Pautas de coerción ideológica: la Sección Femenina de Falange.

La Sección Femenina fue fundada en 1934 por J.A. Primo de Rivera, siendo liderada por Pilar Primo de Rivera. Completamente subordinada al mando de Falange Tradicionalista y de las JONS, no contó con un número considerable de mujeres inscritas hasta 1936, con 2500, divididas en 18 secciones. Durante la guerra se dedicó a labores asistenciales y a cuidados dirigidos a los soldados y a los hijos de estos en la retaguardia, la organización de estos servicios la hacía Auxilio Social, en 1939 se reorganizó y ya contaba con 11000 mujeres. En los 40-50 fue un complemento importante del régimen, especialmente como apoyo al aparato ideológico y propagandístico, con el propósito de educar a las chicas y mujeres incorporadas como una elite que adoctrinaría al resto de la población femenina. La S.F. concentró sus atenciones en una absoluta aculturación de la mujer. Buscando armonizar con un concepto de mujer directamente ligado a la legislación creada , sus principios teóricos derivaban de la exaltación de la maternidad y la feminidad en el centro de la idea de la mujer como un ciudadano de 2ª clase, basándose en conceptos de la tradición católica: desde los padres de la Iglesia, la Contrarreforma al pensamiento conservador decimonónico, bebiendo más o menos de las mismas fuentes que el resto del Movimiento Nacional . Un "conocimiento aplicado" que no era más que un cúmulo de apriorismos enlazados, luego difundidos por personajes como J.M. Pemán, panegirista del régimen, como el Padre Delgado Capeáns, por Mª Pilar Morales, por Carmen Buj, defensora de un abstruso "feminismo cristiano". Órganos portavoces de la Sección Femenina eran las revistas Medina, Revista para la mujer y Consigna para la enseñanza. La S.F. llegaba a la Universidad, las escuelas, los municipios, los barrios (y había campamentos, albergues, bibliotecas...), buscando encaminar ambiciones laborales y económicas a sensibilidades asistenciales y de sacrificio.

La S.F. gestionó el Servicio Social, institución de obligado paso para las futuras trabajadoras de administraciones públicas y para casi todo, con el objetivo de formar amas de casa y mujeres caritativas. En la industria las "delegadas de empresas" eran enlaces creados por el Sindicato Vertical para asegurarse el control obrero y comunicarse con la Patronal. En la agricultura la S.F. se presentaba como la Hermandad de la Ciudad y del Campo, se organizaban en Granjas-escuelas y cátedras ambulantes con las que repartían consejos sobre el cultivo de la tierra , con el pensamiento (notoriamente clasista) de formar obreras agrícolas.

En la Universidad actuó como apéndice del S.E.U., con el objetivo de organizar cursos, becas de estudios y el Servicio Social. G. di Febo piensa que las ínfimas condiciones de vida eran para las falangistas la realidad de la que partir para una intervención que no buscaba la transformación sino una especie de compensación.

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