El sexo y la edad son los dos ejes de clasificación fundamentales en la organización social gitana. Derechos y obligaciones se distribuyen según estos dos criterios.

Los gitanos distinguen 4 grupos de edad. Desde el nacimiento hasta la pubertad se es hijo o niño. Desde la pubertad hasta el matrimonio se es mozo. El siguiente grupo es el de los casados. Finalmente, el último grupo de edad es el que corresponde a la madurez, que se entiende que se alcanza entre los 40 y los 50 años de edad. Cada grupo de edad tiene sus derechos y obligaciones propias.

La autoridad en la comunidad gitana está ligada a la experiencia y a la vejez. Se entiende que la sabiduría es consecuencia de la experiencia. Cuando un hombre llega a la madurez pasa a realizar las funciones de autoridad que se le reservan dentro de sus relaciones parentales. A partir de aquí gozará de una posición de autoridad que se extenderá a sus hijos casados y nietos. Si además logra el status de hombre de respeto su autoridad puede sobrepasar al grupo de parentesco y extenderse a otros grupos parentales.

El mozo y el casado son los brazos ejecutores de la autoridad del anciano. Se les asocia las cualidades de la valentía y la astucia, y son los encargados de defender a la familia.

La mujer gitana está supeditada al hombre, a los miembros de su familia mientras es soltera y a su marido cuando se case. Es el hombre quien toma las decisiones. La mujer casada siempre mantendrá su relación con su grupo de parentescos el marido se excede, los parientes masculinos de la esposa pueden intervenir en su favor.

La mozuela debe encargarse de cuidar a sus hermanos pequeños y ayudar a la madre en las tareas domésticas. La mayor virtud de la mujer gitana es su virginidad; además de la fidelidad al marido. Si a lo largo de su vida ha demostrado virtud, podrá llegar a influir las movilizaciones de su grupo de parentesco, aunque nunca tendrá poder.

Estos valores tradicionales se ven replicados hoy en día por las jóvenes gitanas, que se rebelan ante el principio tradicional de supeditación al hombre.