos sobre el castillo de Alicante. Se transcribe la parte en la que el marqués reproduce las palabras del Fratín, según Enrique de Palafox –gobernador de Alicante-, sobre el castillo de Alicante:

“(…) Don Enrique depalafox meadho que no dexo fratín Relacion por escrito dela fortificación del Castillo Dealicante sino que depalabra dixo que secontinuase el rreparo del albacar y quenose hiziese unbaluarte que antonelo dexo traçado encierto sitio sino enotro que le pareçe mas conveniente para la fuerça y para ahorrar gasto y guardia degente y que don pedro de velasco y los otros capitanes y el dho don Enrique y los Jurados fueron del mismo pareçer del fratín porque les pareçio mas açertado y quesolo el teniente dealcaide de dho castillo lo contradixo y por que para resolver loque más convendra y dar sobrello el pareçer que V.mt. manda es necesario ver la planta del dho castillo y albacar y la traça de antonelo edho a don enrique depalafox envíe por ella y ordenado al Justicia y Jurados de alli conpren los materiales y los recojan luego porque entomandose resolución se pueda poner lamano enlaobra y en lo que toca alrreparo del albacar enque los ingenieros están conformes no pareçe que ay inconveniente en que seenpieçe laobra enestando puestos los materiales no mandando V. mt. otra cosa (…)”[63]

Antes de proseguir con el relato de los hechos es preciso presentar a Vespasiano Gonzaga Colonna[64], pues no se trata simplemente de alguien que fue virrey de Valencia, cargo que ostentó desde 1575 a 1578, sino que fue persona muy entendida en fortificación. Sus opiniones, por tanto, han de ser tenidas muy en cuenta a la hora de valorar las intervenciones que se hicieron en el castillo a finales del siglo XVI. Tenía también una gran afición a la poliorcética y a lo largo de su carrera se le presentó ocasión de aprender de los mejores ingenieros del rey de España, haciéndose capaz de diseñar fortificaciones. En esa tarea colaboró con Antonelli y con Fratín[65]. Era de edad similar al Fratín, pues contaba casi 45 años en ese momento. Vespasiano gozaba de la amistad y confianza del monarca, al que prestó grandes servicios. En 1575 fue nombrado virrey de Valencia. De ahí su interés por el castillo de Santa Bárbara y los proyectos de Antonelli y Fratín, de los que informó al monarca y sugirió algunas modificaciones.

Conocemos a través de una carta de Vespasiano Gonzaga al rey, fechada el 30 de septiembre de 1575, que éste le mandó visitar la costa del reino de Valencia hasta poniente –mismo viaje que había realizado su predecesor el marqués de Mondéjar-[66]. En otra carta de la misma fecha en la que describía los castillos y villas que están sobre el mar, Vespasiano Gonzaga detallaba así la ciudad y castillo de Alicante:

“La Ciudad de Alicante puede ser pueblo de mil casas muy bien edifficado, y aunque esta çercado de cerca nueua, es de cubos redondos con Almenas y mas parece que siruen a hornato, que a necessidad aunque a cosa de Iança y escudo es fortissima empero los muros no son terraplenados, y algunas partes estan muy subjetas y el muro dellava subiendo por ciertas lomas de monte, trauajosas de caminar y por esto no seria de parecer q. se fortifficasse la dicha çiudad, por que seria negocio muy costoso. No tiene puerto, pero tiene una tan buena playa, y tan buen afferrador, que hasta agora no saben que se haya perdido vaxel en ella de alto borde. De manera, que se puede reputar puerto, aunq. no confiaria galeras en el: por que no se a visto experiencia, de lo que pudiesse suce­der, Y dado q. an començado un muelle con el qual caminan a la mar: y se les deue mandar que todauia passen alas adelante: y que no den la buelta hazia Poniente tan presto, no sera muelle a mi pareçer prouechoso para galeras: por que a todas partes tiene lexos los cabos. Y el de Ceruer, no abriga tanto el dicho muelle, ni se cierra con el que pudiessenn estar galeras seguras. Y tiengo para mi que un cierto rio de auenidas que tiene çerca, tambien podria venir a cegar el dicho muelle: en progresso de Tiempo. Pues querer hazer mandracho, seria obra muy costosa, y que no podria quiza sostener las fuerças, del pueblo: por que seria hazer dos muelles y aunque hasta agora an caminado con poco dinero en lo que an hecho, lo que se labrasse de aquí adelante que fuesse con forido aparejado para galeras seria muy costoso, y imposible, hauiendose de hazer qual conuiene que pudiesse no digo la ciudad mas el propio Reyno lleuar el gasto. Ay mas que teniendo V. M. a Cartagena tan cerca, no hay para que procurar con tanto ay con hazer otro puerto para galeras. Con todo esso, soy de parecer que caminen adelante con el muelle, lo que podran poco, a poco y no den la buelta tan presto corno ellos querrian, por que seruira para buen descargador: y podran galeras allegar a [manca] las proas en tierra y algunas dellas cubrirse en la buelta y senada del dicho muelle, aunque no sera para muchas y porque no es iusto que tan buena playa, y lugar, este sin defensas, sou de parecer que V.M.d mande fortificar el castillo de Alicante que ayudando V.M.d con tres mil ducos de los cien mil del servicio deste Reyno, los delappria ciudad entiento que uiran a V.M.d en proseguir lo necesso para la obra del castillo, el qual tiene la dispuc. que dire juntamente con mi parecer a cerca de su fortificacion.
El castillo de Alicante esta en alto, no tiene otra agua que de Algives y dela parte del lugar tiene despeñaderos. Dela parte hazia S. Sebastian tiene unos peñascos difficiles de subir, larga y empinada arremetida donde esta el muro nuevo del Albacar viejo, que tiene manera de tixera. Tambien ay barrancos y despeñaderos desdela Torre de la baralla hasta donde otra vez se asse el muro de la ciudad. Tiene arriba un poco de llano, aunque después baxa y es la arremetida ag. y larga de manera que esta postrer parte parece que obliga con aquel como llano donde prodria  el enemigo tener descanso a salir guera con los baluartes con arrimarse ala cortina hecha podiendo estar terrapleno. Y quando no sera necessao. hacerse de nuevo. Tambien de la parte de Sant Saba. aparecido conveniente sacar algunos traveses. Porque dado que haya como se a dicho peñascos difficiles de subir, todavía no son imposibles, en lo demás nos valdremos delos traveses naturales conforme a como camina la peña. Hecho esto me parece que la batería estará segura, porque tiene padrastro que le offerida, que el de S. Julian esta muy apartado. Y el de santa A. no es superior, y una lomilla que hay cerca también de mas que es subgetada descae tanto de todas partes que no dexa a salvo un lomo a un cuchillo dondo no hay poder la artillería tener su plataforma. A la mina será siempre subgeto por ser la piedra tierna donde esta. Pero podranse hazer contraminas”[67].

Gracias al esclarecedor informe de Vespasiano Gonzaga conocemos que el Fratín además de informar sobre su valoración del proyecto de Juan Bautista Antonelli elaboró una propuesta propia para la defensa del castillo. El Fratín había optado por hacer una tijera –rehundido de forma triangular en la plaza que formaba dos niveles para dificultar los trabajos del sitiador– que comenzaba donde se había reparado el Albacar con muro nuevo, y finalizaba en el Albacar Vell o viejo y no un frente bastionado en forma de tenaza. Esta tijera iba aumentando de desnivel según se estrechaba en su contacto con a albacar viejo. Dicha disposición cobró auge a mediados del siglo XVI, en fortalezas tan emblemáticas como el castillo de San Telmo de Nápoles, obra del Comendador Pedro Luís Escrivá. El paso del tiempo demostraría que no era sino un escalón más en el camino hacia el baluarte o el bastión. Aunque en España se construyeron algunas tijeras, como en el fuerte de la Trinidad en Rosas, lo que triunfó fue el baluarte, cada vez más perfeccionado y siempre buscando la manera de mejorarlo[68].

Vespasiano Gonzaga criticaba la disposición de la tijera en el interior del albacar del castillo de Alicante: “a mi me parece que es imposible que haya salido de hombre tan entendido”. Se transcribe la descripción que hizo Gonzaga sobre dicho proyecto, porque explica con claridad el porqué de sus elementos:

“… fue de parecer el Fratin quando llego a Alicante donde se detuvo muy poco que dentro del Albacar viejo que es un gran patio se hiziese una Tixera la qual començase donde se ha reparado con muro nuevo. Y hecha la Tixera que de presenta hay y llegasse hasta el albacar viejo, lo qual a mi me parece que es imposible que haya salido de hombre tan entendido porque ocupa con la Tixera toda la mejor parte de la plaça y patio que dentro hay, y llegando como agora llega el muro hasta el barranco que es un gran despeñadero se retira a donde tiene mayor campo el enemigo y mas llano para efectuar lo que pretenderá porque le dexa mas de dozientos y cinquenta passos del llano, siento mas justo hechalle fuera. Assique yo nunca veria en que la plaça del Albacar viejo se fortificasse sino quese procurasse de llegar como afora esta conla fortificacion sobre el barranco. El no dexo traça y assi no se puede embiar justamente a V.M.d lo que le pareçeria se havia de hazer y lo que yva debuxado es lo que por relaciones se a podido sacar lo qual no le debe parar prejuhizio”[69]

En 1576 Vespasiano Gonzaga informaba de nuevo sobre la fortaleza. De la transcripción de sus palabras se desprende que el lugar donde debían situarse dos nuevos baluartes era junto al barranco, donde se hallaba la antigua cortina. Según el plano de Vespasiano Gonzaga, se interpreta que iba hasta la torre de la Batalla, aprovechando la muralla antigua y no haciéndola de nuevo:

“por carta de ultimo de setiembre aviso la visita que avia hecho en aquel rreyo. la costa de poniente y embio la traça del castillo de alicante para que se considerase su sitio y asiento, advirtdo q el dho castillo esta en alto y que tiene agua de algive y por la parte de la ciudad ay un despeñadero y por la de st. san. un peñasco y por toda e larga empinada difícil de subir y rruyn arremetida y que por la parte del Albacar y Torre de la Batalla parta donde se vuelve a meter con el muro de la ciudad es todo barranco y disperia delos. Arriva tiene poco llano, con bajada y el Arremetida agra y larga y que para el lugar el poco llano que ay donde el enemigo podría tener descanso se podrá salir a el con dos baluartes, aunnandose a la cortina que esta pudiendo sustentar terrapleno y en  casso de no hacerla de nuebo”[70]

Volviendo al informe de finales de septiembre de 1575, éste incluía dos planos –planta y perspectiva[71]– del proyecto que se estaba ejecutando mezclado con propuestas propias. Estos planos de Vespasiano Gonzaga cobran mayor importancia si tenemos en cuenta que el Fratín no dejó ninguna traza. El virrey Vespasiano Gonzaga encargó que se dibujasen las trazas del estado actual, lo proyectado por el Fratín y la famosa y polémica tijera.

