Alasdair MacIntyre


"Cada uno de nosotros, individualmente y en tanto que miembros de grupos sociales concretos, busca encarnar en el mundo social y natural sus propios planes y proyectos. Una condición para lograrlo es convertir en posiblemente predecible gran parte de nuestro inundo social y natural; la importancia que tienen en nuestras vidas las ciencias sociales y naturales deriva por lo menos en parte, aunque sólo en parte, de su contribución a este proyecto. Al mismo tiempo, cada tino de nosotros, individualmente y en tanto que miembros de grupos sociales en particular, aspira a preservar de invasiones ajenas su independencia, su libertad, su creatividad y la íntima reflexión que gran papel juega en la libertad y la creatividad. Queremos revelar de nosotros solo lo que consideramos suficiente, y nadie desea revelarlo todo, excepto quizá bajo la influencia de alguna ilusión psicoanalítica Hasta cierto grado necesitamos permanecer opacos e impredecibles, en particular si nos vemos amenazados por las prácticas predictivas de los demás. La satisfacción de esta necesidad, por lo menos hasta cierto punto, proporciona otra condición necesaria para la vida humana tenga sentido o pueda tenerlo. Si la vida ha de tener sentido, es necesario que podamos comprometernos en proyectos a largo plazo, y esto requiere predecibilidad; si la vida ha de tener sentido, es necesario que nos poseamos a nosotros mismos y no que seamos meras criaturas de los proyectos, intenciones y deseos de los demás, y esto requiere impredecibilidad. Nos encontramos en un mundo en que simultáneamente intentamos hacer predecible al resto de la sociedad e impredecibles a nosotros mismos, diseñar generalizaciones que capturen la conducta de los demás y moldear nuestra conducta en formas que eluden las generalizaciones que los demás forjen. Si éstos son los rasgos generales de la vida social, ¿cuáles serán las características del mejor conjunto de generalizaciones acerca de la vida social de que sea posible disponer?

Parece probable que tengan tres importantes características. Estarán basadas en una gran cantidad de trabajo investigador, pero su carácter inductivo se mostrará en su fracaso en proporcionar leyes generales. No importa lo bien planteadas que estén, incluso las mejores tendrán que admitir contraejemplos, ya que la constante creación de contraejemplos es un rasgo de la vida humana. Y nunca podremos decir de la mejor de ellas cuál es con exactitud su alcance. Naturalmente de todo ello se sigue que nunca conllevarán conjuntos bien definidos de condiciones de verificación. No estarán precedidas de cuantificadores universales, sino de frases como "Típicamente en la mayoría...".

Pero como apunté al principio, estas resultan ser las características de las generalizaciones que los científicos sociales empíricos contemporáneos pretenden con razón haber descubierto. En otras palabras, la forma lógica de estas generalizaciones, o la carencia de ella tiene sus raíces en la forma (o la carencia de ella) de la vida humana. No nos sorprendería o decepcionaría que las generalizaciones y máximas de la mejor ciencia social compartieran ciertas características con sus predecesores, los proverbios populares, las generalizaciones de los juristas, las máximas de Maquiavelo. Y ahora podemos volver sobre Maquiavelo."

  • MacIntyre, Alasdair: Tras la virtud, Ed.Crítica, Barcelona, 1987. P. 135-136.