Cronología y principales acciones de la lucha sufragista femenina.
La primera acción relevante del sufragismo inglés fue la acción llevada a cabo por John Stuart Mill en 1866 en el Parlamento por la que presentó una solicitud firmada por 1.500 mujeres que exigían que en la reforma del sufragio que se estaba debatiendo en ese momento se incluyera el voto femenino. En aquel momento tan sólo los cabeza de familia y los propietarios tenían derecho de sufragio.
La negativa a esta petición provocó la formación numerosas "Sociedades para el Sufragio de la Mujeres" durante toda la década de los 70. Estas sociedades, vinculadas a los partidos liberales buscaban que estos presentase proyectos de ley a favor de sus objetivos. Todas estas sociedades se unificaron en 1897 en la "Unión Nacional de Sociedades para el Sufragio de la mujer" (NUWSS).
La dirigente más destacada del sufragismo inglés fue Emmeline Pankhyurst, viuda de un doctor de tradición radical fundó en Manchester en 1904 la WSPU (Unión Social y Política Femenina). Pankhyurst había ingresado en las filas del socialismo en 1894 afiliándose con su marido en el Partido Laborista independiente. Por tanto, podemos ver en ella a un icono claro del panorama dibujado en los apartados anteriores en torno al sufragismo británico. Era una mujer perteneciente a la pequeña burguesía sin el paraguas de los ingresos maritales y por tanto obligada a conseguir unos ingresos suficientes para su manutención y la de sus hijos; se encontraba en una ciudad plenamente involucrada en la Revolución Industrial como era la Manchester de principios del XIX, y tenía unos vínculos políticos directos con el socialismo. Emmeline, fue totalmente apoyada por sus hijas que también fueron importantes figuras del movimiento.
La WSPU de Pankhyurst tenía una táctica diferente a la de la NUWSS. La segunda trataba de conseguir resultados mediante acciones que influyeran en el gobierno conservador de la época. Mientras que la WSPU, en línea con su componente socialista consideraba que este era un esfuerzo inútil (ya que la reforma buscada no interesaba al gobierno) y que la única manera de conseguir algún resultado era levantar a la opinión pública e interesarla sobre esta cuestión. Para ello era necesario llamar la atención a cualquier precio, y en este sentido hasta las acciones hostiles podían resultar útiles a la causa.
Las acciones realizadas por las miembros de la WSPU fueron muchas, entre ellas:
Irrupción en los mítines de los diferentes partidos políticos formulando la pregunta de si el partido en cuestión, una vez en el gobierno, daría el voto a las mujeres.
Con sus acciones y las respuestas de los aludidos solían provocarse desordenes y altercados en los que acababan siendo detenidas. En aquellos casos en los que se les daba a elegir entre una multa o la cárcel solían elegir el presidio para llamar más la atención de la sociedad con respecto a su lucha.
A raíz de la victoria electoral de los liberales en 1906, la WSPU vio la oportunidad de conseguir por fin su objetivo, trasladaron e intensificaron su actividad en la capital pero el gobierno liberal se negó a reconocer el sufragio feminino debido a diferencias de opinión dentro del mismo gobierno al respecto. Este es el detonante que hace que la acción de las sufragistas se intensificase y llegasen a hostigar a los miembros del gobierno, con las consiguientes detenciones y encarcelamientos.
A pesar de los costes personales de sus acciones la WSPU conseguía su objetivo de llamar la atención de la opinión pública.
Organizaban manifestaciones, y en la de 1907 en Londres la policía llegó a cargar contra ellas, lo cual provocó las protestas incluso de sectores sociales que no eran afines al sufragismo, como fue el caso de la prensa.
Las sufragistas se encadenaron a la verja de Downing Street, residencia del primer ministro e incluso llegaron a entrar en ella. Realizaban lanzamientos de octavillas desde globos. Organizaban mítines multitudinarios para los que fletaban trenes (en el de 1908 en Hyde Park, The Times calculó que 500.000 personas habían acudido).
En 1909 las sufragistas empezaron a declararse en huelga de hambre al ser encarceladas. La primera de ellas en hacerlo fue Wallace Dunlop.
En 1910 los liberales vuelven a ganar las elecciones con la promesa de reformar el derecho de sufragio. Lo cual provoca una tregua en la lucha de las sufragistas. Sin embargo una vez en el gobierno los liberales aclaran que se trata de universalizar el sufragio masculino y que el femenino deberá someterse a discusión en el parlamento.
Este hecho es interpretado como una traición por parte del WSPU, que radicalizará tanto su lucha que pasó a ser virtualmente una organización ilegal. En concreto el 1 de marzo de 1912 empezaron con lo que ellas llamaron "el argumento de la piedra", unas 200 mujeres rompieron todos los escaparates de la zona comercial de Oxford Street de Londres; y también lo hicieron en Downing Street. Pankhurst, que participó en los apedreamientos fue obviamente encarcelada, y otras mujeres pasaron a sustituirla en la dirección en la clandestinidad. Eran Christabele Pankhurst (hija de Emmeline) que había huido París para evitar la cárcel y Annie Kenney que le hacía de enlace semanal con Inglaterra.
A los apedreamientos le siguieron los incendios provocados y entraron claramente en una fase de guerra abierta con los poderes públicos en las que su intención ya no era solo llamar la atención sino también causar daños. Llegaron a hacer estallar bombas, escribir con ácido en jardines "votos para las mujeres". Emily Davison militante de la WSPU se arrojó a los pies de los caballos en el hipódromo y murió, su entierro dio lugar a las manifestaciones sufragistas más importantes.
Toda esta actividad de atentar contra todo salvo la vida humana continuó hasta la llegada de la I Guerra Mundial sin ningún resultado. De hecho, la virulencia de la lucha sufragista había hecho que los liberales abortaran su proyecto de universalizar el sufragio masculino por miedo a las consecuencias que el agravio comparativo habría podido acarrear.