Con respecto a la autoría de este proyecto, podría ser compartida por Juan Bautista Antonelli y Vespasiano Gonzaga, ya que en estas fechas ambos viajaban juntos para reconocer la costa valenciana[72]. El hallazgo en el Archivo de la Corona de Aragón, de una carta sin firma y sin fecha, referente a lo que dice Antonelli, al Pantano de Tibi y a las obras del muelle de la ciudad de Alicante, confirma que Juan Bautista Antonelli residió durante dos años en el castillo. Ciertamente, debió participar en este proyecto. La carta carece de fecha, pero en el reverso dice concordar con lo dicho por Damián Miralles a cerca de la utilidad de proseguir con las obras del Pantano. La carta de Damián Miralles al respecto, está fechada el 28 de junio de 1586, año en el que situamos la carta de Juan Bautista Antonelli:

“Baptistta Antonelli dize que residió en la Ciudad de Alicante en la fortificacion de aquel Castillo dos años y en este tiempo considero la qualidad y falta del muelle y por ser como es Criado de V.Md. se mueve a decir lo siguiente por lo qual paresce que conviene a su Real servicio”[73]

Aunque aparece citado Baptista Antonelli, se refiere a Juan Bautista Antonelli y no a su hermano[74]. La carta de Damián Miralles, sobre las obras del Pantano de Tibi, aclara esta confusión, especificando que se trataba de Juan Bautista Antonelli[75]. Existe contradicciones con respecto a las firmas y autorías de los hermanos Antonelli, ya que trabajaron en los mismos lugares en las mismas fechas en esta década.

Los planos aportan importante información (figuras 1, 2 y 3). Los baluartes representados por Gonzaga responden a la tipología de la época, es decir, con orejones planos y casamatas en los encuentros de la cara del bastión con la cortina. Preveía cuatro baluartes, aunque solo llegaron a ejecutarse dos, los situados en la parte inferior del castillo. Este frente de los dos baluartes aparecía solo a medias, es decir, no se cerraba el recinto con la línea de color amarillo. La nueva cortina se aunaría a la ya existente en la situación de la torre del Canyar. Si observamos el trazado de estos dos bastiones y el resultado final de su construcción podemos deducir que todavía se estaba a nivel de proyecto, y que Gonzaga no quería plasmar las ideas de Fratín en este punto, o por no tenerlo claro, o porque estimaba que debía resolverse de otra forma.

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Figura 1. Plano del Castillo de Alicante con un proyecto de las nuevas obras de fortificación que se ponen para su mejor defensa”. “Castillo de Alicante”, “las líneas coloradas es lo viejo”, “las lineas amarillas es la fortificació nueva”, “Albacar viejo.
Fuente: AGS. M. P. y D. XIX/3. GA. Leg. 79-102.


La explicación a esta complejidad de los planos de Vespasiano Gonzaga no es sencilla. Pero la breve memoria de Vespasiano Gonzaga de 30 de septiembre de 1575, que hemos reproducido anteriormente y que acompaña a estos planos, aporta suficiente información. Vespasiano Gonzaga discrepó de la solución del Fratín para solucionar el frente bastionado del albacar vell. Le parecía obviamente correcto que fuera un frente de dos baluartes, pero en su opinión el Fratín lo había situado demasiado alejado de la zona escarpada. De esa forma, se facilitaba el refugio al enemigo, porque podía aproximarse a cubierto por la zona abrupta y situarse en una franja más bien llana delante del citado frente. Gonzaga proponía que se situara justo en el límite del barranco, dominando la zona escarpada. Por otra parte, también consideraba la conveniencia de situar dos traveses o baluartes con baterías en las regiones accidentadas próximas al castillo medieval en el albacar d’en mig (albacar medio):

“Y quando no sera necessao. hacerse de nuevo. Tambien de la parte de Sant Saba. aparecido conveniente sacar algunos traveses. Porque dado que haya como se a dicho peñascos difficiles de subir, todavía no son imposibles, en lo demás nos valdremos delos traveses naturales conforme a como camina la peña”[76].
“Por la parte de St. San. le pareçe convenega con algunos traveses para estorvar la subida que aunque como a dho el dificil. No es imposible y en lo demas se podran valer de los traveses naturales segun canvia la peña con que quedara seguro de Bateria y le que darán los padrastros que puede haver inferiores y apuntados y lo dho se podrá hazer con hasta iy U [3000 libras] y tomarlas de los CU [100.000 mil] del serimto del reyo[77].

 

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Figura 2. Perspectiva del Castillo de Alicante con las nuevas obras de fortificación que se ponen para su mejor defensa. Las dos lineas B y C muestran la tenaza q traçaua el fratin retirándose para adentro y del despenadero.
Fuente: AGS. M. P. y D. XIX/4. GA. Leg. 79-102.

Si nos fijamos en la figura siguiente (figura 4) y  según las escalas gráficas dibujadas, podemos ver que en la propuesta del Fratín “se retira a donde tiene mayor campo el enemigo y mas llano para efectuar lo que pretenderá porque le dexa mas de dozientos y cinquenta passos del llano” [78], el frente abaluartado del albacar viejo se retiraría unos 180 metros (=250 pasos). Esto supondría llevarlo casi hasta el albacar medio. Entendemos que la interpretación de Vespasiano Gonzaga al proyecto del Fratín podría ser errónea en este punto, o por el contrario, la distancia de 250 pasos se correspondería con la longitud de la muralla del frente abaluartado propuesto, correspondiéndose con la plataforma que indicaba Vespasiano Gonzaga. Por otro lado, podemos observar que la línea C de 800 palmos, coincidiría con la distancia desde la torre de Colomer a la torre de la Batalla, mientras que la distancia de 800 palmos en la línea B, no se correspondería con la distancia desde la torre de Colomer a la torre de Sta. Anna. Este punto quedaría retranqueado unos 40 metros de ésta, es decir, aproximadamente 174 palmos y unos 56 pasos. Esta distancia correspondería con el lugar donde Vespasiano Gonzaga dibuja la letra B. La interpretación podría ser diferente si consideramos que la posición de las letras B y C en la perspectiva, indica el lugar exacto hasta donde se retranquearía el frente propuesto por el Fratín, es decir, un retranqueo aproximado con respecto al frente de muralla existente de unos 40 metros. De esta forma, retrasar el frente abaluartado hacia el interior del albacar viejo, suponía como muy bien explica Vespasiano Gonzaga, que el enemigo tuviera una plataforma en la que poder refugiarse y descansar.

 

Cuadro de texto:
Figura 3. Dibujo de la autora realizado a partir de la perspectiva de Vespasiano Gonzaga
Fuente: AGS. M, P y D XIX-4, GA Leg. 79-102. 1575.

 

Cuadro de texto:
Figura 4. A la izquierda, croquis de la autora de la planta actual del Castillo de Santa Bárbara. A la derecha, interpretación de la autora del plano y perspectiva de Vespasiano Gonzaga. Se muestran tres escalas de medidas: escala de pasos andantes (1 paso = 0.71m aprox.), escala de palmos (1 palmo = 0.23 m aprox.), y escala en metros.
Fuente:AGS. M, P y D XIX/3 y XIX/4

Al observar el trazado actual del castillo de Santa Bárbara, en el lado izquierdo de la figura 3, podemos ver que el límite noreste del albacar viejo, el baluarte donde se encuentra la torre de Santa Anna, coincide prácticamente con el trazado del albacar musulmán que delimita Vespasiano Gonzaga. El nuevo baluarte más al norte, el que engloba la antigua torre de la Batalla, sería realizado más tarde, por los ingleses a principios del siglo XVIII en el mismo lugar que establecía Vespasiano Gonzaga. Pero nunca llegó a tener las dimensiones que éste proponía en su dibujo, ya que el frente de la cortina no llegaría a medir nunca los 600 palmos.

De todas formas hay que precisar que la observación de Vespasiano Gonzaga sobre el proyecto del Fratín pudiera ser errónea, ya que el ingeniero no había dejado traza, y todo debió transmitirse por escrito y de palabra. Es muy poco probable que el Fratín hubiera cometido el error de no dominar con las baterías de los baluartes la zona escarpada al noreste del Benacantil. Más adelante, en una relación de fecha 9 de marzo de 1580 remitida desde Cádiz, en la que se defiende de las críticas de Vespasiano Gonzaga, nos aclara que había retrasado el frente hacia el interior porque el castillo era demasiado grande[79].

Algo similar debió ocurrir con el proyecto que en este mismo viaje había elaborado el Fratín para Peñíscola. Sin entrar en demasiados detalles, el problema que se había detectado era, según Ximenez Pérez de Catalayut, que si se ejecutaban “la tenaza y casas matas según lo a señalado El fratin se retira muy arriba y queda grande plaça”[80], y de esta forma el enemigo tendría espacio para hacerse fuerte frente al tiro de los defensores.

El 17 de febrero de 1576, Vespasiano Gonzaga escribe una carta al rey explicándole lo que el marqués de Mondéjar –antecesor de Vespasiano Gonzaga- y él mismo harían, en caso de amenaza de la armada del turco en el reino de Valencia. Debían levantarse de nuevo algunas torres para seguridad en los puestos de aviso, repercutiéndose el gasto de las mismas en el dinero del nuevo impuesto que se estaba aplicando para los refuerzos de la costa. Sin embargo, en lo referente a la fortificación de castillo de Alicante declaraba:

“(…) y así mesmo en lo que toca a la fortificaçion del castillo de Alicante pues según me han informado, la dha ciudad loa de hazer a su costa. V.md. provehera lo que fuere servido”[81].

No sólo era una amenaza para el reino de Valencia la armada del turco, sino además, la posibilidad de revueltas y rebelión de los moriscos habitantes en las villas del reino, ante las cuales el marqués de Mondéjar y Vespasiano Gonzaga presentaban un estado de gran preocupación[82]. El mismo 17 de febrero de 1576 Vespasiano Gonzaga recogía la relación del citado marqués, de 18 de noviembre de 1574, añadiendo nuevas proposiciones y comentarios a cada uno de los sus apartados. El puerto de Alicante debía de asegurarse y fortificarse, ya que junto con Denia era uno de los principales puertos en el punto de mira de la armada enemiga[83].

