Textos de la Era de la Perla
Cine fórum. Significando miradas
GLORIA LUÍS PERALVO
POESÍA, de Lee Changdong
POESÍA (“Shi”), de Lee Changdong
Gloria Luis Peralvo
Hace ya unos meses escogí esta película del listado de propuestas que nos pasó la cuidadora del Vídeo-Fórum, Marisé Clement.
Tengo que confesar que, primero, me atrajo su título que tenía mucho que ver con lo que yo estaba haciendo en ese momento. Segundo, al leer el argumento creí que me interesaría además por ser la historia de una mujer. Aunque también me frenaba el que la dirigiera un hombre, y ser además, de un país tan lejano como Corea del Sur.
Pero antes de confirmar a Marisé Clement mi elección, la vi en formato digital en mi casa; estaba sola porque me había tomado toda la tarde del domingo para mí.
Cuando acabé de verla, se me hizo un silencio interior, de esos que te sobrecogen el alma.
Me hizo brotar imágenes sin palabras que me traían vivencias y emociones antiguas; unas luminosas y oscuras otras. ¿Cómo me había tocado tanto esta historia de una mujer que vivía en una pequeña ciudad coreana? Saltando nacionalidades, culturas, … me había resultado completamente cercana. Tan cercana como pueda resultar a una mujer la relación cotidiana con la violencia masculina.
La narración estaba contada sin prisas, deteniéndose en los detalles, en las “minucias”, y además, aparentemente, era el relato de la historia de una mujer. Una mujer que parece que vaya siempre despistada; con una sensibilidad exquisita y con el alma disponible, va atendiendo a las cosas y la gente que la rodean; y ella les da tiempo a que le hablen.
Una mujer que se topa en su propia casa con la fuerza y la violencia masculina, como nos suele pasar a muchas de nosotras.
Eso la desconcierta, la hiere. Golpea la sustancia más genuina de su ser, la hace desfallecer. Por un momento quiere desaparecer, fugarse de la realidad.
Después de la rabia, del disgusto, quiere comprender, intenta hablar con su nieto y con los hombres implicados; pero no hay comunicación, no es posible la relación.
Ellos, los adultos, intentan usar su condición de mujer como mediadora, al estilo masculino: resolver la atrocidad con dinero. La protagonista se da cuenta y no se deja usar… sortea con su “despiste” la instrumentalización.
Aún así, sintiéndose al borde del abismo, busca, deambula, da vueltas.
Quiere huir de la salida “fácil” que le proponen los hombres, a la manera masculina.: o el enfrentamiento directo o la compensación monetaria que deja sin dignidad a la víctima.
Al final reúne la fuerza y la gracia necesarias para intentar ir más allá de la enormidad de la violencia cometida e intenta curar la herida con justicia … con poesía.
18 de mayo de 2013
Cuando ya tenía el borrador de esta introducción escrito, volví a ver la película … y me di cuenta, compartiendo mis dudas por teléfono con Milagros Rivera Garretas, de algunos interrogantes que no habían quedado reflejados en el texto anterior, y que quiero sacar a la luz con vosotras para luego hablarlos en el debate.
Uno es que el director nos presenta a una mujer aislada en el sentido que no la presenta relacionándose con otras mujeres: amigas, parientes… etc.
Y eso es una manera masculina de contar historias: abstrayéndolas de la realidad.
Otra cuestión es que, en el fondo, la historia de la película es la de un hombre –el director- que pide ayuda a una mujer –la protagonista-, para redimirse de sus culpas. Él espera nuestra piedad… (la de todas las mujeres que vemos la película) pero sin ponerse en juego.
Hace eso en vez de hacer algo más difícil, que deberían empezar a hacer los hombres de hoy en día: poner sobre la mesa su condición masculina para transformarla (puesto que no les gusta).
Pero esto último exige de un hombre poner en juego su sí mismo y dejar en suspenso la parte de sí que responde a esa masculinidad patriarcal que está incrustada en sus células.
Eso hace que esta película se quede en una “buena pelí” … pero no de el salto político y simbólico que podría haberla hecho una gran película.
Gloria Luis Peralvo, 23 de mayo de 2013
Síguenos en