En EPP solemos trabajar con análisis de redes sociales. Las redes sociales nos permiten entender las propiedades y características de hechos sociales más allá de la mera agregación de los individuos. Las redes nos permiten llegar a dimensiones relacionales como es, por ejemplo, la toma de decisiones y también nos ayudan a comprender e incluso pronosticar la sociedad del mañana.
Aquí un buen ejemplo de redes: un cónclave de cardenales. Con la muerte de Juan Pablo II en abril de 2005 se abrió un proceso de sucesión en el seno del Vaticano que levantó gran interés debido al largo papado de Karol Wojtyla. El análisis de redes nos permitía prever el nombre tras la fumata blanca. Para construir esta red buscamos, en la documentación oficial del Vaticano, en qué congregaciones participaba cada cardenal, y por tanto, con qué otros cardenales solía coincidir en encuentros y en orientación.
El resultado de la red es interesante. Es una red muy compacta, altamente cohesionada, donde se aprecia fácilmente un centro muy denso. El nodo más central, el que más relacionado era Eduardo Martínez Somalo. Hasta aquí uno podría aventurarse a señalarlo a él como el próximo papa. Sin embargo, el número de relaciones no es todo. Hay que prestar atención a la posición social y al significado de esas relaciones. Eduardo Martínez Somalo tenía una posición central y predominante por el cargo de Camarlengo que ostentaba. Era el actor más central porque ese era su trabajo. ¿Entonces quién tenía más posibilidades de ser el nuevo papa? Iba a ser el siguiente actor más central: el cardenal Joseph Ratzinger. Su posición como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y su ascendencia intelectual dentro de la Iglesia lo colocaron en una posición privilegiada dentro de la red de cardenales en aquel momento.
Ahora bien, ¿se podría predecir el siguiente Papa con la misma lógica? Nosotros pensamos que no necesariamente. Las redes sociales tienen unas estructuras, dinámicas y propiedades que podemos medir y procesar estadísticamente. Pero la belleza de las redes sociales está en que son contextuales. Por tanto, para interpretar adecuadamente los indicadores que obtengamos debemos entender el entorno social de la red. Quizá Jorge Bergoglio fue elegido, precisamente, por no ser de los cardenales más centrales de la red en un momento especial para la Iglesia Católica.
Si quieres conocer más nuestra visión sobre el análisis de redes y los estudios de futuro te invitamos a leer este artículo de José A. Rodríguez: Networks and the future: A new methodological approach to envision and create the network society of tomorrow