La necesidad de fortificar sobre todo las tres plazas más importantes del reino –Alicante, Denia y Peñíscola- era inminente; las demás eran de poca consideración. El 7 de marzo de 1576, Vespasiano Gonzaga escribía una carta al rey pidiéndoles que se fortificasen las citadas plazas:

“…y destas dhas tres plazas tanta necessida entiendo que tienen la uno como la otra de comenzarse aunq y razón a reparar pues que todas ellas lo han menester.
El dinero que sea de gastar en esta dhas fortificaciones son las cien mil libras con que este Reyno sirve a V. Md de las quales están caydas cinquenta mil y no se podrán gastar en armas ni en otra cosa ni el Rey uendra en ello assi porque con esta condiçion las conçedio como porque ya V. Md por mano de su s supremo consejo de Aragon tiene dada la orden como se han de distribuir conforme al auto de la conçesion dellas y a los fueros y ordinaçiones de la gnâlidad y están nombrados los clauarios aquienes sea vuelto por la tabla veinte y cinco mil libras del primero año y sebolveran las del pntê año y con esto tan conpuestas ya sentadas todas las diferençias que ha hauido sobre este articulo que no han diso pocas como bien los sabe V.Md.
Los vezinos de Alicante me dixeron que proçederian a sus costas en fortificar el castillo y aunque el gasto sera mayor de lo que ellos pensaron se oyo que ayudándoles con dos o tres mil libras destas cien mil lo continuaran y para ello no guardan salvo la resolucion de V. Md.”[84].

El día 21 del mismo mes, se informaba al Fratín de lo que a Vespasiano Gonzaga le parecía debía hacerse en la fortaleza alicantina, avisándole a éste por carta el mismo día. En la primavera de 1576 Gonzaga vuelve a elaborar otro informe dirigido al rey sobre el estado de las fortificaciones del reino de Valencia. Insiste otra vez sobre la famosa tijera del albacar con la intención de que se modifique el proyecto del Fratín es este punto:

“Dize que A entendido que qdo. El fratin estuvo en Alicae. fue de pareçer que dentro del albacar Viejo que es un gran patio se hiziese una tissera q començase desde el muro nuebo y llegase hasta El albacar Viejo y le paresçe q el fratin no traçaria tal, porque de mas de que conesto se ocuparía lo mejor de la plaça serretira de manera que dexa mior campo al enemigo y lo mas llano en q abra 250 passos y aq le paresçe que la plaça del albacar Viejo no se fortifique, sino q como agora esta se procure elevar la fortificaon se El barranco,y dize q el fratin no dexo traça”[85].

Parece que Vespasiano Gonzaga no era muy partidario de tales obras, ya que se habían propuesto que se hicieran algunas tijeras en el castillo de Denia, y “pasando por alli El fratin le pareció seg.d le an dho que se haria fuerte con hazer çiertas ticeras que a el ni a otros no le satisfacen[86]. En este informe Vespasiano Gonzaga aclaraba que cuando el Fratín visitó Alicante y su castillo, sugirió modificar los baluartes que había diseñado anteriormente Antonelli. Otro episodio más de la rivalidad de las dos grandes figuras de la fortificación en la Península. El rey aprobó las sugerencias de Vespasiano Gonzaga, y escribió al margen en el documento ordenando: “que al dho fratin se auisase lo que paresçia a al dho Vespasiano” [87].

La importancia que Vespasiano Gonzaga le daba a la fortificación del castillo de Alicante frente a otros castillos vecinos –Denia, Peñíscola y Benidorm- queda explícita en una carta del 29 de septiembre del mismo año. Debía empezarse a fortificar primero el castillo de Alicante, por considerarse Alicante como una ciudad principal del reino de Valencia y tener un puerto cómodo para navíos de alto borde[88].

Pero las discrepancias entre Fratín y Vespasiano Gonzaga continuaron[89]. Sabemos que ambos, siguiendo las disposiciones de Felipe II, se reunieron para acercar posiciones y decidir cuál debía ser el proyecto para el castillo. El ingeniero llevó consigo para tal reunión un plano aprobado por Felipe II que ratificaba lo proyectado por él. Fratín volvía a exponer su parecer de que el castillo, con el nuevo frente abaluartado que se estaba construyendo, era demasiado grande –“yo me holgaria que el fuera la terçera parte menos grande”- e insiste a Felipe II que se siga la traza que reflejaba lo que finalmente decidió el monarca en dicho asunto[90].

En el citado informe remitido desde Cádiz el 9 de marzo de 1580, el Fratín responde a algunas críticas recibidas sobre los trabajos que estaba llevando a cabo en el castillo. La fuente de estas críticas era ahora el nuevo virrey, sucesor de Vespasiano Gonzaga, el duque de Nájera –Pedro Manrique de Lara-. El Fratín instaba al virrey que, más que seguir lanzando críticas a su proyecto, elaborara personalmente otro proyecto alternativo en el que solucionara los defectos que denunciaba de la falta de seguridad en el puerto y playa. El duque acusaba al ingeniero de emplear todos los recursos en fortificar un castillo que era inútil para la defensa de la ciudad y del muelle debido a la excesiva pendiente de las laderas del Benacantil. La artillería sería incapaz de cumplir estos objetivos desde los baluartes y obras que se estaban proyectando. El Fratín salió al paso de las críticas y elaboró una extensa defensa de su proyecto. El castillo si era capaz de defender la playa, y la ciudad, a pesar de no estar fortificada con baluartes modernos, estaba protegida por buenas murallas y torreones capaces de alojar artillería, y el enemigo debía de emplear muchos esfuerzos y buenas baterías para poder adueñarse de ella. El muelle y la playa podían batirse desde los torreones de dicha muralla con mayor efectividad. El castillo podía ser inexpugnable por la naturaleza fuerte del Benacantil y por las obras que se estaban realizando:

“En lo que dize que lo que se edifica en el Castillo de alicante es de poco effecto por estar el castillo en mucha altura y no ser parte para llimpiar la playa con el artilleria ni para defender la çiudad por estar muy debaxo del ni aun para Recogerse allj las mugeres y niños con su rropa en qualquier aprieto que les podria poner el armada de argel por ser tan gruesa que puede hechar al pie de tres mill hombres en tierra y la çiudad tan pequeña y flaca que el saquealla se puede temer y que don Juan nuñez veedor general de aquel Reyno Informara mas particularmente a V.mag.d 
A esto Respondo y digo que el Castillo esta en un muy gentil y buen puesto y sittio para defenderse si se ayuda y fortifica dela manera que esta traçado de qual quier armada teniendo dentro del los deuidos aparejos porque su naturaleza es muy fuerte y buena y agora estando como esta no dexara firmar el pie a ningun enemigo al rrededor del ni de la çiudad ni del puerto que todo lo domine y bate y particularmente si estan unidos y de acuerdo el Castillo y la çiudad como lo estan al presente tanto mas que el Castillo esta çerrado y Conligado de dos braças de muralla de la çiudad que nadie no puede subir ni llegarse al camino del Castillo sin primero estar dentro de la çiudad y en la dicha çiudad no se puede entrar sin bateria por que ella esta çercada de buena muralla toda por la mar y por la tierra, aunque no lo esta a la muderna, y si en algunas partes ouiere algunos pedaços de muralla de la çiudad para rreparar se podran Reparar y la çiudad no es pequeña por el nombre de çiudad y no por plaça çercado
En quanto a dezir que el Castillo no limpia la playa por causa de estar en alto a mi me pareçe que lo limpia y sujetta muy bien y creo que esto se deue dezir por causa que algunos años ha que fueron embargados dos naues en aquel puerto por mandado de V.mag.d y ellas se fueron y les mandaron tirar quatro o çinco tiros y no las açertaron con ninguno, pero que tiene que ver los tiros que se tiran a naues que huyen a la Improuista con aquellos que se tiraron a nauios que se vienen açercando y an de estar quedos y a la descubierta que cada uno los ve venir de lexos y tanbien la causa desto lo puede muy bien causar ser los Artilleros mal platicos que quisa los alcaydes de los Castillos algunas vezes admiten algunas plaças a Artilleros por lo que se creen y no lo por lo que saven, demas desto los tiros de arriba abaxo offendan mas a los nauios que no de llano si los tiros son bien estibados con sus bocados y los Artilleros tienen alguna esperiençia de mas desto la çiudat tiene abaxo sobre la puerta de la aduana muy buena plaça para Artilleria y a las dos esquinas de la çiuclad a la mano esquierda y a la derecha de la dicha de la aduana buenos torriones que todos limpian la playa y puerto con los tiros por el llano sin los de arriba del castillo, en quanto dize que no pueden Recogerse las mujeres y niños con su rropa esto sera si ellos no querran subir al dicho Castillo, por que el camino para el es de dentro dicha çiudad y dominado y guardado del Castillo y el dicho Castillo en si mismo como agora se esta es tan grande que toda la gente de la çiudad grandes y chicos aunque fuesen muchos mas cabrian en el muya plazer y yo me holgaria que el fuera la terçera parte menos grande, de manera que yo soy de pareçer que se siga la traça que V.mag.d mando dar para el quando yo fuy a verme con Vespaçiano gonzaga para aclarar la manera de la fortificaçion del y mandar que se tenga la quenta con el que combiene para un sittio y puesto tan bueno y Importante como es aquel, y si al duque le pareçiere que abria otra cosa mejor para asegurar aquella playa y puerto y muelle y aquella çiudad delo que lo asegura el dicho castillo sera bien que lo diga por que en su Relacion no dize mas sino que lo que se edifica en el castillo de alicante es de poco effecto por las causas suso dichas y no dando otra ningun horden ni traça para seguridad de la çiudad puerto y playa sera de menor effecto el no hazer nada cosa que seria de muy grande peligro y sobre todo ase de mirar que es un sittio que mereçe se tenga quenta con el y quando el fuese de otros nose como se podria sustentar ningun lugar de toda aquella Costa, aca no se me ofreçe otra cosa sino que estas obras an parado de la manera que lo tengo escrito a V.mag.d por falta de dineros [91].

