Monotípia

Se da el nombre de monotipia o monotipo a la máquina componedora que produce tipos sueltos (de ahí su nombre). Cada vez se emplea menos: su uso casi se ha restringido a obras que requieren un cuidado especial, como las ediciones de lujo, o que abundan en especialidades propias de la matemática o la lingüística. El aparato fue inventado por el estadunidense Tolbert Lanston, quien nació en 1844 y murió en 1913. Un año antes de que Ottmar Mergenthaler concluyese el primer linotipo comercial, Lanston emprendió en 1885 las investigaciones que, doce años después, lo llevarían a construir la primera monotipia, ya desde entonces en este tipo de maquinaria se había separado en dos el mecanismo linotípico; por una parte quedó el teclado y por la otra una pequeña fundidora-componedora. Expresado en pocas palabras, el mecanismo de la monotipia consiste en lo siguiente. Al oprimir una tecla de letra o signo, un punzón perfora el papel de una bobina o rollo que se asemeja al de una pianola. La banda así agujereada pasará entonces al mecanismos fundidor y componedor, que la interpretará o descifrará para transcribir el texto en líneas ya justificadas. A diferencia del linotipo, que produce barras o líneas fundidas, el monotipo forma los renglones con tipos movibles. Lo que ocurre en la fundidora sorprende por la complicada sencillez del procedimiento. El mensaje en clave no es sino una perforación que, situada en un lugar determinado de la banda, equivale a una letra o signo. Cuando el rollo pasa por la monotipia ésta hace pasar aire comprimido a través de los agujeros, y el molde del tipo que corresponda recibe mental fundido que reproduce la impronta del carácter en turno. Las letras serán transportadas entonces por medio de guías que las habrán de llevar hasta el sitio donde, una tras otra, formarán palabras y líneas, y éstas párrafos y los párrafos la composición completa de un articulo o de un libro.