Foneria tipogràfica

El invento de la imprenta de tipos móviles propició, entre otros muchos asuntos, el nacimiento de una nueva industria: la de la fabricación de caracteres. Estos caracteres son de dos clases según el material en que están fabricados: madera y metal. Los de metal se fabrican (no quiero emplear el verbo en pasado) con una aleación de plomo, antimonio y estaño —la llamada aleación tipográfica— en las que se graban cada una de las letras del alfabeto. No por casualidad, el señor Gutenberg era orfebre y conocía muy bien el manejo de los metales. Por ello se conoce desde entonces a estas fábricas de tipografías como fundiciones. La fabricación de caracteres es un proceso complejo que desde los días de Gutenberg ha experimentado una evolución constante. Tras el salto de lo mecánico a lo digital se ha seguido manteniendo la denominación, lo cual resulta natural y hermoso, pues cambian las herramientas con los tiempos, pero no hay que olvidar que se viene de una larga, rica y muy respetable tradición. Incluso, algunas de estas fundiciones que ahora veremos, comenzaron su andadura cuando todavía había que mancharse las manos y se han adaptado con naturalidad y sin perder su esencia a los tiempos de las pantallas.