Todo parece indicar, pues, que Felipe II decidió aprobar el proyecto del Fratín, y éste es el que finalmente se construiría. Así consta en la respuesta del rey al extenso informe del Fratín de 11 de abril de 1580: “lo de alicante se podria proseguir conf[orm].e a ello”[92]. Las observaciones de Gonzaga sobre la tijera fueron atendidas por el rey y se desestimó su realización. En cuanto a si se mantuvo la opinión de Gonzaga de asomarse al barranco es evidente que la superposición del plano de Vespasiano Gonzaga, como hemos visto anteriormente, con el plano actual del castillo, muestra claramente que no se construyó en el lugar donde decía éste, sino donde había dejado dicho el Fratín. Teniendo en cuenta que todavía se estaba en fase de movimientos de tierras, parece que se llegó a una solución intermedia. Finalmente se adoptó la propuesta del Fratín, construyéndose un frente con dos medios baluartes[93], pero que un siglo más tarde, durante la Guerra de Sucesión, los ingleses apoderados del castillo construirían una falsa braga y contraguardia y un revellín a los pies de este frente[94], en el mismo lugar dónde indicaba Vespasiano Gonzaga (figura 5).

Figura 5. Plano con las intervenciones realizadas por los ingleses durante la Guerra de Sucesión. Se puede observar la intervención del fratín de los dos medios baluartes y posteriormente las actuaciones de los ingleses: el revellín y la falsa braga emplazada en el lugar dónde anteriormente había propuesto Gonzaga.
Fuente: Archives du Gènie. Atlas Massé. Feuille 56. 1710
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 La estancia del Fratín en Alicante en diciembre de 1574 debió ser muy breve, ya que el 27 de enero de 1575 se encontraba en Menorca. A partir de esta fecha no regresó nunca a Alicante. Hasta 1586, año de su muerte en Pamplona, inspeccionó y controló las obras de las plazas fuertes más importantes de la Península y norte de África, como Cartagena, Cádiz, Orán, Mallorca o Pamplona, donde supervisó con esmero la construcción de la ciudadela de esta última.

El progreso de las obras del castillo de Santa Bárbara de Alicante en el último cuarto del siglo XVI

Deteniéndonos ahora en cómo se desarrollaron los dos medios baluartes proyectados por Jacobo Palear Fratín, las obras parece que no marchaban a buen ritmo. Cinco años después, apenas se habían comenzado. Así se desprende del referido informe del Fratín, de fecha 9 de marzo de 1580, sobre el estado de las fortificaciones de la costa valenciana y Alicante, además del fuerte de la Sierra de Bernia. El Fratín insistía al rey sobre la necesidad de evitar un cierto peligro sobre Alicante destinando las correspondientes partidas presupuestarias:

“(...) sera de menor efecto el no hazer nada cosa que seria de muy grande peligro y sobre todo ase de mirar que es un sitio que merece se tenga quenta con el y quando el fuese de otros nose como se podria sustentar ningun lugar de toda aquella Costa, aca no se me ofreçe otra cosa sino que estas obras an parado de la manera que lo tengo escrito a V. Mag.d por falta de dineros”[95].

Las obras estaban paradas. A partir de este momento en el recinto de la ciudad sólo se llevarían a cabo algunas tareas de reparación. En cuanto a las obras del frente abaluartado del castillo marcharían a ritmo muy lento. Tras la Batalla de Lepanto las tensiones políticas de la Corona se desplazarían del Mediterráneo al Atlántico, y Alicante dejaría de ser una plaza de primer orden para convertirse en una más de las plazas de costa de la Península. Y esto a pesar de los ataques sufridos en 1582 y 1584 por los musulmanes del norte de África.

Los fondos que se habían destinado hasta el momento eran claramente insuficientes. En la documentación del Archivo Municipal de Alicante consta que el virrey Antonio Alonso de Pimentel autorizó, el 28 de junio de 1570, que se gastaran 1.000 libras de las 3.000 destinadas para artillería del castillo. El 26 de diciembre de 1574, el virrey marqués de Mondéjar, dio licencia a los jurados de la ciudad para invertir el importe de los créditos que la ciudad fuese cobrando y otras cantidades de dinero de importancia, según había sido acordado por el Concejo: “se ha ordenat ques acabe de fortificar lo albacar vell del Castell de dita ciutat y que es fasa un baluart”[96].

Lo cierto es que hasta 1580 no puede decirse que empezaran las obras. Así consta en la información transmitida por el cronista Bendicho. Ese año se puso la primera piedra de los nuevos muros, sobre unas cuantas monedas y una plancha de plomo en la que se hizo constar el día, mes y año de la inauguración, y los nombres del justicia, gobernador y jurados de Alicante. De 20 de septiembre de 1580 es una provisión del virrey de Valencia, D. Manrique de Lara, ordenando al justicia y jurados de Alicante que, de los 3.000 ducados aprestados para la fortificación del castillo, se diesen 1.000 al maestro Juan de Ambuesa, por el destajo realizado en dicha fortificación[97]. El pago no se había efectuado cuando en una carta posterior del duque de 20 de diciembre de 1580, éste seguía reclamándolo[98].

D. Francisco de Moncada, conde de Aytona y capitán general del reino, escribía al rey, el 25 de marzo de 1582, pidiéndole guarnición para la custodia y guarda del castillo:

veynte hombres de los de essa ciudad suban cada noche al castillo della para su guarda y defensa y que sean personas de confiança y sepan lo que han de hacer y hagan su guarda provehidos delas armas neçessarias y con todo cuidado, cumplirlo eus ansi como en cosas semajantes lo haveys siempre acostumbrado y de vosotros lo confiamos a los capitanes dessa ciudad y guerta assi de gente a pie como de cavallo aperçebireys que acudan pos sus patentes que les mandaremos despachar porque ansi conviene”[99].

El 1 de julio de 1583, el conde de Aytona mandaba por orden del rey, que se certificase la cantidad necesaria a emplear en la fortificación y obra del castillo; un total de diecisiete mil libras[100].

Doce días después, el 13 de julio, el conde de Aytona, justificaba y certificaba las cantidades empleadas en la fortificación y obra del castillo, en respuesta a la carta de 1 de julio. El total gastado para la fortificación sería 3.000 libras, frente a la cantidad que se había solicitado de 17.000 libras. Para ello, los jurados y justicia habían reconocido y visto los libros del Archivo de la sala de la ciudad. En él constaba que tres mil monedas provenientes de Valencia se habían cargado a la ciudad de Alicante en el año 1573 para la fortificación del castillo, de las cuales se le habían entregado a Damián Miralles, el 7 de mayo de 1578, cuatrocientas cincuenta y una libra, diez sueldos y dos diners  para argamasa, piedra y otros pertrechos. Las tres mil libras quedarían en poder de los pagadores nombrados por el rey, Joseph Mingot y Luis Juan Martínez, quienes debían pagar la cantidad correspondiente a Damián Miralles.  De las cuatrocientas cincuenta y una libras,  ochenta y dos libras y dos diners fueron dadas a Joseph Mingot por haberlas gastado esta ciudad en otras obras particulares. De las libras restantes Damián Miralles pagaría por ciertos trabajos realizados en el castillo a Juan Ambuesa -mil cincuenta y cuatro libras, tres sueldos y cuatro diners- y Anthoni Mingot -ochocientas ochenta y cinco libras, trece sueldos y nueve diners-. Quinientas sesenta libras, doce sueldos y cuatro diners serían para Juan Martin de Fresneda, pagador de dicha obra. Cuarenta y ocho libras y cuatro diners serían para Damián Miralles, nuevo restadeudor, haciendo el total de tres mil libras[101].

La fortificación estaba todavía lejos de ser acabada, por lo que se imponía buscar nuevos medios financieros. En las Cortes de 1585 se volvía a solicitar que se aumentase el canon del nuevo impuesto de la seda para sufragar los costes de las obras[102].

En los años posteriores se continuó con las obras, que sufrieron un nuevo retraso debido a la amenaza de ruina de la muralla del muelle. El 27 de julio de 1588, el virrey, Francisco Moncada, conde de Aytona, ordenaba dicha reparación, y que pagasen “les cantitats que serán menester pera dist adops y reparos de tal manera q no exedeirean la suma de cinchcentes lliures poch mes o menis”[103].

Se desconocen datos del estado de la fortaleza y de las obras que se estaban realizando hasta finales de 1595. Se sabe, por una carta del Consejo de Aragón del 3 de febrero del año siguiente, que Jusepe Villafranca, teniente de Alcayde por el conde de Elda en el castillo real de la ciudad de Alicante, envió por carta del 20 de octubre del año anterior, un Memorial de cosas que convenia reparar, y mejorar en el dicho Castillo. Entre ellas se encontraba el ensanchamiento del baluarte en el que se hallaba la artillería, la reparación de las torres de Cerver y de de Sant Jordi, además de la finalización de las obras emprendidas años atrás:

“Que el baluarte de la artillería se ensanche doze palmos, por la parte de afuera, al medio dia que ay buena disposicion, porque dize que es tan estrecho que cuando se dispara la artilleria, a la retirada de las pieças, topan en la Muralla, y que en el mesmo baluarte se haga un aposento, çerrado para polvora, y balas, para que esten a la mano y un cobertizo para que la artilleria no este al sol, no al agua, por el daño que reciben las caxas y ruedas, y que a un tiro de batir se hagan caxa y ruedas, y a una media culebrina ruedas, que estan sin ellas, y que se le provea poluora, que esta sin ninguna, y aduierte que un lienço de la torre, que llaman de Cervera, se viene al suelo, si con brevedad no se remedia, y que la torre que llaman de St. Jordi, esta abierta, y lo mesmo dize del lienço de muro viejo, y suplica que se acabe la obra nueva, y que se le den mas soldados porque no tiene sino seis”[104]

Este memorial fue enviado al marqués de Denia para que informase con su parecer, dejando su interpretación para cuando éste se hallase en el castillo de Alicante. Cuando el marqués llegó a Alicante pudo comprobar la necesidad de las obras que planteaba el lugarteniente[105]. Se desprende de la carta anterior, que éste escribió a Su Majestad los días 6 y 10 de noviembre, reconociendo:

“(…) que todo lo que el sotalcayde pide que todo lo que el sotalcayde pide es muy necesario para su defensa y conservacion y que se le deuen de añadir algunos soldados mas (…)”

En esta misma carta queda clara la intención del marqués de Denia, que dejaba por escrito la orden de dar comienzo a la fortificación, según las indicaciones del memorial. La obra se llevaría a cabo con las tres mil libras que para este fin había ofrecido la ciudad de Alicante, añadiéndosele el número de soldados que el marqués considerara conveniente. Pero estas órdenes no se ejecutaron. En una carta del 26 de julio de 1596 del Consejo de Aragón, se recogían las palabras de D. Francisco Coloma, hermano del conde de Elda, en las que explicaba que Jusepe de Villafranca, teniente del castillo, reconocía el mal recaudo del mismo y el mal estado en el que se encontraba éste, desprovisto de municiones, pólvora, armas y bastimentos.  El consejo ordenaba que se reparara el castillo con las tres mil libras que había ofrecido anteriormente la ciudad de Alicante, consiguiendo el resto del dinero necesario de las bailías de Orihuela y Valencia, de modo que se pudiera prevenir de los posibles ataques de moriscos:

“(…) esta el castillo desprouehido de quanto ha menester y que a su guarda solo asisten quatro hombre y que la poca artilleria q en el ay esta desencaualgada sin poluora, armas, municiones ni bastimentos, y que la fortaleza solo tiene el nombre y las murallas… el sitio es el mas inexpugnable de toda la costa de España, y que por el mal recaudo podria suceder en el alguna desgracia mala de remediar… la comodidad y seguridad que pueden tener los vaxeles en la mar desta ciudad, y que por esso se deue preuenir y recatar mas lo que toca al dicho Castillo y ciudad”[106].

