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La dimensiÓn pÚblica del arte contemporÁneo. El arte necesario: intervenciones artÍsticas efÍmeras en espacios pÚblicos

El arte necesario: intervenciones artísticas efímeras en espacios públicos (Resumen)

El estudio de intervenciones artísticas efímeras en el espacio público busca entender los nuevos modos de contribución del arte a la construcción social. ¿Que forma de pacto social proponen estas manifestaciones? ¿En qué aspecto del orden social se encajan?¿Sería una forma de practicar el desorden?

El texto plantea una reflexión sobre la trascendencia político-social de esta acción benéfica, pacifista y poética que se ve en los espacios públicos y que actúa desde la empatía, el enfoque positivo y abierto a la participación de la comunidad y que son un contrapunto a la dimensión opaca de la sociedad -el miedo a la sociedad, al conflicto y a la tragedia social, entre otros-. Por otra parte, que estas sean dinámicas cada vez más presentes, demuestra el compromiso de las personas que no por ser ejercido desde una práctica política no institucionalizada, deja de ser político y quizá más eficaz.

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Necessary art: Artistic ephemeral interventions in public spaces (Abstract)

The study of artistic ephemeral interventions in the public space, wants to understand new ways of understanding the contribution of art to the social construction. What forms of social pact proposed these demonstrations? Which aspects of the social order are embedded? Would be a way of practicing disorder?

The text presents a reflection on the political and social significance of this positive, pacifist and poetry action you see in public spaces and serving since empathy, positive approach and open to the participation of the community, as a counterpoint to opaque dimension of society - the fear to society, to conflict and social tragedy, among others-. Moreover, these dynamics are increasingly present, demonstrates the commitment of people not being exercised in a non-institutionalized political practice, it ceases to be politically and perhaps more effective.

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“No serei o poeta de um mundo caduco.
Também não cantarei o mundo futuro.
Estou preso à vida e olho meus companheiros
Estão taciturnos mas nutrem grandes esperanças.
Entre eles, considere a enorme realidade.
O presente é tão grande, não nos afastemos.
Não nos afastemos muito, vamos de mãos dadas.”
(…)
“O tempo é a minha matéria, o tempo presente, os homens presentes,
a vida presente.”

Mãos Dadas, Carlos Drummond de Andrade (1902-1987)

 

La calle como espacio de debate es un buen fundamento para una sociedad democrática. El espacio público también es un espacio donde adquirimos información y conocimiento sobre la actualidad y sobre la vida misma. Un espacio de intercambio y de movimiento continuo. Seguidamente se presentan algunas intervenciones artísticas que ciertamente habitan a la vez diversas calificaciones: Activismo, arte efímero, arte contemporáneo, arte público. Sí, el termino arte público engloba más elementos de los que la mayor parte de las personas imagina. Muchas de estas obras trabajan en contra de la progresiva despolitización del espacio público y combaten la comercialización y privatización permanente del mismo.

En el espacio urbano es cada vez más común encontrarse con graffitis y adhesivos, de entre otras muchas intervenciones efímeras, escultóricas o performativas. Dentro del universo urbano algunas intervenciones artísticas efímeras se destacan por su calidad en términos políticos. Muchas de estas acciones promueven una sanación de lo social, al tocar en heridas de la sociedad en las que intervienen actuando en positivo frente a las problemáticas sociales. En otras, los artistas tienen el papel de comunicadores y catalizadores de energías sociales. En muchos casos la relación entre la obra y el lugar es tan fuerte que se amplía el sentido de aquella acción y que muchísimas veces reverbera a través de los medios de comunicación a todo el mundo de forma patente y memorable. Miremos alrededor:

Londres, Reino Unido.

Después del ataque terrorista del siete de julio de 2005, en que hubo más de cincuenta muertos y setecientos heridos, es imposible reaccionar con indiferencia al andar por la calle y encontrarse con imágenes como la de un terrorista “típico” que hace el movimiento de tirar una granada, pero que en sus manos tiene un colorido bouquet de flores. O una niñita que abraza con ternura un misil. Estas imágenes hacen que uno recuerde y reflexione sobre este problema colectivo.

