La cultura de la marginación.

Los gitanos, como grupo marginado, carecen de los requisitos mínimos necesarios para la subsistencia. Gran parte de ellos carece de Seguridad Social y no reciben ningún tipo de ayuda institucional. Sus recursos tradicionales han sido ocupados por los payos o han quedado desfasados. Además de ello, viven concentrados por la fuerza en núcleos miserables e insalubres, de los que, además, se les trata de expulsarais el recurso a las vías tradicionales de adaptación marginal, muchos gitanos se han visto forzados a la anomia para resistir. Anomia significa la pérdida de los roles, la pérdida de criterios aceptados, de normas y jerarquías mantenidas, de explicaciones del mundo y causas de las cosas de los hombres; el olvido de la autoridad de los ancianos, la ignorancia de las obligaciones familiares, el desinterés por la ayuda mutua, por el nombre del linaje o la irregularidad de los matrimonios según criterios culturales gitanos. Todo ello refleja una desmembración social y una pérdida de su cultura tradicional.

Es necesario buscar soluciones; hay que tomar medidas sociales urgentes, para tratar de paliar la situación de la comunidad gitana española.


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