Según cuenta el cronista Bendicho, ante el temor de sufrir los ataques de la armada inglesa, se llevaron a cabo desembolsos de mayor envergadura durante el año 1596. Refiere con detalle los trabajos y aprovisionamientos en el castillo. Se invirtieron entonces 6.000 ducados[107]:

“La prevención que se hizo para su defensa fue muy grande, bastimentos, municiones y reparos de sus muros y baluartes con muy excesivos gastos; sólo en pólvora, plomo y cuerda se gastaron tres mil ducados, hízose mucho biscocho y harina; los aljibes del castillo se hinchieron de agua subida a cargas desde la Ciudad y de las naves se sacaron piezas prestadas y las subieron al Castillo. (…)
Asimismo también pagó mi padre lo que se gastó con los muros nuevos que se hicieron en el Castillo a la parte de Mediodía y Levante y otras partes, que se gastaron seis mil ducados que los tres mil pienso fueron de la Diputación[108].

Esta es seguramente la razón por la cual antes de finalizar el siglo, el 6 de diciembre del año 1596, Jaime Ferrer escribía al virrey, enviándole dos planos que el consejo le había remitido a su vez para reforzar la defensa del recinto amurallado de la ciudad, todavía carente de bastiones a la moderna. Se trataba de una propuesta para construir un baluarte cerca de la puerta de la Huerta a cargo de Cristóbal Antonelli[109]. No sabemos con certeza si se construyó este baluarte, pero lo cierto es que en el plano de 1693, de Joseph de Borja[110], aparece una construcción a modo de bastión junto a esta puerta. Bien podría tratarse de la ejecución de esta propuesta del sobrino de Antonelli.

La insistencia ante la finalización de las obras queda descrita en una carta del marqués de Denia, Francisco de Sandoval, fechada el 16 de mayo de 1597. Se hacía constar que las obras del castillo estaban asistidas por Cristóbal Antonelli[111], y que debían acabarse con las siete mil libras que el reino había otorgado para ello[112].

Un mes después el Consejo de Aragón escribía respondiendo a las manifestaciones y requerimientos del marqués de Denia concernientes al castillo de Alicante. La importancia de la fortaleza le llevaba incluso a cuestionarse su seguridad que, en caso de necesidad, se vería reforzado por las guarniciones de Orihuela, Xixona y Alcoy[113].

De este modo, se continuó hasta final de siglo. Los valencianos y alicantinos persistirían en la necesidad de acelerar los trabajos de las fortificaciones proyectadas por el Fratín.

El virrey, marqués de Denia, consideraba de suma importancia para la seguridad del reino la necesidad de guarnecer el castillo de Alicante. El 15 de octubre de 1597, ordenaba que se reforzase la defensa con veinte soldados más. La ciudad de Alicante, por su parte, ofreció el pago de diez de ellos, pidiendo a los justicias y jurados de Alicante, que los otros diez los pagase la bailía de Orihuela de la Sexona[114].

No tenemos información acerca del año en que se finalizaron las obras del proyecto del Fratín, que habían supuesto un cambio importante en la fisonomía del castillo de Santa Bárbara. El acceso desde donde el Benacantil adoptaba pendientes más suaves quedaba seriamente defendido mediante este frente de dos medios bastiones y cortina con sus baterías. El resto del conjunto mantenía la fisonomía medieval, pero seguía siendo fuerte por la naturaleza escarpada del Benacantil. Podía decirse que se había cumplido en parte el objetivo de dotar a la ciudad de Alicante de un castillo a la moderna, que sirviera de refugio para los ciudadanos y punto fuerte para resistir un asedio prolongado (figura 6).

Figura 6. Estado actual de uno de los medios baluartes, el situado más al norte junto al acceso actual del castillo, construido finalmente según proyecto del Fratín.
Fotografía tomada por la autora

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Notas

[1]Prueba de los ataques de piratas y turcos son las torres que se levantaron para la defensa de la costa durante el reinado de Felipe II. Cámara, 1991, “Las torres del litoral en el Reinado de Felipe II…”, p. 53-94.

[2]“(…) Los testimonios del uso de armas de fuego durante el siglo XV son mucho más abundantes, período en el que fueron produciéndose algunas transformaciones importantes sobre los modelos originales. Se utilizaban ya armas de fuego portátiles (…). Conforme fueron pasando las décadas se obtuvieron progresos muy notables en el rendimiento de las piezas de artillería. (…) El desarrollo de la ciencia artillera fue totalmente experimental. (…) A finales del siglo XV los cañones eran ya suficientemente destructivos como para abrir brecha en cualquier fortificación (…)”. Véase Echarri, 2005, “Evolución de la artillería…”, p. 252-254.

[3]Varios ejemplos de fortificaciones con cubos de grandes diámetros de esta época vienen recogido en las investigaciones de Fernando Cobos, como fue el diseñado por Diego de Vera, Capitán General de Artillería, que construyó en 1516 un fuerte triangular en Behovia (Irún), con cubos circulares de más de 20 m; los grandes cubos redondos de San Sebastián construidos posteriormente al ataque francés de 1512 o el gran cubo artillero de 23 m de diámetro en el castillo de los duques de Alburquerque en Cuéllar entre otros. Véase Cobos, 2000, “Artillería y Fortificación ibérica de transición…”, p. 682-686.

[4]Algunas reflexiones sobre el problema del campo muerto en el frente del cubo vienen recogidas en las investigaciones de Cobos, donde explica la transición de los cubos a los baluartes y bastiones. Como ejemplos cita un plano de Fuenterrabía (AGS MP y D, XIII-55) realizado entre 1524-1530, que presenta dos cubos con punta y se indica la presencia de redientes en las troneras. Otro ejemplo es el proyecto anónimo del cubo de San Lorente de Pamplona, con una punta frontal muy acusada. Véase Cobos, 2000, “Evolución de la fortificación baluartada española…”, p. 127-146.

[5]Ribot, 1983, “El ejército de los Austrias…”, p. 157-203.

[6]Quatrefages, 1983, “La fortificación en España durante el Renacimiento”, p. 133-142.

[7]Cámara, 1998, Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II, p.15-16.

[8]González, 2012, “Los inicios de la fortificación abaluartada en Alicante…”.

[9]AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Memorial para la fortificacion de Alicante hecho por Juan Baptista Antoneli Ingeniero de su Magd.alos de la Ciudad. Fols. 14 y ss. 23 de enero de 1563.

[10]AMA. Arm. 1. Libro de Privilegios y Proviciones Reales, de la Ciudad de Alicante. Desde 1530..asta 1704. Lib. 3. Fol. 240.

[11]AMA. Arm. 1. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Lib. 11. Fol. 84.

[12]Cámara, 2004, “La profesión del ingeniero: los ingenieros del rey”, p. 125-165:125.

[13]Algunos autores como Alicia Cámara los denomina ingenieros de fortificación o arquitectos militares. Ibídem, p.126.

[14]Memorial del duque de Calabria. AMA, Arm. 1, Lib. 9, fol. 151-156.

[15]Ingeniero de relevante mérito procedente de Milán. Vino a España a mediados del siglo XVI [a mediados de 1552], proyectó las defensas de Rosas,  y dirigió la ejecución en 1552; las de Cádiz desde la puerta de Tierra al antiguo baluarte de San Felipe en 1556 y las de Ibiza, Perpiñan y otros varios puntos, habiendo además desempeñado el interesante reconocimiento de las plazas de las frontera de Francia, y otra multitud de arduas comisiones hasta su fallecimiento en 1565. Reemplazó a Calvi dignamente Jacome Palearo, conocido como il Fratino, disinguiéndose igualmente con en nuestro país por sus numerosos é importantes trabajos de fortificacion en la propia época El conde Hugo de Ceseno, Baltasar Paduano Abiando, el Capitan de Artillería Luis Pizano, Jorge Sistara, Agustin Amodeo, Esteliani, Luis Severá, Rocio Cappelino, Vespasiano Gonzaga, hijo de D. luis, primo del Duque de Calabria y relacionado con la familia Real de Nápoles. Finalmente, por este tiempo servia asimismo en España otro hombre eminente, el famoso Juan Bautista Antonelli, Ingeniero consumado en la mas alta acepción que puede darse a estas palabras, y de cuyos innumetables trabajos militares y civiles no cabe dar siquiera una pequeña idea en los estrechos límites de este Resúmen”. En Resumen histórico del Arma de Ingenieros …, 1846, p. 86.

[16]En este año el Príncipe decidió que un gran ingeniero debía organizar el sistema de fortalezas españolas. Ante la negativa de otros ingenieros como Pelori, al aparecer porque no parecía ser el buen ingeniero que pretendía ser, o Oligiati, que se encontraba en una avanzada edad, Calvi fue finalmente el que ocupó este lugar. Véase Cámara, “Fortificación y ciudad en los Reinos…”, p. 42-45. Para conocer más acerca sobre las circunstancias preliminares de la llegada de Giovan Battista Calvi a España. Martínez, 2006, Giovan Battista Calvi…, p. 64-75.

[17]Para conocer más sobre los trabajos y vida de Calvi véase Martínez, 2006, Giovan Battista Calvi..., Segunda Parte, p. 72-117.

[18]José Aparici, “Ingenieros Militares, Siglo XVI”  Memorial de Ingenieros, Tomo VI, 1849. Cfr. Tous, 2002, p. 23.

[19]Para la vida de Calvi, y su paso por España, véase Maggiorotti, 1936, p. 65-100. (Cfr. Cámara, 1991, “Fortificación, ciudad y defensa…”, p. 89).

