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Tolbert Lanston nació en una familia pobre. Abandonó la escuela a la edad de 15 años, fue un voluntario en el ejército federal durante la guerra civil americana. El último rango era sargento. Después de 1865 trabajó en el Departamento de Pensiones del Gobierno Americano. Trabajó con Seaton y Herman Hollerith (fundador de IBM) en la tabulación de dispositivos e inventó una máquina de adición que fue el primer fabricante de dinero para la compañía de Hollerith. El hermano de Lanston era un impresor y evidentemente esa conexión causó su interés en automatizar la laboriosa tarea de poner a mano cada letra en cualquiera o todos los textos. Renunció a su puesto en la oficina de la Pensión y dedicó el resto de su vida a la perfección de su máquina. Él creó la idea pero otros la perfeccionaron y hicieron la Lanston Monotype Machine Company exitosa. Eso incluye a J. Maury Dove, un comerciante de carbón que se convirtió en presidente de la compañía y permaneció allí hasta su muerte en 1923, y John Sellers Bancroft, que era el genio mecánico detrás de la máquina de Monotype. La historia está completamente desarrollada en Tolbert Lanston y el monotipo: El origen de la tipografía digital.
La monotipia se llevaba a cabo en 2 máquinas diferentes, en dos tiempos separados. Y se podían utilizar 2 operadores al mismo tiempo. En la componedora se utilizaba un tecla- do como el de la máquina de escribir que producía una tira de papel con agujeros, cada uno de sus orificios corresponden a un signo o una letra del alfabeto. Luego en la fundidora, se hacían pasar la cinta de papel, y entraba a un lector neumático que, de acuerdo a la posición de los agujeros en la cinta, accionaba un sistema de palancas, las cuales situaban la matriz de la letra deseada correspondiendo con la forma de fundición. El metal fundido era comprimido sobre la matriz y así se obtenía el carácter tipográfico. Finalmente, las letras compuestas pasaban a colocarse sobre un componedor regulable, mientras la línea ya compuesta era desplazada automáticamente para dejar sitio a la sucesiva.
Esa cinta perforada o “programada” se colocaba después a la máquina de colada donde fundían los caracteres en metal. El tipo se depositaba en galeras en la secuencia correcta. Dentro del lanzador se encuentra la matriz de latón. Más tarde, después de que ya no se necesitara el tipo, se fundía para su reutilización en lugar de volver a distribuirse a mano en el almacenamiento. Este sistema de “NO DISTRIBUCIÓN” ahorraba innumerables horas de trabajo.