Banksy utiliza su arte urbano callejero para promover visiones distintas a las de los grandes medios de comunicación. Esta intención política y activista de su obra puede estar influida por los Ad Jammers (movimiento que deformaba imágenes de anuncios publicitarios para cambiar el mensaje).

¿Pero pueden los graffitis de Bansky ser considerados arte público?

Arte público según Lucy Lipard es “cualquier tipo de obra de libre acceso que se preocupa, desafía, implica, y tiene en cuenta la opinión del público para quien o con quien ha sido realizado, respetando la comunidad y al medio.”[1] Para muchas de las intervenciones del misterioso graffitero los ayuntamientos ingleses hacen consultas populares y en la mayoría de los casos la gente quiere que sus obras no sean borradas, de modo que a partir de la respuesta positiva de la población, los propios técnicos del ayuntamiento hacen incluso un mantenimiento de estas obras. Uno de estos ejemplos es la del hombre desnudo, obra de Banksy, en Park Street, Bristol, en la pared de una clínica de enfermedades sexuales. Según consulta popular efectuada, el Ayuntamiento ha decidido que esta imagen no será borrada[2]. Por supuesto, mucha gente como Peter Gibson, portavoz de la campaña Keep Britain tidy, considera que su obra, como la de otros graffiteros es mero vandalismo y de hecho hay vandalismo y hay arte en la calle y lo que realmente no existe es una ciudad limpia.

Muro de Cisjordania, Belén, Palestina

El muro de Cisjordania construido a partir de 2002  por el gobierno del entonces primer ministro israelí, Ariel Sharón, a fin de evitar la infiltración de terroristas suicidas palestinos en Israel, suscitó críticas de la comunidad internacional por considerarla un símbolo de la segregación y en 2004 el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya lo declaró ilegal, ya que la barrera corta tierras palestinas y ha aislado a alrededor de 450.000 personas.

‘El País’ ha publicado el día 27 de diciembre de 2007 una noticia con el siguiente titular: “El muro de Cisjordania, una serpiente de graffiti: ‘Artistas sin barreras’, una organización compuesta por israelíes y palestinos, protestan a través del arte y la no-violencia contra la construcción del muro que se ha transformado en un destino obligado de los turistas.”[3]

‘Artistas sin barreras’ se ha reunido alrededor del muro para exhibir pinturas, proyectar películas, ofrecer conciertos, colgar fotografías o crear vídeos. En agosto de 2005, Banksy, probablemente invitado por esta organización, realizó murales sobre él en los territorios ocupados de Cisjordania, concretamente en Belén, Ramalah y Abu Dis, combinando varias técnicas.

En 2007, decenas de artistas locales e internacionales se han reunido en Belén, Palestina, para realizar la edición de este año del ‘Santa’s Ghetto’ donde han plasmado su graffiti en esta polémica barrera de verjas y hormigón de hasta ocho metros de altura que rodea Belén en tres direcciones. Además, han cedido gratuitamente sus obras a una galería, con fines benéficos. Fue su manera de llamar la atención e invitar a la reflexión a todo el mundo, celebrando la Navidad mientras Belén, la ciudad del nacimiento de Jesús, está rodeada por un muro que impiden a su gente desplazarse, trabajar o hacer su vida libremente.

Como ejemplo del poder de atracción que estas acciones tienen en los medios de comunicación y de su alcance de su capacidad de denuncia, cito también la noticia publicada en el periódico ‘El Mundo’: “La otra parte de la iniciativa, los graffitis en paredes de Belén y el muro de Cisjordania, son más bien alegorías pacifistas llenas de ironía, como una paloma de la paz con chaleco antibalas, o una pierna que atraviesa la barrera de hormigón, obra del artista español conocido como '3D'.”[4]