[20]Cfr. Tous, 2002, p. 23-24. Al igual que Alicante, Mallorca necesitaba ser fortificada, como ciudad costera estaba expuesta a continuos ataques de piratas, así lo atestiguan las atalayas o torres de vigilancia que al igual que en la costa levantina se levantaron también en la costa mallorquina. La primera intervención de Calvi en las fortificaciones de Mallorca fue en el año 1555, un informe que detallaba cómo debía fortificarse la ciudad de Mallorca. Tampoco hay evidencias de trazas ni planos, al igual que ocurre para la ciudad de Alicante. Véase Martínez, 2006, Giovan Battista Calvi…, p. 265-268.

[21]AMA. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1508.. asta 1579. Arm. 1. Lib. 9. Fol. 223. La copia se encuentra en el AMA. Libro de Privilegios y Provisiones Reales desde el año 1561 asta 1568. Arm. 1. Lib. 11. Fol. 48.

[22]Según recoge en sus investigaciones Damià Martínez, el memorial de Francisco March hacia 1552, conservado en el AGS, las intervenciones de Calvi en el País Valenciano fueron bastante escasas. Hizo acto de presencia en muy pocas plazas, cuyos nombres quedan recogidos en este memorial. Entre las plazas nombradas aparece Alicante en estas fechas. Posteriormente en 1558 el virrey de Valencia escribe una carta solicitando la presencia de Calvi para ocuparse de trazar fortificaciones conteniendo el gasto. Pero Calvi no llegó a visitar Valencia en estas fechas. Damià indica que en noviembre de 1560, o poco tiempo antes, visitó Valencia con la intención de visitar algunas plazas del Reino. Esta visita viene recogida según Damià, en una carta escrita por Calvi a finales de 1960. Coincidiendo las fechas con la carta citada anteriormente del duque de Segorbe y Cardona. Véase Martínez, 2006, Giovan Battista Calvi…, p. 323-324.

[23]Juan Bautista Calvi realizó una traza de Pamplona, según el virrey, “asi de lo que se ha hecho como de lo que combiene que se haga. Pero no parece haber tenido mayores consecuencias. Al igual que ocurre con Alicante, no se conserva plano del proyecto, ni memoria, ni se identifican posibles resultados de su actuación en Pamplona. Véase Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona, p. 108.Según recoge Damià en su tesis, ninguna de las numerosas obras proyectadas por Giovan Battista Calvi se finalizó sin la intervención de otros ingenieros y casi todas (…) sufrieron modificaciones respecto al proyecto original. (…) son muy pocos los dibujos y trazas que de ellas conservamos (…) y la calidad de estos y la práctica (…) es limitada. Martínez, 2006, Giovan Battista Calvi…, p. 25.Lo que sí se conserva es parte de la correspondencia de la época a través de la cual se puede estudiar y realizar algunas hipótesis sobre su actividad y sus propuestas de fortificación en las ciudades españolas. Tal como se ha comentado este es el caso para la fortificación de la ciudad de Alicante. Suponemos que realizó un proyecto del que no se conserva traza ni memoria, pero la correspondencia de la época evidencia su intervención en esta plaza.

[24]Se veía la necesidad de inventar un nuevo sistema defensivo capaz de resistir el empleo de proyectiles de hierro, con un efecto muy superior y destructivo al de las balas de piedra, «Machiavel dira encore: "Les places fortes ne servent à rien"». Faucherre, 1986, p.11-16:11.

[25]Arquitecto, natural de Gaeteo en Italia; vino á España en 1559 al servicio del emperador Carlos V. Trazó de órden de este augusto monarca las fortificaciones de Cartagena y Orán, adonde fue acompañando al príncipe Vespasiano Gonzaga. En 1570, hallándose en Madrid cuando la solemne entrada de la reina Doña Ana de Austria en la corte, dispuso en el paseo del Prado un estanque de mas de quinientos pies de largo y ochenta de ancho, en el cual hizo navegar ocho galeras, y colocó fortificaciones aparentes remedando el puerto de Argel. En 1581 propuso al nuestro rey Felipe II hacer navegables los ríos Tajo, Guadalquivir, Ebro, Duero y demás colaterales como Guadiana, Segura, Jucar, Miño, etc. Penetrado el soberano de la utilidad de este proyecto mandó entonces que por via de ensayo hiciese Antonelli la esperiencia en el Tajo desde Abrantes á Alcántara, y en poco tiempo verificó la navegación de aquel trozo de 24 leguas. Pero desenado llevar adelante su intento se arrojó en 1582 al Tajo con una chalupa con cuatro remeros, y navegó con felicidad y asombro desde Lisboa á Madrid, pasando por Toledo, Aranjuez, entrando después en el Jarama, y últimamente en el Manzanares estando crecido, y de aquí volvió a Lisboa en el mismo año con igual prosperidad. Seguia entre tanto la navegación del Tajo desde Toledo á Lisboa y el consejo de Castilla que no miraba con indifenencia el proyecto de hacer navegables los demás ríos del reino, en 15 de diciembre de 1584 espidió una real provision al asistente de Sevilla, al corregidor de Córdoba y á otras justicias de Andalucía para que prestasen todo su favor y ayuda a Juan Bautista Antonelli a fin de que intnetase y llevase a efecto la navegación desde Córdova á Sevilla. No consta si se hizo no no esta tentatica, pero si en otros ríos de la península, y que estando ocupado en ello falleció  Antonelli en 17 de marzo de 1588 con gran sentimiento del rey que conocía su talento y manantial de recursos que tenía para hacer feliz el reino”.  Diccionario histórico, ó Biografía universal compendiada Tomo I. Librería de Narciso Oliva. Barcelona 1830. Págs. 450-451.

[26]Cámara, 2004, “Juan Bautista Antonelli y la definición profesional del ingeniero…”, p. 199-218.

[27]Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona, p. 109.

[28]AGS. G.A. Leg. 72. Cfr. Cámara, 1990, Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro…, p. 90.

[29]Según recogen Marius Beviá y Andrés Martínez, Juan Bautista Antonelli en su visita por las costas valencianas realizó también dos informes de valoración del fuerte de Santa Pola. Consideró que este fuerte también presentaba algunas deficiencias con respecto a las nuevas técnicas de fortificación, tenía pequeños traveses y carecía de terraplenos y fosos. Véase Beviá y Martínez, 2002,  “Una táctica para la guerra…”, p. 243-251.

[30]“Por diversas relaciones y últimamente por la que nos ha hecho Juan bautista antoneli ntrô ingeniero tenemos entendida la mucha necesidad, que esa ciudad tiene, de que la fortificacion de ella, se acabe con toda aquella perfection, que se requiere para obiar los daños y robos que los turcos y moros enemigos de ntrâ santa fee católica, y otros corsarios podrian hacer, si viniesen a ella, y para que esto se haga mejor, y el dinero que en ello se haya de gastar se emplee, con todo el miramiento que conviene, por lo que deseamos ntrô bien y defensa, scrivimos al duque de Segorbe nstrô Visorrey lugar theniente y capitán general en ese reyno  que mde al dicho mtrô racional y al dicho yngeniero Juan bautista que juntamente visiten otra vez essa ciudad y castillo y vean y traçen toda la fortificación, que les pareçerá convenir y ser necessa para que bivais y podais estar con la seguridad, que se requiere encargamos y mandamoslos que conforme a lo que el dicho duque los scriviere, ya lo que el mtrô racional, de su parte, os dixere, pongáis luego la mano en vtrâ fortificación y acabeis aquella con la mayor brevedad que fuere posible…”. AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fol. 7.

[31]AGS. GA. Leg. 70. Fol. 219.

[32]AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fol. 8.

[33]“(...) proveer que por la necesidad tiene los reparos y obras que en ella y en la huerta se hubieren de hazer se hagan a tandas echándose a cada vecino según su faena y en que no la tuviere que habague su dia quando de cupiere, de manera que todos ayuden para la guarda de si mesmo y que estas tandas las hagan el gobernador Justicia y Jurados con las personas que les pareciere convocar para ello”. AMA. Arm. 1. Lib. 9. Fols. 66 y ss.

[34] AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Memorial para la fortificacion de Alicante hecho por Juan Baptista Antoneli Ingeniero de su Magd.alos de la Ciudad. Fols. 14 y ss. 23 de enero de 1563.

[35]AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fol. 17.

[36]AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fols. 14-17v.

[37]Nos referimos a “Mosen Joan Gerony Romaní y de Scriba mestre rational de la Regia Cort en lo present regne de Valencia”.

[38] “(…) que no te [la ciudad] posibilitat per empendre les dites obres y fortificacio conforme a la dita trassa per quant la dita ciutat sta carregada y respon tantes cesats adiversos particulars moltes dels quals segon carregats per ops de la fortificacio de aqulla que no resta de patrimonio ni fetes les consignaciones de dits cêsats sino tan solament DCCLf pera pagar municions guardes (…)”. AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fols. 11-13v.

[39] “Los vecinos y moradores della por ser como son la mayor parte pobres que han de ir al monte ordinariamente por lenya o por esparto para mantener aquel dia su muger e hijos quedan muy fatigados de tal manera que si se les mandase que de hoy adelante hiziesen otro tanto esta cierto se irian a vivir en otra tierra, lo que seri muy gran daño para la ciudad y disminución de su patrimonio (...)”. AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fols. 11 y 32.

[40] AMA. Arm. 1. Lib. 11. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1561 asta 1568. Fols. 32-33.

[41] AMA. Arm. 1. Lib. 3. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde 1530..  asta 1704. Fol. 92-93.Existe otra carta de Antonio Alphonso  Pimentel y de Herrera, comte de Benabent y capitan gnal en lo pnt regne de Valencia informando a su Magestad que necesita 3000 libras: 1000 para las obras del albacar y para munición para la artillería y 2000 libras para acabar el muelle y para llevar agua al mismo. AMA. Arm 1. Lib. 9. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1508.. asta 1579..  Fol. 218. En otra carta de la misma fecha Antonio Alphonso Pimentel y de Herrera, comte de Benabenty capital gnal en lo pnt regne de Valencia informa a S.M. que no tienen dinero forma de poder pagar los gastos de la obra de reparo y reedificación del albacar de la fortaleza, solicitando mil libras para poder comprar municiones para la artillería de la ciudad y para las obras del albacar. AMA. Arm 1. Lib. 9. Libro de Privilegios y Provisiones Reales de la Ciudad de Alicante desde el año 1508.. asta 1579.. Fol. 175.

