La escritura en el centro de Europa (siglos VI / VII - IX) La zona del centro de Europa, sobre todo de Francia, constituye una zona de gran interés para el estudio de la historia de la escritura. Es una de las zonas en que se puede hablar con más propiedad de escrituras precarolinas, puesto que la escritura que se utilizará en esta zona influirá en el desarrollo de lo que será después la minúscula carolina. Hay una gran riqueza escrituraria puesto que se mantiene la administración según el modelo romano, hecho que comporta la confección de documentos legislativos (códigos jurídicos, actos conciliares y documentación pública -real- y privada); por otro lado, también, el papel que juega la Iglesia Romana en su lucha contra el arrianismo, utilizando en esta confrontación la fundación de monasterios benedictinos y también monjes procedentes de Irlanda. En estos monasterios la actividad gráfica será notable, sobre todo en la copia de códices. Tenemos por lo tanto dos usos de la escritura muy bien diferenciados: la escritura documental y la escritura libraria.
Con el uso de la escritura para la redacción de documentos surgirá la escritura merovingia, es decir, aquella minúscula conservada a través de los documentos y diplomas merovingios. Su origen está en la minúscula cursiva romana, pero presenta muchas ligaduras, un trazado muy ondulado y carencia de astas verticales que se prolongan por la parte inferior. Su uso está básicamente restringido a la cancillería, aunque también se utiliza en las diferentes escribanías que redactan documentos privados, siempre a mano de escribanos más o menos profesionales o mínimamente letrados.
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