Defensa de la baja presión fiscal.


La nueva derecha sostiene que para estimular la recuperación económica e impulsar el crecimiento hay que "desregular" la economía y sobre todo reducir los impuestos, lo cual permitiría el funcionamiento pleno de los incentivos materiales. Paralelamente a la reducción de la inflación mediante la aplicación de una política monetaria contractiva, se han de reducir los impuestos con el objetivo de liberar la iniciativa privada, lo cual generará los incentivos necesarios para la inversión y la creación de riqueza. Una vez reducido el gasto público y el tamaño del estado se podrá reducir el déficit público, continuar con la reducción de impuestos y alcanzar un presupuesto equilibrado. Esto posibilitará el reencuentro de las fuerzas del mercado. La economía se recuperará y se relanzará el crecimiento.


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