[42]En el AGS. GA, Leg 70, se recoge numerosa correspondencia entre el monarca, Vespasiano Gonzaga y Juan Bautista Antonelli. El rey solicitaba el envío de proyectos y dibujos de las obras de fortificación que Antonelli remitía a la corte. Para el Reino de Valencia se conservan varios dibujos realizados en esta época, como son los del fuerte de Bernia o las torres de la costa de Murcia. Véase Sartor, 2009, “Giovan Battista Antonelli: el oficio de las armas”, p. 57-105: 70-71.

[43] AGS. GA. Leg. 177, fol. 29 y 31.Véase Cámara, 1991, ”Las torres del litoral en el reinado de Felipe II…”, p. 53-94.La revisión de este sistema defensivo, con la incorporación de nuevas torres e incluso la renovación de las existentes, sería una constante no sólo en la segunda mitad del siglo XVI sino también a lo largo del siglo XVII y XVIII. Véase también Pradells, 1995, "La defensa de la costa valenciana en el siglo XVIII…”, p. 241-270. Pradells, 2002, “Transformaciones en la concepción de la defensa de la costa…”, p. 175-193. Pradells, 2002, “La defensa de las costas valencianas en el siglo XVIII…”, p. 135-159.

[44] “…ver la obra del castillo y muelle y envie [descripción] dello y se buelva a Cartagena”. AGS. GA. Leg. 75, fol. 131.

[45] Sartor, 2009, “Giovan Battista Antonelli: el oficio de las armas”, p. 57-105: 72.

[46En 1571 fue enviado por Felipe II para proyectar y fundar una ciudadela pentagonal en Pamplona. Diversos autores han escrito sobre este hecho. Véase de Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona; 2007, “Génesis y evolución del recinto amurallado de Pamplona…”, p. 57-88; de Cámara, 2007, “La ciudadela de Pamplona bajo los Austrias” p. 33-56; 1998, Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II, p. 166-173.

[47]En Alicante las disputas estuvieron protagonizadas por los ingenieros militares Fratín y Juan Bautista Antonelli y por el virrey de Valencia Vespasiano Gonzaga. En la mayoría de las situaciones el monarca favorecía la propuesta del Fratín, a quien lo denominaba “mi ingeniero”. Tal es el caso en ciudades españolas como fuera de la península. Para conocer acerca de las disputas protagonizadas por estos personajes en otras ciudades remitirse a las investigaciones de Cámara, 2005, “Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga…”, p.9-28.

[48]Tal fue la competencia entre algunos ingenieros que llegó a decirse con cierto sentido del humor que “los ingenieros son como los médicos, que lo que uno hace contradice otro y siempre en daño del enfermo”. Informe de Antonio Herrera en defensa del virrey Vespasiano Gonzaga, sin fecha, hacia 1589. IHCM. Colección Aparici, T.I, fol. 202. Estas enconadas disputas, están recogidas también en las investigaciones de Marino Viganò. Véase Viganò, 2004, ““…Como los Medicos, que siempre Discordan” Giovan Battista Antoneli e Giovan Giacomo…”, p. 219-262.

[49] Cámara, 1990, Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro…: idea, traza y edificio, p.39.

[50]Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona, p. 137.

[51]Viganò, 2004, “El fratin mi ynginiero”.

[52]Para conocer más acerca de la vida y la trayectoria del Fratín, véase la reseña que el doctor Echarri recoge en las notas de su publicación: Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona, p. 171.

[53]De Castro y Cobos citan en sus investigaciones una carta fechada el 4 de abril de 1570 en Córdoba, dirigida al Conde de Benavente en la que se recoge que “El fratin nuestro yngeniero desembarco en Alicante ueniendo de la Goleta y uio el Castillo de aquella ciudad”. ANT, Osuna, leg. 419, n. 385, citado en De castro y Cobos, 2000, “Inicio y desarrollo de la fortificación moderna en el Reino de Valencia…”, p. 16-37:28. Citado también en Viganò, 2004, ““…Como los Medicos, que siempre Discordan” Giovan Battista Antoneli e Giovan Giacomo…”, p. 219-262:232.

[54]AGS. GA. Leg. 72. Fol. 187. “No habiendo informado a V. M. sobre Alicante, digo ahora con esta que fui a Visitar el Castillo de dicho lugar el qual esta sobre una montaña que domina toda la Tierra, situado en un buen lugar, pero el Castillo, esta mal reparado con poquísima Artilleria, y peor guardado, no vi estando dentro sino dos hombres. Y esto y luego que merece buena consideracion por esta en la Comarca, que esta dicho tanto por Mar quanto por Tierra. Donde maravillandome infinitamente yo pregunte esto a alguno secretamente como se guardaba tan mal el Castillo de esta Tierra, a lo que me fue respondido. Que por la noche el Castellano le introducia una guardia de los mismos hombres de la Tierra, los quales hombres andando de la Tierra al dicho Castillo por guardarlo no van allí nunca juntos, ni a una hora, ni a la otra, y el primero que allí va, no va allí antes que a una hora de la noche. De manera que esto me parece seria facilisima cosa para uno que quisiera ocupar el dicho Castillo, porque podria entrar en el dicho Castillo en compañía de alguno de aquellos que alli van a guardarlo, o de otro modo, y me parece cosa digna de bien, y de subita provision” Transcrita por Aparici en castellano: ICHM. Colección Aparici, t. VI, n. 1.162, p. 423.

[55]AGS. GA. Leg. 78, fol. 17.

[56]AGS. GA. Leg. 78, fol. 22.

[57]El 19 de diciembre de 1574, el Fratín escribiría una carta describiendo lo que debía hacerse en el Grao de Valencia para ponerlo en defensa de conformidad a lo que el marqués de Mondéjar le había acordado y trazado. AGS. GA. Leg. 78, fol. 30 y ss. Este reconocimiento del Grao lo había llevado a cabo junto con el marqués de Mondéjar, Don Pedro de Velasco, y los capitanes que iban con éste último, según carta del marqués de Mondéjar al rey. AGS. GA. Leg. 78, fol. 17.

[58]AGS. GA. Leg. 78. Fol. 34. Copia de la Carta del fratín para el marqués de mondéjar fecha  en alicante a XX de diziembre de 1574.

[59]AMA. ARM. 1. Lib. 9. Libro de Privilegios y Proviciones Reales de la Ciudad de Alicante Desde el año 1508.. asta 1579. Fol. 193.

[60]“(…) se ha ordenat que se acabe de fortificar lo Albacar vell del Castell de dita Ciutat y q mas faça un baluarts y tot lo demás que commgues pera la fortificacio de dita fortaleza ab que primer se donas a nos raho pera que ho manssen provehir y decretar perque conforme al privilegi del régimen deagnexa dita ciutat lo consell no pot deffendre pus detrecentos lliures en coses extraordinaries sens nostra licencia los quals ja son stades despeses e comperá la dita fortificacio sia necessaria molta forma y quantitat de peccuria per part de vosaltres nosestat supplicats ab vostra lletra dereche del presents manassem donar licencia pera ques faça dita fortificacio y ques puga despendre tot el diner que convinga y será necessari… e suplicant per miquel notari syndich de dita ciutat de Alacant donam concedim y ottorgam licencia (…)”AMA. ARM. 1. Lib. 9. Libro de Privilegios y Proviciones Reales de la Ciudad de Alicante Desde el año 1508.. asta 1579. Fol. 191.

[61]AGS. GA. Leg. 78. Fol. 33. Carta de D. Pedro de Velasco al Marqués de Mondéjar de 21 de diciembre de 1574.

[62]“El fratin y don po de Velasco y don enrique de Palafox, y alcaide y Jurados de alicante rreconoscieron la fortificacçion de aq castillo, y aunque fratin no dio en scripto loque seavia de part. Le pareçio se continuase el rreparo del Albacar, y que un baluarte que traço antoneli, en cierto sitio se mudase a otro, q a el pareçio maeconvimene. para la fuerça y aorrar de gasto y guardia de gene. y que le dijo don enrique y don pedro y los otros capitanes y jurados fueron del paresçer  que el fratin y para verlo contradho el algune, El marques de mondejar ordenó que se embiase la traça que de xo alli Antonelli pa verla Alqual se rremtio pa q lo hiziese como mas viese convenir y avisase delo que se rresolviese, y no se sabe que el dcho marques, con su partda. tuviese tiempo de hacerlo, al qual advirtió el fratin por carta q determinando se fortificar de propositto el dho castillo, convenia a asistir a considerar la petición del sitio y començar la obra algunos días”. AGS. GA. Leg. 81. Fol. 43.

[63]AGS. GA. Leg. 79. Fol.9.

[64]Nació el 6 de diciembre de 1531 y educado en su patrimonial Sabionetta con Juan de Valdés, había servido como paje en la corte de Madrid desde 1545, donde conocería al futuro Felipe II, y a muchos principales españoles. Continuaría viviendo en España, haciendo viajes periódicos a Sabionetta, cuyo marquesado había recibido en herencia. De adulto se distinguiría por sus dotes militares y de gobierno. Un año antes de llegar a Pamplona, el 11 de abril de 1570, había obtenido los títulos duque de Traetto y conde de Fondi, aunque sus estados serían repetidamente devastados por los turcos. Amante de las artes y las letras; su tía Giulia obraba con su apoyo una transformación que convertiría a la pequeña ciudad de Sabionetta en un prototipo del renacimiento tardío. Desde marzo de 1571 está en Pamplona. En Junio de 1571 es nombrado capitán general de Navarra; y en 1572 virrey. No está siempre en Navarra, pues en 1574 pasa a Orán y Mazalquivir, y visita Melilla; pero en el otoño de 1574 está en Pamplona, y después el 23 de Noviembre de 1574, en San Sebastián. En 1575 pasa a Valencia donde permanece hasta 1578; actuaría en Valencia, Murcia y Alicante. Regresa a Italia, residiendo habitualmente en Sabionetta, que embellece con numerosas obras de arte. En 1578 regresaría a Italia, residiendo habitualmente en Sabionetta, y perdiendo contacto con las obras del Castillo de Santa Bárbara. Todavía realiza viajes como embajador, como el que hace a Praga en 1588. Muere en Sabionetta el 27 de febrero de 1591. En 1577 sería elevada su patrimonial Sabionetta a ducado, añadiría los marquesados de Hostiano, Bezzolo y Rivarolo, y llegaría a ser príncipe del Sacro Imperio, y caballero del Toisson. Alessandro Lisca publica su vida en el año 1592, en Verona. Echarri, 2000, Las murallas y la ciudadela de Pamplona, p. 137-138.