Otro ejemplo del reconocimiento del Arte Contemporáneo sobre las intervenciones de arte efímero en el espacio público, es la exposición ‘2008 Culturas’. En la temática ‘Fronteras: Un Mundo amurallado’ está el proyecto ‘Face2Face’ llevado a cabo por el fotógrafo JR, cuya obra desde 2001 consiste en transformar sus imágenes en grandes pancartas, haciendo exposiciones en las calles a escala de las grandes pancartas publicitarias. Según el texto de la exposición: “El proyecto ‘Face2Face’ se encuadra en la estrategia activista que JR ha puesto en marcha en distintos lugares de conflicto del planeta”. JR explica que ha viajado en 2005 por Oriente Medio en busca de entender porque Palestinos e Israelíes no pueden vivir en paz. El explica en el sitio del proyecto en Internet: www.face2faceproject.com que: “After a week, we had a conclusion with the same words: these people look the same; they speak almost the same language, like twin brothers raised in different families. A religious covered woman has her twin sister on the other side. A farmer, a taxi driver, a teacher, has his twin brother in front of him. And he his endlessly fighting with him. It's obvious, but they don't see that. We must put them face to face. They will realize. We want that, at last, everyone laughs and thinks when he sees the portrait of the other and his own portrait.”

El proyecto Face2Face consiste en retratos intuitivos, a menudo en blanco y negro de palestinos e israelíes con la misma profesión, o que ejercen la misma función social (como profesores, religiosos etc.), imprimir estas imágenes en gran formato y encolarlos en espacios urbanos donde su significado sea potente, por ejemplo en el Muro de Cisjordania JR declara: “We hope that this project will contribute to a better understanding between Israelis and Palestinians. Today, "Face to face" is necessary. Within a few years, we will come back for "Hand in hand".”

Centro de São Paulo, Brasil: ‘Prestes Maia’ la más grande ocupación vertical de la América Latina

São Paulo es una ciudad con una población de 10.406.166 habitantes, que vive en una desigualdad social extremada, y en la que la transformación social es una necesidad presente en todo. Actualmente la ciudad pasa por un proceso llamado de ‘revitalização do centro de São Paulo’ que engloba un proceso de gentrificación[5] y de criminalización de la pobreza. Con el proyecto de ‘revitalização’ el centro de la ciudad se ha tornado una área aún más deseada por la creciente especulación inmobiliaria. Muchos artistas y colectivos lucharon en contra de este proceso, un símbolo de esta lucha fue el movimiento ‘Integração Sem Posse’  en el cual decenas artistas y de colectivos como Esqueleto, BijaRi, Centro de Mídia Independente, Experiência Imersiva Ambiental, Elefante, Catadores de Histórias y A Revolução Não Será Televisionada apoyaron a los movimientos a favor de la vivienda del Centro de São Paulo, en especial el ‘Movimento Sem Teto do Centro’ en la ocupación de un edificio abandonado en la ‘Avenida Prestes Maia’. El ‘Prestes Maia’ fue la más grande ocupación de la América Latina. En él  vivían 468 familias desde 2002 hasta 2007.

Los artistas actuaron en la difusión de esta problemática social llamando la atención de las autoridades y de los medios de comunicación en general para difundir lo que acontecía en aquella ocupación: Desde como la policía trataba a los pobres hasta hablar del proceso de higienización del centro. Y lo hicieron con poesía, fundando una biblioteca, enseñado a leer y escribir, promoviendo fiestas, debates, realizando intervenciones en las fachadas del edificio y en las aceras[6].

Tuve la oportunidad de actuar como artista y ciudadana en este movimiento y lo que más llamó mi atención fue el espacio de encuentro y debate que se generó en la planta baja de aquél edificio. Espacio de encuentro entre clases sociales, lo que en el contexto brasileño y principalmente de la ciudad de São Paulo es absolutamente necesario.

La actuación de los artistas fortaleció mucho el ‘Movimento Sem Teto de Centro’ y promovió un gran retardo en la desocupación de edificio. Acerca de este movimiento André Mesquita, periodista brasileño, investigador de las relaciones entre colectivos de arte y activismo contemporáneo, reflexiona en su artículo: ‘Arte-artivismo: interferência, coletivismo e transversalidade’ que: “É da união entre artista e vínculo social que as novas formas estéticas de autogestão são ampliadas, convertendo-se em ferramentas de trabalho comunitário e ultrapassando uma mera transmissão de dados informativos e históricos, ou apenas satisfazendo a demanda de uma “novidade artística” comprometida com a tendência do momento.”[7]

 

 

