Problemas para la obtención del divorcio.

El divorcio por prejuicios es el de más difícil obtención, ya sea por la naturaleza del prejuicio o por la prueba presentada. Aunque se considera que todo prejuicio que hace la vida conyugal imposible puede ser motivo de divorcio (art. 56, par. 1), algunos jueces se niegan a considerar golpes y heridas como prejuicio. Por otro lado, aunque la prueba se pueda aportar por todos los medios, ciertos tribunales se niegan a ella porque en cualquiera de los casos por los que la mujer pueda pedir el divorcio, la aportación de testigos o de certificados médicos que demuestren malos tratos por parte del marido, no prueban que éste haya actuado en contra de lo que marca la ley. El medio más seguro es la condena del marido por vía penal pero, por la presencia de hijos o de intervenciones de las familias, la mujer recurre pocas veces a esta solución.

 

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