[65]Fue nombrado por Felipe II virrey de Navarra. Al llegar a Pamplona, el Fratín estaba levantando la ciudadela pentagonal que había proyectado en 1571. Vespasiano Gonzaga también participó en el control de las obras.

[66]AGS. GA. Leg. 79. Fol.100 y 101.

[67]AGS. GA. Leg. 79. Fol.102.

[68]Cámara, 1998, Fortificación y ciudad…, p. 22.

[69]AGS. GA. Leg. 79. Fol.102.

[70]AGS. GA. Leg. 81. Fol. 43.

[71]AGS. M. P. y D. XIX/3 y XIX/4. GA. Leg. 79-102.

[72]Copia de Aparici. Libro 30. Fol. 28. Simancas, 8 de Marzo de 1875. AGS. Leg. 80. Año 1575.

[73]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 636. Fol 1/1. Sin fecha.

[74]Baptista Antonelli trabajó con Vespasiano Gonzaga entre 1570-78. Durante estos nueve años aprendió de las obras que Vespasiano Gonzaga y Juan Bautista Antonelli estaban planificando y construyendo en la costa levantina: Cartagena de levante, Peñíscola, Alicante y en los puntos estratégicos de Mazalquivir y Orán. Marius Beviá y Eduardo Camarero aseguran que Juan Bautista Antonelli fue el encargado de dirigir las obras del Pantano. Véase Beviá y Camarero, 1989, Tibi un pantano singula”, p. 28.

[75]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 636 1/42.

[76]AGS. GA. Leg. 79. Fol. 102.

[77]AGS. GA. Leg. 81. Fol. 43. Carta de 1576 de Vespasiano Gonzaga donde recoge las actuaciones que él consideró en 1575 debían llevarse a cabo en la fortaleza alicantina.

[78]AGS. GA. Leg. 79. Fol. 102.

[79]AGS. GA. Leg. 102, n. 47.

[80]AGS. GA. Leg. 90, n. 21. La Relacion que dio Don Ximenez de calayut cerca de la Fortif.on de peniscola, s.d. [1579], en Viganò, 2004. «El fratin mi ynginiero»…., p.  270.

[81]AGS. GA. Leg. 81. Fol. 35.

[82]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 37.

[83]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 38.

[84]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 41 y 42.

[85]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 43.

[86]AGS. GA. Leg. 81 Fol.  43.

[87]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 43.

[88]AGS. GA. Leg. 81 Fol. 59.

[89]Echarri, Pérez y González, 2012, “La competitividad de Vespasiano Gonzaga…”.

[90]AGS. GA. Leg. 102. Fol. 47.

[91]AGS. GA. Leg. 102, n. 47. El fratin, «de Cadiz a los IX de março 1580 años».

[92]AGS. GA. Leg. 97, n. 131. Respuesta al fratin, «de Guadalupe a XI de abril de 1580 años».

[93]Un siglo más tarde sería denominado como el hornabeque, debido a su forma, con dos baluartes, y su emplazamiento retranqueado con respecto al barranco.

[94]Véase Capítulo 8. La fortaleza durante la guerra de sucesión de Pérez, 2011, Historia del castillo de Santa Bárbara…

[95]AGS. GA. Leg. 102, n. 47. El fratin, «de Cadiz a los IX de março 1580 años».

[96]AMA. Arm. 1. Lib. 3. Libro de Privilegios y Proviçiones Reales, de la Ciudad de Alicante. Desde 1530.. asta 1704.Fol. 110.

[97]AMA. Arm. 1. Lib. 13. Libro de Proviçions Reals, de la Ciutatde Alacant. 1576-1578. Fol. 10.

[98]AMA. Arm. 1. Lib. 3. Libro de Privilegios y Proviçiones Reales, de la Ciudad de Alicante. Desde 1530.. asta 1704.Fol. 155.

[99]AMA. Arm 1.  Lib. 13. Libro de Proviçions Reals, de la Ciutatde Alacant. 1576-1578. Fol. 24.

[100]AMA. Arm 1.  Lib. 13. Libro de Proviçions Reals, de la Ciutatde Alacant. 1576-1578. Fol. 72.

[101]AMA. Arm 1.  Lib. 13. Libro de Proviçions Reals, de la Ciutatde Alacant. 1576-1578. Fol. 73.

[102]Rosser, 1990, Origen y Evolución …, p. 69.

[103]AMA. Arm. 1. Lib. 14. Fol.32.

[104]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 565. Fol. 2/1.

[105]Según apunta Francisco Amoraga, tras el nombramiento como lugarteniente y capitán general en el reino de Valencia en junio de 1595 de don Francisco Sandoval y Rojas, marqués de Denia, una de las primeras decisiones fue visitar la costa de poniente. Requena, 1997, La defensa de las costas valencianas…, p. 174-175.

[106]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 565. Fol. 2/2.

107]En esta época los ducados y las libras son más o menos equivalentes, por lo que deducimos que probablemente este gasto se realizaría para las obras descritas en el memorial de 1596.

[108]Bendicho, 1642, Parte II, Lib. II, Cap. XX, Fol. 361.

109]AGS. GA. Leg. 462. Fol. 148. "Copiado por el Sr. Coronel Dn. José Aparici hoy 28 de Marzo de 1846".

110]ACA. MP 77. Echarri, 2011, “La verdadera autoría y fecha del plano de Alicante…” .

[111]Cristóbal Garavelli Antonelli hermano mayor de Francisco Garavelli Antonelli. Ambos sobrinos y discípulos del famoso Juan Bautista Antonelli, que los trajo a España del lugar de Gaeteo en la Romanía, provincia de Italia, donde habían nacido, y les enseñó las matemáticas y la arquitectura militar e hidráulica acompañándole en todos los viajes y comisiones que tuvo en el reino. Tuvo un hijo llamado Juan Bautista que fue capitán, y también arquitecto militar e hidráulico en 1631.“De Cristobal dice una certificación que existe en el Archivo General de Indias, formada sobre un papel que escribió D. Juan de Castro y Castillo, consejero de guerra y hacienda, lo siguiente: Cristóbal Antonelli (era mas conocido en España por el segundo apellido que por el primero, sin duda porque aquí no tenia ortro padre que á su tio Antonelli), ingeniero militar que fue de S.M., el cual sirvió cerca de cuarenta años con muy grande cuidado y aprobación, como parece por cartas que S. M. y sus capitanes generales han escrito. Y acudió con particular cuidado a las fortificaciones que se le encargaron, como fueron las de Mazalquivir, Rezalcazar, Puerto de Arezo en Berbería, Gibraltar … Sirvió asimismo veinte y cinco años continuadamente en el reino de Valencia, donde por cédula de S. M. dada en el Escorial el año de 1583 fue por ingeniero militar, y llevó veinte y cinco ducados de sueldo al mes: en el cual tiempo hizo muchos grandes servicios, siendo su persona de gran importancia en aquel reino, ocupándose de la fortaleza de Benidorme, villa de Altea, Torres de la costa, castillo de Alicante y pantano de dicha ciudad (que dirigió en 1590 de orden de Felipe II): obra insigne y de gran beneficio, asi para los vecinos como para el real patrimonio”. Llaguno, 1829, Noticias de los arquitectos…,p. 44-46.

[112]AMA. Arm. 1. Lib. 15. Libro de Previlegis y Proviçiones Reals de la Ciutat de Alacant 1590 fins 1598. Fol. 179.

113]“El Marqués de Denia escrive de 16 de mayo que previniendo lo que podria suceder este año ha salido a visitar la ciudad y castillo de Alicante por ser la plaça mas importante de aquel Reyno, y que ha dexado ordenado que en caso de necesidad acudan a entrarse en el Castillo, los de Orihuela Xixona y Alcoy  que es buena gente,Que por mosquetes y picas y coseletes de que esta falta la Ciudad ha hecho que imbie a Milan, y que para este año se los prestara la generalidad del Reyno, aunque mosquetes no los tiene, y que por esso da grande priessa aque vengan los de Milan.Que la fortificacion del Castillo se haze apriessa, y que debastimentos le proveerá la Ciudad sacando el trigo de Castilla, porque en el Reyno no le ay,(…)Que pues don Alvaro Viqie Manrique Gobernador de Orihuela y Alicante y todo aquel partido asiste en esta Corte por negocios que no podrá volver a su govierno en todo este cerano, y que aquel partido que es lo mas peligroso del Reyno, no puede estar sin cabeça, supca. se mande a don franco. Coloma que vaya por este verano á assistir en aquella governacion con orden quese encarque del Castillo cuio Alcade es el Conde de Elda su hermano y del gobierno y delo demás, porque con persona tal estará aquello bien proveido,Que para municionar el Castillo de Alicante de polvora, plomo, balas, mecha y encacalgan la artillería se provean mil quinientoas libras de la baylia general de Orihuela, pues el Reyno y la Ciudad han pagado la fortificacion sin estar obligados á ello, Que seprovean para el dicho Castillo algunas pieças de artillería que forçosamente ha menester, porque solas dos pieças tiene buenasParesce al conso. que al Marques se le agradesca la vigilancia con que por su persona acude a prevenir el Reyno, y sele mande que procure que la generalidad preste a Alicante las armas de que tiene falta y de priessa a que vengan las de Milan assi para el Reyo. como para Alicante, y que la Ciudad bastesca el Castillo pues lo ha offresido, (…) Que las mil quinientas libras que pude para municiones el castillo de Alicante se libren de la baylia de Orihuela, porque es mucho lo que el Reyno ha lecho este año y el passado, pues demás del servicio extraordinario de las cien mil libras ha dado con que fortificar los castillos de V. Md., exemplar no visto en los tiempos de atrás, y ha imbiado a Milan por muchas armas, y assi conviene añadir les animo con que V.Md. mande proveer lo que ellos no puedieren, y lo mesmo se dize respecto de las pieças de artilleria para que V.Md. las mande dar de donde las huviere, y entodo mandara lo que fuere servido, Batista conarras Rx Guardiola Rx Clavero Rx” ACA. Consejo de Aragón. Leg. 561. Fol. 1/1.

114]AMA. Arm. 1. Lib. 15. Libro de Previlegis y Proviçiones Reals de la Ciutat de Alacant 1590 fins 1598. Fols. 198-199.

 

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© Copyright: Mª Isabel Pérez Millan, 2014.
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Ficha bibliográfica:

PÉREZ MILLAN, Mª Isabel. Las intervenciones de los ingenieros italianos en la fortificación alicantina durante la segunda mitad del siglo XVI. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de agosto de 2014, Vol. XIX, nº 1086 <http://www.ub.es/geocrit/b3w-1086.htm>[ISSN 1138-9796].


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