Muchos artistas y colectivos, que actúan en líneas diversas y en diversos puntos de la ciudad, trabajan en el campo de la concienciación de las problemáticas sociales y de la corresponsabilidad del ciudadano en la construcción social. Mesquita, dice que no siempre las manifestaciones de arte efímero son reconocidas como arte, pero que lo más importante está en: “(…) salientar a forma como as recentes práticas artísticas coletivas se articulam com o ativismo. A vontade de se realizar ações, intervenções e performances na cidade, fragmentada por contradições sociais e econômicas e pelo aparato mercadológico da publicidade e da mídia, está intimamente ligada com a introdução de novos modos de engajamento político no cotidiano, transformando os artistas em agentes ativos e catalisadores de experiências, integrando arte e vida.” Mesquita argumenta en su artículo que además de realizar un trabajo de información  y denuncia de problemáticas globales o locales, estas intervenciones/acciones poéticas efímeras contribuyen a la recuperación del espacio público.

Periferia de São Paulo, Brasil

Otro proyecto interesante que trabaja en el campo de la descentralización de la producción artística y tiene como objetivo ampliar la circulación de la cultura en las periferias, es el JAMAC (Jardim Miriam Arte Clube), fundado en 2004 por tres artistas en el Jardim Miriam, barrio de la periferia en la región sur de São Paulo. El proyecto pretende transformar no sólo la vida de los moradores de la comunidad sino también de los propios agentes de esa iniciativa. El trío está formado por Mônica Nador, Lúcia Koch e Fernando Limberger. El “club”, además de realizar intervenciones con pinturas artísticas en el barrio, ofrece clases de pintura, fotografía y diseño, y una pequeña biblioteca. Primeramente, la actuación del JAMAC se basó en una intervención directa en las viviendas del barrio, con la ayuda de los moradores de la localidad, y con los cuales se creo enseguida un taller de producción de arte abierto a toda la comunidad, en el cual los artistas buscaban no solo socializar la técnica artística, como también la autoría de los trabajos.

Escuchemos las palabras de la artista Monica Nador: “Não penso que a arte possa transformar as estruturas sociais, mas acho cada vez mais difícil o exercício de uma prática que não inclua este fato. Para mim, é impossível trabalhar em um país como o Brasil sem considerar nossa realidade social. Não acho que vou mudar muita coisa, talvez nada, mas não quero passar batido. Há seis anos dedico todo o meu tempo ao Projeto Paredes Pinturas, um conjunto aberto de pinturas murais feito em bairros pobres das grandes cidades e em cidadezinhas do interior. Atualmente eu não tenho mais apego material em relação aos trabalhos de arte. Faço os projetos para os murais em qualquer lugar, no chão, sobre uma mesa qualquer, em cima do joelho... Agora há pouco, lá no Jamac, fiz um desenho junto com um garoto da comunidade. Nem ateliê tenho mais, só sobrou uma mesa, que costumo usar para ler e estudar. Hoje, meu ateliê é a rua.”[8]

Reflexiones a partir de la práctica artística: plaza Ministro Costa Manso, Centro de São Paulo, Brasil

La plaza esta en el centro de la ciudad rodeada por edificios decadentes. Un lugar con tesoros escondidos en su apariencia pobre: Centenares de familias, de niños. Mendigos duermen en los bancos, chavales haciendo pequeños robos. Madres jóvenes pasean con sus bebés, niños corren, hombres juegan el billar en el bar. Esta es la plaza Ministro Costa Manso, una plaza simple, donde no acontecen jamás grandes eventos, pero un lugar para la convivencia, donde pasear el perro, encontrarse un vecino, descansar. Un lugar con un grande potencial. Un lugar de nadie. Una plaza como otras, diferente de otras. São Paulo es una ciudad, y, por tanto infinita, un lugar donde todo puede existir.

 

 

O SESC (Serviço Social do Comércio de São Paulo) es una institución de carácter privado, sin fines lucrativos. Mantenida y administrada por empresarios del comercio sin recibir cualquier tipo de subvención del gobierno[9]. Por invitación de esta institución realicé en 2005 la experiencia de intervención artística participativa: ‘Corpo Coletivo: Fertilidades’[10] en la plaza Ministro Costa Manso. Esta intervención tuvo carácter puntual y experimental, con el objetivo, por parte del SESC, de estudiar las posibilidades de acción cultural en esta plaza. Para este trabajo, la unidad del SESC localizada cerca de esta plaza me encomendó una intervención para favorecer una utilización comunitaria y constructiva de ese espacio público.

