"SOBRE LA IGUALDAD NATURAL entre hombres y mujeres y el origen social de las desigualdades, escribe en 1772 Mme. D`Epinay, en la línea de la obra de Poulain de la Barre: "Es evidente que hombres y mujeres tienen la misma naturaleza y constitución. Lo demuestra el hecho de que las mujeres salvajes sean tan robustas y ágiles como los hombres salvajes: así la debilidad de nuestra constitución y de nuestros órganos corresponden ciertamente a nuestra educación y es el resultado de la condición que nos asigna la sociedad(...) Sin duda serán necesarias muchas generaciones para que volvamos a ser tal y como nos hace la naturaleza, pero los hombres perderían mucho con ello".

Carta al Abad Galiani, París 14 de Marzo de 1772.