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Agenda

XXVIII Seminario Público Internacional de DUODA

XXVIII Seminario Público Internacional de DUODA

Sábado, 06 de mayo de 2017

Soñar la casa y sus fantasmas


MAÑANA 10:00 – 14:00 h
  • 10:00 h Presentación del Seminario

  • 10:15 h LAURA MERCADER AMIGÓ
    Directora de Duoda y profesora de la UB
    La genealogia femenina de la casa natal

  • 11:30 h Pausa-cafè

  • 12.00 – 13.00 h MONICA FARNETTI
    Profesora de la Universidad degli Studi di Sassari
    En la morada quieta, tejiendo y riendo. La casa en los recuerdos de infancia de las escritoras

  • 13.00 h Debate

  • 13.30 h Pausa-Comida

  • TARDE 16.30-19.00 h.
  • 16:30 h Lectura de textos de la casa de la escritora italiana Anna Maria Ortese a cargo de Fina Rius

  • 17:30 h Debate i Clausura

  • Sin inscripción previa
    ENTRADA LIBRE

    Soñar la casa y sus fantasmas

    Laura Mercader Amigó

    La novela corta de Charlotte Perkins GiIman El papel pintado amarillo cerró el siglo XIX (se publicó en una revista en 1892 y en forma de libro en 1899). En ella el papel amarillo de la habitación de la casa de campo adonde se retira la protagonista para curarse el alma se convierte en un lugar de alienación. El XX lo inaugura el ensayo en el que Virginia Woolf reclama una habitación propia, Un cuarto propio (1929), un cuarto físico y psíquico para las mujeres escritoras. Lo primero que hacen las feministas de los 70 es desmantelar la casa patriarcal. Betty Friedan en La mística de la feminidad (1963) o Judy Chicago y Miriam Schapiro en el proyecto de la Womanshouse (1972).
    La casa ha sido el lugar que el patriarcado occidental, desde la polis griega hasta los Estados-Nación modernos, han identificado con las mujeres. La división sexuada del espacio público-privado, calle/casa y con ella la naturaleza de la política que ahí se ejerce han obstruido la percepción histórica y simbólica de la casa como lugar de la libertad femenina y de la política de las mujeres. En este Seminario de Duoda proponemos explorar lo imaginario y lo simbólico de la casa postpatriarcal y acercarnos a la experiencia de las mujeres del pasado con la apertura que da el pensar que el patriarcado no ha ocupado nunca la vida entera de una mujer, como he aprendido de María-Milagros Rivera Garretas.
    Fuera de la dialéctica entre espacio público/masculino y espacio privado/femenino, la casa se abre a la política, a la política como arte de conseguir la convivencia y la libertad humana, según definición de las filósofas de Diótima en Traer al mundo el mundo (1996). Hace ya años que las mujeres de Duoda nos dimos cuenta de que el lugar de la revolución feminista del siglo XXI ya no son las calles sino las casas, la casa de cada una de nosotras. La casa donde vivimos es el lugar por excelencia de la política de las mujeres, que es la política de la vida y el nacimiento –la política del cuidado, de la paz, del conflicto relacional, de la felicidad, etc..–, la casa es también el lugar privilegiado de la política sexual. Nacemos de mujer en una casa preparada por ella y nos pueden matar en otra en manos de un hombre con el que hemos elegido compartirla.
    Construirse escondites o cabañas es un juego infantil que parece que atraviesa las generaciones. Pero los niños y las niñas entablan con el espacio una relación distinta. Uno de mis juegos infantiles era el de crearme una casa para vivir con mis muñecas; se trataba de una auténtica casa con habitaciones donde, imitando a mi madre, aprendía a significarme en relación con ella, sin omitir que también jugaba al fútbol con los niños de mi clase. A mi hermano no le gustaba jugar en este sitio; él se construía cabañas para defenderse de los “enemigos” imaginarios. Lugar de acción interior o lugar de defensa exterior, son dos modos de significar psíquica e históricamente la casa en femenino y en masculino. Lo cual no quita que también yo me sumara a los juegos de mi hermano o que algunos niños jueguen a las muñecas. Según Marguerite Duras en La vida material (1987), las mujeres creamos casa y los hombres las construyen.