La intervención consistió en una acción que resumidamente era la de elaborar conjuntamente algunas esculturas, ubicarlas, y embellecer simbólicamente la plaza llenando las jardineras vacías de la misma con flores, conversando sobre problemáticas locales en el transcurso del trabajo.

Durante la actuación en la plaza se trabajó de modo simbólico el cuidado del espacio a través del plantío de flores secas pintadas por la gente del local y a través del trabajo con las esculturas. La participación de las personas fue excelente, se materializó el trabajo comunitario, pero al acabar éste, muchos de los moradores retiraban las ‘flores’ y las llevaban a sus casas.

¿Qué comunica esta actitud? ¿Qué revela? ¿La ausencia de conciencia acerca del público como un espacio comunitario? ¿No seria esta reacción un síntoma que nos muestra cuanto carece de trabajo específico acerca del valor de lo societario aquel espacio de São Paulo?. A través de esta experiencia, constaté cuan preciso es vincular cada vez más el arte al espacio público, para que este pueda ser visto y consumido a largo plazo, por todos, y gratis, como una de las formas de trabajar la noción de lo comunitario basada en la práctica, en la experiencia misma de ese espacio, concienciando sobre en su uso y en su cuidado. La valorización del espacio público no es natural, es cultural. Para que se comprenda así, es fundamental proporcionar a las personas situaciones en las cuales les sea posible crear vínculos afectivos entre las personas a través de ese espacio y al espacio en si. Al construir la plaza –el espacio público-, ella nos construye a nosotros, una práctica externa que reverbera internamente, pudiendo generar nuevos pensamientos y nuevas posturas.

En cambio, la falta de vínculos nos puede llevar a otras consecuencias, como apunta el Profesor Renato Janine Ribeiro, titular de Ética e Filosofía Política en la Universidad de São Paulo, en su artículo ‘Novos elos sociais: a internet como espaço democrático’: “Todos nos queixamos do enfraquecimento do vínculo social. Quem estuda a criminalidade diz que o fortalecimento do vínculo social é excelente antídoto contra ela, contra a degradação da vida social. Como fortaleceremos o elo social sem ser pela simples nostalgia de formas que dificilmente vão voltar, mas pensando no novo (…)”[11]

 

 

Del Arte al arte

¿Es el arte efímero parte del proceso de uso del espacio urbano?

Hay una fuerza motriz que impulsa a muchos seres humanos, que es la de trabajar por aquello en lo que uno cree. Muchos artistas colocan su talento al servicio de una causa colectiva. El pintor-arquitecto-soñador austriaco Friedensreich Hundertwasser Regentag (1928,Viena; † 2000) defendió y actuó en el sentido de nuestro derecho a intervenir en la ciudad. En Dusseldorf, el 27 de febrero de 1972, hizo público su manifiesto “Tu derecho a la ventana, tu deber hacia el árbol”: “Nuestra existencia está perdiendo dignidad. Pasamos por delante de fachadas grises y estériles, sin darnos cuenta que estamos condenados a vivir en celdas de cárcel. Si queremos sobrevivir, todos tenemos que actuar. Cada uno de nosotros debe diseñar su propio ambiente. No puedes quedarse esperando a que las autoridades te concedan el permiso. Los muros exteriores te pertenecen tanto como tu ropa y el interior de tu casa. Cualquier clase de diseño personal es mejor que la estéril muerte. (…) Hay que ignorar los reglamentos que prohíben o restringen este derecho. ”

La actuación de los artistas citados anteriormente son un ejemplo de una nueva energía social, una acción benéfica, pacifista y poética que se ve en los muros, en los balcones, en las plazas, en las calles. En diversas ciudades, en muchos países. Como expresa David Avalos (Group Material) acerca de lo que muchos artista piensan y hacen: “No concebimos el arte como un simple reflejo de la sociedad. Concebimos el arte como un vehículo para hacer sociedad, para crear futuro, para activar las personas”[12]

