Màquina d'escriure

La història de la màquina d'escriure té el seu origen en el propòsit d'uns inventors de crear una màquina per escriure ràpidament. Es van dissenyar molts models per aconseguir crear-ne la més completa possible. El teclat, dissenyat per Charles Sholes en 1870, se'l va anomenar "qwerty", nom que correspon a l'ordre de la primera fila de caràcters del teclat. La màquina d'escriure de Sholes va ser la més exitosa. No obstant això, el teclat de la màquina d'escriure presenta una llarga evolució.

El teclat va adquirir diferents disposicions: forma circular, forma semblant al teclat d'un piano i, finalment, forma rectangular, totes elles disposant els caràcters en ordre alfabètic. Aquesta disposició alfabètica no resultava pràctica al escriure ja que, per exemple, els caràcters "i" i "e" solien polsar-se successivament i les barres dels caràcters xocaven. Per això, es van col·locar en extrems oposats del teclat. A més, els primers teclats només tenien majúscules, pel que es van anar realitzant avanços, però van ser necessaris anys per arribar a la tecla que avui en dia ens permet canviar de majúscules a minúscules.

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Conceptes relacionats:

Observacions: 
Maquinària.
Referència: 

Normal, Donald A. La psicología de los objetos cotidianos. Editorial Nerea S.A, 1990, 182-183 p. ISBN: 84-89569-18-5.

Text: 
“De todos los inventos mecánicos que caracterizan a nuestra era, quizá ninguno haya pasado con más rapidez al uso general que la máquina de escribir… Está llegando el momento en que casi eliminará a la pluma de acero tanto como ésta eliminó a la estupenda pluma de ganso gris”. La historia de la máquina de escribir es la de unos inventores dedicados de muchos países, cada uno de los cuales trataba de crear una máquina para escribir rápido. Intentaron muchas versiones en su lucha por lograr la que satisficiera todos los requisitos: funcionara, se pudiera fabricar a un coste razonable y se pudiera utilizar. Veamos el teclado de la máquina de escribir, con su distribución arbitraria, diagonal e inclinada de las teclas, y su disposición todavía más arbitraria de las letras en las teclas. El teclado normal actual lo diseñó Charles Latham Sholes en el decenio de 1870. A ese diseño se le da el nombre de teclado “qwerty” (porque en la versión estadounidense la primera fila de letras empieza por “qwerty”), o a veces el de teclado Sholes. La máquina de escribir Sholes no fue la primera, pero sí la que más éxito tuvo de las primeras versiones: con el tiempo se convirtió en la máquina de escribir Remington, el modelo conforme al cual se construyeron casi todas las máquinas de escribir manuales. ¿Por qué se diseñó un teclado tan extraño? El diseño del teclado de las máquinas de escribir tiene una historia larga y peculiar. Las primeras máquinas de escribir experimentaron con una gran diversidad de distribuciones, a partir de tres temas básicos. Uno de los teclados era circular, con las letras dispuestas en orden alfabético; el mecanógrafo hallaba el lugar exacto y pulsaba una tecla, levantaba una varilla o hacía la operación mecánica que exigiera el dispositivo. Otra distribución popular era parecida al teclado de un piano, con las letras dispuestas a lo largo de una fila; algunos de los primeros teclados, comprendida una versión inicial de Sholes, tenían incluso teclas blancas y negras. Tanto el teclado circular como el de piano resultaron de difícil manejo. Al final todos adoptaron una tercera disposición: una disposición rectangular de las teclas, todavía en orden alfabético. Las palancas que las teclas accionaban eran grandes y lentas, y el tamaño, la separación y la distribución de las teclas estaban dictados por esas consideraciones mecánicas, y no por las características de la mano humana. ¿Por qué cambió el orden alfabético? A fin de superar un problema mecánico. Cuando el escribiente iba demasiado rápido las barras chocaban y bloqueaban el mecanismo. La solución consistía en cambiar la situación de las teclas: letras como la i y la e que solían pulsarse sucesivamente, se colocaron a extremos opuestos de la máquina, con objeto de que sus barras no chocaran. Otras tecnologías de la máquina de escribir no siguieron la distribución “qwerty”. Hay máquinas de composición (como la máquina Linotipo) que utilizan una distribución totalmente diferente; el teclado de la Linotipia recibe el nombre de “shrdlu”, por la disposición de sus teclas, y se basa en las frecuencia relativa de las letras en inglés. Así era como ordenaban los impresores a mano las letras que iban sacando de las casillas e insertaban manualmente en las imprentillas. Ah, ¡la evolución natural del diseño! No todos los teclados iniciales tenían retroceso, y la tecla del “tabulador” (“tab” en los teclados modernos) fue un avance revolucionario. Las primeras máquinas de escribir sólo tenían mayúsculas. La adición de las minúsculas se logró, en un principio, añadiendo una nueva tecla para cada minúscula, de modo que de hecho existían dos teclados diferentes. Algunas de las primeras máquinas de escribir tenían organizadas las teclas de las mayúsculas de forma diferentes que las de las minúsculas. ¡Cabe imaginar lo difícil que sería aprender un teclado así! Hicieron falta años para llegar a la tecla que cambia de mayúscula a minúscula, de forma que ambas pudieras compartir la misma tecla. Este invento no fue nada trivial y combinó el ingenio mecánico con una barra de doble superficie. Al final, el teclado se diseñó mediante un proceso evolucionista, pero las principales fuerzas impulsoras fueron las mecánicas. Los teclados modernos no tienen los mismos problemas; es imposible que los teclados electrónicos y los ordenadores tengan barras que choquen entre sí. Incluso el estilo de escribir a máquina ha cambiado.