Jürgen Habermas


"Lo cual es algo distinto a un llamamiento en favor de la desobediencia civil. La decisión de correr un riesgo de esta naturaleza debe tomarla cada uno por sí mismo. El "derecho" a la desobediencia civil se encuentra con toda evidencia en la divisoria entre la legitimidad y la legalidad. Y el Estado de derecho que persigue la desobediencia civil como si fuera un delito común incurre en la resbaladiza pendiente de un legalismo autoritario. La consigna acuñada por juristas, propalada por periodistas y aceptada por políticos de que, la ley es la ley y la necesidad es la necesidad se corresponde tanto con la mentalidad como con la convicción de aquel juez nazi de la marina que sostenía que lo que había sido justo una vez tenía que seguir siéndolo forzosamente. La desobediencia civil en el Estado de derecho tiene la misma relación frente a la resistencia activa contra el despotismo que el legalismo autoritario en el Estado de derecho frente a la represión pseudolegal del despotismo. Lo que pudo parecer una verdad de perogrullo a partir de 1945 no encuentra hoy fácilmente audiencia. El positivismo de la concepción de la seguridad contra los enemigos interiores y exteriores puede apoyarse en un positivismo del pensamiento histórico que es estructuralmente análogo al anterior. Desde el momento en que los precursores neoconservadores han elevado a deber nacional la unanimidad en cuanto a los pasados positivos, las positividades falsas del presente encuentran su fianza histórica en las del pasado. Es la misma actitud espiritual, en lo militar, en lo histórico y también en lo jurídico, que se aferra tanto más testarudamente a los valores inequívocos, cuanto más tiembla la tierra bajo sus pies. Y, sin embargo, jamás ha tenido la ambigüedad una existencia más palpable que en esas armas que se perfeccionan para no emplearlas nunca. Si es cierto que las superpotencias están preparándose para retornar a la univocidad de guerras que puedan ganarse, incluso en la era atómica, se repite entonces en la utopía de la seguridad la misma estructura mental que en esa confusión iuspositivista de la democracia fuerte, que trata de poner término a la ambigüedad de la desobediencia civil. El legalismo autoritario niega la sustancia humana de lo multívoco precisamente cuando el Estado de derecho se alimenta de dicha sustancia."

  • Habermas, Jürgen: Ensayos políticos, Península, BCN, 1988. P. 70-71.