Jacinto Rodrigues expresa el cambio que se da en la posición del artista en la sociedad en su estudio sobre Joseph Beuys, fundador del concepto de escultura social, defensor de la importancia de la participación de los ciudadanos o de las personas en proyectos y que cree en las transformaciones generadas a partir de la vivencia adquirida en los mismos proyectos: “Actualmente, se da un abandono del papel divino del productor de arte, para que quepa a los otros el papel de creadores autónomos. Pero no se pretende apenas ese cambio del sujeto objeto. Se trata ahora de la posibilidad de que toda la gente pueda participar en este doble juego de producir y usufructuar del arte, transponiendo esta frontera que separa el artista del no artista.” [13] Esta cita ilustra la amplitud de este cambio de mentalidad que se expresa en estas intervenciones artísticas, llevadas a cabo por personas, colectivos o espacios independientes que actúan incentivando al ciudadano común, a la persona a tomar parte en el hacer de la ciudad, promoviendo una vida urbana más creativa y colectiva. Estimulando una mayor participación activa de las personas en lo político desde la utilización del espacio público y de una forma alternativa al mercado.

Por otra parte, algunos son críticos con estas iniciativas por su carácter provisional, otros por su carácter estético, olvidando la necesidad política y expresiva de estas intervenciones artísticas, que además, no pretenden sustituir otras formas de arte público. Félix Duque en su artículo “Un contaminado lugar de encuentro” considera ingenua, utópica y románticas propuestas como las de Joseph Beuys. Duque coloca que “Esta propuesta de apoyo al pueblo sano, esta “disolución democrática” del arte en la vida cotidiana del ciudadano, de un arte entregado -o más bien devuelto- al “bien público” (…) “la idea de que el pueblo podría transfigurarse artísticamente en individuos creadores de obras al servicio de la colectividad, sin Dios ni amo, en las que la gente sólo se reconociera y celebrará a sí misma…” y continúa: “Y sin embargo, sólo en el seno de los nuevos espacios públicos producidos por el redevelopment urbanístico, por la estandarización de los resorts turísticos, debida a la globalización de los transportes y de las comunicaciones, y por el asombroso cruce de lo primero y la segunda en los llamados “parques temáticos”, solamente -digo- en ese novedoso espacio político de una cultura en la que el trabajo y el ocio intercambian sus funciones y pierden sus aristas distintivas puede surgir, a la contra, el arte público.”[14]

A partir de la aportación de Duque podemos reflexionar acerca de los distintos modos de pensar el espacio de la ciudad, como por ejemplo el que describe Patxi Lanceros en su reseña sobre el libro ‘Sociedades Movedizas’ de Manuel Delgado: “Viejo litigio entre la ciudad y lo urbano (H. Lefebvre), o entre polis y urbs (I Joseph) (…)Por un lado la ciudad, su universo de significados que pueden ser planificados o diseñados (según sea la perspectiva moderna o posmoderna); por otro lado la dinámica, el movimiento, el tránsito, lo inquieto o inquietante (…) la inundación de las ‘coaliciones peatonales’ que pueden convertirse en manifestación, en algarada, en motín: que pueden parecer momentáneo ‘estado de excepción’ y que, sin embargo, son la norma (pragmática) de lo urbano -expuesto en y a los actos y los usos- frente a la forma (sintáctica y semántica) de la ciudad.”[15]

¿Es el arte efímero parte del proceso de recuperación del espacio urbano?

El espacio público es un espacio de paso, los que tienen tiempo de disfrutarlo son personas privilegiadas, no sometidas al tiempo económico. La mayoría, tenemos solamente el poco tiempo suficiente para atravesarlo. Además, las calles se han convertido en el artículo de lujo de la cultura publicitaria, presente en todos los lugares y en todos los tamaños, mientras que las manifestaciones de la cultura y la sociedad se encuentran bajo amenaza, como podemos ver por los ataques de la policía contra los graffitis, los carteles, la mendicidad, el arte urbano y las iniciativas de jardinería popular entre otros.[16] Están criminalizando rápidamente todo lo que hay de realmente público en la vida de las ciudades. La profesora Ursula Franklin de la Universidad de Toronto dice: “Imagino la realidad en que vivimos como si fuera una ocupación militar. Hemos sido ocupados tal como lo fueron los franceses y los noruegos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez por un ejercito de publicitarios. Debemos recuperar nuestro país de manos de quienes lo han ocupado en nombre de sus manos mundiales.”^[17]

Del arte al Arte

¿Cuál es el valor político del arte efímero?

