Un pintor parisino decide retirarse a su casa natal en el campo, debido a una situación familiar compleja: está en proceso de separación debido a sus infidelidades con las modelos que pinta. Contrata a una persona para cuidar el gran jardín, que resulta ser un antiguo compañero de escuela. Ocurre una relación de amistad entre ellos: el pintor descubre la sencillez y franqueza del jardinero y aprende a mirar las cosas desde otro punto de vista. El jardinero sufre un posible cáncer en fase terminal que les hará afrontar la muerte y vivir el presente con más intensidad.