D. A. Parrino, Beltrán Vélez de Guevara, marqués de Camporeal. De D. A. Parrino, Teatro eroico..., Nápoles, 1694, III, p 478.
/Beltrán Vélez de Guevara, marqués de Campo Real
?? - Cagliari, 1652
"Fu molto intempestiva la perdita di questo personaggio; e tale che privò la Corona d’un ministro c’havrebbe renduti servigi non minori di quelli, che fece alla Monarchia il conte suo fratello; sicome infatti S.Mg. l’haveva destinato Ambasciatore al Pontefice, per non lasciare oziosi i suoi belli talenti ma l’dispaccio Reale lo trovò già spirato" (Parrino 1692-1694, p. 480).
Beltrán Vélez de Guevara fue el cuarto hijo varón de Íñigo Vélez de Guevara, V conde de Oñate, que ocupó, entre otros cargos principales, el de embajador en Roma y Alemania, además de consejero de Estado. Nació en Turín a principios de siglo XVII. Tomó de niño el hábito de caballero de la Orden de San Juan, que tuvo que abandonar al convertirse en heredero del patrimonio familiar y recibir los títulos de marqués de Campo Real, señor de la Villa del Campo, caballero de la orden de Alcántara desde 1619 y administrador con goce de las encomiendas de Paracuellos y los bastimentos de Montiel de la Orden de Santiago. Su padre, el V conde, lo casó con su sobrina, Catalina Vélez de Guevara y Manrique, hija de Íñigo Vélez de Guevara, VIII conde de Oñate. Tío y sobrina aseguraron el futuro crecimiento de la casa con un heredero, Íñigo Vélez Ladrón de Guevara y Tassis, que llegó a ser X conde de Villamediana y Campo Real, marqués de Guevara y caballero de la orden del Toisón de Oro. Comenzó su carrera en la corte como gentilhombre de la Cámara de Felipe IV, y de su hermano menor el cardenal Infante don Fernando de Austria, al que acompañó a Flandes (1632), pasando más tarde a servir, siempre como gentilhombre de Cámara, al otro hermano del rey, el infante don Carlos. Por todo ello obtuvo importantes favores del monarca, el encargo de diversas misiones internacionales y su confianza dentro de la corte. Junto con su hermano Íñigo Vélez, en 1626 acompañó a su padre, el V conde, a Roma, donde entabló destacadas relaciones y completó su formación político-diplomática. En 1634 intervino junto con el cardenal Infante en la batalla de Nördlingen. Sin embargo, su intervención más destacada al servicio de la monarquía le llegó de la mano de su hermano Íñigo, al decidirse desde Madrid que le sustituyera en el cargo de virrey de Nápoles, mientras aquel se ausentaba para acudir a una campaña militar en los territorios de la Toscana, amenazados por los franceses. Permaneció en Nápoles de abril a septiembre de 1650. El conde le cedió todos sus poderes generales y prerrogativas particulares, y solicitó a las autoridades del reino la obediencia debida. Durante su gobierno promulgó tres pragmáticas y no dudó en contravenir las órdenes reales en asuntos como el nombramiento del regente Matías Casanatte. Se ganó la confianza y complicidad política de los más directos colaboradores en el gobierno del conde de Oñate, a la vez que supo mantener buenas relaciones con el rey. Tras su misión en Nápoles, Beltrán Vélez de Guevara fue nombrado virrey de Cerdeña, donde murió el 21 de febrero de 1652. Su carrera política en estos momentos se encontraba en pleno proceso ascendente, ya que el monarca parece que pensaba en él, siguiendo a su padre y a su hermano, como nuevo embajador español en la corte romana. Ana Minguito Palomares Doctora en Historia Bibliografia - A. Minguito, Nápoles y el virrey conde de Oñate. La estrategia del poder y el resurgir del reino (1648-1653), Madrid, 2011. |
/INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo consiste en explorar el papel mediador de los virreyes de Nápoles en el proceso de creación y difusión que llevó al arte y la cultura napolitanos del Seiscientos a situarse en el centro del escenario Barroco europeo.
Para alcanzarlo nos moveremos en el espacio delimitado por dos conceptos organizativos: el de circulación y el de escenificación. El primero de ellos queda reflejado en la disposición de los contenidos a modo de un atlas en el que, a través de diversos mapas y planos, trataremos de identificar los principales lugares en los que se hizo visible el mecenazgo de los virreyes. El segundo, en la evocación de los diferentes ámbitos geográficos que examinaremos como escenarios en los que el drama del poder fue representado mediante recursos narrativos propios del lenguaje barroco. Nuestro punto de partida fue la participación en el proyecto ENBaCH —European Network for the Baroque Cultural Heritage—, financiado por el programa Cultura de la Unión Europea y coordinado por la profesora Renata Ago de la Università di Roma La Sapienza. Este proyecto multimedial está compuesto por un total de 136 textos redactados por 36 investigadores de distintos países. Integrando antiguos mapas con mapas modernos, queremos invitar los lectores a un viaje entre España e Italia, tras la huella de los virreyes. En 2017 ha sido publicada una versión impresa del presente trabajo por la editorial Edicions UB |
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