Si volvemos atrás y miramos el origen del arte efímero en el espacio urbano contemporáneo nos remontamos a los años sesenta, y observamos cómo este fenómeno va ganando más consistencia a partir de la década de los noventa cuando el término “arte público” pasa a englobar dos nuevos significados: El primero, la construcción de espacios públicos a partir de trabajos de equipos compuestos de arquitectos, diseñadores, artistas, psicólogos ambientales entre otros. Y el segundo, los eventos de arte efímero: intervenciones, performances, artes interactivos y participativos que muchas veces también son elaborados por colectivos o equipos multidisciplinares. En este repaso es importante que citemos el ‘Reclaim the Streets’ (RTS) como uno de los movimientos sociales más importantes en el ámbito de la lucha por la reconquista de espacio público.

En este rápido viaje percibimos que el origen del arte efímero está ligado a los movimientos artísticos más politizados, a una necesidad de reivindicar espacios, derechos y también a una fuerte necesidad de expresión. De todo esto lo más importante es que es una energía social que viene de abajo para arriba, de la población a la sociedad y no del Poder a la gente. Y es ya por está característica un arte más público, más de persona a persona.

Hoy día existe una increíble proliferación de eventos culturales y los más diversos programas de arte público. Algunos como el Public Art Fund (Nueva York) y el ‘Sculpture Projects Münster’ (Münster) mezclan arte efímero con arte público perenne. Otros realmente se centran en intervenciones de arte efímero como el Interferencia (Barcelona), el Pocs, Project for Open and Closed Spaces (Barcelona), el Madrid Abierto (Madrid), el FAC Festival d’Arte de Carrer (Sant Adrià de Besòs, Barcelona), el Project Públic (bario de Gracia, Barcelona), el Arco Urbano, la versión novedosa para el 2009 de la feria de arte Arco (Madrid), el Idensitat que en su última convocatoria actuó entre las ciudades de Calaf, Manresa y Mataró (Barcelona) para citar algunos en el contexto español.

De forma general el hecho de que el concepto de arte público esté en debate, ya es positivo por si solo. Más aún es que este debate nos resulte en un arte más cercano al día a día y que se enfoque a una forma más interactiva, preocupada en ampliar la audiencia del arte e involucrarse directamente en cuestiones relevantes para la población local en cuestión. Por ejemplo, el programa Madrid Abierto, que está en su quinta edición, tiene como proyecto de arte público la propuesta “de profundizar en una actividad artística, entendida como una practica de activación y de interacción con otros agentes, procurando ofrecer al conjunto de los ciudadanos otras miradas y otras propuestas de participación diferentes a las realizadas en los espacios habituales de los museos, la galería, el centro de arte o la feria.”[18]

Conclusiones

El arte necesario

La buena noticia está en las calles: Si miramos con atención las intervenciones de arte efímero, identificamos una fuerza motriz en común, que esta en la búsqueda de hacer algo, de decir algo, de fomentar encuentros, reflexiones, mínimos cambios de postura. Un arte político. Un arte que tiene una dimensión curativa del social. La trascendencia político-social de estas intervenciones efímeras, tiene mucho que ver con su planteamiento desde la empatía, el enfoque positivo y abierto a la participación de la comunidad y que son un contrapunto a la dimensión opaca de la sociedad: El individualismo, el miedo a los miedos de la sociedad, al conflicto y a la tragedia social entre otros.

Por otra parte, que estas sean dinámicas cada vez más presentes demuestra el compromiso de las personas y que, no por ser ejercido desde una practica política no institucionalizada, deja de ser político y quizá más eficaz.

Como ha dicho el escritor José Saramago, en el debate “Quixote hoje: utopía e política” del Fórum Social Mundial en Porto Alegre, (2005): “O que transformou o mundo não foi a utopia, foi a necessidade”. Transformar es sin duda una de las potencialidades del trabajo artístico. Esta fuerza esta implícita en el arte y puede ser usada tanto por el poder político para embellecer y seguidamente especular un espacio urbano, como por los ciudadanos organizados como un movimiento para luchar en contra, e incluso de forma concomitante.