Marco Preliminar.

"El único grupo de norteamericanos que no tomaba parte en la tendencia liberadora del progresismo eran los negros, cuya suerte, en verdad, empeoró a medida que el siglo XIX llegaba a su fin. En los estados que antaño se habían separado de la Unión, los derechos civiles les eran constantemente negados a los negros.

Se hacía esto mediante una variedad de recursos, como la imposición de difíciles pruebas de alfabetización a las que tenía que someterse todo negro bastante osado como para tratar de votar, aunque no tenían que hacerlo blancos igualmente analfabetos. Además, en las elecciones primarias, a los negros, sencilla y llanamente, se les negaba el voto, porque, a fin de cuentas, la enmienda decimoquinta no dice nada acerca de las elecciones primarias. Por añadidura, se negaba a los negros toda esperanza de tener una probabilidad en la prosecución de la felicidad mediante una política de terror sistemática. La policía y los tribunales, abierta y a veces violentamente, discriminaban a los negros y, cuando ésto no era suficiente, estaban expuestos a ser muertos en motines raciales o linchamientos individualmente (es decir, matados sin ningún procedimiento legal). Aunque los blancos fuesen llevados a juicio por el asesinato de un negro, por cruel que hubiera sido el método o frívolo el motivo, no había modo de optener un jurado blanco (los negros estaban excluídos, por supuesto) que los condenase. Entre 1890 y 1900, un promedio de 166 negros fueron linchados con impunidad en los ex- Estados Conferederados.

La mayoría de la gente del norte y el oeste no se preocupaba por la dura situación de los negros. Habían desempaeñado su papel en la supresión de la esclavitud y esto les parecía suficiente.

Sin duda, no había ninguna presión para tomar medidas violentas contra los negros de los ex- Estados Confederados, pero esto obedecía a que los negros, en el resto dela nación, eran aún demasiado pocos, en proporción a los blancos, para plantera una amenaza política, aunque se les permitiese votar.

Socialmente eran discriminados en el norte y el oeste tanto como en el sur, y también económicamente, aunque ello no formara parte de una política estatal oficial fuera del sur, y no estaba confirmado por las leyes, y esto era importante. Significaba que el negro podía tratar de mejorar su situación, y, por escasas que fueran sus probabilidades, raramente sufría el castigo de un linchamiento (pero a veces lo hubo). El 14 de Agosto de 1908 una acusación de rapto por una mujer negra contra un negro (acusación que luego resultó ser falsa) dio origen a disturbios durante dos días en Springfield, Illinois -la ciudad natal de Lincoln- en los cuales fueron muertos ocho negros que no eran culpables de ningún crimen)".



Asimov, Isaac. Los Estados Unidos de la Guerra Civil a la Primera Guerra Mundial. Madrid. Alianza Editorial, 1995, pp 193-194.


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