    A las mujeres occidentales del siglo XXI, plenamente incorporadas al mercado laboral,
    nos sigue interpelando la creación de casas. ¿Cómo vivimos las mujeres los espacios: la casa, el despacho y otros lugares de trabajo, la calle, el mercado, etc.? Hay un saber intuitivo que nos lleva a reconocer enseguida si un espacio (un despacho, un piso, una mesa de restaurante, etc.) está ocupado o es utilizado por un hombre o una mujer. Observando los despachos de mis colegas, veo que las mujeres tienden a llevar la memoria de la casa a la universidad (fotografías de hijos e hijas, nietos o nietas, ramos de flores, bandejas de caramelos, etc.). Los hombres que llevan algo personal ponen imágenes que los representan como profesores universitarios, (cuadros de su colección, imágenes de su profesión o sus libros).
    ¿Cómo afecta la capacidad del cuerpo femenino de ser matriz de otra vida a la relación con los espacios que habita y sus objetos? Las Femmes-Maisons (1947) de la artista francesa Louise Bourgeois han sido interpretadas en los dos sentidos de la facultad de albergar del cuerpo de las mujeres y la identificación patriarcal de la mujer con la casa. En un cierto momento de la gestación, a las mujeres les viene la preocupación de preparar la casa y el cuarto para su criatura. Cristina Faccincani, psicoanalista que forma parte de Diótima, me contó que está probado que muchas de las psicopatías más graves están vinculadas con la dificultad de las madres de hacer sitio psíquico y físico a su criatura. La identificación entre la casa y el ser la vivimos cuando nos roban: el miedo no viene de los objetos o del dinero sustraídos sino de la intimidad vulnerada. La casa, mansión, cabaña o cuarto es importante en la vida y para la vida de una mujer más allá del paradigma burgués occidental.
    ¿Cómo incorporamos la casa natal a nuestras casas de adultas? Recuerdo la resistencia que opuse y el daño que me hizo el dejar la casa en la que había nacido y crecido por otra que mi padre y mi madre decían que era mejor. Aquella casa no me abandonó nunca, ni las otras en las que viví durante la infancia. Mis casa de adulta las han incorporado. ¿Qué tiene nuestra relación con la casa de la memoria materna? La casa es el lugar de la genealogía femenina; en la casa las mujeres podemos proyectar los fantasmas o la luz materna. Por ejemplo, el hecho de que yo no sintiera mi habitación de adolescente como propia ha marcado la relación con mi cuerpo y mi deseo de tener una casa para mí. Cajones, cofres y armarios pueden convertirse en lugares del horror o de la felicidad en función de la significación infantil o juvenil que les diéramos o que les dio nuestra madre o quien estuviera en su lugar. La escritora y psicoanalista Lydia Flem en Comment j'ai vidé la maison de mes parents (2004) explica el proceso de vaciado de la casa paterna y materna como una práctica del luto. Las Cel·les (1989) de Louise Bourgeois, lugar de tortura, apelan al maltrato del padre. La artista visual Eugènia Balcells hizo un homenaje a la casa materna y con ella a la casa de todas las mujeres en su En el cor de les coses (1999).
    Mediante obras visuales, novelas, poemas y ensayos de mujeres intentaremos explorar algunas de estas preguntas y cuestiones para hacer simbólico de la casa postpatriarcal, la casa de la libertat femenina.

    (Traducción al castellano de María-Milagros Rivera Garretas)

    Lugar de celebración

    Parc d’Humanitats de la Universitat de Barcelona. Can Jaumandreu.
    C/ Perú 52. 08018 Barcelona

    Hora: 10:00h hasta 19:00h
    Importe: ENTRADA LIBRE
    Más información: duoda@ub.edu +34 93 448 13 99

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